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Reflexiones de “ Uno Cualquiera”

No queremos hambre, no queremos guerra, no queremos seguir siendo los


mejores seres de la creación si a cambio de ello solo somos capaces de
crear destrucción y sufrimiento en el mundo.

Si seguimos enfadándonos con nuestros hermanos, con nuestros


compañeros de trabajo, con nuestros vecinos, con cualquier persona de
cultura diferente, de otro color, de otras creencias , con otras maneras de
entender la vida . Si nos creemos diferentes, ¿mejores o peores?... ¿Quién
decide eso? Si es solo el miedo quien nos domina, miedo al futuro, el miedo
al cambio, al que dirán, miedo a pensar por uno mismo desde la honradez
profunda (sin justificarnos en nuestros valores, que al fin y al cabo son
volátiles, cambiables y muchas veces absurdos) y no desde la imagen
engañosa, vanidosa que tenemos de nosotros mismos.

Esa Imagen que hace que muchas veces nos sintamos poco valorados o
culpables de algo (aunque no sepamos de que), indefensos ante lo que
creemos es la adversidad. Recriminando a unos, juzgando a otros (que
vemos a través nuestras gafas que suelen estar siempre sucias de huellas,
polvo y salpicaduras) sin ser Dios.

Nos dejamos engañar por nosotros mismos como no van a engañarnos “los”
de siempre. Esos que usan el miedo como arma de dominio, esos que se
aferran al poder . Esos que se creen tan listos y piensan que no nos damos
cuenta pero que, se les deja hacer porque siempre hay gente que está
peor. O el castigo puede venir del cielo. O incluso, ilusos, que podemos
sacar bocado en algún momento.

¿Y hoy, que pasa hoy? ¿Porqué nos sentimos atacados , siempre en peligro?
¿Qué seguridad tenemos en nada hoy? ¿Acaso creemos que eso cambiará
mañana? Esperanza dudosa.

Si nos atacamos los unos a los otrospor la posesión de los recursos que nos
ofrece el planeta. Si somos incapaces de distribuirlos entre todos y dejar
que se puedan enriquecer unos cuantos. Si tenemos gobernantes cegados
por su ambición de poder, incapaces de administrar equitativamente, que
sepan estar al servicio y no para ser servido.

No queremos un Padrino que nos de seguridad a cambio de dejar la piel;


porque no tenemos una “cosa nostra”… es “cosa de todos”. La globalidad
no es una cosa de los poderosos aunque algunos así lo entienden, la
globalidad somos todos. ¿Lo entendemos? ¿Lo entienden todos?

Hemos dejado que se entretejieran esas redes de poder donde la única


finalidad es buscar nuevas formas de engaño. Los bancos, las
multinacionales, los especuladoresde bolsa, de suelo. Todos son los mismos.
Y el resto seguimos tragando. El resto somos todos, porque ellos andan en
otra esfera, en otro mundo. Y el resto ¿qué mundo tenemos? Seguramente
el que merecemos.

¿Seguiremos dejando que eso suceda? Callados, asustados, muertos en


vida. No es admiración lo que sentimos por ellos: incluso ocultos tras un
nombre o unas siglas no los admiramos más bien los ignoramos. Pero ya
sabemos que de eso también se aprovechan. Para ellos solo somos el
“contrario”, aquel al que hay que machacar, estrujar, amenazar ,
ningunear…porque, aunque nosotros creamos que ya estamos “ secos”
todavía podemos servir a “esa” sociedad. De lo contrario no seguiríamos
vivos.

Lo penoso del caso es que cualquiera de nosotros adoptamos esa filosofía


ante cualquier sospecha de subir un peldaño, un mini grado de poder; en
casa, en la escuela, entre los amigos, en el trabajo, con los vecinos,
repetimos ese comportamiento: Es la autoestima mal entendida otro engaño
“social”. Hay que ser los mejores en todo. Y, ¿qué es ese todo?

¿Hemos de renunciar a que las cosas se ordenen de otro modo, incluso en


nuestra mente?

Cambiar nuestra naturaleza destructiva, egoísta por definición. Esa


naturaleza de “primero yo y después el resto… o yo mismamente”

Si somos incapaces de ayudarnos y colaborar los unos con los otros, no


somos merecedores de ser la especie que se proclama a sí misma,” imagen
de Dios” y “recuperadora de los reinos de los cielos”. Algo nos enseñan mal.
Es ridículo pensar que los seres humanos somos el único “ser
vivo”merecedor de esa labor, ¿no creéis? Si,… es que existe esa labor.

Al fin y al cabo todos los seres vivos somos iguales para El. Somos su
creación y puede cambiarla cuando quiera y de la manera que quiera. Es
posible que seamos solo su diversión, ¡Ojala fuera así! Daría un sentido a
nuestras vidas.

Ya vale por hoy. Me voy a dormir. Buenas noches

“ Uno Cualquiera”

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