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Día Cero
Día Cero
¿Cómo
saciarías mi eterna maldad? ¿Cómo matarías el
amor que sentí por ti? Dime, dime tu verdad, aquella
que es mía y que ocultas sin más, dime, dime que
estoy herido y que tú meDíacurarás,
cero cura esta sed,
pero dilo, dime quePreludio:
lo harásSueño oen verdad, porque mi
pesadilla
– ¡Siela!
– …
– ¡Siela! –corro hacía ella, pero por más rápido que lo hago no logro acercarme- ¡Siela!
– No te acerques.
– ¿Qué? ¡Espera!
Ella empezó a alejarse lentamente en dirección contraria, e intento alcanzarla, pero al fin parece que logro
acercarme a ella, mi velocidad inclusive parece sobrenatural, al fin parece que le alcancé, le tomo del brazo, pero
no quiere detenerse, mi mano, no parece mi mano, parece que tuviera una coraza negra y con púas, ¿Qué es esto?
En ese instante, Siela se dio la vuelta hacia mí, en su pecho se veía una cicatriz bañada en sangre, como si un
cuchillo o una espada recién hubiera atravesado su pecho, no puedo ver su rostro, está oculto entre sus cabellos; el
cansancio se hace presa de mi cuerpo y una sed infernal seca mi garganta, difícilmente puedo mantener abiertos
los ojos…
Me despierto en una cama que parece de hospital, algo desconcentrado y mareado, dentro de una habitación de
color blanco en su totalidad, el reloj que había marcaba las 2:06 de la tarde…