POEMA AL ESCUDO ECUATORIANO Imponente cual designio, Insoslayable como la voluntad De Rumiahui y de Atahualpa Para ofrendarnos Libertad.

Cmo el Cndor que se erige Cual sagaz celador De las picas hazaas De los soldados de Ecuador Eres un pedazo de mi Patria, Indeleble Tricolor Blasn de mi trinchera De mi orgullo y de mi honor Eres la insignia sagrada Que defender del agresor Como en heroicas jornadas Que a sangre y fuego saliste vencedor El Escudo ecuatoriano Que el majestuoso Cndor domina Que el fulgurante sol ilumina Al afable Guayas caudaloso Eres emblema glorioso Tenantes del lbaro nacional Que adornan tu estandarte De solemne majestuosidad Escudo de mi Patria Bitcora de la nacin Fortn del herosmo De este ejrcito vencedor Si la Bandera es el Alma, El insigne escudo, es el corazn.

POEMA AL ESCUDO ECUATORIANO Yo amo El Escudo ecuatoriano, por ser smbolo, de m patria sagrada y bella; lo defender hasta con esfuerzo sobre humano, por ser parte de mi identidad, por ser estrella Su cndor representa valor coraje y pujanza, es el mgico emblema del podero; el nuevo renacer de la esperanza, donde todo est claro y nada sombro. Su dorado sol representa el oro, parte sustancial de nuestra riqueza; aquel bello metal es nuestro tesoro, debemos cuidarlo con gran entereza El monte: representa el gran Chimborazo, grandioso volcn de majestad inmensa; Costa, Sierra y Oriente, unidos por grandes lazos, de gente patriota, que ama, que suea, que piensa. El gran buque llamado Guayas, que navega en las aguas del mismo rio; representa paz y comercio, y en l se halla, el sustento diario de nuestro gento. Aquellas ramas que son de palma y laurel, nos recuerda la paz, la dignidad Republicana; la gloria de hroes, que siempre fiel; mantuvieron su esperanza sobrehumana. A sus costados aquel bello tricolor, le ponen a mi Escudo ms hermosura; por ser smbolo de paz, riqueza y amor, ser el Emblema, que en mi corazn perdura Mi Escudo defender, con dignidad y justicia, por qu no quede mi identidad perdida, y por liberarlo de injusta malicia si es preciso dar la vida