Está en la página 1de 52
Lf tS eae Gay | eno wonosRAFIC PRIVACIDAD ential Cece ee cr eee ee jEsta preparado para un mundo cambiante? Per MA eC Ts de entretenernos, de viajar, incluso nuestra manera de pensar. Lea INVESTIGACION Y CIENCIA. PCS SU aC RR www.INVESTIGACIONYCIENCIA.es DARWIN, UNA VIDA PARA UNA IDEA En 1859, tras 20 afios de estudios minuciosos y rflexiones, Darwin publicaba £/ origen de las especies, Esta obra no sdlo revolucioné las ciencias de la vida, sino que revel6 también al hombre su humilde lugar entre los seresvivos. i bien la idea de la evolucién estaba ya en el ambiente desde hacia tiempo, Darwin le di la forma de una teoria elaborada, apuntalada sobre una idea revolucionaria:laselecci6n natural. Segin ésta, los organismos se modifican de generacién en generacién para formar, en una larga escala de tiempo, nuevas especies. Asimismo, la seleccién natural, que garantizalasuperviven- cia y la muerte de los indviduos, es responsable dela desaparicién de as especies y de formas enteras de vida. El concepto, simple y poderoso, no deja indiferente. Las reacciones son numerosas: debates vvehementes, polémicas, interpretaciones ytransformaciones, que han : persstido hasta nuestros das. En a misma Inglaterra colonialista en que los esclavos fueron pro a ‘lamados iguales que los sibditos de su Majestad britanica y en una nacién impregnada de cultura biblica donde se cuestioné el dogma de fa Creacin, un caballero rural sin cargo univesitario revolu- cioné nuestra concepcién del mundo. Inglaterra era Darwin encaramado enelérbol de las especies tentonces un pais de contrastes, donde el conserva» =) ddurismo reinante tenia el mérito de conservar...1a ( libertad de pensamiento, ‘ Seguirernos la trayectoria de Darwin paso a paso, en os hechos afortunados que permitiran la maduracion de sus ideas, la metamorfosis del estudiante mediocre de la burguesiavitoriana, Acompaftaremos al naturalsta paciente y meticuloso en su periplo con el Beagle, la “oportunidad de su vida. Viaje que inspiré su larga reflexién hacia una vision del mundo dif de aceptar. Po fn, entenderemos los orig: nes y el propésito de la més bella teora dela historia natural Una cita extraida de El hombre sin atributos, de Robert Musil, nos guia en nuestra exploracin: No tienes mas que representarte lo que ocurre en nuestros dias: ‘cuando un hombre importante lanza una idea nueva al mundo, ésta se converte inmediatamente en objeto de divisin; despierta smpatias y antipatias. Al principio, los admiradores arrancan de ella grandes trozos para su convenienciay analizan a conciencia a su maestro como los zorres desmenuzan la ~ carrofe; después, los adversarios anonadan sus pasa jes débiles, de modo que de I obra ye no queda més que ‘un conjunto de aforismas que amigos y enemigos aprovechan a su agrado. Le sigue una ambigtiedad general. No existe un Si que no vaya acompafiado de un No. Hagas o que hagas, hallards siempre veinte ideas nobles a favor y otras veinte en Contra. Uno estaria tentado de creer que sucede como en el amor, elodio yel hambre, donde los qustos deben ser disintos para que cada cual puede tener el suyo. BaRBara CONTINENZA Profesora de historia de las ciencias, de la Universidad de Roma Tor Vergata Traduecién: Anna Fern Portada: Le Scienze Las cits del libro “El oxigen de ls expecies pr medio del selecin rato’: teduceon de Antonio de Zale, e han extado dela eon AEYO2V dele eon Calpe, Madd baecron GENERAL José M Valderas Gallardo binkcwoRa risancie Pilar Bronchal Garfella ‘iciones Juan Pedro Campos Gemez Lia Tores Casas reoptcctw M. Cri Iglesias Capéin Albert Marin Gara secnetaaia Paritcacion Mayoral Martine” sbyapisraacion Victoria Andrés Laiglesia Suscnurcionss Concepcién Orenes Delgado Olga Blanco Romero ror Prensa Cientfica, $A, Muntaner, 339 pra. 1 (08021 Barcelona (Espa) ‘Teléfono 936 143 344 Telefax 934 145 413, SCIENTIFIC AMERICAN prTok Wy Cu John Rennie xtciiverorron Mariette DiChistina MANAGING #DTTOR Ricki T. Rsting CGaTEE NEWS EDITOR Philip M. Yarn SEnion wauves Gary Sti Eortons Steven Ashley, Peter Brown, Graham P. Collin, Mark Fischetti ‘Steve Mirsky, George Muses, Christine Soares y Kate Wong ‘CONTAISUTING EDITORS W. Waye Gibbs, Margucite Hollows Michele Press, Michael Shermer, Sarah Simpson anacitc EDHOR ONLINE Ivan Oraasky aeronecron Edward Bell rropucrion rorron Richard Hunt csvanyan Brian Napack RESIDENT Secven Yee vice eusioest Frances Newburg ‘Ick PRESIDENT, FINANCE AND GENERAL MANAGER Michael Flore. MANAGING DIRECTOR INTERNATIONAL Kevin House DISTRIBUCION PUBLICIDAD para Espa Madetd LOGISTA, S.A, MMCATALAN PUBLICIDAD Pol Ind, Polvoranca M. Mercedes Catlin Rose Tigo, 39, Eat. 2 Ville del silencio, 28-42) 28914 Leganés (Masia) 23059 Mai Teléfono 914 819 800 Te. 915 759.278 Fax 918 276 474 Mail 649 933 834 pra los restantes pases: Catala Prensa Cietitca, S.A. Tere Mare! Marco Muntaner, 39 pal 1 Montans, 39 pal, 1 (08021 Barctona (08021 Barons Tel 954 143 344 Mii 653.340 243 publcdadeinvesiacionyien RIO Presentacién La evolucién, una revolucién La teoria de Darwin, expuesta en 1859 en £1 origen de las especies, planteaba de falz un nuevo concepts de! mundo. {Se trataba de una revolucién o de una evolucién? El hombre y los simios El descubrimiento de los simios antropomorfos suits numerosaspolémicas deifprincpios di six Se temian les convecuercennefastas eno plano moral, de un scareamiento enitles scsi srs 17 Babuinos y metafisica EI 16 de agosto de 1838 Darwin escribia: “El origen de! hombre ha quedado ahora probado. La metatsca deberiaflorecer. Quien entenda al babuino haré mas por la metas que Locke 19 Los afios de formacién Igual que su padre y su abuelo, el joven Charles inicia estudios de medicina, que intefrumpirs en 1827 Cuando se le reorienta hacia Ia vida eclesidstica, demuestra ya aficion a la historia natural 0 El largo periplo del Beagle Cuando se embarca en el Beagle en 1831, Darwin es un hombre joven de 22 aff) petfechado on una bueha foysion natualsta,Asu regreso, tas cinco afios de navegacon la fama le acompata Las primicias de una teoria “ras haber conflado a experts el material recolectado durante su viaje, Darwin eripreida.en 1837 a redaccln de sus Cuadernos. Aunque no son exhaustvos, la expresin "mi teria” ee toma recurante, La lucha por la existencia Las especies se modifican de forma gradual. Darwin interpreta esas transformaciones como una adabtacién de los mutantes al medio. Al leer a Malthus, en 1838, identifica selecién artificial con seleccién natural. 52 Vida privada £1 matrimonio en 1838, los hijs, la enfermedad, los problemas personales y las reflexiones teéreas ravan el confit interior que sutre Darwin sobre la religdn. Se volverd agnéstico Primeros esbozos En 1842 y en 1844, Darwin escribe sendos borradores de su teorla sobre la evolucién Después, para contolidar su reputacién, empieza un largo trabajo sobre la sistematica de los clrripedos. Compaiieros de viaje Et verano de 1858, mientras prepara una tercera version de la que iba a ser su obra maesira, Darwin recibe un articulo de Wallace que exponia unas ideas muy proximas a las suyas El origen de las especies En 1859, rat mas de veinte af de trabajo, Darwin publica El origen de las especies. /Aprovecharé ls ediciones siguientes para responder alas crticas que sucita su teorl El origen de la mente Debera proyectarse “mucha luz sobre el erigen del hombre y su historia”, “ras un largo silencio, abordaré esta delcada cuestion en 1870 concluye Darwin en é)origen de les especies Biografia y bibliografia La evolucion, una revolucion La teorta de Darwin, expuesta en 1859 en El origen de las especies, planteaba de raiz un nuevo concepto del mundo. 2Se trataba de una revolucién o de una evolucié 2 1. Darwin transformé las ciencias dela vida det mismo modo en que Copérnico habia revolucionado la astronomia: la teoria dle Copémnico cuarted el geocentrismo} la de Darwin asest6 un duro golpe al antropocentrismo, E Sistema copernicano reproducido abajo se ha extraldo de las Entretiens sur lapluralité des mondes (*Conversaciones acerca de la pluralidad de los mundos”), de Bernard le Bovier de Fontenelle 1657-1757), uno de os inspiradores de las rnuevas concepciones naturalistas desarrolladas enel Siglo de las Luces. 6s historiadores insisten en ello: en su obra mas célebre, The Origin af species by means of natural selection ("El origen de las especies por medio de la scleccién nacural”), publicada en 1859, Darwin nunca empleé el término “evolucién Darwin era valiente, pero no temerati. Con todo, ef ao 1859 representé un hito en la historia, Menos de 40 afios después, el paleontdlogo norteamericano Henty Fairfield Osborn (1857-193 como seria cada ver mas frecuente, buscaba por todas partes pi de la idea de evolucién. En 1894, en From the Greeks to Darwin, the deve- jams se reiris a la especie humana, preparaba una de las primeras historias del evolucionismos lepment of the evolution idea through twenty-four centuries (“De los a Darwin, el desarrollo de la idea de evolucién a través de veins siglos"), escribi6: “El antes y y post urbem conditam de la historia de la biologia.” Si iegos espués de Darwin’ seri siempee el ante in Osborn, la idea de la evolucién no era nueva, sino que habja “alcanzado su maduree tras leatas contribuciones aportadas a lo largo de veinticuatro siglo. [..] Canto fudia la ley de la evolucién, més se convence uno de que no se Ilegé a la misma por un descubrimiento decisivo, sino por el desarrollo progresivo de ideas subordinadas y conexas, antes de que fuera reconocida como un todo tinico, primero por Lamarck y después por Darwin.” Osborn explica asi la evolucién del concepto de evolucién. Dicho de- sarrollo guarda semejanza con un proceso darwinista. No es ninguna casua. lidad. L n darwinista de los seres vivos se produce gradualmente, sin saltos bruscos; el conocimiento avanza de forma pareja. Esa visién “continuista” y acumulativa de la cien: (avant la lere) de la teorfa evolucionista del conocimiento, que traslada el a corresponde a una aplicacién rmecanismo darwinista de la evolucién de los organismos al alloramiento y establecimiento de ideas nuevas. La evolucién se aplica a la Evolucién, El hecho de que para Darwin la evolucién no sea sinénimo de progreso (es decit, un avance hacia una perfeccién cada ver mayor) ¢s un detalle que, segiin Osborn, podriamos pasar por alto. También podrian ignorarse las diferencias entre la weorfa de Darwin y la de Lamarck, consideradas simples erapas de un largo recorrido. “El futuro —concluia Osborn— nos died silos precursores de Darwin y el mismo Darwin [..] han resuelto de manera satisfactoria este problema antiguo, o si debemos esperar todavia a otro Newton para nuestra filosofia de la Navuraleza." Aludiendo a Newton, Osborn mencionaba una expresién cominmence allecimiento de Darwin para rendicle homenaje. FI "Newon de la brizna de hierba", cuyo advenimiento Inmanuel Kant TEMAS SH (1724-1804) no osaba esperar, se habia en- camado finalmente en Darwin, el hombre que habia sido capaz de explicar en términos de leyes puramente naturales el "misterio de los misterios’, Ia estructuracién y diferen- ciacién de la vida sobre la Tierra. En La Critica del juicio (1790), Kant, en l punto culminante de su relexién sobre la naturaleza de la ciencia y del conocimiento, habia afirmado: “es absolutamente cierto que 1no podemos aprender a conocer, por princi pios puramente mecinicos de la navuraleza, los seres organizados y su posibilidad incerior J. Es absurdo para los seres humanos [..] ‘esperar que algtin nuevo Newon venga un dia a explicar la produccién de una brizna de hierba por leyes naturales, a las que no presida designio alguno (... Ahora bien, ya en 1868, en su Historia natural de la ereacién, el zo6logo aleman Ernst Heinrich Haeckel, discipulo autoproclamado y fil contin dor de Darwin, se pronunciaba en contra del pesimismo de Kant: anunciaba que Darwin habia superado el concepco finalista 0 tcleolégico tradicional de la naturaleza, aquel que imponia una explicacién de la naturaleza en términos de hechos predestinados. Libres de ese prejuicio, los hombres de la ciencia podian estudiar los fenémenos de la vida en su globalidad y cexplicarlos por causas nacurales puramente mecéinicas. En efecto, Darwin habia concluido Bl origen de las especies afirmando, con la discrecién y la moderacién que le caracterizaban: E: interesante contemplar un enmaraitado ribazo cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que eantan en los matorrales, con dife- rentes insects que revolotean y com gusanos que se arrastran entre Iimeda, y reflexionar que estas formas, primorasamente construidas, tan diferentes entre si, y que dependen mutuamente de modes tan complejo hhan sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor. (..) Hay grandeza en esta concepcién de que la vida, con sus diferentes fuerzas, ha ‘ido alentada por el Creador en wn corto miimero de formas o én una sola, y que, mientras este planeta ba ido ginando segtin la constante ley de lt ‘gravitacin, se han desarrollada y s¢ esein desarrollando, a partir de un principio tan sencillo, infnidad de formas las mds bellas y portentoas. Dawn 2. “Cuando ya no contemplemos un ser ‘organico como un salvaje contempla a un 'aarco, sino como un organismo con una larga historia, imas interesante se hard el estudio de la Historia Natural”, viene a decir Darwin en el Origen de las especies. La ilustracion proviene de la Historia naturalisranarum de August Roesel von Rosenhaf (1705-1759), naturalista e ilustrador alemén. baa ae coin SE men CL Ene iit 3 Oty 3.La transicién del comportamiento desde ef éngido hasta el hominido, obra de Stephan Freedman (1987). Darwin no abord6, en £1 origen de las especies, la cuestidn del origen del hombre. 4. €l naturalista aleman Ernst Haeckel (1834-1919), ferviente defensor de Darwin yde su teoria es Pi Corus array La evolucién darwinista, un proceso de naturaleza mecdnica Las “leyes que obran a nuestro alrededor” son la ley del desarrollo y de la reproduccién, la herencia, la variabilidad, la seleccién natural, la di vergencia de caracteres y la extincién de las formas menos adaptadas. El proceso que Darwin describe con tanta precision en El origen de las expecies es indudablemente mecinico. Y aunque no sepa fundamencar el origen de las especies sobre unas bases fisicoquimicas, su enfoque materialista y unificador es, a un tiempo, manifesto e inquictante. Haeckel pregonaba: “‘Evolucién’ es de ahora en adelante la palabra magica, merced a la cual podemos aclarar, © por lo menos empezar a aclarar, los misterios que nos rodean. Pero pocos han entendido realmente esta consigna, y pocos se han dado cuenta de que su imporrancia transforma el mundo”. Dejando aparte la fogosidad retdrica, el darwinismo aparece, en efecto, desde su formulacién, como una nueva concepcién del mundo. También se hizo habitual el uso de la expresién “revolucién darwinista” para referrse al cambio radical de paradigma introducido por la teorfa de Darwin en cl dominio de las ciencias de la vida y en otras dreas Haeckel reunié en un mismo Panteén los nombres de Darwin y de Copétnico, el autor de otra gran revolucién cientifiea, En 1874, en An- tropogenia o bistoria de la evolucién humana, declaraba haber sefalado por primera ver. “los méritos de esos dos héroes en la erradicacién del concepto antropocéntrico y geocéntrico del universo (..J. Del mismo modo que Co- pérnico dio su golpe de gracia al dogma geocéntrico en 1543 (..), Darwin asest6 un golpe fatal al dogma antropocénerico en 1859", Afirmaba que Ta teoria darwinista era subversiva; demostraba su importancia al subra- yar que “la misma explica por medios mecénicos el origen de las formas ‘orginicas e identifica las causas responsables” y que “queda casi eclipsada por la importancia desmesurada que adquiere por sf sola una consecuencia Ainica y necesaria de la teoria [..: el origen animal del hombre” Sigmund Freud, a punto de infigir a la humanidad un tercer golpe de gracia, retomard el tema del “Copémnico del mundo orginico”. En su Introduecién al psicoandlisis (1916-1917), eseribe que a lo largo de los siglos “la ciencia ha proporcionado al egofsmo ingenuo de la humanidad TeMas st i dos grandes desmentidos. La primera vez sucedié cuando se demostré que la Tierra, lejos de ser el centro del universo, constitufa sélo una parcela insignificante del sistema césmico del que apenas podemos imaginarnos su grandeza, Asociamos este primer dato al nombre de Copémico [..]. La investigacién biolégica aporté a la humanidad el segundo desmentido [...] al establecer su descendencia del reino animal y al mostrar la indestrue- tibilidad de su naturaleza animal, Esta iltima revolucién ha tenido lugar en nuestros dias, gracias a los trabajos de Charles Darwin, Wallace y sus predecesores [..]". Freud seré responsable de una tercera humillacién a la “megalomania de la humanidad”, a su narcisismo, cuando demuestra “al yo que ni siquiera es duerio de su propia casa, que éste debe contentarse con las informaciones extrafas y fragmencarias de lo que ocurre, a extramuros de su conciencia, en su vida psiquica” En El origen de las especies, Darwin habia previsto que sus ideas provo- carfan una revolucién en la historia nacueal: Cuando no contemplemos ya un ser orgdnico como un salvaje contempla «4 un barco, como algo completamente fuera de su comprensién: cuando ‘miremos todas las produciones de la naturaleza como seres que han tenido tuna larga historia: cuando contemplemos todas las complicadas conforma ciones instintos como el resumen de muchas dsposiciones tiles todas a su ‘posesor, del mismo modo que una gran invencién mecdnica es el resumen del trabajo, La experiencia, la razin y hasta de los errors de numerosos cobreros; cuando contemplemos ast cada ser orgénic, jcudnto mas interesanse ‘hablo por experiencia— se had el estudio de la Historia Natural! Este pasaje es representativo de una obra que transformars nuestra inter~ pretacién de los seres vivos y cuyas consecuencias filos6ficas serin funda- mentales: sustitucién de un mundo estético por un mundo en evolucién; rechazo del creacionismo; rechazo de la teleologia césmica; superacion del antropocentrismo; explicacién materialista de lo que hasta entonces se habia concebido en términos de “proyecto” divino; sustitucién de las lasificaciones rigidas y aprioristicas por un pensamiento articulado sobre las variaciones de la naturaleza. eas? fue la “revolucién darwinista” una revolucién genuina? ;No se jAcumulacién progresiva de descubrimientos Con todo, trataria mas bien, como sugeria Osborn, de un desarrollo lineal y continuo, de una acumulacién de descubrimientos y hechos nuevos, incluso de una evolucién en el sentido darwinista del cérmino, es decir, la modificacion y diferenciacién de una idea adaprada de forma progresiva a los problemas pendientes de resolver? Epistemélogos e historiadores persiguen desde hace ticmpo una descripcién racional del progreso cientifico, La “revolucién darwinista” ocupa en este proceso un lugar de primer rango. Por un lado, su calidad es objeto de estudio: zes 0 no es una teorfa revolucionaria? Por orro lado, se trata de un modelo, més 0 menos reescructurado a posteriori, de evolucién del conocimiento. Los resultados de estos andlisis dan lugar a las reconstrucciones hist6ricas y tedrias del darwinismo. Estaremos, pues, atentos a su desarrollo. De momento, deberemos contentamos con Ia expresién “revolucién darwinista” en su acepcién genérica y descriptiva, que se limita a registrar éxito inmediato, aunque discusido, de la teorla de Darwin, asi como el efecto profundo y difuso que la misma ejercié en los citculos cientificos, en el dominio ideolégico-floséfico y en la opinién publica de la época. Opinién pablica que se implied inmediacamente en lo que Ernst Mayr, uno de los exponentes mis eximios de la biologia darwinista, ha denominado Ia “batalla por la evolucién”, Dawn 5. Las teorias de Darwin, Copérnico y Sigmund Freud (1856-1939) (arriba) han supuesto, cada una de ellas, un duro golpe alantropocentrismo. 6. Emst Mayr (1904-2008), de origen aleman y nacionalizado norteamericano, fue uno de los fundadores del evolucionismo moderne, 1. Sir Richard Owen (1804-1892), en una fotografia tomada hacia 1855. Aeste anatomista y paleont6logo debemos el término dinosaurio. Opuesto ala tesis de la continuidad entre el animal el hombre, Owen sostenia que la presencia de una pequefa estructura, el hippocampus miner, distinguta el cerebro humane del cerebro de los simios. El hombre y los simios El descubrimiento de los simios antropomorfos suscité numerosas polémicas desde principios del siglo XIX. Se temtan las consecuencias nefastas, en el plano moral, de un acercamiento entre los simios y el hombre tantas polémicas en el seno de revistas cientficas y periddicos sobre un aspecto en apariencia tan marginal como la presen- cia 0 ausencia, en el cerebro de los simios, de una pequefia estructura denominada hippocampus minor? ;Cmo logré una cuestién de anaromia comparada despertar tales pasiones en la opinién publica, casi hasta el punto de provocar reyerta Richard Owen, uno de los principales protagonistas de la disputa, era entonces ef mayor experto britinieo en simios. Desde los afios treinta del siglo xrx, habia publicado varios trabajos sobre la osteologia del chimpancé ydo habia llevado a cabo notables estudios paleontolégicos, en particular so: bye fasiles de reptiles. A él debemos el término “dinosaurio”, acusiado en 1841 para designar a un carnivoro gigante, descrito por otros cientificos y denominado Megalosauru . for qué debieron cientificos eminentes soportar numerosas éP acometidas de un piiblico enardecido? ;Por qué surgieron itn; habia conservado en alcohol cerebros de simio; también Los grindes viajes habjan favorecido desde hacia tiempo la recoleccién de todo tipo de organismos. Sin embargo, los simios, a causa de su parecido con el hombre, promovieron la publicacién de relatos fantisticos donde se deseribian su comportamiento singular y capacidad extraordinaria, Cabe sefialar que las poblaciones con las que los viajeros entraban en contacto durante sus expediciones, si bien cran indiscuriblemente humanas, pre- sentaban —desde el punto de vista del explorador— una forma de vida primitiva y "bestial". De hecho, cuanto més se distinguian esas poblaciones del hombre blanco civilizado, més se tendia, sin muchos escriipulos, a oximarlos a los simios, primera descripcién de un chimpancé data del afo 1699. Si bien disipaba las semejanzas entre el simio y el hombre, equiparaba el pigmeo una suerte de eslabén intermedio, que habria compartido con el hombre 48 caracteres y 34 con los ottos cuadriimanos, Resultaba fic ceder a la tentacién de considerar formas "inferiores’ de humanidad a las tribus indégenas que se irian descubriendo. En 1849, se supo, por el relato de un misionero, de la existencia, en Aftica occidental, de un gran simio de apariencia feroz: el gorila. Se pidi6 enseguida la opiniin a Owen sobre la inquietance semejanza entre ese animal imponente y la especie humana. Como habia hecho ya en el pasado, fruto de su experiencia, el cientiico se esforz6 en calmar los énimos inquietos. No obstante, en 1855, después de numerosos chimpancés y orangutans, legé a Londres el primer ejemplar vivo de gorila, Se trataba de una hembra TEMAS 94 joven, que se convertiria en una atraccién de circo, arrastrado por todo el pais como un fenémeno de El pobre animal despertaba un profundo estupor alli donde se exhibia Reavivé un debate ya candente en los medios cientihi os, pero que, desde entonees, merced al impulso del eslogan “el hombre mono", alca un piiblico mas extenso. La atmésfera debia g la que describié Georges Brassens en El Goria: A eravés de las anchas rejas de la jaula contemplaba tun gorila poderoso, sin reparo por lo que pensaran de él. Ajenas a todo, las comades seftalaban cierto lugat, que mi madre me ha prohibido ri gurosamente citar aqui rardar cierta semejanza con rupo de viejas de Linné contra el continuismo de Buffon o, sin duda menos espectacular, aunque no ) reconocié la manifesta el simio, Inclayé a ambos ¢ Regresemos al debate cientifi menos vivo Ya en 1735, Carl von Linné (170 jana fisica encre el hombre el de los Anth omorpha, Nuestro sistemtico sueco era fijista. Cons! deraba su clasifcacién inmurable, Su "sistema nacural” debia reflejar, mediante la individualieacé los organisms en especies creadas ab initio por el Creador: esas especies se perpetuaban después de generacién en generacién, siempre invariabes, con Ja excepcién de mimtsculas diferencias acidentales¢ intrascendentes Linné no tenia ninguna intencién de atentar concra la idea tradicional de res esenciales y fijos, la divisién original de pretendia contradecir la nocién de una cteacién divina segiin los preceptos del libro del Génesis, Sin embargo, su decisisn de incluir el hombre y el simio en el mismo orden se consideré extraordinaria y prov Linné no se retracté. Desafié a los criticos a que mostraran las diferencias cativa, Pero cya existencia proclamaban Paradéjicamence, fue Georges-Louis Leclere de Buffon (1707-1788) quien restituyé la distancia entre el hombre y el simi, El naturalista francés fue 2. El simio bien educado (1827), cuadro caricaturesco del pintor Edwin Landseer 3. Georges-Louls Leclerc de Buffon (1707-1788), cuyo retrato (abajo) se conserva en el Museo de Versalles, fue precursor del evolucianismo, Consideraba las variaciones observadas en los seres vivos como un alejamiento de un "molde original 4, ELnaturalista sueco Carl von Linné era fijista Sin pretender banalizar el estatuto del hombre, clasificé a éste junto alos simios en el mismo ‘orden animal: el de los Anthropomorpha. 5. Frontispicio de la segunda edicion del Systema naturae de Carl von Linné, publicada ‘en Estocolmo en 1740 (la primera edicin es. de 1735). CAROLI LINNAI Nance Cariforum Dujirilis Sean SYSTEMA NATURA NATURE REGNA TRIA, oe a#* ‘is Se i OCKHOLMIA TPA KIESEWRTTER 10 el gran adversario de Linné. Entablé con él un debate sobre el concepto de especie que ha marcado Ia historia de la biologéa. Al represencar la naturaleza como un sistema de entidades separadas ¢ instauradas de forma definitiva, Linné intentaba, segin Buffon, someter a leyesarbitraris las leyes de la naturaleza, dividie ésta alli donde era indivisible y medir sus fuerzas con nuestra pobre imaginacién. En opinién de Buffon, Linné ignoraba deliberadamente que “la naturaleza manifiesta gradaciones desconocidas ys en consecuencia, no puede prestarse por completo a estas divisiones, ya que el cambio de una especie a otra, y a veces de un género a ott0, se produce a través de matices imperceptibles’. He ahi la paradoja. Para la historia, Buffon es un precursor del evolucionismo, aunque en putidad no desarrollase ninguna teoria de la evolucién. Si intentd, en cambio, describie con todo detalle el mundo de los seres vivos, a fin de que, liberados de los prejuicios sisteméticos, pudiéramos descubrir los infinitos matices y transformaciones que nos alejan de un “molde” original Fue, pues, el “continuista’ Buffon quicn salvé al hombre de la bestiali- zacién a la que el “fijsta” Linné arriesgaba condenar: Hemos afirmado que la Naturaleza funciona siempre y actia en todo me- cdiante transiciones impercepsibles y matices; esta verdad, que por otro lado no sufre ninguna excepeiin, se desmiente de hecho a. continuacins [ue] yt que si el hombre perteneciera al orden de los animales habria en la naturaleca cierto miimero de sees menos perfetos que el hombre y mds perfectos que el animal, por les que se descenderia, de modo imperceptible y gradual, desde el hombre alsimios pero este noes el caso, sino que se pasa directamente del ser pensante al ser material, del poder intelectual a la fuerza mecinica, del orden y el propésito al movimiento cieg, de la refleién al intin El hombre: gcuerpo de simio y espiritu casi divino? Para salir de apuros, Buffon reafirmaba la diferencia del hombre en el plano morale intelectual. Otro naturalista, Louis Daubenton (1716-1800), que colaborarfa en la redaccién de la magna Historia natural de aquél, confirmé més tarde, a partir de las diferencias anatémicas, el dualismo entie el hombre y los simios. La comparacién anatémica correspondia un terreno menios metafisico y cientificamente més riguroso. Tal dife- rencia infranqueable en el plano anatémico se traducia sobre todo en la fuerza muscular de las extremidades inferiores en el hombre, adaptadas a Ia deambulacién erguida; se reflejaba también en la situacién del agujero ‘occipital que, segiin Daubenton, ocupaba el centro de la base del crineo sélo en el hombre y no en el simio (también esa situacién central era necesaria para la posicién erecta). No obstante, las caracteristicas identficadas por Daubenton para evitar cualquier equivoco abusive entre la “historia natural” del hombre y la de los otros animales fueron utilizadas, poco después, con una finalidad ‘puesta, por Julien Virey (1775-1847). En la entrada correspondiente a “hombre” del Nuevo diccionario de Historia Natural, publicado en 1803 y en 1817, este naturalista francés planteaba el problema de las relaciones entre los elementos fisico y moral de los seres humanos, reafirmando su hhecerogeneidad y, de forma simuleénea, su unién indisoluble en el hombre Esta peticién de principio permitia admitir las semejanzas fisicas con los simios y, por consiguiente, la pertenencia del hombre al mundo animal, pero exclusivamente en el plano fisico. Aunque el hombre posea cuerpo de simio, su espiritu roza lo divino. El hombre es el tinico animal bimano y bipedo, sostenia Virey. Por otro lado, podia deducirse una suerte de gri- dlacién en la presentacién de esas caracteristicas. Asi el hombre blanco se mantiene de pie, el negro comicnza a inclinarse hacia el suelo, el simio se sivia en posicién oblicua y, por fin, el cuadripedo mantiene su cuerpo en TEMAS 5 tuna posicin paralela al suelo, porque su cabeza esté mas inclinada todavia que la del simio. Se observa, proseguia Vitey, una verdadera gradacién en la vida y las facultades de todos los cuerpos, ya que podemos “descender" del hombre blanco al negro, del negro al hotentote, hasta el orangutén. Merced alos estudios de expertos en sistematica y en anatomia comp: que hasta la fecha habian recustido exclusivamente a métodos descriptivos y morfolégicos, nacia una nueva disciplina: la antropologia cientifca. Al aceptar el principio de una modificacién gradual de las caracteristicas ana~ témicas, sc abria la puerta a una comparacién cuantitativa que permitia medir la importancia de las modificaciones. Peter Camper (1722-1789) médico y fisidlogo holandés, se haba servido de diversas técnicas para definir el “éngulo facial”, un parémetro que empleaba para comparar el crinco de distintas razas humanas entre si y con el créneo de simios. El anilisis concern{a s6lo a la estructura 6sea, sobre la cual se trazaban lineas que unian la oreja y la nariz, por un lado, y la frente y el mentén, por otro. La interseccién de esas lineas formaba un angulo, Este pasaba de 42 grados en los simios rabones, a 58 grados en el orangutan, 70 grados en el hombre negro y el calmuco, entre 80 y 90 geados en el hombre europeo, hasta los 90 grados de las efigies de las piedras grabadas del arte romano y los 100 grados de la cabera idealizada del Apolo griego, expresion suprema de belleza y nobleza. Segiin Camper y con él un gran nimero de sus contemporineos que siguieron derroteros similares, se producia la convergencia de diversas tradiciones de investigacién: la fsonomia antigua, la teorfa del arte, la anatomia y la antropologia incipiente. Algunos incluso quisieron ver en ese anilsis erancol6gico las premisas de la frenologia. Sin embargo, la progresién que se deducia de esa comparacién estaba muy Iejos de prefigurar una evolucién, como lo indicaba la inclusién de la cabeza de Apolo, ideal de belleza divina. En esa época, el mundo natural solia representarse mediante la escala natural o la “cadena del ser", imagen muy antigua donde cada peldafio o eslabén de la nacuraleza simbolizaba tun nivel 0 segmento auténomo respecto del anterior, es decis, un acto de creacién independiente. La imagen de la escalerailustraba la idea de una perfeccidn creciente, que encontraba su mis alta expresién en el nivel mis elevado, ocupado, claro esté, por el hombre (salvo en los casos que incluian eriaturas celestes como los Angeles) Ciertamente, habia parecidos inquiecantes entre entidades que ocupab nivelesdistintos, pero no incomodaban a los partidarios de la escala natural En eas casos recurrian a la hip6tesis de la “degeneracién”, sugerida ya por Buffon, es decis, el alejamiento respecto de un molde original debido a las Dass 6, Estudio del angulo facial (nterseccion dela linea oreja-nari2 con la linea frente-mentén) extraido de la edicion de 1791 de una obra de Peter Camper. Este naturalista holandés ‘comparaba los simios con las “razas” humanas. 7.La scala dela creacion, en una lustracion procedente de la primera edicién (1512) de De ‘nova logica (1303) de Ramén Lull (12321316), ul 8. Georges Cuvier, cuya estatua se encuentra en Montbéliard, su ciudad natal, negaba la existencia de una continuidad entre las condiciones desfavorables de ciertas regiones. Asi, desde el hombre blanco, el nis perfecto, se “descendia” al negro, al hotentote y ast de forma sucesiva. Los europeos, mas cerca de este ideal, encontraron en ello una confirmacién de su propia superioridad sobre otras razas humanas, “mas simiescas Hacia una descripcién funcional de los seres vivos En 1798, Etienne Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844) y Georges Cuvier (1769-1832) retomaron la técnica del Angulo facial, modificéndola parcial- rence. Las caracteristicas anatémicas del hombre se comparaban de nuevo frente a las de diversas especies de simios; pero los datos se ponfan luego en relacién con la conducta, a fin de correlacionar capacidad y angulo facial, Los mandrils, simios particularmente feroces y violentos, posefan un Angulo facial de 30 grados; Jos macacos, més vivarachos y mansos, un Angulo com- prendido entre 42 y 45 grados; los cexcopitecos, despiertos,alegres, delicados, Y apacibles, entre 50 y 60 grados: los gibones y los orangutanes, entre 56 y 663 grados: por tltimo, el hombre presentaba siempre un Angulo superior a 70 grados. Después se propuso, dentro de la misma especie humana, otra correlacién entre la forma del crénco y la inteligencia: las poblaciones con una frente baja y una mandibula prominente nunca estarfan dotadas de una capacidad intelectual equivalente a la del promedio de los europeos. Empezé entonces a imponerse una forma distinta de observar el mundo vivo. Se trataba de establecer nexos entre las partes de la estructura exami- nada y la funcién desempefiada por una de tales partes en relacién con las otras. Dicho de otro modo, considerar cada parte en relacién con el todo y con la funcién que ejerce en el mismo. Ya no bastaba la descripcién de tun hueso aislado: se asociaban la forma y posicidn de éste ala funcién que cumplia en el contexto de la organizacién general del organismo. Segiin Cavier, no existe “pricticamente ningiin hueso que varie en sus facetas, curvas y protuberancias, sin que los otros sufran variaciones proporciona- les; del examen de un hueso es posible deducir, con ciertos limites, la estructura del esqueleto entero”. De este principio nacié la paleontologia: la reconstruccién, a partir de elementos fosiles, de organismos desaparecidos. La propia anatomia iba a abandonar el plano de la simple descripeién escructural y estitica para orientarte hacia cuestiones dinémicas y funcionales. Para Saint-Hilaite, si un drgano presentaba un crecimiento superior al normal, ese fenémeno repercutia de forma inmediata en las partes més cercanas, las cuales, a partir de ese momento, no lograban alcanzar su desarrollo habitual; sin embargo, ninguna parte desaparecia: todas se conservaban. El debate sobre el plan de organizacién Un “plan de organizacién” configuraba, pues, la estructura y relacionaba las funciones entre si, Por mor de ese plan de organizacién, Cuvier y Saint- Hilaire se enfrentaron en una coneroversia encendida que merecié la atencién de la prensa en 1830 y que marcé una de las grandes etapas de la historia de la biologfa. Cuvier identificaba en el mundo animal cuatro grandes grupos fandamentales: vertebrados, moluscos, articulados y radiados. Saint-Hilaie, en cambio, revindicaba una continuidad ininterrumpida de formas, una uunidad del plan de organizacién comin a todos los animales. Por un lado, Cuvier parecia desmarcarse de los esquemas de interpreta- idm del mundo vivo precedentes, rompiendo con la idea de la sucesién lineal y sin interrupciones. Por otto lado, si bien habia manifestado interés por los aspectos histéricos del estudio de los animales (hasta el punto de sentar las bases para la investigacién de su prehistoria), seguia siendo un paladin del fijismo, un defensor intransigence del catastrofismo. No entendia los fésiles como testigos de las transformaciones experimentadas por las y se habian extinguido en catistrofes sibitas, Para Cuvier, si las especies hhubieran variado de forma progresiva, habriamos hallado los rastros de sus modificaciones graduales; y no habian aparecido hasta entonces. Geoffroy Saint-Hilaire tomé una direccién opuesta al principio de la constancia de las especies. Sostenfa la idea de un plan estructural comin a todas, expuesto a modificaciones y eransformaciones dependientes del me- dio. Sélo ese plan podria explicar lo que Cuvier se obstinaba en considerar como creado en su oxigen con el fin de ejercer una funcién determinada ys por consiguiente, inmutable Segin ese razonamiento, contraatacaba Geoffroy Saint-Hilaire, un hom bre que utiliza muletas estaria destinado, en un principio, a ver su picrna paralizada 0 amputada. Somos simples historiadores de lo que existe; entendemos las funciones slo después de haber estudiado ¢ intentado comprender los instrumentos responsables de las mismas. Por otra parte, Geoffroy Saint-Hilaire se habia convertido, desde hacta tiempo, en adalid de las tesis transformistas de Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829), Lamarck, fallecido cuando estala virulencia, habia sido ya el punco de mira de las criticas acerbas y sarcasmos de Cuvier, Para atacar las ideas de Lamarck, Cuvier aprovech6 incluso el clogio fiinebre que pronuncié en su honor. Sin embargo, por una venganza, del destino, este “clogio” no se publicé hasta 1832, tas su propia muerte. Cuvier afirmaba que las fantasfas de Lamarck estimulaban la imaginacién de poctas y metafisicos, pero no se sostenian ante cualquiera que hubiera disecado una mano, una viscera o una pluma, 1 debate en toda su La naturaleza empez6 por los mas simples Lamarck ocupa un lugar privilegiado en el debate sobre cf evolucionismo, honor que debe, paraddjicamente, a un Cuvier deseoso de ridiculizar sus tesis, Cuvier terminé por divulgar una suerte de caricatura, que supuso cl rechazo de las ideas de Lamarck. Aunque Darwin crefa no compartir la tesis de Lamarck, se le han reprochado ciertos rasgos de las mismas. A diferencia de Linné, Cuvier crea de nuevo dos érdenes separados para el hombre y los simios. Lamarck, en cambio, en su Filosofia zooldgica (1809), clasfica al hombre en el grupo de los mamiferos bimanos. Ademés, desde una visién materalista —coherente con lo que se consideraria desde entonces una teoria del desarrollo y de la transformacién de las especies— cstablece una conexién real entre el hombre y los simios. Basando su clasi- ficaciéa 2oolégica en el sistema nervioso, Lamarck ordena los animales en apisicos, sensbles ¢ inteligentes. Realiza un andlisis nacuralista del espiritu, entendido como la adquisicién progresiva de facultades cada vez mas complejas en la trama de interacciones entre el organismo y su entorno. El concepto, totalmente transformista en adelante, de las especies vivas va acompafiado, sin embargo, de otro cambio radical de perspectiva: la inversin de la scala nasurae, desde el ser més perfecto en la ciispide de la scala, hasta el menos perfecto, en el pie de la misma. Lamarck escribi6 Si es verdad que todos los seres vivos son producciones de la Naturale- 2a, no es posible negarse a creer que no pudo crearlas mas que de forma sucesiva, Hay motivo para pensar que comenzé por las més simples, no habiendo producido més que en tiltimo lugar las organizaciones de mayor complejidad, sea del reino animal, sea del vegetal. El orden natural es, por tanto, el que reproduce el “proceso de la naturaleza’, es decir, a sucesién temporal, hist6rica, a través de la cual se modifcan las especies. Lamarck afirma que es la naturaleza la que ha “creado la organizacién, la vida, la capacidad de sentir; la que ha multi- plicado y diversifcado, dentro de limites que nos son desconocidos, los 6rganos y las facultades de los cuerpos organizados, cua existencia man- 9. sta lamina del Tableau élémentaire de histoire naturelle des animaux (1797), de Georges Cuvier, compara el créneo de distintos ‘mamiferos. Cuvier se proponia establecer una correlacién entre la geometriacraneana las capacidades intelectuales. cspecis, sino como vestigios de especies que habian vivido en el pasado tiene o muleiplica; la que ha creado en los animales, slo a través de la 12 Tamas 54 aru 13 neceridad, que establece y ditige los habios, el origen de todas las acciones, de todas las facultades, desde las més simples hasta las que constituyen el instins, la capacidad y, pot iltimo, el razonamiento”. Por tanto, la escala natural se dinamiza y, por asi decirlo, se invierte, con una consecuencia nueva: si, hasta entonces, la mente habia sido la explicacién del mundo biolégico, en ese momento el mundo biol6gico empezaba a convertirse en a explicacién de la mente. La primera parte de la Filosofia zvoligica concluye con “Algunas consi- Lamarck propone sus tess sobre el origen del hombre y sobre la adquisicién progresiva de las facultades que lo caracterizan: Si el hombre no se bubiera distinguido de los animales mds que en su corganizacin, resulsarla ficil mostrar que los caracteres de organizacién que se emplean part formar con sus variedades una familia separada, son comunicacién. Al eerctar la garganta, la lengua y los labios desarrollarian la facultad del habla, “Las necesidades lo explicarian todo por si solas; habrian originado los esfuerzos, mientras que los érganos propios de las articulaciones se habrian desatrollado por su uso habitual.” Y concluye: “Tales serian las reflexiones que se podefan plantear si el hombre, con- siderado aqui la raza preeminente en cuesti6n, no se distinguicra de los animales m4s que por las caracterfsticas de su organizaci6n, y si su origen no fuera diferente del de éstos’ En efecto, Decir primero una cosa y Iuego su contrario, tal parece ser la estrategia de Lamarck. Bien se trate de prudencia, de un guifio irénico fo de una manera sutil de cludir las posibles censuras, debe admitirse un hecho: con Lamarck, el hombre se convierte en un animal natural, desde todos los puntos de vista, incluido el relativo a sus facultades intelectuales y ‘morales. La explicacién se encuentra en el mismo mecanismo que subyace bajo la transformacién de todos los sees vivos: la modificacién del entorno 10. Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829) sostenfa una concepcién transformista de ios seres vivos. Pensaba que la naturaleza | habia producido primero fos organismos mas simples y habia terminado por los de mayor complefidad. £1 manuscrto de abajo pertenece al séptimo capitulo de su Philosophie zoologique (1809): “Dela influencia de las circunstancias sobre las acciones y los habitos de los animales... como causas que modifican su organizacién y sus partes” todos el producto de antiguos cambios en sus acciones y de los hdbitos que tha adquirido, habitos que ban llegado a ser particulars de los individuos desu especie. Efetivamente, si una raza cualquiera de cuadrimanos, sobre todo la més perfccionada de ells, perdera, por la neceidad de las cnewns- sancias 0 por cualquier ora causa, el hibito de rrepar a los drboles y de asi las ramas con los pies, como con las manos, para colgarse de ells si los individuos de esta raza se vieran obligados, durante varias genenaciones, 14 no utilizar sus pies mas que para andar, y cesaran de utilizar sus manos 14 modo de pies; no hay dia uo] que esos cuadvimanos se sransforma- rian finalmente en bimanos, y que los pulgares de sus pies dejartan de iar spares del cts ded co lo que dios piss eroran ie para caminar, Ademés, silos individuos alos que me refero, movides por la necsidad de dominar, y al propio riempo de ver a to largo y a lo ancho, se esforzaran en mantenerse de pie y adquirieran constansemente ce hidbito de generacién en generacién; no hay duda sampoco de que ss pies irdan ganando de forma imperceptible una conformacion propia ‘para mantenerlos en una postura erguida, que sus piernas adguirinian ‘pansorillas, y que estos animales apenas podrian caminar con los pies y las manos al mismo tiempo. Por fin, si esos mismas individuas de- Gard de valere de sus mandibulas para morder, desgarnar 0 atrapar Cc gry de de ul fel rs sumer, su hocico se acortarta de forma gradual, y que cuando éte finalmente empanadas ner an cla provoca nuevas necesidades, las nuevas necesidades incitan a cambiar los habieos, los habitos modifican la estructura y, por fin, la tristemente célebre “herencia de los caracteres adquitidos” ratfica esas modificaciones. Como ya se ha sefialado, Geoffroy Saint-Hilaire habia tomado partido por algunas ideas de Lamarck, pero aun as( las debié malinterpretar. El atribuia alas circunstancias ambiental un tipo de intervencién sobre el organismo ‘mucho més directo que el propugnado por el propio Lamarck. Cuvier, que siempre se habia opuesto a las ideas lamarquianas, hizo lo posible, con no- table éxito, para que étas fueran mal interpretadas. En la controversia que lo enfrentaba a Saint-Hilaire, Cuvier salié vietorioso; pero el eansformismo, pose a esa victoria pirrica, constitufa una realidad inckudible. La disputa sobre el hippocampus minor Por aquel entonces, en Gran Bretafa, Charles Lyell (1797-1875) publicaba, entre 1830 y 1833, los Principles of Geology, una obra que iba a ejetcer tuna influencia determinante sobre Darwin, En la misma se sometian a un ‘examen profundo las ideas de Lamarck y se refutaban de forma categ6rica Por lo que respecta al hombre, el autor manifestaba la inquietud de que las tesis de Lamarck Hlegaran a destruir “la fe del hombre en la noble genealogta de su especie” Richard Owen, personaje al que nos hemos referido ya y que iba a recibir cl apelativo de “Cuvier briténico”, habia adquirido un merecido prestigio por sus trabajos de anatomia, paleontologia y sistemstica. Habia dejado de tind sting dat Lib nn tk Si Be SE, do pny Dane a Se to ponte ny taf es est phe a eee feats cciet teas ele Pen fat eit nm pe gry el . ; oi ‘ Bia none tae defender una concepcién totalmente esttica dela naturaezay admicia modi ey oer: Se FerAl) Suponiendo, prosigue Lamarck, que la raza més pevfocionada de ficaciones compatibles con su idea de los “tipos’. Segrin esa teor‘a, inspirada a ee los cuadrimanos hubiera adquirido, “mediante habitos constantes en en el arquetipo platnico, exstan tan slo matticesideaes,fundadas sobre tados sus individuos’, el tipo de eonfiguracién y las facultades des- ctitas, habria ella dominado de forma gradual a las demas razas de animales y habria establecido “diferencias notables” con las mismas. Lamarck considera al chimpancé (Simia troglodytes, segiin la clasifica- cién de Linné) el mas “perfeccionado de los animales”. El animal no se sostiene en pie mds que unas pocas veces, ya que esta posicién le resulta extrafia c infrecuente en sus habitos de vida. Lamarck destaca a principios geométricos (un aiimero reducido de formas fundamentals), que se reconocian al estudiar lo que el propio Owen denominaba “homologs Esas homologias cortespondian 2 semejanzas estructurales identificables incluso en partes muy diferenciadas de varios organismos (por ejemplo, las alas de los pajaros y los miembros anteriores de los mamiferos), cuyas modificaciones, halladas también en los files, no son més que diversas realizaciones de un mismo proyecto divino de desarrollo ideal ec. CO ete yh : ee bes peter ee DE Oe topeatlg Egan pian te continuacién el hecho de que, aunque tal postusa le sea “més natural al hombre, éte también debe realizar un control activo y continuo para permanecer erguido, ya que su columna vertebral no coincide con el «je de su cuerpo y el peso de Ia cabeza y la visceras ejerce un par de fuereas respecto del centro de gravedad del cuerpo. Ello tiende a demostrar que el hombre posee “un origen andlogo al de otros mamiferos" Siguiendo con su hipétesis, Lamarck supone que, siempre empujados por la necesidad, los individuos han desatrollado de forma progresiva sonidos articulados con el fin de enriquecer su repertorio de signos de Temss4 ‘A través de esa vision, Owen avanz6 un paso més y desarrollé la “teoria vertebral del eréneo”, segiin la cual los huesos del créneo corresponderfan a una transformacién de las tiltimas vértebras de la espina dorsal. A partir de ciertas caracteristicas del cerebro, clasficd los mamiferos y asigné el hombre a una subclase distinta, la de los Arquencéfalos. Subray6, ademas, la estrecha semejanza entre las manos y los pies en los simios, concraria mente a lo que se observa en el hombre. ‘Como ya se ha comentado, los simios estaban de moda. En todas partes, se debatia sobre sus rasgos morfolégicos "humanos’. Se temian las conse- Dawn 11.2 “escala anatémica", segin el escritor y te6logo sulzo Johann Kaspar Lavater (1741 1801), Esta escala iba desde la “bestialidad deforme” de la rana hasta la belleza ideal de Apolo. 15 12, Una de las laminas que ilustraban la Histoire ‘naturelle des mammiféres de Etienne Geoffroy Saint-ilaire (1772-1844, arriba), naturalista | Partidario de las tesistransformistas de Lamarck, ccuencias nefastas que entrafaba, en el plano moral, la proximidad de éstos con el hombre. Ya no era necesario ser un gran experto para constatarlo Pues el origen simiesco del hombre se habia convertido en la bandera de ciertos iconoclastas que atentaban contra el orden piblice. Nos hallamos en 1857. Tras varias conferencias piblicas en las que cual- uier vinculacién entre el simio y el hombre se habia rechazado de forma categérica aparecié de repente el hippocampus minor, Se trataba de una Pequefia proyeccién, situada en la parte posterior de cada hemisferio ce- rebral, que, segtin Owen, distinguia al cerebro humano del cerebro de los simios antropomorfos. Owen, hombre con un poder y auoridad de talla internacional, se convertitia en un paladin de la humanidad. Thomas Henry Huxley, personaje menos conocido que Owen, pero también de importancia reciente, ponia en tela de juicio tales divagaciones. Tras una breve carrera militar, Huxley habia descubierto su vocacién por la ciencia y se habia consagrado, con toda su energia y resultados brillantes, al estudio de los invertebrados. El que se convertiria en cl “buldog de Darwin’ no habia mmanifestado hasta entonces ninggin interés particular por la transformacién de las especies. No obstante, Huxley, de espiritu enérgico y combativo, no temia las polémicas. Asimismo, manifestaba una profunda ancipatia contra Owen, quien a su ver le correspondia con la misma moneda, En 1858, Huxley se incorporé a la dispura contra la teria vertebral del exinco y en pro de la continuidad entre el babuino, el gorila y el hombre, Contradijo a Owen sobre la imposibilidad de hallar el hippocampus minor en. el cerebro de los simios y lo ridiculiz6 al aribuir la causa de esta ausencia a la smala conservacidn de las muestras utilizadas. Sostuvo la imposibilidad de “azar tuna linea de separacién entre la accién instntva y la accidn racional”. Yllegé una conclusién tan temida como inevitable: “En sus cimientos, en la base de su naturalera, el hombre es una parte integrante del mundo orginico”. El hombre de Neandertal Dos afios antes, en 1856, se habia descubierto en Alemania, cerca de Diisseldorf, una béveda craneana y huesos de extiemidades pertenecientes a quien se denominaria el hombre de Neandertal. Los restos del mismo género encontrados con anterioridad habian caido en el olvido, en los ‘museosi* pero esta vez el descubrimiento tuvo una resonancia extraordi- natia, A diferencia del crineo del hombre moderno, el del Neandertal era alargado y aplanado, poseia una protuberancia en su parte posterior y unos arcos superciliares muy acentuados. Algunos plantearon la hipétesis de que pertenecia @ un antiguo bérbaro europeo. Otros sefalaron el parecido con el crineo del goril, lo que desencadené una oleada de discusiones. Algunos interpretaron sus particularidades como alteraciones patoldgicas: segtin éstos, los restos pertenecian a un individuo que habria suftido ra quitismo y habria experimentado una fractura en el codo; el fruncimiento constante de las cejas a causa del dolor habria provocado la prominencia de los arcos superciliares. O bien, se imaginaban otros, se trataria de un cosaco de las fuerzas de invasion rusas de 1814, un hombre enfermo que habria encontrado la muerte en la caverna donde se habfan hallado sus restos, Habia incluso quienes lo consideraban un idiota Huxley fue uno de los primeros en sostener la teoria de que el hombre de Neandertal representaba un nexo entre periodos anteriores de la evolucién humana. Estimé en 1200 centimetros cibicos el volumen del cerebro que debid haber contenido la caja ctancana del Neandertal, lo que lo situaba en la media de los cerebros del hombre moderno y muy por encima de los del gran simio antropomorfo. Aunque se excluyera la hiptesis de un idiota modetno, costaba admitir que una criatura de rasgos tan simiescos pudiera haber tenido capacidades mentales andlogas a las del hombre moderno, Fue entonces cuando empezé la busqueda del “eslabén perdido” TEMAS 54 Babuinos y metafisica FL 16 de agosto de 1838 Darwin escribia: “El origen del hombre ha quedado abora probado. La metafisica deberta florecer. Quien entienda al babuino hard mds por la meta uué hacia Darwin en ese entorno del siglo xix, mientras se Con casi cincuenta afios de edad, miembro respetado de la comunidad cientifica, Darwin trabajaba desde hacia afios, con ién, en un principio, ¢ debatia sobre las diferencias entre el hombre y los simios? una constancia norable, en un proyecto cuya in no se atrevié a confesar ni siquiera a si mismo, Pero ahora, desde hacia co, no sin cierta incomodidad e inquietud, lo estaba dando a conocer a tn eirula reducido de amigos "escogdos”y dignos de confanza, aunque desclando las informaciones. En 1844, en una carta dirigida a uno de esos amigos, el médico y boténico Joseph Dalton Hooker, eseribia “Estoy casi convencido, al contrario de lo que pensaba en un principio, de que las especies (es como si confesase un crimen) no son inmutables” En sus cuadernos de notasprivados, los eélebres Cuadernos que habia em- pezado a redactar en 1837, donde se concede clerta os desvea sus pensamientos; Darwin se habfa asomado ya al problema de la continuidad entre el hombre y los otros animales, muy especialmente en los cuadernos Ny M (asignaba una letra del alfabeto a cada uno}, denominados también Caadernas sobre el hombre, el epi afta. i ellos aborda,repetidas veces, el tema de a expresién de las emociones, de la conciencia, de las relacionesentse el esplreu y el cuerpo, dela distinciin entre dl instinto y las facultades superiors, asi como una serie de otras cuestones {que lo conducen a consideraciones de nacuraeza filosdfica, religiosa y moral En diversas ocasiones hace referencia a los simios, y sus observaciones dejan poco margen de duda acerca de su posicién sobre este problema espinoso para Darwin, el hombre no ocupa un lugar privilegiado en el universo, Darwin vio por primera ver un gran simio (lenny, un orangutin hembra de tes afios) ol 28 de marzo de 1837, en el 200 de Londres. El animal habia sobrevivido un invierno gracias al pabellén con calefaccién que se habia habilitado para las jrafas. Murié algunos meses después, pero no sin due antes lo hubiesen exhibido, pidicamence vestido con ropas femeninas, ante la duquesa de Cambridge. En los Cuadernos de Darwin abundan las observaciones detalladas, las ideas improvisadas, las indicaciones para un examen profundo ulterior, las, teflexiones lanzadas sobre el papel casi en forma de aforismos. “El origen del hombre ha quedado ahora probado, La metafisca deberfa florecr. Quien entienda al babuino hari més por la metafsica que Locke", escribié 116 de agosto de 1838, En otras palabras, no se puede pretender inves- ertad, 1 y el materialismo, 0 Cuadernos me tigar el origen del conocimiento y estudiar la naturaleza del espiritu sin haber comprendido el vinculo de parentesco entre el hombre y el simio Daswey ca que Locke” 1. Una de las representaciones mas antiguas de simio antropomorfo, sin duda una hembra de orangutan, es ésta. Aparece en De monstris, de Fortunio Liceti (1577-1657), embrilogo de Padua. Se reprodujo en rumerasos textos del siglo xv 7 2. "Comparen un fueguino con un orangutan, yiatrévanse a afirmar que las diferencias son ‘muy grandest’, escribi6 Darwin en un cuaderno en 1838, Arriba, un indigena de a Tierra del Fuego segin Conrad Maertens, dibujante a bordo del Beagle durante a segunda parte del Viale de Darwin, 18 Algunos dias més tarde, tomé notas sobre las muecas de los simios y se pregunté si refan o llorabar, El 30 de agosto, después de una serie de reflexiones sobre la felicidad, el intelecco y Ios instintas, afiade: “El espirtu del hombre no es mas perfecto que los instintos de los animales en todas las cambiantes circunstancias (uJ. jLuego nuestra ascendencia es el origen de nuestras malas pasiones! iEI diablo, bajo la forma de un babuino, es nuestro abueto!” EI 4 de septiembre escribié: “Platén (..] dice en el Fedén que nuestras “ideas imaginarias' derivan de la existencia anterior del alma, no nacen de la ‘experiencia, Por existencia anterior entiéndase simio", El 23 de septiembre, tras, rnumerosas observaciones y comparaciones sobre la capacidad de expresién del hombre y el simio, apunta: “Todo el argumento basado en la expresin, mis que cualquier otro punto concerniente a la estructura, debe su interés a su conexidn con la mente (mostrar que en lo tocante a la mente hay un hiato, ‘no un salto entre el hombre y los brutos)[..] Comparen a un fueguino con tun orangutan y jatvanse a afirmar que la diferencia es muy grande!” Por iiltimo, el 4 de octubre: “Estudiar la merafisica como siempre se ha hecho me parece tan ineficaz como querer saber de astronomia sin la ayuda de la mecénica, La experiencia demuestra que el problema de la mente no puede resolverse atacando directamente la ciudadela. La mente cs una funcién del cuerpo. Hay que proporcionar un fundamento sélido a partir del cual extraer nuestros argumentos” EI hippocampus minor ridiculizade por un hippopotamus major. Tan sélo se trata de unas breves citas. Sin embargo, son mas que suficientes para convertir en un baluarte irtisorio ese hippocampus minor que Owen, veinteafios después de la redaccién de las notas, quiso levantar para defender lz posicién del hombre en la naturaleza de los peligros que la asediaban. Este hippocampus minor ridiculizado encontraria pronto su justo lugar en un entretenido libro para nitios, Los nias del agua, escrito en 1863 por Charles Kingsley (1819-1875). Capellin de la reina Victoria, profesor de historia en Cambridge, comprometido en las luchas sociales y findador del grupo de los “socialistas cristianos", Kingsley fue uno de los pocos clétigos que defendicron a Darwin tras la publicacién de El origen de las especies, En este relao fantistico, escrco con fines claramente pedagégico-morales y-con una buena dosis de ironia, “una historia de hadas, nada més que un fentretenimiento y una obra de la imaginacién, de la que no se debe creer una palabra, aunque sea verdadera”, el hippocampus minor se convertia en hippopotamus major. “No existe nada més fable que la gran prueba del hippopotamus. Si en tu cerebro hay un hippopotamus major, entonces n0 eres un mono, aunque poseas cuatro manos, y no tengas pies, y seas més simiesco que el mas simiesco de todos los monos del z00. Si, en cambio, se descubriera un hippopotamus major en un solo cerebro de mono, no hay nada que hacer, nada libraré a tu tatatatatatatatatatatatarabuela de haber sido un mono también’ Es comprensible que Owen y los teélogos biempensantes que lo apo- yaban se sintieran amenazados con esa nueva visién del mundo y del hombre (el hombre se habia considerado “especial” durantes siglos). No es necesario ser un gran experto para entender también por qué Darwin fue tan prudente y tardé tanto tiempo en hacer piiblica esta teoria de la transformacién de las especies, teorfa de la que no podia menos que cesperarse efectos explosivos. En realidad, en esa época ya existian al menos dos versiones de la que con el tiempo seria la roria darwinista de la evolucién, pero quién sabe si Darwin se hhubiera decidido a divulgar sus ideas si, precisamente en 1858, mientras Owen y Huxley mantenian su acalorado debate, no hubiera recibido por correo, el 18 de junio, el ensayo de un joven naturalist llamado Robert Wallace. TEMAS 34 Los anos deformacion | Igual que su padre y su abuelo, el joven Charles inicia estudios de medicina, que interrumpird en 1827. Cuando se le reorienta hacia la Hl vida eclesidstica, demuestra ya aficién a la historia natural harles Darwin nacié el 12 de febrero de 1809. Contrariamente a lo que se ha pretendido, Darwin no se hizo a si mismo. Por set responsable mis que nadie —salvo quiz Mendel— de la impor- tancia ororgada 2 las genealogias, conviene remontarse a sus dos iluseres abuelos, que no lleg6 a conocer. El abuclo materno se llamaba Josiah Wedgwood (1730-1795). Aunque fue casi autodidacta, gracias a su espiricu emprendedor y a su talento ara experimentar con nuevos materiales y técnicas, cred lo que se con- Versa en una de las principales fibicas de porelana de Gran Bretafa y proveedora de la casa real. Se cas6 con una prima, Sarah, con la que tuvo ocho hijos. La primogénita, Susannah (1765-1817), seria la madre de Charles Darwin El abuelo parerno, Erasmus Darwin (1731-1802), fue médico, cientifico, inventor y poeta. Brillante, imaginativo y extraordinariamente activo en el cultivo de la mente y en sus aplicaciones. De su matrimonio con Mary Howard nacieron cinco hijos; dos de ellos fallecieron a muy corta edad; cl tercero, Robert Waring Darwin (1766-1848), seria el padre de Charles; los ottos dos, Charles y Erasmus, sucumbieron a lz edad de 20 y 40 aiios, respectivamente. Charles, estudiante de medicina, perecié a causa de una infeccién contraida en una autopsia; Erasmus, abogado, abrumado por aves problemas financieros, se suicidé (musié ahogado) en un acceso Ae depresién, Rober: Waring batiz6 asus dos hos con el nombre de sus hermanos difuntos. La esposa de Erasmus, Mary Howard, murié a los 30 afios de edad, cuando Robert Waring tenia s6lo cuatro, Mas adelante, Erasmus se vol- vid a easar y tuvo otros siete hijo, sin contar uno 0 dos hijos ilegitimos més entre los dos matrimonios. Tal proliferacién se inscribfa en su visién de la actividad sexual, que Erasmus aplicaba desde el punto de vista cientifico (como vinculo esencial en Ja gran cadena de los seres vivos) y literario (la denominaba en sus poemas “obra macstra de la nauralers! Era autoritario hasta el limice de la tiranfa, Robert, Charles se vio pricticamente obligado a emprender los estu ahi que se prometiera a si mismo no comportarse con sus hijos como su padre lo habia hecho con él La influencia de! abuelo Erasmus Erasmus era un cientifico brillante. Se interesé por la fisica, Ia quimica, la botinica y la geologia. Tradujo del lain la obra de Linné Genera plantarum. Bsctibié un poema enciclopédico en verso, titulado El jardin botdnico Daron Charles Darwin Erasmus Darwin (bajo) abuelo paterno de Charles, fue también el abuelo, por via materna, del naturalista, antrop6logo y estadistico Francis Galton (1822-1911), 1. Rober 19 ZOONOMIA; ORGANIC LIFE 2. Frontispicio de la Zoonomia de Erasmus Darwin, cuyo primer volumen aparecié en 1794, En esta obra, el abuelo de Charles Darwin anticip6, unos quince afos antes, ciertos aspectos dela teorfa de Lamarck. 3. ingeniero briténico James Watt (1736- 1819), que patent6 en 1769 la maquina de vapor, fue miembro de la Sociedad Lunar. 20 Zoonomia, en dos vokimenes, es sin duda su obra més conocida. Cabe mencionar también El templo de la naturaleca, publicada a titulo péstumo en 1803. En todos esos trabajos, sostenfa tesis muy avanzadas sobre la transformacién de los seres vivos. Negaba cualquier explicacién del com- Portamiento en términos de esquemas preestablecidos ¢ innatos; aribuia, en cambio, una funcién importante a los habitos adquiridos inmediata- mente después del nacimiento, incluso durante el desarrollo embrionario. Suscribfa la teoria de la herencia de los caracteres adquiridos, que, lejos de ser nueva, consticuia una suerte de ereencia difusa y técitamente aceptada. En esencia, anticipé un buen mimero de los rasgos propios de la teoria de Lamarck. Se desconoce, pues, la influencia que Erasmus ejercié sobre su nieto. Charles conocfa las posiciones de su abuelo, pero poco a poco fie distancidndose de las versiones del lamarckismo vigentes en esa época Erasmus Darwin y Josiah Wedgwood se conocieron en calidad de médico Y pacience. Pronto se dieron cuenta de su interés comtin por la técnica y los inventos. Ambos formaban parte de la Sociedad Lunar (“Lunar Society”), denominada ast porque sus miembros, los “lunticos’, se reunian las noches de luna llena para poder regresar después 2 su casa con mayor comodidad y seguridad (en ausencia de alumbrado piblico). Dicha sociedad conté encre su filas con algunos de los més ilustres representantes del tejido empresarial del distrito de Birmingham; se convertiian en el centro de una nueva cul- tura dinémica, cada ver més alejada de la aristocracia rural eradicional. La celebridad de algunos de estos industrales no ha decaido: John Wilkinson, por las fundiciones, y James Watt, por la maquina de vapor. A su lado habia cientificos eminentes, como el quimico John Priestley. Josiah y Erasmus compartian ademés convicciones politicas e ideolégicas. Ambos eran whigs (miembros del partido liberal inglés), grandes admiradores de las revoluciones francesa y americana, y hombres comprometidos con las reformas sociales. La familia Wedgwood construiria mas tarde un pueblo alrededor de su fibrica para alojar a los obreros y a sus familias. Josiah y Erasmus no eran “benefaetores de la humanidad’, sino representantes de una clase social en ascenso ¢ ilustrada: desde los aiios 1780 y 1790, ambos adopraron posturas abolicionistas ance la esclavitud. Esa conducta generosa caracterizé también a su descendencia. Afios después, ejercerfa una clara influencia sobre Darwin, cuando, en el transcurso de su viaje, presencié la deportacién de esclavos y la violencia que se les infliga Una violencia “justificada” por las teorias “cientificas” de la época, que admitian la existencia de una humanidad “de segundo rango”, eslabon entre el hombre y el simio. Hasta 1807 Gran Bretafia no prohibié el trifico de esclavos en sus cerritorios. En 1832, el Parlamento debatia la cuestin de su emancipacién totals mientras tanto, la opinién publica se ‘movilizaba a favor de las misiones civilizadoras. Desde 1787, la Sociedad Antiesclavista habfa adoprado como simbolo una medalla de porcelana azul con relieves blancos fabricada por Josiah Wedgwood. En ella aparecia Ja silueta de un esclavo encadenado bajo la leyenda “zAcaso no soy un hombre y un hermano?”. La medallarelejaba un acto evidente de civismo, pero también una excelente visién comercial: aprovechar los sentimientos filancrépicos de las clases medias y altas briténicas le supuso a Wedgwood unos beneficios suculentos. El peso de la herencia Con el matrimonio entre Robert Wating Darwin y Susannah Wedgwood, en 1796, las dos familias sellaron una unién que hallaia otras ocasiones para fortalecerse: cl mismo Charles se casarfa con una prima Wedgwood y una de sus hermanas haria lo propio con otro primo. La generosa dote de Susannah y los ingresos considerables de su marido, que tuvo éxito en la profesién médica y que administraba habilmente su patrimonio, garan TEMAS 54 tizaron un nivel de vida confortable en The Mount, la gran residencia que adquirieron en Shrewsbury. ‘Antes de casarse, Robert pregunté a su padre sobre los motivos de la muerte de su madre Mary. La carta que enviaria Erasmus reviste su interés Ofrece un testimonio directo del tipo de comunicacién que existia entre padre ¢ hijo, explicita y “sin escripulos”, como él mismo la definié. La carta refleja algunas de sus ideas médicas, lamarckianas avant la lettre Erasmus estaba convencido de que Mary habia heredado de su padre, quien, “nunca habia caido en enajenacién, aunque sf se habla emborrachado, en pliblico y en privado, una enfermedad hepética, tipica del alcoholismo, que a convertia en vietima de violentas crisis de dolor y convulsiones, “aliviadas a veces con grandes dosis de opio y un poco de vino, al que se acostumbré [...]. Todas las enfermedades causadas por la bebida son hereditarias, pero s6lo en parte; el origen de la epilepsia y la enajenacién se encuentra, creo, en la bebida. Asi lo he observado a menudo en la epilepsia. Pero una generacién sobria basta para revertir el desgaste de la generacién que bebe. Conozco numerosas familias que presentan por un lado algunos dementes y cuyos hijos, ahora adultos, no experimentan nin- giin sintoma, Si no fuera asi, no habria en todo el reino una sola familia sin epilépticos, gotosos y enajenados" ‘A pesar de su creencia en la herencia de los caracteres adquiridos (el alcoholismo era considerado un aso tipico), Erasmus pretendia tranqui- lizar asi a su hijo. De hecho, Robert ruvo con Susannah seis hijos, todos cllos completamente sanos. Después de las tres primeras hijas, Marianne, Caroline y Susan, nacié Erasmus: cuatro afios después legs Charles y 15 meses més tarde, Catherine, la benjamina. Experiencia precoz del dolor Susannah cay6 enferma y murié tras un largo sufrimiento, en 1817, cuando Charles contaba tan sélo ocho afios. El mismo seftalarfa en su Autobiografia (que escribié a los 67 afios para sus hijos): “No recuerdo ‘asi nada de ella, s6lo su lecho de muerte, su vestido de terciopelo negro y st curiosa mesa de trabajo. Creo que mi falta de recuerdos sobre ella puede atribuirse en parte a mis hermanas, quienes, a causa de su dolor, cvitaban hablar de ella © pronunciar su nombre; podria también deberse la propia invalidez de mi madre antes de su muerte”, Esa experiencia precoz del dolor y la ausencia de recuerdos sobre su madre se han considerado, en una biografia reciente escrita por John Bowlby, psiquiatra infantil y psicoanalista, uno de los elementos que de- sencadenaron las graves alteraciones psiquicas y fisicas que suftié Charles durante coda su vida adulea. Tiastornos gistricos, con vémitos y néuseas, palpitaciones, crisis de panico y sensaciones de desmayo. El propio Darwin anoté y deseribié pormenorizadamente esos sintomas, que condicionaron Dawa 4, Con William Small (1734-1775) y Matthew Boulton (1728-1808), Erasmus Darwin fue uno de los fundadores de la Sociedad de Lundticos. El grabado de la izqulerda representa una reunién de los miembros de esa sociedad en cel domiciio de otro miembro ilustre, James Watt. Adviértanse las botellas esparcidas por et suelo. Arriba, Matthew Boulton, rico industrial de Birmingham, en su época de componente de la Sociedad de Lunaticos 5. £1 camafeo antiesclavsta fabricado por Josiah Wedgwood, abuelo materno de Charles Darwin, rezaba: "(Acaso no soy un hombre y un hermano?” 21 6. Susannah Wedgwood, madre de Charles Darwin, Una enfermedad a levé ala tumba en 1817, cuando Charles contaba con acho afios, de edad. 7. Charles Darwin y su hermana Catherine, en un dibujo de Ellen Sharples. 22 Ningiin médico se hallaba entonces capacitado para emit un diagnéstico preciso. Se avanzaron numerosas hipétesis. Hubo quien sefialé la enfer- medad de Chagas, transmitida por ciertas chinches, que Darwin habria contraido en América del Sur a lo largo de su viaje. Sin embargo, dado que ciertos sincomas estaban presentes ya antes de su partida, muchos se inclinan por una afeccién psicosomatica, sobre todo si se considera que los trastornos tendian a manifestarse en situaciones de estrés emocional y de fatiga excesiva. Se sugirié también un “s{ndrome de hiperventilacin” una “neurosis de angusta’. Darwin temia que se tratase de una enfermedad hereditaria. Se sentia angustiado, probablemente como su padre, por la idea de haberla trans- mitido a sus hijos. Desgraciadamente, el destino confirmé sus temores en 1851, su hija mayor Annie fallecié 2 la edad de diez afios de una “Fe- bre gistrica biliar”, La muerte de su madre, y luego de su hija, de una enfermedad gistrica, sumado a sus propias crisis de sintomas similares, le inguietaron. Tanto, que le provocaron una angustiosa ansiedad por la salud de sus otros hijos, que fueron durante tiempo el objeto de cuidados y atenciones obsesivos. Madeira z ~ conarias 3, ie hy Cabo Verde os Freie i scytnon AMERICA a ‘Sdesepiome 1055, st feos 7 sf eee Bavowico i s ‘ — ie Janeio es ita 2 2 - s Saeene 186 " ates ‘saeco 182 33 remssa | Dro Lyell. En 1832, consigue en Montevideo el segundo volumen, y en las islas Malvinas, el tercero, Henslow le habfa recomendado su lectura, aconsejéndole que “no se adhi- riera en ningiin caso a los puntos de vista que se defienden en la obra”. Por el contrario, Darwin simpatiza de inmediato con las tesis uniformitarstas de Lyell. Este sostiene que los cambios suftidos por la superficie terrestre han venido instados por fereas que ejercieron una accién constante y gradual «lo largo del tiempo y que siguen operativas. Como ya habia hecho antes, John Huston (1726-1779), se opone con firmeza al catastrofismo (para Hatton, los acontecimientos geolégicos son ciclicos). Segiin el catastofismo, las alteraciones de la superficie terestre y las extinciones subsiguientes de las especies vivas son el producto de sucesos catastrdficos extraordinarios, como el diluvio del que habla el Génesis. Estos hechos formidables se hhabrfan repetido numerosas veces después de la Creacién y, segiin las in- terpretaciones, habrian ido seguidos de nuevas intervenciones creadoras 0 (como habia planteado Cuvier) de migraciones de especies procedences de otras regiones del mundo; estas especies repoblarian las zonas devastadas por la catistrofe. (Los términos “uniformitarismo” y “catastrofismo” introducidos por Whewell en una critica de los Principios de Geologia.) Lyell, que interpreta la naturaleza y a historia de la Tierra como “un sistema regular de causas secundarias’, era creacionista, postura de la que no abdica. Extiende su explicacién naturalista a la extincién de las especies, no a su origen: “Sobre la cuestién de si las nuevas especies sustituyen de tiempo en tiempo a las especies que se van extinguiendo no existe una opinién defintiva, ya que hasta el presente los datos que poseemos son insuficientes. Herschel le reproché no haber respondido a esa pregunta, dejando sin resolver “el misterio de los misterios". Whewell plantea el siguiente dilema: *Aceptar la doctrina de la transmutacién de las especies y suponer que las especies de una época geolégica determinada se hayan transformado en especies de otra época por la accién prolongada en el tiempo de causas ales, o creer en numerosos actos sucesivos de creacién y de extincién 6. La excursion a os Andes en agosto de 1834, dibujo del Viaje de un naturalista alrededor del ‘mundo, Darwin estudié all estratos geol6gicos con abundantes conchas. 5 de especies, con independencia del curso normal de la naturaleza, sucesos que se pueden calificar sin exagerar de milagrosos". El se inclina por la segunda opcién; Darwin habré de abordar pronto la misma cuestién, 7. Dibujo de un hormiguero gigante, inluido en ta edicién de 1890 del Viaje de un naturalista alrededor del mundo. Darwin se convence de la gradualidad de la extincién de las especies Por lo que respecta a la extincién y gradualidad del fenémeno, Darwin rio alimenta ninguna duda. En el Viaje de wn nasuralista, al cefertse a “los principios tan bien expuestos por Lyell”, apunta que pocos paises han conocido mutaciones tan profundas como el continente sudamericano desde 1535, arfo en que desembarcaron los primeros colonos con 72 caballos en el estuario del rio de la Plata. Desde entonces, con la introduccién de otros animales damésticos y su enorme propagacién, “las incontables manadas de caballos, de ganado mayor y de rebafios de ovejas, no sélo han modificado las caractefstcas de la vegetacién, sino que se han reproducido también en todas partes y a punto han estado de acabar con el guanaco, el ciervo y el avestruz. Hubieron de producirse, ademés, otros cambios; el cerdo salvaje remplaza con toda probabilidad al pecari en muchos lugares. Idéntico fendmeno se repite en Australia: “Afios atrés, abundaban en este pais animales de caza mayor, pero ahora hay que alejarse mucho para encontrar un emii y escasea el canguros ambos han sulftido estragos ante Ja presencia del lebeel inglés. Es posible que transcurra aiin mucho tiempo antes de que sean exterminados, pero su desaparicién es inevitable”. Si, tras la introduccién de nuevas especies por el hombre, se observa en un principio la disminucién gradual y después, Ia extincién de las especies existentes, entonces “admitir que las especies se hacen raras ances de desa- parecer, no sorprenderse de que una especie escasee més que otra y, a pesat 34 Temas 54 } | | | de todo, recurtir a un agente extraordinario y maravillarse cuando una especie deja de exists, es exactamente como admitir que, en el hombre, la enfermedad es cl preludio de la muerte y no extrafarse de la enfermedad: yen cambio, cuando éste falleciera, sorprenderse profundamente y Hegar a creer que ha muerto de forma violenta’. En este punto, Darwin rechaza el catastrofismo y acepta el gradualismo. Se suma con mayor resolucién a esa postura en lo que respecta a la geolo- gia, donde Lyell le sirve de referencia con su divisin de las eras geolégicas basada en la clasificacién de las rocas. Cada ver. que desembarca, estudia Ia estratigrafia de las rocas y las caracteristicas del suelo; relaciona entre si la sucesiOn de los organismos y las rocas que los contienen. En Chile, en osto de 1834, emprende una excursin a los Andes: Mi objetivo, al venir agui, es observar los amplios esratos de conchas situados a unos cuantos metros sobre el nivel del mar y que se queman hoy en dia para convertirls en cal. Resulta patente que toda esta linea de costas se ha levantado, A una altura de cien a doscientos metros se encuentra sn gran nimero de conchas gue parecen muy antiguas; he hrallado algunas incluso a una altitud de cuatrocientos metros, Estas conchas aparecen dispersas en la superficie 0 sepultadas en wna capa de sierra vegeral negro-rojiza. Al examinar esta tierra vegetal con el micros- copio, me sorprendié ver gue era en realidad de origen marino, rico en ‘particulas diminutas de materia orgénica En 1835, todavia en la Cordillera, describe que los valles principales se caracterizan en sus flancos por errazas de cantos rodados y de arena Extoy convencido (..] de que estas terrazas de cantos se acumularon durante la elevacién gradual de ta Cordillera, mientras los torrents depositaban sus aluviones, en niveles sucesivos, en las mdrgenes de largos y estrechos Brazos de mar: primero lo hicieron en la eabecera de los vales, después, cada vez a un nivel mds bajo, a medida que el suelo se levantaba gra- dualmente, Si es asi, que no lo dudo, la gran cadena de Cardilleras (no hha] surgido de repente, como lo creian en otro tiempo todos las geélagos ‘y como lo creen todavia muchos de ellos {..]. A la mente le euesta en- tender, si no es poco a poco y con esfuerzo, los efectos de una accién que se repite tan a menudo Gradualismo, periodos inmensamence largos, accién incesante y uniforme de las propias fuerzas naturales... Las observaciones y reflexiones geolégicas empujan a Darwin a establecer correlaciones entre la actividad volcénica Nivel del agua Davin | | | ANTES DEL DILUVIO Enisertacin sobre os cambios experimen- ‘ads por nuesto planeta, Voiire pone su habildad terra al servicio de unamala cau sa ientfia: "En as montafias de Hesse se ha hallado una pedra que pareci lever la imprentade un odebal, yen os Alpes, un lucoperiicad ysellega ala concusin de aque el mary os ros han fio, por turns, sobre las montafis, No seria més natural scspechar que estos pecs, traldos por un via- Jer, alestropearsefueranarojadosy se petificarancon el paso de lstiempes? Pero ‘esta idea es demasiado simple pocosiste- matica Se ice que sehadescuieroun ancia de baco en una montaiasiza: pero no sereflexona sobre el hecho de que asta ali sehabian ransportedo ape grandes cargas y sobre odo caiones que se puto aber ut lizao un anda para ujtar las cargas en una ateta de alguna roca; que es muy probable que este anda procedira de los pequfos puertos del ago de Ginebra: que tal ve la istora de ancl sea pur leyenda ys pre- fier afrmar que se trata de ancla de un bar co que se amar6 en Suiza antes devi. {.Sehan vit también enlas provincia de Italia de Francia et, pequeras conchas que se asequa son orginaras del mar de Sia No deseo discus orgen; pero, zn pdt. sequela mulitud de peterinos ycruzados que lle su dinero a Tera Santa trajera 0 algunas conchas?” 8, Darwin expla la formacion de los artecifes de coral suponiendo que los corales se desarrollan sobre un terreno en proceso de hundimiento en el mar. Ena ilustracion, los corales crecen en aguas someras, sobre lo que antafo constitufa la costa que sobresale de tuna isla que se est hundiendo (a). Por ultimo, la isla entera queda sumergida y los corales forman un atol6n, es decir, un arrecife que rodea una laguna; ésta reposa sobre lo que formaba la cima de la isla (4). Darwin demostré ue los corales no podian desarrollarse en la parte central de a laguna, donde el agua permanecia estancada, ya que para proliferar necesitaban una fuerte marejada, 35 9. Laisla Bora Bora yl arrecife de coral circundante. El croquis de este atolén fue realizado por Darwin, quien explicaba su formacién por el crecimiento ascendente del arrecife de coral que cea un islote volcénico, mientras éste se hundia lentamente, y las cadenas montatiosas, entre la isas voleénicas y los margenes de las costas continentales; y por supuesto, le llevan a preguntarse sobre la apa- Ficién, més @ menos repentina, de grupos de organismos en los estratos ‘geoldgicos. También tiene la “suerte” de ser testigo directo y observar los efectos de ottos acontecimientos, por cierto catastrficos, aunque naturales: la erupcién del voleén andino Osomo, el terremoto de Concepcién del 20 de febrero de 1835 y los maremoros. Atolones: islas que se hunden y corales que emergen ‘A su regreso a Londres, Darwin se integra en la Sociedad de Geologia, de la que més tarde fue elegido secretario. Presenta en ella sus observaciones vulcanolégicas y geoldgicas de América del Sut. A lo largo de los afos si- {guientes, publica importantes trabajos: en particular, Observaciones geoldgicas sobre las islas volednicas (1844) y Obseruaciones en América del Sur (1846), ambas revisadas y reeditadas en diversas ocasiones. Entre estos estudios, el mas conocido es el dedicado a las barreras coralinas, Los arrecifs de coral (1842), donde sus conclusiones (todavia acepradas hoy en dia) difieren de las defendidas por Lyell. En su Autobiagrafia podemos leer: Tada la teoria fue concebida en la costa occidental de América del Sur, sin que hubiera visto ningin arreife de coral. Por tanto, he tenido que verifcar y completar mis observaciones con un examen detallado de los larrecifes vives. Pero cabe destacar gue, durante los dos aitos precedentes ‘me habia fjado sin cesar en los efectos de la elevacién intermitente del suelo en las costas de América del Sur, de forma sinultinea con la erosién 17 la acumulacion de sedimentos. Ello me hizo rfesionar mucho (..] sobre “os efectos de la subsidencia (bundimiento paulatino del suelo) y fu facil susttuir, com imaginacidn, la deposicién continua de sedimentos por el crecimiento hacia arriba del coral. Ast forjé mi teoréa sobre la formacién de las barreras de arrecifes y de los atolones. Lyell atribufa la formacién de los arrecifes a la clevacién de las islas voleénicas colonizadas por los corales, y que adquieren su configuracién circular, por el reagrupamiento de los corales alrededor de los margenes de los criteres volcdnicos sumergidos. Por el contrario, Darwin sostenia, {que eran las islas pequefia las que se hunden lentamente, mientras que los corales se acumulan para mantener el nivel, poco profundo, que necesitan para desarrollarse (entre 135 y 150 metros de profundidad como méximo). A medida que los fondos descienden, la barrera sube y, cuando la isla estd sumergida por completo, aparece la conformacién tipica del atolén. Lyell acogers favorablemente esta nueva interpretacién y Darwin le agra decerd siempre al maestro su mente abierta y su capacidad para superar los prejuicios. Darwin se apartaré en otros muchos puntos de las posiciones de Lyell, y éste debers superar el recelo que le inspiran las tesis planteadas en El origen de las especies. Darwin le dedicara un homenaje en su Autobio- _grafiz: “Su buena fe, digna de reconocimiento, se hizo patente cuando, ya mayor, se convirtié al transformismo; en esos tiempos ya habla adquirido tuna gran reputacién al oponerse a los puntos de vista de Lamarck. A veces me recordaba lo que yo le habia dicho, hacta afios, sobre la oposicién de la vieja escuela de gedlogos a sus planteamicntos novedosos: ‘Seria bueno que los cientificos perecieran a los sesenta afios, ya que superada esa edad, su oposicién a toda teoria nueva es segura’. Ahora Lyell esperaba que Je petmiicran vivir". Algunas malas lenguas pretenderin que Lyell aceptd por supersticién las ideas de Darwin, al menos en parte. Su adhesién fue valerosa, pues si tomamos en cuenta st actitud anterior, tenfa motivos para oponerse. Lyell habla atacado enérgicamente las tesis transformistas de Lamarck. Refutaba categéricamente que a través del estu- dio de los files se pudiera documentar cualquier progresién en direccién al hombre y juzgaba incoherente Ia manera en que Lamarck abordaba la cuestién. Ademés, detestaba la idea de una continuidad desde el animal hasta el hombre, ya que negaba la “linea de separacién entee lo racional y lo irracional, lo responsable y lo irresponsable” A lo largo del viaje, Darwin reflexioné largo y tendido en torno al tema. Uno de los elementos de su razonamiento fue su apunte sobre los habitantes de la Tierra del Fuego: Asis alli al que habia de consttuir, sin duda, el expectdeulo mds curioso @ interesante de mi vida. No me imaginaba la enorme diferencia que separa al hombre salvaje del hombre civilizado, mucho mayor que la diferencia entre el animal salvaje y el animal doméstico, lo que se ex- pica, por ovo lado, por el hecho de que el hombre presenta una mayor ‘capacidad de progresar. (| Su vileaa se vishumbraba basta en su actitud 1 con facilidad se podia leer en sus rasgos la sorpresa, la extrahcza y la inquictud que sentian, (..] El lenguaje de este pueblo apenas merece la denominacién de lenguaje articulado El espectaculo desconcertante y desolador de las tribus salvajes [Los encuentros con las tribus también lo contrarian. Darwin describe seres miserables y enclenques, casi desnudos 0 cubiertos sélo por mantas de guanaco (© de foca: “Estos desgraciados salvajes estin mal desarrollados, tienen un. rostro horrible, cubierto de pintura blanca, la piel sucia y grasa, el cabello enredado, la vor discordante y los gestos violentos". Duermen replegados sobre si mismnos como los animales, en el suelo. Se alimentan exclusivamente de lo que encuentran, lo que les lleva a menudo a sufrir hambrunas y prac- ticar el canibalismo, No se sabe si cteen en una vida después de la muerte, aunque entierran a sus difuntos. Sus habilidades son comparables con el instinto de los animales, ya que no mejoran con la experiencia; prucba de cllo es que su canoa, “su invento més ingenioso”, no ha evolucionado desde hace mis de 250 afos. {EI “estado noble” del hombre, por el que tanto se preocupaba Lyell, no sale indemne de ese especticulo! Recordemos que en el Beagle viajaban tres fueguinos que debian reinser- tatse en su poblacién de origen, para llevar la civilizacién. El abismo que se abrié con sus semejantes fue tal, que, después del breve paréntesis en el mundo civilizado, apenas podia creerse que poseian un mismo origen. Segiin el relato del capitén FiteRoy, los fueguinos muestran reacciones de repugnancia. Fuegia se esconde y no les quiere ver; “monos ~ sucios ~ idootr = no son hombres examaka Tos otros dos Raguinos I vista de las tribus. No obstante, es dejaron en su tierra acompafiados de tun joven y valeroso misioner. ‘Algunos meses més tarde, se supo que el empefio de FitzRoy habia fracasado. Cuando el Beagle volvié a pasar por alli, el joven misionero, despojado de todos sus bienes, renuncié a la empresa y tetminaria por irse a civilizar otras poblaciones, en Nueva Zelanda. Fuegia y York Minster, después de casarse, habian huido, no sin arrebatarle antes a Jemmy Button todo lo que Hlevaba. El reencuentro fue higubre: Una pequena canoa, con una pequeia bandera en la proa, se acereé a posta ves qu uno dels Bombe de la wipulactn se limplaba ef rostro con abundante agua para eliminar cualquier resto de pintura. Ese hombre era el pobre Jemmy, convertido de nuevo en wn salvaje delgado _y despreciable, con ei cabello desordenado y el cuerpo desnudo, salvo un ‘pedazo de manta atado alrededor de su cintura. No lo reconocimos hasta ‘que estucvo muy cerca de nosotros, ya que se mastraba avergonzado y daba 10, Los tres fueguinos que volvian a su tierra en el Beagle: Jemmy Button, York Minster y Fuegia Basket. Dibujos del capitan FitzRoy. 37 la espalda al barco. Cuando le vimos por ultima vez estaba gordo, limpio, bien vesido; nunca habia visto un cambio tan enorme y lamentable. Pero una ver que estuvo vestido _y se hubo desvanecido la turbacién inicial, volvie a ser el de antes. Cend con el capitdn FitzRoy y comié con la educacién de siempre. Nos comenté que tenfa suficiente (0 como i decia, demasiado) para comer, que no pataba frio, que sus amigos eran muy buenas personas y que no deseaba regresar a Inglaterra. Por la noche descubrimes la causa de ‘este cambio de opinién tan grande en Jemmy: su joven y linda mujer (perceneciente a otra tribu] Uegaba al barco |...]. Nos explicd que habia construido él mismo su canod y jalardeaba de poder hablar un poco la lengua materna de su esposa! Pero, cosa curiosa, hnabia enetado algunas palabras en inglés a toda su ribu (.). Tados nos apenamos al pensar que le etrechdbamas la mano por iltima vez Para los cientificos de la época, resultaba dificil hablar del “estado noble” del hombre ante una humanidad tan degradada e inculta. “Un salvaje sin civilizar, escribe Darwin a su hermana Caroline en marzo de 1833, es en verdad uno de los espectéculos més desoladores del mundo”. No obstante, a pesar de las diferencias de raza y cultura, la «specie humana sigue siendo tinica para él: no tiene la tentacién de desdibujar “Ia linea de separacién” entre el hombre y cl simio, como hacen muchos de sus contemporiineos que postulan la existencia de uno o varios grupos independientes ¢ intermedios en la taxonomfa humana, Sin duda, para Darwin, esta expériencia fue un aprendizaje sobre Ja amplicud de las transformaciones en el seno de una misma especie. El viaje proporciona a Darwin otras ocasiones para teflexionar sobre el hombre y la civilizacién, En Buenos Aires la revolucién hace estragos; tropas de soldados patrullan las calles, En Montevideo, una clase dirigente corrupra e ignorance ejerce un poder sangui- nario. En Australia y Nueva Zelanda, los aborigenes van desapareciendo progresivamente, diezmados por los recién llegados. En Argentina, es testigo de algunos episodios de la guerra exterminadora encabezada, por las tropas del general Juan Manuel de Rosas contra los indios: “Aqui todos estén convencidos de liderar la més justa de las guerras porque «std dirigida contra los salvajes. ;Quién podria creer que en nuestra época se cometieran tantas atrocidades en un pais cristiano y civilizado? Se perdona la vida a los nifios para venderlos como sirvientes, esclavos mejor, por lo menos mientras sus duefios pueden persuadirles de que los son”. En las colonias espafiolas, apunta Darwin, los esclavos son mejor tratados que en los territorios portugueses © ingles. La esclavizacién despierta su indignacién. A la cuestin le dedica las lsimas paginas de su diario de viaje. El 19 de agosto de 1836, cuando el Beagle pone rumbo a Inglaterra desde Brasil, confiesa: “Doy gracias a Dios por no tener que visitar de nuevo un pais con csclavos”, El relaco sobre las atrocidades y crueldades a las que ha asistido toma aqui un valor explicico de testimonio y condena: Imagine lo que seria vivir siempre bajo la amenaea de que su esposa ¢ bijos eos seres a los que incluso los esclavos tienen derecho a llamar stgios— le sean arrebatados y jvendidos como animales al mejor pastor! ¥ que hombres que declaran amar a su préjimo como a si 38 11. Cabafiaindigena de Tierra de Fuego. 12, Iguana terrestre de las Galépagos (Conolophus subcristatus).Cabe destacar ‘su mimetismo de calor con las rocas. imismes, que ereen en Dios y que rezan para que se haga su voluntad en la Tierra, sean emis que exusen, jor dick, ee gecisan eos aco! Mi wang e ree cuando pienso que nosotros las ingleses, y nuestros descendientes americans, en suma, todos wosoeros ‘que nos vanagloriamos tanto de nuestras libertades,ynos conirtamos en culpables de actos semejanes! Por lo menos, me queda el consuelo de pensar gue hayamos hecho, para expiar nuestros erémenes, el sacrificio mds grande que ninguna otra nacién ha hecho sodavia, E] Parlamento inglés abolié en 1833 la esclavitud, Pinzones y tortugas de las Galdpagos, pruebas contundentes ‘Antes de ver a Darwin pisar su patria, retrocedamos hasta una etapa de su viaje que serfa crucial para el desarrollo de su eoria sobre la evolucién. Fl 17 de septiembre de 1835, el Beagle atraca en la isla de San Cristdbal, en el archipilago de las Galépagos, las islas de las vortugas. Se trata de un archipiélago de origen volcénico formado por tuna decena de islas, cinco de ellas extensas; dista un millar aproximado de kilémetros de las costas de Ecuador. Las islas se hallan bastante cerca del continente: a pesar de su situacién geogréfica, gozan de un clima templado gracias a la confluencia de corrientes ocednicas procedentes de la Antértida, entre ellas, la corriente de Humboldt. Razén por la que, como comprucba Darwin con estupor, los pingilinos, los osos marinos y los leones marinos cohabitan con aves tropicales, iguanas, tortugas, cactus. Hasta donde Darwin sabia, nunca habia existido alli una poblacién humana indigena. En csc lugar Darwin encuentra los célebres pinzones y las no menos famosas rortugas, Por lo que respecta a estas tltimas, tendré la oportunidad de descubrir su sabor: “La regién ventral asada al estilo de los Gauchos, carne con cuero, es decir, sin retirar la piel cs deliciosa; se hace una sopa muy sabrosa con tortugas jévenes; pero no puedo decit gue esa came me entusiasme”. Sin embargo, parece no haber vislumbrado las diferencia, pequetias aunque nitidas, que distinguen los diversos grupos de tortugas en razén de su isla de origen. No obstante, el vicegobernador Mr. Lawson ya le habfa informado que “las, torcugas diferian de una isla a otra y podia adivinar sin equivocarse de qué isla proventa cualquier ejemplar que se le presentara". De ello se habfan percatado ya los propios cot- sarios, que frecuentaban las islas desde el siglo xvu, as{ como los ballenetos, que buscaban ddescanso en las islas tras sus largas campafias de pesca. Los marineros saquearon las islas, Ilevindose vortuges por centenates para aprovisionarse de carne fresca Poco tiempo después de Darwin, el ballenero en que iba Herman Melville (1819-1891) desembareé en las Galépagos. Alli encontré inspiracién para Moby Dick. Atracar allt constituia toda una procza; debido 2 las fuertes corrientes, las isls, como espefismos y alucinaciones, aparecian y desaparectan de repente ante la vista. Se las llamo islas Encantadas, tal era la magia de su atmésfera,¢ inspiraron leyendas y supersticiones sin cuenta. Corria entre los marineros Ia leyenda de que si los capitanes de navio morian en ellas se transformaban en tortugs. Al principio Darwin pasa por alto las diferencias entre las rortugas: “Mezclaba las colecciones procedentes de dos islas, Nunca me hubiera imaginado que islas situadas a 80 0 90 km de distancia, casi todas a la vista unas de otras, formadas exactamente por las mismas rocas, sometidas a un clima muy parecido y con una altitud semejante, al bergaran animales distintos; pero pronto comprobaremos la veracidad de este hecho. [.-] Tuve bastante suerte al procurarme un ntimero suficiente de muestras para establecer el fenémeno particularmente destacable de la distribucién de los animales Una vez més, Darwin admire no haberse percatado de lo que se le ofrecia a la vist, igual que habfa ocurrido durante la excursin geolégica con Sedgwick que relata en su Auvobiografia. Sin embargo, aunque el material no se catalogé con minuciosidad, sf fue examinado por expertos, una ver en Londres. A la luz de resultados anslogos obtenidos en Ia clasificacin de ejemplares de iguanas, y sobre todo de pinzones, quedé de inmediato demostrado que, no obstante su asombroso parecido, pertenecian a especies distintas, caracteristicas de cada isa ‘A propésito de los pinzones, Darwin habia escrito en sus Notas ornitoldgicas: “Cuando veo estas islas tan prdximas unas de otras, con una reserva animal escasa, habitadas por esas aves de estructura ligeramente distinta, que ocupan el mismo lugar en la naturaleza, debo 39 13, Tortuga gigante de las Galapagos (Geochelone elephantopus), de a isla de Isabela. 14, Torrentes de lava “en cuerdas” en la Bahia de Sullivan, isla de San Salvador (archipiélago de las Galépagos). 40 sospechar que se trata sélo de variedades [..]. Si existe una minima base cn estas observaciones, valdria a pena examinar la zoologia de los Archi- pilagoss ya que tales hechos socavarian la estabilidad de las especies’. Darwin se inclinaba a considerar como variedad de una misma especie a los individuos ligeramente distintos que ocupaban las diferentes islas. Ade- és, hacfa notar su parecido con otras especies observadas en el continente. En sf misma, Ia idea no contradecia todavia la interpreraci6n tradicional. El propio Lyell se mostraba dispuesto a admitir cierea variablidad en las especies; la consideraba incluso necesaria para su dispersién a partir de sus “centros de creacién’. En este punto discrepan los historiadores. Unos sostienen que Darwin, durante el viaje del Beagle, no tuvo “revelaciones” acerca de la transmutacién de las especies, que nada le llev6 a pensar en términos de evolucién y que encontraba interesantes, pero no probleméticas, las variaciones en el seno de los grupos. Otros, en cambio, estiman que identificd répidamente los clementos sobre los que basé la tesis de la transmutacién de las especies, para llegar bastante pronto a una diferente explicacién causal de su origen, Una Gnica especie se modifica para conseguir distintos fines A pesar de su importancia, no vamos a entrar en este anilisis hist6rico y nos referiremos a los escritos de Darwin en el Viaje de un naturalist, donde destaca con claridad el papel de las Galépagos en la teoria de la evolucién. Vale, no obstante, la pena subrayar que Darwin recocé ciertas partes de su diario de viaje en su reedicién de 1845; someti6 a revisién profunda el capitulo consagrado a las Galipagos. Este capitulo constiruye tun testimonio histérico, no por lo que Darwin vislumbra durante el viaje, sino por lo que llega a pensar y estima poder comunicar en 1845, a medio camino entre su regreso a Inglaterra, a finales de 1836, y la publicacién de El origen de las especies, en 1859. En el transcurso de ese prolongado intervalo acomete un trabajo tedrico y préctico impresionante para poner en orden sus ideas sobre la evolucién. La historia natural de las islas ex sumamente curiosa y digna de la mayor atencin, escribe Darwin sobre las Galépagos. La mayorta de ls organismos icialmente indigenas y no se les encuentra en ningin otro siti: incluso se observan diferencias entre los gue viven en tuna isla y otra, Sin embargo, todos estos organisms presentan un grado de parentesco mds @ menos estrecho con las de América, a pesar de que el archipiélago esté separado del continente por unas 500 600 milla: marinas. En una palabra, este archipiélago constituye un pequetio mundo en si mismo, 0 ‘mejor, un satélitevinculado a América, de donde proceden algunos orga~ nisms y de donde deriva el cardcter general de sus especimene: indigenat Nuestra sorpresa ante el miimera de seres aborigenes que enriquecen eas islas crece si consideramos ademds su limitada extensién. Al mirar cada colina coronada por su enter y los limites de cada colada de lava, que se distinguen tadavta con nitidea, nos sentimos inclinados a pensar que en tun perfado, geoligicamente reciente el océano se extendia sin interrupeién alli donde las islas se encuentran abora. De este modo, en el tiempo y en el espacio, legamos a las puertas del misterio de los misterios, la primera apariciin de nuevos seres sobre esta Tierra Sigue un inventario de las especies de aves observadas y, entre ellas, “un grupo muy singular de gorriones [los pinzones} que se parecen entre si por la conformacidn de su pico, por su cola corta, por la forma de su cuerpo y por su plumaje. Hay trece especies, que Gould ha dividido en cuatro subgrupos. Todas son caracteristicas de este archipiélago, como también lo s, por otra parte, el grupo entero [..]. El hecho mas curioso es la perfecta Temas 54 especies (..]. Cuando se considera tal gradacién aa eee y diversidad de configuracién en un pequefio delosctes epco delse grupo de péjatos, muy préximas entre si, uno Pinain Nailed decoens se podria imaginar que, en virmud de una i A Passe Ne it / pobreza original de aves en este archipiéla- £0, una tinica especie se haya modificado para conseguir distintos fines”, El *Gould” aludido es John Gould (1804-1881), uno de los principales or- nitélogos del siglo xrx, caxidermista de la Zoological Society y autor de espléndidas ilustraciones nacuralistas, a quien Darwin confia sus colecciones de aves. Los resultados de su trabajo de clasificacién confirmarian las cuestiones de Darwin: ain BF)" gas tamenge 1 _# a PIS inte g e/i\os : Prin ina ‘vepetariano sipéreo mediand 4 5 te 15, De as 14 especies de pinzones de Darwin, trece viven en elarchipiélago de las Galapagos. ‘Tamafa diversidad asombré a Darwin y tuvo un papel importante en laelaboracién de su teoria de la evolucidn. El mapa de las islas Galapagos fue dibujado en 1793 por James Colnett (la anchura de la parte inferior dela isla principal es de 70 kilémetros). Pinson carter {Cimo es posible que en estos pequetos isotes, ‘que silo hasta hace poco, geolégicamente hablando, debian estar cubiertos por las aguas del océano, islotes formados por lavas basilticasy que en consecuencia difieren del cardcter geolégico del continente americano, ademds de ‘estar por otra parte sometidos a un clima propio: cémo es posible regunto, que sobre estos pequetiosislotes las poblaciones indigenas, siendo distintas tanto en miimero como en especies de los del continente, y por tanto con una relacién reciproca distinta, hayan sido creadas siguiendo el ‘modelo americano? Las incoherencias de una explicacién creacionista se hacen cada ver més evidentes. En el marco de la interpretacién basido en la distribucién geo- srifica y en los tiempos geolégicos empieza 2 dibujarse una solucién del “misterio de los misterios”. No obstante, Darwin se expresa con prudencia y se pregunta por qué en islas cuya estructura difiere tanto del continence se habrin “creado” animales tan parecidos a los que medran en éste. Sus interrogantes abarcan también la cuestién de la especializacién: La distribucion de los organismos de este archipiélago no causaria tanta sorpresa si una isha, por ejemplo, poseyera un sinsonte y otra isha, un pjaro perteneciente a un género tosalmente distinto; si una poseyera un sgénero de lagarto y en wna segunda isla bubiera otro género diferente 0 rninguno en absoluto |... Por el cantrario, lo que me impresiona es el hecho de que warias islas alberguen sus especies peculiares de tortugas, de sinsontes, de gorriones y de plantas, y que sus especies presenten los ‘mismos habitos, ocupen situaciones andlogas y cumplan claramente las ‘mismas funciones en la economia natural de ext archipidlago. Es posible, sin duda, que alguna de estas especies representativas, por lo que hace referencia al menos a las tortugas y ciertas aves, slo sean. a la postre razas bien definidas; mas, si se admite que es ast ese hecho no tendrd ‘menos interés para el naturalist. El domingo 2 de octubre de 1836, el Beagle llega a Inglaterra, Darwin parte inmediatamence hacia Shrewsbury. Durante su viaje ha redactado 770 paginas de diario, 1383 de notas sobre geologia y 368 sobre zoologta “BI filésofo”, como lo habla apodado la tripulacién, habla recolectado 1529 muestras de especies conservadas en alcohol, 3907 picles, huesos y «jemplares conservados en seco, més una pequefia tortuga de las Galépagos aque ya habia crecido cinco centimetros. Daron 41 Las primicias de una teoria Tras haber confiado a expertos el material recolectado durante su viaje, Darwin emprende en 1837 la redaccién de sus Cuadernos. Aunque no son exhaustivos, la expresion “mi teoria” se torna recurrente 1. El omitélogo John Gould, a quien Darwin habia confiado especimenes de aves recolectados durante su viaje, concluyé que diversos grupos procedentes de las Galapagos, como los pinzones, estaban constituidos por especies Alistntas si bien estrechamente emparentadas. Este dibujo de Gould, extraldo dela obra Zoologia del viaje del Beagle, representa el pinzén de cactus comin (Geospiza scandens 42 arwin llega a Shrewsbury en coche el 4 de octubre de 1836, en plena noche. Alli le reciben llenos de alegeia sus hermanas y su padre, siente el placer intenso de regresar a su hoger. El largo viaje le ha cambiado. Leemos en su Autobiografia: “Es probable que mi mente madurara con los trabajos del viaje, a juzgar por un comentario de mi padre, el observador més agudo que jamés he conocido, aunque escéptico por nacuraleza y alejado de toda veleidad frenolégica; nada més vyerme de vuelta, se volvié hacia mis hermanas y exclamé: ‘Fijaos, la forma de su cabeza ha cambiado” Darwin se concede slo un breve respiro, No tarda en marcharse de co. Se desvia por Cambridge, para saludar a Henslovs y pr cia Londres, donde conoce a Lyell y Owen. Va ampliando su relaciones y confia las colecciones 2 clasificadores expertos: Henslow se encargari de las plantas; Leonard Jenyns, de los peces; Frederick William Hope, de los coledpreros; Miles Joseph Berkeley, de los hongos: Owen, de los fésiles; George Waterhouse, de los mamiferos y una parte de las aves Thomas Bell, de los reptiles: William Lonsdale, de los corales: Christian Gottfried Ehrenberg, de los proroz00s ciliados: y John Gould, del resto de las aves En febrero de 1837, en su discurso presidencial de la Sociedad Geo- Logica, Lyell uviliza los datos ya disponibles de Owen sobre los fésiles de América del Sur. Darwin, que se ha convertido en miembro de esta sociedad cientifica y que ha impartido ya una conferencia sobre geologia, asiste al evento. Lyell interpreta la afinidad entre las especies extinguidas y las especies vivas, que se desprende claramente de los trabajos sobre los fsiles, en términos de “sucesién de las especies”, concepto que esgrime para reforzar su tesis uniformitarista. El hecho de que los fésiles hallados por Darwin sean de formas hasta entonces desconocidas y tipicas de América del Sur demuestra que, desde hace largo tiempo, en cada conti- nente medran formas perfectamente adaptadas a las condiciones locales, formas que han conservado su estructura caracteistica. Owen habla de “persistencia del tipo ‘Al mes siguiente, Darwin recibe las conclusiones de Gould. Los diversos pinzones y sinsontes de las Galépagos, aunque de estrecho parentesco, corresponden a especies distintas. Cicrtos rasgos, asi la forma del pico, presentan una variacién gradual; petmicen discriminar las especies en ra- 26n de las islas. Resulea evidente que el aislamiento constituye uno de los factores clave en esta diferenciacién, que permite, no obstante, mantener la 'semejanza de todas esas especies con las del continente. TEMAS 54 ¥ are fae ie Fae lt, en PO ee ee Ee hey fF fe ES Sepp et, § Kim Ze «toe Nfjrhen Bn Pa BE ae We gy BEE penned BO ete EA eam Darwin se instala en Londres, donde vive su hermano fe Porat a Tene 5 AF Yd Erasmus. Desde alli poded seguir més de cerca el avance Ye gE Ba Sane ae de las investigaciones sobre sus colecciones. Comienza fede» Yee On Se a trabajar sobre sus notas de viaje, tarea a la que se el) a ote dedicaré hasca septiembre de 1837. Tras una serie de | tis, te ost nye LE retrasos, no se publicarin hasta 1839, junto con las de [EL mw sent onal atone, é i On kt ney ow Kenwande, P FitaRoy, Algunos meses més tarde, aparecerén de forma « CA Set independiente bajo el titulo Journal of Researches into the Natural History of the Various Countries Visited by BN IGE Ele 8 ae Bae face BAT po el OT Qe hae pom fem ek ren aa Zz “jin of = he “an AD "poe: bea HM. Beagle. Mas adelante, en 1845, saldré a la luz una edicién profundamente revisada y titulada Viaje de un naturalista alrededor del mundo. Ese mismo aio inicia sus Cuadernos. “En julio empeoé la redaccién de mis primeras noras sobre los hechos relativos a El origen de las especies, a los que habia venido dedicando detenida reflexién. Durante veinte aftos rno abandonaria dicha tarea’, leemos en su autobiografia. Un primer Cua- demo, identificado con la letra A y consagrado a la geologia, se perdi casi entero, Los Cuadernos B, C D y E, 0 Cuadernos sobre la tnansmutacién de las expeces, los escribié entre julio de 1837 y julio de 1839. A con- tinuacién, Darwin pasé directamente a las letras M y NV para identificar los Cuadernos sobre el hombre, el expiritu y el materialismo, que ya hemos traido a colacién, y que redacté en paralelo a los anteriores, desde julio de 1838 hasta julio de 1839. En cierto momento, considera necesario separar sus notas sobre la especie humana y sus estrechos vinculos con los animales de sus notas sobre la transmutacién de las especies en general Sin embargo, ambos asuntos se hallan siempre presentes en su espiritu, como lo demuestra el entrclazamiento de los mismos en los Cuadernos anteriores a julio de 1838 y la presencia constante en los Cuadernos sobre la transmutacién de reflexiones sobre el hombre, incluso después de abrir los Cuadernos M y N. Darwin proyecta ademés la elaboracién de una seleccién completa, preparada con sus propios medios, sobre los trabajos de los especialistas que investigan sus colecciones. Para tal fin, y con el apoyo de Henslow, conseguiré mil libras de financiacién de los fondos del Tesoro. La obra se titular Zoologéa del viaje del Beagle. Se dividira en cinco partes: mamiferos fésiles (Owen), mamiferos (Waterhouse), aves (Gould), peces (Jenyns) y reptiles (Bell), respectivamente. Se publicaré entre 1838 y 1843. Este trabajo ocuparé buena parte de su tiempo, sin que le impida comenzar pot entonces su libro sobre geologia 2. Antepeniltima pagina del diario escrito durante el viaje en el Beagle: “En conclusion, ‘pino que nada puede ser de mayor provecho para un oven naturalist que un viaje lejano [ua] La excitacion ante la novedad de los objetos y las postbilidades de éxito estimulan su actividad”. Felices los tiempos de la marina de vela, cuando queda mundo por explorar. 43 Discreto y prudente En 1838, Darwin es nombrado secretario de la Sociedad Entomolégica, asi como de la Sociedad Geolégica (no podia declinar la invitacién de Whewell, presidente a la sazén de esta tiltima). Ejerciendo Darwin el cargo de secretario, se vio envuelto Robert Grant, su antiguo profesor de Edimburgo, en una suerte de proceso por sus ideas lamarckistas, Sostiene que el opésum, el mamifero més antiguo conocido, es en realidad un rep- til; se basa en una mandibula fésil que han descubierto cerca de Oxford, fen rocas antiguas, anterior a la presumible aparicién de los mamiferos. Grant interpreta el hallazgo como el signo de un progreso desde formas inferiores hacia formas superiores. Hipétesis que ni los cteacionistas ni Lyell estin dispuestos a admitiz. Para Lyell, los mamiferos pudieron haber sido cxeados en cualquier momento, bajo una forma perfectamente adaptada a Jas citcunstancias. Con todo, hay también creacionistas “avanzados” gue reconocen una progresi6n providencial del animal més simple al més “perfecto”: el hombre. Darwin se muestra discreto a este respecto. En sus notas, cita a Lamarck en diversas ocasiones; le Hama “espiritu profético de la ciencia”. Sin dejar, al propio tiempo, de explictar su distanciamiento: “Mi teorfa es muy distinta de la de Lamarck’, escribe en el Cuaderno B. La expresién “mi teoria” se vuelve cada ver més recurrente. Ahora bien, si ya entonces existe una teorfa darwinista, intenta por todos los medios que permanezca en secteto, hasta que pueda ofrecer una respuesta satisfctoria a todas las preguntas no resueltas, Los ataques contra la transformacién de las especies se recrudecens Ia desventura de Grant representa sélo un avatar més Darwin sabe que Grant esti equivocado (¢l opésum no es un reptil), pero sabe también que su antiguo profesor defiende cortectamente la idea de una transformacién de las especies en el transcurso de largos periodos de la historia de la naturaleza. La mandibula descubierta cortesponde a un mamifero antiguo, “El padre de todos los Mamiferos en una época remota", scribe en el Cuaderno B, donde perfila el esbozo de un érbol: “Los seres organizados representan un drbol con una ramificacién irregular; ciertas amas se muestran mucho més divididas que otras, de ahi los Géneros. Un gran ndimero de brotes terminales mueren; otros muchos nacen. La muerte de una especie no es més extrafia que la de un individuo”. A partir de «esta metéfora, Darwin propone: “El drbol de la vida deberia denominarse uizis el coral de la vida, con su base de ramas muertas; de manera que no es posible distinguir las transiciones” La vieja imagen dominante de la scala naturae, o cadena de los seres, ran intimamente ligada y dil alas tesis del creacionismo, es susticuida de manera ‘reciente por la nueva imagen del érbo: sin ser inédita, se convertird ya en emblemitica. El drbol, empleado tradicionalmente en las reconstrucciones de las genealogias familiares, constituiré un simbolo cargado de teoria. Ilustra, 0 e30 se quiere, la propagacién de la vida, no sélo en el espacio, sino sobre todo en el tiempo, asi como su diferenciacién dendriforme. ‘A partir de un origen comiin, el drbol representa y materaliza el proceso histético de la evolucién, La teoria de la descendencia con modificacién, mds conocida como teorfa de la evolucién, va tomando cuerpo. 3. Unbarrio pobre de Londres, segiin Gustave Doré (1832-1883). Hacia 1840, Darwin temia {ue sus ideas sobre la evolucién de las especies fueran aprovechadas por los extremistas radicales, adeptos a las tesislamarckistas. Timida adhesién al materialismo En sus notas, Darwin continda con la reflexién de la duracién de la vida de las especies, la necesidad de la extincién, la reproduccién sexual, la mezela de los caracteres tras el apareamiento y la “repugnancia” con respecto a los cruzamientos. Dibuja otro drbol que resalta con mayor nitider la irregularidad de las ramificaciones. Sigue interesandose por Jos instintos, la influencia de las condiciones ambientales, los hibitos, hébicos que se convierten en instintos, habitos que en ocasiones preceden 4. En este esquema, datado del 21 de abril de 1868, mas de treinta aflos después del viaje del Beagle, Darwin se propone precisar las. relaciones de parentesco entre el hombre y los otros primates. 44 TEMAS 54 a la estructura, la herencia, herencia de la mente y la tendencia al cambio, Lamarck std, sin duda, presente en su pensamiento, pero Darwin precisa: “Los cambios no son el resultado de la voluntad de los animales sino de una ley de adaptacién, igual que para los écidos y las bases". O incluso: “La voluntad segin Lamarck, absurda. No es aplicable a las plantas” ‘Darwin subraya la diferencia entre su teo- ria y la de Lamarck, alejéndose irremedia- blemente desde entonces de las posiciones cereacionistas. Las paginas de los Cuadernos no dejan ni un resquicio a la duda: “Evico decir en qué medida me adhiero al mate- rialismos digo s6lo que las emociones, los instintos, la magnitud del talento, que son hereditatios, lo son porque el cerebro del nito guarda semejanza con la linea parental”. Asimismo, polemiza de for ‘on los expositores de la teologia natural, destacando lo falso para resaltar lo verdadero: “Acep- amos que los satélites, los planetas, los soles, los universos, es decir, los sistemas universales en su totalidad, puedan estar gobernados por leyes: pero cuando nos referimos al més pequefio de los insectos, pretendemos que un acto especial de la ereacién lo haya hecho aparecer sibitamente ya dorado de sus instintos, de su lugar en la naturaleza, de su habitat Y ataca también el prejuicio antropocéntrico: “El hecho de que las cir ccunstancias hayan dado a la abeja el instinto no es menos pertinence que el hecho de que hayan dado al hombre el intelecco Darwin habia traspasado la linde de lo imaginable. En el plano de la relaciones sociales y politicas, asi como en el de la ceoria cientifica que elaboraba con gran esfuerzo, la divulgacién de sus idcas habria sido una temeridad. Por un lado, se enfrentaba al creacionismo, Darwin conocia Ia intensidad de las vindicaciones de sus representantes; no rest rendente que en los Cuadernos evocara las persecuciones de los prime Esudnomos: El mismo Whevel, en la Historia de lar (1837), que se habia publicado hacfa poco, cica haeliocéntrica de Copémico, la condena de gjecucién de Giordano Bruno en la hoguera. Whewell hablaba con me~ nosprecio de Galileo y de Bruno, que tachabs de arn juzgaba con indulgencia la Inqu y inicamente bajo el apremio de las circunstan; Por ozo lado, estaba el lamarckismo (lo que se tomaba por al y lo que el propio Darwin, siguiendo a Lyell, entendia por lamarckismo): voluntarismo, pulsin interna, deseo, progreso. A pesar de que dicha teoria perdiera fuer en el plano cientifico (basta pensar en Grant), os radicales se la habian apropiado porque se adaptaba a sus ideas de desarrollo auténomo de la naturaleza y de progreso. Los radicales eran anticlericales y materialist. ‘extremistas, preconizaban reformas sociales profundas. Se oponian a | aplicacién del Poor Law Amendment Bill. Es la ley de los pobres, defendido por los liberales (whig ayuda del Estado a los necesitados y creaba situaciones de fuerte para el empleo. Darwin era un liberal, pertenecia a la clas. y no tenia intencién de renunciar a sus privi ‘a que sus ideas sobre la transformacién de las especies fueran exp con fines politicos. Los radicales eran, por otra parte, ancimalvusianos; y precisamente en esa época Darwin acababa de hallar en Malthus una clav de interpretacién para abordar algunos de sus problemas a de nuevo la alileo por la Inquisi proyecta de enmienda eliminaba c i. No pod Dass por la existencia Las especies se modifican de forma gradual. Darwin interpreta esas transformaciones como una adaptacién de los mutantes al medio. Al leer 1 l | La lucha a Malthus, en 1838, identifica seleccién artificial con seleccién natural 4. En su Ensayo sobre el principio de la poblacién, el economista Thomas Malthus ‘argumenta que la poblacién aumenta segun tuna progresién geomeétrica, mientras que los medios de subsistencia aumentan mas lentamente, segin una progresién aritmética. Partiendo de esta constante, la lucha feroz por la supervivencia resulta inevitable. Por otro lado, segtin Malthus, “el pueblo debe considerar que es 6! mismo la causa de sus sufrimientos"; resulta, pues, Intl ayudarlo, Estas ideas de lucha por la existencia influyeron ‘en Darwin, quien las trasladd al contexto de los animales y las plantas. 1 su Autobiografia, Darwin declara haber leido en octubre de 1838 el Ensayo sobre el principio de la poblacién, del reverendo ‘Thomas Malthus. Mas exactamente, entre el 28 de septiembre y el 3 de octubre, leyé la sexta edicién de 1826, que contiene modificaciones Importantes respecto de la edici6n original de 1798. De hecho, la doctrina de Malthus, segiin la cual la supervivencia del hombre es consecuencia de una lucha feroz, le resulta familiar. El debate pablico sobre las medidas demogrificas y sociales que deberian emprenderse para aliviar la miscria de las clases trabajadoras e indigentes estd, desde hace tiempo, a la orden del dia y es objeto de discusiones en el seno de la familia Darwin Las desgravacionesfiscales que benefician a la clases medias yaltasafectan alos Darwin, y al propio Charles, cuya situacién econémica depende de un capital prudentemente invertido por su padre. Su hermano Erasmus frecuenta asiduamente a la escritora Harsiet Martineau, calificada por sus adversarios de “mujer maltusiana”, Esta autora habla conocido personal- la investigacién sobre el material acopiado durante el viaje del Beagle, llegé a la conclusién de que cabia interpretar los hechos desde la éptica de una modificacién gradual de las especies. Sin embargo, faltaba com- prender el modo en que los “organismos de todo tipo se han adaptado magnificamente a sus condiciones de existencia”, Esas adaptaciones perfectas consticuian las premisas de la teologia natural. Habia legado el momento de explicaras De la seleccién artificial a la seleccién natural 2. Ala izquierda, Thomas Malthus (1766-1834), Ala derecha, Harriet Martineau (1802-1876), defensora apasionada de Malthus. Erasmus, hermano de Charles Darwin, era uno de los allegados de la autora Con esta finalidad, “sin una teoria preconcebida, segiin los auténticos principios baconianas [..”, Darwin retine el mayor ntimero posible de datos sobre las variaciones morfolégicas de los animales y las plantas en la naturaleza y, muy particularmente, las especies domesticadas: palomas, perros, caballos y otros animales emparentados. Para ello intertoga de forma sistemitica, mediante cuestionarios impresos y otros medios, a ganaderos, ctiadores, viveristas y jardineros. La famosa aficién de los ingleses por los animales y los jardines habia convertido la cria y la jardineria en negocios florecientes. El propio Darwin cria palomas y otras aves para sus estudios, Redine informaciones sobre cémo el ojo experimentado del especialista identifica entre individuos de una misma especie variaciones casi imper ceptibles que le permite seleccionarlos, escogiendo los mejor adaptados a sus propésitos y favoreciendo su reproduccién mediante apareamiencos predeterminados “Pronto comprendi, explica, que la seleccién constitufa la clave Gxito en materia de produccién de especies iitiles, lo mismo animale: que vegetales’. Al principio se interesa por el mecanismo de variacién; se percata luego de Ia analogia encre la seleccién realizada por los criadotes y la que opera sobre la naturaleza, Sin duda alguna, habia identificado ya la semejanza entre esos dos procesos cuando escribié el tiltimo de sus Cuadernos sobre la transmutacién, donde afirma: “El hecho de que las razas domésticas se obtengan de la misma manera que las especies (bien que en este tiltimo caso de forma mucho més perfecta ¢ infinitamente més lena) constituye una parte destacable de mi teoria’ mente a Malthus. (Las voces maldicientes se sorprendian de su posibilidad de didlo- go: ella sorda y él aqueja- do de un labio leporino.) Martineau divulgé las ideas | de Malthus a través de una extensa serie de opiisculos y novelas populares de éxito, viajando algunas de ellas a bordo del Beagle. Harriet Martineau era entonces una personalidad politica influe yente, respaldada por los twhigs tras su apoyo a las re- formas que éstos proponian sobre la “ley de los pobre’, la norma maltusiana tan cri- ticada, El propio Darwin resefia en su autobiogafia la impor tancia que tuvo Malthus en. la elaboracién de la teoria de la evolucién, Basado en i b 46 Teas 54 Dara a 3. Frontispicio de la primera edici6n (1729) del libro de Jonathan Swift (1667-1745): Una ‘modesta proposicién para prevenir que los nifios de los pobres sean una carga para sus padres oel pais, y para hacerlo itiles al ‘pblico. En este panfleto, Swift propone, para resolver los problemas de miseria, vender {os nios a la edad de un afio para que sean ‘comidos. Los remedios planteados 70 afias mas tarde por Malthus eran apenas mas realistas (mmatrimonios tardios y abstinencia sexual, sobre todo para los pobre a MODEST PROPOSAL or prereating the | CHILDREN POOR PEOPLE| From being 2 Burther to their Parents, OR THE COUNTRY, AND For making chem Beneficial co the | Puslicr DUaLINX [rioted by $. anding, cppadte the fax! Pen neat Fianttedira oo the Bie! 9 MDecX 48 En su aurobiografia precisa: “;Cémo podia aplicarse la seleccién a organismos que viven en un estado puro de naturaleza? Esta pregunta representé un misterio para m{ durante mucho tiempo”. Fue entonces cuando Darwin leyé la obra de Malthus: “Al hallarme en buena predis- osicién para apreciar la lucha incesante por la existencia, debido a mis ‘numerosas observaciones sobre los habitos de los animales y las plantas, me surgié de repente la idea de que, en funcidn de las circunstancias, las variaciones favorables venderian 2 preservarse y las desfavorables a climinarse, De ello resultaria la formacién de especies nuevas. Haba cn- contrado por fin una teoria sobre la que trabajar; pero mi ansiedad por evitar las criticas era tal, que decid no escribir ni el més mafnimo esbozo durante algiin tiempo”. Una abundante bibliogeafia analiza las fases del desarrollo histérico y tedrico a través de las cuales Darwin llega a la seleccidn natural, tras en~ contrar en Malthus la tesis de la inexorable disparidad entre los ritmos de crecimiento de la poblacién y los recursos alimentarios. Lo que Darwin presenta como a intuicidn repentina de una mente preparada se produce en realidad por una agregacién de varios clementos: variacidn, herencia, reproduccidn sexual, aislamiento, esterilidad, distincién entre variedades y especies, seleccién natural, descendencia, adaptacién, analogfa entre sclec- cién natural y seleccidn artificial. Algunos de esos elementos ya formaban parte de los argumentos con los que Darwin trabajaba desde hacta tiempo; otros, gracias a Malthus, resolverian las cuestiones pendientes. Los principios de Bacon, una guia para Darwin No nos referiremos a las notas, carras, informes, conferencias, encuentros, es decir, el denso entramado en el que los historiadores bucean para re~ construir esa fase tan delicada del desarrollo de la teorfa. Ademés, ningin historiador puede tener una confianza ciega en lo que el mismo Darwin cexpresa en su Autobiografia; ninguna autobiografiaconstituye un testimonio absolutamente fidedigno. A lo sumo, podemos entrever indicios indirec- tos en la forma de expresarse del autor y su opcién deliberada de hacer explicito este 0 aquel aspecto. Sea, por ejemplo, la insistencia de Darwin sobre los principios “baconianos” que le guiaron en sus investigaciones; se trata de una alusién intencionada que tiende a reforzar su forma de proceder, acorde con los cfnones de la metodologia moderna de la ciencia. Sobre esa cuestiOn existe eambién un mtimero considerable de estudios que ponen en duda que el método darwinista procediera de forma inductiva, a partir de “hechos” observados y con independencia de “prejuicios” teé- ricos. Mas adelante se repetirin ciertos aspectos de semejante anilisis de la teoria darwinista. Por el momento, lo que nos importa es que Darwin considera, 0 juzga oportuno afirmar, que ha procedido de acuerdo con cierto tipo de regla. En lo que atafie a la génesis de la teoria en el transcurso de esos aftos de reflexidn, claboracién e investigacién, no nos arriesgaremos demasiado. Imitaremos la prudencia de Darwin. Nos limitatemos de momento a alguna aclaracién sobre cmo consigue, apoyado en las ideas de Malthus, centrar su atencién en la “lucha por la existencia”. Ese concepto le resulta familiar por estar presente en los escritos de numerosos naturalistas, desde Linné hasta Lyell, pasando por De Candolle. Mas, desde ese instante, se percata del equivalente natural de la seleccién artificial; de aqui deduce la teorfa de la seleccién natural sobre la que trabajard a lo largo de veinte afios. ‘Como hemos visto, Malthus inspira a los whigs la politica de “asisten. cia’ —o mejor dicho, de no asistencia— a las clases pobres. Profesor de historia y economia politica en el Haileybury College, institucién fundada por la Compafia de las Indias Orientales para la formacién de los jévenes funcionarios, Malthus escribe, en 1798, su Ensayo sobre el principio de la TEMAS 54 % apartcdel ne O34 0135 Direccién de envio vice ecnconn) YCIENCIA MENTEYCEREBRO Gisuserpeién anual a "Mente y cerebro (6 revistas) Otros paises Tuperfice —Agreo D suserpcién anual a“nvestigaién y Ciencia (12 revistas) ese] 10€ — 120€ [i Suserpelon bianual a “investigacion y Ciencia” (24 revistas) ioe | 19€ —-230€ 30€ se GE @ (obseqso de 2 tomas catutos por suspen a lvestigacion y Clenca (sta a oro) Terasne! ——y Forma de pago [Diingaso on SCH cen 0049-r619-14-2610228811 Doemitacénbanearia || Rombre yapetidos Greccion 26d, postal y poblacion provincalpals| elecrorics ‘elefono Ciige cua Tridad | Ofene [OC] wae seria Tawar (Drain nominatio Prensa Canta, S.A Ditajeta de erste: CIvisa Mastercart Neo trot caduedes Tau. — Suscribiéndose ala revista Investigacién y Ciencia recbiré puntual y cémodamente en su domi if doce ejemplares por el precio de once ‘Ademés le obsequiaremos con dos ejemplares, a elegit, de la serie TEMAS (ver lista al dorso) inna lit Sida Suscribiéndose a la revista Mente y cerebro recibir bimestralmente en su domicilio la publicacién durante un afo, obteniendo hasta un 23 % de descuento Sorprende P i S€0 REGALAR.. atu familia y amigos pesto Fae obsequidndoles 21 Steorocin anual a “invostigacion y Conca (12 revises) swe| ie 1m€ una suscripci ‘2 Suserpcign bianual a “Investigacion y Ciencia” (24 revistas) ie} 190€ —-230€ [Suserscion anual a Marie y corto (6 revit) we| se we Yelige uno apartirdeln’ (a4 1135 de estos dos libros, que te enviaremos gratuitamente Direccin de envio de la suserpetén iombreyepalos areca ‘bd postalypolaca Direecién obsequiante ombre yapetos areca Ba postal ypobecea prommeapae cBuscas un regalo perfecto? StiNtecsacnnesace iomeapae on sobre el precio de cubierta Soperide ‘QUE ME RENITAN gals ebro n° ISBN. Forma de pago ingreso on BSCH eon g049-1830-14-2810228611 de eres, ndeando al nombre sel emstente [Talon nominatio a Pensa Cento, S.A Ci taretn oe erédto: Clviss CInestercars Neaotafota LULL 1 Ccaducted Cicer teseese) ed ad mo remit Precio NECESITA e560 me remit on ' RESPUESTACOWERCIAL | uy SELLO bres n2 1 isan weisen Gear FD. Autorizacion n° 3767 = soe ae 2.90 € oi fomas n° spa Soran Atmpauear erpone hy Gabon 650€ | Srorpaies: (4006 | ios ecpaciny Gnca t nove i ) = = j jreceién de envio Forma de pago Titulos disponibles : esa eis ena a oor ai rnb yapaios Ow Pr Ct , i rombreyapaldes Tain sinatra rena Cin, SA PRENSA CIENTIFICA, S. TEMAS ee a a de Investigacién et pe charts corre Apartado n.° FD. 267 y Ciencia Stage te surpb 1 Ha 63080 BARCELONA ‘TEAS 4: Méuins de computo | Ci tajata co eréato: Cvisa CMastercar i TEMAS 6: Laciocis ob In uz a postalypoblacign SSS € de tala L Li) : Li TEMAS 7: Lavi as estos postal a . | TEMas&:Volanes — a catia } = TEVAS 8: Nicoe tio yaaa 3 roindalpale TEMAS 12:La ander LD el | TEMAS 13 Poser xo 2 faire conse eiecriea i = : See rraores >e “ie! TEMAS 14:05 rene dels plenas | TEAS 15: Sita aati | ; ; TEMAS 16 Caley monmarto }ERNACION i] Titulos de la coleccién MENTE Y CEREBRO TEMAS tr heen ‘ALA VENTA LAS TAPAS DE ENCUAD! | [MyC 1: Conc libre albedr MyC 17: Cuida 3 Teas terepioora f a i yo 1: Conseco ice patios Trg > > > 22> \ S Teas 35: Bosra : ‘ - ~ — = TEU 3: Cuno = ES cio |_+ Gastos de envio | ‘TEMAS 27; Cilizaconesantouss asa i as = [wo] || Tams kmasenes “Ps x in ens alec 4 we ESPUESTA COMERCIAL NECESITA Ley iene CLOFERTA MENTEY CEREBRO: § clemolres = SELLO TEMAS oo: Eston esroa oa TIOFERTA MENTE Y CEREBRO: 10 clomplares, al precio de 8. 52€ we FD. Autorizacion n 3767, FLEIAS At: Garcia macioty Myo in Ooecs ae ‘TEMAS 42: corazdn a we a = Atranquear TEMAS #8 Foto ca a Sejemelaes, a preso do we | 2ar¢ | Sedna ‘en destino ‘TEMAS 44; Evolucn humane o 10 ejemplares al precio de 6 s2e | seoe re ag aa TEMAS 48: Cantio clio | Temas ns? es By TES A Mamet y sce : a clecien BSA, encuadernados onto... 75€ | 7,00€ Teuas artomies roo COFERTA LIBROS": si nin SA TEMAS 50: : Direccién de envio Forma de pago Temas 51 Di ingreso en BSCH occ:0049-1819-14:2010226611 TEMAS 2: lorgen —E— cerame : : TEMAS 80: artes sombre yapaTcos (Tanita Prensa Cena, 8A PRENSA CIENTIFICA, S. A. TEMAS 4: Dann es int (para susetores aes Cargo on cuenta coin (ou aa Othe ngencomshacon barca) BARCELONA ee spoon 08080 BARCELONA Ene OL aos os 0 Tarete de crcto: visa Mastercard Raped ee al precio especial de 75€ 56, postal ypobl Sa |e a Tar. “oferta vida hasta agoar exits ‘elaione correo electronic RESPUESTA COMERCIAL F.D. Autorzacién ne-a767 No NECESITA SELLO B.0. de Correos no 147 del 125-77 Atranquear en destino | , PRENSA CIENTIFICA, S. A. Apartado n.° F, D. 267 08080 BARCELONA I ce RL CaN Ce eee) Srey cae ee a eee et * Articulo gratis Cada mes o Cm Toe Ree mCi eC ER Ser ee a ee re eat ea een en Sear Te Suscribirse a INVESTIGACION Y CIENCIA y a MENTE Y CEREBRO Brien Nueva seccién con la partcipacién de reconocidos expertos en distintas disciplinas de la ciencia RESPUESTA COMERCIAL F.D. Autrizactén nea767 B.0.de Correos n2 147 aia | No NECESITA SELLO ‘Alranquear ‘en desting PRENSA CIENTIFICA, S. A. Apartado n.° F. D. 267 08080 BARCELONA BIBLIOTECA SCIENTIFIC AMERICAN Edicion en rustica NeISBN_ TITULO Pup 0120 Elsistoma solar 12€ | 0165 —Tamahoyvica 14 | 0255 Lacthiawa 2 058-7 Matematica ylormas pias 21€ | sewanioy vin Edicion en tela NSISBN TITULO Pl 004-2 — Ladiversidad humana 244 0181 Elsistema solar 2a 015-8 —Particulas subatémicas 244 017-4 Tamanoy vida aad 027-1 Laila viva (2 tomes) 484 031-X — Conetruccién de! universe 2a 039.5 Matematica yformas optimas oat 046-8 Planeta azul, planeta verde aad 054-9 Ellegado de Einstein 244 ppoblacién, en la medida en que afrcea al progreso futuro de la sociedad, con comentarios sobre las teorias del St. Godwin, el St. Condorcety otros autores, Se ‘opone asi, algunos afios después de la Revolucién Francesa, a los utépicos y otros fil6sofos del progreso que sostenian la tesis de la perfectiblidad del hombre y la sociedad, y veian en la Revolucién una ocasién para afirmar las doctrinas igualitaris. En ese contexto, Malthus opina que la abolicién de todas las leyes de subsidio a los pobres seria la “mejor solucién para aumentar la felicidad del pueblo inglés en su conjunto”. A pesar de sus buenas intenciones, esas leyes sociales tienen, segtin Malthus, el efecto contrario al deseado. Subvencionar la miseria provoca un encarecimiento de los alimentos, un aumento del coste del trabajo, un laxismo en las costumbres y un deterioro general de las condiciones de vida. Esas leyes, afiema Malthus, “crean los pobres que ellas mismas deben atender”. Por el contrario, defiende que los pobres tienen su destino entre las manos y, cn la medida en que “los mayores estimulos del espiritu parecen ser las necesidades del cuerpo”, aliviar su suftimiento mediante la beneficencia cequivale a fomentar su indolencia y sus vicios naturales. Maltus recomienda, sobre todo para las clases inferiores, el matrimonio tardio y Ia abstinencia sexual, sin excluir “précticas no naturales” como el aborto y el infanticidio. Hay que reconocer que los remedios de Malthus fran, en su cinismo, més humanos que la solucin “simple y poco onerosa" planteada unos 70 afios antes por Jonathan Swift para resolver proble mas andlogos en Ielanda. En el panfleto satitico Una modesta proposicién (1729), Swift propone la venta de los nifios de un afio de edad “a gente de bien y de calidad en todo el reino [...] para una buena . tienen visitas, de un nifio saldrin dos fuentes de comida; si se ci familia, un cuarto, paletilla 0 pica, sera suficiente, y sazonado con un poco de pimienta o de sal ras hervirlo resultard excelente hasta el cuarto dia, sobre todo en invierno” Las propuestas de Malthus se fundan en resis de filésofos y economis- tas del siglo xvii y en estudios més antiguos todavia sobre la expansién demogeifica. El mismo apela a David Hume y a Adam Smith. La idea de que las dimensiones de la poblacién guardan una estrecha relacién con Ia produccién de los medios de subsistencia corresponde a una verdad adquirida. La esperanza de poder instaurar un equilibrio natural, como muchos otros habian pensado, queda desautorizada por las condiciones de miseria creciente que oprimen a las clases inferiores. Basindose en datos demogrificos y estadisticos, Malthus pone de relieve la inexorable y creciente desproporcién entre el aumento de los recursos alimentarios {que sigue una progresién aritmética, y el crecimiento incontrolado de la poblacién, de progresién geomeétrica Tasas de reproduccién y medios de subsistencia Ahora bien, “el crecimiento de la especie humana no puede mantenerse al ritmo de crecimiento de los medios de subsistencia mas que por la accién constante de la poderosa ley de la necesidad”, Aunque Malthus se preocupe, sobre rodo, de la especie humana, la constatacién es trasladable a otras especies: “En los reinos animal y vegetal, la natucaleza ha distribuido las semillas de Ja vida con una mano extraordinariamente generosa y liberal. Pero ha sido parca con el espacio y los alimentos necesarios para hacerlas crecer, Si hubiera suficientes alimentos y espacio donde extenderse, los sgérmenes de la vida presentes en un pequefo pedazo de tierra ocuparian millones de mundos en cuestién de unos millares de aftos. La necesidad, ‘esa imperiosa ley natural que lo rige todo, los retiene dentro de limites impuestos. (..] ¥ la raza humana tampoco puede eludirla, cualesquiera ‘que sean sus esfuerz0s”. La cuestién se plantea en términos més simples para plantas y animales, entre los que “los sujet sobrantes son climinados Daz 4. David Hume (1711-1776), uno de los filésofos britanicos sobre el que se basé Malthus. 49 5. EI filsofo inglés Francis Bacon (1561-1626). Con a intencion de romper con la tradicion aristotéica y escoléstica, propuso una nueva clasificacin de as ciencias, fundada sobre la distincién de las facultades del alma (memoria, imaginacién yraz6n). Ademas, redefini6 et conocimiento cientifico como la investigacion de las causas naturales de los hechos y la determinacién de su esencia. Darwin insistié en diversas ocasiones sobre la conformidad de sus ‘trabajos con ls principios baconianos. por la falta de espacio y de alimento, o, en el caso de los animales, por los ataques de los depredadores”. En cambio, en lo que atafe ala especie humana, donde el instinto de propagacién no es menos intenso, es la razén la que debe frenar el impulso. En la sociedad y en la naturaleza, la necesidad de contener la procreacién cexcesiva de la especie en relacién con los recursos existentes se concretaria, asf en una competencia inevitable. Sin embargo, ese destino sombrfo de lucha y suftimiento entraba a formar parte, segin Malthus, de un designio providencial: Para que los estimulos de este tipo fueran mds constantes y para empujar «al hombre a servir los designios benevolentes de la Providencia (..], se ha prescrito que la poblacién creciera con mayor celeridad que las subsistencias. Esta ley general (..) engendra indiscutiblemente rauchos males parciales, pero una pequetia reflexion nos convencerd sin duda de que éstos se ven ‘en gran medida compensados por los benefcios que produce. Los fuertes sstimulos parecen necesarios para suscitar el esfuerzo; para dirigir este cesfuerzo y formar la facultad de razonamiento, parece abrolutamente necesario gue el Ser supremo actie siempre conforme a leyesgenerales. La permanencia de las eyes de la naturaleza, 0 nuestra certidumbre de que as mismas causas producen los mismas efectos, constiruye el fundamenso de la facultad de razonar {...). Si Dios modificara su designio con fre- |, se produciria probablemente una torpeza general y fatal de todas las facultades humanas; incluso las necesidades del cuerpo cesartan de incitar a los hombres a realizar un esfuerzo, sin que pudieran esperar razonablemente que sus esfuersos, bien orientados,fueran coronados por éxitos [.]. Es a esta permanencia a la que debemos los mds grande y nobles esfuerzos del eipritu, Es a esa permanencia a la que debemos el pensamiento inmartal de un Newton. La argumentacién de Malthus se inscribe en la teologfa natural. También para él, un proyecto divino gobierna los destinos del mundo, a través de Jeyes naturales ¢ inmutables. Una de esas leyes es la “lucha por la existencia”, expresién presente ya en Lyell y en otros autores, y que él utiliza sin un énfasis particular, Aqui esa ley adquiere fuerza porque de ella se deducen algunos célculos. En ella se basa y se justifica el modelo cconémico de no intervencionismo, perfectamente adaptado a los intereses del capitalismo incipiente de la revolucién industrial. De la economia a la “economia de Ja naturaleza” no hay mds que un paso. La analogia ¢s coherente y eficaz; de hecho, se halla difundida en las obras de los naturalistas. El propio Darwin la coge al vuelo, La biologia al servicio de las ciencias sociales... y viceversa El debate se centra en la aplicacién, a las ciencias sociales y a la econo- mia, de las ciencias biolégicas (en especial de las ideas de Darwin y de la teoria de la seleccidn natural). La discusién es compleja. Las ciencias sociales han utilizado la biologia para explicar el funcionamiento de la sociedad y, a la inversa, la biologia ha interpretado la naturaleza mediante modelos sociales. El mismo Malthus habfa encontrado en la naturaleza la legitimacién de sus tesis. De forma reciproca, la teorla de Darwin, (Fe)aplicada al dominio social, darfa luz al “darwinismo social” La dimensién ideoldgica del debate resulta evidente. Si el discurso de Malthus intenta justficar, en cl plano cientifico y en tanto que ley de la naturaleza, el statu quo social y determinado modelo econdmico, la teorla darwinista proyecta sobre la nacuraleza las estructuras y los conflictos de 1k sociedad victoriana, En el paso de un contexto a otro, las traslaciones y las metéforas encrafian en su fundamento (en ocasiones de manera Temas 54 implicita) sistemas de valores ajenos al discutso cientfico. Por otro lado, Jas analogias y las metéforas dan lugar a interpretaciones nuevas, a partir de las cuales se construyen inéditos marcos tedricos, independientes del cuadro inicial. A buen seguro fue alguno de es0s aspectos el que inspiré a Darwin la lectura de Malthus. Bl dia que inicié la lecura del Ensayo, Darwin anoté en sus Cuadernos. 28 de septiembre de 1838. No deberiamos extrariarnos de los cambios asombrosos en el miimero de individuos de las especies provocados por ‘pequetios cambios en la naturaleza del lugar. (] Ni siguiera el lenguaje inciivo de (...] De Candolle logra expresar con la misma efcacia que ‘Malehus la idea de guerra entre la especies. — (En awencia de penuria, el crecimiento de las poblaciones animales silo puede ser detenido por _frenospositivas) — En la naturaleca, la produccién no aumenta mientras ‘no prevalezca ningiin freno, ast la escasez y la consiguiente muerte — ‘poblacién que aumenia en progresiin geomérica en un petiodo muy inferior a los 25 afios. [..] Bastan unos pocos aos de abundancia para aque crezca la poblaciin humana, y una cosecha normal provoca entonces Ja muerte — En Europa, por ejemplo, cada atio muere, en promedio, el ‘mismo niimero de individuos de cada especie debido a los depredadores, el fito, ecétera. (..) La causa final de esta imbricacion debe ser una estructura adecuada y que se adapte al cambio. |.) Se puede afirmar que existe una fuerza [que llena], mediante todo tipo de estructuras adaptadas, los vactos de la economia de la naturaleza, 0 que mds bien produce rales vactos al rechazar las (eseructuras] mds débiles. Darwin lanza esas ideas en cascada, como si persiguiera por escrito el curso répido de su pensamiento. En realidad, constituye la primera formulacién de la teorfa de la seleccién natural. La activacién de un proceso auténomo origina analogias y reflexiones que, conforme se organizan, dejan en un segundo plano su contexto inicial, la dimensién social, el providencialismo, para tansformarse en un contexto te6rico distinco. La “economia de la naturaleza” se dibuja poco a poco como un proceso de interacciones dindmicas entre las especies y, sobre todo, entre las especies, y su entorno. Las mismas especies se convierten en estructuras dindmicas, Son las poblaciones, los grupos de organismos, los que a su vez interactian, La lucha por la supervivencia no sélo se muestra entre especies distintas, sino también entre individuos de la misma especie. Pequefas alteraciones en el medio se traducen en importantes cambios en el ntimero de individuos, de una especie. En el imponente teatro de la vida (cl irresistible deseo de propagacién maltusiano), unos sobreviven; otros caen. Debe hacerse frente a los depredadores, al fri, a la escaser de alimentos. Es necesario encontrar el propio espacio, a veces por la fuerza. Se produce una elec (no aparece todavia el érmino “seleccién natural”) de la estructura idénea yy que se adapta al cambio, Es como si una fuerza poderose favoreciera a los mejor adaptados (los mds fuertes) a propagarse en detrimento de los peor adaptados (los més débiles). Tal es la “teorfa sobre la que se debe trabajar”, indica Darwin en su autobiografia Con el principio de progresién geomérrica de la poblacién, Malthus ofrece a Darwin una idea fructifera. En El origen de las especies podemos leer: “De aqui que, como se producen més individuos que los que pueden sobrevivir,riene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya de un individuo con otro de su misma especie o con individuos de especies distintas, ya con las condiciones fisicas de la vida, Esta es la doctrina de Malthus, aplicada con doble motivo, al conjunto de los reinos animal y vegetal, pues en este caso no puede haber ningiin aumento artificial de alimentos, ni ninguna limicacién prudente por el matrimonio" Darin 6.Enestas paginas, Darwin calcula el aumento de una poblacién de elefantes en ausencia de limites impuestos por la falta de alimentos. En Elorigen de las especies escribi6: “De todos los animales conocidos, se piensa que el elefante es el que se reproduce més lentamente, He realizado algunos célculos para estimar cual seria el minimo aumento en nimero de individuos. Se puede admitr, sin miedo a equivocarse, que empieza a reproducirse ala edad de treinta afios, y que continia haciéndolo hasta los noventa; en este intervalo de tiempo produce seis descendientes, él mismo vive hasta los cien ais. Luego, ise admiten estas cifras, al cabo de setecientos cuatenta o setecientos cincuenta afos, habria diecinueve millones de elefantes vivos, todos descendientes de una primera pateja’ 51 52 Vida privada El matrimonio en 1839, los hijos, la enfermedad, los problemas personales y las reflexiones tedricas agravan el conflicto interior que sufre Darwin sobre la religion. Se volverd agnéstico CASARSE ij (6 Dis fo quire) — una constant com> para (y amiga en le vejez) qe se interesars or uno — objeto para ser amado y con el que entreenese, — moe que un pero en cual ‘aso. — un hogar alguien qe se ede de 1 tos plaeres de la misin y del eotarre0 femenino, — Estas cosas soa buenas par a salud. —Obligacdn de vistary recibir alos amills (tachado], pero una terrible pds ae tempo, Dios mio, 8 insoporable pensar en pasarse toda la vida como una abej obra, teabjando, tabsjando y sin hacer nada mis No, o, so no puede ser. Imaginaepasindore clei entero solo en la enngrecday suc casa de Londres, — Harte sl aes de una expose buena ycartosa sends en un sf con un Buen fuego, y bos, y quia misica — Compa ea visin eo a daa realidad de Great Marborough St Chute, esate, fste, QE. D. NO CASARSE Sin hijos (sin una segunda vids), nadie que se ocupe de tien ls vejez,— De ue sive trabajar a Simpaa de amigos prximos y ‘querids? :Quitnes sn los amigos peximos y ueridos de os ancanos, sino su propa fii? Liertad para i donde uno quiera — eseoger Sociedad y recuentarla poco. — Converssisn con homes ineligenes en fos cles No estar obliga a visita alos parents, cede eda frsleria— los gastos yangustia Po os hijos — las poses poles. Perdomo, —no poder lee por ls noches — gore yociosdad — ansiedad y ponsabildad — menos diner pra ito y ‘muchos hijo, obliga ganar lp my malo paral sad tabjar dem ‘Quiz 2 mi mujer a fe guste Londres; enon esa sentencia sel dst la degradicin ‘una idiot indolentey ovis. arwin no siguié las recomendaciones de continencia de Malthus. Muy al contratio, hizo caso al consejo de su padre de casatse ripidamente si queria tener hijos, ya que se acercaba a los treinta afios. En noviembre de 1838, Darwin pide en matrimonio a su prima Emma Wedgwood. Venia pensando en ello desde hacfa algiin tiempo, a la vez que le inquietaba su propia salud. Esos sintomas, que ya hemos mencionado y que lo acompafaron a lo largo de su vida, se ma- nifestaban con frecuencia creciente. Su ritmo de trabajo es desenfrenado: lee continuamente, escribe memorias y anotaciones, su espiritu esté en ebullicién, Las ideas que va desarrollando se le van convirtiendo paula- Snamente en motivo de angustia. Encontrar una persona que se ocupe de al en el futuro parecia una idea razonable. Llegé a esa resolucién tras un examen minucioso de la cuestién. Por incretble que parezca, nos dejé unas notas que dan fe de ello. Examiné las ventajas y los inconvenientes del matrimonio, con una falta total de romanticismo. En el dorso de la misma hoja,concluye Habiéndose demostrado la necesidad del matrimonio — ;Cudndo? Mes tarde 0 mds temprano. El Gobernador dice que mds temprano, ya que de lo conirario, mal asunto si se tienen bios (uu) Pero si me easara mariana: habria una infinidad de problemas y de gastos para adguirir y amuebler wna casa: luchar para evitar la Sociedad —visizas matinales TEMAS 94 —sitwaciones incémodas —pérdida de tiempo cada dia. (A menos que la esposa sea un dingel y logre que tuno no deje de ser laborioso.) ;Como podria abora ocuparme de mis asuntos si estuviera obligado a salir todos los dias « pasear con mi mujer? ;Ay! No podria aprender francts, ni conocer el Continente, ni América, no podria subir en globo, no podria viajar solo a Gales —pobre eslavo — estarias peor que un negro — y ademds a horrenda pobreza (a menos que la exposa sea mejor gue un angel y tenga dinero). —Animo — No se puede vivir esta vida solitaria, con tuna vejez rengueante, sin amistad, ni calor, ni hijs, ni quien te mire a 4a cara, ya con arrugas. —No importa, confiate a la suerte —mantente bien atento — Hay muchos esclavos feces. Darwin no tiene nada de apasionado, por fo menos en esta faceta... Sin embargo, una ver tomada la dificil decisién de casarse y de participar en la reproduccién de la especie, su eleccidn le lleva resueltamente a Emma, Es rica, sabe francés, italiano y aleman, le gusta el deporte, sobresale en el tito al arco, toca el piano (ha sido alumna de Chopin) y, muy proba- blemente, seré un “angel” Darwin acude en diversas ocasiones a Maer, a la residencia de los Wedgwood. En el transcurso de una de esas visitas, durante un paseo, le aman la atencién unas lombrices que, mediante su accién lenta y casi imperceptible, han removido una buena extensidn de tierra. La casualidad quiere que durante el paseo no estuviera acompafado de Emma; luego to estaba ditaid, Sea como fete, poco dsp preentard una breve exposicidn sobre el tema ante la Geological Society, y regresaté sobre esta cuestiOn repetidas veces a lo largo de su vida, En octubre de 1881, algu- rnos meses antes de su muerte, su tltimo libro, The Formation of Vegetable Mould, through the Action of Worms, with Observations of their Habits ("La formacién del humus por la accién de las lombrices, con observaciones sobre sus habitos"}, tratard precisamente sobr bles del suelo de que son capaces estas mintisculas criaturas mediante sus funciones digestivas. La obra tuvo un éxito indiscutible: en pocos meses se vendieron 3500 ejemplares, EL 11 de noviembre de 1838 (el “gran dia’, day of das, escribe en su diario privado), se decide a pedir la mano de Emma. Ella acepra y se el 29 de encto de 1839. En su diario escribe: “Me caso en Maer a la edad de tren afios; vuelvo a Londres.” Eso es todo. La anotacién siguiente data del 5 de febrero: “He empezado con el alemén’. Y el 7 de febrero: “He reemprendido la monograffa sobre los bancos de coral..”. Esas anotaciones Dawu 1.Down House (arriba, ala iquierda), donde vivié Darwin desde septiembre de 1842. Esta casa se encuentra enel pueblo de Downe, unos 25 kilometros al sur de Londres. Emma Darwin (arriba es a esposa de Charles. steretrato de George Richmond se conserva en Down House. Al lado, las paginas del diario donde Darwin sopesa las ventajaseinconvenientes del matrimonio 53 2. Darwin, con su primogénito, William, Poco después de su nacimiento, Darwin realizé observaciones sistematicas sobre el aprendizaje y el comportamiento del nino. 54 son siempre lapidarias. Consigna esencialmente sus desplazamientos, las fechas de inicio y fn de sus tabajosy con un detalle noble, la apaicin de sus trastornos, asi como otros acontecimientos de importancia especial, El 27 de diciembre del mismo aio, escribe: “Nacimiento de un hijo a las 9h 30.” Se crata de William Erasmus (1839-1914). Alquilan una nueva ‘asa en Londres, donde residirin hasta septiembre de 1842. El nacimiento de su primogénito, “excelente oportunidad para una observacién minuciosa” Este nacimiento representa una nueva posibilidad de estudio, una “excelente oportunidad para una observacién minuciosa”. Desde los primeros dias de vida de su hijo, Darwin inicia una observaci6n continua y sistemética de los comportamientos del nifio, que consigna escrupulosamente en sus nota. Siempre que puede, establece analogias con el comportamiento animal, Realiza pequetios experimentos, hace, por ejemplo, pequefios ruidos para determinar a partir de qué edad el nifio identifica Ia procedencia de los sonidos o desplaza répidamente objetos cerca de su rostro pata evaluar el caricrer reflejo de sus reacciones, independiente de la experiencia, Estu- dia el desarrollo progresivo de la coordinacién motora y de la facultad cde manipulacién de objetos. Se concentra muy especialmente en la apa ricién de las emociones y de las expresiones asociadas (ira y miedo, en particular); sefiala que el nifio reconoce pronto las expresiones faciales de los demds, Darwin se interesa, sobre todo, en las expresiones, més que en las emociones como rales, y en su contenido subjetivo peculiar; a tal fin, aplica lo que se ha considerado una “téctica de la clasificacién” de los aspectos objetivos y observables de la expresién, muy diferente de los umerosos pasajes introspectivos, basados en el autoandlisis, presentes en sus Cuadernos anteriores. Asimismo, estudia el problema de las asociaciones de ideas y las primeras ‘manifestaciones de la comunicacién y del lenguaje articulado. Compara el comportamiento del nifio con el de los simlos «attr de diversas experiencia, como la observacién de su propia imagen tefljada cn expe, Ua verdadero metodo de observacin, que presende demostrar la continuidad entre las funciones psiquicas animales y humanas y su origen naeusal co- iin, va tomando forma; este aspecto habia constituido ya uno de los principales centros de su reflexidn en los Cuadernas, Sus notas no se publicarin hasta 1877, en la revista Mind —donde habian salido varios articulos sobre el origen natural del lenguaje—, en parte por el estimulo de la salida a la luz en 1871, y la reimpresi6n en 1874, de The Descent of Man (La ascendencia del hombre), donde Darvin expresa sus opiniones sobre el ser humano, En 1877, esas notas consti- tulan, con su enfoque original, un trabajo innovador y sorprendente en el dominio de la psicologia infantil, sobre todo si se tiene en cuenta que fueron escritas 37 aos antes; en la bibliografia anterior, este tipo de trabajos era rarsimo. Después de Doddy, apodo afectuoso de William, nacieron otros nueve hijos: Annie en 1841; Mary al afo siguiente (tan s6lo TeMassa les Darwin ({)) Emma Wedgwood 1909-1882 1908-1896 1839 ee William — Annie Mary | Eleanor 1830-914 ear-test 1882 fallecda alas tes semanas sobreviviria tres semanas), Henrietta en 1843, George en 1845, Bessy en 1847, Francis en 1848, Leonard en 1850, Horace en 1851 y, Finalmente, ‘en 1856, Charles Waring; este iltimo probablemente tenia trisomia y fallecié a los 18 meses como consecuencia de una epidemia de escarlatina ‘que también afecté a algunos de sus hermanos y hermanas. El dolor del deceso de su segunda hija, a la edad de diez afios ‘A pesar de que trabajase tanto, parece que Darwin fue un padre afectuoso, {que jugaba con sus hijos, prestaba atencién a su salud y se preocupaba por si habjan heredado de él esa enfermedad jamés diagnosticada que le atormentaba. Ademis de los dos hijos fallecidos muy pequefios —en aquella época la mortalidad infantil era muy elevada—, conocié el inmenso dolor del deceso de su segunda hija, Annie, a la edad de diez afios. La nifia cay cenferma y su estado se deterior6 progresivamente. Darwin, tras comprobar cl fracaso de todo tipo de intervenciones, decidié somererla a un tipo de hidroterapia practicada por el doctor Gully, terapeuta renombrado en la época. E] mismo recurfa a ella desde hacfa algin tiempo —como iiltima esperanza del mal que le afigia—, a pesar de que anteriormente habia con- siderado a ese médico un charlatin. El tratamiento hidroterdpico consistia en una cura mediante duchas fras,fregas, compresas y abluciones diversas, siempre con agua fria, combinadas con un régimen riguroso y paseos; todo esto se basaba en el principio de que las enfermedades crdnicas estaban causadas por un flujo de sangre insuficiente hacia los érganos internos. ‘Una mezcla de homeopatia, mesmerismo y quitomancia estuvo muy de ‘moda entre las clases acomodadas, afligidas por una especie de “enfermedad victoriana” que se caracterizaba por un abanico més o menos diverso de ‘rastomnos psicofisicos. El doctor Gully tenia numerosos pacientes ilustres Charles Dickens y su esposa, Thomas Carlyle y su esposa, George Eliot, Alfred Tennyson, Herbert Spencer y muchos otros, Darwin sacé cierto provecho de la terapia, pero no se pudo hacer nada pata salvar a la pequefia Annie, Mis adelante, decepcionado por las graves recaidas, él mismo abandonars ese tipo de cura. La muerte de la hija hizo resurgir en él una cucsti6n no resuelta en la relacidn con su mujer: la acti- tud con respecto ala religién. Emma, profundamente creyente, encontraba consuelo en la fe. Por el contrario, Darwin se haba ido alejando progtesiva ¢ inexorablemente de la misma, ya antes de casarse; peto el respeto por los sentimientos de su esposa y la angustia de ésta por las elecciones de su marido no dejaban de preocuparle. Una lenta evolucién en sus convicciones desde el “teismo” hasta el “agnosticismo” En su Autobiografia, Darwin relata: “De este modo, la incredulidad me invadié muy lentamente, y finalmente se hizo total". Va adoptando una Davo Henrietta Georges Elizabeth Francis Leonard Horace Charles Waring 4943-1930 1845-1925 1847-1926 1848-1925 1850-1943 1851-1928 1856-1858 3. Darwin tuvo diet hijos, das de los cuales (Mary y Charles Waring) murieron muy pequefios. 4, Annie, la segunda hija de Darwin, ala edad de ocho afos. Fallecié de enfermedad dos afios mas tarde, en 1851. Este acontecimiento ddoloraso influyé en la evolucion personal de Darwin hacia el agnosticismo. i 5. Darwin, hacia la cincuentena, porta época en ue apareci6 El origen de las especies (1853), “actitud escéprica y racionalista’. La extrema dificultad, o incluso la impo- sibilidad, de concebir el universo y el mismo hombre “como el resultado de una necesidad 0 de un azar ciegos” conducen a la creencia en una “Causa Primera con un espiritu inteligente, andlogo, en cierta medida, al del hombre” * Surge entonces la duda: ces de flar el expiritu del hombre que, estoy convencido, se ha desarrollad a partir de un espiritu ran bajo como el del animal més bajo, cuando extrae conclusiones tan grandiosas? :No serdn étas el resultado de la conexién entre causa y efecto que se nos impone como si fuere necesaria, pero que depende probablemente de una experiencia heredada? Tampoco debemos pasar por alto la probabilidad de que el constante inculcar la creencia en Dios en el eipiritu de los nivios produzca wn efecto tan poderoso, y quizd hereditario, sobre sus cerebros no desarvollades por completa, que les resulte tan dificil recha- ar su creencia en Dios como a un mono abandonar su odio y miedo instintivo hacia la serpiente. No puedo pretender arrojar la minima luz sobre problemas tan oscuros. El misteria del principio de todas las cosas es irresoluble para nosotros: es por ello por lo que debo contentarme con permanecer agnéstco. ‘Thomas Huxley forjé ef término “agnosticismo” para designar el dis- tanciamiento respecto a todo tipo de “gnosis”, es decir, el conocimiento de los misterios religiosos. En Agnosticism, un ensayo escrito en 1889, Huxley confiesa Cuando alcancé la madurez intelectual y empecé a preguntarme si era ateo, tela 0 panteista, materalista 0 idealista, cristiano o librepensador, ime di cuenta de que cuanto més aprendia y reflesionaba, menos fil ent 4a respuesta, hasta que serminé por legar a la conclusién de que ninguna cde esas denominaciones me convenia, ni siguiera parcialmente, excepto la sikima, La tinica cosa sobre la que se ponia de acuerdo la mayor parte de esta buena gente era precisamense sobre la que yo diferia. Ells ‘staban completamente seguros de haber aleanzade una cierta ‘gnosis’ con mds 0 menos éxito habtan resuelto el problema de la exinencia. En cambio, yo estaba completamente seguro de que no lo habia resuelt y oseia una conviceién bastante firme de que el problema ena irresoluble. ¥, con Hume y Kant de mi lado, no podia considerarme presuntuoso por mantenerme en esta opinién. Para Darwin, la acepraciOn de la etiqueta de agnéstico fue el resultado de tun largo trayecto intetior, sobre todo teérico, Mis allé de sus relaciones con Emma, el problema de la religién afectaba de manera inmediata y explicita asus ideas sobre la existencia de leyes naturales, sobre su uniformidad y, pot consiguiente, sobre su aplicacién necesaria a todos los aspectos de la naturaleza, incluido el hombre. Es él quien considera apropiado denomi- nar “teistas” las convicciones que él posee en la época de El origen de las especies. Estas convicciones cambiarén, hasta convertirse al agnosticismo, compromiso elegante que sirve para superar el conflict entre la ciencia y Ia fe, imtensamente sentido en Ia cultura y la sociedad victorianas En este sentido, algunos comentaristas juzgan que el conficto fue menos dramitico de como se suele pintarlo, bien gracias a la especie de conti- nuidad que habia entre el pensamiento naturalista y esa teologia natural que, a través de la “ley natural", celebraba la grandeza del Creador, bien gracias a que en la moderada postura de los agnésticos se podia observar cierta religiosidad intrinseca que, pese a su artiscada defensa de la ciencia, les llevaba a evitar una confrontacién directa con la eeligién TEMas sa Primeros esbozos En 1842 y en 1844, Darwin escribe sendos borradores de su teorta sobre la evolucién. Después, para consolidar su reputacién, empieza un largo trabajo sobre la sistemdtica de los cirripedos En ellas se encuentran algunas refutaciones prudentes de las ‘opiniones ordinarias”, segin las cuales “la miriada de organismos que pueblan este mundo son fruto de un mimero equivalente de actos de creacién’: uae el verano de 1842, Darwin esctibe a lipiz 35 pégnas de Como no sabemos nada de la {..] voluntad de un Creador, no vemos qué razin podria haber de que existiese tal o cual relacién entre los organismas creados de tal mado: incluso podrian haber sido creados segin un esquema totalmente distinto. Maravillaria, sin embargo, que ese esguema fuera precisamente el que reultaria de que los grupos de organismes descendiesen de los mismos padres (..]. Mientras se ereia imposible que algunos orga- nismos pudieran cambiar, 0 pudieran de algin mado adaptarse a otres organismor de manera compleja, sin embargo permanecieran separados de ellos por una barrera de exterilidad infranqueable, era justifiable, incluso habiendo indicios a favor de una ascendencia comin, admitir distintascreaciones segin la voluntad de un Creador omnisciente: 0 bien, [uJ afirman como Whewell, que el origen de cada cosa sobrepasa la comprensiin humana, En las seeciones precedente, be intentado demostra que una tal variacian 0 expecifcacin no es imposible, ¢ incluso desde ‘muchos puntos de vista es absolutamente probable. En las seeciones precedentes, Darwin erataba de ls variaciones observadas en situacién de domesticacién y en el medio natural. Admite que algunas de las variaciones podrian depender de los habitos adquiridos en la vida “la falta de uso atrofa’— y converttse a continuacién en hereditarias, “Seleccién natural” ya es el titulo de un pitrafo donde escrbe A a vista del feliz aspecto de la naturaleza, puede ponerse en duda en un primer momento la guerra de la naturaleza de De Candolle [.. Pero, dada ta capacidad de cada organismo de medrar en progresién ‘geométrica y debido a que cada regién, en condiciones normales, debe ‘star tan poblada cuanto se pueda, un poco de reflexién demastrand que sto es realmente ast (..). En los animales no hay freno moral y se re- producen en la époce del aio en que las alimentos son mds abundantes 0 en la extacion mds favorable |..] supongamos que se produce un cambio de clima excepcional, cudnto no erecerin ciertastribus, también animales intreducidos — la presion exice siempre — eapacidad de las plantas alpinas de soportar otros climas. Imaginese un niioero infinito de semillas dispersadas, boxques que recuperan su densidad; mil cwias penetran en la Dawe 41.£n 1820, Augustin Pyrame de Candolle (1778 1841, abajo), que acufé el término taxonomia para designar la ciencia dela clasficacion, eseribia: “Todas las plantas de un lugar dlasificado estan en guerra". Su hijo Alphonse (1806-1893), botanico también, proseguirs la obra paterna y describira las luchas de las especies en a naturaleza 87 2.€l grupo de ciripedos cuenta con unas 900 especies, de las que forman parte percebes, anatifas y balanos. 58 economia de la naruraleza. Ello exige wna profinda reflexién; estudiar a Malthus y caleular las tasas de crecimiento. Las ideas anotadas anteriormente de manera fragmentaria se estructuran ‘en este primer borrador de El origen de las especies en un verdadero esque- ma expositivo, Darwin ya tiene en cuenta las posibles objeciones contra la ceoria de la selecci6n natural: “Se podria objetar que unos drganos tan perfectos como el ojo y la oreja no habrien podido constituirse nunca”. E insiste sobre la gradacién de la aparicién de las diversas estructuras: “Pre- tendo simplemente demostrar que la proposicién [una aparicién gradual de las diversas eseructuras] no es tan monstruosa como parece a primera vista, y que si se pueden alegar buenas razones para pensar que las especies descienden de progenitores comunes, la dficultad de imaginar formas de estructura intermedia no basta para rechazar de entrada la teoria”. En otro parrafo aborda las capacidades mencales de los animales salvajes 0 domésticos, afirmando de nuevo que no quiere preocuparse del origen de la memoria, de la atencién y de las diversas facultades del espititu, “sino tinicamente de sus diferencias en cada una de las grandes divisiones de la nacuraleza”. “Las formas especificas no son inmutables” En una segunda parte, “Sobre las pruebas geoldgicas”, Darwin trata de los fésiles. “Si se reunieran todas las formas que han existido en algunas gran- des divisiones, se encontraria, con una buena aproximacién, una gradacién continua’. Apunta que las opiniones de ciertos gedlogos, especialmente de Lyell podrfan representar un obstéculo para su teorla. Pero “si la geologia no hace més que presentarnos, al ir arrancando grupos de hojas, ciertas péginas de los iltimos capitulos de una historia, y cada pégina tan s6lo ilustra una pequefia parte de los organismos de esa época, los hechos concuerdan perfectamente con mi teoria. ‘También aborda la distribucién geogeéfica de las especies, y utiliza entre otros los datos de las Galépagos. Afronta el gran problema de la clasificacién y del cardcter arbitrario de los criterios adoptados para rea- grupar los organismos. “La clasifiacién que todo el mundo considera més correcta se denomina Sistema Natural, pero nadie puede definirlo [el diferente grado de afinidad entre los animales, con su correspondiente divisidn en géneros, familias, érdenes, etc. [.}; si se lo utilizase con toda seriedad, el Sistema Natural deberia ser geneal6gico.” Darwin examina ciertas semejanzas entre las estructuras de grandes grupos de animales “Por ejemplo, observamos el [ala del] murcilago, (la pata de} el caballo, Ia aleta del delfin, la mano, todos ellos construidos segiin la misma es- tructura [..J, notamos que hay un profundo nexo de unién entre ellos, ¢ ilustrarlo es el fundamento y el objeto de lo que se denomina Sistema Natural; y [ese nexo] es el fundamento de la distincién entre caracteres verdaderos y adaptatives. Ahora bien, este hecho extraordinario, que la ‘mano, la pata, el ala y la aleta sean la misma cosa, lo explica de inmediato el principio de fla existencia de] formas-padre [..]”. Darwin analiza la interpretacin posible de los érganos llamados abortados, érganos que resultan inditiles, que habrian podido llegar a serlo “durante la sucesién de un niimero infinito de modificaciones”. Menciona a Lamarck, para reafirmar que no existe “una tendencia hacia la perfeccién”. Y concluye; “seas son las razones que me levan a pensar que las formas especificas no son inmutables’ He ahi el “crimen’ que confesard en su carta de 1844 ditigida al boténico Joseph Hooker, a la que ya hemos aludido (véase ef capitulo “Babuinos y metafisica?). (Darwin acababa de entablar con él relaciones epistolares porque, siguiendo el consejo de Henslow, que no disponia de tiempo Temass4 para ello, deseaba confiarle el establecimiento del catélogo de las plantas recolectadas en las Galépagos.) ‘Algunas Iineas después de la afirmacién fatfdica de que las especies no son inmutables, Darwin afiadia en su manuscrito de 1842: Hay mucha grandeza en considerar a los animales existentes bien los descendientesdirectos de formas sepultadas mile: de pies bajo tierra, bien los coherederos de un ancestro atin més remote, Ello concuerda con lo (que sabemos de la ley impuesta a la materia por el Creador, segin la cual la creacién y la extincién de las formas, como el nacimiento y Ja muerte de los individuos, deben ser el efecto de medias (leyes] secun- arias. Es ofensivo pensar que el Creador de un nsimero incontable de sistemas de mundos tenga que haber creado cada una de las miriadas de pardsitos reprantes y de gusanos que todos los dias Uenan de vida el suelo y las aguas de (este) solo planeta. (...] La muerte, el hambre, la rapita y la guerra excondidas en la nasuraleca han tenido como con- secuencia el bien mds elevado que podamos concebir: la creacién de los ‘animales superiores ha venido directamente de abt. Sin duda, la idea de unas leyes capaces de crear organisms individuales, caracterizados todes ellos por ta mayor precision de ejecucién y por las adaptaciones ids extensas, rasciende en un principio nuestras bumildes facultades Se ajusta mejor a (nuestra modestia] suponer que cada uno de eos onganismos exige el flac de un creador. Pero, en la misma proporcién, la existencia de tales leyes deberfa elevar la idea que nos hacemos del poder del Creador omnisciente. Mediante este artificio, Darwin aparta su teoria de un conficto tajante con la religién. Dios no ha creado las especies de una en una, sino que hha impuesto la ley de la evolucién a la materia inicial. Darwin debe a continuacién desarrollar el esbozo: su teoria esté bien articulada, pero es necesario reforzatla con todos los datos disponibles y recopilar otros nue- vos sobre la seleccién artificial, su variacién y sus causas, los testimonios fosiles, el desarrollo embriolégico y la distribucién geogrdfica. Atin queda por realizar mucho trabajo antes de hacer publica una tcoria todavia vulnerable. Londres, presa de la agitacién social, se ha convertido en un lugar inhabitable. Charles y su esposa Emma han crecido en el campo, tienen por entonces dos hijos (en espera de un tercero) y no se sienten bien en la ciudad. Con la ayuda del doctor Robert (Darwin atin no ha obtenido beneficios de su trabajo), compran una casa en Downe, un pequefio pueblo de Kent, a tunas dos horas de Londres. El 17 de sep- tiembre de 1842 se mudan « Down House. La casa es enorme, con un jardin y siete hectéteas de bosque. Con el tiempo, Darwin cemprende grandes trabajos de renovacién y cde ampliacién; compra un terreno adyacen- te donde planta arbustos y drboles, y hace trazar un sendero, el Sandwalk (camino de arena), por el que se paseard todos los dias. Pasa una gran parte de la jornada, con un empleo estricto del tiempo, en su despa- cho espacioso y confortable. Pero no lleva tuna vida de recluso; frecuenta las socieda- des cientificas y Down House se convierte en el lugar de encuentro de un eirculo de amigos y colegas. Dass sugfortes NBUASTOMACHANUM - 3. Grabado extraido de Formas atisticas de [a naturaleza, de Ernst Haeckel (1834-1919) La dasificacion de los cirripedos, crustéceos ‘marinos que viven sujetos aun soporte, planteaba seriasdificultades. Darwin estudié ten detalle este grupo de animales, lo que consolidé su reputacién cientifica, 4, Grabado extraido de Memoria sobre la familia de las melastomaceas, de Augustin Pyrame de Candolle (1828). Este boténico sulzo contemporaneo de Darwin emprendlié una vasta clasificacin de los vegetales: la sistematica era la ciencia naturalista de la epoca, an 59 5.Robert Chambers (1802-1871), autor anénimo de Vestigias de la historia natural de la creacién. La obra, publicada en 1844 y ‘que admite la transmutacién de las especies, rovocé una gran agitacion. Los resultados del viaje del Beagle En su nueva residencia, Darwin reemprende su trabajo sistemitico sobre las notas y materiales recopilados durante el viaje del Beagle, Su obra sobre las barreras de coral data de 1842; en 1843 publica el iltimo vo- lumen de su Zoologia del viaje del Beagle, y en 1844 acaba el libro sobre las islas volcdnicas. En 1845 aparece la segunda edicién revisada de su diario de viaje; en 1846, su obra sobre Ia geologia de América del Sur. Mientras tanto, contimia estudiando el problema de las especies. A principios de 1844, retoma su borrador y empieza a elaborar una version, ampliada en unas 230 piginas, Aunque esta versién tampoco estaba pensa- dda para ser publicada, en una carta dirigida a su esposa del 5 de julio de 1844 Darwin da instrucciones precisas para el caso de que falleciera antes de haber concluido la versién definitiva: “Acabo de finalizar mi borrador sobre la teoria de las especies. Con que hubiese, puesto que creo que es verdadera, un solo juez competente que la aceptase, se la consideraré un notable paso adelante de la ciencia. Por Jo tanto, en caso de que muriese de repente, como mi tiltimo y més solemne deseo, que estoy seguro con- siderarés como si figurara legilmente en mi testamento, destina 400 libras 4 su publicacién”, Al escribir una lista de editores posible, sugiere a Lyell, eventualmente asistido por Hooker o por Henslow. Diez afios més tarde, en 1854, cuando se prepara para iniciar una tercera versién, evidentemente ngustiado por la perspectiva de no terminarla, afadiré: “Hooker es de lejos el mejor para editar mi volumen sobre las especies" El ensayo de 1844 esté calcado sobre el borrador precedente, pero la argumentacién es mas sélida y los datos estan organizados y descritos con luna mayor exactitud. Por lo que se refiere al estadio de elaboracién de su teorla, su Autobiografia precisa que en aquella época past por alto un problema de gran importancia; me parece sorprendente, salvo en virtud del principio del huevo de Colén, que los pasase por alt, al problema y a la solucin, Se trata de la tendencia que tienen los sre: ‘orgnicos de un mismo origen a divergir en su canicter a medida que se madifican. Que han divergida profundamente se hace patente en la manera en que las especies de tado tipo se pueden claifcar en géneros, los géneros cen familias, las familias en subgrupos y ast sucesivamente; y me acuerdo perfectamente del lugar del camino, iba en mi carruaje, en que para mi «gran goza se me presenté la solucén: fue mucho después de mi llegad a Down. La soluciém, segin creo yo, es la siguiente: la descendencia modifi- cada de todas las formas dominantes y en aumento tiende a adaptare a las muchas y muy diversas sitwaciones de la economia de la naturaleza A inicios del aio 1845, Hooker le remice el resultado de su trabajo sobre las plantas recolectadas en las Galipagos. Se trata de una confirmacién as de la diferencia entre las especies de una isla a otra. En los meses anteriores, Darwin habia estado informéndole parcialmente sobre la torah Hooker manifesta un interés pradente y una generosa disponibilidad. Sélo en 1847 le dejaré leer una copia de su ensayo, Hooker no entendié de inmediato el sentido profundo de la teoria, pero aun asi emprendié un analisis critico y minucioso de los numerosos temas abordados. Darwin aprecié mucho sus objeciones técnicas, desprovistas de prejuicios tradicio- nales ajenos al discurso cientifico. iu wee En otofio de 1844 aparece Vestigios de la historia natural de la ereaciém, obra de 400 paginas escrita anénimamente por Robere Chambers, futuro editor ycientifico aficionado. Este libro presenta una historia de la Terra, de Ja formacién del sistema solar a la aparicién de los animales y de las plantas, cl origen de la humanidad y el de las sociedades. La obra, que produce un gran alboroto, conoce un éxito comercial, aunque es objeto tambien TEMAS 54 oer dde ataques virulentos. La reaccién de Sedvwick expresa tanta indignacién y os tan vehemente, que suscita reacciones a favor de Chambers, cuyo libro viene a simbolizar la oposicién al poder clerical y conservador. Darwin, por su parte, experimenta sentimientos més atemperados. La cobra rompe con un tabi al admitir la transmuracién, pero avanza opiniones sin un fundamenco cientifico. Sin embargo, considera inaceprable la critica de Sedgwick. La obra no disgusta a Hooker, pero no puede admitir que se cexpecule sobre temas de esa clase; en otras ocasiones, ha criticado a “los que Auieren hablar de las especies sin haber descrico antes una en detalle”. No ‘olvidemos que, desde el siglo xvm y la reforma de la sistemdtica de Linné, dedicarse ala historia natural equivalia a identifcar un orden vegetal 0 ani- ral. Los botinicos y zo6logos se consagran casi exclusivamente a estudios sistemiticos, a menudo descriptivos: clasificacién y ciencia son sinénimos. De 1846 a 1852, trabajos sobre los cirripedos Darwin, que ha subcontratado a otros para el trabajo taxonémico del material recolectado durante el viaje del Beagl, termina en diez afos la tarea en la que se sumergié tras regresar del viaje, No queda més que estudiar un mintsculo animal, un pequefio crustéceo que habfa recogido a lo largo de las costas chilenas en 1835. Se trataba de un cirripedo de especie desconocida. Hasta entonces, las investigaciones sobre este grupo de animales marinos sésiles (de los que forman parte los percebes y los bilanos) no habjan dado més que resultados insatisfactorios. Para Darwin era la oportunidad ideal de adquirir, en el dominio de la sistemitica, una reputacién que pudiera mantenerle al abrigo de los ataques sobte sus com- petencias reales. En octubre de 1846 se lanza a un estudio cuyo aleance ¥ complejidad sin duda no habia previsto, como tampoco el provecho que sacaria de él su teoria. "Los cirripedos forman un grupo de especies dificles de clasificar y muy variables mi trabajo me result6 muy til cuando en El origen de las especies tuve que analizar los principios de una clasificacién natural", escribiré Darwin en su Auzobiografia. Retine materiales de di- ‘versas procedencias y st trabajo se extiende igualmente a los files, hasta convertirse en una monografia exhaustiva sobre el tema, en «res grandes vohimenes, que publica entre 1852 y 1854, 0 sea, unos ocho aos después de que emprendiese la tarea, En 1853, recibe la Real Medalla por sus studios sobre los corales y, en particular sobre los cirripedos. Darwin se vio obligado a equiparse de nuevos instrumentos adaprados para la diseccién de unos organismos tan pequefios y de un objetivo més potente para su microscopio. El descubrimiento de un mundo desconocido le fascné Etuié I anatomia de esos ania, seproduesn ou ceo biolégico, sus fases de desarrollo, los lazos de parentesco entre las especies actualesy las especies fésles y, sobre todo, la variaién, “esta enrevesada variacién que me place cuando me doy a la especulacién pero que como sistematico me resulta odiosa’, escribe a Hooker en 1850. ;Cémo saber si dos individuos que son distintos pertenecen 0 no a la misma especie? Ta varia le torments aunque I reaftma mas en sit iets sobre evolucién, sus tentativas de distinguir las especies de las variedades le cxaspean. “He maldscio ans expec y me he preguntado qu pedo he podido cometer para recibir tal castigo. Darwin se enczns finden en stun de wa dai mientos en el plano de la sistematica para verificar sus hipétess relaivas a mnecanismo de la evolucién, Por entonces ya sabe cules el “pecado” que «std purgando. El mismo se ha acusado de un delito, el de creer que las especies no son inmutables. Los estudios que publica sobre los citripedos son, sin embargo, un trabajo irreprochable de sistemitica: en ellos no se traslucen las ideas que le han guiado y que se vieron confirmadas en el transcurso de sus investigaciones asus 61 Com 1. Richard Owen, en una caricatura aparecida en Vanity Far, una revista semanal ingles. Este paleontélogo creacionista se enfrenté a Thomas Huxley en una resonada polémica Huxley seria uno de los seguidores mas fi de Darwin, 62 paneros lige de viaje El verano de 1858, mientras prepara una tercera versién de la que iba a ser su obra maestra, Darwin recibe un articulo de Wallace que exponia unas ideas muy proximas a las suyas principios de los afos cincuenta del siglo x1x, Darwin conoce @ Huxley, por entonces miembro del consejo de la Regia Sociedad de Londres. (Darwin seré elegido para este mismo consejo en 1854.) En 1853, Huxley le invita a explicar sus trabajos sobre los cirripedos; el mismo affo, en ocasién de la décima edicién de los Vestigis de la historia natural dela ereacion, la obra “wransmutacionista’ de Robert Chambers, que por entonces sigue teniendo éxito, Huxley publica una resefia virulenta donde ataca la transmutacién de las especies; segiin él la idea insensata de progreso y los argumentos planteados por Chambers carecen de fundamento cientifico. Darwin se muestra dudoso. Se siente inclinado a aprobar esas critcas, de las que aprecia la inteligencia y el rigor (el concepto de evolucién de Chambers no coincide con el suyo); pero al mismo tiempo se pregunta si sus propios conceptos resistiran unos ataques de esa categoria, Es la época de los enftentamientos entre Huxley y Owen. El hippocampus ‘minor no gs més que una de las numerosas manzanas de la discordia, no siempre de orden serico 0 cence, entre ambos naturalisas. Husley es adversario de Owen y considera intolerables sus ataques contra Lyell (igual que Darwin ys grupo de amigos), pero es igualmence ineansigene en su rechazo de la transmutaci6n de las especies; es antimalrusiano, De todos modos, flicita en repetidas ocasiones a Darwin por su trabajo sobre los cirripedos. Darwin escucha con atencién las conferencias apasionadas de Huxley, lee las memorias que presenta, estudia sus trabajos. Le invita a las reuniones de Down House, a las que se unen las familias de los participantes y que son para él la oportunidad, cada vex més explicita, de confrontar sus opi- niones con las de sus amigos naturalists. Esce grupo escogido de amigos manificsta un amplio abanico de puntos de vista. Algunos, como Hooker, en adelante un participante destacado, dudan en aceptar plenamente ciertos elementos de la teorfa de Darwin. Otros, como el entomélogo Thomas Ver- rnon Wollaston (1822-1878), parecen adheritse sin objecidn a la teorfa, pero la desnaturalizan con sus componendas pacificadoras. Huxley, para Darwin, todavia es un enigma. Finalmente esta Lyell, el gedlogo eminente.. Lyell ha acogido bien las premisas y las consecuencias de la teorla Sobre todo, teme estas iimas, a la vista de la agicacién existente en los debates piblicos sobre la vinculacién entre hombre y simio. Sin compartir las ideas de Darwin, tampoco se opone a ellas; ances bien, intenta entender no sélo la teoria como tal, sino la éptica evolucionista en general. En un esfuerzo de comprensién, debe repensar sus eriticas TEMAS 34 a Lamarck, a la luz de lo que Darwin sostiene, hasta el punto de llamar constantemente a la teorfa de Darwin “teoria de Lamarck conforme 4 las modificaciones de Darwin". Darwin reaccionaré con vehemencia contra esta interpretacién y escribird: [ul em diversas ocasones se refiee usted a mis ideas como si fueran una variance de la doctrina de desarrollo y progreso de Lamarck. Si tal e real- ‘mente su opinién, no hay nada que decir, pero no me parece 4 mf que sea ‘ast Platin, Buffon, mi abuelo y mucho ores mas Uegaron antes que Lamarck 12 la conclusiin evidente de que si las especies no habian sido creadas de forma independiente, debian descender de otras especies, pero aparte de es, ‘no veo ninguna otra coxa en comin entre El origen y Lamarck Darwin esctibe a Lyell que una amalgama tan “desafortunada’ entre sus ideas y las defendidas en una obra de Lamarck perjudicaria gravemente la aceptacién de El origen de las especies, ya que Lamarck promulgaba la idea de progreso, una idea que le era del todo ajena Darwin perfila sus argumentos con un grupo de amigos Darwin se rodeé de un grupo heterogéneo de naturalistas capaces de oftecerle datos suplementarios e informaciones tiles para su teoria, pero también de someterla a debate. Cada miembro del grupo, segiin su espe- cialidad, acepta o rechara diferentes elementos de la teora, a veces los més significativos. En suma, los “darwinistas” divergen entre si, antes incluso de la publicacién de El origen de las especies. ‘Alfred Russel Wallace (1823-1913) se incorpora al grupo. Este joven naturalista sin dinero y casi autodidacta viaja a través del mundo para Dass GEOGRAFIA DE LAS PLANTAS EQUINOCCIALES 2. La interaccién entre las especies y su tentorno constituye un factor importante en cl proceso de la evolucion. El naturalista y explorador Alexander von Humbolat, pionero della ecologia, se fijé ena correlacién entre las especies y su medio, Prueba de ello es la ilustracion del volcén Chimborazo, en el Ecuador, donde se detallan las caracteristicas de la vegetacién en funcion de a altitu: Humboldt inscribié sobre la ladera del volcan todas las plantas clasificadas, y jaloné la altitud de algunos puntos de referencia, como la del Mont Blanc la del Popocatepelt. Ene! documento aparecen muchos otros datos en funcion de a altitud; por ejemplo, la presion atmosférica, la temperatura, la refraccion, fos animales, los fendmenos eléctricos observadas, el aspecto del cielo, la variacién de la gravitacién ola composicién quimica del aire. Humboldt emprendi la ascensin del montatia en junio de 1802, en compafia de ‘Aimé Bonpland y de Carlos Montifar. Segtin Darwin, la seleccién natural favarece las plantas mejor adaptadas a las condiciones externas. Las pendientes de un volcdn, con unas condiciones tan variadas,albergan asi rnumerosas especies

También podría gustarte