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LA HISTORIA DE LA CIENCIA
por Ricardo Etchegaray
El método contrainductivo
Ciencia y poder
GUÍA DE PREGUNTAS:
a. Paradigma
Ninguna parte del objetivo de la ciencia normal está encaminada a provocar nuevos tipos de
fenómenos; en realidad, a los fenómenos que no encajarían dentro de los límites
mencionados (es decir, los límites del paradigma) frecuentemente ni siquiera se los ve.
Tampoco tienden normalmente los científicos a descubrir nuevas teorías (que pudieren
eventualmente competir con las teorías que se desprenden del paradigma, o que implicaren
el rechazo de algún aspecto del paradigma que la comunidad cientítfica considere
confiable) y a menudo se muestran intolerantes con las formuladas por otros[30].
Creo que hay sólo tres focos normales para la investigación científica fáctica[31] y no
siempre ni permanentemente, distintos. Primeramente, encontramos la clase de hechos que
el paradigma ha mostrado que son particularmente reveladores de la naturaleza de las cosas.
Al emplearlos para resolver problemas, el paradigma ha hecho que valga la pena
determinarlos con mayor precisión y en una mayor variedad de situaciones[32].
[...] Una segunda clase habitual, aunque menor, de determinaciones fácticas se dirige hacia
los hechos que, aunque no tengan a menudo mucho interés intrínseco, pueden compararse
directamente con predicciones de la teoría del paradigma.
[...] La existencia de paradigmas establece el problema que debe resolverse; con frecuencia,
la teoría del paradigma se encuentra implicada directamente en el diseño del aparato capaz
de resolver el problema[33].
[...] Una tercera clase de experimentos y observaciones agota, creo yo, las tareas de reunión
de hechos de la ciencia normal. Consiste en el trabajo empírico emprendido para articular la
teoría del paradigma, resolviendo algunas de sus ambigüedades residuales y permitiendo
resolver problemas hacia los que anteriormente sólo se había llamado la atención[34].
e. La revolución científica
f. Revolución e inconmensurabilidad
Ninguno de esos temas productores de crisis ha creado todavía una alternativa viable para
el paradigma epistemológico tradicional; pero comienzan a insinuar lo que serán algunas de
las características del paradigma. Por ejemplo, me doy cuenta perfectamente de la dificultad
creada al decir que, cuando Aristóteles y Galileo miraron a piedras oscilantes, el primero
vio una caída forzada y el segundo un péndulo. Las mismas dificultades presentan, en
forma todavía más fundamental, las frases iniciales de esta sección: aunque el mundo no
cambia con un cambio de paradigma, el científico después trabaja en un mundo diferente.
No obstante, estoy convencido de que debemos aprender a interpretar el sentido de
enunciados que, por lo menos, se parezcan a ésos. Lo que sucede durante una revolución
científica no puede reducirse completamente a una reinterpretación de datos individuales y
estables. En primer lugar, los datos no son inequívocamente estables. Un péndulo no es una
piedra que cae (...). Por consiguiente, los datos que reúnen los científicos de esos objetos
diversos son, ellos mismos diferentes. Lo que es más importante, el proceso por medio del
cual el individuo o la comunidad lleva a cabo la transición de la caída forzada al péndulo
(...) no se parece a una interpretación. ¿Cómo podría serlo, a falta de datos fijos que
pudieran interpretar los científicos? En lugar de ser un intérprete, el científico que acepta un
nuevo paradigma es como el hombre que lleva lentes inversores[36].[37]
[Kuhn muestra que todas las operaciones y mediciones de las que los científicos se valen en
los laboratorios, están determinadas por el paradigma. Ello explica, que dos científicos con
diferentes paradigmas, hagan diferentes mediciones e instrumentalizaciones. Un paradigma
diseña una visión del mundo, donde todos los elementos están interrelacionados.]
Guía de preguntas:
El anarquismo epistemológico
Guía de preguntas:
1. ¿Por qué afirma Feyerabend que el anarquismo es una excelente base a la epistemología?
2. ¿Por qué sólo un «oportunista» puede tener éxito en la ciencia? 3. ¿Por qué no basta un
método para el desarrollo de la ciencia? ¿Qué más se requeriría? 4. ¿En qué debiera
consistir una teoría del error? 5. ¿En qué consiste la «educación científica» y cuáles son sus
efectos para Feyerabend? 6. Explique la posición metodológica de Feyerabend apelando a
sus principios fundamentales.
NOTAS:
[1] Si bien Kuhn no es un pensador dialéctico, sus investigaciones interesan en este lugar
porque introduce la historia de la ciencia como un aspecto relevante en la teoría y el método
científicos. Kuhn ha mostrado que la historia no es un elemento exterior e inesencial en el
desarrollo de las ciencias.
[2] Hegel y Marx piensan que la realidad efectiva presente (entendida como el más alto
grado de desarrollo de la realidad y de la conciencia) es el criterio para juzgar el progreso
en todos los campos. Ambos creían que todo lo que los hombres hacen, sus acciones y
producciones, y la “verdad” de sus resultados debe evaluarse sobre la base de los mejores
resultados de cada etapa histórica. Como ellos, Kuhn piensa que “lo-que-conocemos” es
diferente en cada momento histórico, pero no cree que los resultados de las últimas etapas
permitan evaluar los de las etapas anteriores, porque el modelo de cada etapa no se
desprende necesariamente ni por deducción, ni por oposición de “lo-que-se-conocía” en el
momento histórico anterior.
[3] Kuhn, Th.: La estructura de las revoluciones científicas, México, F.C.E., 1985, p. 271.
Se trata de una definición es “circular” porque, a su vez, una comunidad científica se define
porque sus miembros comparten un paradigma. La circularidad consiste en que un término
[paradigma] se explica por otro [lo compartido por una comunidad científica] y, a su vez,
éste [lo compartido por una comunidad científica] se explica por el primero [paradigma].
[4] Dado que un paradigma nunca está completamente formulado a priori de la inves-
tigación, la “adopción” del paradigma no puede entenderse como una instauración
definitiva, sino como una etapa de transición y de modificación en el planteo de problemas
y de líneas de investigación.
[5] Kuhn, Th.: 1985, p. 33.
[6] Kuhn, Th.: 1985, p. 52.
[7] Ibidem.
[8] Kuhn, Th.: 1985, p. 33.
[9] Kuhn, Th.: 1985, pp. 53-4.
[10] Kuhn, Th.: 1985, p. 192.
[11] “A-nómalo” significa literalmente “sin norma” o “sin ley”. Las anomalías son los
hechos que no se logran explicar y los problemas que no encuentran solución a partir del
paradigma aceptado.
[12] Cf. más abajo la referencia a la dialéctica como “resignificación”.
[13] Ello supone una teoría acerca de la importancia de los marcos teóricos de referencia
como condición de posibilidad para la experiencia. Esto se ilustra cuando Kuhn observa
que “las operaciones y mediciones que realiza un científico en el laboratorio no son «lo
dado» por la experiencia, sino más bien «lo reunido con dificultad»“ (Kuhn, Th.: 1985, p.
197).
[14] Feyerabend, Paul: Contra el método, traducción de Francisco Hernán, Editorial
Planeta-Agostini, Barcelona, 1994, p. 14.
[15] Feyerabend, P.: 1994, p. 15.
[16] Ibidem.
[17] Feyerabend, P.: 1994, pp. 11-2.
[18] Feyerabend, P.: Adiós a la razón, Tecnos, Madrid, 1987, p. 60.
[19] Feyerabend, P.: 1987, pp. 115-6.
[20] Feyerabend, P.: 1987, p.28.
[21] Feyerabend, P.: 1994, pp. 21 y 22.
[22] Feyerabend, P.: 1994, p.25.
[23] Feyerabend, P.: 1987, p. 32 (cursivas en el originial).
[24] López Gil, M.-Delgado, L.: 1997, p. 191.
[25] Feyerabend, P.: 1987, p. 59.
[26] Feyerabend, P.: 1987, p. 60, nota 36.
[27] Feyerabend, P.: 1994, p. 114.
[28] Feyerabend, P.: 1987, p. 108.
[29] Para una caracterización del concepto de ciencia normal, ver Etchegaray, R.: 1996, pp.
138-40.
[30] Es necesario entender esta brevísima descripción de los alcances de la actividad
científica normal en relación con la afirmación del parágrafo anterior: «...un paradigma es
raramente un objeto para renovación». Es decir, la actividad normal de la ciencia no
consiste en proponer nuevas hipótesis, sino preferentemente en coordinar las ya existentes
entre si, y con la experiencia.
[31] El concepto de «investigación científica fáctica» se refiere a las instancias de la
investigación normal centrada en el intento de articulación de la teoría y la experiencia.
[32] Se trata aquí del conocimiento de las características de aquella porción de la base
empírica a la cual se refieren las teorías derivadas del paradigma.
[33] Se trata en este caso del conocimiento de aquellas regiones de la base empírica
señaladas por problemas colaterales derivados de las teorías normales y de los desarrollos
de aparatos necesarios para la optimización de la observación y la experimentación
relacionadas con el primer grupo de focos de investigación fáctica.
[34] Se trata finalmente del conocimiento de la base empírica al que se recurre con el objeto
de precisar y articular, por un lado, leyes que enuncien regularidades en la base empírica,
de tipo cuantitativo y/o cualitativo; y, por el otro, metodologías de experimentación y
observación de la base empírica.
[35] Esta afirmación debe ser entendida en relación con las afirmaciones del parágrafo
siguiente: «... los datos no son inequívocamente estables. Un péndulo no es una piedra que
cae».
[36] Lo que Kuhn argumenta en este parágrafo y que, como hemos señalado, se relaciona
con el parágrafo anterior, es que la observación es ya una forma de interpretación; es decir,
que no se trata de observar e interpretar como dos pasos distintos y sucesivos, sino que la
observación implica necesariamente la puesta en juego de una carga teórica interpretativa.
Al observar se realizan diversas actitudes interpretativas tales como: a) la selección o el
recorte de la base empírica considerada relevante; b) la selección de las características de la
base empírica recortada que se considera relevante; c) la predisposición a aceptar, por
ejemplo, la interferencia en el mundo empírico de fuerzas sobrenaturales o no reductibles a
entidades observables. Estas actitudes, por su parte, dependen de las características del
paradigma que esté funcionando como marco para el desarrollo de la investigación normal.
[37] Kuhn, Thomas: La estructura de las revoluciones científicas, traducción de Agustín
Contín, México, F.C.E., 1986, pp. 51, 52, 53, 54, 55, 57, 61, 176, 191.
[38] Anarquismo: doctrina difundida principalmente en el siglo XIX que sostendría la
ausencia de toda autoridad que suponga la anulación de la autonomía individual como la
condición de posibilidad para el ejercicio de las capacidades naturales del individuo.
Bakunin, de origen ruso, que vivió entre 1814 y 1876 fue uno de los teóricos del
anarquismo. Feyerabend propone el anarquismo epistemológico porque entiende que las
metodologías de las ciencias no han proporcionado, no pueden ni deben pretender
proporcionar reglas universales por las que deban conducirse todos los científicos. Esto es
así porque, por un lado, todas las metodologías tienen sus limitaciones y, por el otro,
Feyerabend argumenta que importantes descubrimientos científicos fueron posibles
precisamente gracias a la «insubordinación» de los científicos respecto de la metodología.
[39] El autor se refiere a las reglas o estándares que suelen emerger de las teorías
epistemológicas que se manifiestan como infalibles, claros, sistemáticos, necesarios y
objetivos. Estándares que determinan al científico para que rechace o acepte determinadas
hipótesis o teorías, por ejemplo, por ser no falsables (Popper) o por carecer de base
empírica (positivismo).
[40] El error cometido por el investigador, pensador e incluso por un instrumento individual
de medida es un fenómeno histórico cuyas sugerencias casi siempre basadas en la
experiencia y la práctica científica más que en las teorías epistemológicas es necesario
reconocer y aceptar. Esto es así dado que el error suele consistir no en una equivocación en
la observación o el razonamiento, sino en un alejamiento voluntario y consciente de los
estándares metodológicos. Desde esta perspectiva, Feyerabend relaciona la verdad con el
arte más que con algún tipo de teoría epistemológica.
[41] La «simplificación racionalista» consiste en seleccionar únicamente los aspectos
racionales de la actividad científica y excluir los aspectos creativos e intuitivos -en suma,
los aspectos no metodológicos- de la exposición de la historia de la ciencia y de los
procedimientos metodológicos. De la misma manera, Feyerabend sugiere que la educación
científica aísla las capacidades racionales de los individuos de las capacidades creativas e
intuitivas privilegiando y desarrollando las primeras y «atrofiando» las últimas.
[42] Feyerabend se refiere a que el dominio del conocimiento científico tiene
procedimientos y características propias que lo distinguen -no sin carga valorativa- de otros
dominios de la actividad humana.
[43] Feyerabend iguala «pureza» entendida como objetividad, neutralidad valorativa,
precisión deductiva, con «esterilidad» dado que, a lo largo de la historia de la ciencia,
fueron precisamente las violaciones a la pureza de los procedimientos de investigación las
que permitieron muchos descubrimientos importantes.
[44] Feyerabend arremete contra lo que él entiende atenta contra la libertad del individuo a
partir de la educación. Citando a Bakunin recuerda su sentencia: «que la gente se emancipe
por sí misma». Se ha separado la Iglesia del Estado pero no el Estado y la ciencia. Las
escuelas enseñan ciencia como algo natural pero impiden la libre elección del individuo
ante ella. Es más, lavan la cabeza del estudiante de religiones, principios metafísicos, etc.,
para que se inicie en el pétreo camino de la ciencia.
[45] Afirma Feyerabend que hay momentos en los que no sólo no es perjudicial sino que es
conveniente que se introduzcan hipótesis ad hoc para progresar en la investigación. Esto
contradice a la teoría popperiana que niega y descalifica a los trabajos que justamente
incluyan ese tipo de hipótesis. Para Feyerabend el admitirlas es parte de la anarquía
epistemológica, no en el sentido vulgar de propuestas caóticas, sino como ejercicio de
libertad intelectual que el científico debe practicar y ha practicado si se analiza la historia
de las ciencias.
[46] Para entender este párrafo, pensemos cómo es que en general se «aprenden» reglas de
conducta, o criterios de comportamiento, normas religiosas, o conocimientos. Un niño no
aprende que no debe mentir argumentativamente, sino a raíz de un castigo. Del mismo
modo, las normas religiosas se aprenden por la fe o el temor, y ciertas normas de conducta
se adquieren debido a un sentimiento de respeto. Ahora bien, ninguno de los aprendizajes
mencionados derivan de la exposición argumentativa de procedimientos racionales.
Feyerabend extiende esta forma de aprendizaje a la ciencia y concluye que la aceptación de
estándares científicos tampoco se alcanza mediante la exposición argumentativa de
procedimientos racionales, sino mediante estrategias no necesariamente argumentativas, ni
racionales. En otras palabras, Feyerabend concluye que la argumentación no se sostiene
argumentativamente, dado que si alguna persona no admite la argumentación racional como
estrategia de procedimiento científico -o no-, no es argumentativamente como se
«convencerá» a tal persona de aceptar la argumentación.
[47] El principio «Todo Vale» no debe comprenderse como ausencia de todo tipo de
límites: es necesario remitirse al manifiesto deseo del autor de proteger y profundizar la
libertad del individuo de no aplicar cuando lo considerare necesario las indicaciones
metodológicas al desarrollar investigaciones científicas. Feyerabend arremete contra la idea
de identificar la racionalidad de la ciencia con un riguroso proceso metodológico que guíe
las elecciones y decisiones de los científicos y sostiene que esta tendencia no se debe a una
decisión racional sino a una inseguridad irracional -semejante a la que Nietzsche acusa a los
filósofos de tener- frente a la diversidad de posibilidades de formas de conocer. Afirma que,
por otra parte, aceptar que la ciencia debe ajustarse a reglas fijas y universales no es realista
(porque desconoce la capacidad creativa del hombre), es perniciosa porque atenta contra el
crecimiento humano en aras del crecimiento exclusivamente profesional, y es perjudicial
para la misma ciencia porque no tiene en cuenta las condiciones materiales e históricas que
hacen al cambio científico.
[48] Proceder inductivamente consiste en no aceptar como leyes enunciados universales
que no estén sustentados sobre una base suficiente de enunciados observacionales. En este
caso, entonces, las leyes y teorías deben no sólo coincidir sino desprenderse de los
«hechos». Por el contrario, la contrainducción consiste en aceptar leyes y teorías que no
sean consistentes con «hechos» o enunciados observacionales o enunciados generales
descriptivos aceptados. Feyerabend sostiene que, entre otros, Galileo procedió
contrainductivamente cuando sostuvo la hipótesis del movimiento de la tierra aún cuando la
evidencia observacional «demostraba» lo contrario (Feyerabend, Paul: Contra el método,
Editorial Alianza, capítulo V).
[49] La diferencia entre el principio de contrainducción y el de proliferación consiste en
que mientras el primero propone la sugerencia de hipótesis que contradigan los «hechos»,
el segundo propone la sugerencia de hipótesis que contradigan leyes y/o teorías aceptadas.
[50] La contrainducción y el principio de proliferación constituyen los ejes metodológicos
fundamentales de la postura de Feyerabend. No propone la ausencia de toda metodología
sino la no adscripción a una sola concepción de racionalidad, la «científica», y dentro de
ella a determinados y exclusivos métodos y reglas.
Proceder contrainductivamente y alentando la proliferación de hipótesis no significa
necesariamente abandonar la inducción o la deducción; se trata, por el contrario, de
enriquecer las posibilidades argumentativas y no argumentativas que impulsan el progreso
científico.
[51] Feyerabend, Paul: Contra el método, Madrid, Editorial Alianza, pp. 11-26.
Publicado por etche en 10:20