LIII Volvern las oscuras golondrinas En tu balcn sus nidos a colgar, Y otra vez con el ala a sus cristales Jugando llamarn.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban Tu hermosura y mi dicha a contemplar, Aquellas que aprendieron nuestros nombres... sas... no volvern! Volvern las tupidas madreselvas De tu jardn las tapias a escalar, Y otra vez a la tarde an ms hermosas Sus flores se abrirn.
Pero aquellas cuajadas de roco Cuyas gotas mirbamos temblar Y caer como lgrimas del da... sas... no volvern! Volvern del amor en tus odos Las palabras ardientes a sonar; Tu corazn de su profundo sueo Tal vez despertar.
Pero mudo y absorto y de rodillas, Como se adora a Dios ante su altar, Como yo te he querido..., desengate, Nadie as te amar.