Está en la página 1de 4

PEQUEÑO HISTORIAL DE LA FUNDACION “JESUS, AMIGO MIO”.

El porqué y el cómo nació la idea de recuperar a adictos al alcohol o drogas.

Lo inicia Fabricio Mendoza.


Es cierto que tuve un sueño. Me veía en una sala blanca, pintada de blanco con muchas
sillas blancas y muchas personas desconocidas para mí. Me veía ahí frente a todos ellos,
hombres de diferentes edades.
Unos meses más tarde pusieron una clínica de recuperación por el sector donde vivo. Y
me llamaron para dar charlas ahí, para que les ayudara en la parte espiritual.
Unas 6 veces les dije que no, porque yo no sabia nada de eso, ni me importaba esa
gente, y hasta tenía miedo a ellas.
Al fin me dije, voy a ir a la clínica, para ver como es eso, pues me seguían insistiendo.
Y el día que fui me hicieron pasar donde los chicos y me presentaron como alguien que
conoce a Dios y quien les va a trasmitir a Dios. Nos presentamos mutuamente.
Conversé con los chicos. Y me preguntaron mucho de Dios. Y me pedían que fuera. Les
dije que volvería.
Al salir ya fuera, como a 50 mts. de la clínica, me paré, me quedé como turbado –no
sabia donde estaba- porque comencé a pensar y a darme cuenta como si yo ya hubiera
estado antes ahí, en este sitio. Al rato me acordé del sueño y me regresé al Centro para
verificarlo. Allí estaban los chicos compartiendo. Se extrañaron que volviera. Yo miré
todo y me di cuenta de que yo ya había estado allí, pues era lo mismo que había tenido
en el sueño.
Desde ahí me nació un amor especial, de predilección por los muchachos y me marcó
para toda mi vida. Ahí comenzó mi vocación.

Cuando y porqué se inició con el actual Centro.


Anduve algún tiempo visitando algunos Centros. Me llamaba la atención cómo a estos
chicos los tenían encerrados y por los testimonios de ellos, supe que les gritaban y que
los maltrataban. Por ejemplo a algunos encontré esposados. Y por horas los tenían así. Y
coincidió que el director no estaba y se había llevado las llaves. Los esposados estaban
con las manos hinchadísimas. Lloraban.
Cogí las esposas, las manipulé y se me abrieron solitas. (Ellos vieron como un milagro.
“Dios está con usted,” se decían.
Ví que tenía que haber otra manera de tratar estas cosas y de ayudar a estos chicos.
Y me dije, si Dios me ha traído hasta aquí es para que me dé cuenta de esto Y entonces
me propuse abrir un centro, pero con libertad, porque Dios es Libertad. Y empecé a
buscar personas, amigos, para que ayudasen a iniciar un centro.
Estaba en mí, pues, la idea de empezar, pero no tenía nada.
Un día me acordé que una comadre, hermana de mi esposa, tenía un terreno con una
construcción medio en ruinas, que antiguamente había sido una discoteca. Fui a verlo y
vi que la casa estaba totalmente destruida. Aquí puede ser, me dije.
Aquella misma noche acompañada de mi esposa fui a hablar a la comadre. En aquel
momento tenía visita de otra persona que, como ella me dijo más tarde, le estaba
queriendo alquilar ese mismo terreno con la casa con la propuesta de arreglarle la casa y
pagarle un arriendo. Yo estaba esperando fuera de la casa.
Yo entré en tema con ella y abiertamente le propuse que me prestase la casa, que no
alquilarla, puesto que está como abandonada, porque estaba buscando un sitio donde
ayudar a los chicos con problemas de alcohol y droga, y que no tenía con qué pagarle.
Ella me contestó que el señor anterior se la quiere alquilar.
Usted verá lo que hace, le dije.
Esa misma noche el hijo de esa señora sufrió un accidente en que se salvó de milagro.
La señora le contó al hijo las propuestas que tenía sobre el terreno y la casa, y el hijo le
dijo que mejor sería prestarme a mí la casa, pues era para algo bueno. Así lo concebió
también la señora. Le había afectado también el que en el accidente a su hijo no le
hubiera pasado nada.
Como a las 5 de la mañana me llamó por teléfono y me dijo que le prestaba la casa para
lo que quisiera.
Comencé convocando a la gente que me quería ayudar para iniciar la limpieza y la
rehabilitación de la casa.
Después que el local estuvo adecuado hablamos con el Concep que estuvo presto en
ayudarnos en todo lo que fuera necesario. Llegamos a un acuerdo con el director. Ellos
nos dotaban de toda la infraestructura de la casa (mesas, camas, algo de alimentos), y
nosotros la administrábamos.
Un buen tiempo estuvimos trabajando bien bajo la supervisión del Consept, pero cuando
ellos nos exigieron que teníamos que encerrar a los chicos y darles el trato duro como se
merecen los alcohólicos, drogadictos, e imponer las respectivas reglas y normas
comenzamos con nuestras desavenencias. Ellos pensaban que ese era el trato correcto
frente a los adictos, un estilo de dureza y de reglas, como en el ejército.
Nosotros no aceptamos la propuesta del CONSEP. Nuestra propuesta eras ayudar a los
chicos en su libertad, ellos debían decidir cambiar.
Se rompieron las relaciones, y el CONSEP se llevó todo y nos quitó todo lo que nos
habían dado (hasta los cubiertos). El centro se inicio en julio (2004) y el CONSEP vino
en septiembre. Así pasamos hasta enero, en que se rompieron las relaciones con el
Consep.
En ese momento había 5 chicos ahí. Tuve que decirles que se fueran, porque no tenía ni
sitio para dormir. Y su respuesta fue: “No, hermano Fabricio, aquí nos quedamos. Aquí
es el único lugar donde nos han tratado bien. El único lugar donde nos entienden.”
Estuvieron durmiendo en el suelo durante una semana. En esos días se quisieron
confesar, como respuesta a lo que se les había dicho.

En estos recuerdos que vamos recogiendo es importante traer a memoria el


acercamiento del padre Juan Pedro Bombin, miembro de la Fraternidad Capuchina de
Portoviejo. Juan Pedro se dio cuenta de lo que estaba pasando y de la ruptura con el
CONSEP. Y quiso intervenir para ayudarnos.
De él nació la idea de constituirnos como Fundación y así adquirir la correspondiente
personería jurídica. Nos dijo que iba a encontrar a algún padrino en Suiza para que
ayudase a la Fundación.
Y con la mediación de Juan Pedro y su ayuda pudimos en primer lugar comprar el
terreno donde se encuentra nuestro Centro de Rehabilitación. Y más tarde pudimos
adquirir un terreno para cultivos donde los muchachos pudieran trabajar agrícolamente,
o llegado el caso para hacer un segundo Centro de rehabilitación para mujeres.

Vida jurídica.
Como queda dicho nuestro trabajo a favor de los enfermos de adicción al alcohol o
drogas está bajo la responsabilidad de una Fundación que al constituirla recibió el
nombre de “Fundación, Jesús mi amigo”, inspirada en un letrero que los mismos
drogadictos habían escrito en la pared.
El directorio de la Fundación es el siguiente: Hernán Zambrano (presidente), Dolores
Zambrano de Zambrano (secretaria), Fabricio Mendoza, tesorero, Mónica Daza de
Mendoza, Beatriz Macías, Gali Moreira.
El patrimonio de la Fundación consta exclusivamente del terreno y casa del susodicho
Centro de Rehabilitación y del terreno de campo vecino al Centro.
En los Estatutos de la Fundación consta que en el caso de finalización y disolución de la
Fundación el patrimonio de la misma pasa a la Orden Capuchina en el Ecuador.

Enfermedad de Fabricio:
El hermano Fabricio Mendoza casado con la Sra. Mónica Daza cayó enfermo el 11 de
julio de 2007, con un infarto cardiaco. Tuvo que estar en terapia intensiva y a
continuación en tratamiento en Guayaquil.

La enfermedad del hermano Fabricio repercutió inmediatamente en el Centro. Una vez


repuesto, se intento retomar, y de esta última época es el recuperado John. (John es
muchacho que ha pasado –según él y yo mismo se lo he escuchado- por 17 clínicas de
recuperación, siempre obligado, y siempre a la salida recayendo. Hasta que llegó aquí y
experimentó nuestra filosofía de libertad, de puertas abiertas. En octubre de 2009 hará el
año, su aniversario, de salida, limpio de drogas.
Se puede decir que el Centro nunca ha estado cerrado y siempre ha habido alguien ahí.

Nuevo impulso.
En el mes de mayo 2009 el Centro recibe un nuevo impulso que nos echó de nuevo a
andar con energía. Se ofrece a trabajar voluntariamente en el Centro un Recuperado, el
Sr. Fabricio Tola, quien invita a hacer la recuperación a 3, 4, 5 personas e inician la
recuperación con él. Introduce en el Centro los métodos clásicos de las Clínicas, el
encerramiento, los gritos, aunque no los castigos corporales, pero sí las humillaciones
humanas por el trato. Y tenemos que asistir al hecho de que en varias ocasiones los
muchachos se escapan al no poder resistir el sistema de internamiento obligatorio.
Se llegan a sentir los conflictos de dirección. Y sin mediar acto de despido o cosa
parecida, el Sr. Toala deja sencillamente de estar en el Centro, lo abandona, sin perder
por ello la amistad con el Centro.
Se inicia una nueva etapa en que hay que encontrar el diseño de funcionamiento del
Centro.

Medidas del Centro:


Descripción: Se entra a través de una doble puerta ancha a un patio que tiene la
dimensiones de 9,60 x 40 metros.
Al final del patio está la casa con dimensiones de 9,60 x 11 metros.
En la planta baja de la casa se encuentra en estado lastimoso la cocina, dos habitaciones,
baños, entrada que sirve de comedor. Se trata de un planta que en su tiempo había sido
una discoteca.
Se construyó el tejado de un segundo piso, que se encuentra abierto sin paredes y sin
escaleras para subir. Se sube al mismo con escalera de mano.

Necesidad de una remodelación.


Diseño de la casa:
Parta baja:
1. Disponer de una cocina comedor.
2. Disponer de unos WC y duchas.
3. Cuarto de estar con TV, video, armario con libros (biblioeca)
4. Oficina de administración y para hablar reservadamente.

Parte superior: piso de habitaciones.


1. 4 habitaciones: de 4 ó 6 camas cada una. En literas.
2. A cada cama le corresponde su closet con llave.

También podría gustarte