El español Joaquín José Martínez, de 22 años de edad, se ha
convertido en el centro de una importante batalla legal y política contra la sinrazón de la pena de muerte y su creciente aplicación en Estados Unidos. El objetivo primordial de esta batalla, es, desde luego, arrancar a este ciudadano español del corredor de la muerte de la prisión estatal de Florida, en el que se apila junto a otros 370 condenados a la pena capital, y darle la posibilidad de un nuevo juicio. En ello tienen puestos sus afanes Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos, representantes del Parlamento español y el Colegio de Abogados de Madrid, que no ha dudado en prestar su apoyo técnico-jurídico al empeño de la revisión del proceso.
El intento de que se le otorgue al primer español condenado a la pena
capital en EE.UU. la oportunidad de un nuevo juicio, con todas las garantías debidas, coincide con los prolegómenos de la campaña de la Unión Europea para que la Asamblea General de Naciones Unidas de diciembre próximo apruebe una especie de moratoria en la aplicación de la pena de muerte en los países que todavía se resisten a su abolición. Será muy interesante ver cúal es la respuesta de EE.UU. y si insiste en seguir aferrado a la suprema contradicción que supone ser el país que adoctrina al mundo sobre el respeto de los derechos humanos y seguir recurriendo en su territorio al asesinato legal que es la pena capital.
(...) Como vienen denunciando las organizaciones de derechos
humanos y confirman informes ad hoc de la ONU, la pena de muerte, más allá de su horror intrínseco, se aplica en EE.UU. de forma arbitraria y discriminatoria, dada su cada vez mayor fragmentación social y racial (...). Se comprende el ardor con que Joaquín Martínez defiende su inocencia y pide la revisión de su juicio: uno de cada siete condenados a muerte en EE.UU. que consigue esta revisión resulta finalmente inocente.