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Voy a tratar de transcribir las impresiones de una larga enfermedad que se ha desarrollado totalmente en los misterios de mi mente no s por

qu utiliz el trmino enfermedad, por que nunca, en lo tocante a m mismo, me he sentido mejor. En ocasiones notaba que mi esfuerzo y mi actividad redobladas: me pareca saberlo todo, comprenderlo todo; la imaginacin me ofreca deleites infinitos.

Grard de Nerval, Aurelia.

Padezco una terrible enfermedad del espritu. El pensamiento me abandona por completo

Antonin Artaud, en carta a Genica Athanasiou en 1923.

Una mente que funciona con lucidez, pero sin memoria, remeda la locura.

Adolfo Bioy Casares, Descanso de caminantes.

Voy a suicidarme sin pesadumbre. No padezco ninguna de esas perturbaciones que los hombres llaman pesadumbre. No hay nada ms fcil de dominar que ese tipo de cosas. Voy a matarme porque no puedo seguir viviendo, porque el cansancio de despertarme y el cansancio de despertarme son insoportables. Voy a matarme porque soy intil para los dems y peligroso para m mismo. Voy a matarme porque me creo inmortal y tengo esperanza.

Charles Baudelaire, a los 24 aos, en una carta a su tutor Anselle, 30 de junio de 1845.

El manaco y el hipomanaco, que es su equivalente menor y mucho ms frecuenteduerme poco, se inviste mucho, piense deprisa, acta rpidamente. Est habitado por una aceleracin mental denominada taquipsiquia que le hace tener cien ideas por segundo; se trata de lo que Fernando Pessoa llama sus accesos de abundancia. Las ideas y asociaciones son fciles, rpidas, originales, visionarias. La inventiva del lenguaje, las incoherencias y los neologismos caracterizan el discurso manaco, a la manera de la escritura automtica de los surrealistas. Este pensamiento audaz e innovador es caracterstico del acceso manaco y, en cierta medida, de la creatividad.

Philipe Brenot, El genio y la locura.

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