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PSVKHE- Vol 5." f, 1996 El Rorschach: Una Técnica para la Evaluacién de la Personalidad Beatriz Zegers Santiago, Chile Resumen ‘Se muestra la plena vigeneia de Ia téenica de Rorschach como un método de evaluacién de Ja personalidad, Se revisa histéricamente la tenia, exponigndose sus ventajas y desventa- jas, Se discuten sus ventajas desde una perspectiva eminentemente clinica y se aluden a fos ‘vances significativos introducidos en los dtimos alos. Se sugieren algunas lineas de in vestigacion futura a partir de los nuevos desarrollos interpretativos. Se enfatiza la necesidad de considerar la complejidad del método cuando se interpreta cl material, invitando a los lectores a recordar el propésito central del mnfsmo: la descripeién elinicamente significativa de una personalidad. Palabras claves: Rorschach, Personalidad, Evaluacién de la personalidad. Abstract ‘The article shows how Rorschach technique is a valid method for personality assessinent. ‘An historical review shows its advantages and disadvantages. Its advantages in the clinical field and the significant advances in its use in recent years are discussed. Future research lines are suggested from the new interpretative development. The necessity of considering the method in all ‘complexity is remarked, and the readers are invited to remember the in 20a) of this method: {o attain a significant clinical description of personality. Key words: Rorschach, Personality; Personality evaluation, E] objetivo de este articulo es realizar una re- visin de la téenica de Rorschach como método ‘de evaluacién de la personalidad. Se intentaré ‘mostrar su plena vigencia y validez al momento de realizar una descripeion clinicamente signi ceativa de una personalidad. Quien conoce la tée- nica encontrar una revisién que incorpora algu- nos de los avances que la literatura especializada ha introducido en tos tltimos aos y las tenden- f ales desde el punto de vista de su inter pretacin, El que se inicia en el estudio de este ‘método podri visualizar toda la riqueza de infor- ‘macién que proporciona y también la comple- jidad implicita y ka experiencia que requiere su Interpretacién. Antecedentes de la Prueba Original Las téenieas proyectivas como métodos de faluaci6n de la personalidad se desarrollaron ‘gradualmente, Hace ya varios siglos que comen- zavon 4 interpretarse los estimulos inestructu- rados, citando Ja literatura a Leonardo de Vinci ‘como uno de los primeros en notar las posibles texpetiencias asociativas que podian surgir al ver ‘una mancha hecha con una esponja en la muralla (Rabin, 1981). Bs asf que el gran Leonardo, sefia- Ta Rabin, coments que uno podia ver lo que ano ‘queria en ella: cabezas humanas, animales diver- 08, riscos © montafias, mares, nubes, bosques ¥ ‘otras cosas, También propuso a los artistas que se dejaran estimular por las manchas, afirmando en 1452 que en las cosas confusas e indeterminadas el individuo logra nuevos descubrimientos (Rabin, 1981). embargo, no sera sino hasta fines del siglo XIX y comienzos del XX que los psic6logos co- ‘nenzardn a usar los estimulos visuales, fas man- cchas y los dibujos de forma més sistematica y experimental, J. Kerner, psiguiatra alemén, en 1857 edits Die Klecsographie con publicacion 23 zecens, al respecto; luego, en 1895, Binet, el mismo que desarrollaria a comienzos de este siglo una es- cala de medici6n objetiva de la inteligencia, sugi rid el uso de Tas manchas en In investigacién vi- sual para ef estudio de rasgos de personalidad, cen tanto que, en Norteameérica, Whipple al dedor de 1910 publicd una serie estandarizada de ‘manchas. ‘A pesar de los esfuerzos de éstos y otros pio- rneros, se considera a Hermann Rorschach, mé- dico suizo, como el verdadero fundador y ereador de este nuevo método para las investigacién psigoldgica, Al respecto, Portuondo (1976, p. 99) sefiala: Sus antecesores en realidad no lograron sa- lir de un método primitivo de investigacisn, ‘mas que nada, en relacién con Ia capacidad imaginativa, logrando Rorschach, en cam- bio, el desarrollo de una verdadera técnica ceapaz de evaluar casi todos los aspectos po- sibles de la personalidad, No se sabe exactamente emo se interesé Hermann Rorschach en las manchas como reve~ ladoras de la personalidad, Weigle (1988) relata ‘como dato aneedético que en la Asociacién de Estudiantes Suizos, en 1903, lo apodaban ‘Klek" (mancha). H. Rorschach, al igual que su padre, quien era profesor de pintura, tenia aficién por el dibujo. Morgenthaler (1970, p. 17), en una pequeita sintesis biogritica, describe a Rorschach en los siguientes términos: Gran flexibilidad de carsete cidad de adaptarse a las circunstancias ex- feriores, agudisimo raciocinio y un fino sentido de lo préctico, aunsbanse en Her- mann Rorschach con el particular talento de Ia introspeccién y de la sfatesis ereado- +a; tales eran tas dotes singulares que lo c racterizaban, Ademds de esta rara naturale- za, en la que se compensaban mutuamente las vivencias fntimas con las experiencias cexteriotes, poseia excelentes rasgos de ca- ricter, valiosisimos en_un_psiquiatra: an= te todo un inguebrantable afin de verdad, stricto sentido eritico que tampoco relro- cedia ante la autocritiea, calider de miento y bondad, fpida capa- Luego de experimentar desde 1911 con dife- rentes Tiyuras geométrieas, Rorschach opts final- mente por las manichas, seleccionandlo, en 1917, su conocida serie de 10 manchas (las mismas que 24 se siguen usando actualmente), de entre miles de manchas de ensayo. El proceso de seleccidn fue producto de 10 afios de investigaciones y explo- Faciones personales realizadas con 405 personas, de las cuales 288 tenfan diagndstico de psicéticos y el resto de normales. Sus experimentos fueron ados a conocer en la monogratia Psicodiagnés- tico, publicada en 1921 (Rorschach, 1921/1970). Lamentablemente, a los pocos meses de la publi- cacidn, Rorschach moritia de una peritonitis a la edad de 37 atios. Sera Obelholzer, amigo, colega y colaborador, quien continuard posteriormente ‘su trabajo. El interés que despert6 In técnica del Psico- diagnéstico de Rorschach fue inmediato, aun ‘cuando en los primeros 10 afios que siguieron a su publicacién aparecieron en Ia literatura pro- fesional slo 38 estudios relacionados con el método. Me parece interesante comentar las esta Uisticas que sobre el particular realiza Rabin (1981): mientras prineipios de la década de los 40 tas publicaciones sobre el tema sumaban 251, el volumen aumentarfa de manera impor- tante a partir de entonces, de forma tal que en 1972 el nimero de publicaciones acerca del {est superaba las 4.200, incrementindose aun as en las décadas mas recientes. Bajo la direc- cién de Klopfer aparecié una publicacién peris- ica dedicada exclusivamente a intercambios relativos al test de Rorschach, The Rorschach Research Exchange, la que daria posteriormente origen al Journal of Personality Assessment, 6rgano oficial de la Society for Personality Assessinent Algunas Consideraciones Tedricas Los fundamentos tedricas de la psicologia pro- yecliva, marco referencial de la tScniea del Ps Codiagnéstico de Rorschach, se encuentran en la psicologia de la Gestalt y en el psicoandlisis, La psicologia de la Gestalt aporta ta concepeién de totalidad, ef modo en el que las partes se inte- tran y articulan en el todo, y el psicoanslisis en- tuega el concepto de estruciura psiquica (Freud, 1923) y funciones del yo, procesos inconscientes y conflictos intrapsiquicos (Freud, 1917), ast ‘como la psicopatologia elinica, Merece comen- tarse en este contexto que Ia concepeién freu- diana de las funciones del yo fue ampliada por autores como Hartmann, Kris, Lowenstein yA. Freud, a quienes se les conoce como psicoanalis- tas del yo, dada la importancia que le otorgan al yo y sus funciones dentro de Ia estructura psiqu ca. El conceplo de fiunciones del yo es clave en la twenica del Psicodiagnéstico de Rorschach, yaque los diversos indicadores de la prueba se ‘rientan precisamente a evaluarlas: tipo apercep- tivo, examen de realidad, control de impulsos. re- faciones de objeto, entre otras, El concepto de proveccién es clave en 1a cologia proyectiva. Freud lo introdujo inicial- mente comio un concepto con implicaciones psi- copatolégicas, considerindolo como el principal mecanismo subyacente a In paranoia y desére- res paranoideos, Mas tarde, sin embargo, al pre- sentar el caso Scherebe en 1911 (Freud, 1911). amplié su significado a situaciones en las que se atribuia 1a causalidad de ciertas sensaciones al ‘mundo extemno en lugar de buscar su origen inter~ nnamente, En concordancia con esta definicién amplia, Rapaport (1952) hablar de ta existencia de un ‘continuo. proyectivo que comienza con la exter nalizacién caracteristicn de ka paranoia y formas de proyeceidn infantil, hasta ineluir un sistema completo de actitudes y tensiones que se seflejan en el fenémeno transierencial, fenémeno en el que se entremezclan diversas formas de externali zacidn del mundo interno a partir de los organiza ores de Ii personalidad. En las tcnicas proyee~ livas es posible observar también un continuo centre pervepein y proyece! Las téenicas proyectivas se caracterizan por ‘el uso de un estimulo que no manifiesta el verda- ddero propésito del examinador, quien entrega al examinado s6lo algunas instrucciones generales fen cuanto a la estructuracién de la situacidn. El individuo, enfrentado a estimulos no estructura- dos, pone en ju ‘manera de pereibir y en: frentar el mundo eircundante, usando en Ia elabo- racién de sus tespucstas los mismos principios ‘que omplea para estructurar su conducta (Bell, 1967), EI Psicodiagnéstico de Rorschach es una té~ rica proyectiva que emplea como estimulos una serie de manchas de tinta que se caracterizan por su relativa falta de estructuracién, Klopfer y Davidson (1979, p. 22) seflalan que: No despiertan sespuestas aprendidas.par- ticulares y permiten una variedad de res- puestas posibles. Cuando se le pide al suje- to qué “ve” reaeciona de modo personal, no aprendido, puesto que_no hay respuestas “correctas™” © “erradas”. Sus percepciones son seleccionadas y organizadas en funcién de sus necesidades “‘proyectadas”, expe riencias y patrones habituales de respuestas ‘como también por Ins cualidades fisicas de Jas manehas entre sf EL RORSCHACH: UNA TECNICA PARA LA EVALUACION DE LA PERSONALIDAD La téenica se funda en el supuesto que la per~ sonalidad se proyecta y se refleja en el momento. cen cl que se organiza o esiructura una percepcisn, ‘manilestando en ello aspectos fundamentales de st funicionamiento psicol6gico. La percepcién se- Tectiva, lo que el individuo selecciona del campo de posibilidades que oftece el estimulo que se le presenta, se convierte asf en un proceso. central La parte de Ja mancha que el sujeto lige para su respuesta, lo que allf ve 0 deja de ver, lo que considera y no considera, Io que dive y no dice, ccémo y cuéndo lo dice, e«mo organiza lo que ve, cc6mo To fundamenta, ete., constituyen todos as- pectos que irén revelando algunas de las caracte: risticas de la personalidad, las cuales no necesa- riamente son conscientes para I persona que responde a Ja prueba. Valider, Confiabilidad y Objetividad ‘A pesar de In innegable validex, de constructo que posee el Psicodiagndstico de Rorschach, su validez y confiabilidad se han cuestionado y se sigue haciéndolo. ‘Como lo ha sefialado Bellak (1993), la evalua- cin de la personalidad en psiquiatria y psicoto- gia clinica easi siempre ha sido una espada de dos filos, En psiquiatrfa elinica han predominado los métodos descriptivos, sin que haya existido preocupacién por Ix confiabilidad y la validez, exceptuando el esfuerzo desplegado por ta Aso- cinci6n Psiquidtviea Americana (1983, 1995) en sus Ultimas dos elasificaciones (DSM-III y IV) y Ja décima revisién de la Clasificacién Estadistica Internacional de Enfermedades y Problemas de ‘Salud (CIE-I0), Uevada a cabo por la Organiza- cidn Mundial de la Salud (1989). Por su parte, Bellak afirma que los psicélogos han intentado la cevaluacién por medio de dos clases de pruebas: las téenicas proyectivas, en las que han sobresa- Tido el Rorschach, ef T-A-T. y las pruebas grafo- motoras; y los cuestionarios, de los cuales el MMP. ha sido el més utitizado, Bellak (1993, pp. $4) seftala Las Hamadas pruebas objetivas, a saber, los ccuestionatios e inventarios, logran alto gra- do de confiabilidad y a veces cierta valider, pero la significatividad [sic] de sus reacti- vyos computarizades a menudo siguen sien- do bastante cuestionables. Por otra parte, el Rorschach y el T-A‘T., aunque son herra- mientas valiosas en manos de especialistas bien entrenados, nunca alcanzan medidas de confiabilidad satistuctorias. 25 zeceRs ‘Como una forma de contribuir a dar respuesta al problema, Bellak propone un nuevo insu mento para evaluar el funcionamiento del yo, inientando que sea descriptive, operacional y di némicamente significativo. Sin embargo, su pre- sentacién y diseusidn escapan a los propdsitas de este aticuo. Estimo que las criticas que realiza Bellak no pueden ser desatendidas, dado que es un autor que es un profundo conocedor de las téeni proyectivas (Abt & Bellak, 1978) y que ha em- pleado el test de Rorschach, usindolo eon pro- Positos de investigaci6n, especfficamente en la exploracidn de las funciones del yo en ta esqui- zoltenia (Bellak, Hurvich & Gedman, 1973) La naturaleza del material del Rorschach en- traa ventajas y desventajas. La enorme variedad de respuestas posibles plantea problemas de nota cin objetiva y de interpretacién, como ha sefia- Iago Cerda (1976), lo que ha Hlevado a muchos Psicdlogos a calificar al Rorschach como un ins- trumento poco objetivo y no cientitico. Sin em bargo, ante una critica de esa naturaleza, parece cconveniente tener presente que el objetivo princi= pal de fa prueba es “proporcionar una desenipeién Clinicamente significativa de la personalidad de un sujeto. Offece al elinieo Ia informacién que necesita para ayudar a un individu & lograr un juste mds sano” (Klopfer & Davidson, 1979, p 23), lo que se podré lograr através de un proceso Psicoterapéutico Weigle (1988) intenta salir al eamino y defen- der la validez de la téenica, aludiendo al origen experimental cientifico de la misma y su poste- or validacién a través de procedimientos esta- sticos, pero esta defensa, a mi juicio, slo sos- Jaya Ia verdadera problemtica en relacién a la naturaleza de la prueba, En efecto, Klopfer, con- siderado como uno de’ los autores que mis ha contribuido al desarrollo de la téeniea, Ia aborda frontalmente desde la citada perspectiva, distin. _uiendo los tests psicol6gicos tipieas de una te nica proyectiva como el Rorschach. Mientras los primeros logran sus resultados a partir de proce- dimientos aditivos de los. puntajes objetivos, la {enica Rorschach intenta describ mis que 1 dit= al individuo en términos de un pateén dina imieo de funciones © variables interelacionadas, siendo esta multiplicidad © interdependencia et origen de los mayores problemas de validacién de la técnica (Klopfer & Davidson, 1979). As Dor ejemplo, al evaluar los aspectos eognitivos inelectuales do un individuo, el rorschista no procede ni se preocupa por Ia suma de Tos com- Donentes que evalian los citados aspectos sino que esti interesado en captar una configuracién 0 26 ABRIL 1996 gestalt; luego analizard la articulacién de los dis- ntos aspectos con la personalidad total ‘A pesar que se emplea un material estandari- zado (las 10 lminas), el producto no Io es, pues- to que la naturaleza inestructurada del estimulo y la atmésfera que rodea a su aplicacién evoca tuna enorme variedad de respuestas. Pero la técni- ca incluye una maneta comunicable de elasificar «© interpretar las respuestas, los denominados sis- temas de puntuacién (atimero de respuestas, laca- lizacién, detorminantes que consideran las cuali- dades perceptuales que impresionan al individuo y determinan Ia respuesta y contenidos), para luego estimar poreentajes. Dicho analisis Se co noce como el Rorschach formal. Existen criterios bjetivos que definen cuando usar cada categoria de porcentaje y datos normativos sobre lo que se espera en personas normales, tanto en adultos, (Klopfer & Kelly, 1977), nifios (Ames, Learned, Metraux & Walker, 1972), adolescentes (Boutsch, Goldstein, Moureau de la Meuse & Ziihiga, 1983) y ancianos (Weigle, 1991). Tam bign existen datos del comportamiento de las per- sonas en diversas patologias. Los primeros traba jjos al respecto los publieé el propio Rorschach (1921/1970). Lo antes expuesto explicaria por ‘qué se lo considera mas como un método 0 te ca que como un instrumento, Su creador lo con bi6 como un método de investigacién, Hamdindo- lo proceso psicadiagndstico (Weigle, 1988). ‘La confiabilidad del test se ha estimado en pleando diversos procedimientos: test-retest, bi= particién y la serie paralela del “Bevo Test”. Aplicadlo a adultos, Portuondo (1976), citando un estudio de Irving A. Fosberg (An Experimental Study of the Reliability of the Rorschach Psychodiagnostic Technique), reporta correlacio- nes positivas entre r = 0,80 y 0,90, al aplicarlo a la misma persona en cuatro oportunidades, inclu- so variando las instrucciones; sin embargo, Por- tuondo no menciona ni el tamaiio muestral con el que se realiz6 el estudio ni la probabilidad de error alfa. Segiin mi experiencia elinica, si ol adulto no ha estado sometido al agente modi dor de una psicoterapia profunda, generalmente hho se producen variaciones significativas en el psicograma o grifico que resume la distribucién de los determinantes, incluso en intervalos de tiempo superiores a un aiio, siendo menos espe- rable que ocurran cambios én el nivel estructural de organizaciGn de la personalidad, evidencidn- dose con cllo no sélo la estabilidad de Ia prueba, sino también laestabitidad de la personalidad. Cabe sefalar, sin embargo, que lo afirmado se aplica a una poblacién adulta, ya que en nilios y adolescentes por motivos atribuibles al desarro- VOLS NL lo~ ef psicagrama se modifica con rapidez. En efecto, una investigacidn realizada por Swift (1944, citado en Ames et al, 1972) con niios de edad preescolar estableci¢ una mediana de corre: laciones de r (49 jardines infamies) = 0,76, sila segunda administracion se realizaba dos semanas después, disminuyendo sistemticamente con el tiempo, hasta llegar a una mediana de correlacio- nes de r (20 jardines infantiles) = 0,31, si la se= {gunda administracin se aplicaba a los 10 meses (no se reporta la probabilidad de erro alfa). En este contexto, parece relevante. mencionar aque las norimas que se han establecido para gru- pos de edades, cuando el test se usa con pobla- Cidn infanto-juveni, seflejan la complejizacion creciente de la vida psiquica, lo que se traduce con la aparicisn de nuevos doterminantes a medida ‘que transcurren tos afios de la. infaneia, junto con tina disminucién progresiva de aquellos que re- figjan funcionamientos menos diferenciados. y mis regresivos Por otra pare, fos cambios circunstanciales 0 tus modas no influyen signficativamente en los resultados, porque la técnica es sensible a cam- bios esiructurales de la personalidad 0 a cambios debidos a efectos medicamentosos 0 de alguna sustaneta en el organismo, A través de los afios, he podido observar cambios que se refieren a To que podriamos Hamar personifieacién de wna imagen, pero que no afectan Ia categoria de con- tenido a la que corresponde dicha imagen, Es el 280, por ejemplo, de Ta Kamina LV, respecto de la cual la respuesta esperada es ver un “monstruo 0 igante”, pero dicho monstruo o gigante espec’ cco puede vatiar entre las culturas 0 a través del tiempos el mismo Rorschach (1921/1970) reporta cl caso del protocolo de un hombre de 29 afios, ‘quien visualiza en dicha Kimina a Moritz -el de ‘eucnto de Max y Moritz Hoy dia es frecuente ‘que se lo identilique con He-Man u otto de tos Inansformers de las series televisivas en boga. En ambos casos la categoria de contenido es la mis- ‘ma, Esta cualidad del test ha permitido que et métod permanezca inalterado en lo esencial por mds de 70 aos. En cuanto a la objetividad de Ta prueba, Por- twondo (1976, pp. 104-105) propone hablar mis bien de objerividad integral, entendiendo por ello: Aguella objetividad que nace como una estructura (Gestalt) y Ia cual no es posible descomponer estadisticamente sin que pier da todo su sentido, Es decir, la objetividad del Rorschach hay que buscarla en el test como un “todo” expresando una sinto- matologia o un tipo cualquiera de persona- [FL RORSCHACH: UNA TECNICA PARA LA EVALUACION DE LA PERSONALIDAD lidad; de Jo contrario, no es posible inten- tarlo sin perderse irremediablemente dentro del propio test. En sfntesis, quienes se encuentran familiati- zadlos con la técnica saben que es una prueba que ‘cuenta con una sélida validez de constructo, que la interpretacién formal debe hacerse consideran- do alguno de los sistemas objetivos de tabulacién disponibles, al tiempo que es necesario apoyarse ten datos normativos que consideran la frecuencia en un grupo dado, Esta referencia es ineludible ‘cuando la téenica se aplica con prop6sito de diag- ndstivo psicopatoldgico en diversos grupos eta- rios (nifios, adolescentes, adultos © ancianos), cuando la usamos con fines de investigacién 0 ‘cuando se trata de juzgar Ia originalidad de una respuesta particular. Pero menos significativa re- sulla tal referencia cuando lo que se intenta es pertilar, con la mayor claridad posible, a una per- sona y Su particular individualidad, En estos ca- sos, In experiencia del clinico, su propia lista de frecuencias, su sensibilidad y acuciosidad en 1a realizacidn de la encuesta constituyen un com plemento necesario ¢ insustituible al saber te6r 69; es el saber de la experiencia el que otorga una ‘mayor capacidad para auscultar la interioridad de quel nifio, joven, adulto © anciano a quien se le ha aplicado Ta prueba (Zegers, 1995), Consideraciones en Relacién a la Incerpretacién de la Prueba Al responder a las Kiminas del test de Rors- cchach, cualquiera sea la edad del evaluad, éstos suelen rovelar mucho acerca de sf mismos, des- cubrimiento que seri tanto mayor cuanto més amplia sea Ia muestra conductual que se posea de su comportamiento, la que se obtiene tanto del nlimero de respuestas ante as {iminas como de las verbalizaciones que Forman parte de la respuesta y de su fundamentacién. De lo anterior se desprende Io conveniente que resulta en la apertura estimular al maximo el ndmero de res puestas (productividad), incluso sugiriendo varia- cciones en la modalidad de aproximacién —si la persona no lo ha hecho esponténeamente~ como, por ejemplo, que observe la limina en posicién invertida or otra parte, cabe tener presente que lo de- seable es tener una muestra de respuestas lo més amplia posible, ya que la mayor dificultad diag néstica radica en casos de restriecién en el ni- mero de respuestas y verbalizaciones, Quien apli ca la técnica no siempre sabe qué se enmascara 27 detris de un signo de coartacién severa, Frente a casos de grave coartacién es cuando cobra plena alider el sistema de encuesta de adicionales que introdujo Vasquez (1989), el que incluye una tencuesta completa de Ins sreas mal vistas y de Jas no incluidas en las respuestas, asf como la diseriminaeidn de partes definidas si fueron usa- das en combinacidn con otras” (p, 27). Esta mo- dalidad de encuesta adicional permite en muchos ‘casos desentraar qué hay detris de dicha restric= cién y, por ende, puede usarse como una alter- nativa a la evaluacidn realizada con otra prueba proyectiva, Dado que las otras técnicas proyec- tivas no evalian con idéntica fuerza la estructura de personalidad, estimo que la cleccién a favor de la citada encuesta debe hacerse cuando existen dudas respecto del nivel estructural de organizat- ‘cidn de fa personalidad. Si persiste la restriceién 11 pesar del uso de la segunda encuesta, entonces: se hace imprescindible complementar la evalua ‘con otra prueba, A continuaciGn expondré de modo sintstico al- is consideraciones relativas a los cuatro as pectos fundamentales que considera el test de Rorschach: calificacién cuantitativa; apreciacién ccualitativa de las interrelaciones de los simbolos; isis temitico y de contenido; y verbalizacio- nes desvindas y fendmenos especiales. Calificacién Cuantitativa Entre los sistemas de puntuacién utilizados en ta actualidad, se pueden mencionar los desatrolla- dos por Beck, Klopfer, Hertz, Piotrowski y Rapaport-Schafer, Exner (1969) los recopila y analiza expresando que “es una tarea onerosa, y a veces imposible, el proporcionar una compara- cci6n realista respecto a Tos enfoques interpreta- tivos e hipstesis oftecidas por los cinco sistemas” (p. 228), porque los conceptos no son equiva- lens, existiendo diferencias en Ia tabulacién, notacién e interpretacion, A pesar de ello, el mis ‘mo autor sefiala gue estas diferencias no son substanciales, reconogiendo un sustrato comin entie ellos y Jos planteamientos originales de Rorschach, Para contribuir a unificar los eriterios de tabu- lacién, Exner (1969) perfecciona y propone un nuevo sistema que incluye lo que eonsidera tos Aaportes mids significativos de Jos otros sistemas, ‘operacionalizando los criterios a usarse, todo 10 cual ha favorecido enormemente el uso del siste~ ima propuesto por él Cualquiera sea el sistema que se emplee, sera siempre necesario tabular y resumir las respues- las como paso previo a la intexpretacién, 28 Apreciacién Cuatitativa de las Inerrelaciones de los Sinbolos (Rorschach Formal) Los resultados de Ja prueba entregan valiosas indicaciones acerea de la capacidad del indivi- duo para actualizar el potencial intelectual en tuaciones altamente ansidgenas; la modalidad y contenido del pensamiento, Hegsndose incluso a deseribir distints estlos.cognitivos. (obsesivo, histético, fobieo, ete.) (Shapiro, 1965; Weisle, 1988); recursos y limitaciones’ para adaptarse emocionalmente: blogueos, angustias, temores y formas earactersticns de enfrentarlos, Distintos autores han organizado la informa- cién de diferentes maneras. Ast, por ejemplo, Klopior y Kelly (1977) postutan la existencia dessiet capas 0 estraos, dentro de fos cuales se incluyen desde los resultados euantitativos de la tabulacién o totales naturales de las principales categorias de puntaje, pasando por los resultados configuravionales de Ta tabulacin que muestran las interelaciones entee las categorias de puntaje, hasta Ta consideracin de las earactersticas simbé- licas de, contenidos y aspectos de la actitud y la Conducta observable en la situacién de evaluacion, Los datos asf obtenidos entregan informacion awerea de los aspectos que conlorman la pets nalidad. Klopfer y Davidson (1979) los agrup bajo tes titulos: a) aspectos cognitivos o tele tuales, b) aspectos afectivos 0 emocionales. y ©) aspectos del funcionamiento del yo TEstimo gue fos dos primeros pucden incluirse perfectamente en el itimo titulo, silos aspectos del funcionamiento del yo se observan bajo un prisma analtico y se contempla dicho funciona- Imiento a partir de sus funciones: examen de la realidad, juicio, sentido de realidad, relacion de objeto, proceso de pensamiento, furcionamiento defensivo, control de impulsos, regresién adap- tativa al servicio del yo, percepeién, ete. La u lidad de dicha aproximacién se basa en la pos bilidad de acceder no s6lo a un diagnéstico descriptive de rasgos o sintomas sino, también, & Ja realizacién de un diagndstico de estructura de 1h personalidad en tos términos definidos por Kerberg (1987). De amplia difusién en Chile han sido tas publicaciones realizadas por Aracena (1980) y Alessandri (1982), las que se orientan a familiari- zar al examinador com las téenicas de interpreta- ign del test. Andlisis de Contenido y Temético (Rorschach Psicodinémico) n principio basico de la interpretacién de contenido es que las Kiminas offecen ciertos es- vous NH Umulos neutros que permiten una respuesta objetiva, constituyendo las respuestas populares. en el Rorschach. Estas dan una indieacién de la capacidad de adaptacién de Ia persona a situa cones cotidianas, de su sentido comin, pero son respuestas que no se interpretan dinimicamente. ‘contenido puede ser analizado estitica 0 d amicamente, correspondiendo el primero a lo ‘que se Hama analisis de contenido y, el segundo, ‘al anilisis temstico (Shaler, 1954), Andlisis de contenido. Respecto del anilisis de contenido, cabe sefialar que “existe un acuerdo casi undnime entre los distintos autores que uti> lizan el Rorschach respecto a fa interpretacién general del contenido de las respuestas. Estos son considerados como indicativos de la ampli- ud y profundidad de los intereses del sujeto tanto en el si mismo como en el ambiente” (Exner, 1969, p. 243). Los contenidos se agru pan en calezorfas conceptuales, siendo univers salmente utilizadas Tas siguientes: bumano, ani imal, anatémico, sexual y sangre. Otros autores incluyen otras categorias. Estas otras categorias de contenido cobran relevancia en la medida en Ja que su presencia es reiterada, 1o que apuntarfa ‘4 una especial preacupacisn por esa area de ine tereses, Andlisis remstico, En toda respuesta ante las minas del Rorschach hay una ereaci6n de una ‘estructura perceptual y de un contenido, que ac: twaliza o refleja tendencias, defensas, la imagen de si mismo y de los demas, la moratidad y los valores y la visidn general de la vida que tiene la persona que responde (Schafer, 1954). Dado que los intereses tienen como fundamen to las tendencias y dinamismos, es posible intet- pretar o desprender de ellos Ins tendencias sub- yacentes, considerando a Ios comtenidos como Feflejo de los dinamismos muis profundos. Es asi que Tos contenidos no s6lo evidencian intereses sino que expresin, ademas, los aspectos mas inti- mos o simbolizan los motivos de preocupacién y de conflicto, Schafer (1954), pionero del andlisis tematico de Ta prueba de Rorschach, subraya que no hay ninguna clasificacion de referencias temiticas {que pueda abarcar todas las posibles implica cciones de los contenidas, Me parece que en este punto radica una de las principales fuentes de terror introducidas en Ia interpretacién de los con {enidos por evaluadores inexpertos. Con frecuen: cia se reduce Ia individualidad de la persona, ‘expresada en las diversas asociaciones evocadas: ante a prueba, a un listado univoco de signifi- teados que han’ propuesto algunos autores, entre EL RORSCHACH: UNA TECNICA PARA LA EVALUACION DE LA PERSONALIDAD los cuales cabe citar autores tales como Bohm (1968), Portuondo (1976) y el propio Schafer (1954) Teniendo en cuenta Jo anterior, a continuacién slo me referiré a los criterios generales propues os por Schafer (1954) para una adecuada inter pretacisn de las Iineas temdticas: 1. Debe existir convergencia entre tema-aspec- to formal y aetitud si se quiere que Ia inter~ pretacién sea segura, senalando que ésta puede y debe pertenecer slo a la estructura factual de la personalidad y a los dinamismos ddl paciente, cuidando de no realizar interpre- taciones genéticas altamente especulativas ni inferencias simbélicas basadas en significa: dos fijos asignados a las ldminas y dreas de clas, Sin embargo, esta recomendacién no ha prevalecido en el tiempo, ni tampoco en nues ro medio, siendo ampliamente difundidas Jas posturas que asignan significados a las 16- minas y acerca de los cuales se ha legado a tun cierto consenso, En Ta prictica, esta pers- pectiva de andlisis muestra ser de gran utili- dad, Por ello, en In Tabla I se presenta el sig: nificado asignado a las distintas Iiminas por Bohm (1968), Portuondo (1976) y Weigle (1988). 2, La profundidad de la interpretaci6n debe ser apropiada a la cantidad de material presente. ‘ASI, por ejemplo, no se debe pretender obtener de un protocolo de muy pocas respuestas, sin ccontenidos signifieativos, un anélisis profun- do, ya que un test con dichas caracterfsticas sélo informa acerea de las defensas que estén joperando, Puede tratarse de una prueba en la que el éafasis ests puesto en la represién, en la inhibicidn, en Ia supresi6a consciente © en sspecificar, cuando sea posible, e6mo se manifiesta fa tendencia interpretada. Al res- pecto, con frecuencia es posible inferir Ia ten- dencia (supéngase una tendencia agresiva): en ‘iones a combinacién del contenido con isis de ciertas categorfas de puntaje per- imitird establecer si se trata de una agresividad ‘utopunitiva o heleropunitiva, pero en otras focasiones no se podri indicar e6mo ésta se cexpresa especificamente. Cuando los datos To permitan habré que referirse a la intensidad {que la citada tendencia muestra. 4, Se requiere ubicar jerdrquicamente Ia tenden- ‘cia interpretada en e contexto de la personali dad, cuidando de no efectuar interpretaciones (que constituyan simples yuxtaposiciones de diversas tendencias y rasgos. 29 Tabla | ABRIL 1986 EI Significado de Cada Lémina del Test de Rorschach, segin Boho, Portuondo y Weigle Sigificad de Cada Li Taina Joh Pontwondo Weiele Ling Reaccin a una sitacion neva Medio ambiente pixie Fantasia de enfermedad Quign sy Lain Vivenciss y seminientos infaniles Culpa sexu CCalpabitidad sexual ‘ina “Terms de idenidad sexual Noaalidad [Normal en Ia relacin socal Tnteés por las elaciones soles Liming 1V Iinagen pater Autoridad Pade edipico tenoriicn Simbolo del poder yd la autoridd Lamina ¥ Actitud ane ta realidad Sendo dela ealidadl ——_Realidad Fantasias o ecuerdos de escenas primis sina VI eas sexuales 0 religions Sexlidad eterosesuatidad Lamina VIE Asoeacines maternas Figura mate Madre intern eipiea Lamina VHT -Expreston general demovimientos Acti Adapracon aeetiva instnivos Fanaa de curacin Lain 1 Seblimacin Sublimacion Lamadte como objeto parcial Medio ambiente amplio Espacio vital y medio ambieme 5, Hay que aludir a los aspectos tanto adaptativos: como desadaptativos © patoldgicos de Ia ten- dencia interpretada, Finalmente, es conveniente tener presente que nno es adecuado evar a cabo el andlisis temiitico 1 ciegas, siendo recomendable que se tomen en ‘cuenta variables tales como la edad, género, cul- lura, etapa del ciclo vital, situaciones raumsiticas de la historia vital y sindromes psicopatolégicos de fa persona que ha respondido al test. Asf, tam- bién, cl examinador debe realizar la interpreta cién teniendo en vista la totalidad de contenidos: eentregados, no dejindose Hevar por lo que en una primera impresién aparece como lo mas signifi- cativo, ya que eso puede impedir visualizar otros significados relevantes Andlisis de operaciones defensivas. En la i terpretacién del material que eniregn el Psic: diagndstico, Schafer (1954) va aun més lejos, proponiendo interpretar los mecanismos defen- sivos a partir de la consideracién de categorfas de puntajes y contenidos. Enumera, asi, seis erite- ros que permitirfan inferir el éxito 0 fracaso de los aspectos defensivos y adaptativos: 30 1. Tono emovional: cuando las operaciones de- fensivas son relativamente exitosas, ef tono temocional sera generalmente calmado y mis bien positivo. El individuo se mostrar ine- resado en sus respuestas y cooperard con el examinador. Lo contrario ocurriré cuando ta defensas son relativamente inefectivas: se ob- servanin exageraciones en la conducta, como sometimiento excesivo, extrema cordialidad, suspicacia aumentada, entre otras. 2. Enfasis formal: cuando disminuye el porcen- taje de respuestas determinadas primariamente por Ia forma (F%), los esfuerzos adaptativos del evaluado son débiles o inefectivos. Un én- fasis formal exeesivo, por otra parte, indica tambicn Limitacién adaptativa de la defensa, ya que se evidencia una adaplacién rigida y estetwotipada. 3. Exacttud formal: cuando existe un adecuado porcentaje de formas bien vistas ([5+%) se es- tara frente a una persona con fortaleza yoica; sin embargo, si P'% y F+% aumentan excesi- vamente, se sugiere también la presencia de rasgos de rigiden 4, Integracin de puntajes, imagenes y acttud: la integraci6n de los puntajes, imégenes y actitud refleja la flexibilidad adaptativa y la fortale- ‘zade las defensas; a la inversa, la discordanci entre ellos informaria acerca de la inestabili- dad © incfectividad adaptativa de la defensa cempleada, 5. Moderacisn y equilibrio temético: un test que revela buenas defensas y adaptacién no esti saturado de imdgenes relativas a impulsos y conflicios primitivos, asf como tampoco se ob- serva en ellos imaginerfa violenta, sangrienta (© imagenes sexuales alusivas, por ejemplo, al ‘acto sexual, 6, Alteraciones formales del pensamiento: cuan- do estas alteraciones aparecen se evideneia un quiebre dee las operaciones defensivas y adap- tativas, Se manifiestan especialmente en las amadas.verbalizaciones desviadas de Rapa- port (1959). No hay que olvidar que Schafer (1954) propo- rne que las operaciones defensivas en el test de Rorschach pueden detectarse a través de un anal sis combinado de actitud y aspectos formal y te- Iiico, adoptando éstos diversas formas, depen: diendo de la defensa de que se tate. Al respecto, es importante destacar que el andlisis realizado por Schafer se refiere principalmente a las de- Fensas que hoy da se conocen como defensas de nivel allo, esto es, organizadas en torno a la re~ presién, Espectficamente, establece critetios para determinat Ia represidn, la negacin, la proyec- cin y las operaciones defensivas obsesivas com- pulsivas, dentro de las cuales incluye Ia regre- sion, el aiskumiento, Ia intelectualizacién y la formacidn reactiva En Ia década de los 80, el inventatio de de- Fensas al cual se podia acceder a tavés del test de Rorschach fue ampliado cuando Sugarman (1981) y Lemer y Lerner (1981), a propésito de las manifestaciones de Ta personalidad limiteofe ‘en el Lest, Se refirieron a la evaluacién de las de- Fensas de nivel bajo, esto es, organizadas en torno a Ia escisidn. Sugarman (1981) se reficre espe- cificamente a la escisién y Ia identificacién pro yectiva, mientras que Lerner y Lerner (1981) ién, devaluaci6n, idealizacién, identificacién proyectiva y negacién, distinguien- do wes niveles de negacién, Respecto del andlisis del contenido de las Imigenes, cabe sefialar que éstas pueden expresar directamente los impulsos (contenidos agresivos 1 sexuales directos o relativos a impulsos orales) (0 bien aludir a las defensas. Ast también el and- fisis de la secuencia de imagenes en una kimina ‘en el protocolo total puede responder a un pa- trén, dentro de los cuales se distinguen cuatro [EL RORSCHACHE UNA TECNICA PARA LA EVALUACION DE LA PERSONALIDAD ssecuencias posibles: impulsiva, defensiva, impul- siva-defensiva y defensiva-impulsiva. Finalmen- te, Ia alternancia dinémica de imagenes, las ima genes cambiantes, condensadas, internamente contradictorias y postergadas informan de ten- dencias defensivas inestables; mientras que las imagenes bloqueadas sefialarian la presencia de esfuerzos defensivos relativamente rigidos (Scha- fer, 1954), EL examen de la funcién de identidad. BI exa- ‘men de la funcidn de identidad mediante cl and lisis de contenido constituye una linea relativay mente reciente de investigacién con la técnica de Rorschach. En Chile ha tenido gran difusion la proposicién realizada por Paredes, Micheli y Vargas (1987) para evaluar Ja citada funcién, A. partir de un marco teérico relativamente ampli ‘que incluye la fenomenologia jasperiana, el psi coandlisis freudi del Yo y la perspectiva tes operacio que incluye seis areas de exploracién, a saber: el sentido de propiedad de los actos mentales y cor~ porales, la imagen corporal y el esquema espa cial, la delimitacién de lo ajeno, la incorporacién de las experiencias afectivas con personas claves. Ta internalizacién de las experiencias en represen- taciones simbslieas de sf mismo y de los otros y expresin en Ta conducta de los anteriores proce- sos. A partir de estas dreas, distinguen las opera cciones que la persona realiza y que se encontra- fan a la base de Ia formaciGn de una identidad, Tncluyen funciones perveptuales, representativas, mnémicas, de determinacién genérica y sentido de propiedad psiquico-corporal, proponiendo luc~ go signos Rorschach que harfan posible el exa- men de estas areas de la funcién de identidad. Posteriormente, realizan una ordenacién que dis~ tingue tres niveles de clasifieacién y que permit ria establecer el grado de alteracion de la fancién en grave, moderada o leve. Verbatizaciones Desviadas y Fenémenos Especiales Los fenémenos especiales constituyen, sin Iu- gar a dudas, un capitulo importante de Ia int pretacidn de Ja técnica de Rorschach, represen- Tando un complemento y ampliacién al tema de Jas lamadas verbalizaciones desviadas de Rapa- port (1959), La presencia de verbalizaciones d vindas puede en ocasiones resultar deci cuando se intenta determina, por ejemplo, la existencia de alteraciones formales del pensa- miento, alteraciones que se evidencian en el psi codiagndstico a partir de verbalizaciones tales 31 ces particulares, volviéndose en respuestas origi- Ro por su percepcisn sino por su elabo- racién. La comprensidn exacta requiere la con- frontaciGn con la historia biogrifica 0 clinica de quien las entrega, Alteraciones de la afectividad: percibidas co- ‘mtinmente en las respuestas eromiticas a tra- vés de la férmula cromitica~y en los fend- menos de shock, especialmente crométicos y secundatiamente al gris, Se considera el shock ccromitico como un signo de represién de los afectos, siendo para Klopfer y Kelly (1977) el signo mds importante de una reaccién neu- rética, 3, Sintomas de angustia: Bohm (1973) recogié de Zaulliger una serie de indicadores de angus- a en el test de Rorschach. Entre ellos se en cuentra una disminucién en el niimero de respuestas, respuestas de detalle inusual © pe~ quefio, respuestas de detalle oligofrénico, ccoartaciGn del tipo vivencial, presencia de res” puesta de elaro-oscuro, aumento de respues- {as de contenido humano, shock al gris y fend- menos especiales que denotan inseguridad. Los fracasos frente a las laminas también son frecuentes cuando existe sintomatologra an- gustiosa, como ocurre en diversos cuadros psi- opatolégicas, 4. Sfntomas agresivos: se infieren a partir de res- puestas de espacio en blanco superior a la media, contenidos agresivos manifiestos sean activos o pasivos, respuestas de defecto 0 mu- lilacisn, criticas al objeto como al sujeto, que representan formas larvadas y socialmente aceptadas de una manifestacién agresiva. El tipo vivencial es otro indicador importante de ceonsiderar, toda vez que informa cémo el indi- viduo canatiza la expresisn de su agresividad. De ests manera, un tipo extratensivo descarga- ri su_agresividad hacia afuera y sera hetero: agresivo, mientras que se espera que el tipo de vivencial introvertivo se manifieste en una agresividad que se ditige contra sf mismo. El tipo vivencial ambiguo y que se acompaia de contenidos agresivos puede canalizarse tanto hacia aluera como hacia adentro, La inhibi 6n de la agresividad se encuentra asociada a lun aumento en Ios porventajes de los indie: dlores relatives al control, presencia de des- cripciones, shock al rojo, siendo secundar mente importante el shock al color y al gris. Respecto de los indicadores para neurosis es- peeilicas se hun tipificado los protocolos de las neurosis fObicn, angusta, histeria, obsesiva y de- presiva, M Limitvofes Uno de tos aspectos acerca de los cuales existe acuerdo en la literatura es aquel que plantea que el diagndstico de las estructuras limftrofes requic= re del uso de una baterfa de pruebas que permita la evaluacién del funcionamiento de Ia persona frente a tareas con distintos niveles de estructura- cién, Es asf como un comportamiento adecuado ante prucbas estructuradas como el WAIS, en conjunto con claboraciones idiosinerisicas y peculiares ante pruchas menos esteucturadas como el Rorschach, seria sugerente de una perso- nalidad estructurada en un nivel limitrof. Sin embargo, lo anterior no basta para Ia for- mulacién de tal diagnéstica, esperindose que frente a la prueba de Rorschach aparezcan indica- dores compatibles eon manifestaciones inespe- cifficas de labilidad yoica, desviaciones hacia un pensamiento en proceso primario, defensas orga nizadas en torno a la escisi6n, signos de patolo- fas de las relaciones de objeto, alteracién en la prueba de realidad, inestabilidad afectiva, signos de depresién anaclitica, agresividad intensa y descontrolada, hipersexualidad (Diuborn, 1986; Lerner & Lerner, 1981), signos todos que se co- responden con Ios rasgos descriptivos de la per- sonalidad linitrofe Psicosis: No hay que olvidar que las investigaciones preliminares realizadas por Rorschach incluyeron luna proporeién importante de pacientes psicsti- 08 y, por tanto, desde sus comienzos la prueba se ha considerado de gran utilidad en tareas de ddiagndstico diferencial, aun cuando en ocasiones resulta dificil diferenciar cuindo el registro conductual obtenido a partir de las respuestas a la prueba evidencia una psicosis latente y cuando se vinewla a un cuadro manifiesto. El propio Rorschach seftala en su Psicodiagndstico que muchas veces una psicosis manifiesta puede pro- dlucit resultados mucho mds préximos a los espe- Jos en una persona normal que los resultados fegados por un trastomno esquizofrénico la tente Al respecto, Rapaport (1959) sefiala que es po- sible formular la hip6tesis de psicosis cuando: a) se observan perturbaciones psicGticas definidas cen las verbalizaciones, b) el protocolo es clara mente psicético, aun cuando los otros test no. cconfirmen el diagndstico, yc) lox indices de psi- ‘cosis se encuentran presentes en varios tests. Por su parte, Portuondo (1976) establece lo que él denomina sindrome del autismo a waves del est de Rorschach, stil de tener en cuenta cuando se tata de realizar un diagndstico dife- rencial de esquizofrenia, Este sindrome se mani- festaria en: a) signos de disociacién, expresados fen una disminucién del nivel formal, disminu- cci6n de las respuestas populares y presencia de verbalizaciones patolégicas; b) signos de autis- ‘mo, que se evidenciarfan en Ia caracteristica pér- ida de contacto con la realidad, la que se vincula ‘a una disminucién de respuestas de detalle popu- lar, pocas © ninguna respuesta de forma color, disminucién de respuestas de contenido humano, predominio de respuestas originales negativas y respuestas de I6gica autista, yc) signos que se vinculan al sintoma fundamental de ambivalencia afectiva, La literatura ha entregado indicadores diferen- ciales para el diagnéstico de los distintos tipos de ‘esquizoftenia, asi como para diferenciar Tos cua- dros agudos y crénicos, y para explorar psicosis paranoides y afectivas. Organicidad Si bien fue Pitrowski el primero en listar fos indicadores patognoménicos del cuadro orgénico cerebral (Klopfer y Kelly, 1977), un conjunto de Investigaciones han intentado establecer patto- hes que permitan el diagnéstico diferencial entre distintas. patologias orgénicas. Sin embargo, la tendencia actual nuevamente se encamina mas bien, de acuerdo con Pitrowski, a describir un sindrome psicoorgénice, que se manifestarfa a través de tendencias al sincretismo, concretismo, falta de plasticidad perceptiva y_asociativa y afectividacl caracterizada por reacciones anormal- ‘mente intensas, reacciones de duracién anormal 0 Tigadas anormalmente al estimulo, labilidad y re- acciones afectivas simples y poco diferenciadas (Balaiti, 1983), LLineas de Investigacién Futuras A continuacién me referin$ a algunas concep- twalizaciones que me parecen particularmente su- xgerentes ¢ iluminadoras para fundar futuras Tineas {de desarrollo en la prueba Rorschach. Gradiente Evatutiva de los Determinantes Puede resultar particularmente iluminador ver los indicadores Rorschach desde la perspectiva de una gradiente que exprese 0 dé cuenta de la complejizaci6n ereciente de la vida animica. As, por ejemplo, en la cilspide de dicha gradiente se HL RORSCHACH: UNA TECNICA PARA LA EVALUACION DE LA PERSONALIDAD ubicarfan las respuestas de movimiento humano positivo, mientras que en el extremo inferior es- larfan aguellas respuestas de movimiento inan mado referido a fuerzas de Ja naturaleza. Por- tuondo (1976) Ia ha denominado gradiente de la capacidad de sublimacién de la vida instinsiva Teniendo en cuenta esta perspectiva, el mo miento inanimado no s6lo reflejaria tendencias ‘no aceptadas por el yo consciente y tendencias desestructuradoras en Ia personalidad sino que, también, se puede constituir en un recurso a dis- posicién de la persona y, cuando se trata de al- guien que va-a iniciar una psicoterapia, como un recurso a disposicién del terapeuta. Constituye un potenecial de introversién si se acepta, en funcién del modelo tedrico en el que se funda ef test de Rorschach, que el movimiento inanimado es sus ceptible de transformarse en energia a disposi ciGn del yo si se elabora Ia conflictiva subyacente que el tencionado movimiento expresa. No se puede olvidar, sin embargo, que mientras mas do- minado esté el protocolo de una persona por res- puestas de movimiento inanimado, menor seré su ‘capacidad sublimatoria_y su funcionamiento de- pendera en mayor grado de las fuerzas instinti- vas, lo cual, desde un punto de vista prondstico, mstituye un signo negativo. La relacién entre Ia hipstesis que visualiza al ‘movimiento inanimado, no sélo como una fuerza desimtegradora sino también como un recurso, ¥ cl prondstico puede constituir una linea fructifera de investigacin, Qué Hay Detréis de las Areas Ciegas? Puede derivarse de Ia literatura, y de lo que cella comunica en relacisn al significado de los distintos determinants, que 10 esperable seria que en cualquier protocolo estuvieran representa- dos todos los determinantes, ya que su ausencia siempre indica un drea ciega a la cual no se ha podido acceder por diversos motivos, los cuales. se pueden intuirfedricamente. Sin embargo, n0 se dobe olvidar que en a practica son areas de la personalidad de ese individuo que no han sido develadas. A modo de ilustrar 10 antes dicho, se puede tomar como ejemplo la ausencia de textura (Alessandro de Colombo et al., 1989). Dicha au- sencia no debe ser interpretada como ausencia de necesidades de dependencia. Lo deseable seria {que apareeieran por Io menos una o dos respues- tas de esta indole en un protocolo de extensién normal y en una persona normal, ya que elas indican Sensibilidad, tacto, capacidad de ternura y también de depender. La capacidad de depender 8 un rasgo necesario en algdn grado cuando se 38 eens. ala de establecer un vinculo terapéutico. Su au- sencia indica falta de reconocimiento de las ne sidades afectivas, incrementindose la posibitidad que éstas se actien y busquen satisfacerse de mo- do no consciente, Se necesita atender, adem: la calidad de la textura, toda ver. que las texturas ciilidas hablan de vinculos agradables y la posibi- lidad de establecer buenas relaciones. Su frecu cia sera un signo que indica también el monto de idealizacién. Distintos significados tienen texturas frfas, pues remiten a contactos frustran- tes y rechazantes: quienes las dan establecen tarn- bién vinculaciones hostiles reservadas. y_distan- tes. Estin tambign las texturas desagradables, que implican fuertes dosis de destructividad y, final- mente, las intelectuales, que informan de una adaptacién cautelosa, formal y una inhibiciéa afectiva activa, Estas consideraciones dicen mucho acerca de Ia calidad de los vineulos tem- pranos pero, también, de To que posiblemente ocurrird en una situacién terapéutica cuando se active la transferencia y de los particulares mo- dos de vinculacién Futura de esa persona en par ticulan. El estudio de estas areas ciewas indudablemen- te constituye un area abierta a la investigacién fara, EI Significado de los Grises Una tercera linea de investigaci6n se refiere a la relacisn encontrada y comunicada por Vasquez (1989) respecto de la enfermedad orgainiea som: tica y el manejo de los grises. La autora incluye dlentvo de los grises a las Fespuestas acromticas, respuestas de perspectiva, radiografias y respues- tas de textura, y olorga a su forma de distribucién un valor pronéstico y de diagnéstico precoz de Ia tenfermedad somat Conelusiones Para finalizar, quisiera destacar que la técnica de Psicodiagndstico de Rorschach es una prue- bacon ventajas y limitaciones, Pero no quedan dudas quo sus ventajas se potencian cuando Ia interpretacién es realizada por conocedores ex- perimentados y sus limitaciones se incrementan ‘cuando ella es realizada por personas que se ini cian en su interpretacion, olvidando que es tarea de todos Jos que usan la téenica preser~ var un trabajo sistemético que posee larga data y contribuir, en la medida de to posible, a me- jorarla a través de investigaciones. sistem fica, 36 Para aquellos que comienzan vayan as si- guientes consideraciones: = BI primer requisito a la hora de interpretar un protocalo de Rorschach es conocer la teoria psicoldgica en la cual se fundamenta, las pau tas de interpretacidn, las normas especificas para grupos de edd y para cundrospcopato- logicos. = Una correcta interpretacién del Rorschach re {quiere que el protocalo sea estudiado en pro- fundidad y detalladamente, combinando et nslisis con Ia sintesis, cuidando que no quede nada importante de la personalidad del exami- nado sin interpretar. = La imterpretacién clinica debe considerar no s6lo datos cuamtitativos y cualitativos. sino, nbién, antecedentes de la persona que ha jo a la prueba, La interpretacién “a ciegas” de un protocol Rorschach, sin cono- cer del entrevistado mas que su identificacién, centraiia un riesgo y un peligro. Agregarfa que, cuando el examinador procede de esta forma, los hallazgos constituyen hipdtesis que deben ser confirmadas 0 disconfirmadas por el clini- co que ha solicitado la evaluacién, quien debe ‘saber que se ha procedido de esta forma = Lo ideal es que la interpretacién se haga en Conjunto con ottos datos obtenidos a través de \éenicas complementarias. Cabe tener presen- te que la tendencia actual es considerar la apli- cacién de las pruebas psicoldgicas dentro de lo que se ha llamado proceso psicodiagndsti- co, definido extensamente por Siquier de ‘Ocampo, Garcia Arzeno y col. (1976). — Es necesario recordar que un diagnéstico psi quidirico es siempre un diagndstico clinico y, por tanto, los indicadores Rorschach resultan Sugerentes © compatibles con un determinado, irastorno © sindrome clinico, No hay que ol- vidar, por otta parte, que los diagndsticos psi quidiricos son formas de resumen abreviado. 4que facilitan In comunicaciGn entre los exper- tos pero que, al usar una determinada catego- ria diagnéstica, se pierde Ia individualidad del caso, Por tanto, lo que el instrumento nos en- trega es informaciGn sobre la persona que lo ccontesta como individuo y como personalidad. — No olvidar que la prueba se orienta a evaluar tuna personalidad y, por ende, hay que cuidarse de no patologizar a todas las personas que la contestan, al tiempo que hay que aprender a seitalar los recursos y aspectos positives del individuo en cuestidn: = Debe recordarse que las respuestas populares ro se interpretan. — Hay que tener presente que la interpretacién tendra mayor validez cuanto més produetivo sea el protocolo o, en su defecto, hab que buscar la redundancia dentro de la informa- cin proporcionada. — La prueba de Rorschach fue concebida como tuna totalidad de sentido y, por ende, no debe aplicarse abreviadamente, cualquiera sea el propésito con el cual ésta se aplique (diagnds- tico clinico, selecci6n laboral us orientacién profesional). (EI test de Zulliger, un test simi lar al Rorschach, que cuenta con tres Kiminas ¥ con sus propios sistemas de tabulacién e in Teiprotacién, no es una seleccidn de liminas del test de Rorschach como algunos suelen creen). = La comunivacién de resultados debe enmar- carse dentro de los principios que rigen la en- trevista devolutiva, los que han sido discuti- dos en extenso por Siquier de Ocampo, Garcia Arzeno y col, (1976). Referencias Al, L.& Bella, L, (1978). Pslcotogia proyectiva, Buenos ies: Paid. [Alessondri, A. M. (1982). Tess de Rorschach y dlagadsicn ela personalidad. Saaingo: Leo Edicion. Alessandra de Colon, M., Alonso, L., Barra, R., Coda tink M, Graveatort, M,C. Hevea, M.T., Menesrna, NU Passalacgua A.. (1989). £1 Pricodiaynsnico de orsohach: interpretaciin, Buenos Aires: Ediciones kek Ames. L, 8, Leave, J, Mewraus, RW. & Walker, RW. 11972), BY Rorschacs nfanil (2 Ba), Buenos” Aes Aracena, M. 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