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Luego de meter todo el equipaje del Papa Benedicto en la limosina, el chofer se da cuenta que el Papa an est parado en el borde

de la acera. - Disculpe, Su Santidad, dice el conductor, podra Usted, por favor, tomar asiento y as poder partir? - Bueno, para ser honesto, dice El Papa, nunca me dejaron conducir en el Vaticano cuando fui Cardenal, y realmente me gustara manejar hoy.

- Lo siento, Su Santidad, pero no le puedo dejar manejar, perdera mi trabajo... Y qu si pasara algo?, dice el conductor. - Quin va a saberlo? Adems, pudiera haber algo extra para ti, dice El Papa, con una sonrisa. Reacio, el chofer se mete atrs y el Papa salta al volante.

El chofer se arrepiente rpidamente de su decisin cuando, luego de salir del aeropuerto, el Pontfice pisa dursimo, acelerando la limosina a 170 km. - Por favor baje la velocidad, Su Santidad!, suplica el preocupado chofer, pero el Papa hunde el pie hasta que se escucha la sirena. - Oh, Dios mo, voy a perder mi licencia y mi trabajo!!! se lamenta el pobre chofer.

El Papa se detiene a un lado y baja el vidrio mientras el polica se acerca, pero cuando el polica le echa un buen vistazo, regresa a su motocicleta, y llama por radio. - Necesito hablar con el Jefe!, le dice al operador. El Jefe se pone al radio y el polica le dice que detuvo a una limosina que iba volando.

- Arrstalo pues, dice el Jefe. - No creo que podamos hacer eso, l tipo es realmente importante, dice el polica. Y el Jefe exclama, - Con ms razn! - No, realmente es importante, dice el polica con insistencia. Entonces el Jefe pregunta, - A quin tienes ah, al Alcalde? - Este... MAS !!! - Al Gobernador? - Mmm... Peor.

- Mierda -dice el Jefequin es el tipo? - Creo que es Dios... El Jefe ms desconcertado y ms curioso: - Qu te hace pensar que es Dios? - Porque tiene al Papa de chofer... !!!

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