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Esa tu actitud tan alegre, pasiva, fascinante y comprensiva, todo sonido que emites en especial tu risa representa una

suave y dulce caricia a mis odos, tu imagen casual y encantadora sin igual, propios de tan femenina silueta, la peculiar manera de tu caminar y tus expresiones tan alegremente singulares, en los cuales encuentro especialmente fascinante el tierno par de ojos tuyos, centro de atencin entre todos los bien detallados rasgos de tu rostro, adornados por ese especial cabello castao con destellos escarlata. Son muy pocos detalles los que pude percibir, prcticamente la alegra de verte me eclipso y no llegue a percatar de muchas cosas y te puedo decir muy poco de lo feliz que me hizo verte porque mi capacidad para expresarme es muy pobre. Gracias, muchas gracias, de verdad gracias porque cada da que pasa tengo el privilegio de compartir la alegra contigo. Gracias porque cada da para m es como si recin te conociera, y de cierta manera es cierto, cierto porque el convivir contigo representa un aprendizaje, una maravilla obvia recin descubierta, de la cual no me canso de sorprenderme con cada pequeo y particular detalle que diario conozco. Puedo aseverar con total seguridad en la veracidad de mi afirmacin, que conocerte describe la ms fascinante tarea que puedo emprender en este instante, porque esos pequeos descubrimientos me inducen a un estado incorregible de adoracin, cada vez mayor, que me lleva a adorarte solemnemente. Cada da de conocerte es tan especial que siento que cada y uno de los das que te he conocido son equivalentes a conocerte por primera vez, ya que cada da descubro un nuevo rasgo de esa dulce y tierna maravilla que tu eres.

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