Siete horas y no llegas. El ding-dong suena las diez. Mi mirada
impaciente te busca entre vanas miradas, ojos insensibles, rostros presurosos que suben y bajan. La ventana se eclipsa con llanto del cielo. Un poco ms,.jaj!!!, s que vendrs, siempre llegas, presiento tu cercana. Once campanadas, presuroso entras, besas mi frente, tu rostro humedecido y fro moja mis mejillas al darme un beso, acaricias con ternura mi mentn, mientras doy calor a tu cara con mis manos tibias, las tomas y se cobijan, un sutil apretn por disculpa, un cruce de sonrisas que se encuentran con angelical vehemencia. La sinfona de la lluvia, tu y yo, y un caf servido para dos!!!,embriagante aroma de este encantador momento. Azulejos Tibisay Amrica