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FEMENINO
MOAXAJA
Cmo lograr podra
la que me tiene as?
Por su amor toda rienda
ha tiempo que perd.
Soy justo, si ella injusta;
paciente ante el sufrir,
pues, fuera de la amada,
qu vida puedo hallar?
Y no es leal que escuche
A quien la quiere mal.
Es cual gacela humana
que a todos deslumbr;
es un ramo de perlas
que al mundo cautiv.
Comparnla a la luna
que est en su perfeccin.
Rama sobre las dunas
parceme al andar.
Los astros desafa.
Su amor cmo ocultar?
Su zarcillo entre el pelo
es entre sombras luz;
el beso de su boca,
vino y perlas de Ormuz;
sus ojos y aladares
qu los diras t?
Los unos son cual dardos
que se apresta a asestar;
los otros, como sables.
chate, alma, a temblar!
Cuando como una rama
menearse la v
lnguida al par que sana,
con traje carmes,
djela, con la vida
sintiendo irse de m:
Deleite de las lamas,
y del sediento afn!
Al que de amor se muere
tu boca da a probar.
JARCHA
CANTIGA DE AMIGO
Me llevar a la muerte
la angustia que hay en mi alma,
y un insomnio constante
dormir me impide en la cama.
Soy como aquella hermosa
que as a su dueo le canta:
SEPAS, YA MEW AMORE:
KEDO-ME YO SIN DORMIRE.
LRICA TRADICONAL
Luis de Gngora
Para Doa Mara Hurtado, en
ausencia de Don Gabriel Zapata su
marido
Mtanme los celos
de aquel andaluz:
hgame, si muriere,
la mortaja azul.
Perd la esperanza
de ver mi ausente:
Hganme, si muriere,
la mortaja verde.
Madre, sin ser monja,
soy ya descalza,
pues me tiene la ausencia
sin mi Zapata.
La mitad del alma
me lleva la mar;
volved, galeritas,
por la otra mitad.
La ms bella nia
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice,
que escucha su mal:
Dejadme llorar
orillas del mar.
()
El mariquita organiza
los bucles de su cabeza.
El mariquita se adorna
con un jazmn sinvergenza.
Oh bosques y espesuras
plantadas por la mano del Amado!,
oh prado de verduras
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.
El escndalo temblaba
rayado como una cebra.
Rafael Alberti
SE EQUIVOC LA PALOMA
Se equivoc la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Crey que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Crey que el mar era el cielo;
que la noche, la maana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, roco;
que la calor; la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazn, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmi en la orilla.
T, en la cumbre de una rama.)