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De pasin desbordada en un beso bohemio, la belleza del ser admirando su medio.

Arcoris libidinal, infinito y voraz, galopa el espritu y despierta al guerrero. Un resquicio consciente, conmovido y culpable, conspira inseguro y abandona sus velos. Intemperancia caprichosa que esfuma contornos, centrfuga de sensaciones de tono canelo. El tacto de dos lenguas en un juego fogoso, la erupcin de ambas almas en un brote de egos.

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