Está en la página 1de 5
Raa Robin Dunbar 1 poesor de siclo- fia evalua de La riverside Liverpool (aH ran inte (Otro El lenguaje crea el vinculo social Como los demas primates, vivimos en grupo. Pero nuestros grupos son mucho mayores que los formados por los simios, incluso por los més sociales. Ademds, nosotros no nos espulgamos mutuamente para mantener la cohesiOn del grupo. El lenguaje desempefia la misma funcién mucho més eficazmente. ‘camos una parte importante de nuestra vida de vigilia a hablar con nuestros congéneres. El Tenguaje es un elemento esencial de nuestra huma~ nidad, Nuestros hijos o aprenden naturalmente y sin esfuerzo; un promedio de una nueva palabra cada 90 minutos del tiempo que pasa despierto entre los 5 y los 6 afios. Alos 6 aos, somos casi tan compe~ tentes como un adulto en el uso de la gramética aun~ {que no sepamos distinguir conscientemente un sus~ tantivo de un adjetivo, Esta facultad es nica en el reino animal: de entre 4.000 especies de mamiferos yal menos 10,000 especies de aves, nosotros, los Iumanos, somos los tinicos vertebrados superiores dotados de un verdadero lenguaje. Es verdad que algunas aves nos imitan y que las abejas intercam= § ‘omos unos parlanchines, Diariamente, dedi- 24 / nano crenttrica 226 bian informaciones «danzando», pero ninguna de estas especies se aproxima, ni siquiera de lejos, ala produccién de la conversacién humana ordinaria. We dénde nos viene este privilegio? La cuestién me preocupa desde hace muchos afios y creo haber ‘encontrado una teora satisfactoria, No obstante, para claborarla he debido apartarme de los dominios que los lingtistas consideran tradicionalmente como per tinentes para el estudio del lenguaje. En efecto, me he interesado por una particularidad del cerebro de los simios y de los grandes simios (nosotros, los. humanos, somos grandes simios, como los chim~ pancés los gorlas ylos orangutanes): os cerebros de estos primates son mucho mayores que los de los demas grupos de especies a igualdad de masa cor poral. Si estuviéramos dentro de la norma de los Atri afi fect Brey A Ord trey te Ox RM oe as rmamiferos, nuestro cerebro serfa diez veces menor Por qué ls primates tienen unos cerebros tan gran- des? Hasta hace unos quince afis, la respuesta er Porque eso favorec a aduiscin de alimento, Pero los comportamientos de subsistencia que observamos en los primates no differen radicalmente de los que vemos en las vacas 0 las ovejas.Parece fuera de duda que los leones y los lobos deben tomar unas deci~ siones mucho més complejas que nosotros cuando persiguen una presa que no se resigna a dejarse atra~ par. La respuesta subestima también el coste biol6- gico del desarrollo y el mantenimiento de un gran cerebro, Nuestro cerebro, que contiene aproxima- damentee12% de nuestra masa corporal, contribuye entre el 15% y el 20% a nuestro consumo energé- tico, Los mecanismos de la evolucién nos dotaron de este gran cerebro, pese a este inconveniente, por que nos procuraba una ventaja adaptativa muy arande frente a las demés especies. Cusl? En 1991, Richard Byrne y Andrew Whiten, de la ‘Universidad de Saint Andrews, en Edimburgo, advir~ tieron que los primates viven en sociedades mucho mds complejas que todas las dems especies" Segin ellos la coordinaci6n de las relaciones entre los indi- ‘viduos en estos grupos sociales habrfa sido un fac~ tordecisivo en el desarrollo de grandes cerebros. Pero ‘esta teorfa de la einteligencia maquiavélica» o del cerebro social» era dificil de comprobar. {Cémo medir la complejidad social? El nico dato relative ala complejidad social dis- ponible para numerosas especies era el tamafio de sus grupos. En 1992, reunf estas informaciones y las compare con el tamafo del cerebro de los ani- males. No obstante, mientras que todo el mundo se habia interesado por el tamafo total del cerebro, ‘yo centré mi atencién en el neocértex, la fina capa exterior donde tiene lugar toda la actividad cere- bral consciente. Es esta la parte del cerebro que mas ha crecido durante la evolucién de los primates: del 408% del cerebro del tamaio del cerebro de los de- més mamiferos pasé al 50% o al 80% en el caso de los primates. Cuando nos preguntamos por qué los primates tienen tan grande el cerebro en realidad ‘nos estamos preguntando por qué tienen tan grande el neocertex. Grupos ripes. Descubr asi que el tamafio de los gr pos sociales dela distintas especies de primates crece con el de su neocértex” 2). Incuso los humanos siguen esta reg: si extrapolamos a nuestra especie la relacin hallada entre el tamatio del neocértex y el delos grupos sociales entre los demés primates, obte- nnemos una cifta de apro- ximadamente 150, tres ve~ ces mayor que el tamafio ‘medio de los grupos en los primates més sociales, los chimpancés y los babui- nos. Curiosamente, esta fra corresponde con bas- tante exactitud al tamario de los grupos que encon- tramos entre los hombres rmodernos: las agrupacio- nes de cazadores-recolec- tores, el mero de perso- nas a las que conocemos bien 0 el tamafo de mu- has unidades organizati- vas, en las empresas o los ércitos* El tamafio de los gru- pos sociales no es una ‘medida muy precisa desu complejidad, pero indica Ia cantidad de informaciones que un individuo debe ‘ratar para vivir en el grupo, Cuanto mayor es éte, iis relaciones tiene que conservar cada miembro en su memoria: sus relaciones con los demés miem- bros del grupo y los de étos entre si EI ndimero de rclaciones posibles no cece pues linealmente con el tamafio del grupo sino con el cuadrado de éste. Ade- nis, ls relaciones sociales se modifica permanen- | ee luscsamm 3 i nuwpo ciewrisice 226 / 25 {ie ree Cn, Et origen politico del lenguale temente: os individuos hacen nuevos amigos y olvi- ddan los antiguos; maduran, se hacen més o menos poderosos 0 seductores; cambian de estatus social; adquieren compafieros sexuales o los cambian, La base social de las relaciones exige una constante puesta al dia so pena de cometer acciones sociales inadecuadas en momentos importantes. Un grupo social ssl desempefia su funcién cuando sus miembros son solidarios frente alos peligros exteriores Pero el conocimiento de las relaciones dentro del grupo no basta para su buen funcionamiento. El grupo debe formar un todo coherente para realizar sus funciones ecol6gicas. Para los primates, una de tetas funciones es la defensa de sus miembros con- tra los depredadores. La voluntad de correr riesgos en beneficio de otto se basa en un sentido de la comunidad, del compromiso ante los demés miem- bros del grupo, 2Cémo establecen los primates este sentido de la comunidad? Parece que lo hacen a través del aseo social, con ‘retamente del espulgamiento, Por supuesto, el aso, cuya primera funcién es mantener limpio el pelaje el plumaje, no es una exclusiva de los primates. Casi todas las aves y los mamiferos se asean y ‘muchos lo hacen mutuamente. Pero en los simios Yylos grandes simios, el espulgamiento parece tener tuna funcién afadida, pues estas especies se espul- 26 / wunoo ctenrisico 226 Los chimpancés, como otros grandes simios, se espulgan unos a otros durante buena parte det tiempo (hasta el 20%), mucho més de lo que cexigitfa la higiene. © cuties gan més de lo que seria necesario por pura higiene* EL tiempo dedicado al espulgamiento mutuo crece con el tathato del grupo. Ademés, los individuos «que se espulgan mutuamente se ayudan unos a ‘otros més fécilmente contra los agresores, fuera 0 dentro del grupo. Un espulgamiento relajante. Por qué crea el espul- ‘gamiento este vinculo social? Tal vez porque des- ‘empefia una funcién relajante. El espulgamiento reduce la tensién, hace disminuir el ritmo cardiaco yes un excelente medio de provocar emisiones de ‘opidceos (analgésicos) por parte del cerebro. Estos ‘opfaceos naturales estén en el origen de la sensa~ ign de bienestar que nos invade después del jog- ging 0 después de un vigoroso masaje, bastante doloroso al comienzo, pero cada vez més relajante ‘a medida que se van liberando los opiéceos. Los ‘compafieros de espulgamiento deben de sentirse mejor en compaiia unos de otros. ¢Qué parte de nuestro tiempo nosotros, los hhumanos, deberiamos dedicar al espulgamiento si _mantuviéramos asila cohesion de nuestros grupos? ‘Una extrapolacién de los tiempos medidos en los primates da una cifra superior al 40%. La libera~ cién de opisceos nos garantizaria un estado cons~ tantemente cercano al nirvana, El problema, claro est, es que no harfamos otra cosa, En particular, si fuéramos cazadores-recolectores nunca nos qued: via tiempo para buscar alimento. ‘Un espulgamiento distant. dExplica esto que no ros expulguemos los unos alos otros? En cualquier «aso, lo certo es que hemos encontrado otra manera de mantener el vinculo social: hablando. La prini~ pal ventaja del lenguaje es que actia como «espul- sgamiento a distancia»: seguimos «espulgando> @ nuestros congéneres mientras practicamos otras actividades, como andar o comer. H lenguaje nos permite dedicar tanto tiempo como los demés simios alas interacciones sociales, pero de tal modo que este tiempo sea més eficaz. Ast estudios realizados en poblaciones agricolas de Nepal, Nueva Guinea y Africa occidental, en pasto~ res de Africa oriental y en poblaciones de sociedad desarrolladarealizadas en Escociarevelan que cual- quiera que sea nuestra cultura aproximadamente el 20% del tiempo que pasamos despiertos lo dedica~ mos a conversae"” Los simios més sociales dedican aproximadamente la misma parte de su tiempo al espulgamiento. La eficacia del lenguaje no esté ligada séto a la posibilidad de realizar otra actividad en paralelo También tiene otras caractristicasinteresantes. Una es que podemos hablar a varias personas ala vez y con la misma eficaia. En cambio, el espulgamiento, en los primates, es una actividad muy intensa que exige mucha atencin y concentracién: un animal que espulga sin entusiasmo y con descaro no tiene muchos amigos Cualquiera que sea nuestra cultura, dedicamos tanto tiempo a conversar como los simios a espulgarse unos a otros EI Ienguaje nos permite dominar mejor la com= plejdad social intercambiando informaciones sobre To que no vemos. Los simios sélo saben lo que han ‘visto. ino de sus amigos se ha aliado secretamente con su enemigo, no lo podrén saber hasta que le pidan ayuda contra este enemigo, pero entonces seré ya demasiado tarde para evitar las consecuencias. El Jenguaje nos ayuda a descubrir qué se trama anues~ tras espaldas y nos permite elaborar contraestrate- gas. También podemos utilizar esta capacidad post- tivamente, como un medio de dara conocer nuestras ‘ualidades, o incluso para difundir falsas informa ciones sobre aquellos que queremos desacreditar Nuestra capacidad para crear vinculos por tiene un funcionamiento alternativo: una sola persona esté autorizada a hablar a la vez. Los ‘dems escuchan cortésmente hasta que el orador cede la palabra a alguno de ellos. Lo normal es que ‘dos personas entablen una conversacién, que una tercera se una a ellos y después una cuarta. Cada vez, el grupo permite al nuevo asstente tomar parte en la discusién’ Luego llega una quinta persona. Una vex mis, el grupo se reorganiza para perm tile tomar parte en la conversacién. Pero os ase~ guro que al cabo de 30 segundos como maximo el sgrupo se diviiré en dos conversaciones separadas Heemos observado el hecho en muchas situaciones: cuatro, un orador y tres oyentes, parece ser el nvimero méximo de personas que pueden mante- net una conversacién coherente.” Si queremos hablar a grupos mis numerosos deberemos impo- ner silencio a la mayorla, En una conferenca, por ejemplo, sélo habla el orador. Los demés guardan silencio y no estén autorizados a interrumpir. Wor qué este lite? Es dificil decilo. En cambio, podemos abservar que el niimero de tres oyentes € coherente con el tamafio medio de un grupo human 150, tes veces mayor que en del grupo de simios més socal (55 en los chimpancés y los babui- nos) Mientras que sus interacciones sociales se hacen de dos en dos, las nuestras se hacen de uno a tres, exactamente la misma relacion existente entre los tamarios de estos grupos de primates y Tos nuestros. Es posible que s6lo sea una afortunada coincidencia uwpo crentisico 226 / 27 SEAT © vise poitic det tenguaje En una conversacién corriente, donde el tumo de palabra rota dentro del grupo, no hablamos a més. de tres personas a a vez. pero el hecho de que podamos incidir sobre el tri~ ple de individuos en el mismo tiempo permite que nuestras redes,y por tanto nuestros grupos sociales, sean mayores Informaciones ities, Pero al rompecabezas le fal~ taba todavia una pieza, Si el lenguaje construye vin culos sociales, deberiamos encontrar su huella en las conversaciones ordinarias, De qué hablamos? Los trabajos de lingiistica, de psicologia y de antropo- logia parecen sugerir que la caracteristica més impor tante del lenguaje es su capacidad para transportar informaciones relativas al mundo fico. De ser asi ‘nuestros antepasados cazadores-recolectores debie~ ron de haber hablado sobre todo de temas tales como Jafabricacion de puntas de silex, la seleccién de plan- tas comestibles, la presencia de un bisonte bueno para ‘azar cerca del lago,o el origen divino del trueno. Pero équé parte de conversaciones dedicamos realmente a enunciados de esta clase? Yo formulaba la hipétesis de que si el lenguaje hubiera evolucio~ nado para cohesionar los grupos, y que si el cere- bbro de los primates es ante todo un cerebro social, centonces los temas sociales deberfan dominar en las ‘Yes exactamente lo que hemos observado: cestudiado conversaciones esponténeas en diversos Tugares (cafeterias de universidades, bares, tenes.) y !"Hemos 28 / nuwoo crentrico 226 hemos descubierto que aproximadamente el 658% del tiempo de conversacién esti dedicado a temas socia- Jes: quién hace qué con quién, lo que me gusta 0 no ame gusta lo que atte gusta 0 note gust, etc. Una pequefia proporcién estaba dedicada a hechos (por Supuesto,no a ciencial), a cultura, religiin, politica y deporte En un gran niimero de conversaciones, estos temas aparecfan mucho menos delo que cabra espe rar, Las conversaciones son sucesos destinados a cengrasar los engranajes de la méquina social. Todos Jos hechos convergen en que el lenguaje procede det colilleo, el intercambio de informaciones sociales generals, sin fines utilitarios inmediatos. Por altima, un descubrimiento especialmente interesante ha sido la falta de diferencia significativa entre os sexos en lo tocante a la parte del tiempo dedicado al cotilleo social. Los hombres de edad cemplean un poco mas de tiempo en hablar de depor tes, pero la diferencia no es significativa. Al fin y al cabo, muchos hombres nunca hablan de deportes y ‘a muchas mujeres les interesan sobremanera, Fl coti~ llco social parece presentar un interés equivalente para ambos sexos Indudablemente, todos somos parlanchines. No lo lamentemos: ha sido nuestra necesidad de char~ lar lo que ha hecho emerger el enguaje, y lo que por lo tanto esté en el origen de todos los aspectos de nuestra cultura RO. Para leer: + RLM, Dunbar, Grooming, Gossip and the Evolution of Lon- guage, Harvard Univesity Press, Cambridge (Mass), 1996,

También podría gustarte