Está en la página 1de 2

Pensamientos de amor

Por el Maestro
Omraam Mikhaël Aïvanhov

Cuando el amor se acerca, los seres y las cosas se abren como las
flores.

Amar verdaderamente, es ser capaz de hacer entrar en vuestro


amor por un ser, el amor por el universo entero, para todas las
criaturas, desde las piedras hasta las estrellas.

El amor desinteresado no espera nada de los demás, no se


inquieta, no se pega a los demás, no les perturba. Es una fuente
que emana, que da sin cesar sin preocuparse de saber quién
vendrá a beber de su agua.

El amor es una cualidad de la vida divina. Por ello, no


encontraréis el amor si no lográis derramar esta vida en vosotros,
una vida purificada, iluminada por la práctica de las virtudes.

El verdadero mago, el mago todopoderoso, es el amor. Debéis


invitarlo para que se instale en vosotros, y entonces, como la
llama resplandeciente a través del vidrio de una lámpara, allí
donde iréis, vuestro amor resplandecerá alrededor vuestro.

Amar a un ser, es querer desarrollar aquello que se posee de más


luminoso en sí mismo para podérselo dar y llevarlo así a
progresar en el camino de la luz.

No impidáis nunca a vuestro corazón de amar. Si teméis que se


abuse de vuestro amor, guardarlo interiormente y que haga su
camino sin mostrarse. Pero no lo matéis, sino sois vosotros
quienes moriréis.
Aquellos que trabajan para hacer de su amor un intercambio sobre
el plano del alma y del espíritu saborean cada día una nueva
felicidad, puesto que no es un cuerpo, una envoltura que aman,
sino su contenido, el principio espiritual salido de la fuente única
e inagotable.

Para ser feliz y aportar la dicha a los demás, hay que llenar el
corazón de amor. Llamad, pues, al amor con todas vuestras
fuerzas, y no sólo seréis felices sino que la felicidad que daréis a
los demás os volverá amplificada.

La alegría, la inspiración en nosotros, son comparables a la


floración del árbol, y como la floración del árbol se manifiestan
cuando se reúnen las condiciones, en primavera. Depende, pues,
de nosotros, el crear en nuestra alma las condiciones de la
primavera. Y cómo? Por el amor. Es el amor el que crea la
primavera en el hombre.

El amor viene del cielo y regresa a él. No existen dos, tres o


cuatro amores, siempre es el mismo amor, pero comprendido o
vivido a niveles diferentes. De dónde vendría el amor humano si
no fuera Dios mismo su fuente?

Centre OMRAAM
Reus
Silvi

También podría gustarte