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8 Argumentacién® Frans H. van Eemeren, Rob Grootendorst, Sally Jackson y Scott Jacobs £Qué es la argumentacién? La argumentacidn utiliza el lenguaje para justificar orefutar un punto de vista con el propésito de asegurar un acuerdoen las ideas. El estudio de la argumentacién se centra tfpicamente en uno de dos objetos: 0 en las interacciones en las que dos o més personas dirigen orealizan argumentaciones tales como debates odiscusiones, o en los textos como las conferencias o editoriales on los que una persona expone un razonamiento (O'Keefe, 1977). Un enfoque tedrico adecua- do dela argumentacién deberfa incluir tanto ael proceso deargumen- tacién como los argumentos producidos en ese proceso. Examine el siguiente texto, adaptacién de un artfculo periodistico cuya fuente es una agencia noticiosa (Associated Press, 1993): (1) Un estudio reciente demostré que las mujeres tienen mas proba- bilidades que los hombres de ser asesinadas en su lugar de tra- bajo. El 40% de las mujeres que murieron en su lugar de trabajo durante 1993 fueron asesinadas. El 15% de los hombres que murieron en su lugar de trabajo durante el mismo perfodo fueron asesinados. La primera oracién es una aseveracién realizada por el escritor, y las otras dos oraciones presentan evidencia que se ofrece como la raz6n para considerar verdadera la aseveracién. Esta combinacién *Tradueido por Elizabeth Maiuolo. 305 de asereién més susiento es 16 que generalmente se Hama un argumento, Pero los argumentos no se dan solamente como un conjunto de monélogos; un argumento puede también construirse mediante la interaccién entre alguien que expone un punto de vista y alguien que lo cuestiona, comoen el siguiente intercambio entre una joven pacien- te y un terapeuta de mediana edad (de Bleiberg y Churchill, 1977; véase también Jacobs, 1986): (En las transcripeiones de conversa. ciones, se utilizan cominmente corchetes para indicar que, en un momento dado, las palabras de una persona se superponen con las de la otra, como cuando el terapeuta (T) comienza a hablar antes de que el paciente (P) finalice. Un punto entre paréntesis indica una pausa corta.) (2) 1 P: Nogquiero que ellos tengan nada que ver con mi vida, excepto (,) [seguridad(?) ‘T: [gUsted vive con su familia? P: Si. ‘T: gBllos la mantienen? PSE ‘T: g¥ e6mo podrian no tener nada que ver con su vida? eaner En el turno 1, la declaracién de la paciente de que ella no quiere que sus padres (“ellos”) tengan nada que ver con su vida parece comprometerla con un punto de vista en el que es posible que sus padres no tengan nada que ver con su vida. El terapeuta interviene y cuestiona este punto de vistaal formular una seriede preguntascuyas respuestas apoyan una posicién contradictoria: no es posible que los padres de la paciente no tengan nada que ver con su vida. Los ejemplos (1) y (2) ilustran caracteristicas centrales det concepto de argumentacién. En primer lugar, se puede extraer de ambos casos una estructura inferencial caracteristica: algunas propo- siciones formuladas como aseveraciones y otras proposiciones (razo- nes) formuladas como justificacién y/o refutacién de esas aseveracio- nes. En segundo Lugar, los argumentos de los dos ejemplos se refieren @ un asunto que tiene dos caras y que permite dos papeles opuestos para los comunicadores: un protagonista que propone una asevera- cin y un antagonista que duda de esa aseveracién, la contradice o, si no, se relwisa a aceptarla. En el caso de la historia periodistica, el antagonista es una audieneia eseéptica proyectada o imaginada que requiere pruebas para ser convencida de la aseveracién; en la sesién de terapia, el antagonista es el terapeuta que cuestiona la postura de 306 la paciente y propane un punto de vista contradictorio. En tercer lugar, estos ejemplos muestran la forma en la que los argumentos estan inmersos en actos y actividades, En el articulo periodistico, el escritorno formula abiertamente la afirmacién olos argumentos dela afirmacin de que las mujeres tienen més probabilidades que los hombres de ser asesinadas en su lugar de trabajo; el éscritor informa de la aseveracién y los argumentos de sustento formulados por un “estudio reciente” y asf evita toda responsabilidad personal en cuanto a la veracidad de lo que se afirma, En la sesién de terapia, los argumentos del punto de vista del terapeuta se afianzan mediante preguntas que obtienen concesiones por parte de la paciente y que la obligan a verse en una posicién inconsistente que la forzaré a aban- donar sus ideas iniciales. El argumento surge de esta actividad de colaboracién. Ademés, el punto de vista inicial de la paciente se produce en el acto de la expresién de un deseo, y es el terapeuta quien parece imputarlela aseveracion ulterior de que ese deseo es una posibilidad realista, Estos dos argumentos tienen otra caracteristica en comin: ambos ineluyen medios cuestionables de argumentacién. En (1), la conclusién parece plausible sélo debido a un grave defecto en el razonamiento que, por su naturaleza, es dificil de notar, Las mujeres, de hecho, tienen muchas menos posibilidades que los hombres de ser asesinadasenel trabajo. Aunque las afirmaciones en suapoyo pueden ser verdaderas, su verdad no garantiza la veracidad dela conclusién, por razones que examinaremos enseguida. Fl problema de] argumen- toen (2)nose relaciona tanto con la veracidad de lo que se dice, ni con el razonamiento en si mismo, sino con el método agresivo con el que avanza el terapeuta. La pregunta retérica de la linea 6 y la forma brusea y declarativa de las otras preguntas representan una “humi- Macién” de la paciente que la desalienta en cuanto a elaborar una fuerte defensa desu punto de vista. Bl andlisis de estas insuficiencias (lamadas generalmente falacias)es unode losintereses més antiguos del estudio de la argumentacién. Breve historia del estudio del discurso argumentativo La tradicién del estudio de la argumentacién tiene una larga historia que puede rastrearse hasta los antiguos escritos griegos sobre logica (prueba), retérica (persuasién) y dialéctica (interrogacién), especialmente los escritos de Aristételes. Como la funcién de la argumentacién es convencer a otros acerca de la veracidad o acep- tabilidad de lo que uno dice, las preguntas duraderas que la teoria de 307 la argumentacién estudia se relacionan con cuestiones de evaluacién: qué es necesario para que una conclusién esté bien sustentada, qué criterios deberian regir la aceptacién de un punto de vista, ete. Hist6ricamente, et estudio de la argumentacién estuvo motivado por un interés en ef mejoramiento del discurso 0 en la modificacién de los efectos de ese discurso sobre la sociedad. Aristételes trataba a la argumentacién como un medio para exponer el error en los pensa- mientos y moldear el discurso segiin un ideal racional. Era fundamental en la légica de Aristételes una distincién entre formay substancia, En lugar de hacer un andlisis particularista de los puntos fuertes y los débiles de los argumentos individuales, la légica de Aristételes identificaba las formas de los argumentos que podian llevar de aserciones aceptadas como verdaderas a otras aserciones cuya veracidad todavia debia determinarse. Estas formas eran de aplicacién universal, de modo que cualquier contenido podia ser sustituido por cualquier otro contenide con el mismo resultado. Examine el siguiente argumento: (8) Algunos abusadores de nifos son maestros. Algunos maestros son mujeres. Por ende, algunos abusadores de nifios son mujeres. En los argumentos de esta clase (amados “silogismos categ6- ricos”), las primeras dos oraciones (1as premisas) hacen referencia a tres categorias; cada premisa establece una relacién entre dos de Jas tres categorias. La tercera oracién (la conelusién) formula una relacién entre las dos categorias no conectadas en las premisas. Es probable que la mayorfa de las personas acepte la conclusiGn, asf como aceptan las dos premisas ofrecidas como sostén. Pero, de hecho, la conelusién no esté justificada por las dos premisas, como puede verse al abstraer del argumento sélo las relaciones formales enunciadas entre las tres categorias mencionadas. Por convencién, utilizamos para representar la categoria que aparece como svjeto de la conclu- sién, P para representar la categoria que aparece como predicado de laconelusién, y M para representar el término del “medio” queconecta Sy P al constituir un par con S en una premisa y con P en otra. Podemos eliminar]acomplicacién dela substanciasustituyendoS por “abusadores de nifios”, M por “maestros”, y P por “mujeres”, de modo que la forma del argumento seré la siguiente: (4) Algunos S son M. Algunos M son P. Por ende, algunos S son P. 308 El defecto de este argumento es que la categoria S puede estar completamente contenidaen las porciones de M que nosonP,oseaque ‘es posible que ningiin S sea P. Por Jo tanto, aunque la conclusién podria ser verdadera, no lo es necesariamente, Podria ser verdad que algunos abusadores de nifios sean mujeres, pero esto no esté asegura- do porla veracidad de las premisas. Cuandola forma de un argumento garantiza que la conchisién seré verdadera siempre que las premisas lo sean, se dice que la formas “valida”. Pero sila conclusién puede ser falsa aunque las premisas sean verdaderas, se dice que la formaes“no valida’. ‘Las personas raramente presentan sus argumentos en forma de silogismos completes. Sin embargo, estas formas tienen una base intuitiva en el razonamiento diario, como puede verse en el siguiente intercambio entre un tio y su sobrine de cuatro afios: (5) (Curtis corre hacia Ja cocina y choca con su tio)) ‘Mo: Curtis, gqué estas haciendo? Curtis: Soy un astronauta. ‘No: No puedes ser un astronauta. No tienes casco. Curtis: Han Solo no usa caseo. Tio: Stitt. Curtis: E) es un astronauta, (.) Como puedes ver, no todos los astronautas usan casco. ((Curtis sale corriendo hacia la sala de estar)) Si se completa esto con la premisa faltante apropiada y se hace una pardfrasis de cada expresién para adecuarlaavuna formaesténdar particular, podemos lograr que el argumento del tfo se corresponda con una forma valida de silogismo. La premisa faltante es que el hecho de usar casco es una propiedad necesaria para ser un astronauta, comiinmente expresada como “Todos los astronautas usan casco”. En la forma silogistica esténdar, todas las aserciones expresan una relacién entre dos categorias, de modo que debemos hacer una nueva pardfrasis de la premisa on la forma de “Todos los astronautas son portadores de casco”, Para representar el argumento del tio en la forma esténdar de un silogismo, el sujeto y el predicado de todas las afirmaciones deben tratarse como categorias generales. De modo que “Curtis” debe considerarse una categoria con un solo miembro y la premisaexplicitamente formulada"No tieneseaseo” puede reeseribirse ‘como “Todos los Curtis son no portadores de casco”, 0, mediante una relacién llamada “afirmaci6n de lacontraparte”, puedereeseribirse en la forma logicamente equivalente “Ningtin Curtis es un portador de casco”, Sustituyendo las categorias abstractas P, M yS por “astronau- 309 ta’, “portadores de easco” y “Curtis”, realizamos el cambio desde una expresién conversacional ordinaria a la representacién categérica abstracta, tal como se muestra en el euadro 8.1. Obsérvese que si clegimos esta traduecién particular w otra similar (por ejemplo aceptamos a “los no portadores de casco” como una categoria), obtenc. mos una forma en la que, si las premisas son verdaderas, la conclusin no puede ser falsa; esta es la caracteristica que define una forma valida y esta propiedad se transfiere a todas las “instancias de sustitueién" de la forma, Aunque el argumento sea valido, eso no significa que la veraci- dad de la conclusién no pueda ser euestionada; una o ambas premisas Pueden ser falsas. La conclusién de que Curtis noes un astronauta os tuna consecuencia de la veracidad de las premisas, pero todavia podria ponerse en duda la veracidad de la conclusién cuestionando la vera. cidad de alguna de las premisas, y esto mismo es lo que sucedié on el didlogo, Curtis infirié el requisito silogistico que su tio debia ostar asumiendo, esto es, que todos los astronautas usaban casco, y se concentré en refutar esa premisa inferida, En este caso, sustituimos S por “astronauta’, P por “portadores de casco” y M por “Han Solo” (nuevamente tratamos a un individuo espectfico como una categoria con un solo miembro), como se ve en el cuadro 8.2. La conclusién del silogismo de Curtis contradice la primera premisa del silogismo de su to, quo, en realidad, nunca fue formulada pero que, sin embargo, es Recesaria para representar la forma y el contenido del razonamiento del tio, Dada la existencia de Han Solo, Curtis infiero una proposicién gue en la silogistica elasica se llama la “contradictoria” de la proposi- Gién de su to. Una de las dos proposiciones debe ser verdadera y una debe ser falsa, Cuadro 8.1 Expresion Pardfrasis| Abstraccién conversacional categsrica categdrica ‘Todos los astronautas ‘Todos los astronautas usan casco, son portadores de casco. ‘Todos los P son M. Curtis no usa asco, inguin Curtis es portador de casco. Ningwin S es Mf, Por ende, Curtis noes Por ende, ningiin Curtis Ninguin es P. un astronauta, es un astronauta, 310 Cuadro 8.2 Expresion, Parafrasis Abstraccién conversacional categérica categorica Han Sole no usa casco, Ningiin Han Solo es Ningin Pes M. un portedor de casco. ‘Todos los Han Solo ‘Todos los $ son M. son astronautas, Han Solo es un astronauta, (Asumiendo que existe al menos ‘un miembro de S) Algunos S no son P, Por ende, no todes los Por ende, algunos astronautas son. astronautas no son portadores de casco, _—_portadores de easco, Desde la légica de Aristételes, el estudio de la argumentacién ha seguide la tradicién del andlisis de la forma dela inferencia argumen- tativa independientemente de su contenido. El desarrollo de la légica simbélica moderna es una respuesta directa a la preocupacién por representar formalmente la estructura inferencial de argumentos aparentemente aceptables o inaceptables. La retérica clisica se relaciona con la persuasién efectiva: con prineipios que conducen al asentimiento o al consenso, La retériea de Aristételes se parece poco a las teorias actuales de la persuasi6n, que se orientan fuertemente al andlisis de la formacién y el cambio de las actitudes, pero son indiferentes en general al problema de la inven- cién de mensajes persuasivos (O'Keefe, 1990; Eagly y Chaiken, 1993) En la retorica de Aristételes, el énfasis se ponia en la produccién de argumentaciones efectivas para un auditorio cuando la cuestin no se prestaba a una demostracién cierta. Mientras que el silogismo era la forma mas prominente de la demostracién légica, el entimema era su contrapartida retérica. Los entimemas eran considerados silogismos ‘cuyas premisas se tomaban del auditorio, Por lo general sdlo se expresan parcialmente, y su légica es completada por el auditorio. EL fracaso del argumento del tio en (6) es un fracaso del entimema, porque su auditorio (Curtis) no acepta una premisa implicita (aunque s{la reconoce). La calidad entimematica de los argumentos cotidianos (“det mercado") lleva a uno de los problemas duraderos del andllsis de Ja argumentacién: e6mo representar lo que se deja implicito en el discurso argumentative ordinario, ‘También fue importante para el estudio subsecuente de la argumentacién el estudio de las falacias (que primero fueron lama- Bil das "refutaciones sofistas”o “sofismas” en referencia alos sofistas, un Brupo de te6ricos-practicantes de la Antigiedad que fueron acusados de equipararel éxito en la persuasién con la veracidadde la argamen, tacion). Entre los sofismas que Aristételes identificé habia formas de argumentos que tienen una apariencia falsa de validez, como la falacia de equivocacién, un error do razonamiento que surge de un cambio imperceptible en el significado de los términos utilizados en un argumento, Blargumento sobre las proporciones de asesinates enel lugarde trabajo en (1) contiene una falacia de equivocacién. La equivoeacién S¢ debe dos posibles significados concretos de “probabitidad” Wrerosimititud”. La conclusién se refiere ala probabilidad de que una muser (o un hombre) sea asesinada, en su lugar de trabajo ealeulada comparando la cantidad de mujeres (u hombres) que son asesinadas £2 gb trabajo on relacién con todas las mujeres (u hombres) que trabajan.Laconclusién sugieve que esta proporciénes mayor para ing mujeres que para los hombres, Pero la base para la eonclusiGn define muere en el trabajo, La conelusién de este articulo se deduciria de estas bases sélo si los hombres y las mujeres tuvieran tasas totales similares de muertes en el trabajo, Pero el mismo articulo informe Que a los hombres les corresponde el 93% de todas las fatalidades, que feontecen en cl lugar de trabajo. Hsto hace una diferencia muy importante: sobre la base de otras estadisticas suministradas por el articulo, puede calcularse que hubo 849 hombres asesinados en ou frabajo, pero sélo hubo 170 mujeres asesinadas, aunque (como fambién informa el articulo) en la actualidad los hombres y mujeres quan Rebresentados en forma bastante pareja en la fuerza trabaja dora estadounidense (55% y 45%, respectivamente). Las bases para ja conclusién son verdaderas: si comparamos solamente alos hewe bres y las mujeres que mueren en el trabajo, Ia probabilidad de que la muerte de un hombre se deba a un asesinato es menor que la probabilidad de que la muerte de una mujer se debau un asesinate Sin embargo, si comparamos la cantidad de todos los hombrae y mujeres que trabajan, la probabilidad de que un trabajador hombre £64 feesinado es mucho mayor que la probabilidad de que une trabajadora sea asesinada. En ol transeursode la larga historia dela teoria de laangumenta- cin, uno de los pilares ha sido la catalogacién y el anslisie de os falacias (Hamblin, 1970). Aparenuetente, el trabajo implicade or esta forma de teorfa nunea sera completado, ya que la iavencién de 312 nuevas formas de argumentacién (tales como el razonamiento probabilistico) crea nuevas oportunidades para que surjan falacias y nuevas oportunidades para identificarlas y expliear por qué lo son. Para completar el resumen de las contribuciones de Ariststeles al estudio de la argumentacién, el concepto aristotélico de dialéctica es mejor comprendido como el arte de la interrogacién por medio de la discusién eritica. La dialéetica es una forma de someter lasideas a una prueba critica al intentar exponer y eliminar las contradicciones de una posicién: un protagonista formula una afirmacién y luego provee Yespuestas a un interrogador eseéptico(un antagonista). El intercam- bioentreel terapeuta y la paciente en (2)captura la estructura deeste método, pero no su espiritu cooperative. Aunque el caso paradigmé- tico de la dialéctica es la téenica de preguntas y respuestas de los didlogos socrsticos, también puede emplearse un modelo de asevera- cién y asentimiento, como en (5). Se supone que la adecuacién de cualquier asercién particular se evahia cooperativamente mediante la elicitacién de premisas que podrfan servir de puntos de partida aceptados por todos, y Inego extrayendo las consecuencias de esos puntos de partida y determinando su compatibilidad con la asevera- cin on cuestién. Cuando surgen dificultades, pueden presentarse nuevas aserciones que eviten las contradicciones. Este método de oposicién controlada equivale a la aplicacién pragmatica de la légica, ‘un método de colaboracién para poner en uso la logica con el objetivo de pasar de la conjetura y la opinién a una creencia mas segura Mientras que Aristételes defini los deberes de los papeles del interrogador y del interrogado, y las clases de preguntas y respuestas permitidas, la concepcién dialéctica de la argumentacién ha sido por Jo general ignorada, hasta recientemente, en el desarrollo dela teoria de la argumentacién, Nociones como la carga de la prueba, la presun- ¢idn ola reductio ad absurdum fueron desarrolladas en la teoria de la argumentacién sin prestar demasiada atencién a su eco en la dialée- tica. El redescubrimiento reciente de las concepciones dialécticas de Jos argumentos marca un cambio decisivo en el enfoque de la teorfa y Ja investigaci6n de la argumentacién. Las perspectivas contempordneas Los puntos decisivos en el estudiocontempordneo de la argumen- tacién fueron La Nouvelle Rhétorique de Perelman y Olbrechts- ‘Tyteca (en inglés, The New Rhetoric) y The Uses of Argument de Toulmin, ambos publicados en 1958. Toulmin abog6 por una concep: cién de la racionalidad nueva e informal, sujeta a los contextos sustantivos del discurso (“campos”) que varian en su organizacién 313 “notimativa. La nueva vetérica de Perelman y Olbrechts-Tyteca ~ Péititrodujo a la audiencia en la argumentacién y aport6 un inventario de técnicas de argumentacién efectivas, Muy importantes para los estudios de argumentacién contemporéneos fueron el inicio de un movimiento hacia una visién de interaccién de los argumentos y el apartamiento de la légica formal. Tanto Toulmin como Perelman tomaron los argumentos judiciales como modelo para la argumenta- cién en general, y centraron su atencién en el intercambio entre los papeles de dos argumentadores adversarios. La principal contribucién dela nueva retérica hasidolade volver a situar la argumentacién en un contexto de controversia en el que existe un auditorio al que dirigirse. Muy 2 menudo la retérica ha sido considerada antirracional, 0 un apartamiento de un ideal racional. Pero en la teorfa retérica contempordnea, se ha producido un notable retroceso en una distincién nitida entre la retérica, el estudio de las técnicas efectivas de persuasién, y ta dialéctica, asociada durante mucho tiempo a ideales de sensater, racionalidad, y una tendencia hacia la verdad. Bl tema distintivo en estas nuevos ex4menes mod nos de la retérica os 1a cualidad de situacionalidad de la argumenta- cién y la importancia de la orientacin hacia un auditorio, Las preguntas centrales de la teoria son cémo puntos de vista contrarios Negan a reconciliarse mediante el uso del lenguaje y cémo puede hacerse, por medio de la propia retérica, para que los auditorios concretos se aproximon més a la postura de una audiencia idealmente racional. Esta tendencia hacia la dialectizacién es aun més explicita en la obra filoséfiea de Hamblin (1970), Bn su detallada erftica del “trata- miento estdndar” de las falacias, Hamblin expuso su teoria en la que se considera a la argumentacién como un proceso dialéctico organiza- doen torno de los esfuerzos de los contrincantes por convencer al otro desus respectivos puntos de vista, Lascaracterfsticas importantes del enfoque de Hamblin gon el énfasis en las reglas que definen las obligaciones del orador y regulan los movimientos de interaccién, antes que un énfasis on las formas légicas como el mecanismo generativo de la argumentacién, al igual que e) reconocimiento del caracter autoconstitutive y autorregulador de la argamentacién, El interés de Hamblin en el andlisis formal del didlogo es un precedente directo de muchas de las tendencias actuales mas interesantes de la teoria de la argumentacién. Aunque es posible abordar la dialéctica formalmente y fuera de todo contexto, el enfoque dialéctico de la argumentacién tiendea estar acompaiado de un interés en los argumentos “reales” que surgen de las idas y vueltas de las controversias reales. Debido a la atencién a B14 os problemas de evaluar la-adecuacién de los casos argumentativos ‘ordinarios, a las condiciones de los argumentos comunes, y a los, medios comunicativos y de interacci6n mediante los cuales se conduce Ja argumentacién, los enfoques dialécticos tendieron a alinearse con las aproximaciones pragmsticas hacia el discurso y la interaccién en la conversacién. - ‘Adomés de una tendencia general hacia la dialectizacién existié una tendencia igualmente influyente hacia la funcionalizacién y la contextualizacién. La obra de Toulmin (1958; 1970) ha sido funda- mental en este desarrollo, A grandes rasgos, Toulmin teorizé que, independientemente del contexto sustantivo, es posible considerar la argumentacién como el ofrecimiento de una aseveracién junto con respuestas a ciertas preguntas caracteristicas, pero que las normas para Ia evaluacién de la adecuacién de los argumentes varian de un campo de la argumentacién a otro, El problema de qué es Jo que el orador tiene para “proceder” da origen a lo que Toulmin llamé las “hases”, aproximadamente equivalentes a las premisas de la légica clasica. Fl problema de qué¢s lo que justifica la inferencia desde estas bases a la aseveracién en cuestién da origen a la “justificacién” 0 jicencia de inferencia”, la que conviene entender antes como una clase de estrategia o regulacién del razonamiento que como otra premisa més, Fl “respaldo” para la justificacién podria tomar la forma de informacion sustantiva similar en su clase a las “bases”, de modo que laestructura queactualmente se denomina “el modelode Toulmin” difiere de una descripcién clasica de la argumentacién en que no concentra su atencién en las relaciones formalesentrelas partes deun argumento sino en las relaciones fancionales. Bases Aseveracion BE] 40% de las mujeres que Es mds probable que murieron fueron asesinadas. las mujeres sean El 15% de los hombres que asesinadas en el trabajo murieron fueron asesinados. que los hombres, Justificacion Los sucess que ocurren mas frecuentemente en relacién con las oportunidades de ocurrencia son ms probables. Figure 8.1 Considérese cémo podriamos “diagramar” los argumentos de (1) y (3). Al hacerlo, a menudo descubrimos que debemos afiadir elemen- 315 tos que no fueron expresados pero que son necesarios para represen- tar el razonamiento del hablante. En el ejemplo (1), debemos aftadir una suposicién acerca de cémo se calculan y comparan las probabili- dades, como en la figura 8.1. Elejemplo (3) es mucho mas complicado, a pesar de su aparente simplicidad, porque para diagramarlo apropiadamente debemos to- marlo como dos argumentos, uno de los cuales cimienta la base del otro. Como con el ejemplo (1), debemos aiiadir contenido que ha quedado implicito. Espectficamente, debemos atribuir al tio la creen- cia de que el tener un casco es una caracteristica necesaria para ser astronauta, nosélo una propiedad que, casualmente, comparten todos los astronautas. Esta creencia implicita puede dividirse en una proposicién ffctica acerca de las propiedades de la categoria “astron- auta” (que aparece en la figura 8.2 como el respaldo de una suposicién acerca de los requisitos de pertenencia categorial) y en una regla de razonamiento que especifica las condiciones bajolascualesalgo puede considererse miembro de una clase. Los materiales fécticos especiti- cos para el caso individual proporcionan las bases para la conclusién 0 el respaldo de la justificacién; las reglas de razonamiento y otros elementos similares sirven como justificaciones, como lo muestra el diagrama de la figura 8.2. Estos diagramasnosdlo ayudan a explicar cSmoserelacionan las distintas partes de los argumentos, sino que también ayudan a localizar Jos problemas de cada argumento. En el diagrama de la figura 8.1, se reconoce facilmente que el problema se relaciona con lo quese considera comouna “oportunidad” para que cada suceso ocurra; es razonable medir la probabilidad de que una mujer sea asesinada en su trabajo no como la proporcién de muerte’s que son asesinatos, sino como la proporeién de todas las mujeres trabajadoras asesinadas en su lugar de trabajo, lo cual representa una cifra mucho menor, Bn el diagrama de la figura 8.2, la falla se encuentra en la parte no formulada del respaldo de la justifieacién: la ereencia aparentemente errénea de que todos los astronautas usan casco y su correspondiente suposicién defectuosa de que usar un easco es una caracteristica necesaria para ser un astronauta. La inmersién de la argumentacién en contextos sustantivos de discurso también fue prefigurada en la obra de Toulmin, especialmen- teen la idea de que las normas para Ja evaluacién de los argumentos son “dependientes de! campo” y en la idea aun més fundamental de gue los elementos de la argumentacién independientes del campo (aserci6n, bases, justificacién, etc.) pueden entenderse como respues- tas a las preguntas de un interlocutor idealizado. Aunque pueda parecer gue el estilo del andlisis inspirado por la obra de Toulmin 316 Penne Bases 1 Asereién 1 Curtis no tiene easco. Curtis earece de una caracteristica necesaria para ser un astronauta. Justifieacién 1 ‘Un easeo es una earacteristica necesaria para ser un astronauta. Respaldo 1 ‘Todos los astronautas tienen casco. Asercién 2 Curtis no puede ser un astronauta. Bases 2 Curtis earece de una caracteristica necesaria para ser un astronauta. Justifieacin 2 Una entidad no puede ser miembro de una clase a menos que posea todas las caracteristicas necesarias dela clase. Figura 8.2 (@iagramacién de los argumentos como unidades completas) se con- centra més en la forma y en el contenido de los argumentos que en las interacciones, la estructura del argumentoes, en realidad, el producto de una interaceién con cada parte del argumento definidoen términos de alguna funcién de interaccién especificada: como respuestas a preguntas particulares 0 cuestionamientos de la asereién inicial. Una de las lineas de investigacién que surgen de la obra de ‘Toulmin es el movimiento de la “légica informal” (Govier, 1988; Johnson y Blair, 1983). Aunque el nombre sugiera algo diferente, la légica infermal no es una nueva clase de logica. De hecho, es un enfoque normative hacia la argumentacién que utiliza el lenguaje comiin y es més amplio que e] enfoque de la légica formal. El propésito del l6gico informal es desarrollar normas, criterios y procedimientos para la interpretacién, evaluacidny construccién de argumentaciones que sean fieles a las complejidades ¢ incertidumbres de la argumen- tacién de todos los dfas, Un tema comin en la logica informal es que los argumentos formalmente no validos a menudo son bastante razonables como bases para las decisiones practicas. 3i7 Deacuerdocon el programa de Blair y Johnson(1987), laeficacia de la argumentacién no es idéntica a la validez formal de la Iégica deductiva. los proponen que las premisas de una conclusién deben satisfacer tres criterios: 1) pertinencia, 2) suficiencia y 3) aceptabili- dad. Con respecto a la pertinencia, el problema reside en si existe una relacién adecuada entre los contenidos delas premisas y la conclusion; con respect a Ja suficiencia, si las premisas proven pruebas suficien- temente fuertes para la conclusién frente a las objeciones y contraargumentaciones; con respectoa la aceptabilidad, silas premisas son verdaderas, probables o, de lo contrario, fiables. Las teorfas pragmaticas de la argumentacién, como la teorfa pragmadialéctica de Van Kemeren y Grootendorst (1984; 1992; Van Eemeren et al., 1993; véanse también Walton, 1989; 1995), represen- tan un paso adelante hacia una visién funcional e interactiva de la argumentacién, La teoria pragmadialéctica parte del supuesto de que el propésito de la argumentacién es resolver una diferencia de opinién, de modo que la oposieién de papeles argumentativos es un rasgo caracteristico del discurso argumentativo. Se considera el argumento como una clase de interaccién que surge en el contexto de otras actividades de interaceién, cuando algo que se ha dicho, sugerido o transmitido hace evidente que existe una diferencia de opinién entre dos partes. Esta descripeién es necesariamente abstracta, ya que la argumentacién puede tomar cualquier forma, desde un tinico texto escrito por un autor que se dirige a um auditorio desconocido hasta un acalorado debate con idas y vusitas entre dos personas que se hablan cara a cara. Pero la caracteristica importante y definitoria de la argumentacién es que esta surge con la finalidad de enfrentar —e intentar resolver—una diferencia de opinién por medio de la explora- cién de la justificacién relativa de los puntos de vista en competencia, E} escritor imagina un auditorio a ser persuadide por medio de argumentos que se ofreceran para apoyar las ideas del escritor o para refutar las ideas del propio auditorio. Aquellos que discuten en una conversacién hacen que sus respectivas posturas evolucionen como respuesta directa a cada aporte sucesivo de su interlocutor. Pero en ambos casos, la organizacién del argumento depende de la existencia de las papeles opuestos y de la comprensién del argumentador acer- ca de los puntos que deben sor resueltos para superar la oposicién, ‘Alreflejar amplias tendencias hacia la dialectizacion, la funcio- nalizacién y la contextualizacién de la argumentacién, la teoria pragmadialéctica brinda un modelo de discurso argumentativo, noen términos de forma y contenido sino en términos de procedimientos de discusién. En lugar de un conjunto de normas a ser aplicadas a unidades de prueba individuales, e! modelo pragmadialéctico ofrece 318 roglas para la interaccién argumentativa y precondiciones asociadas que se relacionan con elementos tales como las destrezas, las actitu- des y el poder de los participantes. Laargumentacién, dentro de as concepciones pragmadialécticas, es considerada un dispositive discursive para la regulacién del propio discurso. Pertenece a la clase de dispositivos conocidos como “meca- nismos de reparacién” y su funcién es la de localizar y resolver diferencias de opinién Jackson y Jacobs, 1980). La conceptualizacién dela argumentacién como una forma de reparacién (preventiva o post hoc) es importante porque lama la atencién sobre la incrustacion de las argumentaciones dentro de otras clases de actividades intoracti- vas. En otras palabras, ¢! andlisis de cualquier argumentacién par- ticular (incluyendo argumentaciones como las del articulo del perié- dico sobre asesinatos en el lugar de trabajo y la conversacién sobre astronautas) se relativiza, ya que se ubica dentro del contexto de otro discurso mas amplio que guia el andlisis al definir qué es lo que esta en juego, Decir que la argumentacién surge como una forma de reparacién es decir también que la orgenizacién de la argumentacién debe considerarse en términos de principios generales de interaccién. Bn la pragmadialéctica, se utilizan los coneeptos de la teoria de los actos del habla (Searle, 1969) y de la teorfa de las implicaturas conversaciona- Jes de Grice (1989) como un puente que conecta la organizacién especial de la argumentacién con los prineipios generales que organi zan el discurso y Ia interaccién (Van Eemeren et al., 1998, especial- mente los caps. 1 y 5). Estudio de un caso: Analisis critico de anuncios editoriales Donde mas transparentomente se aplican las teorias dialécticas de la argumentacién es en la discusién argumentativa, esto es, en el intercambio directo de ideas entre dos personas que discuten. Se pueden encontrar muchos andlisis publicados de esos materiales (por ejemplo, Van Eemeren et al., 1993: caps. 5-7). Homos elegido para el estudio de un caso un conjunto de materiales mds estimulante: una serie de textos monolégicos que representan sélo un lado de la discusién. Lo que hace que este andlisis sea “dialéctico” no es que su objeto sea el didlogo, sino que ubica todo l texto argumentativodentro del contexto de] esfuerzo de una de las partes para convencer ala otra de un punto de vista, respondiendo preguntas y objeciones y basando las conclusiones en puntos de partida mutuamente aceptables. La clave es ver que estos monélogos cortos reflejan una imagen del autor 319 como protagonista (aqui, R. J. R. Tobacco), pero también proyectan la imagen de un destinatario como antagonista o interlocutor escéptico (aqui, un joven que esté pensando en comenzar a fumar). Los dos textos presentados en los ejemplos (6) y (7) fueron publicados originalmente como publicidad editorial (0“anuncio edito- rial”) en revistas de los Estados Unidos durante el perfodo 1984-6 y financiados por la R. J. Reynolds Tobacco Company. Los dos amuncios editoriales son, aparentemente, consejos hacia losjévenes para queno fumen. Constituyen casos muy interesantes para la reconstraccién debido a ta forma en que estos anuncios editoriales aprovechan y subvierten las normas propias de la discusién abierta y cooperativa que parecen promocionar. La apariencia de un esfuerzo de buena fe como argumento razonable sdlo sirve para ocultar el diserio falaz. ) 4 Algunos consejos asombrosos 2 de R. J. Reynolds Tobacco para los jévenes 3 No fumes. 4 Por un lado, fumar siempre ha sido una costumbre de adultos. Y aun para estos, famar se ha vuelto una cuestién muy controvertida. De modo que, @ pesar de que somos una compariia tabacalera, no creemos. que sea una buena idea 6 que la gente joven fume. Sabemos que dar esta clase de consejos a los jévenes a veces puede ser contraproducente. 8 Pero si comienzas a fumar para demostrar que eres un adulto, lo que en realidad pruebas es justamente lo 9 contrario, Porque la decisién de fumar o no es algo que deberias hacer cuando no tengas 10 nada que probar. 11 Piénsalo, Después de todo, quiz no seas lo suficiente- mente adulto para fumar. Pero eres lo suficientemente advl- to para pensar. 12 R.J. Reynolds Tobaceo Company m ‘Una charla directa sobre el fumar para los jévenes Somos R. J. Reynolds Tobacco, y te rogamos que no fumes. _ Te decimos esto porque, en todo el mundo, fumar ha sido siempre una costumbre de adultos. ¥ poraue hoy, aun entre los adultos, fumnar es controver- sial, 6 Tu primera reaccién podria ser la de ignorar este aviso. Aone o 320 Quiza sientas que estamos habléndote como si 7 fueras un nifio. ¥ td probablemente no te sientas de esa manera, 8 Pero que ya no seas un nifio no significa que ya eres un adulto, ¥ si ta 9 comienzas a fumar sélo para demostrar que no eres un nifio, té engafias a ti mismo. 10 Entonces, por favor, no fumes. Tendras mucho tiempo cuando seas adulto para decidir si fumar 11 es correcto para ti. 12 Esta es la forma més directa en la que podemos decirlo. 18 Red. Reynolds Tobacco Company Aunque podemos pereibir ficilmente que esté fuera de lugar, el problema es cémo hacer que Id argumentacién revele las faltas cometidas. La reconstruccién de argumentaciones es un arma anali- tica que puede desempefiar esta funcién tan importante, Lo que intentaremos mostrar en esta seccién es que los argumentos formula- dos son tan débiles que, virtualmente, son contraproducentes. Los argumentosdeestos anuncios editoriales invitana sacar laconclusin de queno hay buenos argumentos por los que la gente joven no deberia fumar. Cémo se logran estos efectos comunicativos en textos que! parecen abogar por que los jévenes no fumen puede mostrarse por medio de una reconstruccién de los argumentos. Considerados dialécticamente, los anuncios editoriales deben ser vistos como contribuciones a un debate pitblico mas amptio acerca del papel del tabaco y de la industria tabacalera en la sociedad estadounidense, Hacia 1984, las actitudes piblicas hacia el cigarrillo habfan cambiado notablemente, lo que llev6 a restricciones sin prece- dentes sobre fumaren restaurantes, hoteles, edificios piblicos, trenes y aerolineas. Se programaron audiencias en el Congreso para consi- derar, entre otras cosas, nuevas restricciones en la publicidad de los cigarrilios. Parte de la convovatoria a las audiencias erael argumento de que las compaiifas de cigarrillos estaban dirigiendo su publicidad a los nifios para reemplazar al nitmero ereciente de adultos que abandonaban el cigarrillo o movian. De modo que, aunque los dos anuncios editoriales parecen ser actos retéricos autocontenidos sim- plemente cirigidos a los jévenes, deberfamos esperar que cireunstan- cias m4s amplias motiven la forma en la que los argumentos se seleccionan y se modelan, No es ninguna coincidencia que estos dos anuncios editoriales fueran seguidos por un tereero, que se titulaba “No hacemos publicidad para nifios”. Como parte de la prueba de esta aseveracién, el tercer anuncio editorial argumentaba: “En primer 321 lugar, no queremos ‘que los jévenes fumen. Publicamos anuncios dirigidos especifieamente a los jévenes para que sepan qué nosotros creemos que fumar es estrictamente para adultos”. Al menos en la superficie, los argumentos de (6) y (7) tienen la apariencia de esfuerzos razonables en un compromiso dialéctico. Ambos anuncios editoriales comienzan con justificaciones aparente- mente simples y direetas de por qué los jévenes no deber(an furmar (fneas 4 y 5). En primer lugar, fumar ha sido siempre una costumbre de adultos. En segundo lugar, aun para los adultos fumar es con- troversial. Estos argumentos definen una clase de espacio de des- acuerdo donde el protagonista y el antagonista nose comprometen con el tema de si famar es ono es una mala idea en general, sino mas bien con un tema quees plausible que un lector joven que esté considerando comenzar a fumar podria plantear: si (como R. J, R, Tobacco debe creer) esta bien que los adultos fumen, gpor qué es una mala idea que Jos j6venes lo hagen? — Los dos avisos, entonces, anticipan y confrontan mas abierta- mente las reacciones de un interlocutor joven. En las \ineas 7-11 de (6) Ja compaiifa tabacalera anticipa que, en cierta forma, dar esta clase de consejos puede ser contraproducente, ai provoear que los jévenes intenten demostrar que son adultos haciondo exactamente aquello que se les aconseja no hacer. La naturaleza del problema se anticipa més explicitamente en las Ifneas 6-9 de (7): esta clase de consejo podria ser rechazado porque puede parecer condescendiente (por hablarle al lector como si fuera un nifio). En ambos casos, R. J. R. establece que desechar el consejo y comenzar a fumar no demostrara que un joven es adulto o que no es un nifio. Finalmente, ambos anuncios editoriales pretenden la credibil dad especial de las argumentaciones “desinteresadas”. Bn (6),R.J.R. sugiere que la argumentacién va en contra de sus propios intereses ‘como compaiiia tabacalera, llamando “asombroso” a su aviso y luego afirmando que ellos no creen que sea una buena idea que los jévenes fumen “aunque nosotros seamos una compaiifa tabacalera” (linea 5). En(7),el anuncio editorial comienza y finaliza calificando su mensaje de “direct Hasta aqui, hemos descripto los argumentos mas o menos infor matmente, restringiéndonos a aseveraciones y razones que tienen un paralelo estrecho con los materiales presentados en los textos, Los dos argumentos principales para no fumar podrian presentarse de esta manera: (8) Asercién: Los jévenes no deberian fumar. Razén I: Fumar ha sido siempre una costumbre de adultos. 322 (9) Asercién: Los jévenes no deberian fumar. Razén 2: Fumar es controversial aun para los adultos. Como la mayorfa de los argumentos que surgen esponténeamen- te, los textos son, por si mismos, incompletos en tanto bosquejos del razonamiento subyacente. sto no significa que los argumentos sean inferencialmente defectuosos o que las razones no puedan dar justifi- caciones adecuadas de la aseveracién, sino que tenemos que comple- tar lo que se ha dejado implicito. Intuitivamente, las personas comprenden més en estas argu- mentaciones de lo que se dice de manera explicita, En la construccién de estos argumentos se presupone un conjunto técitamente compar- tido de ereencias y significados, y la suposicidn de esas creencias y la representacién de esos significados permiten que las razones manten- gan una relacién de justificacién con la aseveraci6n. Este es el rasgo caracteristico de 1a argumentacién entimematica. Pero geudles son estas creencias tdcitas? ZY sobre qué principios podria construirse una representacién satisfactoria? Este es el problemade las premisas noexpresadas, y puede ser uitil considerarlo una instancia especial de los problemas de coherencia y deduccién en el discurso en general. Una forma de manejar el problema es tratar de identificar proposiciones aseverables que, aunque no expresadas, podrian ser tratadas como premisas que el argumentador deberiaaceptar sobrela base de su argumentacién. Suponemos que R, J. R. Tobacco intenta realizar una contribucién cooperativa al debate y, siguiendo la teoria de las implicaturas de Grice (1989), deberiamos buscar proposiciones que, aunque no hayan sido manifestadas, estén mutuamente disponi- blesy que, sise las formulase, harfan aceptableel argumento, tal como lo reconocerian personas razonables. Como mfnimo, deberia supo- nerse que un interlocutor razonable acepta un patrén inferencial que es valido y cuyas premisas son verdaderas, 0 al menos, plausibles. Un modelo de esta clase seria como el siguiente: (10) Premisa 1: Sifumarha sido siempre una costumbre de adul- tos, entonces los jévenes no deberian fumar. Premisa 2; Fumarhasidosiempre unacostumbrede adultos. Conclusion: Los jévenes no deberian fumar. (QD) Premisa 1: Si fumar es controversial aun entre los adultos, entonces los jévenes no deberian fumar. Premisa 2: Fumar es controversial aun entre los adultos. Conclusién: Los jévenes no deberfan fomar. 323 En cada caso se agregé una premisa que se ajusta a un patron inferencial deductivamente valido quese denomina modus ponens. El modus ponens es una forma de razonamiento acerca de proposiciones; sus “elementos” son proposiciones antes que categorias, Usando p y q como variables proposicionales (simbolos que pueden significar cual- quier proposicién), podemos representar la forma abstracta de (10) como sigue, donde p es la proposicién “fumar ha sido siempre una costumbre de adultos” y q es la proposicién “los jévenes no deberian famar”: (12) Si p entonees g. PB. Por ende, q. Nétese que aunque los anuncios editoriales no expresan la premisa “si p entonces q”, el protagonista (R. J. R.), sin embargo, adhiere a esta verdad en virtud de ofrecer p como una razén para aceptar q. Ya que las funciones argumentativas de la “razén” y la “asercién” on (8) y (9) son més 0 menos transparentes, también lo es 1a aceptacién de las premisas agregadas en (10) y (11). Pero explicitar dicha premisa como un paso en la reconstruccién no tiene mucha importancia a menos que nos ayude a encontrar los fundamentos sustantivos a los que la premisa sustituye, Para cual- guier par de aserciones que aparezea en una relacién argumentativa puede agregarse una premisa que afirme que “Si razén entonces, asorcién”. Esto no hace mas que afirmar que es posible inferir una aserci6n a partir dela otra. Aunque esta premisa satisfaceloscriterios logicamente minimos de una inferencia valida, no responde realmen- te la pregunta de por qué podriamos creer que una asercién es una buena razén para afirmar la otra, Cuando sea posible, deberiamos buscar premisas noexpresadas que sean informativas de esta manera y no sustantivamente vacias. De esta forma, en (5), es mas util considerar la premisa no expresada en el argumento del tfo como “Todos los astronautasusancaseo” antes que como“Si noestés usando un casco, entonces no puedes ser un astronauta”. Lo que buseamos, entonces, es una alternativa més informativa que Ja premisa 10 una presentacidn mas informativa de sus fundamentos. Consideremos primero el razonamiento de (10): qué tiene que ver que fumar sea una costumbre de adultos con el hecho de que los. Jovenes no deberian fumar? R. J. Reynolds incorpora en sus argumen- tos el supuestode que fumaronoes algoquelos adultos tienen derecho a decidir por sf mismos ("....a decisién de fumar o no es algo que deberias hacer cuando no tengas nada que probar”, (6) lineas 9-10; 324 “Tendrds mucho tiempo cuando seas adulto para decidir si famar es correcto para ti”, (7) lineas 10-11). Esto es parte al menos de lo que significa afirmar que algo es una costumbre de adultos. ¥ también podemos extraer con facilidad de los dos anuncios editoriales la proposicisn de que los jévenes no son adultos. En (7), se supone que los jdvenes probablemente no se ven a si mismos como niftos; R. J. R. responde negando que esto muestre que son adultos (ineas 8-9). En (6) y (7), se muestra a los jévenes como seres que intentan demostrar que son adultos; un intento que, de acuerdo con el anuncio editorial, slo prueba noson adultos. Pero gy qué si los jévenes no son adultos? ,Por qué es esto pertinente para la afirmacién de que los jévenes no deberian fumar? Porque afirmar que algo es una costumbre de adultos significa no sélo que los adultos tienen el derecho a practicarlo, sino que nicamente los adultos tienen ese derecho. Siaiguien noes un adulto, no tiene el derecho de practicarlo (“fumar es estrictamente para adultos”), Entonces, podemos analizar la argumentacién de (10) segin la siguiente linea de razonamiento, Sélo una persona quees adulta tiene el derecho de practicar una costumbre de adultos (si una persona es un adulto, tiene el derecho de practicar una costumbre de adultos; si una persona no es un adulto, no tiene derecho de practicar una costumbre de adultos). Los jévenes no son adultos. Se deduce de esto que los jévenes no tienen derecho de practicar una costumbre de adultos. Ya que fumar es una costumbre de adultos, los jévenes no tienen derecho de fumar; y, ya que seguramente podemos asumir que la gente no deberfa hacer aquelio que no tiene derecho de hacer, se puede concluir que los jévenes no deberian fumar, La sustancia de este razonamiento seguramente seré rechazada por los j6venes que estén pensando en empezar a fumar, peroes todo Jo que los anuncios editoriales ofrecen como fundamento para su consejo. ¥ aqui es donde comenzamos a ver la debilidad problemdtica de los argumentos de estos anuncios editoriales. No importa cudnto nos molestemos en tratar de encontrar un fundamento sustantive que conecte las razones manifestadas con las aserciones; constantemente encontramos una cadena de razonamiento que parece slo presuponer y reasegurar el derecho de los adultos, el privilegio de los adultos y la autoridad de los adultos para restringir' las elecciones de los jévenes. R. J. R. Tobacco defiende una posicién de que rinicamente los adultos tienen el derecho de fumar y losjévenes estén excluidosde esa categoria. Pero gpor qué se excluye a los jévenes? En este punto, debemos notar que las categorias “adulto” y "nifio” son clasificaciones fundamentalmente morales, no biolégicas. Los adultos tienen dere- 825 chos que los niitos no poseen. ¥ el ejercicio de estos derechos requiere una capacidad para tomar decisiones maduras, Ahora, existe un supuesto ampliamente aceptado de que los nivios no son capaces de tomar decisiones sabias acorea de temas de la salud y por ende necesitan proteccién de sus propias malas elecciones, Ambos avisos aluden a un razonamiento infantil, inmaduro, en los j6venes (en (6): “Pero si comienzas a fumar para demostrar que eres un adulto, lo que en realidad pruebas es justamente lo contrario”; en (7): "Y si ti comienzas a fumar solo para demostrar que no’eres un nifio, te enganas a ti mismo"). Pero R. J. R. intencionalmente bloquea el supuesto de que este sea el fundamento para excluir a Jos jévenes de laclasificacidn de adultos. El ejemplo (6) finaliza con una exhortacién allos j6venes (“Piénsalo”)y la afirmacién de que ellos “quiz no [sean] losuficientementeadulto(s) para fumar. Pero son] lo suficientemente adultofs} para pensar”, En realidad, en ningun momento se formulan argumentos que permitan pensar que los jévenes son diferentes en alguna cuestién importante de los adultos. Ambos avisos anticipan el hecho de que un lector joven rechazara que lo clasifiquen como un no adulto (e inten- tara demostrar su calidad de adulto fumando), pero ningun aviso defiende la premisa de un modo sustantivo, En (7), R. J. R. nojustifica la negacién de la condicién de adultos a los jévenes; sélo niega que el hecho de que el lector no sea un nifio signifique que este sea un adulto (Imea 8). En (6), R. J. R. defiende la afirmacion de que los jévenes no son adultos por medio de una clase de razonamiento circular que Fogeliny Sinnott-Armstrong (1992) llaman un argumentoautosellado: al transferir la carga de la prueba de su condicién de adultos a los Jovenes (y al atribuirtes un motivo que un lector joven seguramente desaprobard), la compafifa tabacalera garantiza que los jévenes no pueden ser adultos porque estos son personas que no tienen que demostrar nada, En ambos casos, 1o que parece ser una refutacion y un contraargumento sustantivo es, en realidad, una negativa a efectuar una defensa. Al no aceptar la carga de justificar su clasifica- cién de los jévenes, los anuncios editoriales llevan este punto a un callején sin salida, ‘También es evidente que no se menciona ninguna justificacién real de por qué fumar es una actividad restringida. Sin embargo, es de suponer que esta es la base de la controversia desde el primer momento: los jévenes no les reconocen a los adultos la legitimidad de la restriecién, Los anuncios editoriales meramente unen su afirma- cidn de que los jvenes no deberian fumar al supuesto justificado en a costumbre de que no tienen derecho a hacerlo hasta que leguen a ser adultos, Al decir que fumar ha sido siempre una costumbre de 326 . adultos y que esto es asi “en todo el mundo”, lo que se hace es justamente invocar la fuerza del presupuesto, La falta de apoyo sustantivo genuino es en particular evidente, ya que los anuncios editoriales no utilizan los argumentos aparente. mente mas fuertes disponibles en contra del eigarrillo: los cigarrillos son una droga letal y adictiva, en especial para los jévenes. Podria pensarse que el argumento reconstruido en (11) alude a estas obje- ciones sustantivas hacia el hecho de fumar, pero al decir que fumar es controversial no se sugiere nada mds que algunas personas lo aprue- ban yotrasno, El argumento sélo funciona para reforzar el presupues- to de la exclusién. Para comprender esto, primero debemos analizar el sentido de “controversial”. Si se dice que algo es controversial, lo que se quiere decir es que ese tema tiene dos caras, ninguna de las cuales es obviamente correcta, de modo que el tema esta en discusién y ain no ha sido decidido. Decir que “fumar es controversial” significa que no es claramente correcto ni claamente ineorrecto. ¥, ante la ausencia de una conclusién definitive, la posicién con la presuposi- cin gana, de modoque los adultos deberfan tener el derechode fumar, si eso es lo que deciden hacer. Pero existe otrosignificado de “controversial” quese aplica sobre todo a los temas en los que una posicién goza de un presupuesto: el sentido de una posicidn esta fuertemente en cuestién. Introducir la razén en (9) mediante Ia califieacién “aun para los adultos” implica convencionalmente que fumar es mas “controversial” para algiin otro grupo que para los adultos. Puede suponerse que los jévenes forman ese grupo de contraste, ya que es el derecho de famar de este grupo lo que esté en cuestién en los anuncios editoriales, Si fumar es controversial aun entre los adultos, debe serlo todavia mas entre los. Jovenes, Entonces, el significado es que para los j6venes fumar es aun iis cuestionable y polémico, Estos, las razones por las que fumar no deberia estar permitido son mAs fuertes para los jévenes que para los adultos. Pero gqué es lo que hace que este caso sea mas fuerte? Ninguno de los dos anuncios editoriales proporciona alguna base sustantiva para el cuestionamiento o él contraste. La tinica diferencia es que el derecho a fumar de los adultos es un presupuesto basado en la costumbre, algo que no se aplica a los j6venes. La cualidad paradajiea de tos argumentos es funesta y trabajaen contra de la credibilidad de los mismos consejos que se ofrecen, mientras que simultaneamente resisten a un examen critico. Los anuncios editoriales parecen enfrentar abiertamente las dudas y cuestionamientos de los jévenes con una argumentacién sustantiva y 327 una refutacién lana, pero, en realidad, se abstienen consistentemen- te de proponer argumentos serios. Parécen proporcionar argumentos que son desinteresados, equilibrados y objetivos, pero, sin embargo, la forma y el contenido del argumento est.n sutilmente disefiados para mantener una consistencia estratégica con la postura de que el hecho de que los adultos fumen es una decisién legitima, madura y razona- ble. También, lo que es ms importante, los anuncios editoriales ofrecen consejos, pero Jo hacen de una forma paradéjicamente adap- tada a los j6venes: adaptada no por una seleccién de premisas que la audiencia probablemente aceptard, sino por una seleceisn de premi- sas que la audiencia seguramente rechazard, Aplicaciones practicas del estudio de la argumentacién Para comprender el campo completo del estudio de la argumen- tacién, primero es necesario imaginar tres(o mas) objetivos cientificos diferentes. El primer objetivo es prescriptivo: Negar a formular un conjunto de principios que les digan a las personas c6mo realizar una buena argumentacién. Este interés enteramente practico fue el pri- mero en surgir y se encuentra corporizado con claridad en siglos de escritos sobre retérica, dialéetica y légica. El segundo objetivo es deseriptivo: llegar a obtener un modelo empfricamente correcto del discurso argumentativo, anélogoen formay compatible en substancia con modelos de fenémenos como conversar sobre un tema, tomar turnos en una conversacién o negociar identidades sociales. Pueden encontrarse ejemplos obvios de investigaciones descriptivas sobre la argumentacién en los andlisis de conversaciones y obras de temas relacionados (Coulter, 1990; Goodwin, 1983; Jacobs y Jackson, 1982; Schiffrin, 1984). La légica formal moderna y la ciencia cognitiva también han dado recientemente un giro hacia la descripcién de procesos inferenciales naturales, on un esfuerzo por modelar fenéme- nos abandonados durante mucho tiempo como el uso de heuristicas y la estructura del “razonamiento por omisién”. El estudio experimen- tal de la influencia social también ofrece una forma de investigacién descriptiva de la argumentacién, fuertemente orientada a identificar qué factores inflayen de manera conereta en las personas cuando se es presentan textos argumentativos (Bagly y Chaiken, 1993; O'Keefe, 1990). B1 tereer objetivo es eritico: desarrollar un marco conceptual para la evahuacién y el mejoramiento de las précticas argumentativas coneretas, considerdndolas tanto un fenémeno que debe ser explicado como eportunidades para la intervencién, es decir, oportunidades para intentar producir un cambio social (Goodnight, 1982). 328 — Cada uno de estos objetivos tiene alguna forma de resultado préctico, porque el estudio de la argumentacién ha sido, desde los tiempos clisicos, un asunto préetico ocupado del perfeccionamiento del razonamiento y del discurso justificatorio. E) estudio contemporé- neo de la argumentacidn, con su énfasis en las précticas de discurso sustantivo y contextos discursivos, corporiza este componente précti- code una manera un poco diferente de los demas enfoques tradiciona- les. En el amplio dominio de la investigacién interdisciplinaria de la argumentacién, existen dos clases principales de aplicaciones. Aplicaciones pedagégicas: el cultivo de la competencia argumentativa La primera clase de aplicaciones esta obviamente relacionada con la tradicién retériea secular: el desarrollo de la capacidad eritica Enclestudio dela argumentacién, unode los objetivoses cultivar una habilidad en el andlisis y la indagacién critica. El estudio de las falacias es, en su mejor materializacién pedagégica, el cultivo de un sentido eriti¢o que convierte al estudiante en un mejor participante del discurso argumentativo: no tanto en el sentido de ganar debates, sino en el sentido de ser capaz de dirigir la discusién hacia una resolucién racional, Asi, por ejemplo, al enseiar a los estudiantes a reconacer ei propio interés como una amenaza potencial a la raciona- lidad, creamos antagonistas para ideas que deberfan estar abiertas a la inspeccién. Los estudios de casos como nuestro andlisis de los anuncios editoriales de la compaiiia tabacalera, por ejemplo, sirven no sdlo como potenciales contribuciones a un discurso actual, sino también como ejemplos del pensamiento eritico sobre la persuasion piiblica, Pero decir que las aplicaciones pedagégicas contempordneas tienen una estrecha dependencia de la ret6rica clasica no significa sugerir que estas aplicaciones contemporéneas meramente reciclan os logros del pasado, Por el contrario: ya que las propias précticas del discurso evolucionan junto con otras condiciones sociales, el andlisis, eritico necesariamenie enfrentard nuevos desafios relacionados con practicas cambiantes. Por ejemplo, en el discurso piblico contem- pordneo, el uso extremadamente frecuente de las encuestas de opi- nién publica como una herramienta para la administracién de la opinién publica crea algunas formas distintivamente modernas de falacias que requieren un anélisis te6rico cuidadoso y una atencién pedagégica sistematica (por ejemplo, Harrison, 1996). 329 Intervenciones: el disefio de los procesos del discurso La segunda clase de aplicacién, asociada conceptualmente con enfoques de orientacién pragmatica como la teoria interaccionista de Willard (1982; 1989) y con nuestra propia teoria pragmadialéctica, se centra en el disefio de procesos del discurso, Las sociedades humanas siempre han disefiado sistemas de comunicaciones, pero la atencién explicita y detallada a los rasgos del disefio de sistemas particulares es un desarrollo reciente estimulado por cambios sociales mas gene- rales como la explosién de la tecnologia de la comunicacién y la informacién, Como hemos sefialado en algtin otrolugar(Van Eemeren etal., 1993: capitulo 8), la mezcla de las preocupaciones descriptivas ¥ normativas sustentan no sdlo las aplicaciones pedagégicas a nivel individual, asociadas durante mucho tiempo con los estudios de la argumentacién, sino también las aplicaciones a nivel institucional 0 social que toman la forma de propuestas de eémo dirigir un discurso, 4Cémo podriamos pensar acerca de intervenciones en el caso de estudio que hemos estado examinando? Probablemente la primera eccién es que en un mundo de anuncios editoriales, infomerciales y docudramas, donde la radio periodistica sirve de foro piblico y la calidad de las decisiones de los jurados de juicios por asesinato se determina sobre la base de los resultados de ias encuestas de opinién pitblica, lo que las personas necesitan no es mds o mejor informacién acerca del contenido de los temas, sino mds y mejor informacién sobre !a forma en que se comunica la informacion. Lo més insidioso de los mensajes como el anuncio editorial de R. J. Reynolds Tobacco no es tanto el contenido engatioso de sus argumentos como el marco cauti- vante en el que estos se presentan. Es improbable que cualquier conjunto de regulaciones o procedimientos para la discusién critica pueda anticipar o prevenir su propia subversién y aprovechamiento. Mas bien, lo que se necesita son las capacidades autorreguladoras del proceso de argumentaci6n en sf mismo, La tinica forma efectiva de Controlar la argumentacién falaz es con la contraargumentacién que muestra lo que esta sucediendo, Esto nos leva a otra leccidn. No existe un foro argumentative natural para la oposieién razonada de los editoriales “pagos” como los deR. J. Reynolds. Una solucién argumentativa al problema presenta- do por este caso requeriria no sélo el desarrollo de texto para refutar texto, sino también el disefio de estructuras que apoyen la actividad do refutacién (tales como programas financiados por el gobierno para el desarrollo de campafias educacionales en contra del eigarvillo), Las caracteristicas de disefio de las estrueturas que involucran controversias —si poseen adversarios 0 no, emo mantienen una 330 competencia equilibrada entre puntos de vista, qué puntos finales Teconocen como resoluciones, ete.— estan estrictamente dentro del dominio del estudio de la argumentacién. De interés especial, desde una perspectiva pragmadialéctica, es la forma en la que el disero de la controversia puede corregir los obstéculos a la discusién racional que suelen encontrarse en las circunstancias de la vida real, Lecturas recomendadas Para profundizar en temas practicos como la composicién o andlisis de argumentos, pueden consultarsemanualescon un enfoque centrade en el discurso en el lenguaje, como Van Femeren y Grootendorst (1992), Fisher (1988), Fogelin y Sinnott-Armstrong (1992), Walton (1989) y Woods y Walton (1982), Bl anélisis empfrico del discurso argumentative se expone a fondo en Van Eemeren et al. (1993) y también en Jacobs y Jackson (1982), Se pueden encontrar buenos puntos de partida para el estudio tedrico de la argumentacién en Van Eemeren et al. (1996) 0 Willard (1989), y para un estudio en profundidad de la argumentacién se deberd ineluir también a Perelman y Olbrechts-Tyteca (1958; 1969) y a Toulmin (1958). 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