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Cierta vez, hubo alguien que vivìa en Hurlingham, y quiso consultar la cartilla de Ioma, para ver a que mèdico podía llevar a su hijo enfermo. Pero cuando quiso encontrar la información, con el listado de profesionales que atendían en la zona donde vivìa, comprobò con bronca, e impotencia, que el único sitio, donde figuraba era un lugar de internet, llamado Scribb, que exigìa, para acceder a dicha información, pagar, un monto x, o colaborar con algún texto, que uno debía subir a dicho sitio. Y justamente, èste es el relato, que a èsta persona se le ocurrió escribir para mandar. Y asi poder llegar a conocer los médicos, a los que poder consultar. No se si es muy bueno, o muy malo el cuento corto, que dicha persona escribió. Pero al menos, lo sacò del paso. Una reflexión final, le mereció a este ser humano, comprobar una vez, màs, que en el maldito capitalismo, todo es una mercancìa, a la cual, se accede, mediante un determinado costo. ¿Què pasa si uno no tiene los recursos, para acceder, a dicha información. Pues permanece ignorante, que es justamente, lo que màs le conviene a èste perverso sistema, que la mayoría de la gente, permanezca ignorante, asi los poderosos, los pueden manejar mejor.
Juan Enrique Presedo.
Cierta vez, hubo alguien que vivìa en Hurlingham, y quiso consultar la cartilla de Ioma, para ver a que mèdico podía llevar a su hijo enfermo. Pero cuando quiso encontrar la información, con el listado de profesionales que atendían en la zona donde vivìa, comprobò con bronca, e impotencia, que el único sitio, donde figuraba era un lugar de internet, llamado Scribb, que exigìa, para acceder a dicha información, pagar, un monto x, o colaborar con algún texto, que uno debía subir a dicho sitio. Y justamente, èste es el relato, que a èsta persona se le ocurrió escribir para mandar. Y asi poder llegar a conocer los médicos, a los que poder consultar. No se si es muy bueno, o muy malo el cuento corto, que dicha persona escribió. Pero al menos, lo sacò del paso. Una reflexión final, le mereció a este ser humano, comprobar una vez, màs, que en el maldito capitalismo, todo es una mercancìa, a la cual, se accede, mediante un determinado costo. ¿Què pasa si uno no tiene los recursos, para acceder, a dicha información. Pues permanece ignorante, que es justamente, lo que màs le conviene a èste perverso sistema, que la mayoría de la gente, permanezca ignorante, asi los poderosos, los pueden manejar mejor.
Juan Enrique Presedo.
Cierta vez, hubo alguien que vivìa en Hurlingham, y quiso consultar la cartilla de Ioma, para ver a que mèdico podía llevar a su hijo enfermo. Pero cuando quiso encontrar la información, con el listado de profesionales que atendían en la zona donde vivìa, comprobò con bronca, e impotencia, que el único sitio, donde figuraba era un lugar de internet, llamado Scribb, que exigìa, para acceder a dicha información, pagar, un monto x, o colaborar con algún texto, que uno debía subir a dicho sitio. Y justamente, èste es el relato, que a èsta persona se le ocurrió escribir para mandar. Y asi poder llegar a conocer los médicos, a los que poder consultar. No se si es muy bueno, o muy malo el cuento corto, que dicha persona escribió. Pero al menos, lo sacò del paso. Una reflexión final, le mereció a este ser humano, comprobar una vez, màs, que en el maldito capitalismo, todo es una mercancìa, a la cual, se accede, mediante un determinado costo. ¿Què pasa si uno no tiene los recursos, para acceder, a dicha información. Pues permanece ignorante, que es justamente, lo que màs le conviene a èste perverso sistema, que la mayoría de la gente, permanezca ignorante, asi los poderosos, los pueden manejar mejor.
Juan Enrique Presedo.
Cierta vez, hubo alguien que viva en Hurlingham, y quiso consultar la
cartilla de Ioma, para ver a que mdico poda llevar a su hijo enfermo. Pero cuando quiso encontrar la informacin, con el listado de profesionales que atendan en la zona donde viva, comprob con bronca, e impotencia, que el nico sitio, donde figuraba era un lugar de internet, llamado Scribb, que exiga, para acceder a dicha informacin, pagar, un monto x, o colaborar con algn texto, que uno deba subir a dicho sitio. Y justamente, ste es el relato, que a sta persona se le ocurri escribir para mandar. Y asi poder llegar a conocer los mdicos, a los que poder consultar. No se si es muy bueno, o muy malo el cuento corto, que dicha persona escribi. Pero al menos, lo sac del paso. Una reflexin final, le mereci a este ser humano, comprobar una vez, ms, que en el maldito capitalismo, todo es una mercanca, a la cual, se accede, mediante un determinado costo. Qu pasa si uno no tiene los recursos, para acceder, a dicha informacin. Pues permanece ignorante, que es justamente, lo que ms le conviene a ste perverso sistema, que la mayora de la gente, permanezca ignorante, asi los poderosos, los pueden manejar mejor. Juan Enrique Presedo.