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ENGRANAJES

Engranajes… ruedas dentadas giran enlazadas en un frío abrazo, un todo formado por
sacrificadas partes, con un fin desconocido para ellas, arrebatado. El desgaste y el
recambio como meta. Sin medallas, portadas, ni himnos.

Engranajes… vidas que giran enlazadas en fríos abrazos y gestos superficiales, una
sinrazón con un fin desconocido para todos. La banalidad, el desgaste y el recambio
como elección y meta. Sin felicidad, calor, sin vida…

Duelen los engranajes cuando sustituyen corazones.

Ruedas dentadas destrozan mi interior, tu interior, y rezamos para que el desgaste llegue
pronto y no haya piezas de recambio.

Como añoro el imperfecto latir…

TOSTADAS

Filamentos de plasma recorren el vasto vacío, preñados con formas de galaxias que
algún día serán en el torrente del tiempo, o tal vez que ya son o lo fueron en algún
momento. Mientras, antaño poderosas estrellas colapsan ahora sobre sí mismas,
atrayendo todo lo que las rodea, aterrorizadas por morir en soledad. Colosales fuerzas
gravitatorias observan impotentes cómo sistemas enteros se zafan de su abrazo y se
alejan unos de otros. La emancipación de los hijos siempre es difícil para los
progenitores. En un planeta desconocido, el campo magnético se invierte, los volcanes
rugen, las supertormentas eléctricas castigan la superficie ajada con miles de brillantes
latigazos…

Mientras, en mi casa, me despisto un momento y las tostadas se queman…

FUEGO Y RISAS

Unos apostaban fuerte, otros querían dejarlo, los menos ganaban, la mayoría lo perdía
todo. Ninguno sabía que jugaba, mucho menos comprendían las reglas. Él sí, y sonreía,
el hijo de puta sonreía, aún cuando el tablero ardía a su alrededor y su cuerpo era
devorado por las llamas.

INSTANTES ETERNOS

Camino aislado del trasiego a mi alrededor, mi mente bullendo de pensamientos


aleatorios al ritmo del Jesus Christ Pose de Soundgarden. Un cigarro tras otro se
consumen en mis labios llenándome de falsa tranquilidad, pero solo consiguen engordar
una verde flema, mientras el enjambre sin rostro fluye por la calzada. Súbitamente, algo
tira de mis ojos, que quedan enganchados a otros. Por un instante me enamoro, hacemos
el amor gritando nuestros nombres a un cielo rendido a nuestros pies, envejezco y
muero a su lado. El instante pasa, ella pasa, y yo continuo, acompañado de nuevo de
falsa tranquilidad, verdes flemas y el bueno de Chris Cornell gritándome al oído…

TAN SÓLO PALABRAS…

Fugacidad… olvido… el antaño frondoso árbol aparece ahora deslucido. No está


muerto, dicen, volverá a florecer, comentan, siempre será un árbol, aseguran. Siempre…
curiosa palabra que llena bocas y promesas, un engaño, una mentira, una imposibilidad
objetiva, más bien. Y pese a todo el autoengaño, ya nadie se protege del sol bajo su
copa, nadie come de sus escasos frutos, ni marca su corteza con sueños y deseos.
Siempre será un árbol… siempre… si es así, nunca fue un árbol, no fue una mierda…

Sólo fue una palabra, y probablemente no acabe siendo ni un recuerdo, tan sólo una
oscura figura recortada en el gris horizonte que dejamos a nuestra espalda, ese aliento
que a veces notamos en la nuca, esa extraña sensación de deja vú que de manera
aleatoria nos deja con cara de estúpidos, que es lo que somos con nuestras palabras
vacías, nuestras promesas vacías, nuestros engaños vacíos…

Pero no le llames árbol, no le llames una mierda, no le llames…

OLIMPIADAS

Un millón de pensamientos ejecutan cabriolas y movimientos gimnásticos sin guión


aparente, y en mitad de la pista extraños sentimientos se afanan inútilmente por
agarrarlos, ante el mutismo de un jurado y un público sin rostro. Las Olimpiadas
marchan realmente mal…

En el podio una rata mordisquea su medalla de oro mientras suena el himno nacional de
un país desconocido, mezcla de sonidos de succión con el angelical canto de un coro de
esforzadas heces. En el segundo cajón el escarabajo sueña con una bola de desechos en
descomposición animada por la melodía. El gimnasta sueco piensa en cambiar de
nacionalidad mientras mira con ojos vidriosos el bronce. Las Olimpiadas siempre nos
regalan momentos impagables…

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