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Se dice que es la mejor comunicacin con Dios, el arma ms poderosa, la fuerza ms efectiva, el medio ms importante para conocer y realizar la voluntad de Dios... Se dice tambin que es una forma de alienacin, que mantiene al ser humano infantil y dependiente, que no le permite asumir sus responsabilidades de adulto... Depende de qu se entiende por oracin y cmo se haga la oracin. Una cosa s es clara: la oracin cristiana tiene sus rasgos especficos, pero stos estn muy desdibujados porque la fe cristiana ha sido convertida en una religin y la oracin hoy da se parece ms a una manipulacin de lo divino, al recurso a un "dios-bombero", o a un conjuro mgico que a lo que Jess propone. Sin embargo, hay que proceder con paciencia y prudencia. "Si el nio tiene hambre, hay que darle leche; pero poco a poco el maestro, consciente de su misin, tiene que plantar la inquietud en el nimo del alumno para estimularlo a obrar por s mismo. Por el momento, ha de alimentarlo con lo que pueden triturar sus encas, pero al mismo tiempo ha de ir formando a la Iglesia para el servicio a la humanidad. En el servicio mismo, empezado quiz sin conviccin, al sentirse cooperador de Dios en la ayuda al ms necesitado que l, puede descubrir a un Dios que no sea simplemente panacea. Uno que merece ser amado por s mismo, no como recurso, ni siquiera como caudillo... Aunque el cristiano comprenda ser voluntad de Dios que el hombre crezca y vaya arreglando sus problemas por s mismo, sabe tambin que para muchos de ellos las soluciones estn todava lejos. Esto justifica la peticin a Dios. De hecho, se le pide que llene un hueco, porque el hueco es real, hay que
llenarlo y no hay nadie capaz. Es un aspecto de nuestra humildad. La diferencia con la mentalidad religiosa consiste en que no se recurre a Dios por dejadez ni por miedo a la responsabilidad, sino por resultar imposible tomrsela. Conociendo el designio sobre el hombre y excluyendo todo espritu mercenario, confesamos cndidamente nuestra impotencia, reconociendo que, en el caso concreto, l es nuestro nico refugio; y l lo sabe." (Juan Mateos. Cristianos en fiesta. Ediciones Cristiandad. Madrid. 1981. 3 edicin. pgina 250). Feliz da del Seor! Adalberto