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Rueda Verónica

Relaciones Internacionales
1º año

Historia Constitucional Argentina


UNIDAD XII
Época Constitucional

1. La época del 80. Las nuevas corrientes de opinión pública. La generación del ´80. La
Presidencia de Roca. Aspectos de su gobierno. Presidencia de Juárez Celman. La Política
del Unicato. Los problemas económicos y morales de la época. La Ley de matrimonio civil.
Las relaciones entre la Iglesia y el Estado.

LA ÉPOCA DEL 80
Carácter económico: la inserción de nuestro país en la división internacional del trabajo a partir de
la producción de materias primas y alimentos y la importación de la mayor parte de los productos
elaborados que se consumían en el mercado interno.
Carácter social: el tratar de cambiar usos nativos a través de la inmigración de mano de obra y
tratando de europeizar nuestras costumbres.
Carácter político: la conformación de un Estado moderno a partir de instituciones a imitación de la
Europa de fin de siglo, con el propósito de ofrecer garantías a los capitales extranjeros que invertían
en nuestro país.
Para suplir la falta de población nativa los hombres del ‘80 convocaron a la inmigración extranjera,
que serviría como mano de obra para la producción cerealera. También para este entonces, se
produce la inserción de Argentina en el mercado mundial como proveedora de materias primas.
Para asegurar la ansiada meta del progreso, los distintos sectores le atribuían a la educación una
relevancia singular queriendo alfabetizar a la masa de argentinos analfabetos. El principal precursor
de la tarea educativa que buscaba alfabetizar al inmigrante fue Sarmiento, cuyo principal objetivo
de educar al individuo quedó plasmado en la Ley Nº 1420 que proponía una educación laica,
gratuita y obligatoria.
También era necesaria la educación de la elite dirigente, que debía pasar por la universidad si quería
acceder a alguna posición destacada o alcanzar el poder.
La esencia principal de la generación del 80 fue su insistencia en la metodología científica, su
confianza en la educación básica y en el mejoramiento histórico, la reivindicación de la técnica y la
industria y su aproximación a la libertad jurídica. El positivismo fue su filosofía: orden y progreso.
Progreso significó crecimiento y modernización. Orden consistía en crear las condiciones de
tranquilidad en las cuales debía encontrarse el pueblo para permitir la proyección del progreso sin
pausa.
“Esta generación aprendió que la libertad individual era el valor supremo que el Estado debía
defender y que el librecambio comercial era el sustento de toda política económica, pero no advirtió
que esa libertad era privilegio de los fuertes y en la Argentina los fuertes no fueron precisamente los
nativos, que el librecambio solo servía para consolidar al capital extranjero y que los sagrados
derechos y garantías eran solamente excusas para amparar a las compañías extranjeras cuando
buscaban eludir los impuestos nacionales o no querían someterse a las leyes justas de la Nación”.

Las nuevas corrientes de opinión pública


Tanto la oposición política como la sociedad en general tenían amplios canales para hacer
oír su voz. El principal canal eran los diarios y las publicaciones periódicas, que
proliferaron hacia finales del Siglo XIX.

Desde la caída de Rosas, el periodismo se convirtió en la principal arma de la política. En


rigor, todos los diarios estaban orientados a favor de alguna causa partidaria y, a la vez,
era imposible defender alguna posición política sin contar con uno o más periódicos. Por eso, los
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principales líderes y los gobiernos disponían de su propio diario. Por lo general, se trataba de
diarios de grandes dimensiones, menos orientados a dar noticias que a comentar las novedades de
la política. Su estilo solía ser muy cerrado: presuponían un lector bien informado de todos los
hechos y vericuetos de la política local. Por lo que podrían llamarse “diarios políticos”. Asimismo,
las críticas, a veces, alcanzaban el insulto personal. Por otra parte, los diarios presentaban noticias
de comercio y finanzas, folletines por entrega, novedades provenientes de Europa, entre otras.
Los diarios no solían estar orientados a públicos masivos; por el contrario, muchos de sus lectores
eran los mismos que participaban activamente de la política.
El Mosquito (fue un diario que apareció en 1863, redactada, entre
otros, por Eduardo Wilde) y Caras y Caretas (revista que
apareció en 1898, ideada por el español Eustaquio Pellicer y
dirigida por José Álvarez) fueron dos medios periodísticos que
cumplieron la función de satirizar la política estatal argentina.
Entre otros diarios importantes están: La Prensa (fundada en
1869 por José C. Paz), La Nación (por Bartolomé Mitre en
1870) El Obrero (de definida orientación marxista, publicada por 1º vez en 1890 por la Federación
de Trabajadores), La Vanguardia (de carácter socialista, aparece en 1894, dirigido por Juan B.
Justos) La Protesta Humana (de carácter anarquista, fundada en 1897 por Lafarga, Gillimon y
Pellicer Paraire), también aparecieron diarios editados por comunidades extranjeras radicadas en
Argentina, entre los que se destacaban: La Patria degli Italiani, El Correo Español, Buenos Aires
Herald y El Diario Israelita.

La Generación del 80
Hacia 1880, el mundo intelectual sufre una profunda renovación de sus ideas e ideales, que tienen
como característica principal, la fe en el progreso indefinido lo que permitirá diseñar planes
profundamente optimistas.
La nueva generación intelectual
A partir de 1880 los intelectuales destacados se multiplicaron. Lucio Mansilla, Eugenio
Cambaceres, Miguel Cané, Eduardo Wilde, Paul Groussac fueron algunos de los más sobresalientes
miembros de la llamada Generación del Ochenta, hombres de ideas liberales, que tenían como
objetivo colocar a la Argentina entre las naciones más avanzadas de la época por lo que estimaban
que el país debía desprenderse de pasado de carácter colonial y español. Eran profundamente
cosmopolitas y admiraban a países como Inglaterra y Francia. Lo que no significa que
desestimasen las posturas nacionalistas, por el contrario, eran fuertes defensores de lo que llamaban
la “identidad nacional”, y quienes advirtieron acerca de las dificultades que podría originar la
llegada de inmigrantes en masa, con respecto a la conformación de una identidad nacional. Para
evitar esto, proponían incentivar la enseñanza y los rituales patrióticos en las escuelas. Sus obras se
caracterizan por describir el acontecer cotidiano, o comparar lo que ocurre en el país con lo que
sucede en el resto del mundo. Por ejemplo: las obras Juvenilia y En viaje de Miguel Cané o Pot –
pourri, Música Sentimental, Sin rumbo y En la sangre, del novelista y legislador, Eugenio
Cambaceres, que testimonian, desde la escuela naturalista, las condiciones sociales de la época.
El Positivismo
Desde los años ochenta, el positivismo (concepción científico-filosófica, que a través de la ciencia
pretendía reunir progreso social y moralidad individual) se convirtió en la principal corriente del
pensamiento social y científico. El factor que unificó a las distintas corrientes positivistas fue su fe
en la razón como camino para acceder al conocimiento de la realidad. También ofreció alternativas
para los problemas sociales que comenzaron a proliferar en forma paralela al crecimiento
económico.
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A partir de 1860 la biología había logrado hegemonizar el campo de las ciencias, logrando el
predominio sobre los estudios físicos y matemáticos. Posiblemente el fundamento de esta situación
proviniera de que tanto biólogos como sociólogos tenían ciertas claves: el conocimiento de las
leyes del desarrollo de la vida humana unos, y el desarrollo del cuerpo social otros. En 1872, en el
Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires se constituyó la Sociedad
Científica Argentina, ideada por Estanislao Zeballos. Esta Sociedad creó un museo, organizó cursos
y conferencias, promovió la realización d exploraciones y viajes – como el de Francisco Pascasio
Moreno a la Patagonia-, otra institución fue la Academia de Ciencias de Córdoba, creada y
sostenida por el gobierno y concentrada en las ciencias naturales. Fueron en ellas donde se dio el
desarrollo de personalidades como Florentino Ameghino, Francisco P. Moreno, Eduardo Holmberg,
entre otros, quienes se destacaron en el campo de las ciencias naturales, como la geología y la
paleontología. Otros, como Guillermo Rawson y sus seguidores, Ramos Mejía, Antonio Argerich,
Manuel Podestá, se interesaron por los problemas patológicos, físicos y mentales derivados de la
falta de asistencia pública, la miseria de los sectores marginales, el hacinamiento de los
conventillos, la prostitución, el delito, la locura.
La fuente de inspiración del positivismo argentino fue el cientificismo biologicista europeo, a partir
de las ideas de Herbert Spencer y Charles Darwin. A imitación de la que se consideraba la más
sólida ciencia, la biología, la propia sociedad era concebida como un organismo viviente y las crisis
sociales, como enfermedades que debían ser curadas.

Primera presidencia de Roca (1880-1886)

Con la llegada al gobierno de Julio Argentino Roca se inaugura un nuevo período


político, basado en un orden institucional de carácter cerrado y oligárquico, un sistema
que a pesar de sus sucesivas crisis, perdurará por más de treinta años.

Julio Argentino Roca asumió la primera presidencia el 12 de octubre de 1880. En su


primer discurso de asunción consignó: “Paz y Administración”, que de acuerdo con esta expresión
se evitaban los conflictos políticos mediante prudentes arreglos y se promovía la riqueza pública y
privada. Para Roca, los conflictos políticos que habían caracterizado el período anterior debían ser
eliminados definitivamente, porque esa era la condición para el progreso del país. Para lograrlo, el
sistema político debía estar reservado a una pequeña porción de la sociedad y la oposición debía ser
mínima, por lo que provocó una inmoderada codicia en las minorías que adquirieron el aire de una
oligarquía preocupada sólo por sus intereses y privilegios. En contrapartida, la libertad debía ser
total en el plano civil, para permitir el libre desarrollo de las fuerzas de producción.
El fortalecimiento del poder central se efectivizó por medio de varias medidas. Entre ellas, se
destacó la reforma monetaria de 1881, que unificó el sistema monetario argentino mediante la
emisión de una moneda única respaldada por el Estado. También se prohibió a las provincias
disponer de sus propios ejércitos (“guardias provinciales”), con lo cual se consagró el monopolio de
la fuerza en manos del gobierno nacional. En 1881 se sancionó la Ley Orgánica de Justicia de la
Capital Federal, que establecía la estructura de cámaras de apelaciones, juzgados de los distintos
fueros y juzgados de paz. En ese mismo año, se firmó un tratado con Chile, por el que se establecía
una pausa en las rivalidades del país trasandino, ratificando en la Patagonia una soberanía buscada
desde el inicio de la Campaña del Desierto.
Durante su gobierno, también se fundó el Banco Hipotecario Nacional, se sancionó los códigos
Penal y de Minería y de las leyes orgánicas para las municipalidades del distrito federal y los
territorios nacionales lo que constituyó importantes adelantos que marcaron la posibilidad de un
orden económico, social y administrativo. Asimismo, casi medio millón de habitantes se
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incorporaron a la fuerza del trabajo nacional, y al finalizar el mandato la renta nacional que era de
20 millones de pesos oro en 1880, se había duplicado.

Principales aspectos del gobierno

El Partido Autonomista Nacional (PAN)


El PAN fue la base de la política centralizadora roquista. Era una coalición de los grupos
gobernantes de las provincias y el gobierno nacional, por lo cual su poder era incontrastable y
ningún partido opositor podía aspirar a derrotarlo.
Sin embargo, el PAN no era un partido homogéneo: las disputas internas eran habituales e intensas
y, para enfrentarlas, los distintos grupos solían organizarse en ligas, además estas luchas no se
basaban en diferencias ideológicas, sino en las ambiciones de los jefes de cada liga, dispuestos a
alcanzar la presidencia. En 1886, en ocasión de la renovación presidencial, se enfrentaron tres
alianzas: una liderada por el propio Roca; la otra por el gobernador de Buenos Aires, Dardo Rocha;
y la última por el gobernador de Córdoba, Miguel Juárez Celman.

La Inmigración
El gobierno promovió a la inmigración porque contribuía al progreso y al desarrollo del país, y a su
vez, era muy amplio para el escaso número de habitantes.

Según los hombres que se hicieron cargo del gobierno luego de la batalla de Caseros, la Argentina
tenía dos problemas fundamentales: la escasez de habitantes y de educación. Alberdi pensaba que se
debía fomentar la llegada de inmigrantes europeos dispuestos a poblar el territorio y a transmitir su
cultura. Por lo que el Estado estimuló la inmigración europea. La política inmigratoria se basó en el
otorgamiento a los inmigrantes europeos d una serie de aportes como anticipos para pasajes,
alojamiento en hoteles y asilos, y la concesión de tierras.
Así, la llegada de extranjeros se debió a la situación de origen: en algunos casos (como con
españoles e italianos) porque, dado los cambios económicos que vivía Europa, tenían pocas
posibilidades de trabajar en sus países; en otros casos (como con los judíos o los sirio-libaneses)
porque escapaban de las persecuciones a las que eran sometidos por sus gobiernos. También
resultaron importantes las modificaciones que se estaban produciendo en nuestro país: la expansión
económica garantizaba salarios mucho más altos que los pagados en Europa y una amplia oferta de
trabajo. Sumado a esto, las mejoras en los transportes ultramarinos hicieron que descendieran los
precios de los pasajes para emprender el traslado.
La llegada de inmigrantes colocó al país en primer lugar, en cuanto a la proporción de extranjeros
entre sus habitantes. La mayoría de ellos, se instalaron en las ciudades de Buenos Aires y Rosario,
ya que en estas había una demanda de mano de obra amplia. Los objetivos de ellos variaban:
algunos llegaban para trabajar, acumular dinero y luego regresar a su país de origen, y otros
pensaban radicarse definitivamente en el país. La mayoría de los inmigrantes pasó a conformar la
masa de trabajadores urbanos y rurales. Gozaban de los mismos derechos que los nativos, con la
excepción de que no podían votar. Para participar de las elecciones, debían renunciar a su
nacionalidad de origen y adoptar la argentina. Eran defensores de sus intereses y lo hacían a través
de asociaciones, periódicos comunitarios.
El Modelo Económico Agro exportador
Entre 1880 y 1930, la Argentina se caracterizó por una constante e intensa expansión económica
basada en la producción agropecuaria.

Hacia 1880, la producción del trigo se transformó en el principal rubro de exportación, ya que la
demanda de alimentos del mercado mundial superó a la de insumos textiles, por lo cual las tierras
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fértiles de nuestro país fueron aprovechadas para el desarrollo de dos nuevos rubros: la producción
de cereales y la de carne. Así, la Argentina comenzó a autoabastecerse de harina en el mercado
interno y al generar un excedente de producción realizó las primeras exportaciones de este cereal.
La provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y Córdoba, y el nordeste de La Pampa se
convirtieron en el centro del desarrollo económico argentino, ya que allí se generó la producción
exportable, se invirtieron los capitales nacionales y extranjeros, y se concentró casi el 70% de la
población.
A principios de 1880, el ganado vacuno disponible para la exportación era de mala calidad, pro al
crecer las oportunidades del mercado externo, se comenzó a refinarse, mediante la cruza con
reproductores de raza, el establecimiento de los campos de invernada, donde los animales eran
engordados antes de ser sacrificados, y el cultivo de forrajes (alfalfa).
En 1883, se instalaron los primeros frigoríficos argentinos, que al cabo de poco tiempo fueron
sobrepasados por los que se crearon con capitales británicos y norteamericanos, ya que estos
produjeron un cambio en la forma de procesamiento de las carnes: dejó de embarcarse congelada
(frozen) para hacerlo enfriada (chilled) más blanda y perecedera. Esto hizo que la Argentina se
convierta en la principal proveedora de carne de Inglaterra.
El modelo económico agro exportador se desarrollo condicionado por el ciclo económico de los
países industrializados, o sea, en los momentos de auge de la economía europea, el volumen de
exportaciones crecía, los precios podía subir y era posible adquirir bienes, caso contrario, esto no
sucedía.
Este vasto desarrollo de la producción agropecuaria se cumplió en las viejas estancias y en las
chacras, generalmente arrendadas, que explotaban agricultores italianos o españoles en las
provincias litorales. La cría de la oveja, destinado a la producción de lana y de carne retrocedía
hacia las tierras recientemente incorporadas a la producción en los territorios de La Pampa y Río
Negro, donde se constituyeron grandes latifundios.

Presidencia de Juárez Celman


Entre 1886 y 1890, Juárez Celman ocupó el cargo de presidente de la República,
designación que obtuvo gracias al dominio que el PAN ejercía sobre la política
argentina. Se diferenció del gobierno anterior por el despilfarro de los dineros
públicos, el afán de lujo, el endurecimiento de los rasgos autoritarios del régimen
político, el ataque a la oposición y la postulación de la inutilidad de un sistema basado
en elecciones populares. No obstante, obtuvo los mayores volúmenes en el intercambio comercial y
un crecimiento inmigratorio elevado, asimismo, se dio el crecimiento de lujosos edificios. Así
también, durante su mandato, aumentaron las inversiones extrajeras, que se destinaron
principalmente a los préstamos al Estado y a la extensión de ferrocarriles, factor clave para
estimular el desarrollo agrícola.

La política del Unicato


A diferencia de Roca, quien deseaba consolidar su poder mediante acuerdos políticos, Juárez
Celman invalidó a todo aquél que representara un problema, incluyendo al propio Roca a través de
intervenciones federales, concentrando, de esa manera el poder en su persona, hasta que se bautizó a
su presidencia como el “Unicato”.
El Unicato se había sostenido por la notoria y exitosa expansión económica producida por las
exportaciones agropecuarias, y se toleraba la corrupción administrativa, el fraude y la especulación.

Los problemas económicos y morales de la época


A la vez que se daba el desarrollo de la expansión económica, el crecimiento urbano y se
incrementaban las migraciones, iban apareciendo nuevos sectores sociales, por un lado, una amplia
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masa de trabajadores y por el otro, una clase media de comerciantes, profesionales, arrendatararios
rurales y dueños de pequeños talleres, pero también se renovaba la elite, ya que se dio el ascenso de
los “nuevos ricos”. La transformación social implicó nuevos problemas y costumbres.
A fines de los ochenta aparecen los primeros conflictos laborales de gran escala a causa de las bajas
condiciones de trabajo, como el carecimiento de protección legal, que se harían más fuertes e
importantes.
Los sectores tradicionales buscaron mecanismos para diferenciarse del resto de la sociedad y de
legitimarse frente a ella. Eso los llevó a la construcción de suntuosas e imponentes residencias y
lugares de encuentro, como el Jockey Club de Buenos Aires, actividades turísticas, como viajes a
Europa, las recepciones y la vestimenta europea, entre otros.
Pero, con el incremento rápido de la inmigración se ocasionaron, entre otros, problemas como, la
falta de vivienda que sumado a la gran demanda se aumentaron los precios de los alquileres y el
valor d la propiedad, de lo que surgió la especulación. Así, aparecieron los conventillos. Los
cambios económicos provocaron el surgimiento de grupos sociales marginales cuyos
comportamientos solían relacionarse con la mendicidad, la vagancia, la delincuencia y la
prostitución, y cuyo lugar dio origen al tango.

La ley del matrimonio civil. Las relaciones de la Iglesia con el Estado


La inmigración planteaba el tema de cómo educar. La controversia generada a partir del debate
sobre la Ley 1420, enfrentó dos concepciones del Estado: libertad de conciencia para los católicos,
quienes pensaban que el liberalismo era una amenaza a la concepción tradicional acerca de la
familia y la moral derivada de ella; defensa de los derechos individuales y recorte del poder
eclesiástico, considerado avasallador de las conciencias y de los derechos individuales, para los
liberales. Prosperando esta última postura, debido quizá a que en algunos países europeos la
cuestión religiosa y educativa estaba desenvolviéndose de un modo similar. Fue así también que
quedaron divididas las clases tradicionales en sectores ideológicos: liberales por un lado, y católicos
por otro.

En 1884 se aprobaron dos leyes que modificaron aspectos del régimen institucional y que generaron
serios conflictos con la Iglesia:
♦ La ley de Educación (conocida como Ley 1420); que estableció la educación primaria gratuita,
laica y obligatoria para todos los niños de 6 a 14 años. Así, en 1885, se sanciona la Ley
Universitaria, proyectada por Nicolás Avellaneda, que consagró el principio de autonomía de las
universidades.
La educación fue concebida como una manera de integrar en un proyecto común a la multiplicidad
de sus habitantes y con ella entraban en juego las concepciones científicas, la metodología y sus
alcances.
♦ La ley de creación del Registro Civil; que encomendaba al Estado el registro de los nacimientos
y defunciones; años más tarde, una nueva ley estableció el matrimonio civil.
Estas leyes afectaron a la Iglesia Católica por dos razones:
♦ Se le quitaban funciones que había desempeñado desde los tiempos coloniales
♦ Consagraban una imagen y una organización de la sociedad donde la religión quedaba excluida.
Por cierto, representantes de la Iglesia y sectores católicos se opusieron enérgicamente, sin
embargo, las leyes fueron sancionadas por la nación y luego adoptada por todas las provincias. A su
vez, Roca los enfrentó de modo directo, primero el Nuncio Apostólico fue expulsado del país y, más
tarde, el gobierno rompió relaciones con el Vaticano.
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2. Crisis de 1889. La revolución de 1890. Presidencia de Carlos Pellegrini. Actuación de su


gobierno. Presidencia de Luís Sáenz Peña. Presidencia de Uriburu. Segunda presidencia de
Roca. Los partidos políticos. El Ejército Nacional y la Marina de Guerra.

Crisis de 1889. La revolución de 1890


Largas jornadas y salarios que diminuían en su poder adquisitivo a medida que crecía la inflación
provocada por la crisis financiera que culminó en 1890, determinaron el desencadenamiento de los
primeros conflictos sociales y la aparición de nuevas e inusitadas tensiones en la vida argentina.

En 1889, la expansión económica comenzó a debilitarse. Los ingentes gastos fiscales que
demandaba la aceleración del cambio económico, la construcción de los puertos, de los
ferrocarriles, de los edificios públicos, alteraron la estabilidad monetaria del país; comenzó una
incontenible inflación que, sumada a la arbitrariedad con que se manejaron los créditos bancarios y
al creciente desarrollo de la especulación con los valores de la tierra, provocó una crisis económica,
consecuencia, a su vez, el incremento de la deuda externa contraída por la entrada de capitales
extranjeros, y también las importaciones, en teoría, las exportaciones debían pagar las
importaciones y los servicios de deuda, sin embargo, las importaciones y los intereses de los
préstamos crecieron más rápidamente que las exportaciones, de manera que sólo podían cancelarse
mediante nuevos préstamos, luego la disminución del flujo de capitales extranjeros desató en 1880
una crisis financiera y económica. Esto produjo, el no pago de los intereses de los préstamos
obtenidos anteriormente y la caída de precios internacionales de los productos de exportación que
agravó el desequilibrio de la balanza comercial. Con ello, se produjo el cierre de bancos, la
paralización de las obras públicas y la quiebra de comercios. Así, la desocupación, se generalizó y
la demanda de mejoras salariales hizo proliferar las huelgas de distintos gremios.
De esta forma, el principal capital político del presidente Juárez Celman comenzó a disolverse, sin
embargo, el gobierno confiaba en el libre juego de las fuerzas económicas, de acuerdo con su
doctrina liberal.
Así, a medida que avanzaba la crisis, la oposición se hizo sentir cada vez con más fuerza. Distintos
grupos políticos, constituidos por autonomistas que no habían sido convencidos por Roca (como
los sectores ganaderos bonaerenses), autonomistas que se opusieron al Unicato, y que denunciaban
a Celman las ventas de ferrocarriles y la concesión de las obras de salubridad de Buenos Aires como
actos indignos de un Estado conciente de sus responsabilidades, los grupos católicos que
abominaban del roquismo y juarismo por su política secularizadora, los mitristas (de Mitre) que
consideraban a Celman como continuador del régimen que en 1880 los había desplazado
definitivamente del poder y lo acusaban de pervertir el régimen republicano con el sistema de
“Unicato”, la juventud universitaria y profesional, quienes repudiaban la obsecuencia del circulo
que rodeaba al presidente, se agruparon en la Unión Cívica Nacional de la Juventud. Por primera
vez, miles de personas disconformes se reunieron en una fuerza política; en un mitin en el Jardín
Florida, en la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de septiembre de 1889, se conformó esta Unión, que
tuvo como el lema “el libre derecho de sufragio sin intimidación y sin fraude”, y que se
comprometía a garantir a las provincias el pleno goce de sus autonomías. Entre sus dirigentes se
encontraban el senador Aristóbulo dEl Valle, Francisco Barroetaveña, Manuel Montes de Oca,
Bartolomé Mitre y Torcuato de Alvear. Leandro N. Alem, líder de la rama popular del
autonomismo, era quien ampliaba el espectro social de esta nueva agrupación. Los obreros estaban
ausentes de la misma, pero se oponían al gobierno con huelgas que cada vez se multiplicaban cada
vez más.
En el mitin del Frontón, el 13 de abril de 1890, la Unión Cívica (que dejó de ser “de la Juventud”)
se conformó como el primer partido moderno en la Argentina, con algunas características que tenían
los partidos políticos europeos (como ideas o principios básicos del nuevo partido, la estructura
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interna mediante comités barriales, comités de distrito,


etc.) Para tratar d diluir la oposición, Juárez Celman
prometió una reforma electoral, a fin de que las minorías
pudieran estar presentes en el Congreso. Algunos sectores
de la oposición lo aceptaron, pero otros, liderados por
Leandro Alem, prepararon la Revolución del 90 (también
llamada “del Parque”, porque se atrincheró en el Cuartel
del Parque de Artillería). El levantamiento comenzó el 26
de julio, y duró tres días. Los cívicos que contaban con el acuerdo de un sector del ejército liderado
por el mitrista general Manuel J. Campos, tomaron el Parque de Artillería y organizaron barricadas
improvisadas en esquinas, casas y balcones. En pocas horas, tomaron el Cuartel de Recoleta con la
ayuda de dos regimientos más. Finalmente, la revolución fracasó. Sin embargo, la Revolución del
Parque significó el comienzo de la política moderna, se convirtió en bandera de lucha del
radicalismo y promovió no solamente una rectificación del esquema de poder del régimen, sino
también la aparición d nuevos valores, tanto en las filas del oficialismo como en los distintos grupos
de oposición. Pero los días del Presidente estaban contados. El 6 de agosto, Juárez Celman renunció
a su cargo; su vicepresidente, Carlos Pellegrini, asumió la presidencia hasta completar el mandato.

Presidencia de Carlos Pellegrini. Actuación de su gobierno


Su gobierno estuvo signado por los problemas financieros, sin embargo, se daría un crecimiento
económico. Las leyes, la nueva organización de la economía, permitieron al país llegar a un período
de consolidación.
El gobierno de Pellegrini comenzó en un ámbito de crisis económica y social. Los
acreedores asediaban a los particulares, a los gobiernos municipales y al central y la
existencia de deudas eran “infinitas”. Pellegrini pone como condición para asumir la
presidencia que un grupo de banqueros, estancieros y comerciantes argentinos suscriban
un empréstito de 15 millones de pesos para hacer frente a los vencimientos externos. A
fines de agosto de 1890, el ministro Vicente López elabora la política económica llamada de
"recuperación nacional". En ella se nacionalizarían las obras sanitarias privatizadas por Celman
creando la Caja de Conversión para dar confianza a los inversores y el Banco de la Nación
Argentina.; se crean impuestos protectores sobre importaciones competitivas para incrementar el
desarrollo industrial; medidas proteccionistas que no concordaban con la línea liberal. Estas, a su
vez, se complementaron con un impuesto a los depósitos en bancos extranjeros, con la elevación de
las patentes a las compañías de seguros foráneas y con un gravamen a las ganancias a las empresas
no argentinas, ocasionando reacciones negativas en Londres. Durante dos años, Pellegrini se
esforzó por resolver los problemas financieros del país, pero la conmoción era más profunda de lo
que parecía. En 1891, quebraron el Banco Nacional, y el Banco de la Provincia de Buenos Aires,
arrasando con las reservas de los pequeños ahorristas, destruyendo el sistema del crédito y
comprometiendo las innumerables operaciones a largo plazo estimuladas unas veces por a
confianza en la riqueza del país y otras por la especulación. Hasta los bancos extranjeros sufrieron
las consecuencias de la crisis.
También, durante su gobierno se creó el Museo Histórico Nacional, el Jardín Botánico y el
Zoológico. Se firmó la paz con Bolivia por el cual Argentina renunciaba a la provincia de Tarija y
Bolivia cedía sus derechos sobre la Puna de Atacama, ocupada por
Chile desde la guerra del Pacífico de 1879 entre Bolivia, Chile y Perú.
Presidencia de Luís Sáenz Peña
Roca tuvo que enfrentar al candidato modernista, Roque Sáenz Peña, que al parecer tenía un
amplio apoyo en el PAN. Pero, “el Zorro” (así lo llamaban a Roca) controlaba firmemente los
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mecanismos electorales y, tras un acuerdo con Mitre, impuso como candidato de Unión Nacional a
su padre, Luís Sáenz Peña, lo cual obligó a Roque a renunciar.

El doctor Sáenz Peña ascendió a la presidencia el 12 de octubre de 1892, pero era un gobierno débil,
ya que estuvo caracterizada por las frecuentes crisis políticas, sin contar las revoluciones radicales
de 1893, que fracasó debido a la represión. Entre las obras importantes de su presidencia cabe
mencionar la apertura de la Avenida de Mayo, terminada en 1894. También se presentaron
dificultades de límites con Chile, resueltos en un protocolo adicional y aclaratorio al Tratado de
1881 (que establecía que la Cordillera de los Andes constituía una frontera de los dos países), que se
firmó en Santiago en 1893.
Tras afrontar la difícil situación política creada por los partidos opositores encarando los
problemas que apasionaban la opinión pública en desacuerdo con el Congreso, se vio obligado a
dimitir el 22 de enero de 1895, aceptado el mismo día por el Congreso con sólo un voto en contra.
Presidencia de Uriburu
Siendo vicepresidente José Evaristo Uriburu, asume al poder gracias a la renuncia de
Luís Sáenz Peña.
Con un período de calma política pudo realizar valiosas contribuciones: logró la paz
respecto a la frontera con Chile, el ejército y la marina se reorganizaron en un programa
de profesionalismo; se construyó un puerto militar en Bahía Blanca; se adquirieron nuevas unidades
navales y equipos defensivos terrestres; se fundó el Museo de Bellas Artes en Buenos Aires y el
Colegio Nacional Mariano Moreno, junto con el Escuela Industrial, la Escuela de Comercio y la
Facultad de Filosofía y Letras; se promovieron los estudios de recursos naturales en la costa
patagónica y otros estudios marítimos; se hizo el segundo censo nacional que reveló una población
de 3.956.060 habitantes y puso de manifiesto que, en menos de 30 años, la población había
aumentado en más de dos millones. Asimismo, en 1898 se modificó la Constitución con el fin de
aumentar los ministerios y, dada la cantidad de habitantes, se modificó la cantidad de diputados.
El 12 de octubre de 1898, Uriburu entregó el gobierno a su sucesor, el general Roca, que iniciaba
entonces su segunda presidencia.
La Segunda Presidencia de Roca
Pese a que en su segunda presidencia Roca intentó una amplia política de reformas destinadas a
evitar algunos de los conflictos sociales y políticos más importantes, la crisis del PAN atentó contra
el éxito de su política. En efecto, la ruptura entre Roca y Pellegrini quebró definitivamente el PAN.
Su mandato se caracterizó por ser la “época de oro de la agricultura argentina”: plano productivo y
económico del ciclo de la lana al predominio de las carnes refrigeradas (principalmente vacunas) y
los cereales, dentro de la estructura agro exportadora. Además, se construyeron numerosos edificios
públicos, obras de saneamiento y se firmaron los “Pactos de Mayo”, que resolvieron el problema de
los límites entre Argentina y Chile. Así también, a partir de 1902, comenzaron las huelgas violentas
decretándose sucesivas veces estado de sitio.
Ante las elecciones de 1904, Roca buscó por todos los medios impedir que Pellegrini llegara al
poder. Para esto apoyó la candidatura de Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta, y utilizó medios
fraudulentos para garantizar su victoria. A pesar del éxito obtenido, esto marcó el fin de su poder.
Los Partidos Políticos
La Unión Cívica Radical
La Unión Cívica era un conglomerado heterogéneo, en el cual se había alineado toda la oposición
contra el juarismo.
En 1891, los delegados de los comités cívicos proclamaron la fórmula presidencial para los
comicios que debían realizarse un año más tarde. La elección recayó en las figuras de Bartolomé
Mitre y Bernardo Irigoyen. Parecía difícil que el roquismo después del
mandato de Celman y del que estaba ejerciendo Pellegrini, pudiera triunfar
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1º año

sobre estos personajes que representaban la tradición liberal y federal. Por lo que, el 21 de marzo
de 1891, Roca visitó a Mitre para proponerle un acuerdo. Al día siguiente, una circular firmada por
ambos anunció el propósito de “suprimir la lucha electoral para la presidencia futura”, suponiendo
una nueva fórmula encabezada por Bartolomé Mitre e integrada por un amigo de Roca, el salteño
José Evaristo Uriburu. Los partidarios de Alem no aceptaron la decisión de Mitre y entre marzo y
julio de 1891 la Unión Cívica se dividió en Unión Cívica Nacional que ratificó el acuerdo y
proclamó la fórmula Mitre-Uriburu y la Unión Cívica Principista, que fue denominada “Radical”
por sus opositores y que proclamó la fórmula Irigoyen-Garro. Su plataforma se sintetiza en cuatro
banderas, como las llamó Leandro N. Alem, libertad política, honradez administrativa,
impersonalidad de la coalición y sentimiento nacional.
El suicidio de Leandro N. Alem el 1º de julio de 1896 prácticamente provocó la desaparición del
partido. Pero en la provincia de Buenos Aires, su sobrino, Hipólito Yrigoyen, comenzó a organizar
un nuevo partido que, aunque mantuvo el nombre Unión Cívica Radical, sería diferente del anterior.
El Partido Socialista
Fue fundado en 1894 por el médico Juan B. Justo, quien había abandonado las filas del radicalismo.
Juan B. Justo comenzó a difundir las ideas socialistas a través de un diario al que llamó La
Vanguardia. Para la conformación del partido se convocó a una reunión de grupos socialistas
italianos y franceses, y al año siguiente se agregan los socialistas alemanes.
Para el socialismo, la sociedad argentina poseía males que no se originaban en la inmoralidad
política sino en la explotación económica que se establecía entre los hombres en el marco del
sistema capitalista. Su objetivo último era transformar a la sociedad mediante la destrucción de esas
relaciones capitalistas y la construcción de una nueva sociedad, basada en los principios del
socialismo marxista. Para alcanzar ese objetivo, el partido proponía la participación electoral. La
estrategia era ganar votos de los obreros para acceder a las cámaras legislativas y promover desde
allí la aprobación de leyes que mejoraran la situación de la clase trabajadora.
El Partido Socialista se transformó en una estructura mucho más organizada que la de la UCR,
promovió la formación de grupos de estudio, el desarrollo de
actividades artísticas y la instalación de bibliotecas e instituciones
culturales, pero su influencia se vio limitada especialmente a la Capital
Federal y algunas otras pocas ciudades del país, como Mar del Plata.
En 1896, se reunió el Primer Congreso y se aprobó la Declaración de
principios y el programa mínimo, en la primera se afirmaba, entre otras que “la clase obrera es
oprimida y explotada por la clase capitalista gobernante, y que ésta, dueña como es de los medios
de producción…se apropia de lo que producen los trabajadores”. En segundo escrito constituyó la
base de las plataformas electorales: jornada de trabajo de ocho horas, divorcio, disolución del
Ejército y entrega de las armas al pueblo, separación de la Iglesia del Estado, etc.
El Partido Modernista
La oposición contra el acuerdo entre Mitre y Pellegrini también fracturó al PAN, por lo que los
críticos fundaron el Partido Modernista, liderado por Roque Sáenz Peña, respaldado activamente
por Miguel Juárez Celman.
El Partido Conservador
Tiene su origen en el Partido Autonomista Nacional, y cuyos líderes y candidatos fueron quienes
gobernaron el país durante la generación del 80.
Partido Demócrata Progresista
Fundado en 1914 por Lisandro de la Torre. Sostenía una doctrina liberal-socialista.
El Ejército Nacional y la Marina de Guerra
El Acuerdo de San Nicolás le confirió a Urquiza el mando de todas las fuerzas militares. De esta
forma, se creaba el ejército de la Confederación. En 1855, se estableció la obligación general de
todos los ciudadanos de prestar servicios en las milicias nacionales desde los 17 a los 60 años de
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edad. Luego Mitre formó un nuevo ejército nacional formado por 6 mil hombres. Las milicias se
alistaban para la guerra, la lucha contra el indio o alguna revuelta interna, éstas llamadas guardias
nacionales. Durante el mandato de Sarmiento se creó la primera escuela militar bajo el nombre de
escuela militar. Más tarde se creó la escuela de cabos y sargentos y la escuela superior de guerra. En
1872 se dictó la ley de reclutamiento general. Durante el primer gobierno de Roca se establecieron
institutos militares y se procuró el asesoramiento de técnicos militares alemanes y otros europeos.
En 1888 se incorporó la guardia nacional al ejército, que fue reestructurado en: ejercito activo,
reserva del ejército activo y el ejército pasivo. En 1902, se sancionó la ley que estableció el servicio
militar obligatorio para los argentinos de 20 años cumplidos.
Sarmiento promulgó la ley que creaba la escuela de náutica, que luego se convertiría en la escuela
naval militar. Con esta sanción se buscaba formar una marina nacional competente y científica.
La marina de guerra, a través de la reforma constitucional de 1893 que elevó a 8 el nº de ministros,
tuvo su ministerio independiente, y ese mismo año, por decreto el ejército de día destina 500
soldados pertenecientes a la guardia nacional de la capital para servir a la marina. El adiestramiento
de los soldados, el perfeccionamiento de los métodos y la modernización dieron características a la
marina de guerra.

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