Todas las mujeres seran mis meretrices. Hara de mi palacio un templo lleno de orgas dedicadas a mi culto. Bebera sangre en lugar de vino. La sobriedad sera la del ajenjo. Me comera a cada uno de mis hijos, a penas recin nacido
Construira siete torres por las que apenas si entrara luz alguna, una por cada da de la semana; el lujo de sentirme realmente solo. Dormir en la imposible carne de la muerte [vientre de puta y carnero fornicando] Nada es imposible, cuando tan slo se espera la locura. De tan slo imaginarla, ya escucho sus pasos