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Veo la niebla, el fro; rostros duros y de inocencia, rostros marcados de tragedia, huesudos y ceudos, condenados a una lluvia eterna, al hambre y a la rabia; a la luz sin sol, a la ms dura pena. No hay alegra en compartir, la miseria o ms pobreza; no se quiere a los pobres, menos a los sucios y miserables; sin compasin son condenados, enfermos y abandonados; en la cloaca hmeda y oscura, del yo y nadie ms; del no los queremos ver, del no deberan nacer ms. Los mendigos no eligen -escuch yo, viven avergonzados de su pobreza; su dignidad la paga una limosna y sufren, sufren mucho; por el pecado de haber nacido, por el odio y el rechazo; por seguir en este mundo, por salir de l, por no doler por siempre en l. Para qu la vida? si solo siento rabia, si no tristeza; si el destino es la tragedia, el hambre, el no futuro, la humillacin y la violencia
Y no es la muerte, solo dolor, hambre y pena; el hombre hecho miseria, su vida trocada a la nada, al sin fin de su elega. Para qu mi vida? si su salida es morir, o simplemente huir; degenerar y darse a matar, a sus hijos, su humanidad; la detestable humanidad, su bestia, su mal; donde es mejor no pensar, menos sentir, donde es imposible amar Para qu ella, si solo es tragedia, la nada y la miseria; si est en mi ser y no lo mata; si su fin es el mo, y yo no puedo ser si l no lo mata; si yo no acabo con l, si yo no doy la vida por l si no soy su voz, y nos salvamos juntos, o nos condenamos los dos.