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2 Descartes
Nadie se atrevería a dudar del papel jugado por Descartes en las matemáticas: la
geometría analítica, cuya paternidad también debe dársele a Fermat, resultó esencial
para la constitución del Cálculo y, por ende, de la matemática moderna. Pero
Descartes fue, sobre todo, un filósofo que tuvo mucha proyección, y en cuyo
pensamiento se nota una profunda influencia de las matemáticas y de las ideas que
sobre ésta se tienen en su tiempo. Vayamos ahora a estudiar los aspectos generales
de su método.

Descartes,
estampilla.

El método en la filosofía

Descartes afirmaba la posibilidad de establecer un método que nos pueda conducir a


un conocimiento profundamente nuevo de la verdad de las cosas. Este se basaba en
el "método de los matemáticos.'' ¿Cuál es ese método? Ya veremos. En su Discurso
del método dice:

"Encontraba placer sobre todo con las matemáticas, a causa de la certeza y


evidencia de sus razones; pero yo no notaba aún su verdadero uso y ... me
extrañaba de que, siendo sus cimientos tan firmes y tan sólidos, no se hubiera
construido sobre ellos nada más levantado.'' [Descartes, R.: Discurso del método, p.
18]

Esto es lo central.
Para Descartes, las ideas que surgen de la experiencia sensible no expresan la
verdadera naturaleza de las cosas. Los sentidos siempre nos pueden engañar. Por
eso propuso ir a las ideas internas, innatas, que no admiten duda. Estas ideas
innatas, sin embargo, van a traer consigo el descubrimiento de verdades
garantizadas, solo que por medio de Dios. Critica a los empiristas por no salirse de
los sentidos. Afirmaba Descartes: "... en el sentido (...) la idea de Dios y del alma no
han estado nunca.'' Esos filósofos a los que critica "...no elevan nunca su espíritu
más allá de las cosas sensibles ... y todo lo que no es imaginable les parece no ser
inteligible.'' [Descartes, R.: Discurso del método, p. 50]

Descartes intentará reducir los datos de la experiencia a las ideas claras de la razón,
de la mente. Y para eso propuso acudir a lo que cree son las matemáticas. ¿Por qué?
Para él, los matemáticos han establecido ya que existen medios para demostrar
cómo un movimiento engendra una verdad de otra; es decir, nuestra razón logra
justificar la naturaleza, su verdad, puesto que comprendemos sus leyes.

¿Qué es verdadero? ¿Cómo establecer que una idea o proposición o teoría sea
verdadera? Se requieren criterios de verdad. Podría ser la recurrencia a la
experiencia sensorial, como en el Empirismo. Pero no. ¿Qué planteaba Descartes?
Decía que el criterio de verdad se establece a partir de las ideas claras y distintas
que están en el espíritu y la aplicación de su método. ¿Cómo se logra el
conocimiento de la verdad? La primera regla:

"1) ... no aceptar nunca ninguna cosa como verdadera si yo no la conociera ser tan
evidentemente, es decir, evitar cuidadosamente la Precipitación y la Prevención; y no
incluir en mis juicios nada más que lo que se presente tan clara y distintamente a mi
espíritu que no tuviese ninguna ocasión de ponerlo en duda.'' [Descartes,
R.: Discurso del método, p. 30]

Entonces, para Descartes existen proposiciones cuya verdad se impone al espíritu,


como, por ejemplo, el llamado cógito: "Yo pienso, luego existo.'' Hay una razón que
permite determinar lo verdadero de lo falso sin salirse de sí mismo, se logra concebir
ideas sin necesidad de recurrir al cuerpo sensorial.

¿Cómo es eso? Descartes dice que esa mirada del espíritu sobre las nociones que le
son inmediatamente presentes es la intuición. Pero: ¿cómo afirmar aquí la certeza?
Esta no podrá engañarnos siempre que sea clara y distinta. Entonces: la verdad nos
es dada y debemos comprobarla en nosotros mismos. Repetimos: la verdadera
experiencia es interior y no exterior al espíritu. Aquí está la clave.

En Descartes, al considerarse ideas complejas, se debía partir primero de las ideas


simples, para constituir de nuevo las ideas complejas. Este tipo de deducción lleva en
sí dos momentos principales: el análisis y la síntesis. Recuérdese cómo en
matemáticas a veces se parte de los resultados por demostrar, y por medio de la
deducción se trata de llegar a proposiciones más simples que se saben verdaderas.
Un método clásico de demostración.

El análisis de Descartes se apoya en la enumeración de todos los objetos conocidos o


desconocidos, que se designan mediante símbolos.
Todo lo anterior se expresa precisamente en la segunda regla de su método:

"2) ... dividir cada una de las dificultades que examinaría en tantas parcelas como se
pudiera y fuera requerido para resolverlas mejor.''

Y la tercera:

"3) ... conducir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más
sencillos y más fáciles de conocer, para ascender, poco a poco, como por grados,
hasta el conocimiento de los más complejos; e incluso suponiendo un orden entre los
que naturalmente no se preceden unos a otros.'' [Descartes, R.: Discurso del
método, p. 30]

¿Qué es el análisis? Su objeto es investigar en una verdad o una realidad particular


los principios de los cuales se deriva, los principios de donde se deduciría por
síntesis.

Aquí se define la naturaleza de la deducción en Descartes, con toda precisión. La


intuición es la única manera de conocer. Es preciso entonces, que la deducción sea
una intuición continua, es preciso que pasemos de una intuición a otra nueva por la
intuición de su relación.

La cuarta regla de su método es:

"... hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que
estuviera seguro de no omitir nada.'' [Descartes, R.:Discurso del método, p. 30]

Sólo la intuición intelectual capta los vínculos necesarios entre los términos para
guiar el progreso de la inferencia. Por eso, la enumeración, dentro del análisis,
desempeña una segunda función en el proceso deductivo, que consiste en controlar
la continuidad en la cadena de los razonamientos. Bajo este método, la totalidad de
nuestros conocimientos exige que éstos se sigan unos a otros, de la misma manera
en que se siguen los términos conocidos de los desconocidos en una ecuación
matemática.

Así, pues, tenemos que la reducción del conocimiento a verdades innatas es similar a
una forma axiomática. La teoría del conocimiento de Descartes está basada en
principios tan claros y distintos que no necesitan explicación: su veracidad está
garantizada por Dios, que crea todas las cosas, las esencias y las existencias, "las
verdades eternas'' que gobiernan el universo y regulan nuestra razón.

Para Descartes:

"... nuestras ideas o nociones siendo cosas reales y que provienen de Dios en todo
aquello en que son claras y distintas, no pueden ser en esto sino verdaderas''
[Descartes, R.: Discurso del método, p. 51

Más aún: era preciso, por necesidad,


"que hubiese algún otro más perfecto del cual yo dependiera y del cual yo hubiese
adquirido todo lo que yo tenía.'' [Descartes, R.:Discurso del método , p. 48]

El llamado cógito cartesiano: "pienso, luego existo'', es el principio y modelo para


establecer una evidencia indudable. Es la coincidencia entre el acto de pensar y el
yo. "Veo muy claramente que para pensar hay que ser'', concluye Descartes.

El mundo en Descartes

¿Cómo analiza el mundo? Con un método semejante. El mundo está determinado en


Descartes por la extensión. Además de la Sustancia Infinita que es Dios, aparecen las
dos sustancias finitas: la sustancia pensante (el hombre) y la sustancia externa (el
mundo).

Según Descartes, los cuerpos existen en cuanto extensos y la idea clara de la


extensión es concebida en nuestro entendimiento, con la misma certeza que en las
matemáticas. Además: donde hay extensión hay materia.

De hecho, Descartes recurre a las extensiones geométricas para identificarlas con la


materia física. Las cosas materiales (las figuras, los tamaños y los movimientos) se
diversifican entre sí en el entendimiento según las reglas y principios de la geometría
y la mecánica. Ya retomaremos esto.

Para Descartes su método es un instrumento de aplicación universal. Todos los


conocimientos especiales pueden generarse a partir de éste. Bien señala Cassirer:

"Lo mismo que todos los números brotan de una operación exactamente
determinada, que es la numeración, todos los conocimientos especiales se obtienen y
solo pueden obtenerse por medio del 'método'; y así como aquí el camino conduce a
lo limitado, aunque la dirección del progreso aparece trazada de antemano de un
modo preciso e inequívoco, así también, sin cerrarnos a la plenitud infinita de la
experiencia, debemos aspirar a dominarla por medio de un plan y un bosquejo fijo y
predeterminado del pensamiento.'' [Cassirer, E.: El problema del conocimiento, p.
476]

¿Y la experiencia sensorial? Descartes no niega la intervención de la experiencia, solo


que ésta aparece en un plano diferente: la dirección viene establecida por el método.
Se contrapone al Empirismo, pero no para eliminar la experiencia, sino para ponerla
en otra posición.

Matemáticas y metafísica

Uno de los problemas con el enfoque de Descartes con esta metodología


matematizante es que se introducen premisas metafísicas aparte del reduccionismo
axiomático. Como un todo, sin embargo, el énfasis en el valor de la matemática
resulta muy importante, debido al relevante papel de las matemáticas en la
construcción del conocimiento moderno.

¿Juegan las matemáticas y la metafísica papeles importantes en la definición del


método cartesiano? Sí, sin duda. Las matemáticas, el álgebra y la geometría, definen
un modelo epistemológico que enfatiza la deducción. Una primera característica.
Pero, además, la metafísica sirve para justificar la aplicación o introducción de los
conceptos matemáticos en la realidad. Descartes usa la metafísica para darle validez
a su método y para, dentro de su esquema epistemológico deductivo, justificar la
verdad de sus axiomas y primeros principios. Si abstraemos la metafísica, tenemos
simplemente el modelo de las matemáticas, tal y como era concebido por él.

Si se le "perdonan'' a Descartes sus extrapolaciones y la presencia metafísica, su


método, como valoración del espacio y posibilidades de las matemáticas, aporta
considerablemente a la definición de la ciencia moderna. Es necesario reconocer -lo
que en la tradición empírico-positivista no ha sido el caso normalmente- el valor
epistemológico de las ideas cartesianas.

Hay que colocarse en el escenario histórico que vivió este filósofo y matemático.
Descartes devuelve a la razón humana un papel que los escolásticos habían reducido
a la interpretación del verbo divino. No es éste ya mero receptor, sino que actúa de
manera activa, aunque el fundamento sea mental y no esencialmente empírico.
Descartes se separa del "apriorismo'' escolástico, aunque, ya en análisis profundo,
contribuye a edificar un apriorismo de nuevo tipo.

Es nuestra opinión que las tendencias dominantes en la filosofía de las matemáticas


han sido heredadas de este tipo de apriorismos que en la Modernidad se vieron
apuntaladas por este esquema cartesiano.

Existen en Descartes ideas que encierran contradicción. Bien señala Russell:

"Hay en Descartes un dualismo no resuelto entre lo que lo aprendió de la ciencia


contemporánea y el escolasticismo que le enseñaron en La Flèche. Esto le llevó a
contradicciones, pero también le hizo más rico en ideas fructíferas de lo que hubiera
podido haber sido un filósofo completamente lógico.'' [Russell, B.: Historia de la
filosofía occidental, Vol II, p. 190]

Incluso, a pesar del valor que le daba a las matemáticas, y lo que entendía era su
método, Descartes consideraba a las matemáticas como un método más que una
ciencia. Mason informa:

"Descartes no se sentía atraído por la antigua idea pitagórica de que las


consideraciones matemáticas determinaban la estructura del universo, la idea de que
los perfectos cuerpos celestes deben poseer la forma perfecta de la esfera y de que
sus movimientos deben ser circulares y uniformes. Para Descartes son
consideraciones mecánicas las que determinan la forma y movimiento de los cuerpos
celestes y ciertamente, de todas las operaciones de la naturaleza. Consideraba a las
matemáticas como un instrumento metodológico, sintiendo muy poca simpatía por la
actitud de los matemáticos puros. 'Nada hay más fútil que ocuparse de meros
números y figuras imaginarias', escribía. Como Bacon, consideraba que los proyectos
utilizados constituían un fin importante de la ciencia.'' [Mason, Stephen F.: Historia
de las ciencias. La Revolución Científica de los siglos XVI y XVII. Madrid, p. 60]
Es necesario, como decíamos arriba, saber extraer las premisas metafísicas e inútiles,
de las ideas originales y valiosas que han servido para progresar en la aventura del
conocimiento y la ciencia.

Resumiendo: Descartes configuró buena parte de la aproximación racionalista en la


epistemología, con base en una traslación de los criterios de verdad de la
correspondencia con el ser (Aristóteles y escolásticos) a los de rigor, claridad y
distinción de las ideas. Es decir, bastaba el análisis de las ideas en sí mismas
(reduciéndolas a nociones más simples) para saber acerca de su verdad y falsedad.
El recurso a la experiencia empírica, por otro lado, estaba descartado. Y, finalmente,
su filosofía asumió y apuntaló una visión axiomática de las matemáticas.

Todas estas ideas apuntalan, también, la afirmación de que existe un mundo fuera
de los sentidos y sus percepciones, que es más importante. Para el Racionalismo las
matemáticas son una palanca decisiva. Esto lo consigna, por ejemplo, Russell:

"Creo que la matemática es la fuente principal de la fe en la verdad eterna y exacta y


en un mundo suprasensible e inteligible. La geometría trata de círculos exactos, pero
ningún objeto sensible es exactamente circular; por muy cuidadosamente que
manejemos el compás, siempre habrá imperfecciones e irregularidades. Esto sugiere
la idea de que todo el razonamiento exacto comprende objetos ideales, en
contraposición a los sensibles; es natural seguir adelante y argüir después que el
pensamiento es más noble que los sentidos y los objetos de la idea más reales que
los que percibimos por los sentidos. Las doctrinas místicas respecto a la relación del
tiempo con la eternidad también se apoyaron en las matemáticas puras, porque los
objetos, como los números, si son reales, son eternos y no colocados en el tiempo.
Estos objetos eternos pueden ser concebidos como pensamientos de Dios. De allí se
deriva la doctrina de Platón de que Dios es un geómetra, y la de sir James Jeans de
que Dios ama la aritmética. La religión racionalista en contraposición a la apocalíptica
ha sido completamente dominada desde Pitágoras y, sobre todo, desde Platón, por las
matemáticas y sus métodos.'' [Russell, Bertrand: Historia de la filosofía
occidental, Tomo I, p. 56]

Hemos reseñado la influencia de las matemáticas en la filosofía, más bien una visión
de éstas sobre la filosofía; ahora vamos a algunas de sus ideas precisas sobre las
matemáticas.

Sobre las matemáticas

Para Descartes la matemática era la esencia de la ciencia.

Como ya lo hemos mencionado, Aristóteles afirmaba tres postulados en las ciencias


deductivas o demostrativas: el postulado de la deductividad, el de la evidencia, y el
de la realidad.

El primero afirma que una ciencia demostrativa se basa en un número de principios;


entre ellos hay conceptos primitivos y verdades primitivas. Los conceptos se deben
definir por medio de los conceptos primitivos y las verdades deducidas lógicamente
de las verdades primitivas.
El de la evidencia señala que los conceptos primitivos deben ser tan claros que no se
requiera ninguna definición; igual con los axiomas, son tan evidentes que los
aceptamos como verdaderos sin demostración.

El postulado de la realidad exige que tanto los conceptos como las verdades se
deben dirigir a entidades de la realidad.

Del modelo aristotélico, Descartes afirmaba la deducción y la axiomática, pero


también la intuición.

Para Descartes, los conceptos de la matemática fueron puestos por Dios, son
innatos. Es este el puente entre la deducción y la intuición. Los primeros principios
fueron puestos por Dios y son absolutamente intuitivos, el resto en matemáticas es
deductivo, aunque la deducción requiere de una intuición particular.

A pesar del valor que le otorgaba a las matemáticas, Descartes señalaba que el
silogismo lógico no bastaba para producir la ciencia o para asegurar el razonamiento
matemático. Dice en su Regla XIV:

"... puesto que las formas del silogismo no sirven para nada en cuanto a percibir la
verdad, no será inútil al lector, tras haberlas rechazado completamente, el percatarse
de que todo conocimiento que no se adquiere por la intuición pura y simple de un
objeto aislado, se adquiere por comparación entre sí de dos o más objetos.''

Buscaba un fundamento mayor; si se quiere, una certeza mayor. Esto es interesante.


Lo que Descartes añade es ese reclamo de una intuición. Y no solo la divina como en
las ideas innatas, sino una intuición aplicada a un objeto intermedio. Por ejemplo,
dice en su Quinta meditación:

"Cuando imagino un triángulo, si bien puede ser que no haya en lugar alguno del
mundo, salvo en mi pensamiento, semejante figura, y que no la haya habido jamás,
no por ello deja de haber cierta naturaleza, forma o esencia determinada de esta
figura, la cual es inmutable y eterna, que yo no la he inventado y que no depende de
modo alguno de mi espíritu; según aparece del hecho de que se puedan demostrar
propiedades diversas de tal triángulo, a saber, que sus tres ángulos son iguales a dos
rectos, que el ángulo mayor se apoya en el lado mayor, y otras semejantes, las
cuales, quiéralo yo o no, reconozco ahora muy clara y evidentemente que están en
él, por más que anteriormente no haya pensado en ellas de modo alguno... ''

Descartes, establecía la necesidad de una "contemplación'' de un objeto individual a


la hora de realizar las conclusiones matemáticas. Es decir, el razonamiento
matemático no está desprovisto de un objeto, que en su caso, como señala Beth, es
del mismo tipo que emerge al referirse a un triángulo, "la esencia del triángulo''. Este
objeto individual, es necesario en tanto la intuición necesita objetos particulares para
actuar.

Aquí es necesario establecer una conclusión, que nos servirá para distinguir el
pensamiento de Descartes. La intervención de la intuición en el razonamiento
matemático establece una óptica diferente a la de la simple "deducibilidad'' lógica. Lo
que conecta el edifico piramidal y axiomático es un conjunto de intuiciones y no la
silogística. Se trata de un intuicionismo a priori que luego Kant va a continuar.

El postulado de la experiencia, ya puede usted concluirlo, no se afirma aquí, puesto


que Descartes no le reconoció valor.

Una matemática universal

Descartes afirmaba, también, la idea de una matemática universal: un ideal esencial


que resulta determinante para la ciencia y el conocimiento. Esta mathesis refiere a
una combinación de álgebra, geometría y lógica. Como señala Cassirer:

"La lógica y la teoría de las magnitudes deben combinarse y unirse, para crear el
nuevo concepto de la matemática universal. Esta nueva ciencia toma de la lógica el
ideal de la construcción rigurosamente deductiva y el postulado de los primeros
fundamentos 'evidentes' de la argumentación, al paso que determina el contenido
que a estos fundamentos debe darse tomando como modelo la geometría y el
álgebra.'' [Cassirer, E.: El problema del conocimiento, p. 454]

Esta matemática universal tendrá un alcance diferente con relación a que se


considere el conjunto de la obra filosófica o cosmológica de Descartes o solo la parte
estrictamente matemática. Brunschvicg dice:

"Queda por conocer cuál es exactamente, tomándolo en sí mismo, el alcance de esta


matemática universal (...); la respuesta será diferente, según se considere la obra de
Descartes en la filosofía general, es decir, la extensión del método matemático a la
universalidad de problemas cosmológicos, o que se detenga únicamente a la obra
que Descartes realiza en el dominio propio de la matemática por la reducción de los
problemas de la geometría a los problemas del álgebra.'' [Brunschvicg, Leon: Les
etapes de la philosophie mathematique,p. 107]

Se puede afirmar que la mathesis universalis cartesiana se reduce a una extensión


de los métodos geométricos a los problemas de las ciencias.

La palanca teórica que utiliza es la redefinición del espacio en términos de extensión


y proporción, como señala Gerd Buchdahl:

"El tema de que la extensión y comparaciones entre extensiones es la materia propia


de la ciencia, ha sido previamente abordado más ampliamente en Regulae XII y
XIV.'' [Buchdahl, Gerd: Metaphysics and the Philosophy of Science, p. 85]

Más aún:

"... es siempre el criterio general de la relación y la proporción el que sirve de punto


de partida y de criterio de unidad. Por tanto, una ciencia pura de las 'relaciones' y
'proporciones' -independientemente de la propia peculiaridad de los objetos en que
se expresen y tomen cuerpo- y la meta primera a que tiende el método.'' [Cassirer,
E.: El problema del conocimiento, p. 454]
El establecimiento de proporciones es la base de la medición espacial; es esto lo que
quiere decir cuando se refiere a la extensión.

Para Descartes, la extensión es un elemento constitutivo de la esencia de la


matemática universal, pero también lo es el "orden'', y, con relación al espacio,
también la "dimensión.'' La matemática universal de Descartes toma como punto de
partida las ideas "claras y distintas'' de extensión y orden.

La reducción cartesiana a la extensión, sin embargo, no es una observación empírica.


Se trata de una premisa metafísica frente al mundo. A través del cristal de lo
"extenso'' el mundo va a poder ser desentrañado teóricamente por las reglas de la
geometría. Se trata de hacer encajar el esquema a priori de las reglas geométricas.
Este es un método clásico escolástico:

"... de sostener que un tratamiento científico exitoso de la naturaleza presupone su


ser considerado bajo el aspecto de la extensión, Descartes se introduce en la
aserción que la naturaleza (material) es esencialmente equivalente a la extensión, y
que esto sólo nos justifica para postular la existencia de la ciencia genuina.''
[Buchdahl, Gerd: Metaphysics and the Philosophy of Science, p. 89-90.]

La mathesis universalis busca encerrar el conocimiento del mundo en un esquema


matematizante. Se trata de englobar la ciencia a partir de lo deductivo matemático.

El mecanicismo cartesiano elevado a cosmología universal es geométrico; es


espacial, el movimiento no es fundamental. Esta aproximación va a poseer una gran
influencia en el pensamiento occidental.

Su contraposición epistemológica a una metodología empírica de aproximación a lo


real influyó extraordinariamente en los siglos pasados. La traslación de los criterios
de verdad de la correspondencia con el ser (Aristóteles y escolásticos) a los de rigor,
claridad y distinción de las ideas, fue esencial en la construcción del Racionalismo
moderno. Y en lo que nos interesa más en este libro, la participación de Descartes en
la configuración de la reflexión moderna sobre la matemática no es nada
despreciable.

Ahora bien, tanto para las matemáticas como para la ciencia en general, el énfasis
racional y axiomático representa una debilidad. Aquí no hay heurística, no hay influjo
de la experiencia ni de la práctica sensorial. El modelo de la geometría griega clásica
es lo que se ha asumido como paradigma y premisa. Y, si se quiere, se ha asumido
buena parte de la herencia de la tradición pitagórico-platónica sobre el papel de las
matemáticas como recinto de verdad, certeza, perfección al margen de lo empírico y
sensorial. Hay intuición pero es totalmente a priori. En las matemáticas no sería tan
problemático como en las ciencias físicas en las que la heurística y la experiencia
sensible son los factores decisivos.

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