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La Hija de Pedro - Fragmento de Hechos de Pedro - Sin Fecha
La Hija de Pedro - Fragmento de Hechos de Pedro - Sin Fecha
Ahora es conveniente para vosotros que conozcis el final de Ptolomeo. 136 Se encerr en s mismo y se lamentaba da y noche por lo que haba ocurrido, y a causa de las muchas lgrimas que derram qued ciego. Tom la decisin de levantarse y ahorcarse, mas he aqu que a la hora nona de aquel da, cuando se encontraba solo en su dormitorio, vio una gran luz que iluminaba toda la casa y oy una voz que le deca: 137 Ptolomeo: los vasos de Dios no han sido dados para la ruina y la corrupcin. Era necesario que t, que has credo en m, no profanaras a mi doncella, en la que deberas ver una hermana, pues yo soy para vosotros dos un solo Espritu. Levntate, sin embargo, y vete deprisa a casa de Pedro, el apstol. All vers mi gloria, y l te aclarar este asunto. Ptolomeo no se descuid un momento, y orden a sus hombres que le 138 mostraran el camino y que lo llevaran hasta m. Cuando estuvo en mi presencia cont lo que le haba ocurrido por el poder de Jesucristo, nuestro Seor. Entonces comenz a ver con los ojos de su cuerpo y de su alma, y muchos pusieron su esperanza en Cristo. l les caus un bien procurndoles graciosamente el don de Dios. Luego muri Ptolomeo; abandon la vida y se fue hacia su Seor. 139 Y cuando dispuso su testamento, inscribi en l un lote de tierra a nombre de mi hija, ya que por su medio haba credo en Dios y obtenido la curacin. Yo, a quien haba confiado la administracin, ejecut todo diligentemente. Vend el campo [...] y Dios solo sabe que yo ni mi hija [...]. Vend el campo, y del producto no me he quedado con nada, sino que todo lo he repartido entre los pobres. Sbete, pues, oh servidor de Jesucristo!, que Dios 140 gobierna a los suyos y prepara a cada uno lo que le es bueno, aunque pensemos que se ha olvidado de nosotros. Ahora, pues, hermanos, hagamos penitencia, vigilemos y oremos, y la bondad de Dios dirigir sus ojos sobre nosotros, mientras por nuestra parte ponemos en ella nuestra esperanza. Pedro pronunci estas palabras, y alabando el nombre 141 del Seor Cristo, distribuy a todos el pan. Cuando lo hubo repartido, se levant y entr en su casa. Hecho de Pedro. Fuente: Textos Gnsticos - Biblioteca Nag Hammadi II, por Antonio Piero. Editorial Trotta www.trotta.es Nota: la numeracin corresponde a las pginas del manuscrito