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TEXTOS DE JOHN CAGE Y MÚSICA ALEATORIA

[http://besalelosdientes.com/topo/cage.htm]

La música que prefiero, incluso más que la mía, es la que escuchamos cuando
estamos en silencio [...]

Donde quiera que estemos lo que oímos más frecuentemente es ruido. Cuando lo
ignoramos no molesta. Cuando lo escuchamos lo encontramos fascinante. El sonido de
un camión a 50 millas por hora. La estática entre emisoras. La lluvia. Queremos
capturar y controlar estos sonidos, y usarlos no como efectos sonoros sino como
instrumentos musicales. Todo estudio cinematográfico tiene una biblioteca de "efectos
sonoros" grabados en cinta. Con un fonógrafo de cinta ahora es posible controlar la
amplitud y la frecuencia de cada uno de estos sonidos y darles ritmo dentro o más allá
del alcance de la imaginación. Con cuatro fonógrafos de cinta podemos componer e
interpretar un cuarteto para motor de explosión, viento, latido del corazón y corrimiento
de tierras.
Si la palabra música es considerada sagrada y reservada para los instrumentos del siglo
18 y 19, podemos sustituirla por otro término más significativo: organizador de sonido.
[...]

Creo que el uso del ruido para hacer música continuará y se incrementará hasta
conseguir una música producida con la ayuda de instrumentos eléctricos, que pondrán al
servicio de propósitos musicales todos y cada uno de los sonidos que pueden ser oidos.
Los medios fotoeléctricos, magnéticos y mecánicos para la producción sintética de
música serán explorados. mientras que, en el pasado, el punto de desacuerdo estaba
situado entre la disonancia y la consonancia, en el futuro, estará entre el ruido y los
llamados sonidos musicales. [...]

Un día que estaban abiertas las ventanas, Christian Wolff interpretó una de sus obras
al piano. Los sonidos del tráfico, las sirenas de los barcos, se oían no solo durante los
silencios de la música, sino que, como eran más fuertes, se oían más facilmente que los
sonidos mismos del piano. Después alguien le pidió a Christian Wolff que interpretara
otra vez la pieza con las ventanas cerradas. Christian Wolff dijo que lo haría encantado,
pero que no era realmente necesario, por que los sonidos del entorno no significaban
ninguna interrupción de los de la música. [...]

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