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Franz J. Broswimmer Ecocidio Cae ee ees a ee | Pea ge = pitulo son constataciones de un ecocidio progresivo y del peli que se coloca nuestra propia especie. Con todo, la gravedad de vastacidn infligida por las civilizaciones premodernas no es comparacién con la llevada a cabo por las modernas socieda dustriales. Segtin muestra el siguiente capitulo, la modernidad ha mitido que el ecocidio salga de su marco, muy localizado has tonces, y se convierta por primera vez en un fenédmeno ver mente mundial. 100 3 La agresi6n humana a la naturaleza: la génesis del ecocidio Tantas grandes ciudades saqueadas y arrasadas; tantas na- ciones destruidas y asoladas; tantos millones de personas ino- centes, de cualquier sexo, estado y edad, degolladas y asesi- nados; y las partes mds ricas, mds hermosas y mejores del mundo vueltas del revés, arruinadas y desfiguradas por el srafico de perlas y pimienta. Montaigne! La guerra contra otras especies reflejaba el predominio de los objetivos comerciales. Con todo, los efectos ecolégicos de la epoca del capitalismo mercantilista se hallaban no sélo en la destruccin de las especies animales en busca del be- neficio, sino en la creacién de un sistema mundial de pro- duccibn de cosechas basado en la transformacién de la na- turaleza y en el sometimiento del trabajo humane. John Bellamy Foster* tema capitalista: en histérico y sociolégico imiento de la era moderna en el siglo XVI no puede separarse Nacimiento del capitalismo como modo histéricamente nuevo de izacién social, El desarrollo triunfal del capitalismo en cuanto general de relaciones sociales depende fundamentalmente de mulacién y la reinversién de los beneficios en un mercado li- 101 ncia es también cualitativa. El va - obtiene . produccién tomaron forma en primer lugar en Europa, tras lad me econémico i cna at Rado ancl cone Lobe tal cereal integracion del orden feudal de la sociedad medieval. ue en todas las sociedades anteriores la obte a “ val Faieaaae A partir aproximadamente del siglo V, tras la desaparicién del i Dh icia bajo la forma de un sistema personalizado de c 7 ‘t Or PO perio romano, y hasta el siglo XIV, prevalecieron en Europa las sado en unas relaciones sociales tradicionalme ie onades ba- ciones sociales basadas en la agricultura y la clase social. El feud ‘Todas las civilizaciones dependen en Sorta “die d me. mo puede ser definido como un sistema social y econémico cent cién de un trabajo excedentatio. En las soci dada ta ‘i la obten- do en la tierra trabajada por los siervos, labradores vinculados a la Jotacién era todavia directa y Visible. Los pooner lales, la ex- tra. Esta era defendida por vasallos que juraban fidelidad a los sefi obligados a prestar sus RESuI Ce AqaSENOE sino cue no ie estaban res, miembros de la nobleza. Los senores gobernaban sus estados fe yinculados a la tierra del sefior, En cambio. in : +s ae ‘i también dales y conferfan tenencias de tierra a sus vasallos como recompel cio en el capitalismo se seta sora a obtencién el benefi- por sus servicios militares. En el feudalismo, que histéricamente mulada por razones ideoldgicas tras unas relaciones de i y esta disi- cedié al capitalismo en Europa occidental, las relaciones de prod aparentemente “libres”. Este nuevo modo d arma intercambio cién se caracterizaban por el modo en que los sefores feudales sus relaciones basadas en el capital y el tr ba pellead a d eath Le zaban su poder politico y legal para extraer beneficios de los sie una €poca y representé en sunt un mod nds ficket a cit tie campesinos. Esta dinamica de las relaciones sociales, junto al d explotacién. La transparencia da las fends me ne y velado de arrollo del comercio y las manufacturas en las ciudades, fue un sociedades precapitalistas, por una parte rel oca tamiento + | en las mento importante del modo feudal de produccién y de la transia cidad de la explotacién bajo el ca Plisue el ocultamiento y la opa- del feudalismo al capitalismo.’ Fste proceso intensificé los mod terreno econdmico al nivel de vafora ne ieee een " meras sociedades modernas predominaron las formas de Demitete existentes de explotacidn de recursos. Los anglosajones de Gran tafia continuaron, por ejemplo, la practica romana de la defore politica, en los sistemas capitalistas posteriores surgieron formas d K le autoridad basadas en la economfa. : cién, dejando menos de una décima parte del bosque original La expansién de la agricultura en Gran Bretafia en el siglo XVII cubria la isla.’ A finales de la Edad Media, el uso de grandes 4 para fabricar los mistiles de los barcos comerciales y de guerra at fue uno de los factores determinantes de los pri s estadi 16 la destruccién de los bosques en toda Europa. arrollo del capitalismo. Sin embargo, le aS Flake estadios de des- En el curso de los tiltimos siglos, el capitalismo ha mostrado fon las unicas donde el capitalismo evolu sous he cs atlénticas fue- chas caras y adoptado muchas formas. Los términos que asoci sistema mundial que dominé los cuatro siglo asta Convertirse en ala palabra capitalismo reflejan su naturaleza escurridiza: propie £0 ecoldgico no carecié de importanci: Co = ‘lice edn El mat- privada, negocio, laissez-faire, beneficio, persecucién del propio ambiental Enrique Leff, “la slit ee vcidad le tex ane a socidlogo terés, libertad de empresa, mercado abierto, burguesia. Para A Tas templadas permitié ques Sorallars —— las zo- Ya, que en las regiones tropicales habria onda aun aaa Smith, se trataba de un sistema econdmico liberado de las ata del feudalismo: una libertad natural para fabricar, comprar y vem © prematuro de los suclos y a un desequilibrio de | ‘ eel j os ecosistemas od 4 LS uctivos bloqueando los cambios estructurales acometidos en esa Para Karl Marx era un orden clasista perverso en el que unos p posefan los medios de produccién, mientras que los demas vei determinante de la primitiva acumulacién d. an su fuerza de trabajo para sobrevivir. Para Max Weber, el capita Los Historiadares econGmiiccs difien en . capital : era un “espfritu” que valoraba el trabajo duro, la acumulacion y ecisivos implicados en el deat | i sol = os factores sociales cionalidad econdémica.’ Lo que diferencia sociolégicamente p do: factores principales en la formaci she ismo, Marx identifi- talismo de todos los sistemas de produccién anteriores no es Pitalista: en primer lugar, laa varicign deb ¢ pom de produccién expansién mundial sin precedentes de las fuerzas productivas. Oma en las ciudades feudales pe enon las que ens a . s e se desarrollo © bre. Las nuevas relaciones de clase basadas en el modo capitalista 102 103 capital. A continuacién, el crecimiento del comercio en ultran en particular el del comercio britanico con las Américas en el XVI, que condujo al crecimiento del capital comercial. En can Max Weber insistié mucho en los cambios politicos del feudal europeo occidental, y especialmente en la contradiccién entre dencias centralizadoras del absolutismo y las fuerzas centrifuy rrespondientes, y el poder local y regional de los seflores feud Sin embargo, tanto Marx como Weber asociaron el capi con una actitud de tipo muy especifico: la acumulacién conting riqueza por s{ misma, mds que por las satisfacciones material puede aportar. Weber afirmé que “el hombre esta dominado p ganas de hacer dinero, por la idea de adquirir, como objetivo en su vida. La adquisicién econémica no estd ya subordinada al bre como medio de satisfaccién de sus necesidades materiales” embargo, insistié en el papel de la ética protestante como posee de la filosofia y la visién del mundo de la nueva burguesia eme te.” Los empresarios asociados al desarrollo del capitalismo combinaban el impulso de acumular con un estilo de vida Weber encontré la respuesta en el “ascetismo mundano” del p nismo, centrado en el concepto de “voc -i6n’."° Segtin Weber, cepto de vocacién no existié en la Antigtiedad ni en la Edad fue la Reforma la que lo introdujo. Finalmente, el feudalismo se vino abajo por la expansién d mercados y el comercio, junto con la aparicién de una nueva fia del individuo emprendedor. Al ser el primero, el capitalism glés planted un reto competitivo a los demas, obligandoles (tam mediante su fuerza militar) a adaptarse a las nuevas situaciol embargo, las condiciones en las que esos paises tenian que com con Inglaterra variaban muchisimo. Para alcanzar a Inglatert avanzada y productiva, el resto de Europa se vio obligada a ut sus sistemas absolutistas como motores del desarrollo capitalist to exigid un modelo de desarrollo mas centralizado, concent intervencionista. La aparicién del capitalismo habia producido némeno social geopolitico ¢ ideoldgico del nacionalismo. Las ¢ ciones estaban dadas para el marco competitivo en el que los nacionales iban a enfrentarse en el “mercado mundial” capita ge del pensamiento cientifico olégico podemos ver, el sistema capitalista en desarrollo conté con hi- is cientificas y tecnolégicas relativas al universo que estimul nla explotacion de la naturaleza. La época de la Tluseracion vela pnaturaleza como un mundo mecdnico y muerto, punto de vista gue permitio a los individuos concebir los ecosistemas y sus habi- ates como METOS fecursos para uso humano. Cientificos como cis Bacon ¢ Isaac Newton, y filésofos como René Descartes Joh e y David Hume, sostenfan un “método cientifico” sepin ef cual ecosistemas vivos se convertian en objeto de andlisis, observacién yexperimentacion practicados con total distanciamiento La mani cidn tecnoldgica se convirtié en pieza central del proceso de - ién de minerales, plantas y animales de sus habitats con el Bs de comprender mejor las “leyes” que rigen su comportamiento."" El objetivo final de este modo de pensamiento es el control ab I ‘ tanto de los seres vivos como de la naturaleza inerte “vos ~ Francis Bacon, por ejemplo, confiaba en conquistar y someter | maturaleza y sacudirla hasta sus cimientos”. Lo que se ee e : Be rovilizacin general spars la que calificaba de “vulgar mee Descartes, los animales eran “autématas si Py sux‘eritas agonicos un mero rechinar de engranajes y anions "Geode ms Buin, mae la naturaleza no es, por supuesto, minus una _ - ne yor get una obra de relojerfa gigante See ' 7 en a que el empresario, el comercian- cs cuc se siewn det co eran equivalentes a Dios: técnicos ex- eS ¢ las mismas leyes y principios que funcionan universo para organizar los materiales de Is ? i marcha la produccién industrial tad tedonase Poner rane t6n industria de la edad moderna." oe no olvidar aqui que todas esas constela- apitalista, En acme SUIBIETON. originalmente en un contexto Wie ec a la propiedad privada de la tierra y de la na- ee nstitucionalizada como “un derecho humano nalienable”. No sdlo los individuos consideran ah Pos como “suyos”, sino que también define a kates Dccpinkal”. Meee a ¢ también definen su trabajo como debe he ensién \dgica, lo que uno se apropia median- Opes ens E convierte en un bien privado. Como dijo “ocke, la naturaleza fue dada “a los industriosos y los Cione. Suer 104 105 racionales”. Locke vefa el conjunto de Ja naturaleza como unm recurso de explotacion comercial, razonando que “la tierra qu abandona por completo a la naturaleza se considera intl, y es’.» La santificacion de la propiedad privada en manos de los sadores liberales ha representado un papel crucial en la aparicién capitalismo mundial. En su mismo niicleo, la filosofia capitalista minante y el punto de vista liberal del mundo de la moderna era dustrial eran expansionistas € imperiales, € implicaban una forma culada de indiferencia hacia el orden social y ecoldgico." Efectivamente, desde 1500 tanto la escala como la naturalezs las transformaciones sociales y ecoldgicas carecen de precedente térico. Es incontestable que el crecimiento econdmico desde la yolucién Industrial se ha conseguido gracias a enormes costes p medio ambiente natural y para la autonomia de las sociedades: llegada de la era moderna se ha descrito en la literatura sociolég critica como la aparicién de un “mundo desbocado” o una “ trofe”.” Demograficamente, la naturaleza destructiva de la moe nidad queda eden en un aumento explosivo de la poblaci6n dial. Militarmente, se manifiesta en el maridaje cada vez mas entre comercio y guerra, que culmina en la configuracién my destructora de la moderna guerra industrializada. Econdémica te, la catastrofe genera una desigualdad social global masiva."* I consecuencias ecolégicas de esos procesos encuentran su expres en la aceleracién de la degradacion medioambiental y en la ext sién y el ritmo sin precedentes de las actividades ecocidas por t0 credo epeinglicnn ores ccoldgicos y sociales italismo es i bmi i er cara cnnaple era a ima cone en evoluci6n que produce z eja. Esta ultima consiste 4 ; ste en un nt supucstos que proporcionan al sistema una oe - —— pj historiador del medio ambiente Donald Wo h mei ores ecoldgicos que se contienen en el cred anit li rum ie olégicn r edo capitalista. En prime: gar, : naturaleza debe ser considerada como un capital. Es is aa : pa ieeueuss que pueden convertirse en fuente de be icios y ventajas, un medio para c is ri ( ; ios y rear mds riqueza. Arboles, f2 salvaje, minerales, agua y suelo s i Nye ven ays on bienes que se den en el mercado. En s i ' etatae hada ado. En consecuencia, el mundo \ C ado. | natural queda de: acralizado y desmitificado. Las i ias fi omc y des . Las interdependencias funci to ¥ sent la s funcionales ay figuran en el cdlculo econémico capitali i a ‘ ico capitalista. En segundo | res humanos tienen el derecho, ¢ i nue siete echo, ¢ incluso la obligacién, de utili naturaleza y sus productos een Hl ul y sus ctos para asegurar su co u ral ‘ nstante pro El capitalismo es una cultura de i imi Ln ogee S ra de intensa maximizacié — ea ce cién, que busca con- _ re debe cand los recursos naturales del mundo. : ‘ a que debe expandirse si no quiere i a ended randirse : quiere destruir las condi- : is de su propia existencia.” Las mayores recompensas sek son pa s Ne ra _ P : aan hacen los mayores esfuerzos por extraer de la na- oo lo que pueden, La adquisicién y acumulacién privadas e — : me os, imposibles de satisfacer de una vez por todas."* ie cercer ea el capitalismo genera una imagen del ser humano co Ce ¥ sel fc - sr Sends tok see la formulacién utilitarista cla- Ica, f a del placer privado rinde beneficios publi Bela ee de beneficios publicos. La so- ee ¢ ee para ayudar a los individuos y a las empre- Sec cia, los beneticios se privatizan y los costes sociale gicos se externalizan,”” iar ay un pé i . ae puntos relacionados con esta filosoffa capitalista toes aah a mayor atencién critica. Uno estd relacionado con o sistémica del crecimiento exponencial. H. ‘ones para creer que el tipo de crecimi eis eal ee eet ape el po de crecimiento econémico r4pido que el arta ig a sustentar su misma existencia no es ya eco- Ben que ‘ pana ae Muchos criticos ecologistas estardn de acuer- Br que, ds odas las caracteristicas esenciales del credo capitali » l crecimiento sistémi bli Gauls cova eapiale. en a émico obligado es quizds el aspecto mas des- punto que justifica un andlisis mds detallado se refie- el mundo. Como quedé sefialado en los capitulos 1 y 2, las depredacio sociales y ecolégicas asociadas a la modernidad no son ni unica nuevas. Forman parte de un movimiento histérico mas vasto que va existiendo milenios. Pero las relaciones sociales capitalistas ae ran el ecocidio y la degradacin medioambiental de dos modos portantes. En primer lou llevan a escala planetaria las catastro ambientales que hasta entonces eran solo de caracter regional. Em gundo lugar, al reducir la naturaleza a la condicién de mero bien q se compra y se vende en el mercado libre, el capitalismo conviert explotaci6n ecoldgica en algo universal. 106 107 ‘América qued6 dividida entre los conquistadores curopeos. Las inter- gociones culturales y ecoldgicas subsiguientes, conocidas como “in- ercambio colombino’, tuvieron una importancia fundamental en la formacion de la catastrofe ecoldgica de la modernidad. El beneficio eis de esos intercambios consistié en una mejora mundial en la iversidad de alimentos. En palabras del historiador de la ecologia Al- fred Crosby, proporcioné “un segundo milagro de los panes y los pe- ees”.” Pero asf como el viaje de Colén proporcioné la base de partida una auténtica revolucién mundial de los habitos dietéticos, sus consecuencias sociales y ecolégicas problematicas supusieron una rup- tura sin precedentes en las poblaciones y los ecosistemas intltgeas _ Los acontecimientos de 1492 pusieron en marcha la erosién de la diversidad cultural y ecolégica, cuya importancia serfa mds tarde con- siderablemente amplificada por el progresivo sometimiento de todas las regiones del planeta al capitalismo industrial. Asi, por ejemplo, el genocidio y ecocidio que se produjeron a continuacion en ‘América no tienen equivalente a escala planetaria. Segtin escribié Mark Twain tefiriéndose a los conquistadores europeos, “primero cayeron de ro- dillas, y a continuacién cayeron sobre los indios”.”” Un calculo con- servador indica que el nimero de indigenas en América era de 112 millones en 1492. En 1980 se habfa reducido a 28 millones.” Re- trospectivamente, sin embargo, podria ampliarse la frase de la si- wa manera: “Primero cayeron de rodillas, a continuacién sobre indios y después sobre las especies y ecosistemas del continente” El éxito del imperialismo europeo residié a menudo en los gér- = que los europeos Ilevaron consigo. Los microbios fueron las ne mas devastadoras de los rang einen las poblaciones loca- ret ae per las en ermedades que pudieron ofrecer ie a equista a ag Los a a difundieron en- peepee - que . " fan desarrollado sélo en los uiltimos es tte neni Ola vn a, la varicela e el sarampion, Vv enferme- 7 serum i" aan a tuberculosis, la sifilis y las fiebres tifoi- a Higa _ 1 ener cuadro de Crosby, la conquis- at ete 7 : uevo Mundo consistié en una serie de vio- ———— io = la expansién europea fue, tal como Bemplo L ee na sn de imperialismo ecoldgico”.* Por Fopeos y desde alli se it aaa “A in eeién a a. Bones dc indigenas por toda la regién, matando a mi- rea la centralidad de la autonomi/a en el credo capitalista. Sugiere somos criaturas soberanas, independientes de las restricciones | dioambientales que constrihen a otras especies. Pero, como Worster, este notable desprecio por la interdependencia de todos seres no ha sido el punto de vista adoptado por la mayoria en la toria del mundo.”' En la historia humana ha habido pocos ¢ de mayor importancia que el abandono de lo que quedaba del tido de intima dependencia de la naturaleza y la adopcién de un gerado sentimiento de libre albedrio absoluto y autonomia hi Seguin sefiala Worster, “no es exagerado decir que todo nuestro do industrial ha sido posible gracias a ese cambio de perspectival En conjunto, el capitalismo implica una filosofia racionali bien organizada que expresa una confianza suprema en el pr eterno. Es utilitarista y materialista sin ningun reparo, critica quienes fracasan en la carrera de los beneficios ¢ increfblemente rrochadora. En resumidas cuentas, el credo capitalista respecto naturaleza es a la vez imperial y comercial.” Ninguno de sus v cardinales incluye la humildad medioambiental, la reverencia diversidad de la vida o la sobriedad. El deseo de acumulacién quezas es el impetu cultural que Ilev6é originalmente a los euroy al Nuevo Mundo, y mds tarde a las empresas a todos los rinco: la Tierra, en busca de nuevos mercados y nuevos recursos.”* Consecuencias sociales y ecoldgicas del “intercambio colombino “Si se me pidiera eligir una fecha que marque ¢l nacimiento del do moderno —afirmaba el economista politico Samir Amin con sin de las celebraciones americanas del V centenario del dese miento de América por Colén—, elegirfa 1492, el afio en que los ropeos comenzaron su conquista del planeta, una conquista milli econdmica, politica, ideoldgica, cultural/ecoldgica e incluso, en to sentido, étnica”. Desde el punto de vista socioldgico, ¢] mun que se refiere Amin es también ya el mundo del capitalismo p} tivo.” Durante los siglos siguientes, miles de kilémetros de costas daron fijados en los mapas europcos, se dio nombre a los océan 108 109 Ademas de los microbios mortales, otras especies introducid los europeos acabaron teniendo consecuencias involuntariamenti yastadoras. Las especies aléctonas comenzaron a transformar fundamente los ecosistemas locales. Al cabo de un siglo de la da de los espafioles a América, centenares de miles de caballos petian por a hierba con los rebahtos de ganado y cabras, cerdos y 0 jas introducidos por los europeos. Como las plantas autéctonas ricanas no habian evolucionado conjuntamente con estos NUEVOS males ramoneadores, los paisajes nunca pudieron recuperarse. pacto ecoldgico sufrido en Australia, Nueva Zelanda y otras isla Oceania fue de efectos comparables, La flora indigena fue reem zada en gran parte por plantas del Viejo Mundo que habian e cionado durante miles de afios junto con Jos animales ramo res, Hasta el dia de hoy, la mayor parte de las especies de malas bas de Estados Unidos son de origen europeo.”’ Mas atin, la reintroduccién del caballo marcé el inicio de una funda transformacion de la vida de los amerindios. Ciertas ti como los cheyenes, habjan sido en el pasado poblaciones agriet sedentarias. Pero cuando llegé el caballo abandonaron la agrict ta. Los caballos y los rifles hicieron de los amerindios unos res mucho més eficientes de la megafauna superviviente, y en & cial del bisonte norteamericano. Hoy mucha gente cree que los: ballos y los amerindios han ido siempre juntos. Pero esta ingel imagen del amerindio a caballo es solo un fenémeno muy recie! Por ejemplo, el apogeo de la caza del biifalo en las Grandes Llanut por parte de los indios duré slo cerca de medio siglo, aproxi mente de 1780 a 1830.” La Revolucion Industrial no habria sido posible sin el interes bio colombino y sus consecuencias sociales y ecolégicas. La ind trializacién proporcioné una base alimentaria muy extensa y @ i sificada, fundamento necesario para una expansion demografica netaria de una velocidad sin precedentes. La esclavizacién de la tierra y de la naturaleza La esclavitud en las Américas completé la primera consolidacién 110 toda hectare: ~ bertura forestal cultivo intensivo de la cana de az r esquilma- AE de |. fia de avu ucar esqu. sitalismo en tanto que fuerz id Bear re 1500 9 1600 se vianon a Arnéeeny Exons 375.000 vos, Fn ot siglo XVII se calcula que el eiecie eels hoses o - ! 8 on ee aeons a la demanda de las lan. oro 9 la esclavitud, con la dleportacicne — ; . ee S = ene —— entre 1701 y 1810." sme = wa a apes para sostener la economia de las convirtié en sa hu . sist ans tiem. 14 ee “ evo sistema de 16 cultivos seme tr pa Los colonos talaron los eek ee =u y la erosion. Asf, en 1690 los arbo- vinetible d : terceras partes de Antigua; en 1751, e de cultivo habia sido despojada de su co- ba la tierra, hacié , haciéndola perder s : i sus nutrie ; : guayo Eduardo Galeano escribié del ee no Seer mre cierto en I: ; ste de Brasil era igue en la mayor parte de las islas del Caribe: era igualmente El azticar habi. bonne ta oe el nordeste [de Brasil]. [...] Esta regiér de bosae s ropica es se convirtié, como dice Josué de C. oom, at Sac : astro, nae a ¢ sabanas. Naturalmente nacida para producir amen aoa a = una regién de hambre. Donde todo bro = exuberante, el latifundi s nnas ‘ undio azucare! i omals mA el azucarero, destructiv ri a deié = estériles, suelos lavados, tierras ¢ ‘io. adas. Se habian hecho, al principi ; ranjos , al principio, plantaci j ee a , plantaciones de naran y Saeitn fueron abandonadas a su suerte y se redujeron am ame que rodeaban la casa del duefo del in a ; axclus ec 5 ili ~ en ae ala familia del plantador blanco" lon acon ios ne rian tierras a los cafaverales devastaron la fl 7 oon A in fauna; desaparecieron los ciervos, los iabalies, eat ene las pacas y los armadillos. La alfombra by y la fauna fueron sacrificz I la ene . . monocultivo, a la cafia de azticar.” “assen Tosaltanes de La creacié -a creacién del monoculti ocultivo de la cai - ana de azticar hiz ZO a esas CO- Onias d i s dependientes de E - mética P% — im Europa, Norteamérica y el interior de Sud nies su alimentacién. El abate R: vind. enteea LT umenwicen. KLabs te Raynal observaba iré- m 75 que “para alimentar una colonia en rer . eTICa eS 111 necesario cultivar una provincia en Europa’. A finales del siglo X) segtin sefiala Galeano, “habia en Brasil no menos de 120 ingen que sumaban un capital cercano a los dos millones de libras, p sus duefios, que posefan las mejores tierras, no cultivaban alim tos. Los importaban, como importaban una vasta gama de arti los de lujo que llegaban, desde ultramar, junto con los esclavos bolsas de sal”.” La exportacién de azticar creci6 rapidamente. pués de 1660, las importaciones de azticar superaban en Inglate el conjunto de las importaciones de los demas productos colo les. En 1800, la poblacién inglesa consumia 15 veces mds azticar en 1700. Sin embargo, y a pesar de su importancia, el aziicar era sélo u de los pilares de un comercio triangular que vinculaba Europa, A cay las Américas. El primer lado del triéngulo conectaba los puet europeos con Africa. Los barcos europeos llevaban cargamentos: sal, tejidos, armas de fuego, quincalleria, cuentas y ron. En Afrieg trocaban esos productos por esclavos que se levaban a América barcos, donde cada individuo disponia de un espacio que no sul raba 1,65 m de largo por 40 cm de ancho. En el Nuevo Mundo, esclavos supervivientes s¢ subastaban entre los propietarios de plantaciones y —tercer lado del tridngulo— se compraba aziicar, ta, melaza, tabaco y algodén (producidos todos ellos gracias al bajo esclavo) que eran enviados por barco a Europa. En Gran Bre fia, puertos importantes como Liverpool, Bristol y Glasgow deb ron su rapido crecimiento en el siglo XVIII sobre todo a este coment triangular.* En resumen, en la primera busqueda moderna de la queza, los territorios nuevamente colonizados se saquearon para tisfacer la necesidad de nuevas tierras, y se utilizaron sistemas de t bajo esclavista para obtener mano de obra barata. La expansién capitalismo y el desarrollo de las correspondientes formas de co cio aceleraron en gran manera el ritmo del ecocidio causando la mi te de cientos de millones de grandes animales a manos de cazadot y comerciantes. En los apartados siguientes esbozo tres ejemplos principales ecocidio en tiempos modernos: la agresion comercial a las espedt relacionada con el comienzo del comercio mundial moderno de pi les: la matanza en masa y el casi exterminio del bufalo norteamel cano en el siglo XIX; y el auge comercial de la caza de la ballena. Los comienzos del comercio moderno de pieles La depredacién de las especies con el fin de comerciar con sus pie- Jes tenia ya una larga historia en Europa y Asia cuando los pttines ros comerciantes de pieles comenzaron sus actividades en el conti- nente norteamericano. Escandinavia habia proporcionado pieles a Ja antigua Roma, asi como Ambar, marfil marino y esclavos, reci- biendo a cambio oro, plata y otros tesoros.” A finales del siglo IX, sefiores comerciantes como Ottar, procedente de los fiordos nor- uegos cercanos a la moderna Tromso, recibian pieles de marta, re- no, 0S0 y otros animales como tributo de los cazadores lapones y las vendia después en Noruega, Dinamarca ¢ Inglaterra.” A prin- cipios del siglo XI, los vikingos rus enviaba martas cibelinas, ardi- llas, armiftos, zorros blancos y negros, martas, castores y esclavos a Bulgaria, en la curva del Volga. En cl afio 922, el drabe Ibn Fadlan describid graficamente el viaje de los mercaderes rus Volga abajo con cibelinas y esclavas para los mercados del Levante isldmico, Tras los vikingos, la Liga Hansedtica alemana se hizo con el control del comercio de pieles en el norte. Desde una avanzadilla comercial en Bergen, explotaba sin piedad a los noruegos, obligandoles a enviar grandes cantidades de pieles y pescado a cambio de pagos antici- pados.* En lo que hoy es Rusia, las operaciones de los vikingos rus im- pulsaron el desarrollo de los Estados de Kiev y Névgorod en los si- Bios IX y X. Para esos Estados, al igual que para sus sucesores, las pie- €s se convirtieron en la mercancia mds valiosa para el comercio has- ta el siglo XVIII ¢ incluso mds tarde.* De hecho, la voluntad de do- minacién y expansi6n ha sido descrita como “una busqueda prolon- gada de la dominacién de sucesivas cuencas hidrogrdficas mediante ‘ np de las comunicaciones entre una y otra, estando determi- ee velocidad de expansién por el agotamiento (0 extincién lo- e en cada cuenca de los animales que proporcionan picles”. Los ae = ae —— las pieles mediante impuestos eed wily beg bh epee ae la zona y por medio de un diez- a i ckese tenidas por cada individuo. Las pieles Ioperan : ¥ = vn ron més tarde en uno de los ingresos mas loon es . ‘os Estados rusos, que aumentaron desde el 3,8% de ingresos del Estado en 1589 al 10% en 1644.“ cidn lig6é mas firmemente a los indios norteamericanos con de intercambio del continente y el mundo, y més como prod subalternos que como socios,”! A principios del siglo XIX, el comercio de pieles en No: ca se desplazé hacia su ultima frontera, las regiones situadas g te del Misisipi. En 1805, cuando Lewis y Clark, los primeros radores de la zona, cruzaron las Montaiias Rocosas y leg la costa del Pacifico, informaron de que la region era més ricae tores y nutrias que ninguna otra en el mundo.” Cuando esq males fueron cazados, los tramperos ya no supieron a dénde ig, si pudieron dirigir su atencién hacia especies menos buscadas, rante algunos afos el cometcio se sostuvo gracias a las pieles d almizclera y marta, pero éstas se agotaron también pronto, Como los comerciantes pedian pieles a un grupo tras otre gdndolas con articulos curopeos, cada grupo adapto su modo d da a las necesidades de los fabricantes ceuropeos. Al mismo tien la demanda de pieles por parte de los curopeos intensificé la @ petencia entre los diversos grupos de indios, La competencia por n vos territorios de caza y por el acceso a las mercanctas europea: saron a ser enseguida componentes esenciales de la vida indi tecnologia obtenida se convirtid en un indicador de posicién s De este modo, el comercio de pieles cambié el caricter de las @ entre las poblaciones indias y aumenté su intensidad y alcance. dujo a la masacre de poblaciones enteras y al desplazamiento de ot forzadas a abandonar sus habitats anteriores. Por otra parte, las les no fueron las tinicas mercancias proporcionadas por los indio creciente comercio requeria también suministros, y cuando el mercio de pieles se extendié hacia el Oeste alterd e intensificé los n dos de produccién de alimentos tanto para los cazadores como p los comerciantes. Una de las presas mds buscadas en Norteamérica fue el casto mas grande de los roedores supervivientes del continente. En off tiempos habia sido muy abundante en la mayor parte de Amé del Norte, pero habfa empezado su declive en la década de 16 cuando el rey Carlos I de Inglaterra decreté el uso obligatorio de piel de castor en la fabricacién de los sombreros que debjan Il los miembros de la alta sociedad. En 1720 se habia matado a de dos millones de castores en el Este de Norteamérica. Los som breros de castor estuvieron de moda hasta principios del siglo 116 Jos castores habfan sido ya practicamente barridos al Este Ise XIX, cuando el castor perdié importancia, fue reem- a ‘a nutria marina y la foca, exportadas principalmente h ics del Norte a los mercados de China. Rusia perdié tam- at dominante en el mercado europeo hacia finales del si- Vv ie sc6 salida para sus pieles en China y otros paises asid- 55 Lo que los europeos buscaban en la costa ——— — Mundo eran, sobre todo, pieles de nutria mata - fa ay s yisitaron esa costa unos 330 barcos, de los que — | Cn rmanecieron comerciando dos o mds Poe as. me oie qutria marina se obtenian primero a cambio de ierro y o = « es, después se cambiaban por tejidos y mantas, y om reper tabaco, melaza y mosquetones. Los —— nati a icanos eran principalmente “jefes” que movilizal eo aa Bul y contactos personales para que les entregaran pieles de nutria, su poder crecié a una con el desarrollo del comercio.” — Durante mas de tres siglos, el comercio de picles pat dié por América del Norte, atrayendo a nuevos grupos (4 alos circuitos cada vez mas amplios de intercambio de mercancias se abrian entre los europeos que Ilegaban y sus socios comercia- les nativos. El comercié afecté primero a los agricultores las = pen: boscosas orientales y subdrticas. Después, con la expulsién de franceses y la particion del norte entre el ay eC Br tados Unidos, llegé més all de los Grandes Lagos asta Ja me me bartica occidental, creando al mismo tiempo una nueva zona : aa ministro en la regién de las Llanuras. Por ultimo, al — sig] ; XVIII, establecié una cabeza de playa en el Noroeste del Paci ico, que finalmente conecté, a través de las montafias costeras, con las avan- illas ¢ ciales del interior.* ; pinbeeoe el comercio de pieles llevaba consigo ae des contagiosas y guerras. Muchos grupos autoctonos in, Ten truidos y desaparecieron; otros quedaron diezmados, separad “ ior plazados de sus habitats originales. Las poblaciones ne a k Ton refugio en aliados ose » identedade con otras po = Unoe a tando a menudo nombres ¢ identidades étnicas nuevos. Unos pocos, Como los iroqueses, se expandieron a expensas de sus yee Po Stupos, situados estratégicamente y militarmente —— Virtieron en los primeros beneficiarios del comercio de pieles. ” Otros La Hudson's Bay Company fue la principal responsable de mocién de la caza de cientos de miles de animales cada afio en rica del Norte y de la exportacién de las pieles a Europa. Los les mas buscados eran los diversos miembros de la familia de las tas, entre ellos el armifio en su fase blanca invernal, la nutria, s6n, la marta cibelina, la marta pescadora o pecan y el glotéy esos animales, sdlo las martas, las nutrias y los visones sigu tiendo en la actualidad, y las martas son las tinicas abundante: afiadidura, estas especies sufrieron también mucho al reducirse bitat forestado.” La falta de pieles procedentes de otros animales constituyé wi las razones principales de la caza masiva de diversos tipos de fo Normalmente estos animales eran golpeados hasta morir cuando gaban a la orilla para reproducirse. Se seguia una pauta comt descubrimiento de grandes poblaciones de una especie buscada ¢ ducia al desarrollo de la caza intensiva, lo que culminaba en ef terminio o agotamiento local de la especie. A continuacién, los tr, peros se dirigian hacia nuevas regiones y repetian el ciclo, La pri ra fase de la caza de focas (1780-1820) tuvo lugar en muchas ze del hemisferio sur y la llevaron a cabo cazadores de Europa, R Canada y Estados Unidos. La caza masiva de focas también se pi ticé en el Atléntico Norte, donde los cazadores se aprovecharon las inmensas poblaciones de focas de Groenlandia, que crfan en banquisas de hielo en torno a Labrador y Terranova. Los cazado sobre todo procedentes de Canada, se centraban en las focas nacidas, cuya piel de un blanco inmaculado rendia muchos benel cios. Iniciada a principios del siglo XIX, la industria de focas de rranova llegé a su punto dlgido en la década de 1850, cuando se n taron unos 600.000 animales. En consecuencia, el tamafio de las n nadas de focas se redujo aproximadamente un 80%, lo que provo la decadencia de esa industria a principios del siglo XX. En el mar de Bering, los cazadores rusos pasaron a la caza del marino del norte de las islas Pribilof después de haber extermi a las nutrias marinas. El ntimero de osos marinos exterminados ant mente cay6 de 127.000 en 1791 a 7.000 en la década de 1820. E ese breve perfodo se mataron dos millones y medio de animales. L poblacién se recuperé cuando los cazadores rusos se marcharon a otf regiones, pero tras la venta de Alaska a Estados Unidos en 1867, el t tal de animales muertos volvié a subir a 250.000 al afio. Con el ca 118 e i cid ié a disminuir radicalmente. siglo, la poblacién de osos volv matanza masiva del bisonte eamericano América del Norte, los unicos herbivoros que een s ancion de la megafauna a finales del I RETR ueron nt oe « ciervos, los alces y los bisontes. Sin embargo, todas estas esp as en or un rapido declive debido a las transformaciones ha - i im sus habitats producidas por los seres —- y ale de redacion. Como la guerra contra los animales de piel, = iva y el casi exterminio del bisonte greases e fjem- 0 especialmente llamativo de los cambios trascendentales p Aa por el capitalismo a principios de la era moderna en las relacio- 0s ; nes entre naturaleza y sociedad. i Famili " i 0- El bisonte pertenece a la misma familia que el ganado bovino m derno. Son rumiantes de pezufias hendidas y cuernos huecos y sin ramificar, Un macho normal mide 1,80 m de alto, tiene a am 7 de largo y pesa mas de una tonelada. Su vida media es de unos : afios. Los bisontes mae oni yoke ae a, ; afio tras alo, buscando siempre iS oes los obsticulos y las dificultades del terreno. i pistas in ton después utilizadas como base para la mayor parte - is —_ ples» cigs rate cing, ep Menges ec emclon ca su valor simbolico de troteo, los bisont eaeate Se euarieariie, Hacia 1891, la poblacién de a de Estados Unidos habia quedado reducida a sélo 541 acxixalon «ss llamuras Cuando Ilegaron los primeros europeos, pasta — iy a de un tercio de Norteamérica de 40 a 75 millones e hee Se za comercial para obtener carne comenz6 en la = ac en oe pronto alcanzé los dos millones de animales al eo. ; spuds ke ~ cuando las pieles de bisonte empezaron a trans pine en aaa merciales, la cifra eet . me ae EE. via férrea Union Pacific Railroad dividio a los bisontes septentrionales y meridionales, haciéndolos mas a de eae manada meridional qued6 practicamente pcre —_ ° de los aftios 1870. Tras finalizarse el Northern Pacific Ra 119 1880, la matanza de las manadas septentrionales avanz6 a p gantados. Como indica el historiador ambiental William Crom bisonte llegé a su fin “porque su ecosistema se habia visto liga una forma nueva a un mercado urbano” ‘Ademas, la matanza masiva de bisontes fue “una calculada tegia militar disefiada para forzar a los indios a vivir en las reset Los cazadores profesionales como Buffalo Bill Cody mataban males por “entretenimiento” y a menudo dejaban pudrirse los veres. Alrededor de dos millones y medio de biifalos fueron mat os indios se dieron cuenta raj anualmente entre 1870 y 1875. I mente de que la llegada de los europeos a América del Norte nm sélo una cuestién de conquista, brutalidad y esclavitud, sino t una amenaza a su propio modo de vida. Muchos indios de las deras, por ejemplo, comprendieron que matar Jas manadas di sontes constituia una grave amenaza para su supervivencia. A fi del siglo XIX, ya no habia ni indios ni animales que se despl libremente, y la destruccién del medio ambiente norteamericano siguid durante el nuevo siglo. El auge de la caza comercial de cetdceos La caza comercial de cetaceos es uno de los peores ejemplos de breexplotacién de la vida salvaje a principios de la historia mo del capitalismo, comparable al casi exterminio del bisonte not mericano y a la matanza de los animales de piel. Varias especi fceos han sido completamente exterminados debido a su & ado reducidas a grupos demasiado dispersos como Las especies de cetéceos que s€ cet otras han qued ra que merezca la pena cazarlos. zan comercialmente son principalmente de dos tipos. En primer gar, estén los cetdceos con dientes, representados sobre todo p cachalote, que vive en muchos océanos del mundo y se alimenta dominantemente de calamares. El cachalote se cazaba sobre todo su carne y aceite, utilizado como combustible para iluminacién. producto era el espermaceti, una sustancia liquida y cerosa pr niente de la enorme cabeza del cachalote, empleado para pro yelas que no dieran humo y como lubricante para maquinas. El 120 o i = — de cetdceos objeto del acoso humano comercial sido as ballenas de barbas, que se alimentan de cardtimenes de tdceos pponet a las gambas, el ri//, al tamizar el agua del cu sus bar bas, largas placas éseas festoneadas que sae de lo al- de su boca cavernosa. Estas ballenas no se cazan sdlo por su car ine, que ears ° de la que se extrafa aceite, sino también por sus iparbas (0 ballen s), material flexible y fuerte que se usaba para be Hlenas de corsé: fustas y otras aplicaciones. ‘ a La ca ballenera de subsistencia ha formado parte de la historia oman — miles de afios. Hay pruebas que indican que hubo eblos dedicados a ella ya en el 3000 a. C.” La época de la caza plos dedicadlosa ella ya es I “La a de la caza co- mercial de cetdceos comenz6 en Japon y en el Sureste asidtico en los primeros siglos de nuestra era. Del afio 800 al 1000, los noru : : — . > egos ylos vascos comenzaron la caza comercial de cetaceos en Europa ie. ta.caza primitiva se realizaba desde barcas, utilizando arpones de ma no sujetos a una cuerda enrollada. La cuerda permitia a los ballena til ral animal hasta que quedaba agotado. Entonces lo arras- tra = hasta un lado de la barca y lo mataban con una lanza de ma no. Durante esta primera época de la caza comercial de cetaceos, I2 barca era un pequefo bote que se arriz Liat eee oe ry te que se arriaba desde un barco nodriza y ; ipulsado por una tripulacién de seis hombres ‘ _ esquimales, amerindios y vikingos solfan también cazar cetd- * ibe ro sus actividades no amenazaban a especies 0 grupos ente . Las innovaciones técni crecimi ; bets Lemucinnies técnicas, el crecimiento de los mercados y los mp ; . oe coset del capitalismo primitivo aceleraron pron- ., epredacién de esos majestuosos animales. A fines del sigl III, la caza comercial vivid s a nenve foe r a cial vivid su edad dorada. Originalmente fu n muy buscados los cetdéceos con alto c i ni _ ie chee : iceos con alto contenido de aceite. Una es- J ca . anas at aryl < 1 i Drouin de ballenas de Groenlandia era la que mejor cumplia 2 sito, y por eso se las Hlamé “ballenas francas” 25 me : poe a 7 . r ‘oe ag s del 8 iglo XVIII condujeron al desarrollo — it idos, lo que permitié que empezara a despegar la caza ele de cetaceos. Los empresarios balleneros persiguieron a es- § animales de tal mod. l: i in: See ae 7 do que las poblaciones de ballenas francas sep- dane . ha ne al borde de la extincién al cabo de unas po- adas, C . eet , 7 ns on o, la industria ballenera avanz6 a toda maqui- = eee os altos precios de los productos balleneros. La a — : cetdceos llegé a su punto culminante en 1868, cuan- 6 el cafién lanzaarpones. Estos cafiones se montaban en la actualidad, sélo quedan unas 300 ballenas francas en el ico Norte y unas 250 en el Pacifico Norte, y la especie no mues- ; os de recuperacion. * La supervivencia de unos pocos rorcua- quules que quedan en el Antartico se halla ahora en pee ea a calentamiento global. Una especie relacionada con la ballena la ballena jorobada o yubarta, se caro hasta su extincién en el ntico pero sigue existiendo en dl Pacifico Norte. Aunque sus ci- son mintisculas, esas ballenas siguen siendo cazadas por los pue- os esquimales de Alaska.” Los balleneros norteamericanos también yaron el cachalote, primero en el Atlintico, desde sus bases cn Nue- Inglaterra, y luego en el Pacifico desde sus bases en Hawai.” Tam- in cazaron la ballena gris de California en las lagunas de Baja Ca- fornia, adonde acudian para reproducirse, desde 16 estaciones ba- eras repartidas a lo largo de la costa californiana. A fines del siglo (IX, la ballena gris de California fue cazada casi hasta su extincién después se recuperd; los buques factoria la cazaron de nuevo en los fos 30 y 40 hasta casi extinguirla, y otra vez, volvié a recuperarse. La escala de la primera agresién comercial moderna contra la na- aleza no ha tenido precedentes y ha supuesto de forma caracteris- tica un modelo de sobreexplotacién de las especies. Mientras la ani- quilacién antigua y moderna de las especies del planeta se produjo principalmente por esa sobreexplotacién comercial, la guerra co- mercial contra las especies se ha extendido en la Edad Contempora- nea hasta incluir la destruccién pura y simple de ecosistemas y habi- fats enteros. barcos de vapor, lo que facilitaba la captura de las ballenas ces, como el rorcual azul, el rorcual aliblanco, el franco y el no La construccién de inmensos “buques factorfa” hizo posible q balleneros permanecieran en alta mar largos perfodos, lo q mentaba drasticamente el nimero de ballenas que podfan preparar. Esta caza excesiva tuvo como resultado un declive } hacia 1860. La flota ballenera inglesa, por ejemplo, dismini bido a la caza excesiva y a la introduccién de aceites vegetales, @ con ballenas de acero y ldmparas alimentadas por gas. Hacia la poblacién de cetdéceos del océano Artico habia caido hasta el to de que su caza no era ya una industria viable importante, quiera en las aguas de Alaska, anteriormente tan ricas. Con tod matanzas de ballenas prosiguieron con una eficacia cada vez m La United States Whaling Corporation utilizaba, por ejemplo, se conocia como “barcos asesinos”.”” Se usaba un caiién de si timetros que se cargaba por la boca. Parte del arpén llevaba plosivo preparado para detonar en el interior de la ballena. Hacia 1 la invencién de la rampa de popa permitié subir a bordo de los cos factoria los cuerpos enteros de los cetdceos para su elaboraei En las décadas siguientes la matanza se extendié: cada afio se m ban varias decenas de miles de cetéceos, que proporcionaban nes de barriles de aceite. Sdlo durante el invierno de 1930-193 mataron 29,000 rorcuales azules. Se calcula que entre 1946 y 1985 unos dos millones de cetaceos fueron victimas del desigual enfrentamiento entre te : cie y los intereses comerciales de las mas importantes naciones b neras (Noruega, la antigua Unién Sovieética y Japén).” La caza mercial fue detenida en 1986, cuando los miembros de la Cot Ballenera Internacional (International Whaling Comission, Ilegaron a un acuerdo para prohibir la caza de esos gigantescos miferos marinos (que Ilegan a pesar hasta 130 toneladas). Pero la cisién de prohibir o reducir la caza de las grandes especies de os no estuvo basada en la “biofilia” o en una revolucién ética de timientos hacia las demas especies por parte de la IWC.” Lejo eso, hubo dos causas mucho mds inmediatas. De una parte, el mero de grandes cetdccos se habia reducido tanto que ya no era mercialmente lucrativo cazarlas. De otra, la IWC se vio oblig ceder ante la campafia mundial de los ecologistas, que protest por esas Matanzas ecocidas en masa. 4 El planeta como zona de sacrificio El progreso, bajo cuyos pies la hierba llora y el bosque se con- vierte en papel, del que crecen plantas de periddicos, ha sub- ordinado el sentido de la vida a los medios de subsistencia y nos ha convertido en los tornillos y tuercas de nuestras he- rramientas Karl Krauss! Hemos creado un monstruo industrial que, despertado fa- ctilmente por el olor del dinero, continiia devorando a su vo- luntad nuestros paisajes virgenes que desaparecen a toda ve- locidad, excretando progreso. Peter Marks? cercado de los terrenos comunales: fendmeno mundial ¢ el siglo XVII hasta nuestros dias, diversas maniobras polfticas legales se han emprendido en todo el mundo para cercar los terre- comunales, alrerando asf de manera fundamental las relaciones némicas entre las poblaciones y su entorno natural, y abriendo ino a las revoluciones industrial y urbana.’ En toda la Europa ieval coexistieron formas de propiedad colectiva de la tierra con Propiedad privada. Generacién tras generacién, se cultivaban las mas fincas, se andaba por los mismos caminos y la gente se or- ®anizaba comunalmente para sustentar su existencia. La nueva prac- 125 mana alienada, cercada ahora también ella, se convierte en una or la autonomia individual, donde la vida se retrae tras los os, y las cuentas bancarias personales y la riqueza privada vienen ofinir !a valia humana. Psicoldgicamente, esto ha significado “un pliegue sistemati 20 de la participacién grupal en el mundo exterior retirada entusiasta a un nuevo mundo psiquico de autorrefle- y autoconcentracién”.° La destruccién de los terrenos comunales fue esencial para la Re- cién Industrial a fin de proporcionar un suministro de recursos ales como materia prima para la industria. Pero el movimiento cercado no debe verse sélo como un mero episodio histérico ocu- en los inicios de la Inglaterra moderna. Se trata, por el contra- de un fenédmeno global: la metdfora que aclara los conflictos y tradicciones generados por la expansidn de la colonizacién hu- a del planeta. De este modo, el cercado de los terrenos comu- ales representa el mecanismo moderno que ha producido unas re- iones cada vez mas violentas y ecocidas entre las sociedades in- ustriales modernas y la naturaleza. tica social de cercar los terrenos comunales aparecié en pri en la Inglaterra de los Tudor. La clase capitalista emergente se y la aristocracia en sus esfuerzos por expulsar de los terrenos con les a millones de personas con el fin de dejar campo libre a jas. A fin de cuentas, la lana se habia convertido en un produgy sico en los mercados textiles en plena expansién de comienzo Revolucién Industrial. Se desalojé a fos campesinos de sus tie se les forzé a emigrar a las ciudades para que trabajaran en las f cas, proceso que ha seguido produciéndose hasta hoy. El mo to del cercado, que a veces se ha llamado “revolucién de los rico tra los pobres”, causé incontables penalidades a los propietario pequefios y a los ocupantes sin tierra que sélo poseian una cula cabafia y una pequefia huerta.* En los siglos XVIII y XIX, el movimiento del cercado pasé cada vez mas global. Los pueblos indigenas fueron expulsados d tierras mediante subterfugios legales e ilegales desde Aust Oceania hasta las Américas y Africa. Su resistencia estuvo aco fiada frecuentemente por asesinatos en masa. Pero las clases di nantes no se contentaban sdlo con cercar las tierras. Segtin ob Jeremy Rifkin, Ta Revolucién Industrial El pleno impacto de la Revolucién Industrial a mediados del siglo aceleré el ritmo de destruccidén ecoldgica global. La Revolucién Industrial representa un hito en la historia del ecocidio y la degra- dacién medioambiental. Las maquinas, y no la tierra, pasaron a ser principales medios de produccién. Sociolégicamente, el proce- 80 supuso la proletarizacién de grandes capas de la poblacién, que Perdicron el control directo sobre sus medios de vida y no tuvieron Stra posibilidad de ganarse la vida que vender su fuerza de trabajo. reteras, ferrocarriles, fabricas y chimeneas aparecieron por todas Partes. la expansién caética de las ciudades fue un fendmeno co- Mente. Los alrededores de las nuevas fabricas se transformaron en Merras baldyas. E] nivel de vida de la mayor parte de los trabajado- Fes en las fabricas era mucho més bajo que el de un pequefio pro- ne tural. Pero trabajar en una fabrica era mejor que morirse de bre en el campo superpoblado.’ El historiador Donald Worster escribe el industrialismo de la siguiente manera: La naturaleza, que en tiempos era una fuerza independient reverenciada como temida, ha quedado reducida a un si de recursos explotables, negociables todos ellos en el mere La privatizacién y mercantilizacin de la Tierra ha el humanidad del papel de sirviente al de soberano, y ha h la naturaleza un objeto de puro intercambio comercial. Los des continentes, los vastos océanos, la atmédsfera, el espectto tromagnético, y ahora el acervo genético, se han desac ¥ racionalizado, x su valor se mide exclusivamente en ten mM monetarios.” Los efectos de estos cambios sobre la vida humana, por no m cionar al resto de la biosfera, son profundos ¢ incalculables. To nuestras ideas modernas de seguridad, tanto personal como ni nal, proceden de la privatizacién del mundo, El paso de un m medieval de acuerdos comunales y sagrados a un mundo ind regido por las fuerzas seculares del mercado trajo consigo la caida hombre ptiblico y el ascenso metedrico del individuo privado. La 126 Los capitalistas [...] Prometfan que, gracias a la dominacién légica de la Tierra, podrian proporcionar a todos una vida mz ta, racional, eficiente y productiva [...]. Su método consistfa berar a la libre empresa individual de los lazos tradicionales rarquia y comunidad, se debieran a otros seres humanos oa tra, Esto significaba que habfa que ensefiar a todos a tratar rra, lo mismo que a los demds, con una firmeza enérgica y [...]. La gente debfa [...] pensar siempre desde el punto de los beneficios. Debfa ver todo a su alrededor —la tierra, los Sos naturales y su propio trabajo— como bienes potencial podian dar beneficios en el mercado. Debia exigir el derecho ducir, comprar y vender esos bienes sin regulaciones ni intey cias externas [...]. Conforme se multiplicaban las necesidade mercados se hacfan mayores y mds extensos, los lazos entre | tes humanos y el resto de la naturaleza se redujeron al ins talismo mas descarnado.* eriferia, que fue adaptada en consecuencia para —— las sas de los colonialistas. La agresién mundial ye las — rel medio ambiente es la extensidn Idgica de la violencia inhe eal colonialismo y el imperialismo. r ‘ ra cologia y guerra mode la Revolucién Industrial se hizo evidente la conexién angel x0 a conomia de guerra moderna —_en particular la carrera in val de armamento que llega a su culminacién en “4 are resivo ecocidio mundial. La industrializacién ea ote la a i6 como uno de los rasgos institucionales mas audit ‘ le ne nidad, ecoldgica y social mente, y fue descrita por ehgran Pe na fiol Francisco de Goya como “la tradicién humana mds n ‘ gna igrosa’."” Desde su inicio, la guerra mecanizada fue pian : cio de los intereses comerciales. La confiscacion del iain so ue s medios de vida a una gran parte de la poblacién ay ¢ hecho ad los constituyentes fundamentales del ae ee ras, la falta por parte de la poblacion trabaja ora y de los p fi bén planteé de i i {ctic “ons ‘i es primarios d trol directo sobre las condiciones de vida 6n planted de inmediato problemas practicos de construccién primarios de un control dir del cardcter cada vez més mor- nera: como bombear agua, tansportar carbén y controlar su ¢ convierte en causa y factor criticos de iin bustién. Exigié grandes concentraciones de mano de obra en te y brutal de la moderna guerra ee stra moderna es ade- a las minas y los molinos, y llevé la ciencia y la tecnologia a lus __ Laviolencia ecoldgica y social propia 7 od ine Esealawnacine prominentes en la sociedad, ‘ inseparable de la constelacién geopolitica de aa f . Pl cic Cote she - 1 ltt odernos no hacen historia como tal es 0 CO EI sistema de fabricas modelé la ciudad moderna tal como k males." Los individuos mo ‘ead suugeisnes. Baseote nocemos, y cre6 al mismo tiempo peligros medioambientales Mo clase sino como conjuntos — none he a travde de li interac- les, regionales y globales.’ Los Estados se presentaron como Secuencia, la historia moderna se Td ink tmandial en un uni- dores de la economia y administradores de los conflictos sociale cién de naciones que COMpHEn Pore desi i ldades sociales Grex: ra el resto del mundo, la era moderna se caracterizé por la con Verso de guerra perpetua.'? Las grandes esigual ‘los contflictos na- dacién del colonialismo gracias a un extenso conjunto de imp das por el capitalismo global Se combinaron oes Lasietasias dine listas competidores, donde los imperios europeos se lanzaron a Sionalistas y adoptaron ia pee e rees vivicmeee Como ‘sefiala batifia en busca de “territorios” y mercados por todo el planeta. Mazando la supervivencia de todos los seres ~ El colonialismo y el imperialismo saquearon las ecologias y filésofo Walter Benjamin, ciedades de los territorios conquistados, al tiempo que contrib ron relativamente POCo a su progreso econdmico. La colonizacié la era industrial significé éclender la divisién entre ciudad y can hasta la periferia de la economia mundial y transformar la eco Este “instrumentalismo descarnado” condujo a una gran tividad material, asf como a una explotaci6n medioambiental s cedentes. Con la invencién de la maquina de vapor y la esca madera, la minerfa de carbén aumenté enormemente. El uso del En lugar de utilizar la tecnologia para hacer la ! ierra — la guerra imperialista la utiliza para la destruccin. La tecnolo- gia hacia posible practicar ese inmenso cortejo del cosmos a es- 129 128 cala planetaria. Pero como al afin de lucro de las clases d tes buscé beneficiarse por medio de ella, la tecnologfa trai al hombre y transformé el télamo nupcial en un bafio d gre. La codicia del hombre conduce a un dominio uni la naturaleza. En vez de dotarla con la capacidad de di sus atenciones, el hombre la convierte en un objeto listo p consumo, La autoalienacién de la humanidad ha llegad punto que puede experimentar su propia destruccién co placer estético de primer orden." desarrollos econdémicos y politicos mundiales han ——— _ anidad en una direccién social y ecoldgicamente ano b afiando ast las tendencias ecocidas existentes.” Ademas le exig wa exorbitante en vidas humanas, la guerra industrial y la ca- Pee rmamentos del siglo XX han infligido graves dafios al me- peabiente. EI sistema de la guerra moderna ha acelerado eo ente la destruccién de la vida salvaje y de los —— i nee en todo el mundo. En el apartado siguiente analizaré a ane -mplos concretos de actividades ecocidas modernas como es deliberada de guerra. La historia de la guerra industrial moderna es la historia del de una guerra limitada a una guerra ilimitada o “total”: una 2 sin piedad. Esto es cierto también para las relaciones entre soci y nacuraleza. Para la mayor parte de las personas de hoy, las do tras mundiales parecen haber ocurrido hace mucho tiempo. Si bargo, esos conflictos fueron las primeras guerras internacionale movilizaron los recursos sociales y ecoldgicos de las naciones, dos guerras mundiales sentaron un precedente ominoso para e to del siglo XX. Entre otras cosas, reflejaron la faz brutal de dernidad con la aceptacién tacita de la guerra quimica y biolé por no hablar de las armas nucleares."® La Guerra Frfa represen paso Idgico siguiente de una modernidad capitalista que pro complejos militares industriales y una carrera de armamentos de porciones inconcebibles hasta entonces..” Seguin un médico del cito norteamericano que supervisé los historiales clinicos de digenas irradiados en el atolén Rongelap, lugar de pruebas nud de Micronesia, “los afios de la Guerra Fria fueron tiempos ext porque a las bombas de neutrones se las consideraba con una rencia casi espiritual, por lo menos en Washington, donde se d té que eran los instrumentos que introducirian para siempre la lestiales trompetas de la paz que proclamaban su Verdad. De m que me presenté voluntario...”" La segunda mitad del siglo XX fue testigo de una agresién i dial contra el medio ambiente de una magnitud sin precedente: términos ecolégicos, en el perfodo de posguerra entramos en un do destructor auténticamente ecocida.” El primer reconoci inquieto de esa situacién aparecié en plena Guerra Fria, con blicacién del informe Los Himites del crecimiento del Club de Ron Desde entonces, resulta atin més dificil pasar por alto el hecho de ocidio y guerra moderna pmo se ha mencionado en capitulos anteriores, las primeras co- munidades neoliticas sedentarias defendian sui territorio mae a * = pos humanos. El establecimiento de sociedades agrico as se ' as aumento sin duda la probabilidad de guerra al pene (0 de propiedad exclusiva de la tierra y los — [Srierioncd oa ain se ha podido demostrar, los conflictos mi ioecne prtc vee ron efectos diversos sobre los ecosistemas y la bio — dad. = gjemplo, cuando una tribu de Jas tierras altas de esi ems a ‘ota a otra en una guerra, no invade cen a — a Jos vencidos. En lugar de eso, los ganadores talan 7 rut . p ante los, quiza para reducir las posibilidades de que los ede ren su territorio.” A medida que los conflictos se intensi pana y fs técnicas bélicas se hicieron mas aeeiaee las practicas llamadas ierra quemada se hicieron mas habituales. a . Elejenplo. documentado mas antiguo de deneneciies saan medio ambiente por parte de ejércitos en guerra podria = truccién de la ciudad de Cartago por los romanos. Después de que topas romanas arrasaran la ciudad, cubrieron las ae — tes con sal para destruir los medios de subsistencia el enemig h lo hay pruebas arqueolégicas de que, despues de la axis por ma, el lugar de la antigua Cartago fuera habitado a esca ma ativa hasta finales del siglo I.” Sin embargo, la historia mo — le guerra industrializada arroja un cuadro mucho mas cruel en lo que 8 teficre al alcance de las devastaciones ecolégicas. 131 130 bre Vietnam del Norte y del Sur, Camboya y Laos: el triple de de gigantescas excavadoras de casi tres toneladas. wt magqut- de bombas lanzadas durante la Segunda Guerra Mundial, om devoradoras de selva y destructoras de la Tierra, apodadas afa- dica el historiador William Thompson, este feroz alfombrado de somanos” por sus conductores aficionados a la rae neat bas dejé al menos 25 millones de crateres (cada uno de unos completo el pueblo de Ben Suc y dejaron a hinnes® tros cuadrados de superficie) en un pais que tiene aproximadz étiles arrozales que cultivaba esa localidad sm 0 = ong te la superficie del Estado de Washington. Cuando el dosel sur de Saigén, en la Llanura de los Carrizos, i ru = aadou - de selva tropical —que puede tener un espesor de hasta 15 me y medio de altura, fueron atacadas por las fuerzas = ie resistid el asalto de bombas, morteros y balas, las fuerzas estad s que cavaban centenares de zanjas de drenaje ood a ae denses desarrollaron la bomba Daisyeutter (cortadora de 000 hectareas de zonas pantanosas de juncos. Cuan is o llamas de casi siete toneladas, que explotaba con una onda de choqu es de la costa se secaron, los soldados dirigieron sus el ee mataba hasta las lombrices de tierra situadas a 100 metros del ntra la maleza. Al final de la guerra, mas de la a vies del impacto. Los bombardeos aéreos y terrestres hicieron explor de las marismas de Vietnam del Sur habia quedado eae a el envenenamiento quimico y el napalm. En conjunto, se calcu- bre Vietnam el equivalence a una bomba de ocho kilotones eg 1 ) ‘cales del interi horas.” que mas de 2.000.000 de hectareas de selvas tropicales - ane 3 : ee . dan : eS, EXC ras y de- Los bombardeos masivos y el rociado con herbicidas conti on gravemente dafiadas por bombas, obuses, excavadoras y ron al rapido declive del langur duque de patas rojas, mono q tes toxicos.™ / : ‘ass a poblacio- uno de los once mamiferos existentes sdlo en el Sureste asidtic Este holocausto medioambiental ae a er = gases venenosos y los potentes explosivos lanzados desde el es enteras de animales y seres humanos. nun efecto don = ico, las poblaciones hambrientas de las colinas se vieron obliga- yaron también al borde de la extincidn al lémur, al gibén pile. t deci ovate canis la civeta de bandas de Owston y al buey salvaje. La industria sa abandonar los arrozales contaminados y volver a as selv: Pp sobrevivir. La tala de madera y el desmonte de tierras se acelera- langosta del sur de Vietnam se hundié a causa de la obreprod : ‘a Enel acionat Ba Be destinada a satisfacer a los miembros del ejército imperial de o¢ on junto con la caza de subsistencia. En el parque aioe " is os campesinos disparaban a los langures, monos en peligro de ex- cién. La poblacién de tigres quedé reducida igualmente a cau: f hott ig oe Bite comercio de recuerdos. Los elefantes y bufalos acudticos ul i tincién, para conseguir carne pata sus mene uae, ntes a que ntrara en escena, Vietnam del Sur habia sido predominantemente por el Vietcong para transportar suministros fueron atacados p de , i: a ral, y el 85% de su poblacién llevaba una vida sencilla en un en- i ie EE UU, igual I pilotos y las tropas de tierra de EE UU, igual que los rom: ir . . vieron en su punto de mira a los elefantes de Anibal. oro exuberante. Al final de la guerra, tres de los 17 xe pues ietnamitas se habfan convertido en refugiados habitantes de las ciu- Los vertidos deliberados y a gran escala de ecotoxinas sobre ¥ des.” nam habian comenzado poco después del inicio de la guerra, a ; . - . \ sanae hits cipios de los afios 60, fomentados por la obsesidn oficial en b La deforestaci6n, la erosién, el agotamiento de ee fin del ‘ = soluciones tecnolégicas. Segtin ‘Thompson, se esparcié un toral d g0s y las inundaciones aumentaron drdsticamente tras e I e a ee millones de litros de plaguicidas sobre el 20% de las selvas de fa. La primera causa de esos desastres relacionados Con 6) apuaes 1a minucidn de la cubierta arbérea de Vietnam, desde el 44% de su nam del Sur. A lo largo de una década quedaron envene: i i . : ‘. : + pene A Cada 400.000 hectdreas de tierras agricolas de era calidad. El perficie rotal en 1943 hasta sdlo el 24% 40 aftos después. ° . ee ean a 10, los rios transportan entre 100.000 y 200.000 toneladas de sue- naranja, el defoliante “comeselvas” més empleado en Vietn: lo IE : : inud después de la parcié mutagenos dafiinos para el ADN por todo el medio a cultivable. La deforestacién de Mepn oe. “ Ee atraie te bioldgico afectado por la guerra. El resultado fue que la : ya que las selvas supervivientes se han talado paraiieons de millones de a escuelas, hospitales, carreteras y sistemas de abortos y malformaciones congénitas empezo a aumentar ent ; ; : . 7° i Soni . oe ‘ reduci 200.000 vietnamitas. Hermosas y antiguas selvas tropicales cayeron baje Mego. Esta inexorable presion esta reduciendo a un ritmo de 200. 134 hectdreas anuales las selvas que necesita el pais para sostenerse go plazo. Como mas del 40% del paisaje de Vietnam del Sur, cubierto de vegetacién, fue convertido en tierra baldia tras lag inutilizable para la + o la silvicultura, un informe de lal Internacional para la Conservacién de la Naturaleza y los Naturales asegura que buena parte de estos desastres ecoldgi se podran reparar nunca. Un informe de la Red Medioambiental Pacifico de Malaisia, todavia mas amenazante, concluye que .; formidable”, como admite la investigadora del medio ambien- Ruth Sivard.” Por afadidura, la guerra industrial moderna pro- amenazas directas e indirectas que no se limitan ya al conflicto cuestion. La intensidad, el alcance y los medios tecnoldgicos de la ra han aumentado también casi exponencialmente. Antes de la erra del Golfo hubo en el curso del siglo pasado otras 227 guerras produjeron diversos grados de dafos ambientales. / astd . Mocat ant 3 Como ya se ha indicado antes, las actividades de la moderna in- nab esta expuesto auna ‘extincién gradual”. tria militar son especialmente peligrosas para el medio ambiente Después de Vietnam, las recientes guerras civiles de la anti uso en “tiempos de paz”. Segtin sefala un informe de la General goslavia y Ruanda ilustran todavia mds los devastadores efectos ‘ ounting Office de EEUU (GAO), el proceso de produccién y dioambientales de la guerra moderna de tiltima generacién tenimiento de mds de 50.000 armas nucleares es, por ejemplo, cap: acidad pata provocar Tce dafios ecoldgicos. Casi todos | a de las operaciones industriales mas peligrosas del mundo.” La ves nacionales de Yugoslavia situados en las zonas de guerra qu : duccién de armas nucleares supone no slo la compleja manipu- — destruidos, entre ellos los lagos Plitcic, Biokovo, el arbo! ny el transporte de enormes cantidades de materiales radiacti- em. a tio Krka, la reserva ornitoldgica de Kopack Rit y el ‘yos, sino también la creacién de inmensas cantidades de residuos pe- Oriel. Claeys, animales de caza y domésticos murieron deh figrosos no radiactivos. Y como todas esas operaciones se llevan a ca- re, enfermedades 0 abatidos por las balas de las ametralladora bo bajo el més estricto secreto, se mantiene en la ignorancia a los or- plans quimicas y las centrales eléctricas quedaron destruidas ismos medioambientales civiles y a los grupos de vigilancia ciu- productos quimicos se diseminaron por el ecosistema.”” dana.’ Ademis, las empresas militares son también las industrias igrosas menos reguladas del mundo. Fl daho causado al ozono por aenie militares es considerable, debido al amplio uso mili- tar de la clectrdnica y de los extintores de incendios. A finales de la Guerra Fria, el Departamento de Defensa estadounidense era res- nsable del 76% de las emisiones de un tipo de haldén llamado A111, y de cerca de la mitad de las emisiones de CFC en forma CFC- 113.” El haldn de la mayor parte de los extintores civiles nunca sale ala atmdsfera porque esos extintores nunca se usan. Pero la norma- tiva militar norteamericana exige que el equipo de extintores de ca- da tanque se pruebe con halén: no se admiten sustitutos. Los ejérci- tos de otros pafses tienen sin duda procedimientos similares. La mo- : derna carrera de armamentos y el complejo militar industrial se lle- guerra y la naturaleza. Los sistemas ecoldgicos son fragiles, Para van también un suspenso por sus resultados respecto a los gases de tinny sostettienda log subsistemas de organismos vivos, los ecost efecto invernadero, Se calcula que en 1988 el ejército norteamerica- mas deben mantener cierto ntimero de procesos, como la integri No consumid unos 465.000 millones de kilowatios/hora: el 86 % de dal habitat de las especies, la biodiversidad, la fotosintesis yla energja utilizada por el gobierno estadounidense y, aproximada- neracién de nutrientes.* Los conflictos armados industrializados Mente, unas 14 veces la energia utilizada por todo el transporte pu- roman ¢sos procesos én un grado sin precedentes. La capacid lico y privado de EE UU.” Las emisiones totales de didxido de car- la guerra moderna para destruir la naturaleza “se ha hecho cada no de todas las fuerzas militares del mundo es probablemente del El planeta como zona nacional de sacrificio En la historia de la humanidad, la incompatibilidad fundamenta tre guerra y naturaleza no se ha mostrado nunca de manera tan carada y grotesca como en las guerras de la era moderna. Los de tadores y, a menudo, irreparables efectos de la guerra sobre los sistemas mundiales ilustran claramente, como se ha sefialado et apartados anteriores, la incompatibilidad de la moderna indust 136 137 nte en los paises implicados en la Guerra Fria), se ha debido bre todo a los esfuerzos de resistencia de los nuevos movimientos ciales. Mike Davis ha cartografiado el impacto devastador del mi- grismo en buena parte del Oeste norteamericano y lo compara con desastres ecoldgicos que afectan a buena parte dela antigua Union iética. En ésta, la historia oculta de la Guerra Vria salid ala luz de a espectacular cuando el movimiento ecologista y antinuclear, ulado primero por la catastrofe de Cherndbil en 1986, apare- masivamente durante la crisis de 1990-1991. Las protestas de mi- eros, estudiantes, trabajadores de la salud y pueblos indigenas obli- on a descubrir cosas como los escalofriantes relatos de la catdstrofe Jear de 1957 en la ciudad militar secreta de Cheliabinsk-40, asi pmo el envenenamiento del lago Baikal por un complejo de fabri- s militares. Poco después cayé el muro de silencio levantado en tor- no a los accidentes radiactivos en el “poligono” de Semipalatinsk (Ka- jistin), principal campo de pruebas nucleares soviético. La rela- én entre los desastres ecolégicos y la desintegracién de la URSS es 4s que metaférica. Como indica el historiador Murray Felsbach, ‘cuando los historiadores hagan finalmente la autopsia de la Unién Soviética y del comunismo soviético, tal vez lleguen al veredicto de ‘muerte por ecocidio”.* Es ieseaicte ecocida de la Guerra Fria en Estados Unidos ha sido mpliamente documentada gracias al trabajo de investigacidn fotope- fiodistico del Atomic Photography Guild.” Su trabajo ofrece unas Fe- elaciones politicamente comprometidas del impacto de la Guerra Fria n el Oeste norteamericano desde mediados de los afios 80 y propor- siona “no sélo indicaciones vitales para la reconstruccién de una zona fectada por una gran catdstrofe, sino también cos de las esperanzas utépicas que inspiraron a los pioneros del Oeste”. El fotdgrafo Ri- d Misrach ha penetrado repetidamente en algunos de los reduc- § mas secretos del llamado Desierto del Pentagono, en California, ada y Utah. Su trabajo documental ofece un paisaje al estilo del Bosco, con depdsitos de animales muertos situados cerca de los fa- Rosos “puntos negros” de plutonio y vertederos militares de produc- Os toxicos en Nevada.” La gran cuenca de California oriental, Neva- y Utah occidental, asf como su “periferia de plutonio” (las Ilanuras él Snake River en Columbia, la cuenca de Wyoming y la Ilanura de olorado) constituyen la zona nacional de sacrificio del Pentagono.* ®X0 existen muchos paisajes similares en otros lugares de la Tierra.” orden de unos 140 millones de toneladas, casi lo mismo que siones anuales del Reino Unido.“ Segtin Ruth Leger Sivard, estudiosa del medio ambiente, las zas armadas del mundo “son el mayor contaminante de la Tie Un informe del Canadian Peace Report sefiala que los ejércite tuales son responsables del 10% al 30% del dafio medioamb mundial, del 6% al 10% de Ja contaminacién mundial del ai 20% del uso de todos los clorofluorocarbonos destructores del no.“ La GAO senala que el Departamento de Defensa 9 500.000 toneladas de residuos téxicos cada afio: mds que las mayores empresas quimicas en conjunto. La produccién, pi mantenimiento y despliegue de armas nucleares, electromaené bioldgicas, quimicas y convencionales generarfa enormes canti de residuos téxicos y radiactivos aunque se aplicaran las norm: mis estrictas.” Cada etapa de la preparacién de una guerra dafios ecolégicos significativos. Excavar la ‘Tierra para extraer y metales raros para producir armas envenena grandes superfie terreno y preciadas aguas subterraneas. Las minas a cielo abier las multinacionales explotan también a los pueblos indigenas, Uerras sagradas suelen ser expropiadas por los sefiores a lag que les niegan sus derechos y costumbres.* Muchos ecologistas han tendido a subestimar u olvidar ha ce poco los impactos de la guerra y produccién de armas en k toria natural. Y sin embargo, tal como sostiene Mike Davis, la tra Fria no ha sido sélo un desastre social moderno sin paliaté no también “el peor ecodesastre de la Tierra en los tiltimos 10 afios”.” Hoy hay pruebas incontrovertibles de que inmensas ficies de Eurasia y Norteamérica, sobre todo los desiertos milit dos de Asia Central y de la Gran Cuenca norteamericana, se han to inhabitables para los seres humanos quizas para miles de afio mo resultado directo de las pruebas armamentisticas de la Unié viética, China y Estados Unidos. En EE UU, estas “zonas nae les de sacrificio”, apenas reconocibles hoy como parte de la bio son también las tierras natales de pueblos indigenas que, ade sufrido seguramente daiios genéticos irreversible.” Si se ha desentranado la historia oculta de las zonas nacio sacrificio (desde los “holocaustos secretos” de Siberia a los ato de coral pulverizados ¢ irradiados de las islas del Pacifico, pa por los millones de personas muertas por radiacién o dafiad 139 138 Pocos norteamericanos son conscientes del papel del Pentdg en la conversién de la Gran Cuenca en un desierto toxico y silen so. De momento, tampoco hemos tenido que reflexionar sob mo la “desmilitarizacién” puede ser una nueva y perversa exc ra continuar el ecocidio y el colonialismo internos.” Tal como tra lo expuesto hasta ahora, la moderna carrera de armamentos aparicién de la guerra industrial Tepresentan una configuracién litico-ecolégica extremadamente dafina. Cualquier tentativa d tudiar en su conjunto la moderna extincién en masa debe co: rarse muy deficiente si no tiene en cuenta los costes sociales y ece gicos vertiginosos de la moderna carrera de armamentos y dela tra industrial del siglo XX. Esto muestra bien a las claras que, de una perspectiva ecolégica, cualquier divisién del ecosistema ole en Estados nacionales es a fin de cuentas ecocida. La imagen que rece aqui es la de una catdstrofe formidable y caracteristica de la ca.” Es evidente que la propiedad privada y las economfas oriel das sdlo hacia el beneficio, integradas en un sistema de naciones presas, no permiten conservar la herencia natural del planeta coy un recurso comun para toda la humanidad. Los recursos comu no se comparten en tanto que fuente comunitaria de bienestar p todos y bajo la responsabilidad de todos, La leccién de la evolucién social de las civilizaciones a lo largo Holoceno nos dice que la invencién institucional neolitica de la tra es tremendamente costosa, no sélo en términos sociales i diatos sino también en términos ecolégicos a largo plazo, y tal modo irreversible. La escala contemporanea de los gastos milits en todo el mundo y de sus corolarios sociales no es simplemente, ¢ mo reconocia el economista John Kenneth Galbraith, “estipid cruel”, sino “una forma social de locura fuertemente condicionad Jacob Uexkuell y Bernd Jost han calculado, por ejemplo, que “to los programas conocidos para la salvaguarda del medio ambient para la erradicaci6n de la pobreza podrian Ilevarse a cabo facilmel con el presupuesto militar mundial de sélo un afo”.' Durant punto algido de la Guerra Fria, el billén de dolares que el m gastaba cada aiio en armas habria bastado para eliminar casi toda deuda del Tercer Mundo. En plena Guerra Fria, habrian hecho falta sélo 9.000 millo de délares cada aio (una parte de los gastos militares an 140 mundiales) para asegurar la conservacién de los ait arables del mundo, sdlo 3.000 millones para reforestar los ee 4.000 millones para detener la desertizacién, = mi = para proporcionar anticonceptivos facilmente accesibles a to 0 el mundo y 30.000 millones para suministrar agua a a to- dos, Como observé Immanuel Wallerstein, esas priorida es in- vertidas no son elecciones indiferentes del mercado, sino prio- ridades de personas poderosas de naciones mon en su et yor parte hombres, cuyos intereses de sexo, raza y clase impul- san el sistema politico y econémico capitalista y su sistema mun- dial de acumulacién y privacion.” la moderna carrera de armamentos, que surgio a la par que apa- recian los modernos Estados nacionales yel capitalismo en el curso "de los pasados cinco siglos, y que ha sido especialmente ruino x 2 su manifestacién mas reciente, ha sido sobre todo un proceso po que, como indica Alan Durning, hemos saqueado nuestras casas para edificar muros a su alrede- dor, Lo que nos queda, tristemente, son unos muros impresio- nantes y una casa empobrecida: un planeta con el aire, el agua y el suelo envenenados, con granjas desechas, colinas despoja- das y, a cada hora que pasa, menos especies vivas. La desmilitarizacién nos brinda una oportunidad especialmente obyia para climinar un derroche importante de recursos ipecciens y fisicos al tiempo que eliminamos una gran causa —— an yor— de destruccién ecoldgica y sufrimiento humano l¢ nuestro mundo moderno. De toda la degradacién medioambiental del — do, se calcula que del 10% al 30% se debe a actividades relaciona as con las actividades militares. Pero en un mundo cada vez mds po- larizado, y con desigualdades, injusticias y — _ - mma Yores, proceso que se hace mds agudo por las formas neo! — es ~ sientes de globalizacién econdmica, el desmantelamiento de nuestr Sconomia de guerra permanente parece mds que nunca un suefio uté- Pico.” Las medidas medioambientales siguen teniendo escasa ane tidad en todo el mundo. Lo ilustra el hecho de que el Programa le las Naciones Unidas para el Medio Ambiene (PNUMA) haya _ © que pelear para mantenerse en su magro presupuesto anual de 141 100 millones de délares durante la década de la Cumbre de la de Rio de Janeiro, mientras que el gasto militar es de mas de 2, millones de délares diarios.* El coste total para salvar lo que q de los 25 puntos negros de la biodiversidad mundial en los préxi diez afios se ha calculado en unos 5.000 millones de délares ( 500 millones de délares anuales durante diez afios). Y sin emb los gastos militares anuales en todo el mundo son mds de 900. millones. Sin desarme militar y econémico no puede haber paj cial y ecoldgica duradera. Por el contrario, como indicé Albert E tein, “el mantenimiento de los armamentos militares en su ex actual nos llevard, con toda seguridad, a nuevas catdstrofes”.” o! El planeta como zona demografica de sacrificio Los investigadores del ecocidio han identificado al menos mi cena de causas subyacentes importantes que pueden explicar tual declive de las especies y la devastacidén de los ecosistemas rales que observamos en la actualidad. La mayorfa esta de acu que el crecimiento de la poblacién —incluyendo su aumento mundial como local, tanto natural como debido a migracione: una de las causas fundamentales del ecocidio. En suma, a dividuos, menos especies. Esta obviedad nunea ha tenido tanta secuencias como en la época moderna. Desde que las econo colas empezaron a existir, hace 480 generaciones, la poblacié mana se ha multiplicado por 1.000, Rasta llegar a mds de 6.00 llones de personas. La mitad de este incremento se ha produ los ultimos 30 afios.” El enorme aumento de la poblacién del neta esta ejerciendo fuertes presiones sobre sus ecosistemas, do como consecuencia de las actividades relacionadas con duccién de alimentos y el uso de fibras y maderas, Extensas la superficie terrestre, sobre todo en regiones dridas 0 semiarid dejado casi de ser biolégicamente productivas. Segiin la FAO tasas de degradacién de las tierras continuan al ritmo actual, de 200 afios no habrd una sola hectdrea de terreno cultivable pletamente productiva sobre el planeta.” Dos de los ejemplos que mejor ilustran las amenazas de: O 142 © una funcidn del consumo per capita como del tamafio poblacién.” El agotamiento de la diversidad bioldgica y s naturales se debe de modo abrumador al consumo excesivo y a la a la biodiversidad son, tal vez, la expansién de la biomasa mun- humana y animal, que sigue aumentando practicamente a tasas ponenciales en un mundo de dimensiones finitas, y la apropiacién siguiente de la produccién primaria neta de fotosintesis (PPN) spre tierra firme. En 1850, los humanos y su ganado podian repre- entar cl 5% de la biomasa terrestre animal total. Un siglo después, valor suponia algo mas del 10%, y actualmente algo mds del 5%.’ De aqui a diez aftos es seguro que rondard el 30%. Este in- mento de la biomasa humana y animal doméstica se produce a xpensas de la biomasa silvestre, pérdida mensurable tanto en tér- os cualitativos como cuantitativos, es decir, tanto en pérdidas nu- ricas de individuos de cada especie como en pérdidas de especies.” otras palabras, estas pérdidas de la biodiversidad son en buena ida resultado de la acaparacién de la naturaleza por la poblacién ana en crecimiento incesante, fenémeno comparado mas de una con una patologia cancerosa de la biosfera.”” En realidad, las exi- cias humanas sobre el medio ambiente han crecido mas rapida- nte de lo que hacen pensar los aumentos ne ponents como in- lica el crecimiento acelerado de las actividades de produccién y con- o.”* Hacia finales de los afos 80 los seres humanos de todo el ‘mundo consuméan, desviaban 0 acumulaban més del 40% de la pro- ién primaria neta de fotosintesis generada en tierra firme.” Las preocupaciones tradicionales sobre las relaciones entre creci- nto de la poblacién, degradacién medioambiental y ecocidio se centrado sobre todo en la poblacién total. Sin embargo, el im- ‘© de los seres humanos sobre el medio ambiente mundial es tan- ea de Os recur- cacion de la tecnologia, y no al mero crecimiento acelerado de la blacidn. Por ejemplo, los EE UU suman sdlo el 5% 0 6% de la blacién del mundo, pero consumen del 30% al 40% de los re- s mundiales. La mayor parte del exceso de consumo de EE UU a controlado por un pequefio porcentaje de su poblacidén, que es Unico en beneficiarse de él.” Ademas, un porcentaje significativo Consumo de recursos naturales de los paises del Norte esta sus- tado por los flujos de recursos desde el hemisferio Sur al Norte.” Algunos indicadores sefialan que ya se han alcanzado los limites del istema y los recursos. Las capturas pesqueras mundiales llegaron 143 ies autdctonas de aves que de- anos después de que quedaran dos por el desarrollo de la zona, incluso aunque los chaparrales existiendo. Un estudio realizado en 1987 por el bidlogo Wi- Fn Newmark sobre 14 parques nacionales estadounidenses y ca- dienses mostré que 13 de los parques habjan perdido algunas de especies de mamiferos, al menos en parte, debido a que los ani- ales no habian podido adaptarse al confinamiento en parques ro- -ados de terrenos cultivados, El Breeding Bird Survey, un grupo de sluntarios que realiza inventarios de las aves nidificantes todos los es de junio, descubrié que el 70% de las especies migratorias ne- opicales observadas en el Este de Estados Unidos habfa disminui- p entre 1978 y 1987. Lo mismo sucede con el 69% de las aves mi- torias neotropicales observadas que anidan en las regiones de las deras. Las especies en declive son pajaros tan conocidos como los ue, las currucas estriadas y los pico- a poblacién humana siga en aumen- 9, y continue haciendo presién sobre las dreas salvajes, aumentara la entacidn y se intensificard su efecto negativo global sobre la su- ivencia de la fauna.” Las presiones ejercidas sobre esos ricos recursos naturales y siste- ‘mas ambienrales, en particular sobre las regiones del Pacifico asiati- go ricas en biodiversidad, han crecido de manera continua a lo largo las pasadas décadas. La poblacién actual del mundo, 6.100 mi- llones de habitantes, sera seguramente de 8.000 millones en 2025, 1 97% de los cuales vivird en los paises del Sur." Lo mas preocupante a los bidlogos conservacionistas es, quizd, que parte del crecimiento rapido de la poblacién se esta produciendo en las proximidades algunos de los habitats bioldgicamente mas ricos pero también vulnerables. Las elevadas tasas de crecimiento en los 25 “puntos ‘alientes de la biodiversidad” —identificados por Conservation In- ational como especialmente ricos en especies endémicas— han perimentado ya drasticas reducciones en la cantidad de vegetacion ginal que siguen albergando.™ asi un quinto de la humanidad vive en alguno de estos 25 pun- s calientes ya muy degradados, a pesar de que representan sélo un tavo de las tierras habitables del planeta. Por afiadidura, mds de 75 lones de personas, un 1,3% de la poblacién mundial, viven aho- en lo que queda de las tres areas salvajes tropicales mas importan- adamente la mitad de las e fan de los chaparrales de 20 a al maximo de 100 millones de toneladas en 1989. En 1993, caido un 7% desde esos niveles de 1989. La produccién de « ha frenado a partir de 1984, y la produccién per capita ha caf 11% en 1993, El crecimiento econdémico del mundo se ha des rado desde mas del 3% anual en la década 1950-1960 hasta poe del 1% entre 1980 y 1990 ya menos del 1% entre 1990 y 1993 Worldwatch Institute, extrapolando datos histéricos, pronos si prosiguen las tendencias en el uso de los recursos y el crecin de la poblacién mundial es tal como se predice, la disponibi capita de tierras de pasto disminuird para el afio 2010 en un la captura pesquera en un 10%. La superficie per capita de tier regadio, que ahora proporcionan un tercio de las cosechas m se reduciré un 12%. Y las superficies cultivadas y forestales por na retrocederan un 21% y un 30% respectivamente.” El rapido crecimiento de la poblacién, combinado con de consumo insostenibles en un mundo en el que una pequef noria del 20% de la poblacién consume por encima del 80% recursos, ha aumentado enormemente la presién ejercida habitats de la biodiversidad. Investigaciones recientes parecen car que las extinciones de especies en el siglo pasado se han pro do con una frecuencia al menos 1.000 veces mayor que en las é cas que precedieron a la aparicién del ser humano. A partir de} yecciones de pérdidas de habitats basadas en las tendencias algunos bidlogos predicen que, en el periodo que va de 1990 a 2i podrian extinguirse del 2% al 13% de las especies del mundo. podrian desaparecer también por causas diferentes, como in’ de especies y enfermedades exéticas, contaminacién, sobre: cidn y el cambio climatico provocado por el hombre.” La conversién del habitat natural en habitat de uso hu duce todavia mas el valor de las zonas salvajes restantes para yor parte de la fauna. Cuando el desarrollo fragmenta las tie genes, las especies autéctonas suelen disminuir por la sencilla de que las pocas zonas naturales que quedan no pueden satisfa necesidades bioldgicas. Estudios sobre las aves de los bosques 10 americanos indican, por ejemplo, que las especies que prefieren dar en el interior de los bosques son-mds propensas a la dep’ y ponen menos huevos cuando la fragmentacién de su habits obliga a anidar cerca de los linderos. Un estudio llevado a cabo sur de California mostré que la mayoria de los cafiones perd paraulatas, los zorzales de bos: ordos rosados. A medida que 5 Ecocidio y globalizacién Para atraer a empresas como la suya |...] hemos derribado montatias, arrasado selvas, secado zonas pantanosas, movi- do rios, desplazado ciudades, |....| todo para facilitarles, a usted y a su empresa, hacer negocios aqui. Anuncio del gobierno de Filipinas en la revista Fortune! La degradacién medioambiental estd producida por la inter- accion del poder econdmico, politico y cultural con el cam- bio demografico. El motor de ese proceso en las sociedades capitalistas, que se van aproximando a una casi universali- dad, son las fuerzas, instituctones y actividades econdmicas. Ninguna teoria social del medio ambiente y la degradacién ecoldgica puede captar adecuadamente los origenes de esa de- gradacién 0 proporcionar una base para intentar su control si no se ocupa de la dindmica de la produccién y el consu- mo capitalistas. Reconocer que hay otras fuerzas que acti- an, o que las hipétesis y alternativas econdmicas socialistas tradicionales son defectuosas, no disminuye para nada la ne- cesidad de dedicar una atencién critica a esas dindmicas. David Goldblatt’ impacto del globalismo fase mds reciente de la historia del ecocidio coincide con el final al de la era imperialista del capitalismo. Los paises ricos del Nor- 149 Una Iamativa ilustraci6n de las consecuencias sociales y ec cas negativas del neoliberalismo desde los aftos 80 es la expe; de la mayor parte de las personas de los paises del Sur, que se to sujetas a programas de ajuste estructural neoliberal impues el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial Las consecuencias sociales y ecoldgicas a largo plazo de esos mas parecen irreparablemente dafinas. La mayoria de los hab de los paises del Sur recuerdan los afios 80 no como una déea progreso, sino de regresién, En 2000, la renta per capita de Afri bia descendido al nivel de la década de 1960, cuando muchos p africanos consiguieron su independencia. En Latinoamérica, mente, la renta per capita no sobrepasaba en el afio 2000 el la década de 1980. Ademés, el total de la deuda del ‘Tercer aumenté desde 500.000 millones de délares en 1980 hasta millones en 1985 y después explotd hasta casi los 1,3 billone nales de esa década. En el afio 2000, la carga de la deuda de lo ses en desarrollo sobrepasaba los dos billones de délares."* ¥ mier la ayuda exterior cafa de 69.000 millones de délares en 1992253 millones en 2000, la deuda del mundo en desarrollo subfa un; desde la Cumbre de la Tierra celebrada en Rio.” Para cons euil a y ecocidio desigualdades sociales generadas por la globalizacién neoliberal han atenido en la pobreza a grandes segmentos de la poblacién de los es del Sur. En 1990, 2.000 millones de personas subsistfan con me- s de dos ddlares al dfa."* De hecho, el empobrecimiento es uno, de principales aspectos que contribuyen al ecocidio y a la degradacién dioambiental en los paises del Sur. Sin empleos ni tierras producti- los pobres se ven obligados a ocupar tierras marginales para tratar producir alimentos de subsistencia y buscar lefia, o bien emigran a ciudades. Quienes se quedan en el campo deben llevar su ganado a astar a lugares donde la vegetacidn es escasa 0 el suelo y los arbustos dafan facilmente, y crean pequefos campos en tierras dridas o se- idas. Ln las selvas tropicales y en las zonas ecolégicamente sensi- gles hay cada vez mds personas que explotan los recursos libres en una cha desesperada por sobrevivir ellos y sus familias. F precio a pagar los recursos naturales adopta muchas formas: erosidn del suelo, érdida de la fertilidad, desertizacién, agotamiento de las reservas de wa y pesca, pérdida masiva de especies y de sus habitats naturales, ago- iento de los recursos hidricos del subsuelo y contaminacién de ri- hero necesario para cubrir esa enorme deuda, los paises en de: y otras reservas de agua.” Como resultado se reducen la capacidad Ilo han tenido que aumentar sus ingresos por exportaciones, Pere carga de las tierras y sus recursos bioldgicos. Esta degradacion agra- mo los recursos naturales constituyen el grueso de sus ingreso atin mas la pobreza y amenaza no s6lo las perspectivas econdémicas exportaciones, los gobiernos del Tercer Mundo, de Brasil a Be 1 de las generaciones futuras sino también los medios de subsistencia, la desh, pasando por Camenin, se han visto forzados a extraer tod ud y el bienestar de las poblaciones actuales. La crisis de la deuda mas minerales, talar mds drboles y buscar mas petrdleo en los ri Mencionada mds arriba y los programas de ajuste estructural intensifi- nes mds remotos de sus respectivos patses.'” la correlacién entre pobreza y degradacion medioambicntal. Desde fines de los afios 70, las 15 naciones mds endeud $ Ghana, Filipinas ¢ Indonesia pueden servir como ejemplo para ad- ‘Tercer Mundo han triplicado el ritmo de explotacién de sus se ertir de las consecuencias medioambientales perjudiciales de los pro- fendmeno sin duda relacionado con su necesidad apremiante de é $famas de ajuste estructural que obligan a intensificar la produccién seguir divisas para pagar los intereses de sus deudas. Indonesia y Para la exportacién con el fin de obtener divisas. Ghana aumenté su sil, dos paises muy endeudados que albergan asimismo buena Produccidn de cacao para tratar de pagar su deuda, pero, desgracia- de las selvas tropicales virgenes del planeta, han visto aumenta nente, las condiciones mercantiles se deterioraron ya que al au- tasas de deforestacién en un 82% y un 245% respectivamente, Mento de produccién se le unié un descenso del 48% de los precios ahf que no sea sorprendente que la velocidad de destruccién d Mundiales del cacao entre 1986 y 1989, Abrumada por este deterio- centros mundiales de biodiversidad se haya acelerado muchisi f0 de las condiciones de intercambio, Ghana se vio obligada aen- de el violento ataque de las fuerzas neoliberales iniciado en la dé darse todavia mas para cubrir el aumento de su déficit comercial, da de 1980. ©0n una deuda externa que ascendié de 1.100 millones de délares en 1978 a 3.400 millones en 1988.” Para hacer frente al descenso de las 153 ganancias en divisas del cacao, el gobierno ghanés relanzé la ex cién industrial de la selva con el apoyo del Banco Mundial, duccién de madera aumenté de 147.000 m’ a 413.300 m? p entre 1984 y 1987, acelerando la destruccién de la ya redue} bierta forestal del pais. Al ritmo de deforestacién de los afios 90, nomista politico Fantu Cheru predijo que Ghana se quedarfa vas en el alo 2000." Las mismas fuerzas que en los aftos 80 ae ron la devastacién de sus selvas han agravado desde entonces radacion de los bosques y han afectado a la vida salvaje, el Biodiversidad y la salud de sus poblaciones realizando operacione sivas de extraccién de oro, lo que supone la conversién masiva rras indigenas en zonas mineras ¢ instalaciones industriales, Al igual que Ghana, Filipinas ha sido un fiel cumplidor de mula neoliberal de ajuste estructural. El pais ha estado dedicande tre el 25% y el 30% de sus ingresos en divisas a pagar el se su deuda. De los casi 50.000 millones de délares que valian | ductos exportados por Filipinas entre 1981 y 1989, las expo nes tradicionales basadas en sus recursos representaron casi 24 millones, es decir, mas del 45%.” La proporcién del pais cubier selva ha descendido del 50% en la década de 1950 al 18% a de los 90, y la mayor parte de la madera es exportada a Japé recursos pesqueros de bajura ya se habian agotado a finales de cada de 1980. De sus 500.000 hectareas originales de ma nas de desove de los peces costeros, quedaban menos de 30.00 nales del siglo XX. La mayor parte de esos importantes habitat convertido en piscifactorias o criaderos de camarones dirigidos cialmente a la produccién para los mercados extranjeros.” Deh la “revolucién azul” de la acuicultura, y en concreto el cultivo marones en paises como Filipinas, Malaisia, Tailandia, Vietnam gladesh, Ecuador y México, revela el impacto medioambient vastador de una produccién orientada hacia la exportacién y jada por la deuda. La construccién de criaderos de camarom servir a los mercados japonés, estadounidense y europeo no supuesto la destruccién de los manglares y las zonas de deso peces costeros, sino que también ha perturbado la agricul cional. La afluencia de agua salada hacia el interior debido al minacién de Jos manglares amenaza con disminuir la product de los arrozales adyacentes. La alta demanda de agua dulce d co de este preciado recurso para el cultivo del arroz. En al 154 Jos suministros de agua han cafdo en picado, lo que ha llevado racionamiento por parte de las autoridades.” Un ultimo ejemplo impresionante lo proporciona Indonesia, tal el centro de biodiversidad mas rico de todo el Sureste asidtico, este pais hay una pobreza muy extendida, a pesar de sus inmen- recursos naturales. Las despiadadas asociaciones de inversores ex- njeros y ¢lites locales han aplicado la liberalizacién econédmica pa- enriquecerse personalmente a costa de la poblacién indigena y el dio ambiente indonesio.” Durante las dos tltimas décadas del si- XX, se ha talado en Indonesia mas de un millén de hectdreas de tropicales, una de las reservas genéticas mds ricas del mundo. antiguo presidente Suharto expuso claramente la relacién entre la de Indonesia y la deforestacién a fines de los afios 70 cuando aré: “No tenemos que preocuparnos por nuestras deudas porque davia tenemos selvas para pagarlas”. Dos décadas después, las tasas e deforestacién se habfan triplicado ¢ Indonesia producia aproxi- adamente el 70% del suministro mundial de maderas nobles. En junto, los productos madereros se han convertido en los princi- les productos de Indonesia, exceptuados los combustibles fésiles, ntan unos ingresos de mds de 3.000 millones de délares anua- * Gran parte de los habitats virgenes indonesios han sido trans- ados en plantaciones de caucho, aceite de palma y pasta de ma- Esas actividades han exigido el aclareo de cientos de miles de dreas, y la opcién mas barata era hacerlo por medio del fuego. En consecuencia, las selvas indonesias han estado sometidas des- le los atos 80 a los incendios forestales provocados mayores de la joria de la humanidad, que han destruido irreparablemente gran irte de los vestigios evolutivos de la red de ecosistemas y los habi- biologicamente mds diversificados del planeta. Esos incendios ocalipticos han expuesto a unos 100 millones de personas a una blina de humo espeso (que podia verse en fotografias tomadas des- Satélites y colgadas en Internet). La poca visibilidad debida al hu- © produjo accidentes mortales de aviacién y colisiones de barcos zona comprendida entre Borneo y Singapur. La calidad del ai- €g6 a ser tan mala que los gobiernos de la regién se vieron obli- sa declarar un estado de emergencia temporal. En determina- Momento, el primer ministro malayo Mahathir Mohamad Hegé var en publico una mascarilla quirtirgica y recomend a sus com- Motas que hicieran lo mismo.” Mike Davis hizo este incisivo co- 155 , Tal como escribié ya a principios de los afios 80, “resulta oe ; ue la naturaleza debe entablar enun futuro no muy lejano a I proceso por bancarrota contra la civilizacién Core quizds Ja actual cosecha de carne humana , como lo ha ecl 2 en respuesta a episodios anteriores de pootsaaaity: } sta imitacidn” significa simplemente que hemos superado = dad de carga del planeta T ierra.” Sila actual poblacién mundi 100 millones de personas tuviera que vivir segtin los niveles eco- sos actuales de Estados Unidos, una primera aproximaci6n razo- de la superficie total de tierras productivas requeridas seria - de 26.000 millones de km? (en funcidn de la tecnologia actual ). 9 toda la Tierra no tiene mas que unos 13.000 millones de km’, s que sélo unos 8.000 millones son ‘ierras ecoldgicamente pro- ctivas de campos, pastos y bosques. En resumen, sr eri menos dos planetas mas del tamaiio de la Tierra para satisfacer las cientes exigencias ecolégicas,* puesto que hay limites evidentes a capacidades regenerativas de la naturaleza, La pérdida de oo consiguiente reduccién de la biodiversidad son, a todos los efec- practicos, irreversibles y definitivas. ; / La extralimitacién disminuye la capacidad de carga: trangredirla cadena una espiral ecocida hacia la nada. El clasico estudio del logo David Klein sobre los renos de la isla de St Matthew en Alas- nos sirve para ilustrar la cuestién. En 1944 se llevé a la isla una blacién de 29 renos, sin tener en cuenta su impacto sobre el eco- tema local. Al cabo de dos décadas, la poblacidn Ilegé a las 6.000 mentario: “Los incendiarios billonarios pegaron fuego por eo casi todo el archipi¢lago malayo”.* Los dafios ecoldgicos son, en gran medida, irreversibles, plo, el 80% de los habitats de orangutanes de Indonesia han gj truidos y sdlo ha quedado intacto un 2% de sus habitats o; En la actualidad el mundo esta perdiendo en conjunto cul restal a un ritmo sin precedentes: durante los ultimos 15 glo XX, la cubierta forestal total disminuy6 en unos 180 hectéreas, una superficie casi tan grande como México.” EI nuevo orden mundial creado por la globalizacién neo manifiesta quizds del modo mas descarnado en el hecho esea te de que hubo mis incendios forestales en cada uno de los la ultima década del siglo XX que en toda la historia de la hu dad. Esos incendios han destruido irreparablemente una pre diversidad, resultado de millones de afios de evolucién.”! Un gran festin final? Entre las voces criticas procedentes del campo de la ecologfa s un consenso abrumador sobre el hecho de que la actual si basicamente insostenible. Diversos autores han acunado dife Presiones para esta situacidn: algunos lo Ilaman “ecocidio” o dio”, otros se refieren a ella como “planetacidio”. Desgraciada : a : it : élo para c ; es afios hasta una pobla- el abismo entre esta clarividencia y las practicas sociales y eco bezas, sdlo para caer a Piso al cal de ite “l cen una irumie existentes se ha agrandado atin mas durante los tiltimos afiios. n de 41 hembras y un tinico macho, todos ellos e : hosa. Klein calcula que la capacidad de carga de la isla era de unos ico renos por km’. En el punto maximo, llegé a haber 18 renos F km’. Después del colapso, sdlo quedaron 0,126 animales por *. La recuperacién de los recursos alimentarios aenaiies lievaté i 7 ‘ 5 pe: id inua residiendo en producido a la atmésfera del planeta y la degradacién del sk pero, como oo Feros COHUnUA Fes biente?* Es evidente que el modo dominante de desarrollo » podria no producirse jams. to Sees - i j I I a 's una situacién tem no €s “sostenible”; es decir, estamos comprometiendo la capaci -. cemplo muestra Giis:ta SxTTe AEUERIOD © blacién. Un posible as fi i a satisfacer s idades.® eral a la que sigue un drdstico declive de la poblacién. Un pos las futuras generaciones para satisfacer sus necesidades, que sig ‘ ibilidad nada desdefiable William Catton fue el primer socidlogo medioambiental q pso humano en el siglo re fund he Ht h a hot 5 tiie pee nosticé en época moderna reciente la trayectoria global de eri los gobiernos neh iso del Conferenehs 4 las Nacio. ciones humanas sociales y ecoldgicas en términos de ecoci farlo, Asi, por ejemplo, el fracaso de la C ‘od ; i ini speci ificé co « Unidas sobre Medio Ambiente, celebrada en Rio de Janeiro en gresivo o de exterminio de especies, que calificé como “extt ‘ cimiento de la poblacién durante la década de 1990 ha supe experimentado en los 10.000 afios precedentes. Con un crecit del 40% en los tltimos 30 anos y un consumo cudruplicado, podemos cambiar el sentido de la pérdida de biodiversidad, 157 156 1992, se debid sobre todo a la resistencia de las grandes em, biar nuestras practicas agricolas y distribuir “ — a unica superpotencia que queda en el mundo, Estados Unidos, bientales de modo mas equilibrado son pasos ndamentales suscrito varios tratados importantes sobre biodiversidad yea ia la supervivencia colectiva de nuestra especie, - f : a ae ‘i matico redactados durante la década de 1990," Quienes reclaman la parte del ledn en este gran festin residen en En la era de la globalizacidn neoliberal, los seres humanos or parte en los paises ricos del hemisferio Norte, sobre todo convertido en “devoradores de futuro” u Homo esophagus EEUU. Comparados con quienes viven en los paises mas pobres Nuestra especie est4 empefiada en el mayor festin de la histo nuestro planeta, y tal vez el ultimo. Todo lo que las personas ¢ Sur, los miembros de ese grupo consumen enormes cantidades energia, metales, minerales, productos forestales, agua potable, pe men tiene un impacto sobre el entorno; arrancar una simple ray cereales y carne. Segtin el Worldwatch Institute, un site el bosque deja su marca en el ecosistema. Sin embargo, no toda edio de un pais desarrollado gasta tres veces mas agua potable, diez sumo es necesariamente malo. Por un lado, nuestra intervench bre la naturaleza es esencial para la supervivencia humana, p ces mas energia y 19 veces mas aluminio que un ciudadano medio chas de nuestras actividades, sobre todo a fines del siglo XX, un pais en desarrollo, El ciudadano medio norteamericano que- dos veces mas combustibles fésiles que el britanico medio y dos tuyen lujosos despilfarros. Es cierto que la pobreza extendida po da la ‘Tierra muestra que muchos consumen bien poco de lo ese y media mas que el japonés medio, EE UU produce y consu- para la vida: alimento, combustible y abrigo. Seguin el inforn un tercio del papel del mundo, pese a tener sdlo el 5% de la po- i6n mundial y el 6% de su cubierta forestal.” El simple derroche Naciones Unidas sobre desarrollo humano, 3.000 millones d sonas, la mitad de la poblacién mundial, estén malnutridas y materiales que realiza esta “clase planetaria” es pasmoso: el norte- deficiencias alimentarias provocadas por la combinacién de nericano medio tira casi una tonelada de basura al afto, de dos a bajas y una reparticién inadecuada de alimentos.” Ciertas for es veces mas que el europeo medio, por no hablar de los ciudada- 9s menos privilegiados del Sur.” Por supuesto, no todos los esta- consumo, como la excesiva utilizacién de combustibles fési intrinsecamente dafinas, mientras que otras, como el uso d ounidenses entran en la misma categoria de consumidores, dadas tremendas desigualdades existentes en el pais mas rico de la ‘Tie- ductos forestales y el cultivo de plantas comestibles, pueden Es evidente que los ricos tienden a a sons _ ei nerse en la practica indefinidamente sin causar dafos al ent en viajar mas ¢ ir mas lejos y conducir coches, oe st to = ¢ siempre que se haga juiciosamente. , que consumen mas gasolina. Del mismo modo, hay mucha ri- Lo que importa es la escala y la naturaleza del consumo, yb parte del practicado en los paises del Norte es extremadament incluso en los pafses mas pobres en desarrollo. Las élites indi- fino para el medio ambiente. Por ejemplo, el carbén que qu enas estan ansiosas por gastar su dinero del mismo modo ecocida e lo hacen los norteamericanos ricos. El consumismo no es una fa- para generar electricidad produce particulas, compuestos dcidos, curio y otras materias toxicas que contaminan el aire, el si a de la vida estadounidense sino una tendencia mundial floreciente muy diversificada. El término Homo esophagus colossus va bien a es- agua. La gasolina que utilizamos para hacer correr nuestros €¢ clase mundial de consumidores, dado su enorme impacto negati- por las congestionadas autopistas produce humos y gases perj les. Para satisfacer la demanda mundial de productos maderet © sobre las especies y la biodiversidad del planeta. industria de la madera aclara y tala anualmente millones de as de bosques tanto ptiblicos como privados. Hasta nuestro de carne se ha convertido en un grave problema, ya que la can de cereales necesarios para alimentar el ganado multiplica el i co de los métodos de la agricultura intensiva sobre el aire, el el agua. En consecuencia, reducir el consumo de combustibles El ecocidio y la noria bal de la produccién = concepto de “noria de la produccién” es una expresién acufada ®t Galbraith para mostrar cémo funciona nuestra moderna socie- 158 159 oducidos en el ultimo siglo estan afectando a los sistemas — ‘ores de humanos y animales, incluso generaciones scone de er sufrido la exposicién. Por ejemplo, a fines del siglo XX ” a- roducido en todo el mundo mis de. 1.000 toneladas de p mae >, La radiacién anual del plutonio utilizado en las 424 centrales jeares del mundo bastaria ella sola para destruir todos los orga- os vivos de la tierra. En suma, la noria global de la produccién ormado una configuracién social mundial extremadamente da- va, Escribe Foster: “Desde una perspectiva medioambiental no nos , al parecer, mds remedio que oponernos a la noria de la pro- ecién’.”” . ; - . / Los defensores del medio ambiente ms activos han explicado ha- ya tiempo que la oposicidn al ecocidio debe adoptar la forma ba a revolucién moral de mayor alcance.” Si se trata de llevar a ca ° a “transformacién moral”, no parece, sin embargo, que vayamos fener éxito en realizarla si no nos enfrentamos alo que el sociélo- C. Wright Mills ha llamado “la inmoralidad mayor’, es decir, las srmas de “inmoralidad estructural” edificadas sobre las institucio- es de poder y sobre la propia noria de la produccién. La inmora- fidad estructural produce sociedades caracterizadas por la pérdida de capacidad de indignacién, el crecimiento del cinismo, la dismi- ucién de los niveles de participacién politica y la aparicién de una sistencia atomizada centrada en lo comercial.” ; Bajo las condiciones de una cultura empresarial global, con una dustria orientada hacia una produccién y un comercio lucrativos, be esperar que la gente esté mas interesada en los precios de las mer- cias que en el estado cada vez mas precario del medio ambiente planeta y en el alcance cada vez mas ecocida de la crisis de la ac- extincién en masa. / La oposicidn a las depredaciones de la noria global de la produc- 6n debe basarse en el rechazo al proceso de mercantilizacion de los etes vivos y el medio ambiente. Debemos buscar una coexistencia Espetuosa entre las diversas formas de vida —humanas y de otros ti- 0s— hasada en el abandono del mito de la subordinacién racional la naturaleza asf como del dogma relacionado con a de la acu- acion en interés propio, aparecidos durante la Tustracién. La opo- 16n a la noria global de la produccién ha venido sobre todo de los hovimientos sociales que representan a los desfavorecidos y margi- “200s. Como sefialaba la fallecida Petra Kelly, lider del Partido Ver- dad materialista “orientada hacia el consumidor”.® E] siste de noria de trabajo, ampliamente responsable del acelerado ecocidio, constituye una “especie de jaula gigante para ardillas" dos nos hallamos dentro de esa noria gigante y no podemos o 7 remos salir de ella. Los inversores y directivos se ven en la de acumular riqueza y ampliar la escala de sus operaciones p der prosperar en un medio globalmente competitivo, Para la mayoria de los habitantes del mundo, el encarcelamiento dey la noria es mds limitado ¢ indirecto: deben simplemente obte empleo que les procure un salario decente. Pero para co: empleo y mantener un nivel de vida aceptable es necesario co da vez mas deprisa, como la Reina de Corazones en Alicia aim espejo, para seguir en el mismo sitio. Una proporcién cada yor de personas dentro de este sistema mundial de noria de —en la actualidad se calcula en mas de 850 millones— bempleadas 0 no tienen empleo. ‘Teniendo en cuenta esas grandes fuerzas estructurales, el pal culpable del fin de partida ecocida no son ya simplemente dividuos que actian de acuerdo con sus necesidades tal como ciben y con sus deseos adquiridos, sino la propia noria global produccién. Como hemos analizado en los capitulos anteriores del 3% anual de la produccién industrial, como la habida entre y 1990, significaria que la industria mundial doblaria su ta da 25 afos, se multiplicaria 16 veces cada siglo, 250 veces cad. siglos, 4.000 veces cada tres siglos, y asf sucesivamente... Por otra parte, la tendencia de la actual noria mundial de k. duccién es aumentar el consumo de materias primas y de e fin de generar mayores beneficios. La noria depende esenci de una tecnologia intensiva en energia y capital, lo que condi agotamiento més r4pido de los recursos de energia de alta otros recursos naturales, y a cantidades cada vez mayores de arrojadas al entorno,’ EI paisaje del mundo esta cada vez mas lleno de detritus y bas de relojeria microtéxicas y radioldgicas. Fl grado de toxicid: entorno ha ido aumentando de manera regular a lo largo del medio siglo. Algunos de los 100.000 eatane quimicos sii 160 161 de alemén, las preocupaciones ecolégicas estan siempre ligad tiones de justicia econémica: la explotacién de los pobres po cos. Cada lucha medioambiental actual es también una lucha ¢ la expansidn de la noria global, como ocurre en el caso de pesinos sin tierra o de las grandes empresas que buscan au beneficios sin preocuparse gran cosa por la devastacién e cial que dejan a su paso. Mostrarse comprensivo con los nifica abrazar una moral comin que constituye una base sé de la que combatir la inmoralidad de la noria de produccién, cima de todo, debemos admitir que aumentar la produccién minard la pobreza. Segtin muestra la historia del siglo XX, la sién y el crecimiento econémicos elevan, simplemente, los ecocidas, des modernas se ven enfrentadas por vez primera a la posibili- de su autoaniquilacién.* La educacién ambiental en las escue- ha desarrollado lentamente a lo largo de las pasadas décadas. Se restado poca atencién a otras formas de educacié6n practica y so- pero incluso la educacién ambiental en las escuelas exige mejo- an Schnaiberg, uno de los principales socidlogos ambientales ericanos, fue uno de los primeros universitarios que llamo la ancion sobre el lamentable estado de la educacién ambiental en las ituciones de ensefianza superior tanto de EE UU como de otros “’ Schnaiberg sostiene que “son pocos los estudiantes a quie- se hace pensar realmente de manera sistematica y con cierta am- nud en cuestiones medioambientales del campo de su experiencia idiana’. Lo que pasa por “educacién ambiental és, en palabras de aiberg, “gravemente deficiente en todos los niveles del sistema ativo’. Y concluye de manera pesimista: “He descubierto repe- s veces, en clases y reuniones (incluso en reuniones profesiona- ), que los estudiantes y hasta mis colegas carecen verdaderamente cualquier perspectiva sistematica de los sistemas ecoldgicos y so- es y, especialmente, de la relacién sistematica entre ambos”.* En “las instituciones dominantes —la industria de la cultura, la ny los medios de comunicacién— no han logrado des- ollar una iniciativa educativa seria porque estén demasiado arrai- en las estructuras econémico-politicas de la noria global de la oduccidn. El fracaso de la educacién formal ambiental La mayor parte de las insticuciones modernas forman parte ii de la noria global de la produccién.™ El equivalente de la “ la produccién” es en el campo educativo la “noria de diplo’ reproduccién ideoldgica. La educacién moderna ha desempefiae papel decisivo en la reproduccién ideoldgica de la situacién m progresivamente ecocida. Después de todo, como escribe el fa y critico social Noam Chomsky, las universidades no son instituciones independientes. den de fuentes financieras externas, como las fortunas p las grandes empresas que ofrecen becas y el gobierno ( tan estrechamente ligado al poder de las grandes emp’ apenas se les distingue).” dl giro ideoldgico tendencia a conceptualizar los problemas medioambientales en inos ideoldgicos es una de las respuestas sintomaticas a los pro- as que genera la noria global de la produccién, cada vez més eco- . Por “ideologia” entiendo un sistema de creencias y valores am- lente compartidos que simplifican y distorsionan la realidad so- Para proteger intereses de poder concretos. De este modo, los Sos ideolégicos dominantes producen distorsiones politi sy Bnitivas acerca de la situacién de supervivencia de las especies. Las ©rmaciones sobre asuntos medioambientales que proporcionan Permitaseme hacer dos observaciones generales acerca de la cidn entre ecocidio y educacién. Histéricamente, la educaci biental aparece, en primer lugar, en el momento en que lae se convierte en una rama beneficiosa de las industrias secund: el marco del capitalismo global y, en segundo lugar, cuando 162 163 talle algunos de los elementos esenciales de esta visidn de la ipacion de la especie. los medios de comunicacién de masas se centran, por lo g el alcance horroroso de alguna calamidad medioambienta len pasar por alto la causalidad al hacer hincapié en las caus diatas y no en las subyacentes, Esto suele encontrar expres predilecci6n periodistica por la utilizacién de un lenguaje pa pre que sea posible, dejando al publico mal dispuesto para a si mismo como agente activo combatiente en una cri biental. Afirmaciones como “al finalizar el siglo nos hall una gran pérdida de especies”, o “siguen aumentando los la capa de ozono”, 0 “disminuyen rdpidamente las superficie: va tropical en todo el mundo”, o “el calentamiento global est vocando fenémenos meteo rolégicos muy extremos, como o inundaciones”, pueden generar una toma de conciencia de blemas medioambientales, pero dejan muy cémodamente en bra las causas profundas de la crisis ecolégica mundial,” Las cuestiones relativas a la actuaci6n humana, es decir, a Cesos sociales y econémicos por los que llegamos a una situae arboles calcinados, nutrias muertas y cetaceos envenenados, r aparecen en el discurso oficial. Ni la educacién ni la cobe: medios de masas nos estimulan a plantear preguntas histériea los actores, las instituciones y los procesos que se hallan tras yas impregnadas de petréleo, las selvas tropicales destruidas o tancias téxicas en nuestras sociedades. Los tedricos criticos tivistas de base que insisten en afirmar que el ecocidio prog los demds “problemas medioambientales” son cuestiones exis les colectivas que no pueden ser reducidas 4 asuntos técnicos, recibir los calificativos de “alborotadores” 0 “agoreros”. En & esas personas se limitan simplemente a sefalar que nuestros “pi mas medioambientales” estén profundamete arraigados e mientos de la propia sociedad moderna. Los socidlogos criticos han exigido mas de una vez una al cién y una extensidn radicales de la democracia en direccié nueva “democracia ecolégica”.” Crear nuevas instituciones, relaciones sociales y una nueva cultura permitiria establecer et seres humanos, y entre los humanos y las demas especies, ciones mds comprometidas con la vida, Por tanto, una e litica emancipatoria deberia comenzar por una critica impla ecacidio, la pérdida de la biodiversidad y la globalizacién d gradacién medioambiental."' El resto de este capitulo d corrientes de la democracia ecolégica jiensan sobre la relacién entre el capitalismo yla crisis ecold- Jos movimientos de base partidarios de la justicia social y me- biental? Los tedricos criticos de la ecologia social han sosteni- neralmente que, como el capitalismo se basa en el principio de iento 0 muerte”, un capitalismo “verde es insostenible y, por , imposible.” Dada su légica institucional, el capitalismo debe dirse continuamente creando al mismo tiempo nuevos merca- aumentando la produccién y el consumo, invadiendo mas €co- mas y utilizando més recursos. El sociélogo ‘Takis Fotopoulos ha icado que la raz6n principal de que el proyecto de volver verde capitalismo no sea sino una “utopia” radica en que “existe una con- diccién fundamental entre la ldgica y la dinamica del crecimien- econdmico, por una parte, y el intento de someter esa dinamica a ereses cualitativos, por otra’. ; . demas, los partidarios de la democracia ecoldgica afirman que competencia global entre los Estados nacionales es otro elemen- tesponsable del ecocidio. A medida que la competencia interna- al se hace mds intensa y se extienden las armas de destruccién iva, se siembran las semillas de una guerra global catastrofica con nucleares, quimicas y biolégicas. Como esa guerra seria el de- ecoldégico definitivo, los movimientos pacifistas y ecologistas son sino dos aspectos de un mismo proyecto basico. De igual do, los demécratas ecologistas admiten que la dominacién de la turaleza y la dominacién de la mujer por el hombre han ido his- icamente de la mano a lo largo de la historia. De ahi que el Ha- do “ecofeminismo” no sea sino un aspecto mas de la democracia doldgica. / El femin ismo, la ecologia y la paz son en general preocupaciones htrales de los nuevos movimientos sociales, En consecuencia, los Dlogistas mas radicales piensan que los grandes movimientos so- $ que persiguen la justicia social y medioambiental deberian adop- Principios democrdticos mas radicales de accion politica directa, 164 os en lugar de escoger el camino gradual de elegir a personas pi ; 9 el mundo un amplio conjunto de empleos estables, bienes y ser- das por el medio ambiente para puestos dirigentes de gobi ios que satisfagan las necesidades humanas de manera que se pro- n la equidad, la eficiencia y la proteccién medioambiental. Es- ya mucho mas alld de reciclar productos “verdes”, construir par- es empresariales ecoldgicos, conservar las selvas tropicales, con- las emisiones de gases de efecto invernadero, etc. El actual au- to de las extinciones en masa indica que el modelo de desarro- global contempordneo es insostenible social y ecoldgicamente. radicales critican a los verdes en general porque restringen ques a lo que consideran “falsas ideas” de la sociedad nod cir, sus “valores materialistas” y sus tendencias individuali quienes propugnan una aproximacién mas pragmatica a los medioambientales, la critica radical olvida que las ideas y los no estan ah{ “sin mas”, sino que son producto de un conjunte de relaciones sociales. Eso significa que el problema no es si mente cambiar nuestros valores de modo que la humanidad en armonija con la naturaleza, sino también comprender los or sociales y estructurales de la crisis ecolégica. Mientras no pon en cuestién nuestras ideas y valores, no se dard el cambio real en tras relaciones jerdrquicas, y las desigualdades sociales seguiran de estén, En resumen, nuestra actual situacién ecocida no se ha arrollado en un vacio social, y por tanto no es reducible a lidad biolégica de nuestra especie o a no se sabe qué rasgo i a la llamada “naturaleza humana”, Una coalicién variopinta de movimientos sociales progresist propuesto desde la década de 1960 un argumento clave para ma mas directa de democracia global: que la proteccidn e las especies de nuestro planeta y sus habitats exige que los it nos corrientes puedan participar en la toma bdsica de decision afectan al medio ambiente. De este modo, seria mas probable q enfrentaran a los intereses mercantiles particulares que tiend en minar el llamado sistema de gobierno “representativo”. Asf, lucién constructiva global a la crisis social y ecoldgica presupot mas integradoras de democracia ecoldgica tanto en la esfera p como en la econémica: una transformacién que, en el context tural contemporaneo, equivaldrfa a una revolucién ética y so al de desarrollo no puede sino “comprometer la capacidad de las as generaciones para satisfacer sus necesidades”. La cultura glo- dominante no esta sincronizada con la realidad ecolégica. Los expertos continian debatiendo si existen Ifmites a las reservas Jos recursos naturales, Sea como sea, el alcance mundial de la te- isién occidental, las peliculas, los videos y los anuncios publicita- significa que hay un ntimero sin precedente de personas que es- constantemente informadas de todos los bienes que no poseen. por hecho que los pobres aceptardn indefinidamente su posicién bordinada seria una ingenuidad. Los movimientos nacionalistas, damentalistas y paramilitares crecen en muchos paises y sus diri- entes tendran cada vez mds posibilidades de acceso a armamento puclear, quimico y bioldgico. Por tanto, proporcionar un desarrollo enible para todos sobrepasa la mera cuestién de proteger el me- dio ambiente: es fundamental para la seguridad regional y global. Pese a estas lébregas perspectivas, quienes se comprometen con la ocracia ecoldgica se niegan a aceptar el ecocidio como un fait ac- mpl. William Greider ha propuesto una serie de pasos intermedios los gobiernos deberfan adoptar para evitar la catdstrofe inmi- te: _* Moderar el flujo de mercancias imponiendo tasas aduaneras ur- gentes para rectificar los déficits comerciales, cambiar las prac- ticas laborales de los paises en desarrollo y permitir a los traba- jadores tener una participacidn en el capital. Restablecer los controles nacionales y regionales sobre el capi- tal global. Establecer un sistema fiscal progresivo. * Estimular una forma ecolégicamente responsable de crecimiento global impulsando la demanda del consumidor desde la base. Los imperativos de la democracia ecolégica E] reto de una forma de desarrollo social global ecolégicamen tenible es salvaguardar lo que queda de la herencia biolégica neta. Mas atin, la tarea consiste en proporcionar a las poblacio 166 167 opinta puede servir también como una visién util para los es- os que los movimientos sociales mundiales dedican para conse- una democracia ecoldgica global. + Presionar a las naciones para que acepten unas relac merciales més equilibradas y ude mas excedentes dy duccién. + Condonar la deuda de los paises mas pobres del Sur, + Reorganizar la politica monetaria para afrontar las reali una oferta monetaria global a fin de alcanzar una may bilidad y abrir camino a un mayor crecimiento. Defender los derechos de los trabajadores en todos los dos y prohibir los talleres clandestinos. + Replantear el concepto de crecimiento econdémico para cardcter derrochador del consumo. Defender las politicas sociales contra el fundament: mercado. » Sabiduria en: ; . Responsabilidad les personal y social. Valores pospatriarcales. » Descentralizacién. + Perspectivas de futuro. » Democracia de base. + Respeto a la diversidad. « Economia basada en la sociedad. « No violencia. + Responsabilidad mundial. Wangari Maathai, una feminista defensora de los derechos: nos y fundadora del Kenyan Greenbelt Movement [Premio la Paz en 2004], ha esbozado también algunos principios d mocracia ecoldgica." Al hacer hincapié en las “cuestiones vit: ra construir sociedades medioambientalmente sanas y soci equitativas”, reté a su ptblico para realizar las tareas siguient Hay un reconocimiento creciente de que una democratizacién de economia y el Estado es un requisito necesario para resolver la cri- social y medioambiental de la época moderna. Una visién orienta- in ideas feministas, verdes y de justicia social serfa sensible a las cesidades del planeta y a todas sus especies, incluida la humana. De- nderia el punto de vista de quienes sufren el racismo, el sexismo, la breza y la explotacién. Un compromiso asi serfa “verde” en razén su objetivo de crear una sociedad ecoldgicamente sostenible; seria mocratico por su apoyo a una sociedad mds igualitaria; seria femi- por su conciencia de que la mayor parte ie los seres humanos tienen las necesidades basicas sin satisfacer son mujeres. Los im- etativos de la democracia ecoldgica buscan preservar los derechos de iS personas a participar activamente en las decisiones que afectan a vidas. F] derecho de participacién y deliberacién sobre cuestiones icas recae sdlo en los individuos y no deberia ampliarse a las ee és empresas.” El nivel minimo de una vida humana digna no debe- aparecer como un apéndice de la economia: hay que devolver la litica al centro de las interacciénes humanas. En efecto, las necesi- basicas no son meramente fisicas sino que comprenden también Nnsiones emocionales e€ intelectuales. Siguiendo esas I{neas, el so- 0 Manfred Max-Neef ha identificado nueve necesidades basicas: + Eliminar la pobreza. + Establecer un comercio justo y respetuoso con el med biente. + Invertir el flujo neto de recursos entre el Sur y el Norte. + Reconocer las responsabilidades del mundo de Jos n industria. + Modificar los modelos de consumo derrochadores. + Internalizar los costes medioambientales y sociales del | los recursos naturales. + Asegurar un acceso equitativo a tecnologias medioa mente sanas y a sus beneficios. + Redirigir los gastos militares hacia objetivos socia dioambientales. + Democratizar las instituciones politicas y las estuctut ma de decisién locales, nacionales e internacionales. * Subsistencia De moda similar, la lista siguiente de amplias directrices ": * Afecto cida por el Movimiento Verde Internacional basado en una 168 169 + Comprensién + Participacién + Ocio + Creacién + Identidad + Sentido + Libertad La viabilidad ininterrumpida de la biodiversidad sobre n planeta, incluida la de esa frie especie conocida como huma tard basada criticamente en e “democracia ecoldégica”. proyecto emancipador que det Hacia un mundo comun equitativo Incluso desde una perspectiva puramente pragmatica, hay zones que explican por qué las naciones desarrolladas tienen g intereses en cerrar radicalmente el abismo entre ricos y pobr primer lugar, ayudara a que los paises del Sur protejan lo q de sus enormes reservas de biodiversidad, cuya destruccién menos a dos elementos importantes de la capacidad de resistene la ‘Tierra. La necesidad de plantas silvestres y microorganism ya aportan hoy los ingredientes activos de mas del 25% de dernos productos farmacéuticos, puede agudizarse conform blacién humana vaya siendo mds proclive a las enfermedade biodiversidad es también crucial para mantener la resistenct cultivos a las plagas y la sequia y proporciona la materia p la ingenieria genética, ayudando asi —como es de esperar— produzca un enorme aumento de los rendimientos agricolas 8 dos para alimentar a una poblacién en crecimiento exponen En segundo lugar, las naciones en desarrollo han ido muy la demostracién de su capacidad para degradar gravemente mas que soportan la vida en todo el planeta, siguiendo simp te las mismas vias de desarrollo recorridas por los paises ricos. calculos elementales indican que la explotacién de las reservas bén para alimentar el desarrollo, por modesto que fuera, pod 170 cualquier esfuerzo realizado por las naciones industrializadas pa- reducir sus propias emisiones de gases de efecto invernadero. De odo parecido, un nuevo e importante aumento de las emisiones de etano y Oxido nitroso acompafiaria a la expansidn actualmente pre- ta de la agricultura y la continua destruccién de las selvas tropica- Se sabe desde hace tiempo que sélo para asegurar ese elemento osférico de la propiedad comtin mundial es necesario el desplie- en las naciones desarrolladas de tecnologias menos perjudiciales, mo las tecnologias energéticas basadas en el hidrégeno y el Sol, y transferencia al resto del mundo, En tercer lugar, la disparidad siempre creciente entre ricos y po- res acarrea graves Consecuencias para la capacidad de carga social, tre otras una desorganizacién econdémica y conflictos sociales ca- vez mayores a medida que se aceleren las transferencias de capi- , mano de obra y refugiados, ahondando las diferencias sociales y condmicas. Los desafios politicos parecen también inminentes se- aumentan las filas de quienes tienen muy poco que perder, pro- fera la capacidad nuclear en el mundo en desarrollo y se incremen- la vulnerabilidad ante el terrorismo. En resumen, la leccién de esta historia es que no hay salida por de escapar en un bote salvavidas, ni siquiera para los mds ricos. s las naciones tendrén que asumir los limites de la capacidad de fesistencia del planeta, y reconocer que no sélo hay penurias de ori- en social, o “limites sociales al crecimiento’, sino también penurias olutas o limites ecoldgicos al crecimiento.” A menos que se to- en medidas por parte de los ricos para fomentar un desarrollo sos- nible, esta practicamente garantizada la continua destruccién de Sistemas que sustentan la vida de la humanidad. Sin embargo, las isas de este libro son que el colapso civilizatorio y ecoldgico no hun fait accompli: no es inevitable una catdstrofe mundial y exis- la posibilidad tecnolégica y econémica de una sociedad sostenible Socialmente justa. Como propone el socidlogo Anthony Giddens, humanidad debe “buscar una teoria de la sociedad que sea una so- edad globalizadora, donde los mercados son muy importantes pe- Pueden conciliarse con la cohesién social y con cierto grado de ‘Ucia social, asi como con una comunidad cosmopolita y abierta”.” Una tarea crucial de los ecologistas debe consistir en examinar c6- ’ definen ¢ impulsan las instituciones las diferentes concepciones intereses. Las preferencias y las concepciones que tienen los indi- 171 viduos de sus intereses deben ser el punto de llegada del an: su punto de partida.” La economia debe dejar de preocuparse d equivalencias y los precios (reales o ficticios) e ir “hacia una bi da de las condiciones institucionales en que los individuos py desarrollar su preocupacién por el medio ambiente de un mo cional y sensible”. Algunas cuestiones centrales que deben plantearse son guientes. ;Qué marcos institucionales se preocupan por las fu eneraciones y el mundo no humano? ;Qué marcos estimulan oe racional sobre cuestiones medioambientales? ;Cudles son las diciones institucionales de las practicas econdémicas sostenibles?: instituciones y relaciones de poder socavan tales concepcione rrogantes de este tipo, aunque sean ignorados por las tradicio: némicas neoclasicas, forman parte crucial de una tradicién m tigua: la aristotélica.” FI filésofo ambiental John O'Neill sefiale una tarea de esa tradicidn es Epilogo fivir en la era del ecocidio comienzos del siglo XXI es ya evidente que, por primera vez des- la extincién de los dinosaurios, hace 65 millones de afios, se estan oduciendo en nuestro planeta cambios de enorme importancia eco- gica. l'sos cambios son consecuencia de las actuaciones de una so- especie animal, Homo sapiens sapiens. La capa de ozono de la es- tosfera, que ha protegido la vida terrestre durante cientos de mi- nes de anos de la radiacidn ultravioleta del Sol, est4 empezando a tegrarse, Sdlo ahora comienzan a reconocerse, aunque con re- eencias, los cambios progresivos en el clima del planeta como re- tado de las emisiones de gases de efecto invernadero.' Otros cam- § significativos comprenden los importantes cambios ecoldgicos rO ducidos en los océanos, los graves dafios en los bosques del he- ferio Norte debido a la Iluvia dcida y la répida desaparicién de las tropicales. Desde 1970, los bosques del mundo han pasado de a 7,3 km’ por cada 1.000 personas. Se ha agotado la cuar- Parte de las poblaciones de peces del mundo y otro 44% se esta fando al limite de su capacidad bioldgica.’ emo escribe el bidlogo Stephen Hubbell en una de las contri- fo uss cientificas recientes mas importantes en ecologia y biogeo- podemos decir realmente y sin exagerar que apenas tenemos tee salvar gran cosa de la diversidad de la vida sobre la Tie- is tumanos acaparamos ya un sorprendente 40% de la pro- primaria terrestre para nuestro propio uso egoista. Acaparar Parte tan enorme de la capacidad natural productiva de la Tie- formar asociaciones politicas y sociales que permitan a ¢z sona actuar virtuosamente y vivir felizmente, al tiempo limita el poder de las instituciones del mercado, que una acumulacion ilimitada y, por tanto, el vicio de la ple el deseo de tener mds de lo que es necesario.”* A pesar de las alegaciones de los economistas ortodoxos, ciaciones tratarian los deseos individuales con muchisimo m peto que las burocracias basadas en el ideario de costes y ben Las instituciones ecolégicamente sanas reconocerian, por que los problemas de extincién masiva, inundacién de zonas das 0 contaminacién de los océanos pueden comprenderse y se adecuadamente sdlo si se tienen en cuenta la historia econ y la irreductible pluralidad de las practicas sociales y de las e¢ dades locales. Las préximas décadas ofrecen a la humanidad riodo en el que hay una oportunidad para poner los funda institucionales de una propiedad comuin global y equitativa. crucial “la libertad de hacer uso publico de la propia raz6n @ los asuntos”, como dijo Immanuel Kant.” 173

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