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y ain un fenotipo para el individao, que lo hace biolégicamente descendiente de sus progenitozes. Pero para el antropélogo, adr ids de esta herencin paramente somstica, hay ocra herencia mu- tho mas importante, ia de fa cultura, La’ cultura es aquello que recibimos de nuestres antepasides y que por otra parte transm fimos # nucsteos descendientes. La cultura es una estructura sity bélica que se conforma principalmente como un Ienguajc s sin el lenguaje no existe el hombre. Un sordomudo que no alcance a aprender a hablar cs un idiota congénito. La cultura es un algo recibido que nos transmite no solo un fenguaje, sino unas i: tunos valores y las pautas de nuestra conducta, que nos transmi- te lormas de actuar en momentos determinados, que mos permi- to tener que vive or experiencia un probleia, sing aprender soluciones en base a la experiencia de otros para. poderlas aph- car oportunamente, Segiin la zona cultural en que nazeamos p> fenecemos 2 una. ofta religién; nosotros, que no dudaremos nt ‘un momento en Iamamnos catblicos, dada la inmensa mayor! ce telica que conforma nuestra cultura, podremos tener grandes dudas de que si pertenecetiamos a la religiSn catdlica de haber nacido en otra cultura, como con seguridad sucederia si por ejem- plo hubidsemos nacido cn la India. Ahora bien, esta horencia Cultural que recibimos es un lenguaje simbélico, es una manera de pensar, mis ain, es el Gnico potencial para pensar y este nos es dado por la cultura, Ast, seria absurdo querer prescindir del hhecho biogenético para explicar al_hombre, pero. mucho més absurdo ain seria querer prescindir de esta herencia cultural, hacer nso cmiso de ella, creer que solo nuestra cultura tiene valor y que podemos interpretar el deber ser de log otros y atin el ser Ge les otros sein Is ISxmolas de nuestro deber ser ext tur En muchas ocasiones, misioneros y antropélogos coinciden cen of campo del camdio cultural, La antropologia busca conocer ‘cémo cambia 1a mente y les costumbres de un pueblo, busca co- hocer cual es Ja dindmiea de este cambio, cémo se produce, por qué se produce y euindo sc produce, Smo se ditige, cémo se ‘antiene y también a veces en el campo de la antropotogta apli cada cémo puede producirse un cambio coa Ia menor desorgani ‘acién posible para quienes vayan a scr receptores y actores 0 uted eee ao aoe Some Separada la economia de Ia regi del parentesco, no tenemos més que p De hecho, lo importante es la total co: senta la cultura. La cultura es un organ infiuir sobre un sector sin estar a la 1 los demés. Pensar que el cambio que pc cultura es simplemente religioso, es tan que al ser orginico se le podrian cambi: como e! cerebro por otro, para que sig amputacién de esta parte; y aun en est tan solo de un érgano, al margen de | son sw contenido esencal Al misionero, de hecho, (conscien que est ejerciendo) debemas considera fesional ce cambio social. Su accidn s¢ sobre una esiructura reigiosa, pero act Jos demas arpectos de ta cultura de ag baja. Hay dos formas de arreglar un 1 rar; nuestra primera tentacién antitén del aparato para ver si vuelve a funci veces aconsece); pero en definitiva, la ‘enviar el radio a un téenico que conozea ‘est [a fella, porque él conoce toda Ia es rato. Los resultados de ta investigacién « nos parecen indicar que se actia més co el radio para ver si suena, que con Ja zat en base al conocimiento de la esteuc sobre Tas que se quiere y est actuando El misionero a veces realiza invest locales. En estos casos obtenemos de él bulatios, en algunas ocasiones va més al uta material y otras veces publica alge ligiosa. Si_queremos ser_sinceros, com: decir que siempre consideramos (0 par siempre consideramos que este tipo de i teresa recoger, (ya que en el fondo con de informacién para el antropSlogo) pre cae onet stamnret svmanfisal cultura que desaparecerin tan pronto como el agente. de cambio se haya retirado de ella o su influencia-no siga persistiendo? ‘Creemos que la experiencia de los misioneras es muy co vincente al respecto, al menos asi lo demvestran las ciftas. La accidn misional no ¢s tan profunda como el misionero desea, y en el fondo la mayorfa de los misioneros reconocen. que como fgentes de cambio es poco lo que obtienen si se compara con el sac fcio enorme que representa su trabajo. Ahora bien: Por {qué no se produce ese cambio?; Por qué ese cambio no es pet manente y- profundo?; Y por qué después de cuatro siglos. y medio ds conversibn, encontramos estructuras culturales todavia netradas por un cristianismo verdadero? La respuesta para €l antropologo es sencilla: porque solo se actus sobre una parte del organismo social; o bien porsjue, atin en las ocasiones en que se aleanaé 2 destruir una culuura, y cuando decimos desteuir qui re dec anular al recuezdo y Ia memoria ave Jes gents de was cculturas tenian de sus propios contextos, solo se sustituyeron por fotos, que casi no tienen elementos de contenido en los que puedaa intograrse las personas sometidas al cambio. Sea suficien- te pensar en Ia estructura familiar no catélica, predominant en Latinoamérica Quienes conscientemente estén actuando en cl campo del cambio cultural, y en especial, quicnes tienen gn profundo sen- tide de la significacién de este cambio como es el caso para el imisionero, deben evitar que el cambio que producen signifique simplemente In desorganizacién social y cultural, Deben evitar que el cambio que introduzcan suponga la mucrte de ta cultura ¥deben tener clara conciencia de la alta responsabilidad que asi- iieron, Su responsabilidad ex mucho mayor que la del eiryjano cuando opera, porgie el cirujano solo opera a una persona des- pués de que conoce ai detalle toda la organizacién estructural de! uerpo; nosotros no estariamos dispoestos a dejarnos operar por alguien que solo supiera de una parte del cuerpo y se sintiese capaz de actuar sobre ela La investigacion que se ha realizado, a pesar de tener un carieter pilote, nos confirma algo que aparentemente todos in- tuimos. Para los misioneras no existe ningune duda respecto Ja misiin por curplir, Casi sin excepcién todos tienen una seguri- dad absoluta en los tétminos religiosos abstractos y en el dogma, pote. simultineamente manifiestan gran inquietud ¢ inseguridad fn términos de cémo teansformar en acttudes peéticas Ja Ibor Es suficlente que nos preguntemos, eusntos seguros en absoluto de que su trabajo no necesit Como antropSlogos estamos en pleno acue: bras de Pio XIT cuando dijo: “La Iglesia ha pr desde sus origencs hasta nuestros tiempos, seg tisima norma de que el Evangel jamas destr de cuanto las diversas razas que lo abrazan ha p no, honesto y hermoso, conforme a sus caracte ingenio, En efecto, cuando la Iglesia va elevan; una civilizacién mis alta y a une vide més cu la Religisn Cristiana, no procede como quien truye sin método una selva exuberante, sino quien va renovande con injertos buenos los érbe modo que lleguen a producir y sazonar en su di ves y dulees (Huangelii Praecones, 87)” ‘Fal vex este lenguaje, profundamente ceok al ser interpretado por el antropélogo presente nes con respecto a Ta inierpreracion que le dt misionero, fal vez cl antropélogo cuando lee: ti anafe nada de cuanto las diversas razas que I ducido” esté absolutamente de acuerdo, Pero ‘mente vienea unas calilicaciones de valor: “Cu ido de bueno, honesto y hermoso conforme a cas y peculiar ingenio”, ‘realmente l_antropél profundamente qué significa para él “bueno, h 50" porque ereemos que lo que toda cultura fs sincera, y es estructurada, es bucno pata su nesto para sus hombres y es hermoso pari su auc, “ests otros tenen sus propio cites cequivocados desde un punto de vista nctament ‘riterios al fin, que a pesar de todo operan de Dropi sain’ cultural. Porgug toda clr, sea y qué tan primitiva sea, detesta lo que’ Y lo que es deshonesto para los suyos, como de sceptar parte de sa herencia coleural futusa He bi muesto problema, yes un prc que tal vez el antropilogo introduce un titer os funcional y operative desde el punto Posiblemente el misioncto manifics social estin desempefiando; qué funcién camplen; por qué estas gentes crcen en ellos; qué régimen de seguridad fundan esta ereencia; por qué actian de tal o cual manera; qué es lo que gbtienen como compensacién al bacerlo asi. Pasar por alto aque- Ilo que es extravagante, © peor atin, tratar de desarraigarlo sim- plemente porque nos parece que no corresponde a una légica tomo lade nuestra cultura, significa olvidar ch principio ‘sen al de Ia antropologia, y més atin del verdadero cristianismo que presupone ante todo el respeto por los ottos y estos otros, cquivocadas © no, tienen siempre un derecho. minimo a nuestro respeto por su propia dignidad. Nosotros solo podemos actuar fn cuanto seamos capaces de poderlos comprendet y Inego tzaas- format en actores de su propio cambio y no solo en tazén de nuestro cambio impuesto porque estamos seguros de la verdad. Casi todos los problemas humanos se tratlucen en algo tan sencillo como un proceso de entendimiento, que. significa archi= var datos, y un proceso de comunicacin que signitica compar. tirlos con otros. Pero ese mismo proceso que puede ser simple dentro de una cultura, tendré una problemitica y un defeco general cuando queramos aplicarlo a una cultura cuyo contexto 5 esenciel 0 simplemente diferente. Transmitir algo a alguien, no se reduce ‘iniea y exclusive mente a hacer que este algo o este alguien opere de una ma neta automitica y sin sentido, y que todo se limite a repetit este algo con carencia de sentido. La verdadera comunicacidn inter- cultural, supone no solo que nosotros seamos capaces de com prender’a los nativos (que ya es un 50% ganado}, sino que los nativos sean capaces de comprendernos a nosotros, que entien- dan qué es. y significa nuestro pensamiento. Porque solo asf podré asimilarlo, solo asi pode hacerlo suyo, solo ast Hlegaté. a aprehender y aprender esto que nosotros queremos transmit. Porque si esto no sucede, tal vex nosotros conseguiremos tinica y exclusivamente grabar en su memoria Grmulas lingtisticas, ‘racioncs aprendidas, o actitudes mis 0 menos rituales exteafas al nativo; pero de aqui a que sean profundamente suyas, todo misionero sabe cudnta distancia hay, y tiene una gran experien- ‘ia para descubrir que Ia mayor problemitica se halla en este campo, Consciente de esta situacidn, volvemos a insistir nuevamen: te en el hecho de que todo contacto intercaltural exige un pleno conocimiento; y que este conocimiento no se obtiene dnicamen- te en términos de una misiologta, como tampoco se obtiene tini camente en tétminos de una antropologfa cientifica. Fste ele mento cultural aparentemente exttaio que nos presenta el ne 134 tivo, no es explicable sinic teoldzico, como tampoco lo minos de un lenguaje_ ante set, Si queremos operar en Fo que nuestro lenguaje te tivo; de la misma manera peda comprender nue fundamentos l6gicos. Si esto sucede, s¢ enti quece ef aniropslogo; se ent todos aquellos que tengan ¢ municacién. Porque solo a tr pleta es posib'e el entendim pués de ese entendimiento, Aérminos que no sigoifique s tente, que en definitiva es Hoy dia, gracias al gra cada, todas las. situaciones foco’indiscutible de atencté antropologia aplicada;, se co rediceién del cambio: y sol ificado para resolver proble cidn sobre culturas diferent las experiencias y los result do se opens ca términos ci Cuando ta misién se pla bre y por lo mismo la cond da por el conocimiento de st se enfrenta al proceso de una. determinada_expansién condiciones precisas, y en I cl orgenismo que mantiene y sobre ef cual el misionero ‘Creemos_ innecesario di mero fos problemas del hor ane vive y ala que se dese parte de la problemética a puede ser cuestién de un en 1 la dignidad dc! hombre la salvacién det individuos mer plano, © que podsta’ ci de la comunidad constituyes idm mi Para el antropélogo la « ‘componentes orginicos. com puede set visto cinica y exclusivamente desde el exterior y que folo puede ser comprendido y realmente modelado si existe la fapacidad de ver las culturas autéctonas 0 indigenas desde su ids {intima intetioridad. La misién que planca cl futuro de una gomunided y con ella el cambio de esta comunidad en todos us aspectos oninicos, no puede pensar que sex suficiente cl ambio en solo algonos aspectos, por importantes que estos set se trate de la moral o los principios ce In verdadera religidn Toco problems de plancacién cultural supone entrar en re- acid con las metas humanas del grupo al cual se quiete atectar y emtonces el hombre, su personalidad, ta comunidad y su cul Tura, constituyen una’ totalidad que no puede disectarse para operat solo en unos cuantos campos sin modificar el contexto total de este organismo, Desde un punto de vista netamente antropolsgico, ereemos que existe Ja necesidad urgente de plantearnos una verdaders Hlosofia funcional de Ta cultura, que abarque los conocimien-os de los antropélogos y otros cientficos de la sociedad hoy atin cextensamente discutidos pero que en realidad son los vinicos que hnos petmiten tener plena contiencia de la fuerea ce Jas ideas cargadas del contenido cultural y emocional. Los hallazgos de la antropologia nos confirman tembign que solo euands operamos sobre fas culturas con sentido reolista, (y realista quicre decit en colaboracién con el misionero) tendtemos posbilidad de ac tuat para beneficio del grupo; y cuando menos, tendremos una clara conciencia de qué perjuicios o beneficios podemos causa. Problemitica de “las otras culturas”” La situacién actual que enfrentan el misionero y el anteo- pélogo, ast como Ia sociedad toda de nuestro mundo, puede de- Bisse como "Yel momento histérico del cambio cultural pla En el pasado sc produjeron grandes cambios; Ia invasién, la sum'sién, el exterminjo, fvzron los principales mecanismos. Hoy, superada la etapa colonial sta y emergente 1a independencia de ‘nurcrosos pueblos, nos hallamos en otro escenario y nos corves. pone representer y vivir otro drama Las ideologias y las tradiciones cutturales de Occidente han fracasado demasiadas veces. Nos queda una confianza en que nuestra aptitud cientifiea y nuestras tltimas técnicas puedan apor tar stficientes elementos correctivos. 136 Somos més pr “otras caltoras”: pe solo después de ana las. muestras resultat Para el antropé fleja parte de la crea de pueblos poco co ensefiamos ona. gran propias Timieaciones suerte, misioneros. y través de estos pueb mds amplias pata 10 permitan Hevar 2 cal nos a reconocer y d lores, sino pree‘sam humanidad y que se res, sino a veces mi pueblos primitivos. ayudamos a reconoce yrevdn gran potencia f veces con cierto d como primitivas, En su altima que la de accién de legica de una detern la capacidad de eal el mantenimiento de social histériea, de. ¢ sumacién de un cick subsecuentes, En ba cimiento de los siste pos, como parte de ef espacio coma en ¢ mitirdn descubrit 6 y, c6mo, Ia. planeaci debe orientarse. en sean diferentes los g Solo cuando et ocimiento antropol de una determinada ministracién de sus sigido de dinémica q solo en este momen inducit nuevas meta aquellos individuos y Si entendemos la accién misional como un proceso de pla- neacién debemos comprender que sus realizaciones consisten en encontrar los mnedios en los elementos tradicionales de la cultu- 1a nativa, gracias a [os cuales se pueda levar a cabo, con un rminimo de tensién para los miembros de la comunidad y de sus insvituciones y siempre partiendo del punto de vista de In uni- dad “cultura-personalidad” que con seguridad es diferente y no coincide con nuestras formulactones occidentales, La misién se enfrenta a una tarea formidable, como bien Yo saben los misioneros que han tratade de realizar con éxito tana accion social a nivel de una comunidad especttica y local E] primer paso, la tarea principal del misionero, es por to tanto el desarrollo de un esquema adecuado de lo que se propone rea- lizar posteriormente. En ningin caso puede realizarse racional y conscientemente si no es en base a los datos proporcionados or una investigacién que haya medido exacta y fo més profun- damente posible el grupo sobre el cual piensa actuar. Lo anterior no significa que deba detenerse Ia obra de la isin en espera de una investigacién, y solo comenzat poste- riormente el trabajo en base a una planeacién tedrica. Noes posible ¢ sera unspico pensar que puede see devenida fa fabor de la misién, Lo tinico que proponemas, es que mientras el pro- ceso continda, se tenga una clara conciencia de su problemati- «a, y se llegue al convencimiento de que debemos dejar attés Je’ época de lay improvisaciones, del tradicionalismo y_ de la roting; que, 450 aifos de historia de las misiones en Latino- amériea nos obligan hoy 2 plantear de nuevo el problema como si estuvigsemos casi en los comienzos, dada la. gran cantidad de fracasos o los resultados limitados que se han obtenido. Es necesario pensar cémo utilizar las resetvas de energfa ccultutal_y sigquica de los grupos primitivos. No podemos sequir cerrando Ia puerta a ese potencial y teatar de sustituirlo como ‘en forma tan paternalista se vino haciendo durante siglos. Dese- char o menospreciar las culturas indigenas, significa perder un 99% de un potencial que deberfomos aprovechar, ya que sin 4, el cambio podré.significar tinica y exclusivamente Ia des- truccién de una cultura, La historia de la misién puede ense- fiarnos que son grandes y numerosos fos grupos misionados que perdieron su propia cultura y se transformaron en las nuevas culturas colonjales. También puede observarse que en este pro- eso de transforinacién, sf se ganaron para el catolicisimo gran- des, masas de poblacidn, se las. doj6 casi siempre marginadas y proletarizadas, en un nivel que hoy crea la problemética de rnuestro continente. Si hace cuatro siglos se hubiesen podido 138 cenfocar los_problen Inte conocemos, mo igualmente catcl 4e vida hamana y d Como antropdl al misionero; deben rante afios los etndg mitivos un. material Jenguas diferentes, museo; peto olvidar aque Io habia produc teuceién de sus con cer en di, Lo que ho cde Ia comunidad y ¢ sea su colos, si ari Janios, misione de los recursos hum vas metodologias de nos podrin ser sal nos obliga a examin los valores culturales de sportar para la hi Descubrimos ur el hombre y su mu humana. Este conoci tivas para nuestra 6 de valores es cada d La conservacién Ia conservacién de k aceptac’én de une para todos los dems ain las mezclas de ¢ un di Ides par oriental (transforma occidental: y ave pueden ser pensadas éidente, de un catol definida como Rom EI antropélogo ha Wenado a una sit Ja vida teal, como u tuacién de vida. Ye Jocal, sino que se expresa precisamente en la evolucién catacte ristica de esta cultura primitiva que mantiene viva e invegtat la relacién con su medio ambiente. Surge por lo tanto toda estructuracién de la cultura como un proceso dindmico y el hombre aparece como un fendmeno cam- bance que se encuentra en transaccién con su medio embiente afectivo y total. Cusndo nosotros, por simple presencia aparces- mos y ocupamos un lugar en su ambiente ecolégico, constituimos tun elemento mis de contacto con su cultura, Sin dada somos un factor de cambio y debemos ser muy meticutosos pnra saber si este cambio llena simp'ememte la satisfaccién de nuestro interés idleo- égico, o exige ademris el cumplimiento por parte de los nativos de nuestros propios valores; si ese cambio, es también benefi- cfoso y hasta disiomos terapéutico en todos los. sentidos, para aquellos que vivian en su_territorio en el cual nosotros somos los intrusos de dtima hora. Es decir, la higiene mental de una come nidad es algo tan importante que debemos ser muy cuidadosos en saber, emo, cusndo, y hasta dnde nos asiste el derecho para petturbatlo, Ahora bien, para ser sinceros como antropélogos, es neces ro que plantcemos claramente que no buscamos una verdad abso- luta, ni tempoco ercemos en realidades absolutas de la natural. za. Buscamos formalaciones cientificas, que son hipétesis aplica es 0 formulaciones que sirvan de base para nuevos descubri nientos iitiles y validos en este proceso del cambio cultural. El risionero debe tener clara conciencia de esta posicién del antro pélogo; de al solo puede esperarse la formalacién de una tecrfa y una medida cientifica més exacta y no puede exigitse que pre- tenda operar solo en funcién de una verdad absoluta que permita definir cl deber ser de les otras culturas antropSlogo en este sentido es netamente relativista; con. templa perspectivas cultutales a largo plazo y se sstisface con las condic‘ones efimeras de algo que estd siempre en proceso de cam bio y mutacién. Pero sf somos sinceres, y plenamente conscien- tes, cuando decimos que los hallazgos y deducefones logrados por medio de una investigacién antropolépica servirin al misionero como el sistema més eficaz para un trabajo correcto. Asf, sin humilded, afirmamos rotundamente que, a nuestro parecer, si el contacto enter el antropdlogo y el misionero no se produce, todos anderesmos por caminos diferentes, olvidando lo esencial gue esol igre primiteo y su estractara ctrl profundamen- 140 Los SISTEMA Afirmamos no cia de los trabajos pensar que In soluci ades indigenas debe ‘picos: 1. El sistema ec nidad y su medo an 2. El sistema generales dentro de comunidad, vistos cd 3. El sistema si es tanto simbéllico ¢ de artes y oficios, de 4. Bl sistema erupo de personal ces0 de formacién y 5. El sistema p manidad es contemp en interacciéa, y 6. El sistema n comunidad en cuant clones seen de I animales y plantas, el contexto refi aleance de este siste Nos proguniam misién podria dar v ha analizado, que co aplicaciones la existe en cuents, supon cuyo éxito esta sujet EL CONTEXTY De acuerdo cor samos que las com tiempo, {mediante p

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