Como una suerte de guracin nostlgica que se sirve de la
policroma para abrirse a una aventura pictrica, esta
muestra propone una perspectiva que cita a la pluralidad y la consolida a travs de la expresividad emocional. Son siete miradas que recurren al pincel para modelar metforas de libertad y deseo, en una bsqueda por la realizacin que se consuma placenteramente y deviene en un encuentro con diferentes escenarios que se experimentan con el presupuesto de los sentidos. As, se representa la soledad y la quietud; el vaco atemporal que clama por ser colmado por las suaves pinceladas gruesas y slidas que acarician la supercie: la saturan para imaginar momentos en que la consciencia se suspende y se relaja para dar paso a los trazos regulares que denotan movimientos convulsos, resumiendo alegremente el mpetu liberador, la seguridad; la realizacin satisfecha. Siete miradas y un pincel es, pues, una muestra que integra y articula pictricamente las interpretaciones sensitivas de Kikis Fernndez, Maribel Rico, Hilda Padrn, Patricia Macas, Norma Villarreal, Marta Rangel y Germn Ortiz, quienes las enuncian en una suerte de potica plstica.