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"No quiero que me extraes

como algo que duele


sino como algo que llena.
No soy algo que te falta,
soy algo que tienes y,
que siempre,
de algn modo, tendrs."

Me persigue tu olor, me persigue y me posee.


No es este olor un perfume sobrepuesto sobre ti,
no es el aroma que llevas como una prenda ms:
es tu olor ms esencial, tu halo nico.
Y cuando, ausente, el vaco en mi pecho te convoca,
una rfaga de ese aliento me llega del lugar ms tierno de la noche.
Y te huelo a ti
y tu olor me impregna desde que el jueves estuvimos juntos en el lecho,
y ese fino aroma me invade y me alimenta,
y ese aliento esencial me sustituye.
Yo huelo a ti.

Nos resignamos al momento nico y feliz.


Preferimos perderlo, dejarlo transcurrir
sin siquiera hacer el razonable
intento de asirlo.
Preferimos perderlo todo,
antes que admitir que se trata
de la nica posibilidad
y que esa posibilidad es
solo un minuto y no una larga,
impecable existencia.
Mario Benedetti.

Me hiciste:
- Volar sin alas.

- Vivir sin respirar.


- Ser feliz con nada.
- Ver sin abrir los ojos.
- Sonrer sin hacer nada.
- Tocar el cielo sin saltar.
- Rozar el aire sin sentirlo.
- Cantar sin emitir sonidos.
- Estar con los pies en la tierra cuando no pisaba el suelo.
Ante todo me hiciste ser yo mismo y sacar lo mejor de m.
Me hiciste ver que cada da es una nueva oportunidad para
enfrentarte al mundo sin tener miedo a nada.
A que los das ms brillantes estn para disfrutarlos y los
das que llueve, estn para salir fuera de casa y bailar bajo la
lluvia.
Me hiciste ver que aunque est en el desierto, puedo
caminar y caminar si tengo una razn para seguir
avanzando.
Me hiciste ver que no debo pararme nunca y ayudar a todo
aquel que lo necesite.

Me enseaste a no dar besos insignificantes, sino besos que


cambien personas, que no tengan lmite, que creen
mundos...
Me enseaste a que luchar por todo aquello que amas, es lo
mejor que puedes hacer en la vida.

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