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ne Bower Capitulo 10 LOS ORIGENES DEL HOMBRE aplicacién de la teorta los origenes de la humanidad. Mucha gente estaba contzariada por la misma idea de que nosotros pudiéramos ddescender de los simios. Este problema es el que lievé al alboroto en reunién de Oxford de a British Association, cuando el obispo Wilberforce pregunté a Husley si él defendia que era descendiente de ‘mono por parte de madre o por parte de padre —y Huxley contests cen términos similarmente dsperos—', En 1864 Benjamin Disra. jnado por Wilberforce a dar una conferencia contra el mate imo en el Teatro Sheldon de Oxford e hizo su famosa declaracién La cuestidn es ésta: jes el hombre un simio o un angel? Sefior mio, yo estoy del lado de los ingeless?. Una serie de grabados en la prensa popular pusieron en solfa la nocién de que pudiéramos estar empa- rentados con el gorila. Al establecer la posibilidad de tal vinculo los evolucionistas estaban amenazando el concepto de alma inmortal y " Hunley a0 dio que a contra ase ELD, vl He pp. 259-7. ° Wéase Monyponny y Buckle, The Life of Benjamin Diss ise descender de un simio que de un obispo, per su pp. 32023, y Life and Letters 29, vl 205 | PUNCH'S FANCY PORTRAITS.—No. 64. maba la creencia in hacia cus era que la defensa del evolucionismo pudi Je las especies la cuestién sopesar las blica a sus ideas y las de otros evolucio CHARLES RODERT DARWIN, LLD., PRS. emus Desceer or Max wx aagvonr aus own Sracies pow us disefiados para re irk REASON Fox Tue VERY ODNERAL ‘embargo, ¢s nscesario reconocer a la vez que compat ‘Tonaino Rie attExTiow 70 THe" Poune Woes ee preconcepciones sobre la naturaleza humana que eran comunes entre los briténicos victorianos. En concreto ereia que los hombres blancos je humanidad més altamente desarrollads. Lana 14. Caricets orige = Sobre las razones de Darwin para SRS eros: les Darwin econcepciones eran importantes porque conformabsn riblica y determinabaa las circunstancias en las cuales fin mente vendria a ser aceptable la idea de un origen animal para la hu- manidad. También debemos precavernos de la distorsiones que de- nasiado facilmente pueden introduciese en auestra interpretacién del debate por centrarnos con demasiado énfass en las posiciones adop. tadas por los extremistas. La posicién evolucionista basica era real- mente adoptada por una mayoria de pensadores tardo pero sus creencias sobre cdimo hemos surgido desde los simios no se. ggulan necesatiamente las sugerencias propias de Darwin y con certe- 22 no anticipaban el moderno punto de vista. Algunas veces la idea de desarrollo teleoldgico result crucial: las genteshallan que les es posi- ble reconciliarse con la perspectiva de un ascendiente animal con tal de que el proceso evolutivo se contemple como una fuerza dirigiendo adh naturaleza hacia un término moralmente significativo. En lugar de cont los sobre la naturaleza a8 a que poseemos un alma venimos a ser la punta de lanza del impulso natural hacia la produccién de estadios mentales cada vez mis elevados Esta interpretacin del impacto darwinista desafié a veces la tess de que el evolucionismo obligé a los victorianos a adoptar una filoso- abiertamente materialista. Para Butler y los oponentes ala teoria de la seleccidn la «supervivencia del mejor adaptado» resumia una imagen embrutecedora de la naturaleza que amenazaba con negar ala humanidad cualquier esperanza de aspirar a cosas elevadas. En seme- jante sistema no podia haber ningtin papel con sentido para la mente © la moralidad. Muchos de los modernos oponentes al darwinismo continian subrayando su jones materalistas y asi se animan para asumir que tales implicaciones resultaron obligadas para los vie- torianos por su aceptacidn de la teoria. Se sostiene con frecuencia que |a ferocidad de capitalismo e imperialism propicié la adopeidn de tuna despiadada politica de «darwinismo social» en la cual los indivi duos no adaptados y las razas no adaptadas estaban condenados a la muerte o ala esclavitud en nombre del progreso. La fuerza bruta sus- ticuyé a las virtudes tradicionales de amor y compasin gracias a la influencia de la enseitanza de Darwin. Los historiadores constatan ahora que semejante interpretacién concede excesiva importancia al impacto del evolucionismo porque desconoce los esfuerzos que se hicieron para ver un propé. en el mismo proceso evolutivo. Muchos incluso de los a rianos, Los origens del hombre ery «idarwinistas» fracasaron en valora lo que ahora consideramos como implicaciones obvias de la teoria de la seleccidn. Para ellos la natura. leza podia ser aspera —pero en ningtin caso un caos sin sentido pues aspereza estaba disefiada para promover el avance de la vida a tradicional de la moraldad, estrechamente vincula- daa la concepcién conservadora de las celaciones sociales, estaban ellos mismos convencidos de que la evolucién social consttuia un progreso inevi sofia evolucionista de Spencer vea el progeeso como una consecuen- cia automitica de los esluerzos acumulativos de individuos luchando por acomodarse a su medio, Los antropélogos veian también a lz tmodlernacivilizacién europea como el peldaio mas alto de una escala de progreso social que todas las razas podrian finalmente esperar conseguir. Lejos de ser un producto del materialismo darwinista, a tworia de [a evolucidn social surgi independiencemente de su equiva- lente bioldgica y ayudé a promover un punto de vista progeessta que arruiné la légica del desarrollo arborescente de la teoria de Darwin. Elorigen del hombre Un edimulo de factores en la inicial carrera de Darwin ayuds a prepacar el camino para su final estudio sobre los origenes del hom bre. Procedia de una familia que estaba profundamente interesada en la campaiia contca la esclavitud y hemos visto que se vio profunda- mente perturbado por el trato a los esclavos negros que presenci6 en ‘América del Sur. De este modo s¢ vio animado a contemplar a todas las razas humanas como miembros de a oh especie, al contrario ue los «poligenistas» que despreciaban a los negros como especies treadas sepatsdamente destinadss por Dios para ser sirvients de ls blancos. Sus experiencias con los nativos de Tierra del Fuego, sin em- birgo, le dieron una imagen de cuin animales pueden ser las vidas de los miembros «inferiores» de la raza humana. Una vez que Darwin se libers a si mismo de la idea de ezeacién divina, ls forma de vida de los fueguinos como primitives cazadores-recolectores debié haberle pa tecido una ilustracién perfecta de las condiciones en las que vivieron los primeros miembros de la humanidad antes de que surgieran la agricultura o alguna forma de civilizacién. Muchos posteriores evi cionistas iban a asumir que semejantes primitivos eran «f6siles vi EE SEpSRERERREE Tn SE no les Darwin jias de la forma ancestral de la humanidad sobrevi- vientes atin en los confines del mundo—. Pero Darwin sabia que esto era una simplificacién exagerada. Los fueguinos podian no tener con cepto de Dios ni moral (se ha dicho que comian a sus mujeres viejas cen tiempos de escasez), pero los tres que Fitzroy llevé a Inglaterra habian sido educados en una cierta apariencia de civilizacion. Da observé que la forma de vida de los fueguinos les habia res zada por las desoladas condiciones a las que se habian v a adaptarse. Si los fueguinos eran verdaderamente humanos, no meramente el ia perdido» entre los simios y el hombre, su carencia de valo- jados daba una clave sobre el proceso mental por el que se- rmejantes valores resultan impresos en las mentes de aquellos que na- cieron en condiciones més afortunadas. Con toda claridad los sentimientos religiosos y morales no eran instintos impresos por la divinidad —eran habitos de pensar creados en nuestras mentes por ceducacién—. Darwin debié ser consciente de la larga tradicion de la filosofia «sensista» que trat6 de explicar la actividad de la mente sélo cen términos de cémo se relacionan las impresiones sensibles para dar ‘una imagen del mundo en que vivimos*. Erasmo Darwin habia soste- nido que ni siquiera los animales tenian modelos de conducta instin- tivos impresos en sus cerebros; tada su conducta esti conformada por la respuesta intligence al medio. Esta postura fue agriamente cri- jada por los naturalistas, que sostenian que cada especie animal ha sido dotada por su Creador con los instintos adecuados a su modo de vida. Este punto de vista casaba limpiamente con la creencia de que la conciencia humana representa un instinto moral creado por la di dad. Fue Lamarck al esbozar a grandes trazos una componenda ev lucionista lo que influyé profundamente en el joven Darwin. La- ‘marck sugirié que los instintos son, en realidad, habitos aprendidos que han sido mantenidos en uso durante tanto tiempo que se han ter tminado por convertir en instintos hereditaros. La herencia de los ca- racteres adquiridos sirve para las funciones mentales tan bien como para las estructurasfisicas tales como el cuello de las jirafas. La evol cin exige a conversidn de los habitos mentales aprendidos en mode- los impresos de conducta; en efecto, el instinto es memoria incons- te heredada de generaciones precedentes, " Véase RJ. Richards, Darrin and she Emergence of Evolutionary Theories of Mind and Behavior, 1987 Los origenes del home a Esta postura lamarckiana iba a ser la base de amplias reflexiones del siglo x1x sobre el origen de las facultades humanas, Sila evo cin ha actuado de este modo, entonees la inteligencia ha sido a fuer- za rectora de la conducta en todos los estadios de desarrollo y se po- dria esperar que la inceligencia hubiese crecido con el paso del tiempo a medida que cada generacién luché por adaptarse a su medio. A la vez, modelos exitosos de conducts se habrian convertido en instintos, conservaban un nivel primitivo de cultura porque su mentalidad permanecia en un nivel mas bajo que el de los mucho mis avanzados blancos. Eran fésiles vivientes cultural y mentalmente a la vez, manteniendo un primer estadio de evolucidn bioldgics en pleno mundo moderno, Los salvajes, en efecto, eran los eslabones perdidos en el ascenso del hombre desde los simios —eran bien visi- bles en el mundo moderno incluso aunque sus equivalences hubiesen sido todavia descubiertos—. Esta postura ya se habia hecho presente en el evolucionismo de Spencer incluso antes de que Darwin publicase el Origen de las especies. Spencer observ que el evolucio- rismo biol6gico le permitia sostener que el desarrollo de la mente y acién caminaban de la mano. Las razas mis on una cultura mis elevada y esta cultura a su terior progreso mental. En este modelo las razas incivilizadas han de presuponerse como dotadas de menor inteligen- cia. Los victorianos estaban seguros de que su desarrollo industrial indicaba un mayor nivel de inteligencia para la raza blanca y estaban descosos de encontrar excusas para sus conquistas de otras gentes. Incluso sin el concepto de «lucha por la existencia», el evolucionismo proporcionaba la caracterizacién de ls sociedades no industrializa- das como productos de una mentalidad primitiva, Las razas sinferio- res» resultaban de este modo fracasos evolutivos: cualquiera que fue- se la causa, se han quedado atrés en la marcha del progreso y jamés serdn eapaces de ponerse al di. Su desalojo por los tipos més avanzar dos era slo cuestidn de iempo. Hemos visto que Darwin partcipé de esta actitud hacia las razas inferiores, aunque condend todo género de crueldad deliberada hacia las ramas inferiores del tronco humano. Al fin y al cabo él pensaba Las origens dl hombre ns que el desalojo de los tipos inferiores por los superiores era inevita- ble, salvo en aquelas dreas en que los blancos no pudieran penetrar debido a que las condiciones eran inadecuadas. Hacia el final de su vida eseribié a un corresponsal sobre la lucha por a existencia entre las razas y coneluia: «Al mirar ha ui infinito némero de razas inferiores habrin sido ths razas mis altamente civlizadas lo largo de todo zas inferiores. Incluso gativo concebido para el la seleccidn natural fuese salojo de otras razas de los territorios que —para las pauras de la so- edad industrial— no podrian explotar adecuadament. La paradoja del progresismo estriba en que una creencia en el carter finalista de evolucién puede combinarse con la actitud mas despiadada hacia los fracasos de la naturaleza, ¥ ¢sprecisamente debido 2 que la evolu- ida estaba concebida para producir mas altos niveles de mentalidad por lo que resulta necesario eliminar a quienes no lo alcanzan. De he- cho fueron muchos evolucionistas no darwi én de as razas subdesartolladas. Pero, cqué ocurre entre los habitantes de la Europa industraliaa- da? La imagen clisica del «darwinismo soci smo despiadado en el que la logica del Laissea-faire capi do hasta sus ras los individuos mis capuces dirgen la marcha del progreso. El sistema darwiniano contiene claramente elementos que podrian utilizarse en apoyo de semejante concepcién amoral del mundo. El éxito vendria a ser el nico criteria de lo «bueno» en un mundo go- bernado exclusivamente por la seleceién natural, y el éxito a eual- quiet precio sera el mensaje que conllevaria semejance teria. Segin ca en la que todos los valores tradicionales fueron arrasados por el culto a la fuerza bruta. Herbert Spencer es presentado a veces como el lider del «darwinismo social» —un hombre jaleado con en- tusiasmo tanto por el evolucionismo como por el sistema de la libre 26 Chases Darin empresa—. Spencer ¢s contemplado como el arquitecto en jefe de wna nueva ideologia para el capitalismo que invita a boyantes hombres de negocios a recurrir a a teoria de Darwin como medio de justificar su crueldad afirmando que la «supervivencia del mejor adaptado» lleva al progreso! Pero, chay alguien en la actualidad que recurra al darwinismo para justilicar la lucha como medio de climinar a los miembros desa- daptados de su propia sociedad? Los modernos estudios sugieren que no ¢s en absoluto féeil encontrar ejemplos contundentes de «darwi- nismo social» en la dlkima parte del siglo xix". Con certeza nadie uti liz6 en la época la formula actual de «darwinismo social» —fue intro- ducida como nombre para el maltrato 2 principios del siglo xx. Y de modo mis pr establecer el supuesto vinculo entre gica de la teoria de Darwin y las justificaciones contemporineas del capitalismo, Es completamente verdad que Darwin obtuvo parte de piracidn del individualismo caracteristico de la sociedad en que y estaba al corriente de la ja del laissez cluyendo a Adam Smith y, desde luego, 2 Malthus. Pero la utiliza por parte de Darw jualista fue altamente original yen absoluto refleja la justficacién tipica de esta idea de sociedad adoptada por la clases medias concemporsneas. Todo cl intento de la ologia progresista del evohicionismo social consistia en que no re- sultasen destruidos todos los valores morales, dejando lugar solamen- teala libre competencia por todo. El progreso sélo podria ser defini- do asumiendo que para la evolucién habia un objetivo a conseguir moralmente significativo, y el proceso actual mismo de evolucién t nia que ser contemplado como una expr Las normas éticas del individualismo podian ser duras, pero sus se~ guidores nunca ereyeron que ellos estuviesen sosteniendo un nuevo fundamento para algunos valores tradicionales Los propios darwinistas no contemplaron su teoria como una es dentro de li sociedad. ‘Origen del hombre Darwin observ que las naciones habian buclado Ia capacidad de la seleceiin natural para desadaptado mediante la institucién de la asistencia publ dados médicos otras formas de ayudar a los desamparados. Admi- Veze por ejemplo Hofstadter, Soie! Darwinism: in American Thoxght, 1989 Vaaee Bannister, Social Dern: Science end Myth in Anglo-American Socal Thought, 1979, y G. Jones, Socal Darwinism end English Thought, 1980, Los orgenc del hombre ay tid que esto era por para la raza, puesto que por analogla— ninginctador de animales doméstcos procure {que sus animales defectuosos se reprodujeran. Pero Darwin subraya ‘que nosotros somos caritativos hacia el pobre porque tenemos instin- tos sociales establecidos en nosotros por seleccién natural, y lego a mantener que incluso en nuestros dias se da una tendencia natural para que los inmorales mueran sin reproducirse. Respecto 2 las cusidades ciones siempre alguna eliminacisn de las malas dispos: en marcha incluso en las naciones mis cvilizadas. Los jecutados, 0 encacelados por lrgos petiodos, de mado ir fiilmente sus perversas cualidades, La gente me- 5 violentos ¥ pen dencieros tienen con Frecuencia un final sangrento. Los inquiezos que no permanecen en uaa ocupacinestable —y esta reliquia de la barbarie es un gran freno a la civlizacin— emigran a pases recgn fundados, donde se ruestean como pioneco De este modo, lejos de promover la pura crueldad, la seleccidin natural esti atin ayudando a desarrollar instintos eooperativos que se hallan en la base de la moralidad. En una posdata 2 una carta a Lyell ‘en 1860 Darwin escribid: «He recibido en un periddico de Manches- ter, 0 mejor un buen panfleto, mostrando que yo he probado que afuerza es justicia», y por tanto que Napoledn es justo, y cada co- merciante eramposo es justo», El epanflewo» muestra ciertamente la manera en que el potencial en pro del «darwinismo social» podia leerse dentro de la teoria de Darwin, pero su eeaccién minimamence es la de quien desea verdadecamente defender que «la fuerza es la jus- ticia —ni incluso la de alguien seriamente inceresado en ser interpre- tado en este sentido por lz mayoria de sus lectores. De los seguidores de Darwin, Wallace era claamente opuesto al sistema capicalista y defendia el socialismo sobre la base de que la acumulacidn de riqueza perturbaba la eleccidn natural de eompaie- tos conyugales, Huxley acabé abandonando su apoyo al progresismo social y se hizo uno de los lideres de la oposicisa a la filosofia de Spencer. Su conferencia «Evolution and Ethics» de 1893 argumenta- ba contra lo que finalmente vino a ser el conocido como darwinismo apoyiindose en auténtica bases darwinistas como que la evo of Man (2 ed) p 197. 4 enero 1860, CLD, vo. Up. 262. PY CChaces Darwin Gién natural no es necesariamente progresiva y por tanto no puede considerarse una guia fiable en los asuntos humanos"*. La sugerencia de que el darwinismo surgié naturalmente de un compromiso con el crudo individualismo se volvié de este modo implausible debido alas opiniones de los mismos dar Hasta es posible ver que el argumento de Spencer en pro del indi- vidualismo, en tanto que clave de la evolucién social, tiene base no darwinista. Dado que fue Spencer, no Darwin, quien ap! ssupervivencia del mejor adaptado» para referrse ala accin de a se~ leccién natural, es fil imaginar que Spencer misino era en ciencia un darwinista?, Su defensa de una exteemada acted de laissez-faire en la cual él estado no asumia responsabilidades a la hora de paliar las mise~ rias de los desadaptados puede parecer que se basa en la idea de que el progreso depende de la eliminacién de estos desgraciados. Pero el principal argumento de Spencer en pro del individuslismo se basa en tun mecanismo muy diferente que tiene mucho mas que ver con el la- marckismo que él vela como la principal fuerza directriz dela evolu- cidn animal, El fin de la lucha no era eliminar al desadaptado sino for- zarlo a adaptarse, Las miserias que aguardan al que fracasa eran la rjor forma posible de eduecar al holgazsn de manera que éste se hi- ciese mis trabajador y mis emprendedor en el futuro. Eliminar la idiotez congénita era solo un factor secundario —la inmensa mayoria de la gente tiene capacidad para actuar adecuadamente en 1 mundo con sélo aplicar a ello su mente, y la ventaja de un individualismo irrestricto era que forzaba a cada uno a maximizar sus esfuerzos y ala explotacién a fondo de su iniciativa—. La evolucién para las especies ha tenido lugar através de la acunulacin de muchas generaciones de autopromocidn, que Spencer consideraba que se habria transmitido de padres a hijos mediante la educaci6n. Finalmente el hibito de auto- aria a ser integrado tan profundamente que legaria a set instintivo, De este modo el «darwinismo social» de Spencer se conviert en realidad en una forma de elamarckismo social Darwin y Spencer ut cia de formas muy distintas: donde Darwin postulaba la seleccin ac- “Evolution and Ethices de Huxley se halls reimpreso en el vol. 9 de sus Calle ted Bisa, 3-4 2 Vease Spencer, Principles of Biology, 1864, vol I p. 44. Sobre as diferencias en- ‘de Darvin dl concepta de lucha, vse Bowler, The Now-Dar- 8, pp. 2840, Los rigenes del hombre Py twando sobre variaciones azarosas de caracteres adquiridos, Spencer sea nen er uaemengucioa wsteuies glass lec rencia si son estimulados por la amenaza del sufrimiento. Aunque ambos estaban convencidos de que la evolucién tiene un objetivo moral, Darwin vio a la seleccién como la fuerza que hace surgir los instintos sociales situindolos en el centro de Ia moralidad, mientras Spencer piensa que la naturaleza premié el duco trabajo, hore ¢ in iativa como medios para consteuir estas caracter auténtica naturaleza de la humanidad. El sufrimiento de los desadap- tados es un desgraciado subproducto, una violencia necesaria desina- da a eliminar los caractees inadecuados en ls futuras generaciones. En efecto la teoria de Spencer toma las virtudes tradicionales de la ética del trabajo protestante y las introduce en la naturaleza como fuerza rectora de la evolucidn progeesiva. Lejos de ser rechazado como materialista debido a su escepticismo sobre la religion formal, Spencer fue bien recibido por algunos liberales protestantes gracias precisamente a que su a un nuevo fundamento para los valores tadicionales de t6 a la cultura victoriana en una era de nihilismo moral olvida tomar, cen cucnta la fe en la inevitabilidad del progreso que sirvié de funda- mento al evolucionismo social Para llegar a sor un darwinistaestrieto en asuntos humanos uno se ve obligado a insistir en que todos los aspectos de la personalidad es- tin rigidamente determinsdos por herencia, yen que el progreso slo puede llegar a produciese mediante la continua eliminacién de aque- llos individuos lo suficientemente desgraciados para nacer con cual dades inferiores. Semejante enfoque hereditario para los problemas sociales fue ademis sugerido por el primo de Darwin Francis Galton en su Hereditary Genius de 1869. Galton desconfid de la weoria de Darwin de la pangénesis porque preferia creer que la herencia es una fuerza mucho mas estricta en la determinaciéa del modo en que los caracteres paternos se transmiten a a prole. Sostenia que la herencia era de gran importancia en los emas humanos y traté de consolidar esta postura mostrando cémo la inteligencia superior tendia a conti- ar en las familias. La sugerencia de Galton en pro de la mejora de taba fundamentada en lo que, de hecho, era selec ign artificial: él proponia que la gente superior (ls clases profesio- ® Vise Moore Herbert Spencer's Henchmene, 1985 20 (Chases Darwin nales) debian ser animados a tener mis hijos, mientras las masas infe- ores amontonadas en los suburbios tendrian que ser en cierto modo desaconse\adas de reproduciese. Finalmente acuf el sérmino seugé- nesis> para signifier semejante politica y propuso medidas para Tenulitar e inetitucionalizar a los individuos con debilidad mental {que representan una peligrosa amenaza para el futuro genético de ky « ideas de Galton en el Origen del hombre y Ia nica perspecti- vace Pero cu- Fosamente, sn embargo, vela que habia grandes obsticulos que se a- aban en el proceso de identificacion de quienes estaban més ‘ualficados para ser eliminados del grupo de los reproductores. Aunque veo muchas dfclades, el proyecto parece una gran csi y Vd ha aaa al dnico, aunque me parece utopco, plan factible de proceder para ‘Sons ara hurnana. Yo estaria por onfiar mis (sto es parte de su plan) por difundeeinssticen la importanca del absoluamente decisivo principio de la hevenc Esta carta a Galton sugiere que Darwin reconocia efectivamente log principios dela herencia en el miclea des teora, pero era menos que optimist sobre la propuesta de un estado controlando la repro- Jhccien humana, Como hijo de la era del individualismo veia en la persuasién mis que en fs compulsign fa nia via hacia el progreso. “Cariowamente Galton fue ampliamence ignorado durante los afios, 1870 y 1880; los victorianos simplemente no estaban preparados para dina idea de la sociedad en la que las capacidades de cada uno fuesen tsi de rigidamente determinadas. Preferian el recurso de Spencer alas Esperccss de la natraleza como medio de esimolar al desadaptado a mejorar por si mismo, Slo muy al final dl siglo pudo ver Galton Ge sus ieas estaban ganando audeni,y el movimiento dela euge win ibe a convertirse en parte significativa de la eseena p Tas primeras dcaas del siglo XX. Su més extrem manifesaciin oot tris como parte de los intemos de los nazis de purificar la raza aria “Francis Galton, 1974, y sobre la eogenesia, vase Haller, Eugenics, Tame of Exqeis, 985 Seale, Engen end Polit in Britin, S Darwin a Galton, 4 enero 1973, MLD, vl: Il,p 43. El genio hereto es dis catdo en Descent of Man (2 es pp 1962 Los orgenes dl hombre Darwin, pero su tardia aceptacidn como programa serio sugiere que difcilmente podemos culpar a Darwin de generar Sat ta de darwinismo social. forma concre- icos y sociales a fin de lussez-faire de Spencer perdi6 credibilidad de cara a las crecien demandes de conel exten efensa del posi ie = ‘mundo, mientras que en la ciencia la apari ivamente a centrar [2 atencibn herencia. Sila eugenesia es werdaderamente una forma de dacwinismo dese éxito durante la vida del propi Darwin conic que la tects dee eleecin no era simplemente vi expresién del ethos capitalist de los vietorianos medio.

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