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Lc 24, 45-47

Los Medios de Comunicacin presentan hoy a los cristianos como unos fanticos. La fe es concebida casi como una enfermedad.

Lo ms inocente que se dice es que somos unos crdulos. Los espritus fuertes y maduros no necesitan creer en cosas que no se ven.

Dos fenmenos que contradicen este planteamiento: Por una parte estn los creyentes verdaderos. Son gentes recias y maduras, que llevan su fe a la prctica y se muestran consecuentes con lo que creen.

Y lo que creen tampoco va en contra de la razn, ni mucho menos.

Y por otra parte los que dicen que no creen en Dios y luego creen en los horscopos, en los aparecidos, y en todo el ejrcito de fantasmas.

Los relatos de Pascua subrayan la resistencia de los discpulos a creer.

Las mujeres que acuden al sepulcros se atemorizan. Magdalena no reconoce al Seor.

Tampoco lo reconocen los discpulos que se dirigen hacia Emas.

Toms se niega a admitir a un resucitado que no muestre llagas en sus manos.

Tena que cumplirse lo que estaba en las Escrituras. Y todo se ha cumplido.

Evidentemente aquellos creyentes no eran crdulos.

Por ltimo, inserta a los discpulos de forma definitiva en la suerte de su Maestro:

Es primera tarea de los que han credo en el Resucitado.

La misin de los creyentes incluye, adems , la celebracin sacramental de la reconciliacin y del retorno al amor de Dios.

Vosotros sois testigos de esto.

Los seguidores de Jess habrn de vivir de tal forma que su comportamiento sea un testimonio del mensaje y de la vida de su Maestro.

Seor Jess, creemos que vives resucitado entre nosotros. Tu resurreccin nos llena de paz y nos revela la gozosa misin que nos has confiado. Bendito seas por siempre. Amn. Aleluya.

Jos Romn Flecha Andrs


PALABRA DEL SEOR Salamanca
Presentacin: Antonia Castro Msica: Pasqua del mio signore

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