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Gustavo Adolfo Bcquer Rima XLVIII

Como se arranca el hierro de una herida su amor de las entraas me arranqu, aunque sent al hacerlo que la vida me arrancaba con l.

Del altar que le alc en el alma ma la voluntad su imagen arroj, y la luz de la fe que en ella arda ante el ara desierta se apag.

An para combatir mi firme empeo viene a mi mente su visin tenaz... Cundo podr dormir con ese sueo en que acaba el soar!

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