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TITULO: LAS TETAS DE UN MUSEO EN AYACUCHO

FECHA: 01/04/2009
AUTOR: Alberto Llanos
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La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no


es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.

Para memorizar nuestro histórico pasado (jalonado por las buenas y las
malas), debíamos hacerlo aquí mismo donde lo vivimos y de donde miles
de miles también se fueron. Si el Presidente García cambió su primigenia
idea al influirle su inteligencia Don Mario Vargas Llosa, no hay nada mejor.
La Reconciliación tenía que pasar por la Verdad. (Ver:
www.cronicasajenas.com) "Creación del Museo de la Memoria contribuirá a
la reconciliación del país", dijo Monseñor Luis Bambarén.

Entonces, el mencionado Museo de la Memoria se hará con la aceptación de


tirios y troyanos. Los berrinches de Jorge del Castillo, Mantilla y de otros
similares que por ‘joder’ pidieron que MVLL presida la Comisión, les cayó como
una patada en los huevos. Esto sería ‘otra cojudez’ habría dicho con su católico
léxico el vecino del frente el Mons. e Ing. Luis Cipriani. Pero, ya se hizo.
Entonces, todo está expedito y asegúrense nomás que los cimientos se levanten
aquí en Ayacucho porque el legítimo lugar es aquí, Huamanga. ¿Y tú teta?

No, mis Tetas y las tuyas. Las Tetas de mi mamá están en su Pecho y las de
tu mamá, igualmente también. (Simbolizándolas porque ya estamos bien
grandecitos.) En principio, hablemos de dos Tetas como dos son tus ojos o
dos también tus orejas. Las Tetas. La leche materna es el líquido más
alimenticio y exquisito que nos puso el Gran Dios al recién nacido. La vida
se recibe por esas Tetas pero, por esas iskay ñuñu se puede también enviar
o dar la muerte. Ante todo, lo escrito nada tiene que ver por los negocios
del cine, con osos ni menos con una ‘huantinada’ en Berlín. (Huantina, no
eres fea, pero: ¡estudia!)

En todos los Andes de nuestra Patria y al resbalarnos por la Costa o por nuestra
tierna Amazonia, toda mujer y varón saben que hay que dar de mamar al o a la
lactante con mucha limpieza, orden y a la hora prevista. Pero, eso sí: OJO. Nada
de ofrecer el pecho si antes la madre tuvo un colerón, una pelea con la vecina
envidiosa o un susto con la cara de la suegra. Demás sería el remezón de un
terremoto o, que la cuñada venga con el chisme de haber visto al marido con la
‘bamba’.

El “daño” es lo peor. Pero en todo el Perú se sabe, se conoce y se trata de


estos casos de mala leche. Son cosas comunes que cuando son extraídas
de las tripas del Pueblo, son exóticas y hacen abrir la boca a todo gringo
que pasa. Pero, ¿las violaciones denunciadas o no en las fiscalías, los
abusos de los agentes del Estado, las iniquidades contra la gente del
campo y los hijos no queridos? ¿Y los ‘opas’ que caminan de pueblo en
pueblo y los suicidios por una heroica dignidad truncada por un infame
fusil? El pronto Museo de la Memoria y la CVR son parte de la Justicia que
aún sigue obscura.

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Todos los derechos reservados © 2007 - Julio Alberto Llanos Paredes

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