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El Dragn y El Nio Perdido

rase unas vez un nio, que perdido en medio un bosque, busco refugio en una cueva que yaca a los pies de un ro. All se encontr con un viejo, enorme y mal oliente dragn.

-Qu te trae por aqu, pequeo humano?- pregunto el dragn, -Hace mucho tiempo desde el ultimo humano que vi merodeando cerca de estas tierras. -Qu eres?- respondi sorprendido el nio mirando al dragn. ! No contestes mis preguntas con otra pregunta - dijo el dragn un poco enfadado por la repuesta del nio- Yo soy un dragn y todos temen mi furia. Las llamas que salen de mi boca han quemado miles de hombres y arruinado cientos de ciudades. Ahora responde a mi pregunta! Qu haces Aqu? -Me perd en el bosque y vine a refugiarme aqu pues la noche se acercaContesto el nio. El Dragn ri maliciosamente. Luego hizo silencio y mir framente al nio, que no mostraba ningn temor a la presencia del malvado dragn. Entonces dijo el dragn: -Deberas tener miedo de m-y por qu debera temerle?- dijo el nio- Yo confi en usted, no creo que sea capaz de hacerle dao a un nio que anda perdido en el bosque. -Deberas temerme porque yo soy un Dragn y los humanos le temen a los dragones-Yo no le temo- continuo diciendo el nio, - usted tiene un buen corazn y todo lo que le ha hecho a los hombres fue porque ellos se lo buscaron probablemente y no por pura maldad. -Tienes razn- dijo el dragn- yo no soy malo, todo lo hago con un propsito. -Lo vez- dijo el nio sonriendo- Quizs hasta podamos ser amigos. -No, t sers mi comida- dijo el dragn- no te matare solo por matarte, tu propsito es servirle de alimento a este pobre y viejo dragn-

En ese momento el dragn extendi sus alas y lleno sus pulmones con aire. El nio miraba al dragn sin ninguna emocin reflejada en su cara. El Dragn solt el aire de sus pulmones rpidamente, pero solo consigui votar un poco de humo. -lo ve- dijo el nio- usted ya est viejo para esas cosas, pero se empea en tratar de asustarme. Por qu no se olvidad de todo y nos hacemos amigos? As tendr un compaero en esta solitaria cueva. El Dragn permaneci en silencio mirando al nio. De repente abri grande mente su mandbula y de un solo bocado se comi al nio. Y dijo sonriendo: - Lo ves, te lo dije, tu propsito era alimentarme. Si no te puedo comer asado, te como crudo.

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