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GOBIERNODELACIUDAD
- DESANTAFE |Los nifios y nifias de todos los tiempos
crecieron jugando, lo que fue cambiando
con el paso del mismo son los entreteni-
mientos y juegos que usaron y en los que
empefiaron destrezas y “saberes”, aunque
la mayorfa de las veces la esencia del
juego es la misma
Los Nifos y Nifias de la época colonial
también jugaban...zsabes a qué?...
Vamos juntos a LEER el siguiente texto
que pertenece a Santa Fe, Rastros y Me-
morias. "Los juegos develan sus miste~
rios”. Suplemento diario “El Litoral” N° 22
“En la época colonial los nifios solian
“anaranjear” algtin gallo; es decir, lo ma-
taban arrojandole naranjas. Otro juego era
“el toro”, en el que los chicos imitaban toro
y torero para ver quien resistia mas en las
embestidas sumando puntos. La variante
era embestirse con cafias 0 espadas de
madera
Se jugaba también a
nenas j
scondidas. Las
gaban con mufiecas de cuero
rian con elaro, cantaban y
bailaban con castafiuelas y panderetas,
saltaban a la cuerda o hacian rondas como
el “arroz con leche”. Disfrazarse también
era un juego de nenas, igual que las adivi-
nanzas y la rayuela,
o de tela,
El tiempo de los juegos para ricos y
pobres era hasta los diez afios. Ahi
aparecian las obligaciones que en dos 0
tres afios mas los convertiria en adultos.
Los varones debian ocupar su lugar en el
mundo; los mas pobres a trabajar y los
més ricos a estudiar. Las nifias debian
aprender las virtudes que las preparaba
para su Unico destino: el matrimonio, por
lo que aprendian poca escritura y mucha
costura y missica
Los chicos de todos los tiempos se las
ingeniaron siempre para divertirse y crear
juegos que son siempre los mismos. So-
\an jugar en inmensos huecos y baldios
que abundaban en la ciudad. Esos lugares
eran parafsos donde se podia pescar ra
s en los charcos, cortar cafias y hacer
con ellas lanzas imitando combates”
Tan antiguos son los juegos y juguetes,
como antiguo es el mundo donde siem-
pre.. siempre... hubo nifios dispuestos a
divertirse.
& Te inkeress acto de log ep
an la doce eabonial, te vito
conocer abrog que $8 isthn fee..
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que Sey | Fanbisimo impo mis.
:
LoS Juegos
Desde la antigtiedad el hombre ha bus-
cado formas de entretenerse, competir, y
ocupar el rato de ocio mediante juegos
El juego considerado el mas viejo del
mundo es el de Ui’, y debe su nombre a
que fue descubierto en Ur, Mesopotamia
Quizas sea el antecesor del backgammon
y del jacquet. A la vez era similar al semet
jugado en el Egipto antiguo.
Uno de los mas antiguos es el Alquer ue,
que luego tomé el nombre de “Juego del
Molino”, del que se encuentran testimo-
nios en Egipto, alrededor del 1900 antes
de Cristo, Fue introducide por las arabes
en Europa y logré difundirse en la Edad
Media, evolucionando a lo que luego se
conocié como Juego de Damas. En 1723
se fijaron las reglas complejas del juego
Peralikatuma se denomina la variante que
se practica en Sri Lanka (Ceilén]
Una leyenda cuenta que el Colilinpio
(Famed) fue inventado por el Dios Baco,
por lo que entre los romanos conservé un
cardcter simbélico religioso
También otro juego que fue atribuido a los
dioses es el jll000 E dade invento que
Platén wage {Dios egipcio Thot.
Las marioljdbe tuvieron su origen en
China y Egipto, donde se las utilizaba en
celebraciones religiosas
Otros juegos y juguetes usados en la
antigiiedad fueron los que representaban
actividades militares, como los a d 08,
también el trompo data de milenios atras,
aunque la denominacién surge en el Siglo
XVI en Francia; y el azar de cel 0 ePlz
aparece casi paralelo al uso de la moneda.
También jugaban al Dominé. Hay ele-
mentos que indican que este juego ya se
practicaba en el 2450 antes de Cristo.
En el Museo de Bagdad (Irak) hay piezas
de hueso encontradas por arquedlogos en
Ur, que indican pertenecer a un antecesor
directo del dominé.
Otros estudios indican que tuvo su origen
en la China antigua
En el Siglo XVIII llegé a Europa y se rea~
lizaban con una cara de ébano y otra de
marfil.
Las fichas se aman dominds; y su nom-
bre se supone que puede deberse ala
similitud de las fichas con la tunica blanca
del mismo nombre con capucha negra que
se utiliza como disfraz
El juego esté formado por 28 fichas
rectangulares y planas, y cada una esta
marcada en su mitad con una muesca y
lleva una combinacién de puntos en cada
una de sus mitades, en orden descendente
yen todas las combinaciones, empezando
desde el doble seis hasta el cero-ceroLag earbas
Algunos investigadores estiman que las
cartas se fabricaron por primera vez en
Francia en 1392 para entretenimiento
del rey Carlos VI; esto fue expresado por
el padre jesuita Menéstrier [1631-1705],
quien en un articulo publicado en 1702 en
el Journal del Trévoux expuse que el juego
simbolizaba la estructura feudal.
Sin embargo, los juegos de cartas ya se
practicaban en la antigiiedad, primero con
simbolos magicos y luego simbolizando
batallas. Hay diferencias de opiniones
sobre si se originaron en la India, 0 si se
usaron primero en la China y Egipto. Pero
se considera que desde el Lejano Oriente
fueron introducidas en Europa por los Cru-
zados. En China se jugaba con un tipo de
naipe que derivé del papel moneda y de las
fichas del domind. En India, uno de los jue-
+
v
gos més conocidos es el daza batard, que
estd formado por una baraja con diez palos
basados en los diez avatares o reencarna-
ciones del dios Vishnu: pescado, tortuga,
jabali, len, enano, hacha, arco y flecha,
rayo, caracola y caballo. La mayorfa de los
naipes indios son redondos, de diferentes
tamajios y estan hechos con cartén lacado,
cartén piedra y en ocasiones marfil. En
Japén, dos barajas populares son: el hana-
fuda ("juego de las flores") y el utagaruta
("el juego de los cien poeta’).
Las primeras menciones del juego de
cartas en Europa datan de los siglos XIIl y
XIVy en ocasiones se usaron para entre-
tener a los nifios, en papeles realizados a
mano. En 1397 un decreto dictado en Paris
prohibié jugar a los naipes a las clases
trabajadoras en dias de labor.
ee A
cluego de la og
El juego tuvo su origen en Grecia y se ex-
tendié por Europa occidental en los siglos
XVI y XVII. Elejemplar mas antiguo que
se conoce, data de 1640. Estaba realizado
el tablero grabado en madera, de origen
veneciano
Este juego de mesa en que cada uno de
dos (o mas] jugadores avanza con su ficha
por un tablero formado por 63 casillas en
espiral que gira hacia el interior, formada
por casillas numeradas, y tiene ocas di-
bujadas en algunas casillas, con indica-
ciones de avance 0 retroceso y obstaculos,
segiin el caso, Se logra el numero para
avanzar tirando un dado. El juego lo gana
el jugador que llegue primero a la casilla
63: el jardin de la oca. Cuando se cae en
una de las casillas en las que hay dibujada
una oca, se avanza hasta la préxima oca y
se realiza otra jugada. Pero en el camino
tambign se encuentran obstaculos: la
posada [casilla 19], un turno sin jugar; el
pozo (casilla 31), no se puede jugar hasta
que no pase otro jugador; el laberinto
(casilla 42), se retrocede al 30; la cdrcel
(casilla 56), dos turnos sin jugar; la calave-
ra [casilla 58) se vuelve a la casilla nimero
1, por (o tanto a ernpezar nuevamente el
recorrido. Esto en las versiones tradiciona-
les, pues el juego de la oca ha dado lugar
a muchas variantes
El Go
El go es un juego milenario, y segin la
tradicién se origin en China unos 1000
afios antes de Cristo. De acuerdo a relatos
legendarios, el juego del Go fue inventado
por el Emperador chino Yao para educar a
sus hijos e ir acostumbrandolos al habito de
la reflexién
Se extendié por el Lejano Oriente, pasé a
Corea y luego se expandié en Japén hacia
el Siglo Vill
Juego que fue unido a las concepciones
filoséfico-éticas de los pueblos asidticos,
alcanzé en el Siglo XVII su esplendor, y el
monje budista Hon Inbésansa, experto en el
juego, fundé en Tokio una Academia de Go.El origen de las mufiecas es prehistérico
Se supone que desde tiempos inmemoria-
les, los nifios han utilizado mufecas para
sus juegos, imitando la realidad de los
papds y sus hijos.
La palabra francesa poupée deriva del
latin puppa, que significa nifa
En los comienzos las mufiecas fueron
fabricadas de madera, de barro cocido,
de marfilo cera. Los griegos y romanos
crearon mufiecas con brazos y piernas
articuladas.
En el siglo XIX aparecieron muftecas con
bustos realizados en papel maché. En Ale-
mania ¢ Inglaterra se fabricaron mufiecas
de porcelana que son la delicia de actua-
les coleccionistas, Francia se especializé
en las vestimentas de estos juguetes. De
Europa se enviaron a China
Asi comienzan poco a poco a aparecer en
el mercado variedad de mufiecas blancas,
negras, bebotes y con aspectos de nifias,
grandes o pequefias, de trapo, de goma, 0
de materiales duros, pero es quizds el mas
popular de los juguetes.
Hacia 1880, Thomas Alba Edison (1847-
1931], inventé una mufieca que decia
mama y papa
En 1958 aparece la mufeca con aspecto
de adulta, la Barbie, En 1961 aparece su
amigo el mufieco Ken, y sucesivamente
han aparecido otros personajes del mundo
“Barbie
Otro personaje que se popularize y que
constituye una compajiia para el mundo
menudo.es el Osto a2 Felice.
Muchos se disputan el origen.
En Rusia, en 1892, el Zar Nicolds II obse-
quié un oso de madera al Presidente de
Francia Loubet, en ocasién de la firma del
Tratado franco-ruso.
Otros cuentan que el hijo del presidente
Roosevelt (periodo 1901-1908) tenia un
oso al que queria mucho, y ante el dolor
cuando murié el animal, un carpintero le
realizé un oso de juguete. El nombre del
hijo del Presidente era Teddy, de alli el
nombre Teddy Bear.
También dicen que en 1902 en Alemania,
Richard Steiff construyé un oso de mohair
gris, con ojos de botones y que vendid
muchos a un comerciante de EEUU para
el desfile en el casamiento de la hija de
Roosevelt y alli se mezclan las versiones
con la historia del Teddy Bear.
Lo cierto es que en la actualidad el oso
de peluche es un juguete muy conocido y
popular entre los nifios.
La Loberia
Las primeras formas de Loterfa se dieron
con la Loto, juego de origen genovés, y se
atribuye su invencién a Benedetto Genti-
le, quien habia transformado en juego, el
modo de renovacién de los miembros del
Concejo Municipal de la Ciudad
Se cree, de acuerdo con ciertos indicios ,
que la loterfa existia en usos locales, pero
recién en 1763 (Aunque otros consideran
como fecha de comienzo el afio 1776),
Carlos Ill de Espafa creé la Real Loterfa en
que se premiaban cinco nimeros de entre
noventa (similar a la loterfa familiar actual)
Los beneficios se destinaron a hospitales y
asilos,
En 1812, las Cortes de Cédiz crearon
una Loteria en que los nmeros estaban
divididos en cuartos en lugar de décimos.
También un cuarto de lo recaudado pasaba
al estado y los tres cuartos restantes al
premio.
A comienzos del siglo XIX se hizo muy po-
pular este juego; y ya en el principio del XX,
se instauré el Sorteo de navidad con mayor
premio.
Desde 1911 adopta el nombre de Loteria
Nacional.
El Tacotac constituyé una variacién de la
loteria y aparecié el 25 de enero de 1984.
La Loto Deportiva fue inventada en 1985 por
el Presidente del Comité Nacional Olimpico
y Deportivo francés Nelson Paillou
En 1987 aparecié una variacidn del juego
\lamada Tapiz Verde. El Cash aparecié en
abril de 1989. En Bélgica, en el mismo aio,
Pierre-Louis Prade creé la Maquina Lotolé-
gica que registra los datos estadisticos para
ser consultados,{Qué te parece? {Hoy a cudles juegas...ju-
gaste alguna vez, 0 te gustaria jugar?
iLe harias variaciones 0 modificaciones a
alguno de estos juegos? {Cudles?
Y site interesa saber algo mas sobre “NINOS, CIUDADES Y
EDUCACION’”, te invitamos a abordar este texto que describe las
ciudades del siglo XIX y su transformacién en las que conoces,
ciudades del siglo XXI... (Sandra Carli)
La ciudad puede ser para los nifios un lugar de contencién o de
expulsién social y cultural, pero es también el territorio en el que
acontece su experiencia educativa, La relacién entre ciudad y es-
colaridad resulta entonces un tépico interesante para analizar la
inscripcién y circulacién de los nifios asi como los debates acerca
de la peligrosidad o virtud de dicha relacién.
La tensién entre vida urbana y educacién estuvo presente en la
conformacién de las primeras metrépolis del siglo XIX contempo-
réneas a la fundacién de las escuelas
piblicas, pero atraviesa también las configuraciones urbanas
actuales en un contexto de crisis de las fronteras de la escuela y
de propuestas de “ciudades educativas” a ciudad corruptora y el
templo sagrado de la escuela.
Para retomar la visidn sobre la ciudad de los educadores del siglo
XIX voy a convocar la palabra de Victor Mercante, quien fuera uno
de los ms notorios maestros normalistas. En “La educacién
del nifo y su instruccién” de 1897 Mercante distingufa entre los
efectos del medio urbano y rural en los nifios.
Recordemos que su visién del nifto comprendia dos aspectos. En
primer lugar lo conceptuaba como un pequefio salvaje que atin
no habia pasado del orden de la naturaleza al orden de la cultura,
por lo cual se asemejaba a los hombres primitivos. Pero en
segundo lugar el nifio/alumno era miembro de un grupo escolar
dicho grupo en tanto pequefia “masa” o “multitud” permitia asi-
milar el espacio educativo con los fenémenos de las sociedades
inmigratorias a la luz de la “Psicologia de las masas” de Le Bon.
Una estrategia entonces de clasificacién de los nifios se aplicaba
a esa masa considerada informe, peligrosa y sugestionable, que
debfa someterse a la ensefianza del maestro. Dicha visién teme-
rosa de las conductas infantiles se agudizaba en el caso de losnifios de las ciudades. Desde la escuela se debia entonces seguin
palabras del autor: “...impedir la vagancia 0 libertad callejera que
so pretexto de la independencia o del gobierno de si mismo, la
siente en la sangre como una fuerza irresistible”
Para contrarrestar el efecto peligroso de la ciudad Mercante
apelaba a “dogmatizar la autoridad paterna”, pero también a
fomentar la adquisicién de habitos de trabajo agricola para evitar
delito. Recurriendo al criminalista Lombroso sostenia que “el
gremio que menos delitos comete es el de los agricultores” , en
lo que persiste una visién romantica de las economias precapi-
talistas a la vez que los temores ante los efectos de la revolucin
industrial.
Los antagonismos de clase que atravesaron la constitucién de
las ciudades del siglo XIX se reeditaban segiin Mercante en las
propias escuelas y se iniciaban en el nifio: “En la escuela comien-
za la tremenda lucha entre el capital y el trabajo, entre el rico y el
proletario, dividiendo a los hombre en dos clases irreconciliables”
La visién de la ciudad como un lugar de perdicién para los meno-
res, como un lugar que erosionaba desde el exterior a la escuela,
convierte a esta ultima en un templo sagrado y de altos efectos
morales. Decia Mercante sobre la ciudad: “La ciudad, como la
Hidra de Lerna, ahoga a los incautos, sume a los inexpertos en
la materia de sus llagas y pudre los retofios més lozanos de la
especie’."La vordgine mundana precipita ilusiones y esperanzas
en el abismo sin fondo de la perdicién. No dudamos que la igno-
rancia es la principal causa de semejantes extravios”
Eljuicio de “libertinaje” con que Mercante condenaba las prac-
ticas cotidianas de nifios y adolescentes (las “parrandas” en los
tranvias, los festejos desaforados en los dias de carnaval, el des-
borde de calles y plazas}, no suponfa exclusivamente una impug-
nacién de tipo moral. Estas practicas eran conceptuadas como
productos de las “ficciones de una sociedad corrupta” y esta
dimensién de ficcién permitia ubicar a la ciudad y a la escuela en
lugares extremos de una racionalidad Unica.
Si la ciudad era sede de una ficcién, la escuela se tornaba en
sede exclusiva de la verdad: el maestro entonces deb/a ser el
depositario de esa transmisién al nifio. Sin embargo la ensefan-
za podia recurrir a los agentes de civilizacién de las sociedades
modernas como el cinematégrafo y la prensa escrita. Mientras
el primero era pensado como un instrumento que facilitaba el
acceso a la verdad histérica, la lectura de los periddicos debia
ser objeto de a vigilancia paterna. El ferrocarril como otro medio
de civilizacién valorado, a la vez que permitfa el libre viaje de los
menores, podia ser un medio idéneo para organizar las famosas
excursiones escolares promovidas por el normalismo.
Las fronteras que separaban a la escuela de la ciudad eran
entonces precisas en la medida en que cercaban un territorio
considerado antagénico a la promocién de los instintos, las fic-
ciones y la libertad. La escuela deb/a ensefiar a padres y nifios a
vivir en la ciudad, que pensada como producto de la modernidad,
del progreso y de la revolucién industrial, era temida sin embargo
por provocar fendmenos de masas y por corromper las costum-
bres tradicionales
Sin embargo los nifios que no lograban ser atrapados por el dis-
positivo de la escolaridad y este sentido educados para saber vivir
en la ciudad, debian ser objeto de “correccidn y reeducacién”. La
persistencia del vagabundeo infantil, que no podia ser combatida
por la escuela aunque si prevenida, fue el argumento para fundar
otro dispositive institucional: las casas de correccién de menores
en las que debfan permanecer hasta la mayorfa de edad.Crisis de lag fromberag de la egeuela
y prwvilizeisy de la vido urband.
En la actualidad existen numerosos especialistas sobre la ciudad
en la medida en que se ha convertido en uno de los temas pri
legiados de urbanistas, comunicdlogos, socidlogos, economistas,
psicoanalistas; pero esta llamativamente ausente de la mirada y
preocupacién de pedagogos y maestros. En todo caso figura en la
agenda educativa en términos de educacién ambiental y acomn-
pafiando el auge de la ecologia. Sin embargo la idea de “medio
ambiente educativo” que el positivismo spenceriano, el krausis-
mo o el escolanovismo intentaron enfatizar en su lucha contra la
tirania de la naturaleza, parecia desbordar las fronteras del aula
para convocar a un conjunto de influencias culturas provenientes
de distintos espacios.
Se sefiala actualmente que las fronteras de la escuela estan
hoy en crisis en un contexto de globalizacién de la cultura, de
decadencia del sistema educativo y de aumento de la pobreza
y el desempleo, Algunas evidencias de esta crisis de fronteras
se localizan en fendmenos recientes, entre otros los numerosos
casos de violencia escolar entre pares o entre profesores y alum-
nos. Esta explosion de la violencia remite a varias cuestiones: a
cémo la violencia social permean la escuela y no queda puertas
afuera y a cémo la escuela promueve la explosin de violencia en
la conflictividad propia de los vinculos pedagégicas.
Esta situacién permite discutir la tesis del siglo XIX acerca de
que la ciudad era la que desde el exterior provocada la violencia
infantil escolar. Escuela y ciudad han dejado de ser dos ambitos
inmunes e incontaminados para comenzar a pensarse el primero
como un espacio inscripto en un territorio urbano que la invade,
redefine y altera cotidianamente y que pone en crisis el sentido
mismo de la escolaridad
Porque en buena medida las manifestaciones de violencia de los
alumnos se asientan en el fracaso del didlogo, del consenso, que
deber‘a ser el rasgo principal del proceso de transmisién de la
cultura que se opera en la escuela, pero también se relaciona
con que la escuela no puede sostener su caracter de templo en
un contexte de creciente deterioro del tejido social.
Por otra parte no podemos dejar de sefialar un fendémeno
importante como es el hecho de que la ciudad es un territorio
en el cual se configura un mercado para los nifios. De alli que
la problematica del consumo tecnolégico, mediatico y cultural
infantil, en franco crecimiento en las Ultimas décadas, se torne
un tema central para analizar cémo consumos y aprendizajes se
inter penetran, impactan sobre el espacio escolar y desaffan a
los maestros, generalmente reacios a pensar que el nifio es un
sujeto con multiples identidades siendo la de alumno sélo una de
ellas.
Algunas caracteristicas de las ciudades actuales, entre otras el
predominio de una légica del desplazamiento, la circulacién y la
velocidad y el haber perdido su condicién de escena ante el im-
pacto de los medios de comunicacién en la vida cotidiana farniliar,
han provocado efectos sobre la experiencia urbana de la infancia
Se sefiala en este sentido que en nuestra cultura se ha cristaliza-
do, como producto de los muros invisibles que se levantaron en la
historia de la civilizacién, una idea de que el libre ejercicio de la
vida subjetiva es incompatible con un entorno expuesto como las
contingencias de la calle
Esto puede leerse en las transformaciones histéricas del juego
infantil afectado por la inseguridad de la vida urbana, la priva-
tizacién de la vida familiar y la ampliacién del tiempo escolar
infantil. Los juegos de los nifios en la vereda es una experiencia
que pervive exclusivamente en algunos barrios, generando que
el patio de recreos de la escuela se torne un espacio resignifi-
cado y privilegiado para el juego colectivo. Sin embargo el juego
en el patio de recreos ya no es el de antes, esta invadido por los
jueguitos computados que son un indicador de la presencia de la
cultura urbana en la cultura escolar.
Por Ultimo, esta huida de las contingencias de la calle, ha ge-nerado durante los ultimos afios que la educacién y la situacién
escolar sean objeto de tematizacién de los medios, provocando
que la sociedad tome contacto con ella a través de la TVy no
del contacto cotidiano con maestros y autoridades educativas.
Fenémeno que parece revertirse a partir del consenso generado
por el plan de lucha iniciado por CTERA a principios de este ao,
complementariamente muy articulado a la difusién medidtica
Gudades eduedivas 4 ciudades de log niiios
Si bien la escuela puede considerarse en los grandes conglo-
merados de las capitales nacionales una institucién urbana, una
institucién de la ciudad y por tanto permeada y constituida su
identidad desde ella, las resistencias de pedagogos y maestros a
reconocerlo son numerosas. Reconacer dicha identidad supon-
dria una mayor tolerancia a la desigualdad social, a la diversidad
cultural y a las hibridaciones complejas que se producen entre
cultura mediatica, consumos y conocimiento escolar. Esto no
implica dejar de reconocer los miltiples esfuerzos que en el
vapuleado espacio de las escuelas se realizan para sostener las
tareas de la ensefianza en un contexto de aguda crisis del siste-
ma de educacién publica
La figura de la “ciudad educativa” estd presente en propuestas
actuales, Sin embargo ella responde a otra genealogia en la
medida en que ha recorrido los informes de los organismos inter
nacionales desde los afios 70’. Ya se anunciaba como proyecto
en 1973 en el texto “Aprender a ser” que fue un informe de la
Comisién Internacional para el Desarrollo de la Educacién de la
UNESCO.
Alli se sostenia la necesidad de superar una “concepcién pura-
mente sistematica” de la educacién en el sentido de pretender
englobar el sistema educativo con las multiples experiencias
extraescolares sin lazo orgénico con aquel. Se apelaba més alin a
la idea de “no-sistema’ y se consideraba respecto de la escuela
podrd cada vez menos pretender asumir ella sola las funcio-
nes educativas de la sociedad. La industria, la administracién,
las comunicaciones, los transportes, pueden tener su parte. Las
colectividades locales, lo mismo que la comunidad nacional son
también instituciones eminentemente educativas”
Es decir que al mismo tiempo que se postulaba la necesidad
de que la educacién no debia quedar encerrada en la “tradicién
secular’, se dotaba de dimensién institucional-educativa @ agen-
tes y espacios no definidos como tales. La figura de la “ciudad
educativa” se enunciaba entonces como producto de una nueva
relacidn entre sociedad y educacién: "...la ciudad, sobre todo
cuando sabe mantenerse a escala humana, contiene, con sus
centros de produccién, sus estructuras sociales y administrativas
y sus redes culturales, un inmenso potencial educativo, no sdlo
por la intensidad de los intercambios de conocimientos que alli
se realizan sino por la escuela de civismo y de solidaridad que
ella constituye”
Esta mirada que visibilizaba la dimensién cultural y educativa de
la vida urbana y que en este sentido era un avance respecto de
posiciones anteriores, instalaba sin embargo un planteo libe-
ral respecto de la educacién del individuo. La disolucién de las
fronteras de las instituciones escolares que el informe postulaba
Ulegaba a cuestionar la idea de obligacién. Me permito transcribir
un parrafo mas amplio dado que sintetiza el planteo central del
informe: "Su advenimiento [de la ciudad educativa] solo serfa
concebible al término de un proceso de compenetracién intima
de la educacién y del tejido social, politico y econdmico, en las
células familiares, en la vida civica.
Implica que pueden ser puestas en todas las circunstancias a la
libre disposicién de cada ciudadano los medios de instruirse, de
formarse, de cultivarse a su propia conveniencia, de tal suerte
que el sujeto se encuentre respecto a su propia educacién en una
posicién fundamentalmente diferente: la responsabilidad sustitu-
yendo a la obligacién”Este parrafo enuncia el corrimiento del papel del estado educa-
dor, y en este sentido de la “obligacién” escolar, hacia un poder
de decisién del individuo en base a miltiples opciones educativas
que proveerfa una ciudad ideal. La suposicin de que era posible
una compenetracién entre intereses econdmicos, tejido social y
educacién urbana, y por tanto un reemplazo de la centralidad del
sisterna educativo por la ciudad educativa, debe leerse en para-
(elo al hecho de que este planteo coincide con los diagnésticos
econdmicos acerca de la crisis fiscal del estado.
Los proyectos actuales de “ciudad educativa” se instalan en una
nueva trama que es notoriamente diferente en los paises centra-
les y en los paises periféricos: mientras en los primeros se priori-
za una nueva mirada de la ciudad para fortalecer en ella “inter-
venciones de naturaleza educativa”, en los segundos el aumento
de la pobreza y de la exclusién infantil conduce a cuestiones muy
complejas en la forma de pensar la ciudad
En el territorio Latinoamericano la figura de la “ciudad educativa”
se ha implementado en Rio de Janeiro. En dicho proyecto, en
torno a la necesidad de construccién de una “esfera educacional
publica” se pretende enfrentar las tendencias a la privatizacién
de las ciudades provocada por los altos indices de inseguridad y
tensién social. Una visién de la educacién como practica no cir-
cunscripta al espacio de la escuela, sino como un acontecimiento
que debe llevarse adelante en multiples lugares localizados en la
ciudad (bibliotecas, medios, centros culturales, y la calle mismal,
combate una mirada al nifio como sujeto abstracto sélo definido
por los conocimientos y objetivos escolares, para abordarlo como
sujeto historico-cultural de su tiempo.
Se supone que a partir de proyectos de este tipo, que se plantean
como distintos del discurso populista que buscaba la contencién
del nifio en la escuela para evitar los peligros de la calle, seria
posible una nueva apropiacién del espacio de la ciudad por parte
de los nifios a partir de usos renovados de la calle y del espacio
ptiblico y de un contacto productivo con la cultura urbana como
espacio de aprendizajes.
Podriamos decir entonces que estas propuestas contienen ele-
mentos de continuidad con el Informe Faure, pero que adquieren
otra significacion en la medida en que la pretendida compene-
tracién entre tejido social, politico y econdmico y educacién dista
de ser una realidad en contextos en los que el asesinato de los
nifos es de una gravedad inédita. Estos contextos por otra parte
limitan los alcances de estos proyectos en la medida en que ya
la ciudad esta habitada por nifios, no provenientes de la escuela
sino excluidos de ellas.
La otra denominacién que toman estas propuestas es la de “ciu-
dad de los nifios”, enunciada por Francesco Tonucci y promovida
por las politicas actuales de UNICEF. En torno a esta idea de esta
Wevando adelante una experiencia piloto en la ciudad de Rosario.
Dado que carecemos de suficiente informacién sobre dicha
experiencia, optaremos por retomar algunas ideas de Tonucci
que es uno de sus principales inspiradores. El mismo sefiala que
la ciudad “se ha vendido" y en este sentido el predominio de la
légica del mercado significa la imposibilidad de la participacién
en la vida urbana de amplios sectores sociales y en particular
de los nifios. Ante ello las estrategias posibles sefialadas por el
autor convocan a los adultos y serian basicamente dos: resguar-
dar al nifio en una “solucién privada de defensa” u optar por una
“solucién social de participacién”
Nuevamente el debate se instala en la tensién entre lo publico y
lo privado, entre el estado y la sociedad civil
Tensién que se torna muy compleja en una trama en la cual ala
crisis de las instituciones tradicionales (familia, escuela, institu-
tos de menores] se le suman las politicas de ajuste del estado,
Desde esta perspectiva la promocién de la participacién social
y de los compromisos de la sociedad civil respecto de la nifiez
resulta una alternativa interesante frente a la trama descripta.
Sin ernbargo nos surge una pregunta: es posible la convivencia
piiblica en una ciudades globalizadas y mas atin en ciudades
estructuralmente excluyentes, en las que una evidencia de ello es
la presencia cada vez mas numerosa de nifios en la calle?.A modo de eierre
La labilidad de las fronteras de la escuela y la extensién del terri-
torio cultural con potencial educativo es auspiciosa en la medida
en que, en condiciones éptimas, esto permitiria eliminar los
rasgos més tradicionales y r{gidos de las instituciones y convocar
a una mirada mas colectiva de la nifez
Sin embargo en los paises latinoamericanos las estrategias
necesariamente son més complejas en la medida en que se debe
combinar el fortalecimiento de la escuela publica y de su capa~
cidad de inclusisn de nifios de distintos sectores sociales con
una mayor tolerancia a la diversidad cultural y una ampliacién
y apropiacién del espacio puiblico urbano, cada vez mas sujeto a
decisiones sectoriales y financieras.
Pareciera que hay que desinstitucionalizar y a la vez instituir
otra cosa. Ello compete tanto a la sociedad civil como al estado y
constituye un desaffo interesante a recorrer en vistas a la cons-
truccién de un nuevo horizonte politico y cultural para los nifios.’
4
i
bine ovMnIgecoeND
Este Bicentenario do la Patria, en ol
comionza dol sigla XXI, puede y debe
sor tomado -al iqual que el Centenario
» que vivieron nuestros antepasades-
come el punto de tkegada y un lugar i
de partida : i
GOBIERNO DE LA CIUDAD
DESANTAFE
intendente
ing Mario Barletta
Seoretany de esarrally Secial
Arg, Alejandro Boscaral
Subsecretana de Educacitn
Prof. Rossana Inyerama