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SULA PRESENTAGION DEL
capitulo anterior ha sido
fructuosa, ser posible
aceptar Ia sociologia co-
‘mo una preocupacién in-
telectual de gran interés
para ciertos individuos.
‘Sin embargo, detencrnos
a estas alturas seria en
realidad muy poco sociol6gico. El hecho mismo de que
1a sociologia aparceiese como una disciplina en una etapa
Aeterminada de la historia occidental deberia obligarnos
‘ averiguar con més detalle e6mo es posible que algunas
personas se ocupan de ella y cusles son los requisites para
‘ata ocupacién, En otras palabras, Ia sociologia no es
independiente del tiempo ni es una empresa forzosa de
fa mente huinana. Si admitimos esto, surge légicamente
tuna interrogante acerca de los factores convenientes que
hacen de clla una necesidad para determinadas personas
En realidad, quira ninguna actividad intelectual sea eter
‘mao necesaria, Pero Ja religién, por ejemplo, ha sido
‘poco menos que universal al incitar una intensa preoc
pacién mental a través de toda la historia de la humat
dad, en tanto que los pensamientos destinados a resolver
lox problemas econémicos de Ja existencia han sido una
ecesidad en la mayoria de las cultufas humanas.
La sociologia como
una forma de
conciencia
duda alguna, esto no significa que Ia teologia o la econo-
iia, on nurstin sentido cantemporinee, son fendanene
universalmente presentes de la mente, pero al menos pisa-
‘mos un terreno seguro si dlecimos que el pensamiento Iura-
no siempre paret + estado dirigide hacia les proble-
1aS que aliora constituyen Ia materia principal de estas
disciplinas. Sin embargo, de la sociologia no puede decirse
siquiera otro tanto. Esta se manifiesta, mis bi
rel
én pculiarmente moderna y occidental. Y, como
trataremos de d
por una forma par
de 5
La peculiaridad de la perspectiva sociolégiea se torna
clara con cierta consideracién acerca del significad del
Aérmino “sociedad”, el eual se refiere al objetivo por exce-
lencia de ta disciplina. Como la mayoria de los térn
cempleados por los sociélogos, ste se deriva del uso comin,
en ef cual su significado es bastante impreciso. Algunas
veces quicre decir una asociacién particular de personas
(como en la “Sogiedad Protectora de Animales”), en
‘algunas ocasiones sélo a las personas dotadas de un gran
Dprestigio o privilegios (como en la “Sociedad de Damas
rar en este capitulo, esta constituida
iento
ularmente moderna de conoe
dde Boston”) y en otras ocasiones se emplea simplemente
para denotar compafifa de cualquier tipo (por ejemplo,
“a mucho en aquellos afios por falta de sociedad”.)
Existen también otros signifieados menos frecuentes. El
sociélogo usa cl término en un sentido més preciso, aunque
cexisten, por supuesto, diferencias en Ja manera de usarlo
aun dentro de la propia disciplina. El socidlogo considera
que el término “sociedad” denota un gr
relaciones humanas, 0, expresindolo en
complejo de
mn lenguaje mis
téenico, piensa que se refiere a un sistema de interaccién,
La palabra “gran” es dificil de especificar cuantitativa-
mente en este contexto. El sociélogo puede hablar de w[UNA FORMA DE CONCIENGIA
ejemplo, la “sociedad estadounidense"), pero también pue-
de usar el término para referise a una colectividad’ mie
iéricamente més reducida (digamos, “la sociedad de
alumnos de segundo aiio en esta universidad”). Dos
personas charlando en una exquina di
twirén una sociedad, pero