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El hombre y la muerte ra r el gusto por la vida al individuo, sino que ella misma ha sido derrotada, negada: ya nada puede

hacer por y contra la m uerte del hombre. La afirmacin individual cobra su extrem a victoria, que al mismo tiempo es irremediable de sastre. All donde la individualidad se desprende de todo vnculo, all donde aparece solitaria y radiante, solitaria y radiante tambin se alza, como un sol, la muerte.

2. LA LUCHA DE CLASES El rey, el esclavo, la muerte Decamos ms arriba que la sociedad llegaba a diluir, ms o menos completamente, a la muerte, en la medida en que poda afirmarse con respecto a los individuos. Pero la in dividualidad no alcanza el mismo nivel para todos los miem bros de una sociedad. La diferenciacin social, desde el grupo arcaico hasta la lucha de clases, pesa en gran medida sobre la conciencia y el h o rro r a la muerte. Los prim eros individuos afirmados que emergen a la superficie social son los dominadores: el shaman (brujo, cu randero) y el jefe. La prim era propiedad, la prim era domi nacin de hecho, la del poder, se afirma al mismo tiempo que la prim era dominacin ideolgica, la prim era propiedad m gica. El shaman, depositario de la magia y del favor de los m uertos, se apoya en el jefe que, a su vez, se apoya en l; o por el contrario, en caso de conflicto, ste se resuelve, ya me diante la apropiacin del poder por el shaman, ya mediante la apropiacin del shamanismo por el jefe. Marc BIoch(13) ha subrayado el poder shamanico de los reyes hasta la m onar qua francesa; as, tan pronto se encuentra un dualismo jefesham an como la unificacin absoluta. Jefes y shamanes se reservarn una inm ortalidad particu lar, gloriosa, esplndida, que slo como favor abren a los que les rodean, es decir a los iniciados (14).
(13) Marc Bloch, Les Rois thaum aturges. (14) B riem , Les Socits secrtes de m ystre, Pavot.

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