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LA MESITA DE LA ABUELA

Una seora que haba vivido toda la vida con su marido qued viuda cuando
estaba prxima a
cumplir los ochenta aos. Sus hijos, que desde haca tiempo se haban
independizado y tenan cada
uno su propia familia, se reunieron para
decidir qu hacer. Todos estaban de acuerdo en que no
podan dejarla sola, pero ninguno quera llevarla a vivir a su casa. La idea de
llevarla a un hogar de
ancianos tambin fue descartada, pues todos alegaron no contar con el dinero
suficiente para pagar
las mensualidades. Ya estaban a punto de pelearse, cuando intervino la nieta
preferida de la seora,
una encantadora niita de cuatro aos, hija menor de los hijos, y dijo que ella
quera que su abuelita
se fuera a vivir a su casa. Ninguno se atrevi a dec
ir que no, pues la nia era la adoracin de toda la
familia, y adems la abuela estaba presente cuando la pequea hizo su
ofrecimiento.
De modo que los padres de la nia no tuvieron ms remedio que llevarse a vivir a
la abuela con
ellos. Desde la muerte de
su esposo el nimo de la seora haba decado mucho y su salud haba
empezado a deteriorarse rpidamente. No vea ni oa bien, y las manos le
temblaban continuamente.
Su hijo y su nuera no le tenan la ms mnima paciencia, y a todo momento la
regaaban y
hacan
sentir torpe e intil. Con frecuencia le gritaban, y a veces incluso la tomaban de los
hombros y la
sacudan, reprochndole sus achaques. La falta de consideracin por la seora
lleg a su punto
mximo cuando decidieron instalarle una mesita en un
rincn del comedor, para no tener que verla
temblequeando y dejando caer gotas de sopa o granos de arroz sobre el mantel.
Un da, al llegar del trabajo, el padre encontr a su hija tratando de construir algo
con sus
bloques de madera de juguete. Cuando l
e pregunt qu estaba haciendo, la nia le contest
inocentemente:
-
Estoy construyendo una mesita para que t y mam coman cuando estn viejos.

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