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Leccin: De dnde vienes? Dnde ests? A dnde vas?

Prefacio al Libro del Zohar, Punto 34 Rav Yehuda Ashlag (KFS, p.424)

34) Que no te sorprenda encontrar tambin, tal conducta en nuestra percepcin corporal. Toma, por ejemplo, el sentido de la vista: vemos ante nosotros un mundo lleno de maravillas. Pero, de hecho, vemos slo lo que est en nuestro interior. En otras palabras, hay una especie de cmara fotogrfica en nuestro cerebro, que nos muestra slo lo que aparece en nuestro interior, nada del exterior. Para eso, l, nos ha hecho, en el cerebro, una especie de espejo pulido que invierte todo lo visto, as que vemos todo fuera del cerebro, delante de nuestra cara. Entonces, lo que vemos fuera, no es real. Sin embargo, debemos estar muy agradecidos a Su Providencia por haber creado ese espejo pulido en nuestro cerebro, ya que nos permite ver y percibir todo, como si estuviera fuera de nosotros. De esta manera, l nos ha dado el poder de percibir todo con habilidad y entendimiento claro y medirlo desde dentro y desde fuera. Sin eso, perderamos gran parte de nuestra percepcin. Lo mismo ocurre con la voluntad Divina, en relacin con las percepciones divinas. Si bien estos cambios se desarrollan en el interior de las almas que los perciben, no obstante lo ven todo en el mismo Dador, ya que slo de esta manera se les recompens con todas las percepciones y gentileza en el Pensamiento de la Creacin. Tambin puedes deducir esto de la parbola anterior. A pesar de que todo lo vemos como si realmente estuviera frente a nosotros, toda persona razonable, sabe con certeza, que todo lo que vemos est slo en nuestro cerebro. Lo mismo pasa con las almas: aunque ven todas las imgenes en el Dador, no tienen la menor duda de que todo esto es slo en su propio interior y nada en el Dador.

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