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Armonia PRESENTACION La importancia de este libro reside fundamentalmente en su vision hist6rica, El autor nos propone un recorrido a través de las transfor- maciones arménicas que han condicionado la evolucién del lenguaje mu- sical en los éltimos cuatrocientos arios. Desde Lasso y Palestrina hasta Messiaen, pasando por Mozart, Beethoven, Wagner, Debussy y Schén- berg. Un planteamiento basado en tal perspectiva y elaborado con tanta seriedad como rigor es desconocido en nuestro entorno. Al interés de su singular enfoque se afiade, por tanto, la novedad que para nosotros representa su publicacién. La armonfa no es aqui un corpus te6rico inmovil; ni es un objeto sin pasado. La carencia de relativizacién histérica en el aprendizaje de fo ‘arménico, con sus consecuencias en la comprensién de los hechos mu- sicales, es rechazada sin apenas concesiones. El concepto que informa el discurso del texto entiende que Ia armonia no puede basarse en una acumulacién de conocimientos establecidos en una reglamentacién temporal. E] anonimato es improbable, pues es la préctica musical la que determina la filiacion de sus propias conquistas sonoras y la que las explica, constatando, ademés, su individual razén de ser en medio del curso de Ia historia. La préctica musical seria, asi, fruto y origen det pensamiento musical. Un acorde, una cadencia.o cualquier otro acon- tecimiento arménico, no podré tener idéntica significacién en dos com- positores 0 estilos diferentes, aun cuando su aspecto externo sea apa- Tentemente el mismo. Tampoco las normas arquetipicas que regulan los comportamientos arménicos, elevadas al rango de categorias absolutas, podrén ser explicadas si no es acudiendo al lugar del que proceden. El objeto del libro sobrepasa los margenes histéricos de la época de la armonia; es decir, el arco hist6rico que se sittia entre finales del se- tecientos y comienzos de! siglo xx, y que usualmente se justifica —no sin cierta imprecisién— como época prioritaria en las relaciones sonoras verticales. La creencia de que fo arménico —que no la armonia— ha de basarse estrictamente sobre la idea de tensidn y distensi6n, de relajacién y punto culminante, de legada y retorno, en definitiva, sobre principios dindmico-estructurales, hace que el autor contemple también los fené- ‘menos sonoros de! dltimo Renacimiento —en su imbricacién con el pri- mer barroco— y las consecuencias musicales de la llamada disgregacién de la armonfa tonal en la primera mitad de nuestro siglo. Por ello, mu- chos de los procedimientos considerados tinicamente como parte de la armonfa, tendrén su explicaciOn y recibirdn su justa apreciacién en el ove

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