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ESCUELA DESAFIOS DEL. MDENTIDAD = SOLIDARIA” MUNDO DE HOY SCE sper tonstomacinsccial is A. ARANGUREN Ura escuela aber brio, (rapa ENTORNO cg deal folic Tok GRO ans Toye mnie Peers Tic CANT bez fxchtn Sai ‘toa OTANA et omy oc rpc Fane TORRALBA Pedagogies vulnerable, Iuan ESCAMEZIRamn {peheac ead apie cana. LA EDUCACION. E LA CIUDADANIA De la participacion en la escuela ala participacion ciudadana Juan ESCAMEZ/Ramén GIL ra fa accién social & cuadernos de educacién ta educacién de fa ciudadania Gy SUMARIO Presentaci6n .. 1, LA EDUCACION DE LA CIUDADANIA .. 1.1. Qué es la ciudadanfa y quién es ciudadano 1.2. Los diferentes tipos de ciudadanta ltades actuales para que personas adquieran de las soci 1.5. Proyectos pa x LOS CONTENIDOS DE LA AEDUCACON — DE LA CIUDADANIA ........ Pagina web de Editorial CCS: www.editorialccs.com (© Juan ESCAMEZ SANCHEZ/Ramén GIL MARTINEZ. (© 2002. ICCE, Eraso, 3 /28028 MADRID. wwwicceciberaulanet © 2002. EDITORIAL CCS, Alcalé, 186 / 28028 MADRID ‘etrperal reel defo nao dances. Portada: Olga Rosiguer 7 2.2.3.2. La fortaleza de la voluntad seve 3M Fotocomposicién: M&A, Becert de la Sierra (Macc) limprime: FRANJOGRAF,8.L. (acid) 4 cuadernos de educacién para Ia accién social Propuesta de actividades para el prfesorado : Cuestiones para la reflexién ... El aprendizaje de la ciudadanta en el .Elaboracién de un plan para transforma las ‘aulas y a [a que pertenece el centro escolar 3.4. Propuesta de actividades que los edlucadores pueden r en Escuelas de Padres 3.4.1. La familia como escuela deci 3.4.2. El cul de la autoestima 343. Fdocaci6n dela cicada y prevecion de la violencia .. 3.5. Lneas de accidn educatva que los educadores pueden realizar con los estudiantes para la formacién de ciudadanos Competentes y responsables .rnsnonrinnnn 1a cultura de paz 3.5.2. Cooperacién para el desarroll de los Derechos Humanos respeto a la diferencia Bibliografia comentada 59 59 62 65 one 69 69 - 70 3 78 81 La educacién de la ciudadanta 4. LA EDUCACION DE LA CIUDADANIA 1.1. Qué es la ciudadania y quién es ciudadano concepio de ciudad: Para los griegos la ciudadanfa significaba participa piblicos de una ciudad; para los romanos, la ciudad todo, la posesién de unos derechos que Roma cones individuos pertenecientes a la ciudad o a una provi ‘mer lugar participacién en la vida pa Sobre este principio se han construido los sistemas politicos de la democracia moderna. La evolucién actual de esos sistemas convierte en problematica el ejercicio de la ciudadanfa porque los cauces de partici- pacién se han hecho opacos y desconocidos para la mayoria de los miembros de la sociedad. Se esta produciendo una fractura entre la vida real de los pueblos y los grupos que gobieman. En efecto, los problemas e intereses sociales, tal como los viven los individuos, son interpretados y gestionados no a través de un auténtico didlogo entre los miembros de la sociedad, sino mediante una organiza- ci6n social cuyos centros de poder estén cada vez mds lejos de la con- ciencia cotidiana de las personas. La construccién de la Uni6n Europea y de las diversas regiones politicas y econdémicas supranacionales, que se estén constituyendo en todo el mundo, refuerzan esa percepcién. & 10 cuadernos de educacién para la accién social Una causa importante del malestar politico de las sociedades con- temporsneas radica en la disociacién entre los ciudadanos y aquellas stituciones y personas que les representan. Manifestaciones de esa ituacién de malestar son los enfrentamientos de los movimientos socia- les de los organismos les antiglobalizacién con los representantes o' estatales e Internacior retinen los jefes de Estado y el Gobierno de la Unidn Europea. La tradicién romana del ciudadano como sujeto cle derechos tomé -a que ha ido generdndose desde las teorfas que explican el nacimiento del Estado modemo, y las declaraciones de independencia de los indi frente al poder de las monarquias absolutas, tal como se hizo en la Declaracién de Derechos del Pueblo de Virginia (1776) (independencia de EEUU.) y la Declaracién de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789, Revolucién Francesa). En esa tradicién polttica, se afirma que los individuos tienen una setie de derechos que deben ser respetados por gobernantes y magistra- dos. Aparece asi la concepcién de ciudadano como miembro de una comunidad politica, que le reconoce y protege como sujeto de derechos, mientras que él est obligado a cumplir las leyes o normas de esa comu- jad. El estatus o categorfa de ciucadano se basa en el primado de la Ley y en el principio de la tgualdad como miembro de una sociedad: ser ciudadano consiste en ser sujeto de iguales derechos a cualquier otro miembro de la misma sociedad, garantizados por los poderes de! Estado. El reconocimiento de los derechos como miembro de una comuni- dad politica, la practica de la participacién en las instituciones, asocia- ciones y redes sociales de tal comunidad para la bitsqueda d imiento entre las personas y del bien comin, y la afirmacién o el personal de esa comunidad como propia, en la que se quiere vi {que se quiere pertenecer, son las notas que caracterizan la actual visién de lo que es un individuo que tiene la cualidad de la ciudadania. Por lo tanto, la ciudadanfa integra los derechos de los 1 que han de ser protegidos, y los deberes que esos individuo: la comunidad, que se concretan en ef cumplimiento de las leyes y el buen ejercicio de los papeles sociales que a cada uno le corresponde desempeiiar, La integracién de derechos y deberes no puede lograrse sin La educacién de fa ciudadania fortalecer un doble vinculo: el de la comunidad hacia sus miembros, pro- tegiendo realmente sus derechos, y el de los miembros hacia la comuni- dad, ejercitando sus competencias para el a 1.2. Los diferentes tipos de ciudadania En las sociedades complejas en las que vivimos, la ciudadania adquiere diferentes tonalidades y matices, segtin se considere un aspec- to u otto. Desde el punto de vista legal, ciudadanos son los miembros de plenoerecho de un Estado, reconocido internacionalmente, quienes estin protegidos por las leyes y gozan de los derechos de esa comunidad politica. La ciudadania legal se adq miento, siempre que no se renuncie expresamente a ella, y tambi adquiere por residencia en el territorio de un Estado, bajo determinadas condiciones. En algunos Estados, como es el caso de Espafia, nos encon- tramos con ciudadanos que pertenecen a distintas etnias y nacionalida- des. El Estado espafiol es una unidad politica y administrativa, en cuyo seno existen di istinguido los conceptos de Estado y ni (0 la comunidad natural de gentes con cultura, lengua y lazos afectivos; lo ms parecido a la comu- nidad familiar) asentadas cada una en un territorio, con lengua y tradi- ciones propias, que tienen el proyecto politico de transmitir sus peculia- ridades culturales a las generaciones futuras; también encontramos miembros de la etnia gitana que tienen reconocida la ciudadania legal desde hace muchos afios; otros grupos de poblacién inmigrante estan luchando actualmente por su pleno reconocimiento legal como ciuda- danos espafioles. Desde el punto de vista social, ciudadanos son aquellos miembros de una comunidad politica a los que se les reconoce y proporciona el disfrute basico de los derechos humanos de la segunda generacién o derechos sociales: e! derecho al trabajo, al salario justo, a la vivienda, a la salud, a la educaci6n y a una ancianidad protegida. fs un deber de cualquier Estado, que hoy quiera pretenderse legitimo, garantizar a sus miembros los mfnimos de justicia en tales derechos. E! problema est en determinar en qué consisten tales minimos de justicia. En todo caso, no es aceptable la tendencia neoliberal, dominante en estos Gltimos afios, que proclama la libertad del mercado como panacea para ef desarrollo y Gy 7 BS ul Ge cuadernos dle educacién para la accién social 1 2 el estar de los ciudadanos. Se estd defendiendo con uiias y dientes la én del Estado a garantizar los derechos civiles y politicos, mien- los derechos sociales quedan desterrados del concepto de ‘Mal podré ejercer su autonomia politica y sus libertades civiles quien carece de los recursos materiales biisicos para hacerlo. Lo cierto es que las personas cobramos nuestra identidad y estima enel seno de una comunidad que nos reconoce derechos 0 nos los niega, que nos hace saber que somos miembros suyos 0 nos hace sentimos cextrafios. $i una comunidad politica deja sin proteccién a alguno de sus miembros en sus derechos sociales bésicos, esté demostrando con hechos que no lo considera en realidad como ciudadano suyo. __ Aquel a quien no se le trata como ciudadano tampoco se identifica iso como tal, También se habla en nuestro econémica en el s el sistema financiero en los mercados int dadanfa econémica sea un suefio dificil de alcanzar. Sin embargo, la importancia que tiene lo econémico para la vida de las personas, las sociedades y el medio ambiente reclama centrar el esfuierz0 en ese tipo de ciudadania. Los movimientos sociales que promueven «el precio justo», la inversién econémica en empresas que no contaminan 0 no pro- ducen armamentos 0 no emplean a nifios o dan parte de sus beneficios 2 organizaciones del voluntariado son algunas de las i hacer presente el derecho de los ciudadanos a la participacién en los asuntos econémicos. La ciudadania nolégicos de una comunidad politica. En las sociedades democrat que mantienen el reconocimiento de los derechos individuales como principio de su sistema de organizacién social, la efectiva igualdad de oportunidades de acceso a la educacién y a la cultura se convierte en la clave de legi democritica. Sélo la persona que tiene un adecuado de educacién es capaz de interpretar el mundo en el que vi ne competencias para defender sus puntos de vista e intereses y la posi- lad de llevar a cabo sus proyectos personales en el marco del bien comtin. Es de suma importancia la existencia de una ciudadania civil que posible la existencia jidad real de acceso a los niveles més excelentes del sistema educativo, por parte de todos los miembros los poderes econémicos y politicos, sin la cual de una democracia auténtica. La pos ¥e que ser para todos sus miembros. la ciudadania intercultural si 1gua, tradiciones y modos de entender la vida diferentes a la mayor‘a cultural, a ser protegidos en sus diferencias culturales, a gozar de iguales derechos basicos que los demas miembros del Estado y al reconocimiento de su cultura como un modo de vida que enriquece el patrimonio cultural comiin de toda la sociedad. sultades actuales para que las personas adquieran el sentido de la ciudadania Ciudadano es aquel a quien se le reconocen los diferentes derechos individuales que hemos descrito en el apartado anterior. La lucha por el jiento de tales derechos ha sido larga y dificil en los dos tlti- cenfrentamientos y guerras entre quienes deten- fan un El producto de tantos esfuerzos y enfrentamientos jtado. Hay quienes consideran que la pobreza y la vulneracién de los derechos humanos, en determinadas zonas del plane- ta, alcanza en nuestro tiempo cotas como nunca las hubo en la de la humanidad, La riqueza y el poder parecen concentrarse en unos pocos paises y el abismo con los desheredados se hace progresivamente més grande. Es como si los acontecimientos se escaparan al co sonas concretas. Si la ciudadania, ademés del recor derechos individuales, se caracteriza por la patti ‘comunes y por el sentido de pertenencia a una comunidad, la percepcién de personas, sobre los asuntos, que afectan a las vidas de los demas, es una invitacién 13 & 14 cuadernos de educacién para fa accién social a encogerse ce hombros y dejar os asuntos piblicos en manos de quien tiene control sobre ellos; es una invitacién a la renuncia del ejercicio de la ciudadanfa, «Total, no podemos hacer nada, se dice. Ese sentimiento de impotencia se esté incrementando debido a la mundializacién de la produccién econémica y las finanzas, la pérdida de poder de los Estados nacionales y el monopolio de los medios de comunicacién por grupos internacionales de poder. - El ciudadano de a pie no entiende muy bien las razones de los des- pidos en su empresa porque la bolsa de un pais distinto al suyo haya baja- do 0 se haya producido un escéndalo financiero en una empresa de la que no sabfa ni el nombre. No tiene facilidad para comprender que los ingresos que él necesita todos los dias para comer, llevar a los hijos al colegio 0 pagar la hipoteca de la casa dependen de situaciones, que se producen en otros lugares del planeta, tanto 0 més que de su esfuerzo por hacer perfectamente el trabajo. Cuando pregunta «squé pasa?» ante la pérdida de su ahorro en la bolsa, le contestan que «el sistema bancario japonés no tenfa los controles necesarios y ha habido una quiebra de la confianza en el sistema financiero, que ha afectado gravemente las bol sas de todo el mundo», Fs un hecho el declive de los Estados nacionales, que si bien man- tienen el control sobre el empleo, fa educacién y algunos asuntos de bienestar social, han perdido todo poder de regular la actividad econé- mica, la politica de defensa y la seguridad interior. En otros términos, la representacién popular en los parlamentos nacionales no tiene capacidad de controlar las grandes cuestiones que se deciden en espacios politicos mas amplios. Si esto es asi, entonces la democracia, como control de los que ejercen el poder, se ve menascabada. Es dificil incluso identificar qué gobieros de los Estados son responsables ce determinadas decisiones en el campo de la economia o de la defensa (recuérdese el caso de la inter- vencién de la OTAN en Kosovo), e imposible destituirlos por medios constitucionales, El ciudadano ordinario tiene la informacién de los sucesos més 505, que ocurren en cualquier lugar del mundo y en tiempo real, en 10 momento que estén sucediendo, Sin lugar a dudas vive con la idad de acceso inmediato a aconte sntos y canales 0 servido- res de informacién sobre cualquier noticia o fuente en la que se haya pro- ducido la noticia, Sin embargo se siente perplejo, puesto que asiste a acontecimientos que marcan su vida y le son dados de tal manera que el artificio y la manipulacién parecen evidentes; las preguntas més sencillas son: 3por qué esto es asi, ja qué intereses sirven los grandes medios de comunicacién?, sd6nde esté la verdad? Ejemplos de la situacién descrita son, entre otros, la «Guerra del Golfo», en la que no se vefan muertos, lo mismo que ha sucedido ante el ataque a las Torres Gemelas o la situacién que en estos momentos se vive en Afganistén. Es un hecho cierto que los medios de comunicacién ce masas s¢ estén convirtiendo en terminales informativas de emporios econémicos y de grupos empresariales. ¢Fabricar noticias» es relativamente barato y una invérsiGn rentable a medio plazo, ya que da poder e influencia y terminan convirtiendo las pérdidas en ganancias. Los sistemas de comu- nicacién han acaparado, en buena medida, un conjunto de funciones generales: construyen la percepcién que de sf misma tiene la sociedad, conforman las preferencias del ptiblico, promueven subculturas de iden- tidad e integraciGn, refuerzan las normas sociales, ejercen la facultad de rel mérito 0 la autoridad o sus contrarios. Su poder es tal, que | 10s acuden al objetivo de una cémara de televisién como un gorrién ala luz de una linterna en una noche oscura, La imagen y la opinién que emiten los medias de informacién es més importante, para la mayoria de icos, que la imagen que puedan transmitir en el Parlamento. Asi ica y minusvalora al sistema democratico y a los orga~ tico. niismos de control p: actualmente vivir el sentido de la ciudadanfa: la pattici- pacién en las instituciones y asociaciones sociales para la biisqueda del bien comiin y el sentimiento de pertenencia a una comunidad politica. Ms bien lo que mueve nuestro mundo es la premisa del crecimiento y la eficiencia del capitalismo; todos los demés valores han de sacrificarse lo. Se piensa que la competencia en el mercado se traduciré en una eficiencia dptima porque el mercado es el mejor distribuidor de todos los recursos, ya sean naturales, manufacturados, econémicos o humanos. Se nos dice que «los mercados son capaces de autorregularse y no hay que interferir en su actuaci6n». Las consecuencias sociales, que se derivan deva situacién anterior, se concretan en la pertenencia de las empresas a quienes invierten en las; no pertenecen a sus empleados ni a las comunidades en las que casualmente tienen su sede. Estas empresas son méviles y buscan nuevas, a educacién de fa ciudadania Ge BS 15 oe Sf, sundaes de. 7 cuadernos de educ: para fa acci6n social sedes donde puedan encontrar la méxima productividad al costo, Las consecuencias politicas a las que se llega, por medio de la ap! cacién rigurosa del principio del funcionamiento de los mercados, es la Ciones sociales por los servicios del Estado. Dado que los Estados no pueden hacer mucho respecto a la sociedad, y que, segtin algunos, no deberfan hacerlo aunque pudieran, la emocracia parece un asunto menor puesto que las elecciones y la participacién masiva favorece a las masas que suelen ser irresponsables y, por definicién, perdedoras. Las consecuencias personales que se derivan de la situacin descrita son el forialecimiento de un Ia valoracién de las cosas 0 personas de acuerdo a su rentabilidad, y la pérdida del sentido de pertenencia a un vida en comtin de bienes, rlaciones afectvas y proyectos. 1.4, La reconstruccion de la ciudadania, una necesidad de las sociedades de nuestro tiempo Ante sa situacin, desde diversos sectores de la sociedad se vienen postulando nuevos plante intereses comunes con I sisten en la bisqueda de justos compromisos entre el desarrollo econé- mico de hay y el ahorro en recursos de materias primas necesarias para mafiana, el bienestar de los ciudadanos y la salvaguarda de la naturale za, el progreso cientifico y los derechos humanos, a libertad de prensa y el respeto a la intimidad de las personas, la eficacia y la eficiencia de las empresas y el principio de la justicia. lo pueden protegerse , también estan dispuestos ciudadanos, la aceptacién propios derechos individuales es participando activamente en la comu- nidad politica a la que se pertenece y en la comunidad interacional. Sélo asi es posible superar las patologias de una ciudadanfa débil ytrans- formarla en una ciudadanfa con poder suficiente para exigit lo que le corresponde frente a los poderes econémicos y politicos, ya sean nacio- les. S6lo a través de la construccién de una le pasar de un rund de preferencias rales 0 internaci fea asp La defensa de Ios derechos indvduatesresufta impo ciudadanos se aislan de los demds y no construyen redes sociales en las que se produzcan la deliberacién y la accién en comén. iin més, ante unas empresas transnacional inmensamente pode- wuaciones de paro lereses que no son los de los convenga profundizar en lo que se ha denominado la al y la ciudadania del mundo. ciudadaios, qui democracia intern: A pesar de los obstéculos que hemos descrito en el apartado ante- rior, el futuro de nuestra vida y de nuestras comunidades depende de lo que cada uno vayamos haciendo. Es necesario implicarse porque la tarea es volver a tejer el tejido soi «qPero qué puedo hacer yo? Yo no puedo nada, S0y...2 «nosotros solo somes...». Cada uno de nosotros puede e en la urdimbre de la trama. Cada puente que se construye, cada canal que se excava, cada sendero que se pisa va hacia alguna parte Y eontrbuye a volver a cea el pasaje humaro. ética moderna, implica el tos a la de ciudadanos, pasar de ser manipulados a ser actores de nuestro propio futuro. Todo el mundo puede participar en el refuerzo de la democracia local, nacional y estatal, en la creacién de insttuciones y redes sociales diversas para el ané- de los problemas sociales y la accién conjunta de los miembros de la dad, en el establecimiento 0 apoyo de economias disidentes paralelas alternativa, lo que se esté empezando a llamar global cooperativa. ‘Tal concepto significa no un regreso ni una huida a lo local, sino un esfuer- 20 por reconstruir una economia y una politica de abajo arriba, con el obje- tivo de unas sociedades més saludables y equitativas. La educacién de la ciudadania Ge 7 & 18 cuademos de educacién para la accién social 1.5. Proyectos para la formacién de la ciudadania La construccién de una ciudadanfa viva y fuerte requiere la conjun- cién de esfuerzos en miitiples direcciones. Como hay graves abstéculos actuacién politica, civica, ética y educativa. En el presente apartado pre- sentamos algunas de las lineas bdsicas de tales proyectos. que no hay libertad sin igualdad y justi 1a libertad no es un bien separado de cualquier otro bien, aso a la no interferencia del Estado, Al menos en el mundo real, los duos pueden dlsfrutarla, en la medida en que disfruten de notorios a que pertenezcan. La consideracién igual de todos los miem- bros del grupo es la garantia de una consideracién igual para cada uno de ellos, y tal garantfa exige el respaldo de un Estado de derecho. Entre los estudiosos de! cumplimiento de las leyes en comunidades ajustadas a derecho, se tiene constancia de que tal cur duce no tanto por miedo a las sanciones como por la conviccién de que las leyes son justas y equitativas. Mds atin, las razones para la obediencia de las leyes por la mayorfa de la gente derivan de la conviccién de que las leyes son equitativas, hechas y aplicadas sobre bases bien informadas, y descargadas de influencias indebidas de intereses de indivicluos o gru- pos particulares. La observancia de las leyes se apoya en la percepcién del ciudadano como leyes legitimas. Cuando no es asf, los individuos tienden a desentenclerse de las leyes y.a buscar sus intereses personales, aunque se produzca una vulner: de las mismas. Por lo tanto, la fundamental conviccién politica de los gobernantes es sujetarse a la norma que exige preocuparse por el bien comin. De ahi, surge la esperanza de garantizar que las normas y cos- tumbres sociales lleven a las gentes a la aprobacién de las conductas observantes de la ley y a dejar claras sus actitudes de rechazo y denuncia de los delincuentes; hechos que manifiestan la civilidad de una sociedad. iQué puede hacer el Estado para fa la aparicién y el buen fun- Lo primero es asegurarse de que la ley en cuestién esté establecida en la percepcién de las gentes a educacién de la ciudadanti como una intervencién legitima en la vida civil. Para ello se requiere que la ley, antes de su aprobacién y promulgacién por los poderes pil sea explicada a las gentes y presentada como necesaria para el comtin; como segundo requisito, que el Estado se presente a sf mismo institucién democratica en la que se pueden debatir la conve- niencia o no de los objetivos del proyecto de ley. Si tal proyecto de ley sobrevivie a los desafios que se les lanzan en un medio social democrati- co y dialogante, esa es Ja mejor prueba de que se dispone para afirmar que se trata de una ley I aceptacign y apoyo de las gentes y se versn incrementados los habitos de ciudadanfa. ‘Actualmente algunos pensadores politicos y morales hacen la pro- puesta, que ofrece un cierto interés, de promover la sociedad civil como lo contrapuesto al Estado y a los poderes econémicos. Desde el punto cl vista de e50s te6ricos de la sociedad civil, lo que hace inviable hoy dfa la concepcién moderna (entendida «moderna» como la concepcién que arranca de la tlustracién) de la ciudadanfa es que el Estado ha dejado de ser el centro y el vértice de la vida social. Lo que tenemos en las socie- dades complejas es una realidad multicéntrica y relacional, en cuya comprensién no se puede avanzar si se adopta una perspectiva unilate- ral como es la de los ejes Estado-individuo o Estado-mercado. Para estos tedricos, el Estado ni siquiera constituye el interlocutor Unico de todos Jos actores sociales, como entienden todavia las concepciones de curio ral o socialista. La funcién del Estado es supletoria de lo que llarnan las subjetividades sociales. Entienden por subjetividades sociales a los diferentes grupos huma- nos que se proponen un proyecto comin, realizado de manera estable y con seriedad, al servicio de iniciativas sociales de solidaridad, de pro- mocién ciudadana, de atencién a enfermos y marginadbos, de creatividad artstica, de proteccién de! medio ambiente, o simplemente de desarro- lo deportivo o Kidico. Su proximidad a las tareas 0 fenémenos de lo que en cada caso se trate, permiten a estas-subjetividades sociales alcanzar un conocimiento pormenorizado de las necesidades y posibilidades que estén en juego. Se trata de grupos sociales que no responden a érdenes provenientes del vérice politico o de algunas de sus derivaciones, ni estén motivadas por el beneficio econémico. Se trata de asociaciones 19 FR oe a ecm 4 20 cuadernos de educacién para la accién social aut6nomas respecto a los poderes politicos y econémicos. Lo que no impide la conexi6n con las Administraciones piblicas para organizarse segin estatutos que hagan transparentes sus ac Posen, por lo demés, un componente econé~ ico que puede ser importante y que no esté exento de las reglas de juego mercantiles. Lo especifico de estos grupos es el cardcter relacional, Comunitario y promotor del entendimiente entre las personas. Para los defensores de tal opcién, las subjetividades sociales 0 pos 0 redes de grupos se constituyen para la accién humana en los diver sos campos sociales. Ser ciudadano no significa hoy principalmente pagar impuestos, recibir prestaciones sanitarias 0 tener la propiedad de tun inmueble, sino la activa intervencién en proyectos con relevancia publica. La emergencia de lo que llaman «nueva ciudadania» est adqui- riendo la forma de una red compleja que cumple una funcién comuni- ulacién un intercambio basado en las producciones cu las relaciones solidarias y no en el poder politico o econémico. Desde el punto de vista ético, fa formacién de una ciudadanta vigo- rosa se plantea actualmente desde posiciones que superan el enfrenta- miento de los tiltimos decenios entre quienes defienden el arraigo en las lades concretas y quienes defienden la defensa de unos derechos y planteamientos universalistas. Actualmente fas personas no quieren verse reducidas a ser tratadas como clientes y consumidores de un mercado y como votantes de un Estado, sino que desean convertirse en miembros de comunidades, en miembros de una sociedad civil en la que se saben ciudadanos. Pero no se trata de comunidades cerradas y tribales, sino comunidades cuyo nticleo de valores sustantivos son tan universalistas como: el compromi- so con la democracia, las lealtades politicas, el respeto por las diferencias y los didlogos abiertos en la sociedad. Se ha cafdo en la cuenta de que los sentimientos de pertenencia se adquieren con el arraigo en las comunidades nacionales 0 étnicas en las que se nace o vive, y hacia esas comunidades es necesario generar leal- tades y asumir responsabilidades. EI lenguaje de los derechos humanos, los discursos sobre el «Norte y el Surs, la solidaridad con el lejano son, La educacién de la ciudadanta en demasiadas ocasiones, cortinas de humo para ocultar la estafa y desi- dia de la vida cotidiana. La identidad de todos los seres humanos en estar dotados de Logos © Razén y la diversidad en los demas aspectos originan la pertenencia de cada ser humano a dos comunidades, la comunidad local y la comuni- dad de todos los hombres, la pertenencia a una comunidad politica, dota- dda de unas leyes y unas costumbres, y la pertenencia a una comunidad universal. La doble pertenencia por la que somos ciudadanos de una determinada patria y a la vez ciudadanos de! mundo. Las;consideraciones anteriores nos enfrentan con un asunto muy deba- tido en nuestros dias, la cuestién del zhecho diferencials. Sin duda existen diferencias entre los seres humanos, pero no s6lo ur la concepcién de la vida y otras muchas cosas. Pero, en cualquier caso, nunca esas diferencias son tales que permiten trazar una barrera infranqueable entre «nosotros» y «vosotros», sino que la semejanza, como pertenecientes a lo humano, es més ra diferencias. Por eso importa encontrar férmulas que permitan vivir de forma arménica las distintas identidades de la fealtad a las mismas, prestando fa fundame humana. A este tipo de ciudadanta se le hi arraigado». lealtad a la comunidad llamado «cosmopolitismo La formacién de una ciudadania vigorosa que supere los indivi- icas, cfvicas y éticas, a las que venimos haciendo refe en los pérrafos anteriores, abundan en el papel fundamental de la educa- steraa educativo en la formacién de los ciudadanos. ci6n no formal y del “XK 24 cuadernos educaciéa para la accién social 2. LOS CONTENIDOS DE LA EDUCACION DE LA CIUDADANIA fendrfan que abordar idad y la percepcién de formas potencialmente lad nacional, regional, étnica o religiosa; la capa- cidad de tolerar y trabajar conjuntamente con individuos diferentes; el deseo de participar en los procesos politicos con el compromiso de pro- mover el bien ptiblico y sostener solo aul la dis- posicién a ejercer salud y al medio faltan ciudadanos que posean estas cualidades, las demo- cracias actuales se vuelven sociedades vulnerables a las agresiones y manipulaciones de los poderosos. Para formar ciudadanos con esas competencias, proponemos las siguientes orientaciones pedagégicas. 2.1, La recuperacion de la funcién politica de la educacién En la sociedad actual, se ha hecho de a politica un asunto o bien para profesionales de la misma que gustan de! poder social con el que ganar influencia y, a veces, dinero o bien un tema de reflexién para inte- lectuales y miembros academia universitaria. Las complejas estra- tegias de los partidos px rel voto de los ciudadanos, ccon la fuerte inversién econémica en campafias de publicidad, la falta de ccoherencia entre las promesas electorales y las acciones de gobierno, cuan- do un partido alcanza el poder, y los frecuentes escdndalos de corrupcion han desacreditado socialmente la préctica de la pe ‘Ante esa situaci6n, por un lado, y la ingente cantidad de conoci- rmientos y habilidades que se han de aprender en las sociedades moder- La educaci nas para ganarse vida, por otro, la preparaci6n de los jévenes para la prdctica de la politica es una preocupacién menor de los educadores y Ccentros educativos, cuando no merece la consideracién de un asunto en el que se pierde el tiempo. Sin embargo, el despert danos, no como un hecho aislado de tal o cual ciudadano que pueda sentirse responsable a titulo personal o por motivos personales, sino ‘como un hecho colectivo que afecte a la ciudadanta en gene 4 posible en la medida que se aplique un amplio proceso de soci democraticos desde siempre. EI despatismo ilustrado nunca consider pueblo como sujeto activo de la politica, sino como sujeto pasivo de el ‘Tampoco el Estado liberal supuso un cambio importante en este terreno, porque si bien estableci6 derechos fundamentales y elevé, en el plano formal, a los individuos desde el nivel de stibditos al de ciudadanos, no se educé a éstos para que realmente lo fueran y se implicaran de modo efectivo en los asuntos pablicos a de la educacién tiene una tradicién de miles de afios, que se renueva, una y otra vez, en los mejores pensa- dores. Para los griegos, la polis o ciudad se impone a los individuos de un modo vigoroso, marcéndoles con su sello; es la fuente de todas las nor- ‘mas vilidas para los ciudadanos. Por eso, concebfan la educacién como impregnacién al joven del deseo de convertirse en un ciudadano perfec- to, con competencias para mandar y obedecer. La concepcién de la vida hombre griego es politica, entendida como la existencia d individual dentro det marco de la existencia colectiva de la didlogos socréticos de Platén que tratan de la piedad, la valentfa y la moderacién constituyen verdaderas investigaciones sobre las virtudes de ‘Atenas y sus ciudadanos. ‘S6crates se consiceraba como un educador de la juventud en esas ccualidades, y a ello consagré apasionadamente su vida. Entre los autores de la Ilustracién, Kant piensa que los primeros esfuerzos de la educacién moral tienen que estar dirigidos a educar el cardcter, es decir, a formar al nifio en el sentido del deber: que hay ciertas leyes sociales que deben ser respetadas; que hay tiempos para la diversi6n, para el trabajo y para el suefio que deben ser cumplidos; e n de la ciudadania ‘Sx oe 23 G 24 cuadernos de educaci6n para ta accién social que ciertas normas o prescripciones de convivencia deben ser satiste- has. EI nitio, desde su infancia, tiene deberes como nitio que han de ser inculcados como tales deberes. Asf el nifio aprenderé a respetar el deber. Si realiza ese aprendizaje, estaré preparado para respetar pos- teriormente la ley moral que descubrirs, cuando sea adulto, en su con- Ciencia; en caso contrario, dificilmente serd respetuoso con esa ley y, ue actiie comorpersona moral. La educacién preparados para que no hagan al nifio sumiso, para su autonomfa moral. ino que le preparen Dewey, por su parte, entiende la democracia como cooperacién en los asuntos comunes, buscando soluciones generales a los problemas colectivos; y que una educacién p: de los alumnos para transform relaciones injustas en cuanto a la distribucién de los bienes econémicos y Culturales de la sociedad concreta en la que viven. Las concepciones educativas de los griegos, Kant y Dewey han influido en la corriente de pensamiento contemporénea que considera la educacién moral como formacién del cardcter de los jévenes como dadanos. Los pensadores que pertenecen a tal corriente, consideran que fuerza que se pueda tener como ciudadano, depende de la unién de los, individuos; puesto que la fragmentacién conduce a un individualismo impotente que deja a la sociedad y a las personas a merced de las redes, internacionales del poder. Y ello puede conducir a que los ciudadanos pierdan el control de la vida piblica y la dignidad como ciudadanos. 2.2. Los contenidos de la educacion de fa ciudadania ‘Advertimas a los lectores de que los contenidos no serén comenta- ria un mayor niimero de paginas due las asignadas al presente Cuaderno. Sin embargo, los autores hemos considerado oportuno ofrecer unos cuadros, con los contenidos funda- La educacién de la ciudadani ‘mentales, reeridos a valores, actituces y habilidades que deberfan ser tra- tados en la educacién de la ciudadania, aunque nosotros comentaremos s6lo algunos de ellos. Estamos seguros de que la reflexién y la creativi- dad de los educadores complementaran nuestras aportaciones, 2.2.1, Los conocimientos La educacién de la ciudadania tiene como objetivo basico la for- n de ciudadanos competentes que participen responsablemente en la construccién de una sociedad democratica y justa, que esté ala altura idad humana. Tal formacién requi mientos, valores, actitudes y ha los deberes de las personas como miembros de las comuni- dades politicas y de la humanidad. A continuacién presentamos algunos de los contenidos cognitivos para la educacién de la ciudadanta, y la vitalidad de la sociedad, la naturaleza de las orga- nizaciones del voluntariado y el bienestar de los ciudadanos. lacién con la democracia y el poder, se tendrian que impartir fos a: la naturaleza de las comunidades democraticas, ‘c6mo funcionan, qué cambios se estén produciendo en la vida de las socie- dades democriticas, los actuales desafios morales, politicos y econémicos a las sociedades democraticas, la separacién de poderes y la democracia, la fortaleza de las organizaciones civiles y la salud de la democracia. Sobre la igualdad y la diversidad en las sociedades modemas, son importantes los conacimientos sobre: ef Estado en las sociedades con etnias 0 naciones plurales, la igualdad de derechos y la atencién a las & 26 cuadermos de edlucacién para la accién social diferencias personales 0 de grupo, las migraciones y la complejidad de las sociedades, la exclusién y la marginacién en las sociedades moder- nas, la calidad y la equidad en los servicios sociales. nales, el funcionamiento y el cambio de fas leyes. El conocimiento de los derechos y las responsabilidades es bésico en j6n en los par- icos y sindicatos, las organizaciones del riado y sus mbitos de actuacién, y las organizaciones de cooperacién internacional. 2.2.2. Los valores Los valores son las cualidadles que las personas y los pueblos, a lo largo de la historia o en estos tiempos, descubrimos 0 ponemos en las cosas, acontecimientos, situaciones y personas para hacer nuestro mundo més is ar una convivencia humana en Itura de ta dignidad de la persona, y habrian de regir la convivencia ciudadana tanto en la propia nacién o Estado como en la comunidad internacional. Como no pode- _ La edueacién de la ciudadania VALORES DE LA EDUCACION DE LA CIUDADANIA & 28 cuadernos de educacién para fa accién social mos tratar todos los valores, segdin anunciamos anteriormente, a conti- rnuacién del cuadro comentaremos algunos de los valores que nos parecen les para la formaci6n del ciudadano. Los valores de la participacién ilidad serén presentados en el préximo capitulo. 2.2.2.1. La dignidad humana - El primer valor en el que tiene que centrarse la educacién es la dig- nidad humana, que hoy se emplea en sentido universalista e igualitaio. Cuando se habla de la dignidad de los seres hurmanos, el supuesto sub- yacente es que todas las personas, sean cualesquiera sus con individuales, culturales, étnicas © econémicas comparten tal dignidad. gEn qué consiste esa cualidad o valor que llamamos «dignidad» de la per- sona? En la condicién de agente racional capaz de dirigir su vida. En otros términos, la persona humana tiene la cap: wma y la capacidad de di morales. De ahi que ias personas humanas, cada persona human: gan dignidad y no precio (de acuerdo a la conocida expresién kant id como valor consiste en esas capacidades que comparten ‘todos los seres humanos, al menos potencialmente. Ese potencial, y no lo que cada persona haya hecho de él, es lo que merece respeto aun sonas qué, debido a circunstancias diversas, son inca- potencial como es el caso de los bebés, de ciertas fas mentales 0 enfermos en estado de coma. ios personas con minusval El reconocimiento de la dignidad en cada persona su conciencia, su intimidad y sus caracteristicas diferenciales, as‘ como el rechazo a toda forma de violencia y a toda clase de instrumentacién de la misma, El descubrimiento de la humanidad en cada persona ca reconocer su dignidad como un valor que le pertenece y que impone los dems y a las instituciones sociales de respetar tegridad de su vida, al igual que su autonomia moral y dignidad de cada una de las personas, el acercamiento individual que hace a la verdad y la direccién que imprime a su vida y a la construcci6n de su personalidad, hace de cada sujeto humano un ser tinico e irrepe- El respeto a la realidad de cada persona, como alguien insustituible, iamente tiene que conducir al cuidado propio y de las demés per- sonas como objeto de nuestros desvelos. La educacién de la ciudadania 2.2.2.2. La tolerancia 2n su segunda acep- Ci6n, define la tolerancia asf: «Respeto y consideracién hacia las opinio- nes 0 précticas de los demés, aunque repugnen a las nuestrasy. Dos caracter(sticas son basicas en el concepto de tolerancia; la primera es la disposicién del sujeto a soportar y sufrir a aquellas personas que sostie- icas diferentes a las suyas, y con quienes el tro personal es perturbador; y esa perturbacién puede alcanzar el limite de la repugnancia. La segunda caracteristica radica en que esa disposi- cién para-soportar surge desde el respeto y la consideracién que le son debidas al «otro. El sujeto tolerante tiene poderosas razones para «res- Petar» y «considerar» las convicciones y précticas que no comparte: la dignidad personal del otro en quien reconoce su racionalidad, la capaci- dad de descubrir aspectos de la verdad, que quizé él no ha alcanzado; y su libertad, la capacidad de decidir sobre sus propios asuntos. Frente a lo que cominmente se cree, la persona tolerante no es a quien todo le parece bien porque mantenga una posicién ista respecto a la verdad o respecto a las costumbres; la persona tolerante esta comprometida con sus convicciones y con unas normas de comportamiento, cree en la verdad y en la justicia de sus propias posiciones y por ello, precisamente porque cree en su verdad y en la correccién de sus comportamientos, esté afectado por las convicciones y acciones de los otros. E te la verdad y para quien los ideales normativos de la accién no son universalizables, 1no padece o sufre las convicciones 0 costumbres de los dems; puesto que todas las convicciones y costumbres le parecen mas o menos igual- mente defendibles. Si bien una persona tolerante esté comprometida con unas convic- ciones y normas de accién, también esté convencida de la posil del errar humano y, ademés, algo que sucede a cada paso. Sécrates, Locke y Voltaire, quienes analizaron este tema, subrayaron el hecho de la ignorancia humana, que tiene como consecuencia ética ineludible fa tolerancia. Si yo puedo estar equivocado, té puedes tener razén o quizd € facil que ambos esteras equivocados. Si yo espero aprender de ti deseas aprender en interés de la verdad, yo tengo no solo que te, sino que reconocerte como alg & 29 G 30 cuadernos de educacién para la accién social nocimiento del Logos © pensamiento en todas las personas es un requisi- to previo para nuestra disposicién a discutit racionalmente las cosas y, por tanto, a ser tolerantes, 2.2.2.3. Lapaz EI modo de concebir la educacién para la paz, al igual que el con- cepto mismo de paz, es muy discutido. Se han hecho varias revisiones de currfculos para determinar aquello que deberfa incluir este tipo de educacién y, aunque todavia no hay limi- tes claros y precisos, se han identiicado ocho temas que constituyen los principales enfoques de los curriculos actuales de la educacién para la paz: la solucién de los conflictos, la cooperacién, el rechazo a la violenci comprensién multicultural, los derechos humanos, la justi recursos mundiales y el mé La relacién de educacién y paz puede establecerse desde un doble enfoque: la adquisicién de conocimientos sobre la paz, grupos de inves- tigadores y movimientos asociativos nacionales o internacionales que promueven la paz; o bien la adquisicién de actitudes y comportamientos para la paz, En ambos casos estamos hablando de una educacién normativa, bien referida de modo primordial al conocimiento que los educadores para la paz ven como la mejor manera de fomentar la paz, o bien referi- da.a una manera de organizar e! ambiente de aprendizaje que sea propi- cia para producir ciudadanos pactficos, No es facil ensefiar la cooperacién y la paz en un ambiente escolar en el que s6lo se aprecian los logros individuales y se estimula la com- petitividad. Es diffcil educar para la paz en un clima escolar en el que no se resuelven, 0 por lo menos no se gestionan bien, los conflictos del cen- tro y de las aulas. El gran investigador de la paz Johan Galtung crefa que itera educativo tradicional no se adapta bien a la educacién para la paz y se hacia la siguiente pregunta: ela educacién para la paz, yno pare- cerd una pura hipoctesfa? O, peor atin, sno parecer la paz una palabra hueca, anulada por el mensaje més fuerte de que la verticalidad y la dominacién son normales y aceptables, mensaje que se transmite por medio de la estructura del centro escolar?». La educacién de la ciudadanta Gr No hay caminos para la paz, la paz es el camino. No es posible andar los caminos de la paz si no es con actitudes y practicas de paz. La educaci6n para la paz tiene autenticidad cuando se articula en toro a la solucién de los conflictos que se estén presentando en las aulas y centros. En el origen de Ia violencia encontramos siempre la incapacidad de sa de uno mismo (de nuestras posiciones, de nuestros intereses, de nuestros proyectos) al encuentro del otro. 2.2.2.4. La solidaridad El valor de la solidaridad adquiere su auténtica dimensién ética ‘como imperativo moral cuando nos damos cuenta de que todos los humanos somos interdependientes. Esto significa que, en nuestro pla- neta globalizado, la humanidad en su conjunto tiene que ser percibi- da como un sistema de relaciones econémicas, culturales, politicas y morales. Dicho con otras palabras, la interdependencia tiene que ser asumida como una realidad objetiva que nos demanda o exige impe- rativamente las correspondientes respuestas para asegurar nuestra supervivencia y la supervivencia de la totalidad de la humanicad, Esta situacién de interdependencia, a la que se ha llegado en estos tiempos, genera una obligacién de sobrevivir juntos, de mantener y mejorar las mas. Cuando la es la solidaridad. Desde esa perspectiva, el valor de la solidaridad aparece como un sentimiento que tiene mucho que ver con la compasién por los otros; pero no se trata de un sentimiento superficial, sino de un sentimiento firme que nace de la conciencia de una interdependencia entre ellos y nosotros, entre su situacién y la nuestra La solidaridad tiene mucho que ver con la gratuidad, pero no es s6lo, gratuidad puesto que la preocupacién por el otro es inseparable de una preocupacién por mf; se trata de una preacupacién por nosotros y por nuestra situacién ante los retos del medio natural y social. El valor de I solidaridad, cuando es vivido por alguien, no es simplemente un senti- miento, sino también un modo de ser, un elemento estructural de la vida moral que se adquiere como una dimensién de la personalidad moral. La a 32 cuademos de educaci6n para la accién social solidaridad es un valor que engarza la vida privada con la vida publica, ya que se trata de un modo de ser en coméin con los otros. La educacién politica tiene que alcanzar su verdadero rostro haciendo que todo ciudadano, por modesto que sea el papel social que desempefia, se sienta responsable del destino futuro de la humanidad y de toda vida en este planeta que llamamos Tierra. Actualmente es nece- sario superar la visi6n de la soberan‘a nacional de los Estados en aque- a la supervivencia del género humano. idad entre los pueblos y las generaciones se de la ciudadania del mundo, que pone de sto que los bienes del que lo habitan y, por lo tanto, dos, sin la exclusion de nadie, tienen que ser universalmente di 2.2.3. Las actitudes Las teor‘as sobre lo que sea la actitud han estado marcadas por el concepto que se tenga de la persona. teniendo, desde hace bastantes afios, que en la base de bles que le ocasionaré tal conducta, de acuerdo a la informacién que en ‘ese momento dispone. Entendemos que la actitud consiste en la evaluacién favorable 0 desfavorable que hace un sujeto sobre las consecuencias que le va a reportar su conducta respecto a un objeto o situacién social; cuando la evaluacién es favorable, la actitud es positiva, y cuando es desfavorable, la actitud es negativa. Las actitudes dependen, en gran medida, de las convicciones importantes o centrales que tiene una persona y, bajo deter- minadas condiciones, predicen sus conductas. De ahi que las actitudes de una persona tengan relaci6n con sus valores y comportamientos. Debido al planteamiento que hemos adoptado en los apartados anterio- res, creemos especialmente importantes las actitudes contenidas en el ccuadro siguiente. ia educaci6n de la ciudadan 2.2.3.1. La autenticidad Cuanto més auténtico pueda uno ser en una relacién tanto més profunda y verdadera seré ésia. Esto implica ser lo mas consciente posi ble de nuestros propios sentimientos y no ofrecer una fachada externa, adoptando una acttud distinta de la que surge verdaderamente en nues- tro interior. Nuestro organismo esta dotado de un sistema de comunica- ién tan perfecto que es muy dificil mantener esa representacién, en nnuestras relaciones, sin que suene a falsa. Por no sé qué sutiles matices 33 34 ba eduteat de la voz, en la expresi de nuestra presencia, la falta de autenticidad es percibida por los demés, aunque no siempre a nivel consciente. Es como si el sistema de recep- cién del otro comenzase a detectar incongruencias, sonidos extrafios o desdoblamiento de imagen. Lo cierto es que la falta de autenticidad con- tamina la comunicacién personal, fa datia y Ia envenena. La autenticidad es el camino necesario para encontrar la propia itento a los propios sentimientos y , uno deja de funcionar con una imagen demasiado idealizada de sf mismo ajustandose mucho més a lo que es la realidad. Cuando disponemos de un jentemente fuerte para admitir dentro de é! las imperfecciones o limitaciones que realmen- te tenemos, cuando nos permitimos simplemente ser lo que somos, acep- tatnos como somos, sin deformaciones, tamices ni fachadas, entonces es cuando, en realidad, podemos mejor La autenticidad nos da el gusto de ser lo que somos, nos propor ciona el sereno placer de ser nosotros mismos. Ora consecuencia muy importante del ejercicio de la autenticidad es que las relaciones se tor- nan reales. Y unas relaciones reales son siempre atractivas, por ser les y significati mador autenticidad parece estar en algo muy simple: la aut confianza. 2.2.3.2. La fortaleza de la voluntad 1d es tan importante como la inteligencia para la adquisi- ides ciudadanas. Todos sabemos lo que cuesta erradicar los habitos egofstas que exaltan lo propio y minusvaloran lo ajeno, los estereotipos y los prejuicios hacia lo que nos es desconocido, a pereza se en la transformacién de la sociedad y los temores para supe- rar las presiones de los paderosos. Cuando la voluntad adquiere fuerza y nos ayuda a conseguir nuestros ideales y a persistt, cuando surgen laces y los vientos son contrarios a nuestros propésitos. La voluntad necesita ser educada y fortalecida a través de un pro- la motivacién y |, que se consigue ‘con la repetici6n de actos en donde uno se vence, lucha y cae, y vuelve a empezar. Dicho en otos términos: hay que adquirir habitos positivos mediante la repeticién de conductas, que van inclinando la balanza hacia comportamientos mejores. La educacién de la voluntad requiere plantearse objetivos claros, precisos, bien delimitados y estables. Cuando es asf y se ponen todas las fuerzas en ir hacia delante, los resultados positives estén a la vuelta de la esquina, y no tiene cabida la tampoco querer abarcar més de lo que uno ¢ un fondo ascético, especial- Mente en sus comienzos. Hay que saber conducir los deseos hacia unas metas que merezcan realmente la pena. Ahi es donde resulta decisiva la tarea de uno mismo y del educador. Las grandes ambiciones, las mejores aventuras, brotan de algo pequefio, que crece y se hace caudaloso a medida que la lucha personal no cede, no baja la guardia,insistiendo una yotra vez. 2.2.3.3. El cuidado del otro El respeto auténtico a la vida, especialmente a la vida humana, se tiene cuando en cada persona se percibe la presencia de la humanicad entera. En un planeta de més de seis mil millones de habitantes, con ciu- dades enormes y una cifra de crecimiento neto de la poblacién, estimada en los dltimos afios del siglo xx entre 90 y 100 millones de habitantes al affo, tenemos el peligro de redlucir las personas a un némero molesto. Frente a ello, la dignidad humana en cada persona muestra su carécter de Gnica, no permutable por ninguna otra, que nos demanda sponsable por ella. La lad mia por el otro es ersona tnica. Me ne que ver conmi- yea 0 no, sea pariente 0 no, sea de g0, tengo que responder de jo denominada «compasiéns. Es la actitud del cui- dado iento de cada individuo, con un dolor intransferi- ajeno a toda abstraccién. Es la actitud del Buen Samaritano que il pardbola ante la pregunta que le hacen sobre ie la ciudadanfa Ge 35 aay AS 36 cuadernos de educacién para la accién so 2.2.3.4, La conservacion de la vida y de la Naturaleza El riesgo més importante de los mecanismos del mercado es, preci- samente, su incapacidad para asumir las consecuencias a largo plazo de determinadas decisiones. El equilibrio ecolégico y la equidad social son condiciones necesarias para e! desarrollo de los pueblos, pero su logro exige decisiones que implican sacrificar beneficios inmediatos; ese sacri- robablemente requiera un alto componente de desarrollo moral en todas las personas, sobre todo en los dirigentes econémicos y politicos, y algo més que eso: una pasién por la justicia. El sistema educativo tiene que formar la actitud de armonfa con la Naturaleza y el rechazo de la actitud de dominio sobre la misma. La nueva alianza del ser humano con la Naturaleza debe pasar primero por el corazén. £5 ahi donde estan las raices de las agresiones a la Naturaleza. El instinto de poseer y la voluntad de poder pueden ganar los corazones. Puesto que los deseos humanos de posesién y poder son insaciables, es necesario ponerles limite en pro de la superviven- ‘que tenemos que promover con la educacién sea la de conservacién de la Naturaleza desde la con- viccién de que toda la Naturaleza tiene un valor intrinseco y no es sélo un recurso para el humano, 2.2.3.5. El interés por el bien de la humanidad Un nifio de los pafses industrializados consumiré, gastard y conta- minard, tanto como 50 nifios de algén pais del Sur ‘empobrecido. El Informe PNUD 98 pone en nimeros y datos que los jnancian nuestro modo de vida, llamado desarrollado, y sufren sus inconvenientes, La quinta parte de la poblacién mundial es respon- sable del 3% de las emisiones de di6xido de carbono —uno de los gases que mi y vive en las regiones mas ‘vulnerables del planeta a ser inundadas a causa de Ia subida del nivel marino, como consecuencia del calentamiento excesivo de la at la forma en que los ciudadanos de a pie alimen- justo. El consumismo es, efectivamente, signo y el PNUD como «cartel» de su informe, un paisaje de rascacielos que nos ia educacién de fa informa de que por cada kilo de care consumida por el 20% mas pobre de la poblacién mundial, el 20% mas rico ingerimos 11; por cada unidad de energia usada por el 20% més pobre, nosotros empleamos 17; por cada tonelada de papel del Sur, el Norte gasta 77; por cada automévi propiedad del 20% més pobre, el 20% més rico tenemos 145. Es imposible que mejore la calidad de vida de quienes lo tienen no modificamos nuestra forma de vida. El consumo de del Norte es enorme, creciente e insostenib nrimas no renovables para que més gente consuma a es a almésfera resiste los cortespondientes niveles de contaminat Fenérnehos recientes en distintos puntos del planeta (China, Pei Bangladesh...) nos recuerdan que el cambio oy el ef nnadero no son quimeras de ecologistas radicales. El uso de energia se ha ‘multplicado por cuatro en los ditimos 50 afios, pero repartido muy desi- gualmente, porque dos mil millones de personas en todo el mundo care- Cen de electricidad. Esto significa que no podemos decir que queremos que la vida de los més pobres mejore mientras seguimos consumiendo las mismas cantidades de, por ejemplo, ga idad o papel EI PNUD afirma que el consumo desenfrenado aumenta las dife- rencias entre ricos y pobres. Esta «prosera desigualdad de oportunidades de consumo ha excluido a ms de mil millones de personas, que ni siquiera pueden satisfacer sus necesidades bdsicass. Alguna inversién de habitos tendremos que hacer quienes nos llevamos la parte del ledn, si de verdad quetemos ser solidarios con quienes se reparten la parte del ratén (Manos Unidas, 1998). 2.2.4, Las habilidades Las habilidades son competencias que posee un sujeto para r determinadas tareas o resolver determinados problemas. Las hi sociales son las competencias pa i as deseables en los demids. Se trata de capac itan la autonomfa perso- naa y la convivencia social, y se caracterizan por tener un alto componen- te emocional. De acuerdo @ lo expuesto en los apartados anteriores, las més significativas en la educacién de la ciudadanfa son las presentadas en el cuadro siguiente, lades ., 2 iuclacan Gee ar 38 Centraclas en uno’ misin Centradas en fa relaci6n con los demas 2.2.4.1. El autocontrol Es la capacidad de comportarse de forma consistente con las creen- cias y objetivos elegidos por uno mismo. Es una capacidad bésica para rnuestras vidas y las relaciones con los demés; también puede usar- se para el dominio y la manipulacién. Nuestra interpretacién de tas situaciones, personas y objetos se encuentra constantemente referida a nosotros mismos. Valoramos a los demxds y las situaciones no como son, sino con percepciones distorsionadas por nuestros propios temores, esperanzas y anhelos. Tendriamos que esforzarnos, sin embargo, en la adquisicién de valoraciones que no tuvieran ese carécter de referencia ‘2 nosotros mismos. Estamos haciendo alusién al amor, al respeto a los demés, al sentido de la justicia y a la bisqueda de la verdad. E1 desa- lo de esas emociones es prabablemente el medio més eficaz para desembarazamos de nuestras reacciones més primitivas. Sin una pasién racional por la justicia, por el respeto a la dignidad humana o por la ver- dad, dificilmente podemos controlar nuestros egofsmos, cansancias, temo- imente seremos capaces dle resistir la presién de un ambiente social o retrasar las gratificaciones inmediatas, El autocontrol requiere la formacién del sentido de lo que se hace, el eporqué> y el «para qué». El control de sf mismo exige, por una parte, la deliberacién sobre la accién a ejecutar y, por otra, la formacién de una resonancia afectiva que no es menos importante. No es por lo tanto el autocontrol la anulacién del émbito afectivo, sino el proceso psicolégico j6n de una competencia por el sujeto, quien, de acuerdo con lad y sensibilidad, planifica su comportamiento y persiste en él. La persona que se autocont natural, tiene sefiorio sobre si propia vida. aun influida por el medio social y ma y es verdaderamente actora de su Los objetivos educativos, que se consiguen con el aprendizaje de esta habilidad, estén referidos a la adquisicién de un mayor grado de autonomfa personal. El sujeto que adquiere tal habilidad: logra la méxi- ma independencia del control externo, o sea, se libera de la necesidad de ‘que otros planifiquen y controlen su conducta; potencia la reflexi6n y la idad de la toma racional de decisiones, manifestando también un equilibrio y ajuste emociona jaciones; tiene facilidad para la demora de la recompensa, es decir, sabe adecuar la conducta a objetivos rio inmediatos sino a medio y largo plazo, que requieren un esfuerzo, una constancia y una espera para la gratificaci6n, El aprendizaje del autocontrol supone la adquisicién y dominic la capacidad de decidir, y también el dominio de las estrategias de pues- ta en accién de las decisiones. De esta manera, se dota a la persona de recursos y mecanismos para orientar su conducta en la direccién desea- da, EI dominio de esta habilidad supone un «saber y saber hacer». 2.2.4.2. El didlogo Hay tres elementos que caracterizan logo: la expresién (ver- bal y no verbal) respetuosa, la escucha sensible y confiada, y la reflexién critica que promueve el desarrollo auténomo del propio pensamiento, a partir de las contribuciones de los otros. £1 modo como expresamos nuestros sentimientos, emociones y opiniones en una situaci6n de inte- raccién determina, en gran medida, si nuestra actitud es dialdgica 0 impositiva; serd dialégica cuando no sélo sepamos expresar, porque dis~ ponemos de las herramientas adecuadas, nuestras opiniones y afectos sin emplear insultos, descalificaciones, amenazas y exista congruencia entre el mensaje verbal y los gestos que lo acompajian, sino también cuando estemos decididos a respetar, manteniendo nuestro propio cri- terio auténomo, las ideas y creencias del otro, cuando tengamos la voluntad de no imponer nuestra verdad y cuando reconozcamos la igual dignidad de los otros. La escucha no consiste sélo en atender sin més a lo que el otto expresa, sino también implicarse con el otro, siendo capaces de situarnos P la educacién de la ciudadania Gay sen KK toy! R 39 Ge a 40 cuadernos de educacién para la accién social La educaci6n de ia ciudadania en su punto de vista, de captar sus intereses, sus ideas, sus se y, en definitiva, su situacién personal. Saber escuchar no sdlo si atender a los argumentos del otro, sino xacoger a la persona, aunque no participemos de sus ideas» logo trata, por encima de todo, de descubrirse, de explorar- se, de ver las razones que hacen aceptable la perspectiva de los demés y de dudar de las propias razones, seré precisamente a través de él como Hegamos a percibir la verdad de los dems y a dudar de nuestras propias perspectivas. El didlogo genera reflexién, ya que las personas que p: pan en un verdadero dislogo estén obligadas a concentrarse en lo que se dice y cémo se dice, a evaluar alternativas, a prestar atenci6n a las defi- niciones y significados, a reconocer opciones en las que antes no se pensado. Pues bien, la expresién respetuosa, la escucha sensible y confiada, la reflexién critica, entendidas no meramente como habilidades 0 com- petencias «mecdnicass, sino asociadas a los valores y actitudes expuestos, pueden ser ensefiadas a partir de procedimientos pedagégicos y, por lo tanto, también pueden ser aprendidas por las personas como capacidades, habituales para afrontar cualquier acto comunicativo en las relaciones ccon los demés. 2.2.4.3. Ponerse en el lugar del otro Esta habilidad consiste en la capacidad de penetrar en el mundo e los demas y poder participar de sus experiencias. Se trata de mundo como el otro lo ve. Para ello hay que captar no s6lo el nivel ino fo que hay detras de las palabras y Jos gestos: la (0. Tenemos que ver a los demas como portadores de sentimientos, ademés de portadores, de ideas. Se trata de la comprensin y aceptacién del otro, quien no es eva lado desde fuera, sino desde dentro de él; como él se ve y se siente. Cuando lo aceptamos positivamente tal como es, entonces estamos idole como persona, y no como un objeto o cosa. Es captar y cia, es eli- rminar los juicios previos que podamos tener hacia los Nuestra mirada al otro, sincera ia de prejuicios, haré que él reconocer que le pertenece. Se del reconocimiento del otro, tal como él se siente, lita la genuina comunicacién humana, la comprensién mutua y la cooperacién en proyectos y acciones conjuntas que solucionen la con- vivencia. Aquel con quien nos comunicamos y vivimos no es un algo que podamos diseccionar, estudiar, guiar y, a veces, manipular; es un alguien Con sis pensamientos, sentimientos y proyectos de vida tnicas, a quien tenemos que comprender y con quien tenemos que colaborar en la biis- queda del significado de todo aquello que nos rodea, en la toma de deci- siones y en las acciones para encontrar la soluci6n a los retos de nuestro medio. at

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