Hace casi un año de personas se Acostaron tranquilamente esperando un nuevo día de
vida común y corriente . horas después , en la madrugada ,esas mismas personas murieron pensando qué se habían acabado el planeta tierra El 13 de noviembre de 1985, después de meses de dar señales de una creciente actividad, el volcán Nevado del Ruiz, de los Andes colombianos, entró en erupción. El intenso calor hizo que la nieve acumulada en la cima se derritiera, y millones de metros cúbicos de agua, corriendo cuesta abajo, formaron un gran alud de barro y ceniza volcánica, que sepultó el pueblo de Armero, con un saldo de más de 25.000 víctimas. Fue, y sigue siendo, la peor y más mortífera erupción de la historia de Colombia, y de todo el Hemisferio Occidental. La catástrofe puso en evidencia, por un lado, la falta de prevención de las autoridades colombianas -el volcán ya venía dando muestras cada vez más frecuentes de una posible erupción desde octubre de 1984- y por otro lado, la escasa preparación de los servicios de socorro de Colombia, que ante el desastre, reaccionaron con una lentitud exasperante. El caso de Omayra Sánchez (una adolescente de 13 años, que sobrevivió a la avalancha, pero quedó atrapada en la laguna que se formó, con los pies aprisionados en los escombros y la mayor parte del cuerpo sumergido bajo el agua, hasta que murió, tras 60 horas de agonía, a causa de un infarto) se convirtió en el más claro ejemplo de la ineptitud de los socorristas colombianos. Aún hoy, la erupción de 1985 despierta el interés de toda la comunidad científica, y vulcanólogos de todo el mundo acuden al lugar, para interiorizarse del fenómeno, y tomar nota de los errores cometidos por las autoridades colombianas, a fin de evitar tragedias similares en otras partes del mundo. Omayra enterrada en el lodo van pasando los días y las noches llenos de canto y del humor de la niña. También ella habla con la gente que la visita: periodistas de todas partes del mundo, socorristas, fotógrafos, etc. Cuentan quienes estuvieron cerca de ella que Omayra hablaba de su mamá, de su miedo de que se quedara sola, hablaba de la escuela y decía con angustia “hoy tenía examen de matemáticas, voy a perder el año”. Socorristas la acompañaban por las noches y mucha más gente la rodeaba durante el día. Fueron tres días los que pasaron para poder transportar una motobomba desde la capital, Bogotá, hasta el pueblo de Armero. El diario colombiano El Tiempo, prestó su helicóptero para tal propósito. ¡Fue muy tarde, muy difícil! Aún con la motobomba, se corría el riesgo de que al succionar el agua e intentar sacar Omaira, la niña fuera a perder sus pies o piernas y al no tener cirujanos en el pueblo prácticamente era una opción que apuntaba a la muerte.
Actualmente en el Centro de Interpretación de la Memoria y la Tragedia de Armero en el
sitio donde agonizó, ahora lleno de peticiones de quienes la quieren convertir en santa, una valla producto de la investigación que la Fundación Armero adelanta, cuenta su historia.En algunos de sus partes se lee que, “Esta tierna y dulce niña quien nació en Armero el 28 de agosto de 1972, hija de Álvaro Enrique Sánchez y Aleida Garzón cursaba el primer grado de secundaria en el colegio de la Sagrada Familia y estaba preparando sus exámenes finales cuando se vino la avalancha y la arrastró junto con su padre, su tía Yinet Soliria y su prima de 45 días de nacida”.
Fabiola Andrea roa
1103 La tragedia de armero les cambio la vida
La trgedia de armero les cambio la vida [en linea]disponible en
http://terranoticias.terra.es/cultura/articulo/omayra_historia_foto_522622.htm recuperado el 27 de septiembre de 2009