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MARC BLOCH LOS REYES ‘TAUMATURGOS Estudio sobre el cardcter sobrenatural atribuido al poder real, particularmente en Francia ¢ Inglaterra Prdlogo Jacques Le Gorr Presentacion Maneos Lara ‘Teaduecién Marcos Lara Juan Cantos Ropricuez AGUILAR cS _ 1934-2004 FONDO DE CULTURA ECONOMICA INTRODUCCION Este reyes un gran mago. Mowresquiey, Cartas prsas, 124 El unico milagro que ha quedado perpetuamen- teen la religin de los cristianos yen la monar: ‘guia de Francia, P. Mariieu, Historia de Luis XI rey de Francia, 910, p= 472 EL a7 de abril de 1340, el hermano Francisco, de la Orden de los Predicaclores, shispo de Bisaccia en la provincia de Napoles,capellin del rey Roberto de Anjou y en ese momento embajador del rey de Inglaterra Eduardo II, se present6 ante el dux de Venecia.' Acababa de iniciarse la lucha dindstica entre Francia ¢ Inglaterra, que daria Tugar a la Guerra de los Cien Aitos. Las hostilidades habian comen- zado ya, pera la campafa diplomitica ain prosepuia. Los dos reyes rivales buscaban alianzas por todas partes en Europa. El hermano Francisco habia sido encargado por su rey de solictar el apoyo de los vvenecianos y su intervencién amigable ante los genoveses. Hemos «pope dove onsen platens eqn ical dcment vei calli ome Rear Rcd Or gaa Bien picops ns ‘Syncs doing aber cepelan toi dame” eo en net so de Deri res un pend» Fo coset un "hroun’ ela Francs ube amare ed) Up isacra is en, ened 720 See ame ae er rca pean een oe conservado un resumen de su discurso En él encarecia, como era \igico, las disposiciones pacificas del soberano inglés. “El serentsimo principe Eduardo’, deseando ardientemente evitar la matanza de luna multitud de cristianos inocentes, le habia escrito —si hemos de creerle—a “Felipe de Valois, que se dice rey de Francia”, para pro. ponerle tres medios, a su elecci6n, de decidir entre ellos, sin guerra, la gran disputa. En primer término, el combate en la arena, verdade- ro juicio de Dios, ya en forma de un duelo entre los dos pretendien- tes mismos, ya en un combate més amplio entre dos grupos de seis ocho fieles;o bien, una u otra de las dos siguientes pruebas (y aqui cito textualmente): “Si Felipe de Valois es, como afirma, el verdadero rey de Francia, que lo demuestre exponiéndose a leones hambrien- tos, ya que es sabido que jamas los leones atacan a un verdadero rey; bien que realice el milagro de enrar enformos, come acostumbran hacerlo los otros reyes verdaderos”; aqui debe entenderse, sin duda, los otros verdaderos reyes de Francia, "En caso de fracasar, se reco- nocera indigno de la condicién real.” Siempre segin el testimonio del hermano Francisco, Felipe, “en su soberbia rechaz6 estas propo- Cabe preguntarse si en realidad Eduardo III las habré hecho alguna vez. La relacién de las negociaciones anglofrancesas nos ha Iegado en bastamte buen estado y en ella no aparecen rastros de Ia carta’tesumida por el obispo de Bisaccia, Es probable que éste, que- Nene Acivo di St, Commemoria vlad ee Calendar fae Paper, Vics num, La copia desta cso peza cade al extern read {el proeor Cantrl dels Univers Ror Nose nce nen seenbaae dle pode Baca en Dep, Les prise dea Greed Con ns go (BBL. Athens Rome. ands del Calendar noes exert de eos trade cman de Pe ‘Prato (Ponte) por he cou Poot one ata stragesChisinorm Ge ex di loo vir in pen ‘rei ps stenisimo princi Eoardn imptaearligatens in prcip dice Bor ‘esas iters spend destinvit Pili, continents i ad evan spe io eos ental aterm rams ict quod depp sol dal inaret.v gees sex ve oto att eet tie tiem el ques emizateor erp ‘om Ati deel jos quent victorin tur ous ex ance ee tamer fat prota ofeendo leona amelie eu tegen nll es lis indium se regni France reputaret. Que omnia supradica cptes et dveraos (ms “ives pecs tates came superiom levene™ riendo deslumbrar a los venecianos, la haya imaginado de punta a cabo. Pero incluso supongamos que fue realmente enviada: en tal ‘aso no habrfa que tomar més en serio la prueba de los leones o la dei milagro que Ia invitacion al duelo, desafio clisico que en esta época acostumbraban intercambiarse los soberanos en el momento deentrar en guerra, aunque jamés, a memoria de hombre, se haya visto ningin soberano entrar en la liza’Bran simples formulas di- plomaticas, yen el caso que nos ocupa parecen haber sido més bien palabras lanzadas al viento por un diplomatico demasiado locua. Sin embargo, estas vanas propuestas merecen ser meditadas por los hstoriadores.A pesar de su aparente insignficancia,arrojan muy viva luz sobre algunas cosas profundas. Comparémoslas mental- mente con lo que sostendrla hoy un plenipotenciari, en parecidas ireunstancias 14 diferencia nos revela el abismo que separa dos rmentalidades; pues tales propuestas,formuladas sin duda “para la saleria’,responden necesariamente alas tendencias de la conciencia colectiva. El hermano Francisco no convencié alos venecianos: i las prucbas, desplegadas ante ellos, del espirtu pacifico del que Fduar- do TT, segs les dijo, habia manifestado hasta el tkimo momento nilas promesas més positiva contenidas més adelante en el discur- sos decidieron a abandonar la neutralidad, que ellos considereron ventajosa para su comercio, Pero las supuestas proposiciones que se dijeron formuladas por el rey de Inglaterra a su rival de Francia qui- 245 no las encontraron ant inverostnles como se podin imaginar Por cierto que no esperarian vera Felipe de Valois descendiendo al fos0 de los leones; pero la idea de que “los leones no pueden devo- rara un hijo de rey" les resultaba familiar por toda la literatura de aventuras de su época. Sabian! muy bien que Eduardo III no estaba Aispuesto a cederle a su rival el reino de Francia, incluso st este hhubiera realizado curas milagrosas, Pero el que todo verdadero rey de Francia —como todo verdadero rey de Inglaterra — fuera capaz de tales prodigios era de alguna manera un hecho comprobado que ni siquiera los mas escépticos en el siglo xrv se habrian atrevido a poner fn duda, En Venecia, como en tod Italia, se cria en la realidad de ‘ste singular poder, y hasta legado el caso se habia recurrido a ét: un documento, que por azar se salvé de la desteuccin, nos legé el recuerdo de cuatro buenos venecianos que en 1307 —treinta y tes afios antes de la misién del hermano Erancisco— se trasladaron a | Francia para lograr su curacién por la mano de Felipe el Hermoso,* De esta manera, el discurso de un diplomético un tanto paelan- ‘chin viene a recordarnas oportunamente que nuestros antepasados, cen la Edad Media y atin en plenos tiempos modernos, e formaban de Ia realeza una imagen muy diferente de la nuestra. En todos los paises los reyes eran considerados por entonces personajes sagrados; y en algunos, cuando menos, se los tenia por taumaturgos. Durante largos siglos, los reyes de Francia y los de Inglaterra “tocaron las «escréulas’ para utilizar una expresion clisica en su tiempo, debien- do entenderse portal que ellos pretendian curar alos enfermos afec- tados por este mal, mediante el solo contacto de sus manos. ¥ la vir tud curativa del soberano era creencia comuin. Durante un periodo poco menos extenso se vio alos reyes de In alaterra distribuir a sus subditos. alin més allé de ln limites de sus Estados, anillos (los cramp-rings) que, por haber sido consagrados Por ellos, se pensaba que habian recibido el poder de devolver la sa- ud alos epilépticos y de calmar los dolores musculares. Estos hechos son perfectamente conocidos por los eruditos y los cutiosos, al me- ros en sus grandes lineas. Pero debe admitirse que repugnan parti- cularmente a nuestro espiritu, porque casi siempre fueron pasados €n silencio. Los historiadores escribieron extensos vokiimenes sobre las ideas mondrquicas sin mencionarlos jamas. Las paginas que van a leerse tienen como objetivo principal colmar este vacio. La idea de estudiar los ritos de curacién, y mas genéricamente la concepeién de la realeza que en ellos se manifiesta, nacié en mi hace algunos afios cuando lei en el Ceremonial de los Godefroy los docu: ‘mentos relacionados con la consagracién de los reyes de Francia. Estaba lejos de imaginar en ese momento la verdadera extensiGn de Ja tarea que emprendia; la amplitud y la complejidad de las inves- tigaciones a que me vi llevado sobrepasaron en mucho mis previ- «Pars a ren tira a os ones ace, Ss Para ve dos cut eect advertin, por experienc LOSREVESTAUMATURGOS 83 ings. jTuve raz6n en perseverar, a pesar de todo? Me temo que las oe 1s a las que les confié mis intenciones debieron considerar- personas spe mds-de-una vez victima de una curiosidad algo extravagante y Te va bastante van. zEn qué camino oblicuo me fo? “This'curidus by-path of yours”, me decia un amable inglés, oh ens Desc er nginy iTeibargo penuh qu a que Ilevaria bastante lejos. Conside- é que podria hacerse historia con lo que hasta entonces no era mas gqueanécdota Estria fuera de lugar que en este introducci6n jus- fifcara em detalle mi proyecto. Un libro debe llevar en sf mismo su apologia. Simplemente queria indicar aqui, muy brevemente, como concebi. mi trabajo y cudles fueron las ideas directrices que me orientaron.en él. No es cosa de estudiar los ritos de curacionalsiadarente, separa: asd odo ese conjunto de supescionsyleyendas que conaii- Wo naravilos” mondeien. Habra sido condenarse de anterDa- Terme ver en ellos mas que una rdiula anomalia sn vinelacion figama eon las tendencas generis dela concienca coleciva, Por aime ser de ellos como de un hilo conductor que me prmiiera tstuiar lcaricter obrenatural ques le aribuy por ago tempo Ai poder seal sobre todo en Francia en Inglaterra lo que we podsia denominar la realeza “mistica" utilizando un término que los socié- logs han desviado igeramente desu sigifiacin primera ta valz! Su bistriadomina toda la evoucin dels natu ciones europea. Casi todos los pueblos dela Europ ocidentl kan Sido goberados por reyes hasta nusstros dis El desarrollo politico de las sociedades hnmanas en nuestros paises se ha resumido casi Tnkamenteydarepte un prlongado priodo en as ictus del pode de as grandes dnatas Mas para comprendet lo que fueron lay monarglas de ana, pra expiar sobre todo su vastoascen diente sobre los hombres, no basta con aclarar hasta el iltimo deta le el mecansmo de a organizacion administrative ual, nan- clr, ue eli les impusieron a sus sito. Tampoco bata con aalza en abstacteo tratando de deducilos de algunos grades te6ricos, los conceptos de absolutismo o de derecho divino. Es pre- ciso también penetrar en las creencias y hasta en las fabulas que flo- recian en torno de las casas reinantes. En muchos aspectos, todo este folklore nos dice més que cualquier tratado doctrinario. Como es- cribia acertadamente en 1575 Claude d’Albon, jurisconsulto y poeta *delfinés" en su tratado De la majestad real:“Lo que ha llevado a los reyes a ser venerados de este modo son principalmente las virtudes yy poderes divinos de que fueron investidos sélo ellos, y no los demas, hombres’* Por supuesto, Claude d’Albon no crefa que esas virtudes y pode- res divinos” fuesen la tinica raz6n de ser del poder real. ¥ no es nece- sario declarar que yo tampoco Ip pienso. Con el pretexto de que los reyes del pasado, incluides los mas grandes —un San Luis, un Eduardo I, un Luis XIV—, de manera semejante a los curanderos de ‘nuestros campos, pretendian curar las enfermedades por simple tacto, nada seria mas ridiculo que no ver en ellos sino a unos hechi- ceros. Fueron jefes de Estado, jueces, comandantes en las guerras. Mediante la institucién monarquica, as sociedades antiguas satisfa- clan un cierto miimern de necesidades eternas, perfectamente con- cretas y de esencia absolutamente humana, que las sociedades actus. les sienten de modo parecido y que siempre procuran satisfacerlas, generalmente, por otros medios. Pero, después de todo, un rey era algo muy distinto de un simple alto fancionario a los ojos de sus pueblos fcles. Lo rodeaba una “veneracién’, que no tenfa sn arigen {inicamente en los servicios prestados. ;Cémo podriamos compren- der este sentimiento de lealtad, que en ciertas épocas de la historia alcanzé tuna tal fuerza y an acento tan particular, si nos negasemos. de propésito, a ver una aureola sobrenatural alrededor de las testas coronadast 'No examinaremos aqui esta concepcién de larealeza “mistica” en su origen y en sus comienzos. Sus fuentes se le escapan al historiador de la Europa medieval y moderna; se le escapan, en rigor, a a histo ria a secas, Unicamente la etnografia comparada pareceria poder clases Abo, Del miso statonet remind foes Divine pa ihre emer iel¥, Loe, 53-68 LOSREVES TALMATURGOS 8 airojar alguna luz sobre el tema. Las civilizaciones de las que surgic jamediatamente la nuestra recibieron esta herencia de cvilizaciones mis antiguas todavia, perdidas en las sombras de la prehistoia {uiere esto decir que sdlo encontraremos aqui, como objeto de fuearo extudio, lo que suele lamarse un poco desdefiosamente una *supervivencia”? ‘Mis tarde tendremos ocasién de observar que, de todas maneras, cesta palabra no podria aplicarse legitimamente a los ritos de cura ‘din considerados en si mismos. El acto de las escr6fulas aparece, en efecto, como una creation dcla Francia de los primeros Capetns y de Ia Inglaterra normanda. En cuanto a la bendicién de los anillos por Jos soberanos ingleses, la veremos ocupar su lugar en el ciclo de la realeza milagrosa mucho mas tarde todavia, Importa, sf la nocion. del carécer sagrado y maravilloso de los eyes, dato psicologico fun? damental, de que los ritos que van a ocuparnos wo fueron més que tuna maniestacién entre varias. Mas viejo que muchas de las més antiguas dinastias histbricas de Francia o Inglaterra, se puede deci (que exe caricter sobrevivié por largo tiempo al medio social, casi ignorado por nosotros, que por otro lado habia condicionado gu nacimiento, Pero si se entiende, como suele hacerse, por “supervi- vencia” una institucién o una ereencia dela que toda vida verdade- ase ha retirado y que no tiene mas raz6n de ser que la de haber res- pondio alguna vez a algo, una especie de fos, testigo tardio de épo- cas pasadas, en este sentido la idea que nos ocupa no tavo nada, en la Edad Media y hasta el siglo xvit cuando menos, que nos autorice 4 caracterizarla con este término. Su longevidad no fue una lenta degeneracién. Conservé una vitalidad profunda; siguié dotada de ‘una fuerza sentimental que oper6 sin cesar. Se adapto a condiciones politcas y cahre todo teligiosas, nuevas se revstio de formas hasta fentonces desconocidas, entre las cuales, precisamente, los propios ritos de curacién, No la explicaremos, pues, en sus Origenes, puesto que para hacerlo tendriamos que salirnos del campo de nuestro ‘estudio; pero la explicaremos en su perduracién y en su evolucién, Jo que ec también una parte, y may importante de la explicacién total, En biologia expicar la existencia de un organismo no ¢s s6lo ism Mane mtoc investigar a su padre y su madre; es también determinar los caracte- res del ambiente que le permite vivir, ala vez que lo obliga a modi. ficarse. Ocurre lo mismo, mutatis mutandis, con los hechos sociales, En suma, lo que he querido dar aqui es Fundamentalmente una contribucién a la historia politica de Firopa en sentido ampli, en cl verdadero significado de esta palabra. Por la fuerza misma de las cosas, este ensayo de historia politica debio adoptar la forma de un estudio de historia comparada, pues Francia ¢ Inglaterra por igual contaron con reyes médicos, y en ‘cuanto a la realeza maravillaca y sageada, ella fue comiin a toda le Europa occidental: circunstancia feliz si, como creo, la evolucién de las civlizaciones de las que somos herederos slo se nos presentard ‘mas clara el dia que sepamos considerarla fuera del marco demasia- ddo estrecho de las tradiciones nacionales.* Pero hay més Si no temiera hacer més pesado atin un enabeza Imiento ya demasiado largo, le habria dado a este libro un segundo subtitulo: “Historia de un milagro” La curacién de las escrofulas o de la epilepsia por la mano de los reyes fue, en efecto, tal como se lo record6 a los venecianos el obispo de Bisaccia, un “milagro”: un gran milageo, en verdad, que debe contarse sin duxla entre los mds lustres 9,€n todo caso, entre los més continuados que nos presenta el pasa- do. Testigos innumerables dan fe de ello; su resplandor s6lo se extin- ‘guid al cabo de cerca de siete siglos de una popularidad sostenida y vgs oar queen mt eta semper kana trie ln dx pats capes desinaspurclor gue sep Ta tse ‘conta lnatecra un poco urea eet lira da Por de cucon «spas tn cmpletsmente os come en Franc er ola stra dele ease saps, yen general La present stacin europea, poco props very as atsone sos extant por bibltcas paso privy hace mises sur ress invetgasne de histori cornarad rene constis sa dun en nacho “le prenao inenacona patos bor you macs precio ee ‘ies Gran Brean oh entado aun port camino tase bas pata ‘ore yo indi, ino po gress del doar —< eho de Roles gues {lsat de Francia deb Cade Londres, Desracianent slo pe Beto “stance exo una ina vere ger comsaco oc de i neticiones oe deci enum momento en qe a problema ova no apaecencoa namie a cone, iad que sean dense is tre De ah cron osu ela Deena, "de mis amos londnenes nology eee LOS REYES TAUMATURGOS my Je una gloria casi sin opacamiento. La historia critica de semejante fm? caine feta que encontéen el curso des inestiacones ant dead dela fuentes Nos que esse ls tesionio Moral poder taumatirgico dos eyes qu por coneario son scant baste dundantes con serv anoadasobelos ‘on de naturalezas prodigiosamente diferentes. Puce juzgrselo por ‘Sesologemplo:ueseamis antigua informacion obrel taco de Werf po or eyes de franca se encenn cru bra UE pote eles laa Tevad sobre aria ism vee agian puree cntigado por primera ve, de ounes cor, por ana cava prveda que no ota com iy, qe un ter cowie cst a primera referencia qu sete des Tor eradonesconsorados por le ees ingles encontrar en tna ordenanen rea ara spurl ean fue necetario recur ‘named de dw smnento de oes my isnt ros etn pins dma er as tr ae tron plies» telcos, ratadoe enicos texto Utrgos, durations de monument, yan as llr vr dsl ate $5 os hasan juego de cata. war sina previ nen itis os St ao coped, pero teterise al aor sera recargarintimente eta duc pref dil el nal dl volren. material rogritc beste pobre era eataments ii de invent: a tort une ifomacion Porinnorzada sore ese ements Tambien un apenas ots fees peo ead pumetons x heteogéneas como pr ntentarunaenumeacion de todas ella por eso me conformarcon cals y comentarsa ne ida qu le tice. Por lo demas en eset pod signi cx on nooltrs de ote a eldad,poo masque a i mm MancaLoci ta de pruebas de sonda. Hiay pocos documentos de los que se pueda decir de antemano, con alguna certeaa, si aportarén 0 no una ind. cacién iil sobre Ja historia del milageo real, Por lo tanto, hay que procecier mediante-tanteos, confiarse en la buena suerte o en el ins- tinto y perder mucho tiempo para obtener tan sélo un magro resul- tado, si al menos todas las recopilaciones de textos estuviesen provis tas de indices; lo que quiero decir, indices por materias. Pero es de Jamentar que en gran parte carezcan de ellos, Estos indispensables instrumentos de trabajo se hacen cada vez mas raros a medida que se ‘trata de documentos de fecha mas reciente. Su falta demasiado fre- ‘cuente constituye uno de los vicios mas perjudiciales de nuestros mé todos actuales de publicacién. Hablo de esto quizés con algiin enco- no, porque esta desdichada carencia'dificulté a menudo mi trabajo. Por otra parte, aun cuando a veces existe un indice, ocurre que sw autor ha descuidado sistematicamente inclu en él ls referencias relativas a los ritos de curacién, sin duda porque se considerd que estas vanas pricticas no estén a ln altura de la dignided de Ia histo- ria, Muchas veces tuve la sensacién de estar rodeado de un gran niimero de cofres cerrados, algunos de los cuales encerrarian oro y otros piedras sin valor, sin que ninguna inscripcién me ayudara a dlferenciar los tesoros de la ganga. O sea que estoy muy lejos de pre- tender haber sido completo, Ojalé este libro incitara a los investiga~ ores a lanzarse en pos de nuevos descubrimientos! Felizmente, no debi transitar por un terreno enteramente nuevo. ‘Segin sabia, no existia ninguna obra historica sobre el tema que ‘me he propuesto, encarada con la amplitud y el cardctercrtico que yo he procurado conferirle a la mfa. Pero la “literatura” de las curacio- nes hechas por reyes es bastante rica. En rigar, es doble, hay dus lite~ raturas de origenes diferentes, que van juntas pero casi siempre se ignoran entre sf: una incluye trabajos debidos a eruditos de profe- sin, yla otra —més abundante— es obra de médicos. Yo me esfor- por conocer y utilizar ambas, Se encontrard més adelante una lista Dibliogrdfica que sin duda parecerd suficientemente extensa, Pero no 4uerria que algunas obras particularmente destacadas, sobre las que ‘me basé continuamente, quedaran perdidas entre esa multitud de LOS REYES TAUMATURGOS #5 titulo. Por eso quiero nombrar ahora alas que fueron mis principa- tes guias Los estos ya antiguos de Law Hussey y de Waterton me presaron grandes servicios. Entre los autores todavia vivos debo mis de lo que podrfa manifestar a Delaborde, al doctor Cravefurd y a Helen Farquhar ‘También he contraido une vasta deuda de reconocimiento con mis predecesores de otras épocas. Entre los sighos xv y xvii se esc Simao sb sdecaracion Ener igo ‘Régimen es interesante buscar el firrago, pues pueden recogerse en 4 informaciones curiosas sobre el estado de espiritu de la época; fuera de ese férrago no se rescata mucho mis. I siglo xVIl en paralr vo nace jutoa obras o panos de une rare rep algunos trabajos destacables, como las paginas dedicadas a las escr6- fulas por Du Peyrat en su Historia eclesidstica de la Core. ¥ sobre todo debo mencionar encima de las demés dos tesis académicas: la ‘de Daniel Georges Morhof y a de Jean Joachim Zentgraff, pues no cencontié en ninguna vir parte tal abundancia de referencias sities Siento un placer muy particular al referir agus todo lo que debo a la segunda de estas dos disertaciones, pues puedo saludar en su autor ‘aun colega. Jean Joachim Zentgraff era de Estrasburgo. Nacido en la ciudad libre, pas6 a ser sibdito de Luis XIV, pronuncis el elogio de Enrique el Grande’ e hizo una brillante carrera universitaria en su ciudad natal, incorporada a Francia. El presente libro aparece entre las Publicaciones de nuestra Facultad de Letras resucitadas y me es Particlarmente grato prolongar en él de alguna manera, aunque on tn espiritu que refleja la diferencia de épocas, la obra iniciada en tro tiempo por un rector dela antigua Universidad de Estrasburgo. 749 de mays. crimp: Seb rininern Mag Fruncae et Nevrae rege eshbinun erations poles Deo ansuente iv inces ‘Aszeartensm Academia. Arent Les oe Pieri Spon lag e954 PB soba debe sr may ary no conod tos jemplaes ques dete Naioal de la Bb weit en Estsbago En el see np 3 tm apo del Eo de Nantes que a petra breve pode parecer sii e Poca Sobretn caer de Zena (adem elas atals el Alene deache Biography eta Fron rvs pede were Berge eval, Ale der profess end Universi abcoes Nave 3p 348

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