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Prélogo De fragmentos y buellas: la imagen de Bach a través de los documentos ‘Tiene el lecor entre sus manos una coleccién de documentos telacionados com la vida y la obra de Johann Sebartian Bach. Surgen en este volummer los snuncios de prens, los tegistros de bautiemo, las acas municipales, las dis- ‘cusiones ertticas, las diversas memorias que incentaron fijar —siquiera fur _geumente— Ia fuerce impresi6n que causara el arte asombroso del intérprete y del compoticar en las vidas de lor hombres y mujeres de siglo xvIt. El ‘ono divertdo y hagiogeifico de ls anécdotas juveniles, a inmediater prosai ca de lar cartas familiares, el lenguaje formal y distarciado de los eoncravos de los distincos puestos que Bach ocupara 2 lo lango de su carsera, ofrecer tuna rica gama de perspectivas e imAgenes del misico. Hechos y leyendas, ticas ¥ encomios se eatretejen de manera aparentemente caprichota pero, en su propia diversidad, eprerentativa de an medio y una épocs ‘Como en una pelicula que hubiera sido rodada hace tiempo, pero cuyo montaje dltima nos cortespondiera, se amontonan < auestto alrededor bobinas de las diferentes tomas los primeros planos con los generales, el ma~ tezial documental al ado del deamdtico 0 de ficciin, el color con el blanco y negro. A buen seguro, esta diversdad constituye el principal atractivo de esta antologia y es, a fa vex, el principal escollo en su lecrua. Por ello, las lineas {ue siguen pretenden ser une primera gula que permita otientarnos entre la variedad de los testimonias, mosteéndonos algunos de los mulkiples caminos aque su consules puede abrirnos. En primer lugar, esta coleccidn de fuentes rene, sin duda, un valor como instrumsento para todos aquellos interesados en la magica en la culeura del siglo Xv: importaré no sélo a la amplia familia de los amances de la musica 0 ohn Sortion ack del genial compositor, sino, en general, & los que quieran ener acceso a una parte relevante de la cultura alemana del siglo xvut de Ia Iustracion. © Aufldérung, a os curiosos de los ticas debates estéticos de la época de Ia Empfindsambee y Al Sourm snd Drang, ena que tiene lugar una primera y fundamental recepcién de la obra bachiana. Sélo la miopla gremial y lx sor- ddera intelectual, todavia frecuentes entre nosotros, podrian conlinar estos textos ala mera atencién de los misicaso, de forma ain ms reductors, la stencidn de los historiadores de la musica. Sin embargo, ese perspectiva de Tecturas més amplias y generosas, més allé de la indiscurible ueilided de la consulta ocesional, planeea la pregunta del sentido de un libro tan especial como éte, suscitande una serie de consideraciones en absoluco manginales sino, por el contrario, impreseindibles. ‘Carl Dahlhaus planted ya hace tempo, al hilo de la fatima relacién entre los modelo literatios de ls novela histrica sh la Walter Seote»y los propios dela historiografia decimondnica, la necesidad de proponer alremativas la tradicional historiografta musical que organizasen el relato histStico segin las rmodemas téenicas narrativas de Proust o Joyce. Retomando esta idea, que 10 hacfa oera cosa que plantear en el rerreno de la musica una serie de am- plias teflexiones metodaldgicas en torno a la relacién encre historia y narra cidn que han marcado decisivamente la ciencia de la historia, y desplazando ahora nuestra atenciéa del autor al propio lector, es perfecramemte posible imaginar Ia lectura de este libro de forma andloga a la que propusiera Julio Cortizar paca su inmortal Rayuela, Bl lecsor, siempre dentro del entramado formado por el mosaico de los distintos documentos selecionados, inia asi de fragmento en fragmento, creando su propio relato. En una lecura seme- jance, puede uno dejarse guiar por la curiosidad,trazando sus sendas al azar de Io que le llame la atencién, sin resperar ordenacién alguna, Ja manera del paseance de la gran ciudad: o, quizis, con la ayuda de los distintos indi- ces, 0 —mejor ain— siguiendo la guia de algén estudio o biografia, em prender exploraciones con una meta dererminad. Por poco que profundice, ddescabrieé lar sustancales diferencias entre las distincas semblanzas, realiza- das en el caso de Bach sobre un grupo relativamence reducido de fuentes. A cllas podré coneraponer también su propia lectura de los documentos, st propio testimonio, pues indudablemence el historiador, y en sentido amy cl curiosa lector de un docameno, de una traza del pasado que fe apasions, viene a ser un testigo, A través del documento se nos abre una ventana al par sado, al ilusién de fa observacién directa de algo que ya no es Arnsiade - Weimar - Cothen - Leipzig, Bach en su medio: tocando, protestando, com- poniendo, "Cast Dulhann dee ira dele mies, Beona, Gai, 1997p Pri un Sin embargo, o evidente que sin una sigurosa cca del tstimonio y su contetto, et vst l pasado rela engaiosty superficial: la ventana pce onvertine con falidad en expe, zelljando sl mis nists propios pre isis ue ol one ad ene, Carte espe de un documento ex asunto deliadoy compo: ex neces llega un equ brio ene lafiscaae inmedate de lo que nos puede tansy cline table ditanciamient yexcepticimo qu a crea hitria supone, La ove. Ie biogrica, yl vida de Bach dado lugar alguna my popela’, viene 2 suponerarelizainextiea de uno de eos extremes, ca medida en qe temasmura [a documentacgn en vvencia insancines pata el lector. Como weremos en sega, en la biografahiwrica a selccidn« incrpreacion de las fuentes se reaiuaambidn en funcgn de un clo con la sensible di cia de que ent lo textimonionaparcen idence cm tes sees sla comprabacén del que lee yfngn. Por todo lo dicho, frente aura colecei6n tan varads de fuentes como la aque agul ve oftece, es Aeearo conocer» grandes rugs los caine ete fot ataes de lor que exo ees logan a nosotos, coaformando las isin tas imfgenes del composior a lo ang del emp, pues el documento nos lega pars expat a teres de una tadii6n, de una sere de intersce ao surge de cualquier maner ane nse mirada, eincliso su nkma apr pacién no ¢s sencilla ni inocente. * En la mayorfa de los casos, el documento se encuentra en un archivo que cencarna la memoria de una instituci6n, productora de la dacumentacién y cencargada de su gestién. Por ell, el relato dela historia de la Escuela de San- to Tomés de Leipzig, por poner un ejemplo cercano, tiene un sélido apaya en estos repercoriosy justamente por elo] estudio sstemético de estas series dle fuentes consticuye una parte irrenunciable de la ciencia de la histor ‘También la musicologiahistérica se aplicé en su momento a la compilacisn de la documentacién de las grandes instieuciones relacionadas con la produc- cién musical como lo fueron las capilla caredalicias y arstacréticas, los tex. tuos, las propias ciudades: preisamence de ese interés surge Ia rica bibliogra- fia de la historia institucional y local de la misies. La doctmentacién de una biografiaarcstica plante, sin embargo, una problematica muy diferente ala historia institucional o 2 la historia exilistica, que maneja principalmente 2 La cere Cini de ne Medone Rah de Ect Mel publica en ingls en 1925. (ves ep de Cade Guten, Barcelona, evens, 2000 econ que equvocameae sic aparceno aninima, sta slo un Gere de na wan Kenia quo tno i 2 Dach hr dado np «eas cutuocens ca, eee novel, poet y prs dams CE ‘Boch, Johann Sabntann en Biches Penal, Sue der Weblamur Bin Leon Dine ‘chub Lamping, Sega, Aled Ke, 17D, 2 smn Sebastian Bac fiventes musicales. El biggrafo scude a documentos de proveniencia muy di ‘eins, que denen cn sonnin si relacién posible con Ie represcatacién de la Vida del misico. En s1 acepeién clisica, el ideal dela biografia artistic uili- za, por un lado, documentos histéxicos que permiten la reconstruccién de los hhechos externos de la vida del artista y, por 020 los documentos aritico, la ‘obra musical, que son entendidos como expresidn desu vida interior. ‘Come sabemos, toda obra artstica es también un documento histéti- co, pero no al revés. Vida y obra apazecen ast en una relacién especular: la ‘obra permite documentar la vida y la vida resulta ser la clave de la obra del individuo genial?, Bsa tarea exige, por tanto, una compilacién hetero igénea y generosa de documentos que permican tanto reconstruir la trayec- toria vital del individuo, su propio contexto histérico y cultural, como la dialécrica entre é3tosy la produccién artstca. La biografla se convierce ast en un tejido de fuentes muy diversas que tienen como centro al biografia~ ddo y euya combinacién es tan diversa como ol propio acercamiento del historiador, Diversidad, polifonla de voces y perspectivas en torno al fendmeno de la imisica de Bach; calibrar su riqueza, mostrar el sugerente potencial y la rica ‘wadicin histariogréfia y hermenéutica que implican estos documentos son Joe objetivos de esta ntroduccién que se ordena en tres grandes apartados, ‘Comenzaremos mostiando los distntos perils de la recepcién de la musica cde Bach que las Faentes aq eunidas trazan entre 1750 ¥ 1800: una primera ‘mirada que aos permtird havetnos una idea del tipo de intereses que conflu- yeton en torno ae obra y memoria de Bach. Ea este primer centén de refe- tencias he querido dejar al aire a propésito las costuras de su concepcién, de forma que quedase er evidencia el ceiftamaro de fuentes que lo sustenta, con dl objeto de suger un posible itinerario de lectura de esta coleecién docu imental, Més lla de comprobar la flzedad del tépion de Ia desaparicién total de la musica de Bach a su muerte, algo ampliamente conocido por la investi- {gacién al menos desde el seminal abajo de Hans-Joachim Schulze’, lo inte- Fesante send observar emo en los cincuenta afios siguientes a la muerte del ‘compositor se formulan los motivos y problemas fundamentales de la recep- ‘ida desarollada ea los siguientes dos siglos. > Un paonimia csi de biogas ial ib Hermann Aber en ut confrenca Ober Auljaben und Zid der musalchenBioeptin, en Fredsich Blue ed) Gama Scien wad Vig von Hermann Abo, al (Sse), Mix Niemeyer Veta, 1923, pp 62 598, Ven, nd Cal Daou, Lag an Bren wd ine Ze, aber Laaber Veg, 1997, cys primer cpio ok ind Biogaphi, case ara sug lass de Be speci dela boa msi Sue at Bah Uber 18 fbr, Leis Dre, Pts, 1984, Pri 8 ‘Una vez conocido a grands rasgos el disenio de esta primera recepcion y por (ait, ke divers nturleua de los disintos eestimonios e imagenes que Ssurger en esa erapa, la segunda parte pasa considerar La relacidn entre do- caumentacin y biograla. Que en el caso de Bach éta green tomo al funda- rental trabajo de Philipp Spits e: algo naeurl, ya que su obre sobre Bach no es s6lo una mucstra depurada de la mejor tradicion biogrifica, sino una de as referencias absoluas de la musicologi histérica. La euestin de ls pri- ‘eras biograflas de Bach nos evarédireeeamente a consderat ls coleccio- res documentalesy especialmente los Aaoh-Doluanent, sete ube la ques basa esta amtologa. Finalmente, la rercera pate resume algunos de los acta les desafos y psibildades de abiograa musical de Bach 1. «Sobrevivird a todas las revoluciones»s la recepcién de Bach en la segunda mitad del siglo xvi El interés por la biografla de Buch coincide eon el momento mismo en que comienza a revindicarse con impet la memoria de los compositores del pasado. La queja, en los albores del siglo x1x, de Johann Friedrich Rochlitz de gue los montimentos telacicnados con la vida de Bach se estaban per- diendo defintivamente [315] cs significaiva de este importante cambio canoe valracin de pando como del propio ger da biogas Relacionada con tradiciones mis antiguas, com la humanista del Re- nacimiento, que ya habia uciliado ampliamente las categorias de autor y obra en relacién con la misica, la biografia musical aparece propiamente cen el siglo xv1t, cuando esta trdicién de le memoria de los hombres ilus- tues y sus obras se insertzen el ideal sistomatica e histérico de la Thusera- «ida, palpable en obras encilopédicas del tiempo de Bach y de sus suceso- res como la Grundlage ciner Ebrenpforte (Hamburgo, 1740) de Johann Matthesoa, el mismo que publicé en 1717 la primera referencia impresa a Bach [267], 0 el mis cardfo Hisorsch-bingraphizches Lexikon der Tonttist- er (Leipzig, 1791-1792) de Exost-Ludwig Gerber, cuya informacidn sobre Bach se basa en parte en el testinonio de su padze, Johann Nicolaus Ger ber, disefpulo del compositor en Leipzig [201]. Como sabemos, Ia dignifi ‘acién de la memoria biogréfica de los miisicos Fue un proceso lento y la- borioso, especialmente si se compara, por ejemplo, con las artes plisticas ‘que al menos desde ls célebres Vite de Vasari (1550) tienen ya una tradi- > Lammers ent cores emir analog document “4 eben Sebastian Bac, cin binge relevant’ ents que lt wide de composite y ms Sos no pasaben de pequcsexborsinmersos en obras tebrics de calado Yambiién muy vasables. En ene sentido, Bach cs un cao sumamente i tenance por allie de sguna manera el fonts ser jusamente di rane Ia generscion de los his de Bach cuando la (ata biogafla misc t= esablesca definivameste como gener liters ytestmonto histo” Todo ello = endo le primera rcepcin de certs bras de Bech que oc poco van asumindo un valor eandnico,Alginos de os documentos It rtidos meson ote proce deforms pedigentton te Pose BH caborar una rcepiin en torno alo que padramcr lamar un nélco dic, fermado por alguns obras por elo ls Sonatas en tio pra Se ano, BWV 525-530, Janca a algunos corals art exe instrument, la iscinas partes del Clestrbung,y El lave ben tempera (292, 395° 358) y pr lo que enconcy se consdcraba cv teria (en la que desea lor corer cto voces sacadon del conte otginal de le cantes enteaidos como mrss srménicos clsco: que se prs cticiones del exo del inno ~a peat dela mporancia que el propio tutor edits 1152-133} evidenci arc como mses absoha tn terminode la etic omfnica (339-354). Queda fac de eta expen gran pate dela cba vow (a ants ls pasion) aunque al Banas obrax com lo motes caieran ua tadiin timers 334] ¥ otras se conociran al tmenoefageontaiamente (ae en 91 menor) © Un dun sabre fain de bagi em a msclogia pd enconsma en an Leaner, Wines nd Schl Sri i Me! Boppy Nie Yoo Landes, Gero 8 Breach, 1985 pars inadcas de aglla dade lnc de visa del ger eso vet Halo Scheu Bip Sli sr Faken cer lcarichon Gang vm Jobnet bic sar Giger Stag J.B. Merle Vepachisndlang, 197, Sb ea pobre espeatcr dels etude blogs en oro = Bach, vExe Chop Wolf «Probleme and esas der Buc Shogrph en R. Bxinkeann Ged), Bunya Sucivarprcion ‘nae, Becher das Bachman 1978 der Ppp Unvonaas Marr, Lip, Nese Bechgelicafs 198, pp. 213, 7a moderna sob msl so fandaeniles Wil Kahl, Sethatogphien susie Meer, Clann Sati, 1848; Aled Biases sD dee Musee Atooogr ‘Phen en Naa aed union ie. Newe Ee, Zkch Stiga Pan, 1958p. 142133 Cu Dahlin, »Christoh Ginger und ar Forpeip der Aube en Wala ek), Buchine eat mabye Foci Ae Dar ony 65 Cbg ane 3. re 1983, Ka, ete, Biren, 1953, pp. 56-6, Vase nem en lain con Techs Mics) Mik, War ich in dn Sp de Re gta, Blane’ beregngen aur miley Acobiographie in 1. an 1. Jlyhundr, en Chrisp Wl, Ober Lab, Kut urd Kamawerte Apete murach Baie fan Seas Bac m Zerg Erne Tice Verlaan 1999, pp 315318, Un aml exo sobre lr ug mal dade lig x1 al: pone een en tn decal de Aton Po, The Faden of tobi Beni Maso Nr Yorke Chey Unive, Pre 5 (181), aunque cn cxtos casos uate sempre de tdsiones locales igadas 2 hs memoria de Bach como, rcsecivaments, Leipigo el Hamburg de Cat Philipp Etmanel Bach, “ecicons locales y ciclo expctfcs de mics y entendidos const cayen el ed primero de edn pretigio def sis de Bach, cay fa es patente yn 8 a0 de Leip ene send son revelaores to timonios como el del poeta Johann Christoph Gottsched de 1728, es decir, a los cinco shor cacaos des prseacia del compotion en Leiprig que eolct senuchamence a Bach ence Hinge! y Telemann (268s! mie tt de Ree lesan de 174 {165} los recuecdos aurbiogéBeos de. . Bach eu sclaién con las eontnuss vss de misc de paso en la ciudad que ac clan a conocer pate (270). Teinonioe gut conbinados con ftv referencias de pate Martini en Balog (285, as eferenca la temprana reepcin ingles de Back al vespecto del presencia musi ale tmanaen Lone (336,97), y ls avidates ceo tel betes i nests [126, 351-332, 397-338) ofiscen na vida imagen de ln presenca ropes det mses de Bah a ago sigh Sin embargo como y oberon us conteropriaeo, anos lo defen Alan como slo erdeaban, Bach no fae un misizo popular ene semi de {ue su misc fers fini ampoco modesna ene eid de spulg> 1 ola mods de moment, El mis hecho de que Bach no fers cs tempo un compositor actual (alo en ls afoe de Wein y Coen, c es {ue pardcpa en la moerizacn dela raiion german 1 tees dea te ‘epciin da concierto veneiano y de a formas damian) se vio ‘roegulda mis bien como in hecho pov ef de ess el paso del fs yafmac a su cre toc, Por tod ello los jos dems de EEnsores de la sgunda mit de! sgl, la mic de Bach poste asia 4a categoria deelsco atempor presente porque nics habia sada tment de moda, aungue exer frerente mers enc deen desu Gempo: yen 1741 ae seal, con cto desconteo cl cate de lo 0, ene enido de rexpacta compost, itegrador ysmtca, que Imi de Bach adopabs fem a eompesicines de ooe mises (10), Sspecto exe rela poserioemente [339,361] La aftmacion de uno de top escipulos de Bach ban Predich Doley el mismo que casita tan honda impesin a Mona al dg no dele motees de Bach [334,de gue estaié a concia dl compo com Bac, poo sin vidas de te Ibdla expres de Hasey Gratin, documenta muy ben la percpcion de le imc de Bach como ana dicpina que hala gue complerene con eo cepciones ne acuaes de atic, En ea valoraciones des bea de Bach, resulta significative const cién que se hae de que ls Sona en tri pars Sean est compucres de 16 aon Sebastian Bac, manera tan galant, que todavia hoy suenanexsupendamene yo enveece- "in nunca, sno que, por el conteario, soorevvrén «rods las revoluciones de la moda» [256] *. De forma un tanto contradictoria, se hace asl referencia a 1a modernidad egalancer de Bach, un aumento constant de sus defenores frente alos que jngaban caduco su ext, la vex, as inmmnidad frente x ta propia dalcies de can moderidad (as revluciones de fa mods), fo que segue su categoria como dsc, Diferencia ence modecnidad y radi ‘én que por esos aos ven dissipulossayor como Mialer, quien aoa ‘en 1739 que una parte de ln meade Bach respon en realidad al goo pasado de hacia un cusro de siglo, pet que poi, cuando lo conideraba hecesurio, componer petfecamente en el exlo modezno de Graun y Tele- tnann (130), La observaciin de que cl geste cambiaba con lsiempo fo ari- mentaba cl propio Bach ens informe la ciudad de Leipg ce agosto de 1730, acentuanlo no obscant la upcusa de la cecepcion def aniguo enc imbito dela misica concertada, cuando consttaba que «el presente etado dela misica x de facura muy diferente al precedente, habiéndose eleva el free extsondinaiamente, tansformado el gusto de forma asombiosa, no “querendo sonar, por consigient, ya anuestos oldor la manera de antaio slela misica (175) Ciecramente [in obrs de Bach no fue obvidadaa 3 mace petido tantas veces, ino que ciculé ampliamence ence is discpulos y ad- umiradores [244-248]. Lo hizo fandamentalmente en el ambito de la musica ‘para telado, que india loereperios que podan red nents, como por gemplo los codes exados desu obra vocal, ols Sona ‘as y Paras para violin solo (112), Junto al lave, piano y ano, son fan lamentales la adapraciones para conjantos de cdmers, como cl to 9 el ‘aren de cverds [337]. Precasmente eta a tradicin en la que $2 iset- “an les uansripciones de obras de Baci realizadas por Wolfgang Amadeus ‘Morar, Datadas cote 1782 y 1783, los sfos en que acude ls academia sel basin var Swern [331-332] estas pina eaneren alguns figas n- “resaadas de 2 clave bin semperade, dela segunda Sonata en ‘lo para 6xga- no y de EI Are de le Fuge, adem de incur una fuga de Wilkslen Pid mann Bach, y fueron instrimentadas bin pars tia (li, vila y bajo, K 40 2), bie pare carter de curda (dos violins, vila y bajo, K 405). Es Jnceresane observar que Mozart compuso catro dels si adagis inseduc- torioe de las Fuge del K 404 a basndove precisamente en cl modelo de los ‘como se he * Tea de 1788, posiblemente de Cal Philipp manel Bac, Ex 174, tee bable 4 Foe sobre nt sma sonatas Todo hoy shan nay Wen y me dan am gran le 3 esr de one made 50 aos Hy lpanos aaa entre lo gut no aden comune de or- fea qu amen mj 247). Pra g RE. sovimientos lencos de las sonatas para drzano que tanto valorase Bach’. ‘Como puede comprobane, la radicin de ls eanscripeiones y adaptar jones (tan propia, por otra parte, de cualeuier cultura musical viva) es una actividad ya del siglo xvi, ampliamente dacumentada también en el caso de Bach, y, desde luego, todo lo contrario de una impura desvacién tardorro- smdncice, La costumbre de la ranseripciéa remite claramente a wna serie de Aimbicos de recepcién nuevos y distintos de una misica que proviene de un contexto que queda paulatinamente arr, ques interpreta y scucha en una sociedad cuyo horizonce de expectarivas este cambiando aceleradamente, can- to en lo que se refiere a los concepios estéios y compositivos como en todo lo relacionado con los instrumentos, lugares € instcuciones asociados « la préctica musica. La consciencia de estar asitendo a una mutacin profunda de la masica, manifiesca en la eansformacion de la préctice interpretative, es tn ugar comiin en los afos centrales dl siglo vt, y de ello es un buen cjemplo la caracerinacién que hace C. P.E. Bach dela trascendencia del pro- ‘agonismo del dedo pulgar en el repertorie para teclado de su padre (138). Estas obras del primer Bach de a postedad circulan como testimonio dé fa grandeza del compositor mds alld del inteprece. En este sentido, es signii- cativo que la edlebre polémiea con Scheibe [293-300] —polémica més ince- resance como sintoma del cambio del gusto a partie de la década de 1730 que por su contenido real— tenga su cenco, al margen dela categoria ilustradas de naruraleea y buen gusto en la distincién fundamental ene obras (Sticke) que se uagan y examinan (se deduce del contexto que la referencia de Schei- be son, sobre todo, las cantatas) e intespreacién préctica (Kunst, entendido como técnica ejecutiva y contrapunco, te como disiplina pectic que Fan sdamenca la interprecacién) Distincién entee producsién, por un lado, y reproduccién e improvisa- Sobre a espn de Bach mpultdn por Vin Seiten, ve Yo Tomita cach Recron ln PreClasal Vena: Baron ran Scns Ci Es he Wall Teapered Clave eM Late 81 (200 pp. 364391, "Que la een de Scheib se rfc ae canal apaya cumbia cic ence del ‘nse suo dl Concise, BWV 971 (288) TS xepramos spas oa par l cad, atte bes no nda sno agueliy pare as ‘qe tomaba a rstanc ce la impeovici led, comps el est si iste augue we Johan Sebation Bach reivindicac no fa memoria del inéxprete genial (del cual quedan, sin dud, documentos elocuentes que van de la historia a la leyenda (105, 161-169, 201), sino la actualidad eattica del autos, que se reivindica enfticamente én cextos come la introduccin de Marpurgalaedicié de Bl Arte de la Fuga de 1752 [291]. En este caso, y de nuevo bajo el manco de lo intemporal e in- mutable, la natutaleza de la msica se entiende aqul como esencia (Ciencia) de la misica: aquello que por debsjo de los cambios de las modas pertmanece > pot tanto, puede servir de apoyo firme al conocimiento. Por ello, més all ‘de consideraciones praginticasreferentes al ritmo productivo ya los proble- mas de orgatizacién del trabajo, que comparte con tantos otros composi cores de sa época, la prictica de Bach de reulizar,adaptar y limar compo- siciones anteriores revela ese fntimo convencimiento de que cada una de ‘sts obras encarna una sustancia musical permanente digna de ser preserva ue ademés, frente a simplificaciones apresuradas acerca de la Fancionalidad de la mtsica anterior a los lisios vieneses, es evidente que puede hallase en teusi6n con la propia prictica. La difcultad técnica de las ‘bras de Bach [113-126] no se refieres6lo al reperorio virtuosstico para el teclado, sino que se alla también presente en la msica concert, Algunos documentos elacionados con este tipo de musica, como los referentes a la ‘contienda de los prfectos» 63-69], informe de 1730 [175] o la dispute con Scheibe [299], plantean con claridad la tensién encre el texto musical scifi e intrincadx —en palabras del propio Bach {66]— y su eealizacion. 1a imagen de Bach como gran experto en Ia fuga y en el estilo severo, roca que afegura su memoria, serd una de las constantes en una recepci¢a cambiante. Es é, 2 buen seguso [a imagen que de él poda tener un Mo- zare [331-337] 0 un Flay, y es la que acuia [a expresin de Becthoven de Bach como wadre dela armonfas. Las rales de esta imagen de Bach como fuente suprema dela sabiduria del contrapunto y la armonia pueden ras ‘rearse también en esta antologi, en textos que van desde el crculo més cer cao al compositor que clevan ls ciencia de la armonia ala propia nacuraleza ( alma de Bich [340] a otros de finales del xvi que reivindican visiones istics y sublimes de los eocéanos del contrapunto» [23] tas probara dap enc soe (361). Agamenton en conte de a ei expt por Lia {Goth en The banyan of Mad Works Ae Ey ox he Plply of Ms, Onto, (Galo Unies Pre, 1992 sCena oth historia hess dl Ho she eli hat Bach {id no intent ompore sil works (8); vena able pp 114-115. ar una rica fence Gosh y ana defn de concep de obs msl ese hired ens ereyen, ‘ce Reinhard Sohn Looking Back at Ouse The Problem with he Misicl Woek-Cone epoen Miho Tabor (L), Te Mla Wer: Rey or Isat Liven, Univesity Pre, 2000, pp. 28152 Erilgo 2 Peto Bach no fue slo una referencia eética ycienlfica, Por el contario, su primera recepeia inchuyé de forma singular los que entendian la misi- ‘csobre toda como expresién subjetiva, es deci a los deensores de a est ide la sensbilided y del sensmiento (Empfinaamtet). En ella son funda- mentales la mediacién de Carl Philipp Emanuel Bach (que es, no lo clvidemas la experiencia Bach» decsiva para Haydn) y de otros misicos y publicisas posteriores, como Christian Friedrich Schubare (1739-1791) y Johann Friedrich Reichardt (1752-1814). Todos estos autores coinciden en “ubrayar los aspectos expresivos yemocionaes de las obras de Bach que ha cen posible su recepcién romdncca, Esta ocurre en medio de fueets etcas aque prefieren ver en Bach —y especialmente en el Bach que presentan algu- tos de sus isepulos, como Kiraberger, puta quien Bach era poco menos que el evangsisa de la religién del estilo severo— a un repreentante de todo lo artificial y pedante (121, 131, 257, 323-324]. En el caso de Reichardt puede erie cOmo el entusizsmo por algunas de lt obras de Bach (en concreto la Fuga en Fa menor de El clave bien remperede II, BWV 881) [135] se combi- na, en el mismo texto de 1782, con una erica ilustrada a un Bach que es considerado, en efecto, como eel mayor armonisty, pero al que finalmente le falta la grandeza y expresién de on Handel (122). Aparte de la compare- in t6pica con Hindel, sobre l que volvecemos mis adelante s signficate ‘0 que el mencionado escrito de Reichardt incluya una extensa cia (ausente ten esa antlogia por razoacs de espacio) del eélebre ensayo de Goethe, apa- tecido en Van deutcher Are word Kurt (ambitgo, 1773), en a que defiende con pasign: la experiencia estica del arte medieval a propésto dela visita 2 In catedra de Estrasburgo, Ello muestra tanto las raices de la incerpreacién de Bach como figura nacional y enrszada en el estilo opético» —aue for- rman el horizonte imprescindible para entender el impacto piblico del ades- cubrimiento» de la Pasi segin sam Mateo cineuenta afos después— como Su combinacién con loe aggumentosilustrados del «buen gustory la simpli cidad de la expresidn». La ealtacién nacional de Bach como Orfeo alemn ppor parte de Schubart [322], exto escrito en sus afios de céreel en el castillo Xe Hohenasperg, coando era rado un simbolo de resistencia partérca feme fla rani, sige loe patos de una anterior glorfcaciin del campesitr qe Jy habla sida comparado con Homero y Viegilio [304], y eon Shakespeare {518}, en escritos que iban més alls de los formularios encomias poeticos aparecidos ala muerte del compositor [289-290]. Todo ello culmina al final el siglo com Is identfcaciba de Bach como fuente de sabidusia musical ab- soluta entre los compositoresalemanes [336]. No es casual, claro, que ex imagen de un Bach solar, dvinidad enmarcada por la tlada Hiindel-Graun- Hayda, fuse propuesta por un ozganistaalemén: la identificacion de To ale- in con el dxgano y la fuga, los dos emblemas del compositor aparece re- 2». 1 Sosa Bah vindicada cincuenta afios ances por Matheson [238] y marcaré profunda- mente la imagen de la masicaalemana. La audacia especalativa o intelectual de cirta misica de Bach, como la tercera parte del Claviertbung, las Veriacionercandnicas sobre «Wom Himmel hoch, La ofrenda musical 0 El Arte de la Fuga, que Wesaban a ofdo al limite dle su capacidad de comprensién [121], algo que ya fascin6 a los concer porincos de Bach y que planteé igualmente la necesidad de explcar y anali- ar tebricamente estas obras para hacer posible su iterpretacién [124]. No dobstante, incluso fuera del Ambito de la obra tarda, a reivindicaciin —vic- toriosa a la postre— de le musica de Bach no supsiso su acogida inmedi en a sala de conciertos. Una cosa era su defensa como modelo atistico y di- dictico [345], como compositor de composicores y escuela del incérprete —y icben entenderese tanto la eélebre referencia de 1783 a El clave bien tem- ‘perado en relacién con el joven Beethoven [333] como la casi eontempori ‘nea noticia de la obsesin por Bach de un joven misco (329]—y otra muy dlstinca era plancearsu presencia en el concierto pblico,implicando su rin- terpreracin como obra de are aurénoma, lo que susciaba, ademiés, proble- smas de recepeién muy distintossegin se watase de la obra vocal, de la obra para telado o de a obra de cimara. No estard de mis recordar, al hilo de los documentos ciados, que el lento ¢impresionante emerge de la obra bachia- 1a alo largo del siglo xix tiene sus raices en Ia segunda mitad del siglo xvi y aque, ademis, este proceso de vindicacién de una obra musical del pasado, le jos de suponer una ruprura o novedad absoluta, enlaza con wna tradicidn que se reeotrae al Humanismo y al concepto de apus perfecrum de Josquin y Pa- Festina (tradiién que el propio Bach conocié desde su juventud). La nove- dad ahora la consttuye la proyeccinestética de exta misica del pasado en el denbiro moderno de la insteucién socal del concierto, una prictica que Bach consolidé en sus afos de direccr del Collegium Musicum para una parte de su misica (14, 85-92, 96-98] y que después se ha ido extendiendo ala totali- clad de su produccién (con l excepcién significtiva de su obra especulativa fina). 2 Trasas de una estirpes de la memoria familiar a las primeras Biografias Fl interés en corno a los documentos biogrificos bachianos se remonta a la propia vida del misico. Como poco, ala década de les treinta del siglo xv, cuando se dedicé a compilar la documentacién pertinente para redacrar la lamads Genealegéa familiar (2), que recoge |a informacién biogrfica de los Bach desde el siglo xv1, en la que el propio compositor se incluye al final, Pre 21 saan Sebo Bach A Pein Quinn pp. 3:27 2 Toews documentos posden ser mis epeior de ee erro posto como le ple de Jem Mace Sas Coir fue Mapas Bao (1968, eo gui ve tote pica mens l mone de dito exon igen do Busou Txt combina on ‘Seen vasrénicas de amie de Bach po, ne os, Guay Leonhard (ue enc a Cente Ridelnu Hamoncourt yy Concenea Maxie, adel de a Schola Caner Bas Tem El gusi deb pels ade conta en een de Heleut Fiber, Jan Mave Sr, Clr de dt agate Bac, Pde, Fle, 198, Pre Zz parce con el hecho de estar ante un esboro autobi jos de un particular desinatario, y no ance una aurobiografialiteraria divigi- dda a un piblico lector. Bach habla en esta carta de sus funciones y eapacida- des ea virtad de un posible nuevo empleo, no de sus composicionessalude Fandamentalmente a los distintos puestos profesionaes, a cucstiones econé- micas y de estas social, a ls habilidades musicales de su fail Fl obiruario de 1754 es una fuente muy distinta. Se nos ofece aqut una rnarracién coherente, structurada en dos partes claramentediferenciadas: tn primer telaco que se centra, en palabras del propio autor, en la biografia (Beschreibung des Lebens), y ova segunda que se ocupa de emo era Bach tmusicalmente, recordando, entre ottas cosas, st pasién por el contrapunto, sus extraordinarias doves incerpretaivas al teclado, su pericia como examins- ddor de drganos. En lo que se refiere ala descripcién de la vida, ésta tesponde al eonor de la carta « Erdmann a lo que seis un curriculum 0 biogrfia pro- fesional: tas la referencia incroductotia a la genealoga familiar de fos ehoa- ‘aos ciudadanos de Turing» y alos afos de formacién,siguen los disintos destinos de Arnstade a Leipzig. En Weimar se destaca la importancia del iombramiento de Konzeromesier en 1714, at como sus conseceneias musi- ales ‘Muy lamacva resulta la parquedad extzema con la que se relaa la exapa lipsiense, de la que apenas se nos dice nada, justo lo conerario de la naracién, autobiogrifica de la carta a Exdmann, de cuya perspectiva viene a set como una imagen en negative, lo que vuelve a recordarnos la importancia funds- mental de los mecanismos de aucorrepresentacién, de las estategias narrati- vas seleecionadas en funcién de un destinatario dererminado. El relato bio- srifico de la necrologia se completa con una lista de la produccién bachiana fen la que no se destaca ninguna obra en particular y a la que se afade una noticia sobre su descendenca Sin embargo, estos aspectos no agocan la sustancia de este vxto funda mental. Una pare signifeatva de ls biografa la forma una stie de historias que estén incercaladas en la narracién a modo de ilustracin y dstaccién: la anécdora del armario con las parieuras en Ohrdeuf, el cambio de vor en Lie neburg, la disputa con Marchand, la exhibicién en 1747 ance Fedetico de Prasia, etc. Elorigen y calado de estas iuscraciones son muy diversos y van desde episodios perfectamente docamentados como Ia importante visita a Berlin de 1747 (101-102, 282-283] 2 otras que no tienen base dacamental alguna, pero que indudablemente s¢ apoyan en una tradicién oral que s¢ re rmonta al propio protagonista, como la del duelo musical con Louis Mat- hand [258-262]. En medio quedan episodios muy signifcativos —sobre todo porque pertenecen la épocajuvenil, de la que apenas quedan cestimo- rnios— como el del armario de Ohrdruf, de cuya veracdad en principio no a a Sebation Bach hay por qué dudar y que en su alusién a la Providencia revelan rasgostpicos de a anéedlotasimbslica propia dela biografia de la época. ‘De igual forma, aunque el fondo mismo dela anécdoca dele competicién fallida con Louis Marchand es probablemente real, es evidente que su his Corin estéesiizada para adecuarse alas oposicionesseriedad/fivolidad, pro- fundidad/supericilidad que caracterizan el combate simbdico encre el arte musical alemdn, fundamentado en la fuga yen el estilo severo (Bach, y el arte extanjezo, francés y galane, centrado en el minué y en la variacién (Marchand) *. La reformulacién de estas categorfas icnie al estilo italiano pede comprobara el lector en los documentos aportados en torno a la polé- nica que levantaron los comentarios de Filippo Finazzi acerca dela escur- dad de la misica de Bach [302-304], En materia de comparaciones y oposi- ciones, la de Handel con Bach fue ya para los contempordneos tan obvia como equivoca (253-257, 295, 297]. Evidentemente, los testimonios relci- rados con este parangén dicen pocas cosas interesantes de Hindel, que apa- rece tépicamente como conetafigura cosmopolita del genio auténtico de Bach, pero dan valios informacin acerca de la recepcién y earacerizacién de a musica de Bach por C. PE. Bach o Forke. Por otra part, algunas anéedoras parecen iluminat una relacin conflici- vay problemaica con ls hijos [27-25], informacién tardia que habris que conasta con otras fuentes, como por cjemplo las earas de Bach a propési- to de Ja desgraciada historia de su texcer hijo, Johann Gowiried Bernhard {11-33}, que se enentan entre sus manifestaciones més intimas. De forma tis general, y mis alld de su posible veracidad, es interesante observar las distinas imagenes idelizadas que las néedous lerariamente elaboradas di- Fanden 2 eravés de obras de divulgaci6n como la de Marpurg, Legende eniger ‘Mustheiligen (Bresiau, 1786) (71, 168, 262), 0 el Masikalicher Almanach Berlin, 1796) de Reicharde [77, 266], que deben se interprradas en sela-

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