Está en la página 1de 1

LA ISLA DEL LAGO Oh Dios, oh Venus, oh Mercurio, patrn de los ladrones, dadme a tiempo, os lo imploro, un estanco pequeo con

brillantes cajitas apiladas con primor en los estantes y la fragante picadura y el de hebra, y el claro tabaco de Virginia a granel bajo las brillantes cajas de cristal, y un par de balanzas no muy grasientas, y las putas dejndose caer al pasar para charlar un rato, para contar un chiste y peinarse un poquito. Oh Dios, oh Venus, oh Mercurio, patrn de los ladrones, concededme un estanco pequeo, o instaladme en cualquier oficio menos en esta maldita profesin de escribir en que uno necesita emplear el cerebro todo el tiempo. Ezra Pound

También podría gustarte