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Un da me levant y vi que algo haba cambiado a m alrededor, en m. Me inundaba una serena sensacin de Paz y Amor por todo lo creado.

Una simple florecilla me pareca entonces lo ms hermoso y ms grande en su perfeccin. La sonrisa de un nio, las lgrimas de un anciano... Mirarme a m misma en el espejo... El mundo en s pareca tener colores de recin pintado. Al principio, yo no entenda a que poda deberse aquel cambio que slo yo pareca ver. Nadie a m alrededor pareca ser consciente de que todo a su lado brillaba de otra manera excepto yo. Llegue incluso a pensar si no estara volvindome loca, pero no. Simplemente haba tomado conciencia de quien soy. Poco a poco, al principio con paso inseguro y un tanto solo, fui iniciando mi camino. Buscaba a ciegas informacin en los sitios ms insospechados. Era como si una voz interior me guiase. (No puedo dejar de sonrer ante este comentario: "una voz interior".) Lejos estaba entonces de saber que era precisamente eso lo que me impulsaba a seguir. Pronto comenc a conocer a gente que se encontraban en mi misma situacin. Pronto comenzaron a aparecer en mi vida personas, Almas de Luz, que me fueron guiando, ayudando, consolando cuando tropezaba y caa y empujndome cuando pareca que iba a desistir en mi labor. Comprend que significaba haber DESPERTADO. Comprend la tarea que tena por delante para llevar a buen puerto la misin que se me encomend. Aprend lo ya sabido de nuevo, como si fuera de nuevo un bebe recin nacido. Viaje en mis sueos a las ciudades de sanacin. Ahora s que soy Amor porque provengo del AMOR del PADRE y que como tal, estoy para difundir ese mismo Amor por todo lo que L cre. Que mi meta est en ir evolucionando haca la perfeccin y en ayudar a aquellos de nuestros hermanos que comiencen su caminar como un da fui ayudada yo. Por todo esto puedo y debo decir: Que la LUZ del PADRE ilumine siempre nuestros corazones y junto con sus ngeles y Arcngeles, seamos dignos y capaces de llegar al mismo centro de SU corazn, La Paz y el Amor con nosotros.

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