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CARLOS VAZ FERREIRA FERMENTARIO 1 9 3 8 TIDOGRAFIA ATLANTIDA, ZABALA 1376 MONTEVIDEO PREFACIO “Par inusiteda pat sea, este modi de publican ae parece wits natural y athe mudisty que ef fibee prapiameite dicha, pura tne parte considerable de la ane ponsamtos, Fao gia tone neecesidad, hecha on parte die wanidd yen puree de sentinientus mds non bles, ax obline a escribir, reservemos la forma del libra para, aqueliis sistas de ideas qe acaben pay lomurla espantdned yo neberutaente, Mara cl reste, este atra forma es le mejart ast podenwe ser ids werdaderas yo duis sinevras; enitanus nenas dificiiente el potiqgre dv forsar ke afirmucida y de simetriqar por la violencia, y cotservamos ti Fbertud de diidar, de ignore, de cunpletarnis xoile cioregirnas” Con he sutteriar neti oexplinniva aqaueeid lave ya liempe eb primer Ceeicule dem publicacion mia que tenia cierto cae racter espeeiil Mies turds, en ana de fis tentativas que hiee para continnaby esevihi mit iutreduedidn de la eal los sigiien tes piwajes explicnn cudl ern entonees ni jensinionto, ten divate a ques cule esecitoy naitnylera en ta posible nine poblie eaediy peccrmamaite de uquel eardeter ¢ “Hy ta forma material de fikrus propiamente dichas, deben puliicurse séle lox ete verdudertnente, en sie esplytta, som be bros; esta ext dre qe expantiaeunente aise ordenadas, ep nevas, completes, 0, sie violencia ni artificta, acuben por tomar esu formu, Para ef veste, cada autor podrta publican, ademis, wre especie de reviste personal permanente, por fascleulas a nie MENON, CARLOS VAZ FERR En eso habria sin duda ventajas Ce inconvententes, pero no deiasiado serivs) para el prtblica » también para el mismo es- evitar, ‘ Los hibitos literarios aciuales manticonen un dilema en vers dad violento y absurdo, Con cada cosa gue se piensa hay qué hacer un libra (o algo conclutdo y de ciertas dimensiones: folle- ta, articulo...) (o busearte colocacién en algtin libro) ¢ Oo, st no, no hacer nadat no eseribir sobre eso, ALi sistema de publicacidn, dando a nuestias ideas y observa. ciones ‘esa tan natural opartunidad de expresarse, evita que algunas se atarguen y ‘arlificiaticon 9 que otras se plerdan, Tendencia, asi, « evitar lo conclutda artifictalmente, lo for sudo, lo simetrizado: los rellenos (et alarganiento imittil, a ves ces haste eg debido sdlo a la costunbre, o a ta sugestion de las dimensiones habitualed. de los libros) 9 la publicacién de. muchas cosas que se escriben o se publican para formar libro con las que espontdncamente nacieron, (Nétese bien que el sistema actuat Hende, por an lado, a estimular la produccién o la publicacién de muchas de csas cosas secundarias 0 forsadas, mientras, por atra lado, sustrae a la publicacién auchisimas de més valor, que cl wnto no dejarta perder). ¥ no nevesidad de esperar, para comunicay aun pensemieito, un proyecto, tu estado de esptritn, a que hayamos podido pen~ sarlo del toda, dominarlo en todas sus proyecciones, 4), todavia, emprender y acabar el trabajo ponoso, 4, en una vide, no tnte chas veces posible, de composicién y publicacién, Digo no ne- cesidad: que madre todo lo que pueda madurar; pero que no sea forzose reservarlo entre tanio, De auesiros pensamientos, sélo wos \pocos podrdn cventualmente recibir una forma defi- witind, Aun esos, mientras continuemos trabajéudolos, anticipar- los @ ta colaboracién, ¥, de los otros, se fornuilan o se sugicren alninos gue puedan tener valor,.o por sh tuvioran.. ¥ no marirse con tantas cosas adentro... % También: chk irl, eapresada en Ig posible, el psiqueo antes de la cristaliguciéu: mds amorfo, pero wits pldstico » vivo y o I FERMENTARIO fermental. Otra vee hay que repetir: “no en lugar, sino ademas,” El pensamiento, al cristalisar, puede ganar (claridad, justega, cumplimiento, aplicacién...) y puede perder (espontaneidad, sin- ceridad, vida e interés, fecundidad...:);. y, muchas veces; ab amismo tiempo gana y pierde. Conclutr que seria siempre prefe- ferible el fermento al producto elaborado, fuera exagerar y fal- sear, Pero en verdad lo proferible seria que el piiblico conociera a veces el pensamienta en los dos estados (y hasta en varios estados “antes de la letra”, ademds del. definitive). De eso, se utilisa todo, o lo que sirva. Ahora bien: lo que sirve o volga mds, no siempre seré el. producto final. Y, entre tanto, dentra de las costumbres literarias establecidas, sélo entramos en po- sesién de pensamiento en formacién, por algitin accidente, como el exterior que nos dejé tos “pensamientos” de Pascal en lugar de cierto tratado demostrativa en que se hubieran convertido, o conto el interior que obligd a Nietzsche a entregarnos tanta parte de st, pensamiento en estado de levadura viva y fecunda, en ves de su pobre vito agrio » fracasado, Otros accidentes hi- cieron llegar. a nosotros lo que algunos hombres. escribierow para si mismos: Marco Aurelio, Ainiel.,. Claro. que lo nuestra na seria precisamente lg inismo (la intencidn de publicar determi- nard frecueniemente preparacién para publicar); pero siempre seria muy bueno; y, con Ia educacién de los autores, cada vee mejor, « .¥ padrien ir ahi. muchas otras clases de cosas que ordinaria- mente no se pueden publicar: ideas de estudios que no sabemos si podremos emprender.o conchur;. planes para trabajos y ex periencias; restimenes de conferencias o lecciones que hemos dado-y no se recogieron (sin perjuicio, naturalmente, de po- derse publicor. aht mismo estudios y trabajos concluidos), ete... ¥ no morirse tantos con cosas adentro... Otras manifestaciones de lo que ws» hombre necesita o puede escribir, tendrian en esa publicacién personal wn lugar tds. na- tural que en los libros propiamente dichos,. . i “; no Ml WV CARLOS VAZ FERREIRA seer muceeaeintset Desde luego, precisamente lo personal, Cada escritor ha de hablar on. ciertos casas y en cicrta medida de st mismo; yo aunque sélo fucra por necesidades de verdad y dé defensa: pare establecer y oxplicar suy actos y cardeter; corregir inewactitue des, justificarse... No hay que hacer recordar que lo personal puede y sucle ser atractivos el libro autobiogrdfico es con bas- tante frectencia ef mils interesante a ‘simpitica entre los de un autor; y na es rara que sea el mds profundo...; pero ni todos fa escriben, ni todos pueden, o deben, escribirlo, Ademis, esto otra forma de publicacién puede dar mds facilidad y més opor tunidud a la personal. Ey toda caso, es como su lugar natural; y también le da una salide natural, to que conviene (pues, ast, franco 9 hamano, no és malas larvado y rentré es como tende a corromperse, lo personal, 9 a daiiar todo), Otra utilidads para la polémica, ;Cudntas veces la inclusién de ella en los libros (desde eb principio.o en ediciones, posteriores) les altera las proporciones y les desequilibra Ia composiciént Eutre tanto, esa necesidad, que origina y prolonga las discus siones, de precisar, de aclarar, de establecer bien y de defendor lo que se cree uerdadero 0 bueno, es muy humana, y no séto de vanidad, Sin ‘perjuicio, entonces, de que alguna. parte de ta palésmica pueda entrar en los libros, otra parte de ella tendré an esa publicacidn personal su silto y oportinidades mds natu- rales, Con la venlaja aun mayor de que asi se puede siempre complementar, modificar, corregir... ¥Y muchos, muchos otros casos de conveniencia: Hn un diseurso, en una leccién, en un informe administrativo, en wi alegato. o sentencia, en un-artterlo.de diario, te satis o ‘alguno tal idea original, tal apiectacién 1 obserwacién intere- sante o itil, que le parece digna de mds publicidad, Hoy, ten- dela. que optar entre Jrebhicar eb trabajo entero o dejar perder aquel detalle, Pues pordrta ‘et fragmento, breve, conereto, en su publicacién personal (y, atigue algunas | pusteran. oto ‘trabajo one tero, sempre: se prevendta mds de una “recopilacién’.. Proyectos concretos que. pueden cocurrirséle a an hombre que. piensa, obser p siante,, abn ent 10° que Ho: seo de su. espectalidad : . cnalguiera: “un. dibujo, una melodia FERMENTARIO wna reforma en una institucién, en la legislacién de algo; en una maquina o en un utensilio; en wn detalle cualquiera de la in~ dustria, de las costumbres, dela vida préctica... Alguna ob- servacién cientifica de un artista; una buena poesia, % opiniones literarias de im hombre de ciencia; o cualquier cosa buena de Hasta (muy importante) cosas de otros: observaciones, ideas, proyectos ajenos que los escritores podemos conumicar, hacien- do més aprovechables la experiencia, el buen sentido, la inte- : ligencia, el gusto de las personas que no escriben... (Estoy viendo el peligro...; y, también, imaginando las cri- ticas: “Con la idea de concentrar la produccién y prevenir sw superabundancia, se propone un procedimiento que ‘permitiré a cada-uno escribir todo lo que se le ocurra, sin Ia limitacién selectiva que cl plan y Ia necesidad de acabamiento y de forma autonuiticamente imponen, y hasta lo que se les ocurra a todos sus amigos...” Se ptiede seguir, inds o menos ingeniosamente... Pero, pensando serio y concreto, se prevé que los males serian mucho menores que los bienes). . CY, ‘también, tratdndose de esa clase de publicaciones, resul- taria més facil 9 mds breve reconocer cudndo ‘hay que leer y cudndo hay que no leer; para el piiblico, ast, mds facil la de- fensa...). Notas tomadas en wuestras lecturas, breves, sintéticas, sin ne- cesidad de hacer “articulos criticos’, y libros con ellos... Hlechos, materiales o. psicolégicos, que hemos observado, o que condcemos, y que merecen ser resefados o descriptos.... Hay otro aspecto: la relacién de esa publicactén con los libros propios: Por ejemplo: permite aimpliar los libros.-ya publicados, ex-' plicarlos, corregirlos, aunque no se puedan hacer. tuevas edi- ciones, o sin esperar-a ellas, Cuando a tno. lo interpretan o lo resumen mal, o lo. clasifi- can: —"No: guise deciy esto; pienso esto; soy esto, 0 breten- do ser... Be CARLOS VAZ FERREIRA Muy interesante: abt podria publicar cada autor pasajes ele- vidas, extractos a resitmenes de sus mismos libros tinpresos, Lo que en alytin caso vesubtarta mejor a mis claro que ef libro; o, por lo menos, responderta & esa habitual pregunta: “pero, en resimens aque es ese fibro, qué sostione, qué quieve?”, de tam tos que nolo haw Co que to han) tetde, Entonces, log que quie- ven, tan @ buscar ef libro: las otros, no, con conoeiniento de crtuse, F uno mismo se hace sus “rosos selectos", su “deario”. Sow trabajos que hacen los demds, pera en que es justo que también uno colabore.. Y esa publicacién serta ta que se busearia para darse cuenta de quién os el autor. Y la que el autor remitiria para que lo conocieran, ¥ todo eso no serta “réclame”, sino’ algo bien ragonable y honrado, . Otro aspecto tadavta: et efecto sobre log imismos autores. Man- tener su espiritu a ta ves mis dgil » mds sincera, Excelente gimnasia, inteleclual y moral, ese trabajo continuo de. aclaracién, de correccién y rectificecién cn gw caso. Efecto andlogo de la costumbre de escribir las dudas; los mo- dos de no entender Cen lo que se pueda). : Hn cuanto a la no necesidad de “forma”, producivia bien y mal: segin las. casos; segitn los temperamentos. No se aprecia con seguridad qué predominaria; pero creo que el bien (porque, pudiéndose publicar y escribir de los dos mados, habria tenden~ cia a elegir cl més adecuado para coda caso y para’ cada tem peramento, No se olvide que no se trata de elegir entre los dos modos, de publicar, sino de elegir* entre disponer de uno solo, como hoy, o disponer de los dos. 'Y, si so quiere reflexionar bien en esta witima observactén y en todo sw alcance, y si se quiere todavia dmaginar bien endnto még gustartamos y utilisartamos hoy la. produccién de los es- VI FERMENTARIO critores anteriores, y no sélo de los geniales, sitios la hubievan dejado asi completada. . 4 eee ee ee El primer fasciculo inicial a que me he referido aparecié’ en enero de 1908 (1), y su forma de publicacién ejercié alguna in- fluencia (plan ideolégico o material de algunas publicaciones nittestras 0 espafiolas, posteriores) ; pero sin que se haya realizado propiamente mi idea. (En verdad, aquel mismo fascfculo sélo Ja realizaba plenamente’ en cuanto a su forma material, pues, en espiritu, se resentia cn parte de cierta artificiosidad literaria). Después, en varias épocas he procurado continuar aquella publica~ cién. Pero la vida no me dejd, Ta vida no me dejé. ¥ no sdlo por razones econémicas, Las de esta clase, que naturalmente seran ya en los casos comunes lag que mas obstaculicen la generalizacién de publicaciones como la que yo inteuté, fueron, e mi-caso personal, especialmente duras y graves, Pero, aunque limitada’ y diffcilmente, algo de lo que proyectaba hubiera podido .realizar si no hubieran actuado causas mas hondas. Lo intelectual ha sido en mi vida, y por mi temperamento, para m{ secundario. Fueron lo principal, anté todo, los afectos concretos: la familia, los seres queridos, Y no sé cémo, habiendo setitido tanto por ellos, y luchado tanto para ellos, hasta ejerciendo tna profesién para mi no yocacional, me han podido quedar energias para algo. mas, Y! después, toda~. via, en el ejercicio ‘de la ensefianza, y en los cargos publicos que en ella desempefié, todas mis aspiraciores intelectuales fuc~ “Conocimiento y accién. Hin los margenes de. L'Ex- Périence Religieuse de W. James. Sobre ef cardcter, Un paralogismo de actualidad. Psicogramas. Un libro futuro, Redcciones.’ Ciencia y Meta- fisica.? No tenia #itulo, porque Ja idea era que esa publicaclén de cade uno se denominara con el nombre dé su autor. Pero aparecieron inconve- nientes de librerfa, Por eso mismo doy. a esta obra un nombre con que” me habia acostumbrado a pensarla, CARLOS VAZ FERREIRA _ se aaeaasacana tenbm mete tne arene ses rou dominadas, y, para lo especulativo, casi esterilizadas, por el fervor de edugar, de hacer bien y de impedir mal (complicade ello todavia, y, en cuanto a fa eficacia, bien dificultado, por la inflexibilidad en ¢l mantenimiento de pureza moral rigurosa en la vida individual y civica), Asi como no puedo coneebir que al- guien tiya sufrido mas que yo, por ejemplo, por la enfermedad de un ser queride, tumpoco puedo creer que a alguien haya amar gado tanto el fracaso de wn proyecto fecundo o de tha inten- cién henéfica, Y cuando algunos buenos amigos y ex-disciputos, con ef propésite generoso de hacerme posible Ja produceién, ob- tuvieron para mi la ereacién de una cdtedra de conferencias, se me exucerhé todavia aquel propésito de educar y hacer bien: ne impuse, y resist{, el esfuerzo de dar una conferencia, o mis de una, cada semana, sobre temas siempre nuevos, soportanda so- lo por mucho tiempo el peso total de Ja ensefanza superior (no profesional) de mi pats: tratando toda clase de temas (apresura- damente, imperfectamente, como tenemos que actuar en estos me- dios: pero, silos que lo hacen gin darse cuenta de ello pueden ger grotescos, los que lo comprenden y reconocen pueden ser héroes), ¥ cuando, cdeapués do tantos afios, una enfermedad que parevié. fi- nal me obligé a jubilarme, y después, vuelto inesperadamente de ella, hubiera podido Consagrar ‘los ultimos a trabajo intelectual propiamente dicho, prefert solicitar mi cargo de fuevo; y se giles 5 De Ia parte de mis conferencias que se tomé taquigréficamen- te (casi todas por la colaboracién carifiosa de tna hija), tengo muchas “decenag de voliimenes inéditos, que nunca. podré revisar para su publicacién (porque he. de seguir preparando siempre conferencias nuevas), y que.-tampoco tendrla. medios materiales spara publicar, Tin cuanto a los verdaderos libros que concebs, no. podrépublicar ningunor al siquiera ‘cénclulr ’ al- gino como, por ejemplo, el relative. q'los problemas 'de ta li- bertad-y el detorminismo, en qe, hace treinta’afios, hice: distincio. neg.atn hoy: nuevas y aclars confusiones que’ ‘todavia persisten en el pensamiento: filoséfico, Ni esto eg. ‘vanidad, nly-si-viviera otra vez, harla otra ‘cosa que volver a & it to principal de mi vide VIII FERMENTARIO publica a la educacién cientifica, moral y civica de la juventud, Pero, para salvar algo, y una vez que esta publicacién ya no seré, posible tal como yo la concebia —ni, escrita retrospectivamente, tendria sentido—, intentaré, por lo menos, publicar algunos voliimenes supletorios: los primeros, con cosas antiguas: re producciones, fragmentos o restimenes de antiguas lecciones o conferencias;. y, en los que puedan seguir, fragmentos. o- re- samenes de. conferenciag mas recientes, planes o ideas para libros, correccién de los’ publicados; proyectos, actuaciin; — y, resumido en lo posible, un ideario que pueda contener algo de mig pensamientos y sentimientos actuales sobre las cuestio- neg especulativas y prActicas, Asi, pues, de este volumen inicial, casi todo es antiguo (1), y No todo ya mio, Hay muchos pasajes ctyos ejemplos se re~ tieren a estados cientificos o sociales pasados, to. que el lec- tor habré de tener en cuenta, Pero la direccién general de pensamiento y sentimierto es la que mi espiritu siguié, y hay quc publicar as{ parte de lo antiguo. Después, no sé cuanto me. quedar4 de tiempo y de salud para el trabajo de corregir, completar:y poner’ al dia, que me propongo intentar. Montevideo, abril de 1938. Carlos Vaz Ferreira. 1) Con et signs [O] » van setinlados lob pasajes de la publi injoinl de: 1908. que no’ entraron en. libros osteriores. ae OBRAS DE CARLOS VAZ FERREIRA: Tileas y observaciones. Carlos Vaz Torr Los problemas de la libertad. fa Lt. La exageracion y ef simplismo en Pedagogia. Moral para intelectuales, Logica viva. Sobre la propiedad de la tierra. Lecciones sobre Pedagogia y cuestiones de ense- flanaa, Le pragmatisme, Conocimicnto y acciin, Sobre la percepeidn métrica, Estudios pedagdgicos, Serie 1. Estudios pedagdgicos, Serie IT. Los concursos escolares. Tuforme sobre Enseflanza Secundaria, Sobre los problemas sociales, Sobre feminismo, éCudl es el signo moral de Ja inquietud humana? DE Po 8 G@ EN & RA Le 1 To B » A Elvira Raimondi de Vaz Ferreira, por quién, para mi, no todo “lo real fué dolor” y no todo. “lo ideal fué suefio”. neces ts fe] SOBRE EL “CARACTER” Si-por cardcter hemos de entender 1a subordina- cién rigurosa y habitual de los actos a lo que se cree bueno y deseable, dominando a cualquier otro mé- vil menos noble, es indudable que los hombres, cuan- do no se engafian tomando por caracter diversas formas de la violencia, de la obstinacién, de la de- clamacién o de la osadia, sdlo reconocen el caracter cuando se presenta ynido a tna inteligencia estre- cha, combinacié1 relativamente comtn, que da el ti- po vulgar de hombre, enérgico. En los casos, raros por lo demas, en que el carac- ter-tal como Io hemos definido esté combinadg con tma inteligencia ainplia y con una afectividad rica y delicada; se necesitaria tn examen menos super fi- cial que el de las masas para reconocerlo, Tarea in- teresante, digna de un buen psicdlogo concreto, la de describir la psicologia y 1a moral de este noble ti- po de hombres. Como no adapian sti conducta a fér- mutlag exageradas o simplistas, como saben distin-. guir y graduar, su accién parece vacilante e incon- secuiente ante. el examen grosero, porque no puede formularse con un esquema verbal: “opositor al go- 1 7 CARLOS VAZ FERREIRA bieruo’, “amigo de sus amigos”, “hombre que cum- ple ta ley sean cudies sean las consecuencias”, ete., ete; sin coutar los efectos de la dtuda real, ¢ indis- pensable, sello de la verdadera stiperioridad, A es- tos honibres selectos lus estt negada la “satisfaccién del deber cumplide”, en el sentido en que ta deseri- hen ciertas fieciones optimistas, a saber, como una alegria positivas Gsta la sientet, en todo caso, los cumplidores de deberes de espirita limitado; no los ids comprensivos, en quienes la perturban habitual- mente la misma duda, y 1a compasion — y el remor- dimiento, que ellas sienten. con nuts frecuencia que nadie, ‘ Si se estudia la aceiin de los hombres por la hue- Ha que deja, come en el midtodo grafico, -cl traza- do de la conducta del hombre de cardcter de tipo superior no es una linea rigida, como Ja de an me- canismo! acusa, sin perjuicio de la direecidn gene- val firme, por una vibracién constante, la duda, y, bor inflexiones, la piedad. t te h i HOMBRES DE PENSAMIENTO: ¥ HOMBRES DE ACCION Suele hablarse de hombres de pensamiento y de hombres de accién como en antitesis. Mas que antitesis, cs clase y grado. Los hom- bres de pensamiento son también hombres de accién, sélo que son ‘de mucha més accién. Si esto no se entiende es porque esa accién obra de otro modo. Un pedazo de radio contiene mucha mas energia que un pedazo de carbén. Sdlo que no da esa ener- gia echandolo al fogén de una locomotora o de unal cocina: la da de otro modo, (Naturalmente, hay hombres de pensamiento cuya accion es mala: peto porque era malo su pensatiien- to. También hay hombres de, accién cuya accién es mala; y son bastantes; y son los que-hacen mas dafio...) . PRAGMA'TTISMO DIt LA SINCERIDAD Creer saber sdlo lo que se sabe; dudar de lo du- doso; saber que no se sabe, o que se sabe mal en su caso, ele, (sinecros hasta con nuestros ideales y bas- ta con nuestras esperanzas), no sdlo es lo més ver- daderd — on verdad subjetiva: en sinceridad interior -— y no solo es lo mas limpie y puro, sine que es pragmiticamente lo mejor (a pesar de cierla apa- rente Logica), Lay que ahondar psicolégicamente pa- ra explicarse por qué esos hombres tienden a ser mas buenos y mas morales de hecho, aun sin ¢l temor, aim sin In esperanza conereta. .. Lis que, libres, la razon y la afectividad se conser- van mis sensibles: erece, en lugar de embotarse, su sensibilidad, desde Inego para la verdad, que ya comprende justicia y bondad, y directamente para Ja bondad misma, La libertad de todas las funciones espirituales es la que mantiene stt seusililidad, Y creo —creo— que esto ha de ser lo mejor hasta para las posibilidades trascendentes de perfeccionamiento o salvacién, (¥ sino lo fuera, yo no podria comprar posibili- dades trascendentes por ese precio...) 4 . ‘ PRINCIPIOS : : “Principios” parece optiesto a lo practico, Y la oposicién, muchas veces, es real (y hasta el contras- te da efectos cémicos, como en aquel médico que pre- feria salvar principios'a salvar enfermos...), Mntre tanto, el signo esencial de la elevacién de pensamiento es tener en cuenta principios, y sacrifi- car a ellos éxito, resultados inmediatos o aparen- tes, ete. : Hay, pues, algo que aclarar ahi. Y es que hay principios convertibles y principios inconvertibles. Principios en el buen sentido, son los convertibles. Principios son pensamiento a crédito. Son formulaciones que condensan experiencia, que condensan previsidn, comprendiendo resultados po- co-visibles, resultados remotos, y sobre todo ese con- junto de efectos que son imprevisibles en su deter- minacién concreta pero cuyo signo y cuyo valor se pugden prever por una especie de anticipacién racio- nalizable o intuitiva. Entonces son principios convertibles. sos “prin- cipios” a cuya persistencia (“pereat...”) sacrifica- . 5 CARLOS VAZ FRERRIIRA ban las almas heroicas los resultados inmediatos y el éxito aparente, La “justicia’, Ja “libertad”, son principios con- vertibles, Aun en los casos en que las consecuencias de mas facil observacion o las consccuencias a mas Iveve plazo, Tas consecuencias a crédito mas corto, presenter un balance desfavorable a esos principios, el balance es favorable si se hacen entrar el crédito largo y el crédito imprevisible. . Y aun ctando Ja previsién no pueda. hacerse com- creta en sts detalles, se pueden explicar las conse- cuencias, p. ej, de lo Juste y-de lo injusto, de ma- nera yue pueda percibirse, aunque sea con intuicién de experiencia, que lo que se opone en estos casos, no son formulaciones verbalés o estados. dé concien- cia vagtas a consecuencias practicas, sino mis y me- jores consecuencias pricticas a menos y peores. ‘También la moral entera como disciplina norma- tiva es tm conjunto de -principios; y la moral bien hhecha ha de ser un conjunto de principios converti- bles: efecto remoto y general de los actos “buenos” y ‘“tmalos”. : Y. asi como el crédito es lo mas provechoso o lo mas dafioso en lo econdmico segtin. las posibilidades ‘de conversién, asi también el pensar por, principios , es lo mas fectndo o lo mas vano del pensamiento se- gin que se trate de principios convertibles o incon- vertibles. ©. i . so Ahora, los principios son inconvertibles o por fal- sos © por no concretables: la moneda ilegitima del ‘6 i } FERMENTARIO pensamiento es de mala ley o por falsedad o por va- guedad. Nota, a propdsito de los principios morales: La dificultad maxima que ofrece el establecimiento de la moral es la de dar forma a sus principios, porque para hacer de Ja moral tna disciplina pragmatica (iambién para hacer de ella materia pedagégica), es necesario formar clases de actos. Hay que preceptuar por clases de actos (verdad, mentira, caridad, justicia, tolerancia, etc.). Y como los casos particulares son tan distintos, si se hace la clasificacién de actos con un cierto grado de gene- ralidad, en las clases de “actos buenos” quedan com- prendidos algunos malos (p. ej. una clase de ac- tos como los de veracidad, admitiria excepciones: ha- bria-casos, como algunos de piedad, en que la ver- dad no seria buena). _ De aqui resulta una dificultad especialisima de la ciencia normativa moral, que es la de determinar el grado dé generalidad que conviene dar a sus prin- cipios. . Una clasificacién muy general, deja demasiadas excepciones., Sise trata de especializar mas, siempre clasificando, caemos en la casuistica, con toda su inferioridad hasta pragméatica, Y si se quiere, enton- ces, prescindir de toda clasificacién, y fundar una moral solo por el fin buscado, caemos en otra for- ma de disolucién de la moral que es la. justificacién de todos los medios por sus fines. \. 7 CARLO VAZ FERREIRA R i, la moral pragnidtica y pedagdgica es una es- pecie de ciencia en griteso, de ciencia de promedio y de predominancia, sea que se la base en mandamien- tos o en preceptos trascencentes, sea que se pretenda hasarla més cientificamente en fa relacién natural de ciertas clases de actos con ciertas clases de. con- secnencias. Yo nunca he podido tedricamente resolver de ma- nera bien satisfactoria esto; pero tendo a resolver- lo —o en todo caso a conformarme— por esta via: Que la dificultad es solo pedagdgica (para reducir a formulas la moral, y pata eusefiarla); pero que, en sf mismo, el problema se disuelve al perfeccionar- s¢ en cada uno la moral individual. MI perfeccionamiento del individuo conereto no lo Neva a la casuistica, preceptiva pulverizada, No: A lo que se Mega por ef perfeccionamicnto moral, ¢s al sentimiento de cada acto, y al juicio de cada ac- to; pero, éste, con criterio completo, o sea teniendo en cuenta (para lo cual s¢ necesita una complenentacién por intuicién de experiencia) no solamente los resul- tados inmediatos visibles o facilmente previsibles o previsihles coneretamente, sino todos los. resultados. Quiero decir lo siguiente: Los “utilitaristas empiricos” aconsejaban exa- — minar cada acto teniendo en cuenta las conse- cuencias favorables o no, p. ej. pata cl placer © para la utilidad, Una moral “cientifica”, “co- mo la de Spencer, combatid esa conside racion de actos en particular, y vino a preconizar principios, o sea la divisién de actos en clases tales que los actos 8 FERMENTARIO de determinadas clases deban traer como consectien- cia p. ej, el aumento en el bienestar de los hom- bres, y ef progreso, en tanto que los actos de otras determinadas clases deben traer como consectiencia natural, aunque no aparezca como previsible en ca~ da caso, la disminucién del placer y la obstaculizacion del progreso: Los actos de las primeras’ clases se- ran los “buenos”; los de las segundas, los “malos”. Pero aun‘en esa forma cientifica en que se quiere precisar la moral, tropezamos con aquella dificul- tad: Qué es un acto? O mejor dicho: ¢Con qué grado de generalidad debemos establecer las clases de actos? Si se da muicha generalidad, es muy grande el niimero de excepciones. : Si se va djsminuyendo la generalidad, caemos et la casuistica, sin resolver por eso cl problema. En realidad, esos principios, que en moral son clasificaciones de actos, sirven de auxiliar indispen- sable para la ensefianza de la moral y para su influen- cia pragniitica, y. también para el ejercicio de Ja mo- ral individual, mientras el andlisis hondo que se hace a la vez con Ia razon y con el sentimiento no nos ha hecho sobrepasarlos. Cuando los sobrepasamos, se llega, sin duda, a la apreciacién de cada acto (0 sentimiento, etc.) (cada uno es distinto, nuevo.y unico). Pero esa apre- ejacién de cada‘acto no se hace con el criterio es- trecho de los empiricos, sino con un criterio com- pleto: no solamente a base de las cofisecucnicias pre- visibles directamente en ese caso, sino comprendien- ' 9 CARLOS VA FERREIRA do todas las consecuencias imprevisibles en especie conerela, pero. previsibles en valor y en direccién (signo moral), para lo cnal se necesitan intuiciin de experiencia y sentimiento, Y. entonees lo que vet rre es que la moral cn ese estado superiorizade no puede ya formularse ad docendui, wi trasmitirse con cficacia pragniitien; pero cuando en tn es oe rit se disnelven de esa manera los principios “ts teoricamente, porque los sobrepasd, y, practicamen- te, poryue ya no lus necesita, : 10 IDEAL DE EXCITACION & IDEAL DE SATISFACCION Tin lo social, en lo humano, es fundamental la per- sonalidad, y lo conexo: jndividualidades ; lucha, con victorias y caidas; esfucrzo, excitacion, La humani- . dad se humanizd y se hiperhumaniza por excitacion: el progreso se hace castigando la especie. - ‘Ahora, eso es demasiado doloroso, duro; y, ade- mas, no se sabe si responde a una realidad final. TEntonces viene el otro ideal, el ideal de satisfac- ‘clon: asegurar algo, no dejar caer demasiado, igua- lar hasta un cierto grado: un minimum de igual- dad, de seguridad y de felicidad. En ese cardcter y grado, como .complementario del otro, ese ideal es tan legitimo como indispensable; pero nunca’ hay que olvidar que no es el nico. (Suele ser lo que sé olvida en “socialismo’’). 11 FALSAS ANTTTESIS HN LO MORAT, Pata una creencia corriente, entre pensamiento y sentimiento hay antitesis @ incompatibilidad psico- logica, Nada mis inexacto: de hecho, psicolégica- mente, no existe tal antitesis, [xisten personas en que el pensamiento es mds fuerte que el sentimiento . y personas en que el sentimiento es més fuerte que el pensaniicnto; personas en que uno y otro son dé hiles; personas en que noe y otro son fuertes. Pero el hecho real en psicologia y en vida ‘bien observa- das es que la razin que se tenga tiende a reforzar y no a disminuir el sentimiento que se tenga. Hay otra antitesis para la opinién corriente, 0 sea la antitesis entre pensamiento y accién, sta tie~ ne una hase de psicologia de hecho; pero muy mal interpretada, Ign el caso anterior, no es cierto que el pensamiento tienda nunca a disminuir el sentimien- to, Hn este otro caso, es, si, cierto que en determina- das condiciones o casos el pensamiento tiende a in- hibir accion, pero generalmente a inhibir accién ma- la o desarreglada; de manera que si bien cl pensa- micnto tiende a disminuir la suma total de accidn, 12 FERMENTARIO a disminuir la accién en bruto, tiende a aumentar la accion buena. Ahora, eso si: es mty fAcil declamar contra la razon, porque se cuenta con ella, consciente 0 in- jentemente. / Se contia en ella, en su “milagto continuo” : Agi como, segtin ciertos tedlogos, Dios realizaria un milagro continuo, manteniendo el mundo, volvién- dolo a crear en cierto sentido en cada momento, la razén realiza positivamente un milagro andlogo en el mundo moral y social. En cuanto cediera, en cuar to la razn se aflojara, se desencadenaria la accion mala y desarreglada. Pero se siente que no va a ceder y se cuenta con ella. . . En verdad, la relacién de la razon con la accion (buena) y con la misma bondad, es como la del a= dio a’ sus: emanaciones: una grat condensacion que permite dar una energia desproporcionada, en ¢mi- sién practicamente continua. ; » Y nuestro espiritu instintivamente lo siente, ¢Por qué hiere tanto a todas las almas bien hechas la in- justicia? Porque la injusticia, ademas del elemento sufrimiento o dolor, contiene otro eletnento racio- nal, un aspecto de légica vulnerada. 13 : CUERTA INGENUIDAD DItT, MAT, Las. libros “morales, de intenciin mis o menos perlagdgien © pragmiaitica, son a menudo ingenuos. Vso, todos lo sienten y Jo entienden. Pero los libros, y en general ef arte, que se relaciona con et mal con el vicio, con ef pecacdos en fa misma vida, tan. hign, lo que se relaciona con el mal y con el vieio sttele ser tan ingenuo, a veces mas ingenuo todavia, Salo que, eso, casi nadie Jo siente. Esté al aleance ie euler la sensaciin de ingenuidad de los li- wos moralizantes, .pedagdgicos y optimistas: perc hay sensacién ine iifiell que Ae ‘pereibie nap nm x i » Supon- gamos, que los libros de wa J. Lorrain son tan in- genuos como los de unssmiles, Un joven, por ejem- plo, no tendra esa sensacién Se'la adytiiere después, con la vida. Ixplicarla, no s¢ puede. a: “14 “CRISIS MORALES (1) Comparando los hombres de pensamiento. libre con los hombres de creencias fijas, parece a los su- perficiales que los primeros habrin de tender a set menos morales, no sdlo por carecer de fdrmulas sino por el hecho de que pasan crisis, de que sti des- arrollo mental no es seguro y sereno: dudan, vaci- lan, sufren: A veces toda su vida es una crisis. Pero si se sabe observar se mota que esas crisis son racionales y afectivas, pero no morales. Que esas crisis, aunque parezcan comprometer los fun- damentos racionales de la moral, no comprometen, en esa clase de hombres, la moralidad efectiva, la moralidad de acto. Mas! que la excitan, y que la mejoran. ‘Los hombres de creencias fijas, que no tienen cri- sis, en la accién tienen mas bien tendencia a valer menos: es asi de hecho, —hecho de observacion, aunque no todos sepan observarlo, porque se van por razonamientos, por teorias o por prédica, — (1) Para “Moral Viva”. c . 15 CARLOS VAZ FERRIIRA Pero no sdlo se abserva eso, sino que tal vez se puede explicar: ef mismo hecho de no tener crisis de no experimentar dudas, dolor moral, actusa y prucha deficiencia de sensibilidad y ausencia de es Tuerzo de auto-superacin, 16 MORALIZADORES (1) Me refiero en mi “Moral para Intelectuales” a Ja relacién entre la manera de moralizar ’y la con- ducta, comparando dos tipos de hombres a globos de los cuales, tnos subieran- sin barquilla y otros con ella, El gloho que sube sin barquilla —digo alli— subira muy alto, sin que eso tenga valor ninguno, porque deja el peso en e] suelo. Lo que tiene valor es subir todo lo que se pueda, levantando la carga; que la moral se cleve todo lo alto posible, levantan- do la conducta. Pero eso es grueso. Habria que poder explicar lo mismo refiriéndonos, no ya a actos, sino a po~ sibilidades, Es algo —por cierto mas sutil para en- tenderlo— de tina verdad psicolégica profunda, Ya en fa manera de moralizar. de ciertos hombres, se reconoce que sus propésitos, sus frases y sus dis- cursos, lo que tal vez ellos mismos créen sus sen- timientos, no se relacionan. con. posibilidades de actos. Tin tanto que hay otra manera de moralizar (1) Para’ “Moral “Viva”, : : 17 CARLOS VAZ FERREIRA en que se siente que el que habla maneja una masa densa de posibilidades; tiene que luchar contra la resistencia de algo, que son tas dificultades de la accion ya coneehida ¢ intaida, Cuando se ba vivido mucho se adquiere ta es- pecie de instinto que permite distinguir esas” dos clases de moralizadores, Fucra de dicho instinto, no hay criterio intelectual, fsgicos por ands que suelen tlelatar alos espirilus del primer Cipo Ta, excesiva facilidad con que tesuclven generalmente los pro- hlemas morales, y su afician demasiado exclusiva a Jos ideales muy sublimados y abstractos, , 18 i : SOBRE CONCIENCIA MORAL (1) Que el remordimiento no es inseparable de la in- moralidad, ni proporcional a la inmoralidad (de la persona o de sus actos), se ha obsetvado y se ha escrito. Pero existen todavia otros errores y hasta ciertas mistificaciones a propdésito de la conciencia moral. P, ej. % creer, o hacer creer, o hacerse creer, que la tranquilidad de conciencia existe naturalmen- te en los buenos, que es normal en ellos, y hasta que es como un criterio o medida de su stiperioridad moral. Aqui hay una mezcla, de error y de misti- ficacién; de esa mistificacion pedagdgica en que & veers es tan dificil discernir la parte de sinceridad y la parte de hipocrésia (mas o menos inconsciente). Poder vivir-con la conciencia tranquila, lejos de “constituir ctiterio de superioridad moral, indica nor- malmente ‘alguna’ inferioridad : ordinariamente, in- sensibilidad (salvo ciértos casos de gran simplici- dad mental; en es caso la inferioridad seria inte- lectual). (1) Para “Moral Viva’) ee 19 CARLOS VAZ FERREIRA, Y por mis de una causa: Hn primer tngar, la opeidn, Gu come la presentan a nuestra geluacion las circunslancias reales de la vida. es ordinariamente ealve aetos o reglas de eon- dueta que conticnen cada una aytin mal, Sélo en excepeionales casos, de los de la vida real, se pre- sent la opeidn entre una conducta buena y una oe arias conduetas malas. [in todo caso os muy fre- cuente que Ta opeién silo se nos presente entre ac tos que enon todos algo de mato, y de los cuntes, si puede decirse que uno es mejor que los otros, ¢s silo porque produce o contiene menor mal, HMntonees, aun en ta vida del hombre més clevado y puro, hay mal realizado, daiie etusado, dolor pro- ducido, Y aunque kigicamente, intelectualmente, eso no debicra dar lugar al stfrintiento y menos a re mordimignta, de hecho, en ef hombre sensible, tos, produce, Ademis, bay fa dada moral, Aun suponiende an, hombre que hubiera resuelto todas las dificultades morales de su vida, diriamos, objetivamente bien, si su organizacién moral psicoldgica es elevada, tie- ne la duda: duda moral sobre el pasado, en el pre« sente y para el futuro, Ahora bien: duda uoral, es sufrimiento, Y es también intranquilidad de. concien- cia, Y' la falta de duda moral, salvo tna gran sim- plicidad mental, no es criterio: de superioridad sino de inferioridad.’ La ilusién puede producirse de afuera también, como sobre ciertos tipos histéricos, en los cuales, sin embargo, aun suponiendo que hayan tenido la 20 FERMENTARIO tranquilidad de conciencia que aparentan en las bio- grafias o que los historiadores. han supuesto en ellos, encontramos todavia, y hasta en los mas altos, al. guna insensibilidad o algtma deficiencia, Para ir lo mas arriba posible: &i Marco Aurelio, p. ej., tenia la tranquilidad de conciencia que resulta de sts Me- morias, aun en él sentimos como tna deficiencia, como una insensibilidad de alma en un hombre res- ponsable p. ej. de las persecuciones y matanzas de cristianos. (La insensibilidad a que me refiero se- ria doble: insensibilidad al mal realmente hecho, ¢ insensibilidad a Jos escripulos y a la duda moral): Otro estado u otra actitud absurda en to relativo a “conciencia moral” es el pretender coisolar con lo de la tranquilidad de conciencia: consolar aut hom- bre en ciretnstancias particulares, o consolar en ge- neral al alma humana del mal, de la injusticia, del dolor. P. ej. un funcionario, un hombre de ace cién que ha realizado una obra buena y a quien se Ja destruyen, sufre: siente y sufre porque amaba esa obra, no por vanidad (o no tanto por vanidad), sino porque hacia bien. Entonces, pretender conso- ‘Jarlo con la tranquilidad de conciencia, seria. tan ab- surdo como si a un padre que ha perdido un hijo .se lo pretendiera consolar recordandole que hizo to- do lo posible; que llamé médico a tiempo, presto todos. los cuidados, etc. +» é Es claro que mds aun sufriria si no lo hubiese hecho; pero eso és lo tinico que tiene que ver con e! dolor fa “conciencia tranquila”’, 21 CARLOS VAZ FERRETRA YY sobre esa hase se organizan cierlas mistificacio- nes pedagogieas, ds o menos bien intencionadas, pero de efectos en ct fondo contraproducentes, ann desde el punto de vista pragntiticn, Ts precisamen- te ese ol aspecto antipatico de cierta clase de libros que, al predicar la verdad y Ta justicia, aseguran la felicidad como tu premio autonviticn, (haftil nom- rar antores que se sustilizyen tnos por Otros; pe- ro Ta tendeneia es siempre fa mis), Laos que puc- den escribir esa clase de bros, o son insensibles o fingen: © no sienten ¢l dolor del mal. inevitable, de

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