La adulacin y la alabanza

La adulacin es el camino vulgar y mezquino de los arribistas y de unos pobres diablos que la nica manera de hacerse notar es por medio de la fingida adulacin. A los aduladores de los reyes han sucedido los aduladores de los pueblos. Malditos unos y otros; perdieron a los reyes y estn perdiendo a los pueblos. Es conocido por todos que la lisonja no se manifiesta en hechos, es una injuria tremenda y guarda algo tras de s. El adulador cuando no ridiculiza mata todo con su cobarde postura y con su falso elixir. Segn Shakespeare: Vale ms ser despreciado y saberlo que vivir adulado y tenido siempre en desprecio. Y el adulador no slo mata el encanto de sus buenas obras, sino que se vilipendia y se ridiculiza a s mismo. De la misma manera que la alabanza propia no slo es lo que ms causa hilaridad y burla, sino que tambin envilece. Y Sneca al referirse a la adulacin, dijo: Quin ha tenido jams valor para decir la verdad? Quin no se ha adulado a s mismo cuando los dems lo han alabado? Miramos con demasiada aficin todo cuanto nos toca y el favor que nos hacemos impide que nos juzguemos con rectitud. Y la adulacin y el adulador no slo son idnticos, sino que los fines que persigue no son nada espontneos y encomiables. Nunca las grandes aspiraciones de la vida, ni los grandes y elevados ideales deben estar cimentados por la adulacin ni los aduladores. Esos arribistas de traje y corbata, penetran a los clubes y cenculos para cumplir su fraudulento cometido, para lograr sus aspiraciones mezquinas, y a la vez ser invitados a los banquetes y poderse y conseguir gran notoriedad. Los caminos de la vida deben ser limpios y sin mancilla; y el poder, la riqueza, la posicin social y el conocimiento, no deben envanecer ni envilecer a nadie. Y la adulacin a la vez no slo es una horrible mezquindad y una infame cobarda, sino que es el acto social ms vil y despreciable. Fray Juan Mrquez, en una sapientsima sentencia, ha escrito: Ms vale una injuria que una lisonja. Quin ms te puede injuriar, que quien te engaa y te priva del juicio? Cierra igualmente los odos a los aduladores tuyos, que a los murmuradores de otros. No slo los estmulos sinceros son el crisol para forjar a grandes hombres, sino que la falta y apata de ellos puede frustrar a grandes genios. Y ha dicho Rochefou cauld: Elogiar de corazn es una accin buena; es, en cierto modo, participar de ella. Y la alabanza inmerecida no slo es una burla, sino una mancilla que nunca se borra ni se aparta de la mente.